Entre Sombras Y Susurros
personajes principales
Yin Rivera
Rango: Omega
Edad: 20 años
Carrera universitaria: Psicología
Personalidad:
Introvertido, pero curioso, con una mirada siempre analítica.
Sensible y empático, le cuesta poner límites pero no es ingenuo.
Busca sentirse valorado por quien realmente es, más allá de su condición de omega.
Tiene una ligera melancolía en su forma de ver el mundo.
Historia personal:
Proviene de una familia tradicional que lo ha sobre protegido por ser omega.
Recién independizado, busca forjar su identidad lejos de su entorno.
Sufrió acoso en la secundaria, lo que lo vuelve algo desconfiado al principio.
Su refugio es la lectura y las caminatas solitarias por el campus.
Relación con Silas:
Al principio lo ve como un amigo amable y dulce.
Se siente valorado, escuchado y protegido por él.
Se enamora sin darse cuenta de que está cayendo en una red sutil de control.
Su evolución será pasar de la dependencia emocional a la autodeterminación.
Silas Mercer
Rango: Delta
Edad: 22 años
Carrera universitaria: Historia del arte (pero cambia seguido de materias)
Personalidad (pública):
Encantador, tierno y educado.
Discreto, con una sonrisa que desarma.
Aparentemente tímido, siempre dispuesto a ayudar.
Personalidad real (oculta):
Altamente posesivo, obsesivo y calculador.
Tiene impulsos controladores que disfraza de cariño.
Guarda un fuerte resentimiento hacia la idea de ser ignorado o reemplazado.
Cree que Yin es su “destinado"
Personalidad real (oculta):
Altamente posesivo, obsesivo y calculador.
Tiene impulsos controladores que disfraza de cariño.
Guarda un fuerte resentimiento hacia la idea de ser ignorado o reemplazado.
Cree que Yin es su “destinado”, aunque no lo sea biológicamente.
Historia personal:
Proviene de una familia poderosa, pero fue criado por un mayordomo tras la muerte de sus padres.
A los 12 años estuvo internado en una clínica psiquiátrica por “crisis emocionales”.
Obsesivo con los vínculos afectivos; tiene antecedentes de manipulación y acoso no reportado.
La finca en la que vive ha pertenecido a su familia por generaciones… y guarda muchos secretos.
Relación con Yin:
Se obsesiona con Yin desde el primer día que lo ve.
Planea cuidadosamente cada encuentro para ganarse su confianza.
Le ofrece refugio, compañía y apoyo emocional, pero todo es parte de su red.
En su mente, si Yin lo ama, entonces todo está justificado, incluso encerrarlo.
El nuevo de la clase
El aula estaba llena de voces, risas y libros abiertos. Era el primer día del segundo semestre, y Yin se sentó en su lugar habitual, al final, cerca de la ventana. No porque fuera tímido —aunque lo era—, sino porque allí podía observar sin ser observado. La luz tenue de la mañana caía sobre su cuaderno mientras garabateaba sin pensar, esperando que el profesor llegara.
Silas
¿Este asiento está ocupado?
La voz era suave, un poco ronca, con ese tono grave que suelen tener los deltas. Yin levantó la vista y lo vio: alto, cabello oscuro, ojos grises. Su sonrisa era discreta, casi insegura.
El chico se sentó a su lado con una educación casi anticuada. No olía fuerte, como otros deltas, sino a algo más sutil, fresco, casi amaderado. Un aroma limpio que no invadía, pero se quedaba en el aire.
Silas
Soy Silas
(extendiendo la mano)
Yin
Yin
(dudando un segundo antes de estrechársela. La mano de Silas estaba tibia, firme, pero no dominante.)
Durante la clase, Silas permaneció concentrado, tomando apuntes con letra impecable. No hablaba a menos que le preguntaran, pero cada vez que el profesor decía algo interesante, giraba apenas el rostro hacia Yin, como si compartieran un secreto.
Al salir, caminaban en la misma dirección.
Yin
¿También estudias Psicología?
Silas
Sí… Bueno, en realidad me cambié este semestre. Estaba en Historia del Arte, pero no era para mí. Me interesa más la mente… la forma en que la gente actúa, ama, miente.
Yin
(Sonrió, incómodo. Había algo raro en cómo lo dijo, pero tal vez era su manera de hablar.)
Silas
¿Y tú? ¿Por qué Psicología?
Yin
Quiero entenderme… y entender a los demás.
(Después se arrepintió un poco de su honestidad.)
Silas
(asintió, como si esa respuesta le gustara más de lo que debía.)
Pasaron las semanas. Silas empezó a aparecer más seguido: en la biblioteca, en la cafetería, en los pasillos. Siempre con una sonrisa, siempre dispuesto a escuchar, a ayudar, a acompañar. Yin empezó a sentirse cómodo a su lado. Era fácil estar con él. No tenía que fingir.
Silas
(Una tarde, después de clase, Silas le ofreció café.)
¿Sabías que el cuerpo reacciona igual al café que al enamoramiento? Palpitaciones, calor, euforia leve.
(Lo dijo con una sonrisa juguetona.)
Yin
(se rió.)
Entonces voy a tener que dejar de tomarlo si no quiero enamorarme de ti.
Silas
(Bajó la mirada, pero no respondió. Sólo sonrió, esa misma sonrisa tierna de siempre. )
Yin
(no lo notó, pero sus dedos temblaron apenas al sostener el vaso.)
Pequeñas atenciones
Yin no estaba acostumbrado a tanta atención.
Los deltas solían ser intensos o arrogantes, y él siempre había preferido mantenerlos lejos. Pero Silas era distinto. Tenía una forma sutil de acercarse, como si no buscara invadir su espacio, sino hacerse parte de él.
La siguiente semana, Silas comenzó a llegar temprano a clase, siempre con dos cafés. Nunca preguntaba si Yin quería uno. Simplemente, lo dejaba sobre su mesa con una nota breve garabateada en una servilleta: "Para mantenerte despierto. Silas."
Era un gesto pequeño, pero constante. Yin sonreía, aunque a veces se preguntaba cómo sabía exactamente qué café le gustaba.
Silas
¿No duermes mucho, verdad?
(mientras caminaban juntos por el campus.)
Yin
Lo justo
(levantándo los hombros.)
Silas
Lo noto en tus ojeras. Te ves más cansado de lo que dices.
(no lo dijo con burla, sino con genuina preocupación. Había algo inquietante en su forma de observar.)
Yin
(Intentó bromear)
¿Estás analizándome o vigilándome?
Silas
(Sonrió sin responder.
Después de clase, lo esperó afuera del edificio bajo la sombra de un árbol. Sostenía un libro entre las manos.)
Es tuyo, te vi leyéndolo el otro día en la biblioteca, pero tenía una página arrancada. Este está intacto.
(Extendiéndoselo)
Yin
(Lo tomó, desconcertado.)
¿Cómo sabías que me faltaba esa página?
Silas
(Se encogió de hombros.)
Lo noté cuando lo hojeabas. Me pareció que te frustró.
Ese día Yin sintió algo nuevo, un calor extraño subiéndole por la nuca. No era solo atención… era detalle, minucioso, cuidadoso, como si Silas conociera sus gestos antes de que él mismo los notara.
A veces se encontraban sin planearlo, o eso creía Yin. En la fotocopiadora, en la fila de la cafetería, incluso en la lavandería de la residencia.
Silas
El destino es curioso
Nos sigue cruzando
(con su típica sonrisa discreta)
Pero Yin no sabía que Silas llevaba un registro de sus horarios, de sus rutas. Que había aprendido a leer sus rutinas como si fueran poesía.
Una tarde nublada, mientras estudiaban juntos en la biblioteca, Silas deslizó un pequeño dibujo en su cuaderno. Era una ilustración en lápiz: él, leyendo junto a la ventana. Yin lo miró sorprendido.
Silas
Anoche,no podía dormir, pensé en ti.
(con una calma inquietante, como si fuera lo más natural del mundo. Como si Yin siempre hubiera estado en su mente, incluso antes de conocerlo.)
Yin
Te estás esforzando mucho
(bromeó , intentando aliviar la tensión que sentía en el pecho.)
Silas
No. No me cuesta
Quiero que sepas que alguien te ve. Alguien de verdad.
(mirándolo con intensidad)
Yin
(Bajó la mirada, esa frase se quedó vibrando en su cabeza por el resto del día.
Tal vez Silas era distinto, tal vez, por fin, alguien lo veía como algo más que un omega tímido. Tal vez… era seguro bajar la guardia.
No sabía que, mientras más bajaba la guardia, más hilos invisibles lo ataban a Silas.)
Download MangaToon APP on App Store and Google Play