La mirada de Emily Benton se mantiene fija en la ventanilla del avión. A sus pies se encuentra la ciudad de Los Ángeles. Hace más de dos años se fue y se había prometido no volver.
Tiene claro que no es la misma que se fue de aquí con el corazón destrozado y sin ilusiones. Ha regresado para cobrar su venganza, hacer sufrir a quienes le hicieron daño y recuperar lo que le arrebataron.
En cuando baja del avión se dirige a la casa de sus padres. Al entrar la melancolía se apodera de ella. Este lugar guarda recuerdos felices y otros muy amargos.
- Tranquila, mi niña. Estaremos bien- le asegura Clara, su nana.
- No sé qué haría sin ti, eres mi ángel de la guarda.
Abraza con ternura a la mujer que es más que su nana, su única familia. Emily perdió a sus padres a la edad de 16 años. Hoy tiene 23 y los últimos dos años han significado un constante sufrimiento.
Nuestra protagonista es hija única del matrimonio conformado por Doug y Kerry Benton. Ambos, magnates del mundo del entretenimiento y también hijos únicos.
Residentes de la ciudad de Los Ángeles, eran una familia con una vida privilegiada, aunque siempre al acecho de los paparazzi.
Emily creció acostumbrada a ese estilo de vida. Sus padres se conocían desde niños y se casaron a los 19 años. Ella nació cuando su madre tenía 20 años.
Su padre comenzó a trabajar en el negocio familiar (una casa productora muy famosa) desde muy joven, al fallecer sus padres y siendo el único heredero, tomó el control absoluto.
Después Kerry decidió unir los negocios de su familia a los de su esposo y se convirtieron en la casa productora más poderosa de Los Ángeles.
La única familia de Emily además de sus padres eran sus abuelos maternos, con quienes tenía una relación única.
Clara merece una mención aparte. Fue contratada por los Benton cuando Emily tenía escasamente un mes de nacida y desde entonces no se ha apartado de ella.
Gregory Carter es el mejor amigo de su padre, tres años menor que él, apenas se graduó en la Facultad de Leyes comenzó a trabajar como abogado de la casa productora.
Soltero por convicción está presente en cada uno de los momentos importantes de la vida de su amigo y su familia.
La vida la sonreía, pero un trágico accidente lo cambiaría todo. Doug, Kerry y los padres de esta, decidieron viajar a Cannes para el festival. Emily se quedó a cargo de Clara.
Emily vio a sus padres por televisión a su llegada al festival. Ambos felices y enamorados como siempre, esa imagen quedó grabada en su memoria. Nadie podría imaginar que sería la última vez que se les viera con vida.
En el vuelo de regreso, su Jet privado sufrió una avería y cayó al mar. No hubo sobrevivientes. Emily quedó huérfana de un día para el otro.
Su padre, quien era muy meticuloso en sus asuntos legales, un año atrás había dejado su testamento y en él nombró a Greg como albacea y tutor de su hija en caso de que él y su esposa llegarán a faltar.
La muerte de sus padres fue un golpe devastador para la joven Emily. Afortunadamente, contaba con su nana, quien fue su gran apoyo.
Para Greg también fue duro aceptar la muerte de su amigo de toda la vida. Además, su vida dio un giro de 180 grados. Pasó de ser un soltero empedernido a ser tutor de una adolescente.
Se vio en la necesidad de mudarse de su apartamento a la casa familiar de los Benton. Aunque Clara era de gran ayuda, él tenía que asumir su papel y estar pendiente de la adolescente. La transición fue difícil.
Emily pasó de ser una chica feliz y extrovertida, a una solitaria y triste. Por consejo de su nana, comenzó a tomar terapia. Greg en realidad no veía ningún cambio.
Se alejó de todos sus amigos, excepto de Abby que se rehusó a separarse de ella. La chica la visitaba todos los días sin importarle las quejas de su amiga.
Así transcurrieron los meses, poco a poco Emily comenzó a mejorar. Su actitud era distinta y dejó de pasar los días encerrada en su habitación. Se le notaba más animada.
La relación entre ellos era cordial. Greg la había visto crecer y ella comenzó a considerarlo un amigo. De vez en cuando le contaba sobre sus amigos y él escuchaba con atención.
Algo que quedó estipulado en el testamento fue que Greg debía preparar a Emily para en un futuro no muy lejano pueda asumir la dirección de la casa productora.
Cumpliendo con ese deber, comenzó a llevarla a la oficina que era de su padre los fines de semana. Resultó ser una chica muy inteligente y aprendía bastante rápido. Hasta que algo más llamó su atención, un chico. Esto cambiaría la dinámica y con el tiempo se convertiría en un gran problema.
Desde la muerte de sus padres Emily perdió la alegría de vivir. Abby fue la única que comprendió su situación y se quedó a su lado.
Han pasado más de seis meses desde ese trágico día que cambió su vida. Clara, su nana está siempre pendiente de ella. Es como su segunda madre.
Le falta un año para terminar la preparatoria y después pretende estudiar Administración de Empresas. Los fines de semana aprende mucho de Greg.
En el colegio le va bien, siempre obtiene buenas notas. A mitad del ciclo escolar llega un nuevo alumno, Michael Norris. Llama su atención de inmediato.
Michael es dos años mayor que ella, no es un buen estudiante. Siempre busca aprobar haciendo trampa, es el típico chico rebelde. Conduce una motocicleta y siempre está rodeado de chicas.
- Deja ya de mirarlo. Ese chico no te conviene.
- Es guapísimo, Abby.
- Se te olvidó añadir irresponsable, prepotente, grosero, tramposo.
- Yo solo veo a un chico que disfruta de vivir la vida.
- Mi consejo es que te mantengas alejada de él.
Emily ignora el consejo de su amiga, Michael es el primer chico que llama su atención y la ha hecho dejar un poco de lado el dolor que le causó la pérdida de sus padres.
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Michael tiene 18 años, es un chico problemático producto de una familia disfuncional. Sus padres se divorciaron cuando tenía 5 años. Quedó al cuidado de su madre, que es una mujer superficial que salta de una relación a otra.
Su padre se limita a enviar dinero, pero no tienen una relación. Él se volvió a casar y tiene dos hijos a los cuales dedica su tiempo.
Estas circunstancias han hecho de Michael un joven manipulador. Piensa únicamente en sus necesidades y está acostumbrado a salirse con la suya.
Por segunda vez en lo que va del ciclo escolar ha sido transferido de escuela. Siempre se mete en problemas y los directores se cansan de solicitar la presencia de sus padres, por lo cual su única opción es transferirlo.
A su padre no le importa desembolsar grandes cantidades de dinero para que su hijo sea aceptado en una nueva escuela y esta vez no es la excepción.
Consciente de su atractivo, está acostumbrado a ser el centro de atención y a estar rodeado de chicas lindas.
No tarda en hacer amigos en la nueva escuela, su objetivo principal es conocer a la gente que lo rodea y ver de quien puede obtener algún beneficio.
Rápidamente, ubica a los chicos y chicas cuyas familias son las más ricas de la ciudad y una de ellas en particular llama su atención: Emily Benton.
Sus padres murieron dejándole una fortuna inmensa. Es joven, ingenua y vulnerable. La mujer ideal. Planea cuidadosamente la forma de acercarse a ella.
No será difícil tomando en cuenta que está sola y por lo que le han contado nunca ha tenido novio. Un punto más a su favor.
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Emily lleva días escribiendo en su diario sobre Michael. Siempre ha sido una chica romántica. Sus padres eran la viva imagen del amor. Estuvieron juntos desde que eran muy jóvenes.
Le encantaba que su mamá le contará como se enamoró de su papá. Ninguno tuvo otra relación, ella fue el primer amor para él y viceversa. Desde entonces sueña con un amor como el de sus padres.
Vive pendiente de lo que Michael publica en redes sociales. Ahí puede conocer cuáles son sus gustos. Sin duda le encantan las motocicletas.
Al crecer en el mundo de la farándula, Emily siempre ha cuidado su aspecto. A sus 16 años es más alta que el promedio de las chicas de su edad. Cabello castaño claro, ojos azules y tez blanca.
No tiene el cuerpo de una modelo, su peso es proporcional a su altura. Curvas en los lugares correctos. Se considera atractiva y sabe sacarle provecho a sus atributos.
Comienza a poner más atención a su vestimenta y su maquillaje. Quiere verse bien para llamar la atención del chico que le gusta.
Clara nota el cambio e intenta conocer la motivación de su niña.
- Mi niña, que linda te ves. Me imagino que hay algún chico por ahí que ha llamado tu atención.
- Así es, nana. Se llama Michael. Ven, te muestro una foto.
Clara observa detenidamente la fotografía del chico y no le da una buena impresión.
- Se nota que es mayor y por su forma de vestir deduzco que es el típico rebelde.
- Ay, nana. Tú también. Abby no se cansa de decirme lo mismo. Yo puedo ver más allá de su apariencia y sé que en el fondo es un buen chico.
Muy en el fondo dice Clara para sí. Observa a Emily salir rumbo al colegio. Algo le dice que ese muchacho solo le va a traer sufrimiento a su niña querida.
Clara toma la decisión de hablar con el tutor de Emily. Llama a la puerta de la biblioteca, el señor Gregory (como ella lo llama) se encerró ahí apenas volvió de la oficina.
- Adelante- se escucha decir al hombre del otro lado de la puerta.
Clara abre e ingresa, se queda de pie frente al imponente escritorio tallado en roble oscuro. Del otro lado se encuentra Gregory Carter; un hombre alto y atractivo, cabello rubio, ojos azules. Nariz afilada, mentón cuadrado que enmarca un rostro casi perfecto.
- Disculpe que lo interrumpa, señor Gregory.
- No te disculpes, Clara. Dime qué sucede, te noto preocupada.
- Se trata de mi niña, creo que está enamorada.
- No sé mucho de adolescentes, pero supongo que es algo normal a su edad. Además, puede que sea bueno. Olvidará un poco la tragedia y comenzará a llevar una vida como la de cualquier chica.
- Yo sé que es algo natural y que en algún momento sucedería, pero el tipo que le gusta es el problema.
- ¿Tipo? ¿Acaso no es un chico de su edad?
- Es un par de años mayor que ella.
- A ver mi querida Clara. Vamos a sentarnos.
La guía hasta el sofá de piel que se encuentra en un extremo de la amplia biblioteca.
- ¿No crees que estás exagerando un poquito? Entiendo tu afán por protegerla después de haber perdido a sus padres, pero dos años de diferencia no es nada.
- Es que no solo se trata de la edad, es su apariencia. Parece un rockero de esos que viven la vida loca.
- Aunque no lo creas, yo también fui rockero en mi juventud y mírame ahora.
- Usted es diferente señor Gregory. Ese muchacho no me da buena espina.
- Ok, mantente pendiente y me informas cualquier cosa. Emily es inteligente, dudo que se deje engañar por un tipo que no le conviene.
- Ay, señor Gregory. Se pueden cometer muchos errores por amor.
- Está bien, Clarita. Sí es necesario, voy a intervenir.
- Gracias, señor Gregory. Lo dejo seguir trabajando.
Clara sale de la biblioteca y Greg se queda pensando en lo que acaban de hablar. Admira la dedicación y el amor que le tiene Clara a Emily y es por ese motivo que toma en cuenta sus preocupaciones.
Él nunca tuvo hijos y desconoce muchas cosas acerca de los adolescentes. Recuerda su propia adolescencia y debe admitir que tuvo su etapa de rebeldía.
Ha estado cerca de la hija de sus amigos desde que nació, pero no precisamente involucrado, hasta ahora que ha tenido que asumir la tutoría de la chica.
Conoció a Doug cuando estudiaba su primer semestre de preparatoria y su amigo el último. Vio de cerca como la relación entre él y Kerry fue creciendo.
No entendía su necesidad de casarse siendo tan jóvenes, pronto comprendió que eran almas gemelas. Estaban destinados a estar juntos.
Él nunca ha tenido esa conexión con nadie. Ha habido mujeres importantes en su vida, pero ninguna lo suficientemente importante como para pensar en matrimonio.
Ahora y por caprichos del destino tiene una adolescente a su cargo y eso ha implicado cambios en su vida. Adiós a las salidas nocturnas y a las amantes de turno.
Debe respetar el hogar de su amigo y proteger a su hija. La muerte de Doug fue devastadora para él. Perdió a su mejor amigo, a su consejero.
El sábado hay una cena que organiza la asociación de abogados de la ciudad y pretende ir. Duda que suceda algo malo si se ausenta por una noche. Después de todo, Clara se queda a cargo de la casa y de Emily.
El sábado se despide de Clara y de Emily antes de marcharse, deja instrucciones claras y precisas.
- Vaya sin cuidado, señor Gregory. Yo me encargo.
- Cualquier cosa, me llamas.
- Dejen de exagerar, no soy una chica problema. Hasta ahora siempre me he comportado correctamente.
- Eso es verdad, Emily. Confío en ti plenamente. Las veo mañana.
Abby llega y ve a Greg marcharse en su auto deportivo.
- ¡Qué guapo es tu tutor! Yo lo preferiría a Michael un millón de veces.
- ¡Abby! Qué comentario tan desagradable.
- Yo estoy de acuerdo con usted, señorita.
- Ves, hasta Clara me apoya.
- Yo solo tengo ojos para Michael. Vamos adentro.
En la habitación de Emily, esta no deja de hablar sobre el chico que le quita el sueño.
- De verdad, Emily, estás obsesionada con él.
- Estoy enamorada, Abby. ¿Por qué no puedes entenderlo? Jamás había sentido esto por nadie.
- Lo sé, pero somos muy jóvenes como para pensar que conoceremos al amor de nuestras vidas.
- Así fue para mis padres, ¿por qué no podría pasarme a mí?
- Eres una romántica sin remedio. Solo espero, de verdad que Michael sea lo que tú esperas y que no te rompa el corazón.
Las chicas pasan el resto del día juntas, por la noche, Abby pide permiso a sus padres para dormir en casa de su amiga. Se quedan despiertas hasta tarde viendo películas románticas.
A las seis de la mañana suena el celular de Emily, es un mensaje de un número desconocido que resulta ser de Michael y que lee de inmediato.
📩 Hola, Emily. Soy Michael, nos hemos cruzado algunas veces en el colegio. Eres una chica muy linda, me encantaría que aceptas mi amistad.
El corazón de Emily late a mil por hora, la emoción que ese mensaje ha provocado en ella es única. Comprueba que sí se pueden sentir mariposas en el estómago.
Piensa mucho en cómo responder al mensaje. No quiere parecer desesperada, pero tampoco quiere arriesgarse a perder la oportunidad de comenzar una amistad con ese chico que le encanta. Puede ser el principio de su historia de amor.
📩 Hola, Michael. Te recuerdo, sí. Claro que podemos ser amigos.
No tarda en llegar otro mensaje.
📩 Estoy muy cerca de tu casa, ¿puedes salir? Me gustaría muchísimo verte.
📩 Claro, dame 15 minutos. Te veo en la puerta principal.
Pareciera que su corazón saldrá de su pecho en cualquier momento. Sin hacer ruido, se levanta de la cama. Lo que menos quiere es que su amiga se despierte.
De puntillas, camina hasta el cuarto de baño. Lava su rostro y busca ropa en su armario. Unos jeans y un top negro son los elegidos. Zapatillas deportivas y su cabello atado en una coleta alta.
Con sumo cuidado abre la puerta y se escabulle de la habitación. Baja lenta y silenciosamente. Clara tiene un sueño muy ligero y ante el menor ruido saldrá a averiguar que sucede.
Michael le avisa que ha llegado y casi se le escapa un grito de emoción. Respira profundo al llegar a la puerta principal. Necesita controlar sus emociones.
Al abrir la puerta se encuentra con él frente a frente. Luce tan atractivo; su barba crecida, el cabello alborotado, chamarra de cuero, jeans desgastados y rotos. Detrás de él, junto a la acera está aparcada la motocicleta en la que viaja siempre.
Él se acerca y sin mediar palabra besa su mejilla.
- Caminemos- dice en un tono que más bien parece una orden y ella se limita a asentir.
Recorren un par de calles en silencio. Es muy temprano y en domingo no mucha gente circula por el lujoso vecindario.
- ¿Hace mucho que vives aquí?- pregunta él.
- Toda mi vida. La casa perteneció antes a mis abuelos.
- Vaya, debe de ser fantástico crecer aquí.
- Tengo buenos recuerdos. Supongo que también naciste aquí.
- Sí, no en un vecindario como este, pero no me quejo.
- ¿Por qué te transfirieron?
- El director me tenía mala voluntad. Siempre buscaba la oportunidad para perjudicarme.
- Que injusto.
- Estoy acostumbrado. Las injusticias me persiguen.
Llegan a un parque muy lindo y ahí siguen conversando. El tiempo pasa muy rápido y cuando Emily ve la hora sabe que tendrá problemas.
- Debo volver a casa. Seguro mi nana ya notó mi ausencia y me espera un fuerte regaño.
- Es tu nana, no tu madre. No tiene ningún derecho y no debería reprenderte.
Emily comienza a caminar apresurada y Michael la sigue.
- Clara es como mi madre, siempre ha cuidado de mí.
- Pronto serás una adulta y no tendrás que rendirle cuentas a nadie. Podrás hacer con tu vida lo que quieras.
Las palabras de Michael resuenan en sus oídos durante todo el trayecto hacia su casa.
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