Nunca Fuimos Los Únicos
1 Ni los fantasmas me sacan las ganas de dormir
Autora
Aclaro que no importa el pelo o color de los personajes, tampoco la fecha y hora
Autora
Capaz se repitan algunas cositas
Autora
Me surgio esta ideaa
Autora
Antes de que se vaya
Autora
Ayy no sé si les vaya a gustar
Autora
aaah q emoción jaja
Natasha
¿Esta es la casa? *preguntó bajándose con dos maletas del auto con cara de "yo vine engañada"*
Dilan
No, es un decorado de un pelotero del terror, ¿qué te parece? *le respondió con tres mochilas al hombro como si no pesaran nada*
La casa era enorme, vieja, y tenía ese olor a madera mojada con historia. Estaba en medio del campo, sola, rodeada de pastizales que te acarician los tobillos sin permiso.
Una galería larga como el verano la bordeaba, y por alguna razón, había una mecedora que se movía sola.
Paulina
Ah bueno...esto grita a "nos van a matar dormidos" *dice mientras se saca los auriculares y mira la casa*
Mateo
¿Y qué querés? ¿Un all inclusive? Es lo que hay, Pau *contestó cerrando la puerta del auto mirando a la casa con una mirada de como quien se prepara para algo inevitable*
Mateo no era mayor, pero sí el que mandaba. Mientras Julián, el primogénito oficial, se rascaba la panza medio dormido, Mateo ya organizaba donde iban a dormir, que iba a cocinar y que hacer si había una invasión zombi real.
Benjamín
¡Mirá esa ventana se movió sola! *grito apuntando a la ventana del segundo piso*
Uriel
Era la cortina, Benja *contesto serio, bajando con un paquete de yerba bajo el brazo, al hacer las maletas fue lo primero que guardaron*
Alejo
No importa, a mí me gusto. Acá debe haber fantasmas *dijo emocionado* yo quiero uno de mascota.
Natasha
¿Qué tipo de infancia tuvieron estos nenes? *pregunta agarrándose la cabeza*
Mientras todos estaban con cajas, mochilas y un poco de miedo, en la parte más alta de la casa, en un cuartito con espejos rajados y el piso de madera que crujía, como si hablara, una figura observaba desde las penumbras.
No era humo, ni sombra. Era presencia, algo que flotaba sin hacerlo, algo que había sido humano, pero ya no del todo.
Gabriel
Volvieron *dijo como si le hablara a la casa misma*
Carla
No. Son nuevos *dijo mientras aparecía como una ráfaga tibia*
Gabriel
No me refería a los cuerpos *dice mirando hacia las escaleras*
Stefania
¿Y qué te llama la atención de ese? *preguntó flotando desde atrás, con su sonrisa calma y ese aire de hermana mayor protectora*
Gabriel
Ese que cocina....Mateo *murmuró* tiene algo, lo vi antes, en otra vida o algo.
Carla
*observandolo respira hondo sin pulmones*
Carla
Ojo Gaby. No empieces con tus fijaciones
Abajo, en la cocina, Mateo revolvía una olla como si fuera un programa de cocina barato sin presupuesto.
Mateo
Bueno, alguien tiene que alimentar a esta manada de pirañas
Paulina
¿Qué estás haciendo? * preguntó parada desde el marco de la puerta de la cocina*
Mateo
Arroz, con lo que quedó en la heladerita del auto. ¿Por qué?
Paulina
Porque huele como si hubiera cocinado un fantasma *tira a chiste*
Julián
Quizás lo hizo *dijo mientras pasaba por atrás con una lámpara polvorienta*
Natasha
¿No te parece que hay muchas habitaciones como para que todo haya sido tan barato? *preguntó cruzándose de brazos*
Mateo
Sí, pero somos muchos hermanos como para que nos den otra opción *contestó*
En ese momento, Alejo y Benjamín entraron corriendo con Pablo siguiendolos
Alejo
¡Encontramos una pieza con dibujos en las paredes! *grito*
Benjamín
¡Y hay una nena que canta! *dijo como si fuera la mejor noticia del día*
Uriel
¿Cómo qué una nena? *pregunto frunciendo el ceño*
Benjamín
Sí. Se llams Carla, y dijo que antes también vivía acá. *sonríe*
Se hizo un silencio incómodo. De esos que no sabes si viene de adentro o de la casa.
Natasha
¿Y está....viva? *Preguntó*
Pablo
No sé. Se ríe raro pero es divertida. *contesto encogiendose de hombros*
Mientras tanto, en el fondo del patio, detrás del aljibe seco, Axel y Jeremías hablaban por primera vez en décadas.
Jeremías
No deberían estar acá *dijo mirando como el atardecer se teñía de rojo*
Axel
Tarde, ya pusieron la alfombra en el living *bufó*
Jeremías
El segundo mayor... Mateo. Él va a ser el problema.
Axel
Lo sé, por eso hay que apurarse, las casa los va a tocar uno por uno
Axel
Gabriel siempre fue débil con los vivos, pero esta vez no lo voy a dejar
Y la casa crujió, como si entendiera, como si también tuviera algo que decir.
Autora
Llega el primer capítulooo
Autora
Perdón si es cortooo
2 No es un juego si alguien te respira en la nuca
Autora
Mis amores beiossss
Autora
Acá les traigo otro cap
Autora
Espero y les gusteee
Autora
Recuerden que siempre empiezo con una parte del capítulo anterior
Autora
Si los que vayan a leer la obra ya son fans de antes lo saben
Autora
Y si son nuevos, pues lo saben ahora jajaja
Mientras tanto, en el fondo del patio, detrás del aljibe seco, Axel y Jeremías hablaban por primera vez en décadas.
Jeremías
No deberían estar acá *dijo mirando como el atardecer se teñía de rojo*
Axel
Tarde, ya pusieron la alfombra en el living *bufó*
Jeremías
El segundo mayor... Mateo. Él va a ser el problema.
Axel
Lo sé, por eso hay que apurarse, la casa los va a tocar uno por uno
Axel
Gabriel siempre fue débil con los vivos, pero esta vez no lo voy a dejar
Y la casa crujió, como si entendiera, como si también tuviera algo que decir.
La primera noche en la casa terminó como una especie de campamento improvisado, versión descompensada. Entre colchones inflables, colchas peludas heredadas de algún abuelo desconocido y bolsas de dormir con olor a humedad, los diez hermanos se esparcieron por el lugar.
Uriel
¿En serio vas a dormir en el pasillo, Dilan? *preguntó, ya con el pijama puesto y un libro en mano*
Dilan
Obvio. Acá corre más aire, y tengo vista estratégica a tres entradas. *respondió como si fuera un experto en seguridad y no un chico que tiene miedo a quedarse solo*
Natasha
Lo único que corre es el espíritu de algún anciano que murió viendo crónica *dijo pasando con una linterna que no necesitaba, pero la usaba igual*
Mateo como siempre se acostó último. Reviso que todos tuvieran algo para abrigarse, que los más chicos no hubieran dejado una galletita abierta (otra vez) y que Julián no estuviera roncando tan fuerte como para invocar demonios.
Pero igual no podía dormir, desde que cruzaron el portón herrumbrado de la casa, había algo que le hacía latir el corazón muy fuerte. Un cosquilleo entre la nuca y el pecho. Como si alguien lo reconociera desde las sombras... como si ya lo hubieran esperado antes.
Y cada vez que cerraba los ojos, sentía una respiración cercana. Una voz muy bajita que decía su nombre.
A la mañana siguiente, lo primero que se escuchó fue el grito de Benjamín:
Benjamín
¡SE ROMPIÓ EL TERMO!
Y ahí vino una fila de quejas: el agua salía marrón, la pava eléctrica sacaba chispas y Natasha se había cortado el dedo con una lata.
Julián
Bienvenidos al día dos en el hotel paranormal *dijo, saliendo con el torso desnudo y los pelos como si lo hubiera lamido una vaca.
Natasha
Ponete una remera por favor, hay niños presentes *dijo mientras buscaba una curita*
Paulina
A veces me pregunto si no estaríamos mejor en un monoambiente en CABA *contestó desde la cocina, viendo que el pan no se le pegara en la tostadora portátil*
Mateo estaba serio. Preparaba el mate como si de eso dependiera la supervivencia del grupo.
Uriel
¿Dormiste algo? * le preguntó a Mateo mientras estaba apoyado en el marco de la puerta*
Mateo
Lo justo para soñar raro *le paso el mate sin mirarlo*
Mateo lo miró. No había dicho nada todavía, no le había contado a nadie, pero ese nombre ya flotaba.
Mateo
¿Cómo sabes? *preguntó sorprendido*
Uriel
Los chicos dijeron que hablaron con una nena, que vivía acá antes. Se llamaba Carla y que mencionó a otros, uno se llamaba Gabriel.
Se hizo un silencio espeso.
Mateo
¿Y los dejaste seguir hablando con ella?
Uriel
Sí, porque estaban jugando tranquilos, y porque no tenemos internet ni tele. Así que.... ¿que más pueden hacer?
Mateo
A este ritmo vamos a tener que poner reglas de convivencia para los vivos y los muertos *contestó y se fue a revisar los cajones de la alacena como si en ella fuera a encontrar la respuesta*
Mientras tanto los más chicos habían decidido explorar el patio trasero.
Alejo
¡Vamos al galpón viejo! *grito mientras usaba una ramita de árbol como espada*
Benjamín
¡Yo primeroo! * gritó*
Pablo
*Los sigue con un poco de miedo, pero sin querer quedarse atrás*
El galpón estaba medio caído y con la puerta que chirriaba como si se quejara de ser abierta. Adentro había herramientas oxidadas, latas sin etiquetas y una montaña de polvo que podrían ser patrimonio histórico.
Pero, lo que encontró Pablo fue otra cosa. Debajo de una tabla del piso escondida entre tierra seca y telas de arañas, había una cajita pequeña, de madera, con una letra "G" tallada torpemente en la tapa.
Benjamín
¿Qué es eso? *Pregunto*
Pablo
No lo sé, pero está bonita *dijo y soplo la caja para sacar la tierra como si fuera un tesoro*
La abrió. Adentro había tierra negra, como de maceta. Y entre la tierra, un collar: un hilo con una medallita en forma de luna.
En el momento que Pablo sacó la medalla de la caja, la temperatura bajó, no tanto, pero, lo suficiente para que Pablo dijera:
Alejo
*Lo mira con los ojos abiertos como plato* ¿Escucharon eso?
Alejo
Una risa finita, como de nena
En la casa, Paulina se sirvió una taza de té con yuyos que encontró en una bolsa con la etiqueta deshecha. Se sentó frente a Mateo que escribía en un cuaderno con el ceño fruncido.
Paulina
Soñé con una nena anoche *le dice*
Mateo
*Levanta la vista* ¿Cuál?
Paulina
No sé, nunca la vi, tenía el pelo medio ondulado y largo, ojos raros. Me dijo que no entre al bosque, que hay caminos que no vuelven.
Mateo
*Sintiendo que algo se le apretaba en el pecho* ¿te dijo como se llamaba?
Paulina
Lisa... no era mala, solo me avisaba
En el segundo piso Gabriel observaba con los brazos cruzados, callado, con un gesto que no era de enojo ni de ternura, sino término medio.
Stefania
Tiene algo que no recuerda *dijo Stefania apareciendo a su lado*
Carla
Todos traen cosas dormidas
Gabriel
Pero él me recuerda *murmuró con los ojos fijos en Mateo*
Stefania
¿Vos querés qué te recuerde?
Gabriel
*No responde y desaparece*
Esa noche, después de cenar unos fideos con tuco que no tenía carne, pero sí mucho ajo (por cortesía de Mateo), se fueron acomodando para dormir de nuevo.
Pablo
*Con el collar puesto* Es mi amuleto
Benjamín
Sacátelo que me da cosa
Pablo
No, es mío, la casita me lo dio.
En el cuarto de Mateo la ventana se empañó desde afuera. Y Gabriel entró, no caminando, no flotando, simplemente estuvo ahí.
Gabriel
*Sentado al borde de la cama observando como Mateo duerme*
No lo tocó, no podía, pero... quería.
Gabriel
¿Me ves? *Preguntó con una voz baja y temblorosa*
Mateo
*Entre sueños habla: Gabriel....
Gabriel
*Quedándose helado*
Stefania
*Aparece de inmediato*
Stefania
Te estás adelantando
Gabriel
Pero me dijo... Me dijo por mi nombre.
Stefania
O soñó, o recordó. No confundas deseo con señal, Gaby, que vos te encariñas rápido.
Gabriel
*Otra vez sin responder desaparece*
En el bosque Jeremías y Axel caminaban en línea recta. Aunque no había un camino. Porque el bosque ya no era bosque. Era memoria.
Jeremías
Y nadie lo va a frenar esta vez
La tierra temblo apenas, como si algo gigante se hubiera despertado.
La casa crujió otra vez, no solo por la madera, esta vez fue como si quisiera hablar.
Y alguien en algún rincón donde nadie miraba, respondió.
3 sillardo y los susurros invisibles
Autora
Holaaaa mis chikess
Autora
Estoy muy emocionada
Autora
Espero que tenga un buen apoyo
En el bosque Jeremías y Axel caminaban en línea recta. Aunque no había un camino. Porque el bosque ya no era bosque. Era memoria.
Jeremías
Y nadie lo va a frenar esta vez
La tierra tembló apenas, como si algo gigante se hubiera despertado.
La casa crujió otra vez, no solo por la madera, esta vez fue como si quisiera hablar.
Y alguien en algún rincón donde nadie miraba, respondió.
Amaneció con un viento raro, como si alguien anduviera soplando desde los árboles. Adentro, el día empezaba como todos, con gritos:
Natasha
¿QUIÉN SE COMIÓ EL ÚLTIMO PAN Y DEJO LA LECHE ABIERTA? *gritó desde la cocina*
Dilan
Yo no fui, estaba con el bebé *dijo mientras tenía a Pablo alzando porque estaba hiperactivo*
Julián
¿Y quién le dio azúcar al nene? *preguntó entrando con cara de que quería estar en todos lados menos ahí*
Benjamín
Se sirvió solo *dijo encogiéndose de hombros*
Paulina
Benja, no sabe leer
Alejo
Pero sabe sobrevivir *dijo dramático como si narrara un show de supervivencia*
En medio del caos Pablo se le había escapado a Dilan y apareció con una silla.
Pablo
Se llama sillardo, y es mi amigo
Mateo frenó la tostadora en seco.
Los más grandes se miraron. La silla estaba toda rayada, con una pata más corta que la otra y una bufanda atada al respaldo.
Uriel
Capaz hay que dormirlo más temprano *sugirió*
Esa noche, mientras los chicos dormían algo paso. En el pasillo, las velas se apagaron solas, y desde las sombras se oyó un susurro.
Pablo
*Abre los ojos y sonríe*
Sillardo estaba al lado de su cama, como si se hubiera movido solo.
Desde el techo Gabriel lo miraba, flotando en silencio.
Gabriel
Solo lo cuido *dijo en voz baja*
Axel
Estás rompiendo las reglas *le dijo*
Gabriel
No lo toqué, solo canté
Jeremías
Cantar también es tocar algo
Más tarde, en el desayuno, Pablo se acercó a Mateo
Pablo
Anoche alguien me hablo, me dijo que no tenga miedo
Mateo
*Se agacha para mirarlo a los ojos*
Pablo
No lo sé, no sé veía, pero cantaba lindo.
Mateo
*Traga saliva y le revuelve el pelo a Pablo sin decir nada*
Después del desayuno decidieron salir a caminar, a un parque de juegos que habían visto desde la ruta. Dilan lo bautizo como "Disney rural".
Había un subibaja oxidado, una calesita que chirriaba como si llorara, y una hamaca que se movía sola con el viento.
Paulina
¿Está bien qué nos sentemos acá?
Natasha
¿Querés quedarte en casa con la silla que habla?
Mientras jugaban, Mateo se sentó aparte, en un tronco. Miraba a los chicos como si estuviera en otro mundo.
Y desde lejos, Gabriel lo observaba.
La casa estaba llena de misterios.
un poco de cosas más lindas.
Autora
Este fue muuuuy cortoo
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