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¡¿LA VILLANA SEDUCE AL HEROE?!

CAPITULO 01

> 🌑 Castillo de Baltimore, Reino de las Sombras. Noche perpetua. La luna jamás se alza sobre este cielo. El aire huele a hierro, a rosas negras… y a muerte.
[-- recostada sobre un trono abandonado, jugando con un cráneo humano entre los dedos]
Clary
Clary
Ugh… Estoy aburrida. —Días sin masacres. Semanas sin cazar. ¿Qué clase de maldita era es esta?
[Andalia – sentada sobre una baranda alta, afilando una daga negra]
Andalia
Andalia
—Podrías salir al bosque y cazar ciervos. —O algún idiota que se acerque al límite humano… aunque ya ni eso hacen.
[Clary – rueda los ojos]
Clary
Clary
—¿Ciervos? Pff, por favor. —Quiero algo que grite. Que suplique. —¡Como esos soldados humanos que trajimos la otra vez! Uno lloró mientras le chupaba el alma por los ojos.
[Anna – tímida, joven vampira sentada al borde de una fuente de sangre negra]
Anna
Anna
—No todos lloraban... —A mí me gustó uno. Era... lindo.
[Clary – carcajada cruel]
Clary
Clary
—¡Oh, por favor, Anna! ¿Lindo? —Los hombres solo sirven para dos cosas: 1. Morir. 2. Y que te entretengas un rato antes de que mueran.
[Anna – bajando la mirada]
Anna
Anna
—...yo solo dije que me gustó...
[Iris – desde las sombras, caminando con paso firme, su capa ondeando como alas de cuervo]
iris
iris
—Y te equivocaste. —Los vampiros machos… los humanos… todos son la misma basura. —Inmundicia repugnante. Carne blanda con delirios de poder.
[Andalia – bajando con agilidad felina, sonrisa ladina]
Andalia
Andalia
—Hmm… no todas pensamos igual, Iris. —Yo probaría un hombre. Uno fuerte. —Uno que se resista… y luego me suplique.
[Iris – sin mirarla, sacando un pañuelo manchado de sangre del bolsillo de su corsé]
iris
iris
—No vale la pena mancharse por ellos. —Ni por placer. Ni por hambre. —Son ruido. Sangre fácil. Nada más.
[Sonido de tacones resonando en el mármol del salón. Las sombras se abren. Entra Elis Baltimore, la Matriarca.]
Elis
Elis
—¿De qué hablan, mis lobas nocturnas?
[Todas – se inclinan con respeto, incluso Iris baja la mirada por un momento.]

CAPITULO 02

[Clary – divertida]
Clary
Clary
—De hombres, Matriarca. —De qué tan inútiles son.
[Andalia – sonriendo de medio lado]
Andalia
Andalia
—Y de si alguno vale la pena probar... aunque sea una vez.
[Elis – ríe, voz grave, sedosa y amarga]
Elis
Elis
—¿Probarlos? —No saben nada de los hombres. Ni humanos ni vampiros. —Ambos son iguales… criaturas vacías que se creen dioses cuando apenas pueden controlarse.
[Iris – entrecerrando los ojos]
iris
iris
—Hablas como si los conocieras demasiado bien.
[Elis – se acerca al trono central, sus uñas doradas brillando como dagas]
Elis
Elis
—¿Conocerlos? Yo los destruí. —Niñas… antes de que fueran libres, ustedes no eran guerreras. —Eran… ganado.
[Silencio. Las guerreras se tensan. Incluso Clary deja de jugar con el cráneo.]
[Anna – con voz baja]
Anna
Anna
—Matriarca… ¿es verdad que antes… las mujeres vampiras eran…?
[Elis – con una mirada helada]
Elis
Elis
—Esclavas. —Exhibidas, violadas, quemadas vivas frente a iglesias, simplemente por tener voz. —Usadas como moneda entre clanes. —¡Todo por culpa de ellos! Nuestros propios hermanos de sangre.
[Clary – voz endurecida]
Clary
Clary
—Hijos de puta.
[Andalia – frunciendo el ceño]
Andalia
Andalia
—¿Y tú los destruiste… a todos?
[Elis – sonrisa siniestra, labios como cuchillas]
Elis
Elis
—A todos. —Incluyendo a mi esposo, el Rey. —Fue su cabeza la que marcó el inicio de esta era. —Una nueva noche. Nuestra noche.
[Iris – voz baja, profunda, como una plegaria oscura]
iris
iris
—Y nosotras… somos su legado.
[Elis – levantando la copa de sangre negra]
Elis
Elis
—Y ustedes… son mis hijas.
[Todas – en silencio, bebiendo de sus copas, mirándose entre ellas con ojos encendidos.]
.
.
.
Bosques olvidados. Al este del Reino Humano. A kilómetros del último puesto militar. Un claro muerto entre ramas secas. Niebla como leche podrida. Y una cabaña solitaria… tan quieta que parecía observarlas.
[Clary – descendiendo desde el cielo con sus alas de murciélago extendidas, manchadas de rojo seco]
Clary
Clary
—Qué porquería de lugar… —Huele a madera vieja y orina de roedor.
[Andalia – aterrizando detrás de ella, plegando sus alas con gracia felina]
Andalia
Andalia
—Eso es porque tú no tienes buen olfato. —Yo huelo… miedo. —Mmmh, delicioso.
[Anna – bajando torpemente, sus alas pequeñas tambaleándose]
Anna
Anna
—¡Aaah! ¡No soy buena en esto! ¡Aterrizaje forzoso!
[Clary – soltando una carcajada]
Clary
Clary
—¿Otra vez, Anna? —Juro que la próxima vez te amarro una cuerda y te arrastro como a un perro.
[Anna – frotándose las rodillas, murmurando]
Anna
Anna
—¿Por qué no puede haber una misión donde caminemos…?
[Andalia – ya con su daga en mano, inspeccionando la cabaña]
Andalia
Andalia
—Demasiado silencio. —Si hay humanos aquí… están escondidos. O muertos.
[Clary – empujando la puerta de la cabaña]
Clary
Clary
—¿Y qué más da? —Vinimos a cazar, no a tomar el té.
La cabaña crujió como si protestara. Polvo, telas de araña, sillas tiradas. Había sangre… pero seca. Muy seca. No olía a fresca. No olía a reciente. Algo no estaba bien.

CAPITULO 03

[Anna – caminando distraída, mirando al techo]
Anna
Anna
—¿Y si es una trampa? —Tal vez los humanos aprendieron que venimos de noche y…
[CLICK]
[Anna – gritando]
Anna
Anna
—¡AAAAAH!
Una red brilló como luz de luna al caer sobre ella. Hilos de plata pura. Su piel empezó a chisporrotear. El humo salió de sus brazos, de sus piernas. Gritaba. Chillaba.
[Andalia – horrorizada]
Anna
Anna
—¡PLATA! ¡ES PLATA! —¡Maldita sea, no la toquen!
[Clary – desesperada]
Clary
Clary
—¡NO! ¡No puede ser! ¡Nos vieron venir! ¡¿Quién demonios pone trampas de plata en medio de la nada?!
[Anna – revolviéndose bajo la red, lágrimas negras en los ojos]
Anna
Anna
—¡¡ME QUEMA!! ¡ME ESTOY QUEMANDO! ¡SÁQUENME DE AQUÍ!
[Andalia – dando vueltas como loca]
Andalia
Andalia
—¡No puedo tocarla! ¡Nos quemaría también!
[Clary – gritándole a Andalia]
Clary
Clary
—¡Tú dijiste que no había nadie! ¡Oliste miedo, pero era el de Anna!
[Andalia – furiosa]
Andalia
Andalia
—¡Y tú abriste la maldita puerta sin revisar nada!
[Anna – gimiendo]
Anna
Anna
—¡AUXILIOOOO…!
Las ramas se movieron detrás de ellas. Un silbido corto. Una sombra. Y entonces…
[Iris – voz helada, desde la oscuridad]
iris
iris
—Qué escándalo hacen… por una red. —¿Quieren que nos descubran?
[Clary y Andalia – volteando al mismo tiempo]
Iris caminó despacio. Su espada negra brillaba como una hoja de obsidiana bajo una luna que no existía. Sin dudarlo, alzó el arma y —con un corte perfecto, frío, quirúrgico— rajó la red de plata sin tocarla.
[Anna – jadeando, su piel humeando]
Anna
Anna
—¡Ah… Iris… gracias…! —Pensé… pensé que iba a… morir…
[Iris – ayudándola a ponerse de pie, seria]
iris
iris
—Si te hubieras muerto por una red, te lo merecías.
[Clary – irritada]
Clary
Clary
—¡Oye!
[Iris – girando su mirada roja hacia Clary]
iris
iris
—Tú también. —Fallaste como vigía. —Imbéciles.
[Andalia – a punto de responder algo venenoso… pero se detiene.]
Iris levantó la mirada de pronto. Algo cambió. Sus pupilas se dilataron.
[Iris – voz baja]
iris
iris
—Esperen…
[Todas – en silencio]
[Iris – entrecerrando los ojos, mirando entre los árboles a lo lejos]

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