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Quiero El Divorcio

Renacer

Voy caminando por la avenida principal, es tarde y aunque estoy cansada por un largo día de trabajo, creo que finalmente podré llegar a la casa a recostarme, ni siquiera quiero cocinar hoy, por lo que pasaré a comprar una pizza congelada para recalentar en la casa.

Mientras me decidía, si llevar una vegetariana o una con carne, un bullicio se formo dentro del pequeño mercado del barrio… gritos… llantos… golpes y un fuerte y violento ruido que, en segundos, me hizo caer al piso… la verdad es que ni siquiera puedo decir que sentí dolor, creo que ni siquiera alcance a asustarme, solo de repente todo se apagó…

Cuando desperté, me dolía mucho la cabeza, toque mi frente y al levantar mi mano me di cuenta que era delgada y blanca… levante las mantas y mi cuerpo ahora era diferente, era básicamente una barbie de cabello negro largo y ondulado… miré hacia los lados y no estaba en un hospital… quizás en un museo… intente levantarme para buscar a alguien, pero caí estrepitosamente al suelo… y nuevamente me dormí… o al menos eso creo… porque tuve el sueño mas realista que pude haber imaginado jamás… ahora era una persona diferente, en un mundo, en una tierra, en un cuerpo y familia diferente…

Ahora mi nombre era Dahlia Allen, hija ilegitima del Conde Werner de Barnes, quien era usuario de magia, por lo cual yo también tenía poderes.

Sin embargo, desde pequeña, tenía prohibido decirlo, porque si lo hacía, todos sabrían quién era mi verdadero padre. Mi padre, el Conde Werner, era un hombre mayor, casado con la condesa Werner y tenía dos hijos varones, mucho mas grandes que yo, de ellos, solo el primogénito Jeremiah Werner, había heredado el poder de la magia. Mi madre Astrid Allen, me había dejado en un internado para señoritas desde que tenia seis años, y una vez por temporada me visitaba, si bien nunca me habia faltado económicamente nada, a mi padre solo le veía el día de mi cumpleaños o en las festividades, una vez al año, solo algunas horas… ya estaba cercana a cumplir la mayoría de edad y esta vez me visitó unos días antes.

En el sueño me veía a mi misma haciendo una reverencia perfecta al hombre que supuestamente era mi padre.

Conde: Dahlia pronto cumplirás 18 años

Dahlia: lo sé señor

Conde: por lo cual, he concertado un matrimonio arreglado

Dahlia: ¿matrimonio?

Conde: asi es, el Barón Butler es un hombre respetable y te dará un buen pasar, no tendrás problemas económicos, ni preocupaciones.

Dahlia: ese hombre tiene hijos que tienen mi edad, una de sus hijas esta conmigo en el internado.

Conde: eso no es importante, eres una señorita preparada, pero sin un titulo, a lo mas que puedes aspirar es a esto.

Sin decir más el hombre se fue, dejando a Dahlia llorando en el jardin del internado… después de esa conversación, ella se negó a comer y a beber por los siguientes días…

Cuando Dahlia despertó y después de una hora de llanto, confusión y decisiones, ella pudo ordenar sus ideas y darse cuenta de lo que pasaba… efectivamente había renacido.

[Por supuesto, no me casaré con ese hombre, primero intentaré razonar con el conde Werner… sino resulta, me iré de aquí…]

Al día siguiente, Dahlia habló con las encargadas del internado y pidió que llamaran al Conde Werner. Las mujeres a cargo, quienes llevaban años custodiándola, sabían muy bien la situación de Dahlia, por lo que no se negaron a su petición, era la primera vez en 12 años, que ella pedía algo. Esa misma tarde, el conde asistió al internado acompañado de la madre de ella, Astrid Allen.

Astrid Allen: Dahlia, el conde esta muy ocupado… ¿Por qué lo llamaste?

Dahlia: lo sé, pero nunca lo he interrumpido desde que nací, espero que no se moleste por eso.

Astrid Allen: Dahlia…

Dahlia: Señor, señora, por favor, no quiero un matrimonio arreglado…

Conde: eso no está en discusión

Dahlia: usted no me puede obligar a nada, no es nada mío.

Astrid Allen, miró a Dahlia con la cara llena de asombro, ella jamás le había contradicho algo, menos al conde…

Astrid Allen: Dahlia no seas grosera…

Conde: te casaras y asumirás las labores correspondientes a tu posición.

Dahlia: insisto, usted no tiene autoridad sobre mis decisiones.

Astrid no dudo más y se acercó y le dio una bofetada a su hija.

Astrid Allen: no te das cuenta que el conde se preocupa por ti.

Dahlia: lo hace porque soy su hija, yo no le pedi que engañara a su esposa contigo, madre

Astrid le dio nuevamente una bofetada a Dahlia.

El conde no mostraba disgusto, en realidad ni siquiera le importaba mucho la situación.

Conde: Dahlia, eres usuaria del elemento de la tierra, el barón lo sabe y esta bien con tus orígenes, además tu madre ya recibió la dote por tu matrimonio.

Dahlia llorando miró a su madre…

Dahlia: me vendiste…

Astrid: esto es lo mejor… no hay nada que puedas hacer para cambiar eso…

Bianca pensó en seguir discutiendo, pero aun no era el momento, por lo que solo apretó los puños con fuerza.

Dahlia: ¿Cuándo será la boda?

Conde: un mes después de tu cumpleaños.

Dahlia: bien.

[tengo un mes para prepararme para huir]

Dahlia: necesito dinero

Astrid: ¿para que?

Dahlia: para comprar lo necesario, no pretenderás que viva con la ropa del uniforme del internado… quiero el dinero que pago el barón por comprarme

Astrid: Dahlia ¡suficiente!

Conde: te daré el dinero, el barón Butler sabe que eres mi hija, no dejaré que llegues pasando necesidades.

Dahlia: señor, por favor entrégueme usted el dinero, no confío en mi madre.

[ciertamente, tampoco confío en este hombre, pero necesito el dinero]

Astrid: ¡DAHLIA! ¡como puedes decir eso!

Dahlia: algo mas señor, quiero un libro para aprender de magia…

Conde: ¿Por qué?

Dahlia: si el barón me dice que haga algo con magia, no será mucho lo que podré hacer. Escuché que tiene cultivos de legumbres, quizás por eso me compró.

Conde: bien, te haré llegar el dinero y los libros necesarios, por supuesto no puedes rebelar tus poderes, ¿Queda claro?

Dahlia: si señor.

Conde: ¿algo mas?

Dahlia: si, una pregunta…

Conde: hablar

Dahlia: ¿su familia sabe que existo?

Conde: si.

Dahlia: entiendo, bueno, gracias.

Dahlia salió del jardín dejando a ambos sorprendidos… nunca Dahlia habia respondido mal, nunca habia preguntado algo, una vez cuando era intento mirar al duque y acercarse, pero nunca hizo nada… ahora incluso su tono de voz era diferente.

Huida

Al día siguiente, Dahlia recibió una gran cantidad de monedas y dos cuadernos con inscripciones acerca de la magia de madera.

En ese mundo existían varios tipos de magia, pero principalmente dentro del reino de Barnes, se encontraban cinco tipos de magia, Tierra, Agua, Madera, Fuego y Metal.

El elemento de madera era bastante versátil, servía para trabajar la tierra en los cultivos, como lo hacia la familia Werner, existían magos que trabajaban directamente para el reino ya que, los magos de madera podían crear lianas y enredaderas poderosas y también algunos magos trabajaban en el templo, en la creación de pociones e investigación. Generalmente, el haber nacido con el don del elemento era reconocido como una bendición, sin embargo, para una hija ilegítima, era un gran problema.

[bueno, lo primero que tengo que hacer es salir de este lugar, diré que tengo que ir a comprar vestidos, seguramente le preguntaran a mi padre para pedirle autorización… mientras practicare con mi magia…]

Tres días después, le avisaron a Dahlia que, podía salir temprano para comprar todo lo que necesitara y sorprendentemente, le entregaron una pequeña caja con un broche de color verde.

Dahlia: ¿Quién me envía esto maestra?

- Lo trajo el joven de los mandados de la mansión Werner, por lo que creo que es un regalo del conde.

[Si no estuviese necesitando dinero, le hubiese dicho que se meta el broche por el…]

Dahlia: maestra, ¿este broche es costoso?

- Asi es… ciertamente, no es una gran piedra, pero si vale lo suficiente, como para ser cuidada.

Dahlia: muchas gracias maestra.

- Señorita Dahlia… ¿está todo bien?

Dahlia: si maestra.

- mmmmm

Dahlia: ¿Por qué?

- hace algún tiempo, recibir un regalo desde la mansión Werner te hubiese hecho llorar de la mansión… recuerdo que aun guardabas el pañuelo que te dio el conde, una vez que te caíste por salir a recibirlo.

Dahlia: ahh… bueno, creo que he madurado…

- eso es bueno…

Dahlia: muchas gracias por sus cuidados maestra…

Al día siguiente, lo primero que hizo Dahlia fue echar todas las cosas de valor en un bolso pequeño, guardar las monedas de valor dentro de su ropa y tomar “prestada” ropa de los jardineros.

[Viajar como hombre será más fácil y más seguro]

Cuando estuvo lo suficientemente lejos del internado, entro a un salón de té y se cambio de ropa, amarró su pelo en un moño alto y lo cubrió con sombrero y una capa, lo que mas le costo disimular fue su busto, por lo que guardo algo de ropa sobre su estómago para verse mas robusto…

[ahora solo parezco un hombre con sobre peso]

Se pinto con carbón un poco la cara y con la capa puesta, no era ni la sombra de la hermosa señorita que era hasta hace unas horas.

Después de eso, se fue al puerto y compro un pasaje en una sencilla embarcación.

- ¿A dónde va señorita?

Fingiendo una voz mas grave y casi sin levantar el rostro, Dahlia respondió.

Dahlia: ¿Qué tan lejos llega?

- Hasta el final del reino.

Dahlia: allá voy.

- Suba entonces, el viaje será largo.

Cuando Dahlia se sentó en el barco, recién pudo respirar…

[Realmente, está resultando, estoy dejando ese futuro terrible para alejarme de todo eso]

Casi al anochecer, el barco atracó en un pequeño muelle.

Dahlia a pesar de solo haber comido unos bollos de pan, estaba feliz.

[Ahora buscaré una sencilla posada y comprare mañana algo de ropa, para salir del reino]

Al día siguiente, Dahlia salió temprano de la posada y fue a comprar ropa sencilla, ahora de mujer.

[El próximo recorrido será de hombre, asi no me podrán encontrar, iré alternando hasta sentirme segura]

Volvió a la posada en la que se había hospedado la noche anterior, para obtener información.

Dahlia: señora, ¿usted sabe como puedo salir del reino?

- señorita, debería entonces ir a la frontera Este para tomar un barco al reino de Kensington.

[Si voy al este debería retroceder y volver a pasar por mi pueblo]

Dahlia: ¿y a otro lugar?

- Desde la capital, tendría que tomar una embarcación hacia el imperio de Somerset.

Dahlia: entiendo… ¿y desde aquí? ¿algo mas cerca?

- Aunque estamos cerca de la frontera…

Dahlia: ¿de verdad?

- Asi es, estamos cerca de la frontera Lennox, pero para pasar se necesita un permiso o una invitación especial, no cualquier persona puede pasar.

[wow es como una visa medieval]

Dahlia: muchas gracias.

Mientras tanto en el pueblo natal de Dahlia, el barón Butler y el conde Werner tenían una acalorada discusión.

Barón Butler: Conde Werner ya le pagué el dinero de la dote a la madre de su hija, ¿Cómo es posible que ella haya desaparecido?

Conde Werner: Barón Butler, seguramente son por los nervios de la boda… no se preocupe

Barón Butler: si esa mujer no aparece exigiré una compensación, además de la devolución de todo lo que pague… creo que no quiere que el pueblo se entere de quien es la señorita…

Conde Werner: ¿me está amenazando?

Barón Butler: no, por supuesto que no, no olvido que su rango es superior al mio… pero, sé muy bien lo justa que es la reina con las hijas que no son reconocidas o lo que sucede con los padres que reciben dinero adelantado por ellas.

Conde Werner: esto también lo afectaría a usted.

Barón Butler: no tengo nada que perder, a diferencia de usted que ella tiene su elemento es innegable su paternidad.

Conde Werner: encontraremos a Dahlia, lo mas pronto posible y apenas ella regrese, celebraremos la boda.

Barón Butler: espero que me pueda dar varios hijos bendecidos con el elemento de madera, tengo mucha tierra que cultivar.

Conde Werner: asi será…

Frontera

Al día siguiente, Dahlia pensaba en como salir del pueblo, fue al puerto nuevamente aun usando su capa y se dio cuenta que había personas con las insignias de la mansión Werner.

[¡maldición! debo salir de aquí… debo cruzar la frontera hoy mismo]

Dahlia de inmediato busco sus cosas y rento un caballo y se dirigió a la frontera… cuando llegó se encontró con un pequeño pueblo, varios soldados y un hombre vestido con túnicas grises.

- señorita, sus documentos para pasar salir del reino

Dahlia: los extravié, por favor, me están esperando…

- lo siento, sino tiene ese documento, no se puede ir.

Dahlia: por favor, es una emergencia.

El hombre vestido con la capa gris se acercó a Dahlia con una piedra de cristal transparente en la mano y la acerco a ella y la piedra se puso de color verde.

Dahlia: ¿Qué es eso?

- Disculpe señorita, no es nada… solo el maná…

Dahlia: eh… bien… por favor, me podría ayudar a pasar al imperio.

- lo lamento, pero no es posible…

Dahlia se fue de inmediato…

[bien, tengo que usar mi magia, hasta el momento, solo he podido hacer crecer algunas hojas y una flor la cual se seco al instante… pero, si logro hacer algo… no lo sé… cualquier cosa, una distracción para que me dejen pasar o una liana para colgarme de ese árbol y pasarme al otro lado del muro… alguna cosa…]

Al día siguiente, los avances en la magia de Dahlia eran casi mínimos…

[esto no está resultando, es posible que el hombre que me rento el caballo me acuse por robo… y me encuentren… pero, si vuelvo al pueblo…]

Esa noche, Dahlia vio como el mismo hombre que estaba en el pueblo llegaba a la frontera.

[¡maldición! esto es malo…]

Dahlia, se sentía abrumada, había hecho tanto para poder escapar y ahora estaba a poco de ser atrapada… por lo que pidió un trago fuerte…

[bien, si me encuentran no se las pondré fácil, les daré pelea]

Sin embargo, el efecto del trago tuvo el efecto contrario… después de otros cuanto… ya estaba mareada, casi cantando y llorando en la posada…

El mismo anciano que se habia acercado a ella con un cristal el día anterior, la miraba desde lejos, acompañado de un hombre alto, de ojos claros, con un impecable traje militar.

- Ella es, tiene el elemento de la madera

- Una borracha no creo que ayude mucho mago

- Pero, ella es especial…

- ¿de verdad?

- asi es… lo sé… cuídala…

- pero…

- Hazme caso Max.

- bien…

El hombre con un poco de desgano se acercó a Dahlia, quien lo miraba divertida.

Dahlia: tiene bonito rostro

- ¿asi?

Dahlia: si… tengo una idea…

- ¿Qué?

Dahlia: un trabajo… ¿quiere trabajar para mi? awwww es fuerte…

- ¿Por qué me toca?

Dahlia: solo probaba el producto

- ¿Qué?

Dahlia vio que el hombre que la seguía entraba a la posada… por lo que salió del lugar…

Dahlia: acompáñeme afuera.

El hombre aun recordando que le pidieron que la cuidara, la siguió hacia afuera… pero, se sorprendió al escucharla hablar y verla aun con la botella en la mano.

Dahlia: ¡mierda! ¡Ahí viene!

Dahlia si pensarlo mucho, puso sus manos sobre el rostro del hombre que tenía al frente suyo y lo beso apasionadamente… después de unos minutos… cuando se dio cuenta que el hombre con ropa de la mansión Werner se había ido, lo soltó.

Dahlia: Gracias…

El hombre a quien Dahlia había besado, quedó en estado de shock, ciertamente su cabeza no entendía nada de lo que pasaba… Dahlia en cambio, bebió un poco mas directamente de la botella.

Dahlia: Quiere casarse conmigo, le pagaré…

- ¿Qué?

Dahlia: será por poco tiempo… vamos ahora, ¿aquí no hay de esas capillas como en las Vegas donde casan a las personas en las noches?

- ¿capillas? ¿templos?

Dahlia: claro, vamos a un templo, cásese conmigo y le pagare… cuando le deje de pagar se divorcia de mi y listo.

- ¿de qué está hablando?

- señorita quiere ir a un templo.

Dahlia: ¿usted es el ancianito loco de las piedras que brillan?

- soy un mago del templo

Dahlia: ¿de verdad? ¿nos puede casar ahora?

Mago: ¿casar? ¿se quiere casar con Max?

Dahlia se acercó al mago y mientras tomaba el cristal le preguntó…

Dahlia: Max ¿te quieres casar conmigo?

Max: yo…

Sorprendentemente, el cristal brillo…

Max: espera… ¿ese brillo?

Mago: al parecer el maná y los dioses entendieron que respondiste que si…

Dahlia: ¿de verdad? ¿ya nos casamos?

Mago: si…

Max: no…

Dahlia: tranquilo, no lo molestaré… bueno no mucho…

[solo quiero que me escondas y ganar tiempo para huir de nuevo]

Mago: es tarde… señorita… disculpe ¿Cuál es su nombre?

Dahlia: Dahlia…

Mago: claro, un nombre de flor, para una portadora del elemento de madera…

Dahlia: esposo… vámonos a la casa.

El mago sonreía e hizo aparecer un contrato en sus manos… con una agilidad sobrehumana, pico con una aguja el pulgar de ambos y dejó caer una gota sobre el papel.

Mago: bueno, ahora sí, están oficialmente casados.

Dahlia al ver el contrato intento atraparlo, pero se desvaneció, recién ahí se dio cuenta de la magnitud de su idea…

Cuando Max se dio cuenta de lo que había hecho el mago, intentó hablarle, pero el mago desapareció frente a sus ojos.

Dahlia: wow eso fue sorprendente

Max: te das cuenta de lo que acaba de pasar.

Dahlia: si realmente desapareció, ahora nos podemos ir a tu casa

Max: ¿Qué?

Dahlia: olvídalo, me quedare en la posada…

Max vio como Dahlia miraba hacia los lados, como si escondiera de alguien y por supuesto había notado que cuando lo beso, solo lo hizo para esconderse de ese hombre.

Max: iremos a mi casa y mañana buscaremos al mago, para que desarme esta mala broma.

Dahlia: perfecto…

Dahlia al ver que iban a un recinto militar, se quedo sorprendida.

Dahlia: ¿Qué haces?

Max: trabajo en el ejercito.

Dahlia: eres un soldado

Max: asi es… aunque tengo mas rango, pero si.

Dahlia: ¿y puedes sacar personas del reino?

Max: yo autorizo a que salgan

Dahlia: perfecto…

Max: ¿Qué?

Dahlia: nada… dormiré en el sofá…

Max: no, usa la cama…

Dahlia: no, tu eres muy grande, yo estaré bien…

Dahlia recibió la manta que él le ofreció y se acomodo en el sofá… Max aun no se acostaba cuando ella ya estaba durmiendo.

[¿Cómo se puede dormir tan fácil en la casa de un desconocido?]

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