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Olor A Sol (Minsung )

Capitulo 1

Autora ✌🏻
Autora ✌🏻
hola hola
Autora ✌🏻
Autora ✌🏻
Se que había dicho que está novela la publicaría después de otra que tengo preparada
Autora ✌🏻
Autora ✌🏻
Pero hubo un problema con ella
Autora ✌🏻
Autora ✌🏻
cómo habia planeado
Autora ✌🏻
Autora ✌🏻
NovelToon
Autora ✌🏻
Autora ✌🏻
está novela va dedicada a esta linda personita
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A lo lejos, el eco de las sirenas rasgaba la madrugada. Rebotaban por los pasillos fríos como cuchillas, atravesando cada celda, cada rincón oxidado de la prisión. Dentro, encerrado tras barrotes gruesos como serpientes de hierro, Lee Know alzaba la vista hacia la pequeña ventana con barrotes, donde apenas se colaba la primera luz del día. Esa luz que, en otra vida, le habría traído paz. "Olor a sol", pensó. Ese olor que no tiene nombre, pero que todos hemos sentido. No es perfume, ni incienso, ni flores. Es más simple… más puro.
Era el aroma de las sábanas limpias secadas al sol. Del césped mojado secándose lentamente. De la piel tibia tras una siesta bajo el cielo. Un aroma sin dueño, sin receta… solo nacido del encuentro entre el calor y la esperanza. Para él, el sol siempre había olido a hogar.
Lee know
Lee know
A qué huele el sol?
Preguntó una vez, de niño, mientras se acurrucaba en el regazo de su madre.
Madre de lee know
Madre de lee know
A qué va a oler?
Madre de lee know
Madre de lee know
A calor!
Pero no. Para Lee Know, el sol tenía magia. Le calmaba. Lo volvía humano. Hasta que un día, simplemente, dejó de olerlo.
La celda estaba oscura, húmeda. Su mundo ahora era concreto, metal y ecos de gritos. El sol no pasaba por allí. Había cometido el peor error de su vida. Uno que no podía deshacerse. Uno que cargaba con nombre y sangre.
Había trabajado para uno de los mafiosos más peligrosos de América. Era joven, sí, pero no ingenuo. Su labor era sencilla: proteger un cargamento que llegaría a Estados Unidos. Solo vigilar. Solo observar. Pero en la frontera, todo se desmoronó.
Los federales ya estaban allí, esperando como lobos hambrientos. Nadie dijo cómo sabían. Nadie dijo quién habló. Solo se escucharon los gritos, las órdenes al aire, las sirenas, y luego... los disparos.
Las balas cortaban el aire como cuchillos calientes. Lee Know corría, intentaba cubrirse. Y en medio del caos, se le fue un disparo. Solo uno. Bastó para acabar con la vida del agente Lucas Bang, el jefe de la operación.
Bangchan
Bangchan
NO! ¡Lucas!
El grito desgarrador vino desde atrás, desesperado, casi animal. Bangchan, su hermano, otro agente del equipo, corrió hacia él. Lo vio caer en los brazos de Know. Lo vio toser sangre. Lo vio morir. Y desde entonces, lo odió con cada fibra de su cuerpo.
Lee know
Lee know
No me quedaré aquí
Susurró Know, apretando los dientes. La prisión se le encogía encima como una bestia viva. No había espacio, no había cielo, no había olor a sol. Pero no estaba solo.
Había trabajado para alguien poderoso, y los favores, cuando se deben en el mundo de los hombres sucios, se pagan bien. Una madrugada, cuando los guardias hacían cambio de turno, una sombra apareció fuera de su celda.
Mafioso
Mafioso
Despierta, chico.
Know se incorporó. Reconoció la voz. No hacía falta ver el rostro. El mafioso para el que había trabajado le devolvía el favor.

Capitulo 2

Lee know
Lee know
Qué… qué haces aquí?
Mafioso
Mafioso
No puedes quedarte. Si lo haces, te matarán. Los federales, los tuyos, los míos. Todos te quieren muerto.
El mafioso deslizó por la rendija de la celda una carpeta y una pequeña maleta negra.
Mafioso
Mafioso
Tienes una nueva identidad. Te llamas “Lee Minho” ahora. Lárgate a Corea. No vuelvas a este continente. De lo demás me encargo yo.
Know miró la maleta con desconfianza.
Lee know
Lee know
Qué hay dentro?
Mafioso
Mafioso
Dinero. Documentos. Lo suficiente para empezar de nuevo. Pero no te confundas, no es un regalo. Es una salida. Si te atrapan, no me conoces.
El mafioso desapareció entre las sombras antes de que Know pudiera decir algo más.
Horas después, en el aeropuerto de Atlanta, un hombre delgado con gorra negra, gafas oscuras y un pasaporte recién impreso subía al vuelo 307 con destino a Corea del Sur. Nadie notó su acento. Nadie notó su nerviosismo. Nadie notó que era un fantasma escapando de una tumba abierta. Mientras tanto, a miles de kilómetros, el caos se apoderaba de las oficinas del FBI.
Bangchan
Bangchan
No pudo haber escapado ese desgraciado!
Los documentos volaron por el aire. El ruido hizo callar a todos en la sala. —Calma, agente Bang —dijo un superior, intentando intervenir. (perdón por ponerlo así es que me da flojera hacer más personajes que solo van a aparecer una vez 😅)
Bangchan
Bangchan
Calma?! ¡Mató a mi hermano! ¡Y ahora se esfuma como si fuera polvo! ¿Dónde estaban los guardias? ¿Dónde estaba la maldita seguridad?
aquel hombre se encoge de hombros —Estamos revisando las cámaras. No había señales de una fuga externa…
Bangchan
Bangchan
Porque fue interna!
Bangchan
Bangchan
Alguien lo ayudó!
Los otros agentes se miraron incómodos. Nadie se atrevía a decir lo que todos pensaban: que Know tenía conexiones más grandes de lo que creían. Que si escapó, fue porque alguien muy alto lo permitió. Bangchan respiró hondo. Cerró los ojos.
Bangchan
Bangchan
Lo voy a encontrar. No importa dónde se esconda.
Mientras el avión cruzaba el Pacífico, Know miraba por la ventanilla. El cielo era claro, casi limpio. Una nube solitaria flotaba como si también huyera. Metió la mano en el bolsillo. Apretó la identificación nueva: Lee Minho. No se sentía suyo. Nada se sentía suyo.
Pero por primera vez en mucho tiempo, el sol le daba de lleno en la cara. Y por un segundo fugaz… volvió a olerlo. Ese aroma. Ese maldito, hermoso, inconfundible olor a sol.
Gracias al dinero que su jefe le había entregado, Minho logró alquilar un pequeño departamento en uno de los barrios más grises y olvidados de Seúl. No buscaba lujos. Buscaba pasar desapercibido.
El departamento era húmedo, con paredes de un verde oscuro que parecían absorber la poca luz que entraba por la diminuta ventana. El aire olía a encierro, a pintura vieja y soledad. Era un lugar detestable… pero perfecto para desaparecer.
Minho se sentó en el borde de la cama. Observó sus manos con detenimiento. Las cicatrices en sus nudillos eran un recordatorio constante de su pasado: sucio, violento, impune. ¿En qué momento ese adolescente de secundaria con sueños simples había acabado así? ¿Cuándo dejó de ser un chico para convertirse en un fugitivo?

Capitulo 3

Lee know
Lee know
Esto es una mierda…
Se dejó caer sobre el colchón duro con un suspiro largo, como si soltara años de peso. Miró al techo, con la mente girando sin tregua. “No puedo bajar la guardia. Ni un segundo.”
Se levantó. Era mejor moverse antes de que sus pensamientos se convirtieran en arrepentimiento. Abrió una de las maletas que había traído consigo: dentro, sus herramientas. Viejos compañeros de guerra. Herramientas para abrir cerraduras, dispositivos de rastreo, identidades falsas… y una pistola. La tomó, la observó por un segundo, y la escondió de inmediato. No podía correr riesgos.
Se cambió de ropa, se puso una gorra y un cubrebocas negro que ocultaba su rostro y salió a conocer la zona. Caminaba con paso tranquilo pero ojos atentos. Cada esquina, cada sombra, cada movimiento era registrado por su instinto entrenado.
Un callejón en particular llamó su atención. Se detuvo al ver, de reojo, un intercambio de mercancía. Un trueque rápido, casi imperceptible. Zona caliente. Información útil. Pero por ahora, era mejor no involucrarse.
Siguió caminando. En una calle más despejada, se quitó el cubrebocas y soltó otro suspiro, como si necesitara un momento para respirar… y justo entonces, alguien chocó con él.
Han Jisung
Han Jisung
Ah, lo siento mucho! ¿Te lastimé?
Minho parpadeó. El impacto no había sido nada, pero lo dejó descolocado por otro motivo. El chico frente a él era más bajo, con mejillas redondeadas como las de una ardilla. Pero no era su rostro lo que lo desarmó… era ese aroma. Ese olor a sol. Un olor que creía perdido para siempre.
Sábanas limpias bajo la luz, césped secándose, piel tibia en una siesta de verano… hogar. El chico olía a hogar. Minho no pudo evitar sonreír.
Han Jisung
Han Jisung
Oh, si sonríes es porque estás bien
Han Jisung
Han Jisung
Eres de por aquí? Nunca te había visto.
La sonrisa de Minho desapareció con rapidez. Volvió a ponerse el cubrebocas y, por primera vez en mucho tiempo, sintió que tartamudeaba.
Lee know
Lee know
Y-yo… acabo de llegar.
¿Por qué le temblaba la voz? Él, que había enfrentado balas y sangre sin parpadear… ¿por qué ese chico lo hacía sentir vulnerable? Jisung lo observó curioso, como si ya lo hubiera marcado en su memoria. Y Minho, por más que supiera que debía alejarse, sintió que su mundo —ese mundo tan roto— acababa de respirar por primera vez.
Lee know
Lee know
Ohm… no, me acabo de mudar
Respondió Minho, carraspeando apenas, intentando controlar ese hilo de voz que parecía no quererle obedecer.
Han Jisung
Han Jisung
Ah! Un gusto conocerte. Mi nombre es Han Jisung
Dijo el chico, con una energía tan luminosa que parecía arrastrar con ella la poca oscuridad de la calle
Han Jisung
Han Jisung
Y el tuyo es?
Minho se quedó paralizado durante una fracción de segundo. No había anticipado ese nivel de simpleza y sinceridad. Era peligroso. Demasiado directo.
Lee know
Lee know
Lee K… Lee Minho
Respondió al final, tragándose la verdadera palabra que casi escapa de su lengua. Casi había dicho “Lee Know”.
Estuvo a un segundo de revelarle su verdadera identidad. Qué idiota. ¿Cómo puedes estar tan descuidado?, se dijo mentalmente, reprimiendo la furia contra sí mismo. Pero Jisung no notó nada extraño. Su sonrisa no se borró ni por un segundo.

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