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LA SOLEDAD DEL PODER

EL VACIO INTERIOR

Amir Sarante, un hombre de 35 años, empresario exitoso y muy reconocido en los medios de comunicación por su gran imperio, era un hombre que le gustaba los clubes nocturnos, las mujeres, tener relaciones con dos y tres en la misma noche, era un hombre que le gustaba el libertinaje; pero detrás de su fachada de éxito y poder, Amir se sentía vacío y solo, así tuviera miles de mujeres a su lado, su felicidad no era completa.

Sus relaciones eran superficiales, basadas en la conveniencia y el beneficio mutuo, más que en la empatía y la comprensión. Sus empleados lo respetaban, pero no lo conocían de verdad. La sociedad lo admiraba, pero no sabía nada de sus luchas internas, no había una mujer que le dijera lo que estaba mal, al contrario, lo insitaban a gastar y beber sin control alguno, pero todo eso lo hacía a escondidas, las mujeres con las que estaba no podían divulgar lo que sucediera, todo era confidencial porque quería cuidar su imagen.

Amir quería organizarse con una mujer, pero todas eran interesadas, pero era porque la estaba buscando en lugares equibocados, el se estaba cansando de la fachada y anhelaba algo más auténtico, el se dio cuenta de que el éxito no lo era todo, no le estaba dando felicidad completa, Amir sentado en su oficina decidió no frecuentar más los lugares que acostumbraba, pensó bien y se dio cuenta de que en esos lugares se le iba hacer difícil encontrar una mujer sería.

pasaron quince días, los mismos días que tenía Amir sin intimidad, se autocomplacía para descansar un poco, pero no era lo mismo que estar con una mujer, él se encontraba en un dilema. Por un lado, sentía una profunda soledad y deseaba conexión e intimidad con alguien, por otro lado, no quería fallarse a sí mismo, quería cumplir con lo que se había propuesto.

La idea de ir a bares o clubes no era la mejor decisión, no quiso pensar en nada más y se dedico a su trabajo, se dedico a hacer crecer más su imperio Era un galán adinerado y eso lo hacía más atractivo, más codiciado y más deseado por muchas mujeres, incluso sus empleadas, el lo sabía, sabía que ellas querían estar debajo de él, pero conocia los motivos, y sus motivos eran puro interés.

Algunas querían saber que tan bueno era en la cama, pero no lo podían confirmar porque él no las dejaba acercar a él, todo tenía que ser tratado con su secretaria, una mujer de cuarenta y cinco años que era fiel a él. Amir era un hombre muy misterioso con su vida privada, por eso las mujeres que estaban con él firmaban contrato de confidencialidad, al igual que los dueños de los lugares donde él llegaba por diversión.

En la oficina las cosas se hacían a su manera, no había nadie más que tomara una decisión por encima de él, tenía un piso completo para él y su secretaria, nadie tenía permitido subir sin la autorización de la secretaria, el que subiera por casualidad sin ser autorizado, era despedido, todos conocían esa regla desde el primer día qué fueron contratados.

La secretaría de Amir era considerada, por sus compañeras, la mujer más afortunada del universo, ella era la única que entraba y salía de su oficina las veces que quería, y además, estaba durante todo el día en contacto con el jefe.

Amir había nacido para hacer negocios, siempre estaba dispuesto a sellar un trato, a comprar nuevas propiedades, a aceptar los proyectos que el resto había rechazado y hasta en invertir en

empresas que estaban al borde de la quiebra, pero, que a su parecer tenían el potencial suficiente para salir a flote con la cantidad de dinero necesaria y algunos cambios que él mismo sugería, Amir era de buenas en los negocios, contaba con mucha suerte, pero en cuanto a lo sentimental era todo lo contrario.

POR OTRO LADO.

Geisy, una mujer de 25 años, tenía tres años de casada, su esposo se había ido de viaje a otra ciudad donde tenia que estar por un mes, era el administrador de una empresa de lacteos; Geisy estaba descuidada por su esposo, era más lo que pasaba sola que con él. Ella era secretaria de un ingeniero que tenía su propia microempresa, tenía un año en funcionamiento, y Geisy tenía seis meses trabajando en ella.

Geisy estaba descuidada por su esposo porque ya tenían su situación clara, el fue sincero con ella, le contó que tenía una relación con su secretaria, Geisy aceptó romper la relación, ya no había cupo para ella en el corazón de su esposo, ya tenían un año de haber terminado con su relación, el vivia en Barranquilla, no se habian divorciado porque no lo vieron necesario, a ella al principio le dolió la sinceridad de su esposo, pero también sabía que él le había dado señales, por eso no le dio tan duro; despues de haber terminado, durante ese año tuvieron s*xo sin compromiso dos veces solo para satisfacción mitua cuando el llegaba al apartamento por algún motivo.

Mientras Amir tenía complicaciones por falta de sex*, Geisy estaba sentada en su puesto de trabajo, ya tenía cuatro meses sin sex* y estaba desesperada, ella era muy activa, no sabía cómo hacer para quedar completamente satisfecha, su autocomplacencia no le estaba ayudando mucho, la deja con más ganas. Ella y su jefe trabajaban prácticamente en una pequeña bodega, su jefe la llamó a su pequeña oficina, ella entró y él le dijo que se acercara para explicarle lo que iba a hacer con unos documentos; ella se acercó y comenzó a explicar.

Geisy se le dificulto respirar, la voz de su jefe cerca la hizo sentir más exc*tación, ella lo miró y el hizo lo mismo, no sabía qué pasaba, pero lo entendió cuando ella lo besó, el quedó inmóvil y sorprendido por la situación, pero ella le agarró una mano y la puso en uno de sus s*nos para que la acariciara.

GEISY

El hombre no sabía qué hacer, El era casado y nunca le había sido infiel a su mujer, también sabía que ella era casada, la idea de engañar a su mujer le resultaba insoportable, sabía que su mujer era una persona buena y leal, que no se merecía algo así, pero su entre pierna le decía todo lo contrario, Geisy en ese momento se volvió una mujer perversa, quería satisfacer su cuerpo; ella comenzó a tocar la entrepierna de su jefe, se dio cuenta que estaba listo, pero no correspondía a su beso, de un momento a otro, el se sintió atrapado entre su deseo y su sentido de lealtad y fidelidad hacia su esposa.

El hombre tenia una batalla interna, con sucumbir a la pasión y su razón luchando por el control, el hombre se sentía cada vez más atrapado por Geisy su deseo era cada vez más fuerte, Geisy parecía tener el poder sobre él, un poder que él no podía explicar, pero dejó de pensar y se dijo que iba a disfrutar del momento, pero iba a ser la primera y única vez que le iba a ser infiel a su esposa, no iba a haber una próxima, el comenzó a acariciar el s*no donde ella le había puesto la mano.

Geisy sintió como el le acariciaba el s*no donde tenia puesta su mano y comenzó a responder a sus besos, ya el estaba dispuesto a que pasara lo que tuviera que pasar, no tenía punto de no retorno. El hombre se rindió a sus ganas, ya no luchó contra ella, ya no se sentía atrapado entre su deseo y su sentido de fidelidad. Simplemente, estaba dispuesto a dejar que las cosas sucedieran como tuvieran que suceder.

El hombre le quitó la blusa y la dejo en brasier, el miró los s*nos de Geisy y no podia creer que estuviera a punto de disfrutar de ellos, no sé aguantó y le quito también el brasier, miró el par de delicias que tenía Geisy, nunca había visto unos s*nos diferentes a los de su esposa, era con la única mujer que había estado en su vida.

El comenzó a acariciarla, después se metió uno en su boca y Geisy comenzó a gem*r, ella se apartó de él y se quitó su pantalón quedando completamente desnuda ante el hombre, el también se quitó todo y los dos quedaron como sus madres los había traído al mundo, Geisy se mostró como una mujer desinhibida y coqueta, descubrio esa nueva faceta para poder darle rienda suelta a sus deseos carnales, ella quería encontrar lo que queria, se sintió bien con ella misma poder disfruta libremente de su  s*xualidad, pero tenía claro que tenía que cuidarse de las críticas, tenia que ser cuidadosa.

Su jefe la subió al escritorio y metió su cara entre las piernas de ella saboreando los fl*idos que ella tenia por las inmesas ganas, ella g*mia sin parar, al hombre eso lo avivo aún más a su infidelidad, pero quería más; acomodo a su amigo en la entrada, la pareja luj*riosa al sentir contacto g*mieron fuerte, lo prohibido los tenía con la exc*tación a mil, el hombre entró de golpe en lo más profundo. La pareja estaba disfrutando del momento, los dos estaban en un momento de exploración y descubrimiento de sí mismo, especialmente en cuanto a su s*xualidad y deseos de ese momento.

Geisy disfrutaba de cómo su jefe entraba y salía de ella fuertemente mientras succionaba uno de sus p*chos, ella no aguantó más y llegó a su liberación con un fuerte g*mido. En ese momento afuera había llegado una mujer de cuerpo un poco voluptuoso, ella escuchó como si una mujer estuviera apurada con algún dolor, ella fue con cuidado y abrió suavemente la puerta, allí se encontró a su marido con una mujer en su escritorio abierta de pierna y él entrando y saliendo de ella, allí entendió que la mujer no tenía dolor, ella se quedó en silencio mirando la escena, Geisy estaba con los ojos cerrados, ninguno de los dos se había percatado de que los estaban observando.

El hombre con los ojos cerrados y su cabeza hacia atrás dio una emb*stida más y se derramó dentro de Geisy, ella abrió sus ojos y se dio cuenta de la mujer que los observaba con lágrimas en sus ojos, él hombre dirigió su mirada hacia donde la tenía Geisy encontrándose con la mirada triste de su esposa mientras las lágrimas corrían por sus mejillas, el hombre sintio como si su sangre se congelara, había sido descubierto por su esposa, la mirada triste y las lágrimas en sus ojos lo hicieron sentirse culpable y arrepentido, pero aun seguía con Geisy abierta de piernas y aún dentro de ella.

Geisy se sintió avergonzada, no había querido que las cosas llegaran tan lejos, y no había pensado en las consecuencias de sus acciones, solo quiso disfrutar del momento, el hombre se salió lentamente de la mujer en su escritorio, con su mirada fija en su esposa; quería explicarle, disculparse, pero no sabía por dónde empezar, no sabía cómo resolver lo sucedido.

La esposa se limitó a mirarlo con tristeza y decepción, no dijo nada, pero con su silencio le dijo todo, el hombre supo que había perdido su confianza, y que tendría que trabajar duro para recuperarla. La mujer dirigió su mirada a Geisy que seguía en shock en la misma posición en el escritorio, el hombre también la miró, la esposa vio como salía el líquido de su marido de aquella mujer, el hombre se dio cuenta de que había perdido todo con su esposa por un ratico de pl*cer.

Geisy salió de su trance y se bajó, agarró su blusa y se tapó los s*nos, el hombre se puso su bóxer y pantalón, Geisy dejó escapar unas lágrimas y se acercó a la esposa de su jefe, la mujer la miró de pies a cabeza, Geisy quería ayudar a su jefe porque ella fue la que inició todo y dijo con voz temblorosa.

GEISY: perdón, por favor perdona, es la primera vez que pasa esto, yo... soy casada y nunca le había sido infiel a mi esposo.

— ¿nunca? No creo nada, vi como estaban disfrutando.

GEISY: Si, pero fue por el momento, todo pasó porque… yo fui la que lo induje, él se resistió, entiéndeme por favor, eres mujer, sé que todas no actuamos lo mismo, pero trata de entenderme por favor.

— ¿entender que? Lo único que entiendo es que fueron infiel, y lo peor… no usaron protección.

GEISY: Es que... todo pasó de repente.

PERDON

Ella le contó toda su historia a la mujer, el hombre también escuchó atentamente, la esposa se puso en su lugar por un momento y la entendió, la entendió porque ella también era muy activa, y cuando estaba en su periodo le decía a su marido que entrara al tunel, buscaba la forma de satisfacción, el hombre aprovechó para también defenderse.

■ Amor, te juro que es la primera vez, nunca te he sido infiel, me deje llevar por el momento, pero te juro que no volverá a pasar, sé que va a ser difícil recuperar la confianza, perdóname.

— va a ser difícil confiar, si ya lo hiciste, lo puedes seguir haciendo.

GEISY: No conmigo, yo renuncio a mi puesto, y por favor perdóname, mi intención no era...

— Pero ya está hecho, no sé puede cambiar nada.

■ Perdóname mi amor, te juro que no volverá a suceder con nadie, voy a poner todo de mi parte para recuperar tu confianza.

La esposa lo miró con lágrimas en los ojos, su rostro reflejaba la dolorosa decepción y la tristeza que sentía. Después de un momento de silencio, habló con una voz temblorosa.

— No sé si puedo, no sé si puedo confiar en ti de nuevo, me duele mucho lo que he visto.

El hombre asintió con la cabeza, sabiendo que no podía esperar que su esposa lo perdonara de inmediato, sabía que estaba profundamente herida, tenía que trabajar duro para recuperar su confianza y su amor si ella lo perdonaba.

Geisy se dio cuenta que el matrimonio de su jefe estaba a un punto de terminar por su calentura, decidió hacer el último intento por ayudar, le pidió a su jefe salir para hablar un momento asolas con la esposa, el salió porque quería salvar su matrimonio, su esposa fue su novia desde los trece años, tenían catorce años juntos, ambos ya tenían 27 años y habían planeado tener su primer hijo, pero todo estaba a punto de terminar.

Cuando quedaron solas Geisy busco las palabras adecuadas para hablar con la esposa de su ex jefe, sabía que la situación era delicada y que debía elegir sus palabras con cuidado, quería ser completamente sincera, pero también quería evitar herir aún más a la mujer frente a ella; finalmente habló con una voz suave y mirándola a los ojos.

GEISY: Lo siento mucho por lo que ha pasado, no tengo excusas para lo que sucedió, me dejé llevar por mi calentura y no pensé en las consecuencias; pero quiero que sepas que no fue algo premeditado, se puede borrar lo sucedido, pero le juro que fue la primera vez.

— Si, ya me dijeron que fue la primera vez, y si no los descubro su aventura ubiera seguido quien sabe hasta cuando.

GEISY: Perdón, me siento mal por todo esto, nada justifica lo que pasó. Yo... yo pienso que mi esposo, digo mi esposo porque aun no nos hemos divorciado, pienso que el me cambio porque yo era muy.... digamos que normalita al tener intimidad con el, a lo tradicional, quisas la mujer con la que esta es diferente.

— Pero yo con mi... esposo soy muy abierta y el lo sabe, ¿no entiendo porque se dejó seducir?

GEISY: Todos cometemos errores, caemos en la tentacion, trata de perdonarlo por favor y no caer en la monotonia, quisas eso fue lo que me paso con ni esposo. Gracias por escucharme, te aseguro que no volverá a suceder con ningún hombre que yo sepa que este casado.

— En eso tienes razón, no hay que estar en la monotonia, siento mucho por lo que has pasado, gracias por el consejo, tratare de confiar en mi esposo, pero le va a tocar duro; ya sabes que mejorar en tu vida, aprende de tus errores, y espero que puedas cumplir con tu promesa y evitar situaciones similares en el futuro.

La mujer le creyo porque vio atraves de sus ojos que hablaba con sinceridad, sin ningún rastro de engaño o mentira. La esposa sintió que podía confiar en lo que Geisy le decía, porque su mirada transmitía una profunda honestidad y vulnerabilidad.

Geisy se cambio bajo la mirada de la esposa de su jefe, cuando estuvo lista agradeció y salió de la pequeña oficina por sus cosas, miró a su jefe y le agradeció por todo con la mirada, Geisy salió dejando a la pareja de esposos; la mujer lo miró y dijo.

— Voy a tratar de confiar nuevamente en ti, pero tienes que ganartelo,

El hombre sintió un alivio profundo al escuchar las palabras de su esposa, sabía que no era fácil perdonar y confiar de nuevo, pero ella estaba dispuesta a darle una segunda oportunidad.

* No te vas a arrepentir, se que he lastimado tu confianza y que tengo que trabajar duro para recuperarla, estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para demostrarte que puedo ser digno de tu confianza, te amo mi amor.

— Yo también te amo, vamos a superar esto junto, pero sabes que tienes un duro trabajo.

La mujer se quedó en silencio pensando en que la mayoría de las personas afirman que no estarían dispuestas a perdonar una infidelidad bajo ninguna circunstancia, pero lo cierto era que en su caso estaba de por medio los sentimientos y muchos años de relación, de una forma u otra forma ella era consciente de su decisión, ambas partes se propusieron a continuar, con su amor era más fácil pasar la página, pero el perdón y el olvido no llegaría de un día para otro, ella no podía perdonar y dejar atrás lo ocurrido.

La pareja de esposo se han amado durante muchos años, y a pesar de la infidelidad, ella aún sentía un fuerte vínculo emocional con él. La relación había sido larga y compleja, y había habido momentos de gran felicidad y conexión. Ella tenia un deseo profundo de reconectar con él y de trabajar juntos para superar la crisis, estaba dispuesta a restaurar la relación y reconstruir la confianza. Para ella, las cualidades positivas de su esposo y lo que él le aportaba a su vida eran más importantes que el hecho de que le hubiera sido infiel. Ella recordaba la forma en que él la hacía reír, su apoyo y comprensión en momentos difíciles, su capacidad para escucharla y entenderla, el había cometido un error, pero no era un hombre malo, su error no definía su larga relación.

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