Jugando A No Quererte
Capítulo 1
Lo supe en cuanto vi sus ojos.
Ya no brillaban como antes, y si lo hacían, era por culpa. La culpa no se puede esconder. Se cuela en los gestos pequeños: en cómo evitas una mirada, en cómo te rascas la nuca como si estuvieras incómodo con tu propia piel. Y él estaba lleno de culpa. Rebalsando de ella.
Desde hacía semanas, todo era raro. Las respuestas cortas. Las excusas flojas. Las conversaciones que morían antes de nacer. Pero me engañé. Me dije que eran cosas mías. Exámenes, estrés, rugby.
Cualquier cosa menos lo obvio.
Hasta que Olivia Harrington posteó esa historia.
Su cara perfecta, su filtro brillante, y ese emoji de corazón que dejó justo sobre el cuello de mi novio. No me hacía falta más.
Porque ella era de ese tipo de chicas que nunca hacían nada sin intención. Sabía exactamente lo que estaba haciendo. Y Justin... también. Y ahora estaban aquí. En la misma maldita fiesta.
Ella riendo con su séquito de clones, y él, con una copa en la mano, actuando como si nada hubiese pasado. Como si su traición no estuviera tatuada en mi pecho como fuego.
Preguntó Jade, mi mejor amiga, mirándome con esos ojos grandes que siempre parecen leerme la mente.
Mentí. Como una profesional.
La música sonaba tan fuerte que el suelo vibraba bajo mis pies. Los gritos, las risas, las luces tenues, todo me hacía sentir como si estuviera atrapada en una película que no había elegido ver. Yo no era el tipo de chica que se hundía en silencio. Si algo se rompía dentro de mí, tenía que explotar.
Me levanté del sofá, como si mis piernas se movieran solas. Caminé entre la gente, esquivando empujones, copas medio llenas y parejas que se comían a besos en cada rincón. Lo vi. Ahí estaba él. Mi ex. Riendo como si no hubiera arruinado todo. Y entonces lo hice. Sin pensar, sin calcular. Solo actué.
Me giré, y el destino -ese que a veces tiene un humor retorcido-puso delante de mí a un chico. No cualquier chico. Alto. Musculoso. Camiseta de rugby ajustada. Y unos ojos que me escanearon con una mezcla de sorpresa y diversión.
Me lancé, lo tomé de la camiseta y sellé mis labios con los suyos.
Y él... me siguió el juego como si lo hubiera estado esperando toda la noche.
Fue un beso cálido, con sabor a Lluvia y rebeldía. Mi corazón latía tan fuerte que juré que él podía sentirlo. Su mano tocó apenas mi cintura, como si no quisiera asustarme, pero su cuerpo era puro fuego. Cuando me separé, jadeando apenas, nuestros ojos se encontraron.
Murmuró él, con una sonrisa lenta, arrogante, deliciosa.
.
Si me hubieras avisado, habría traído menta.
.
¿Así besas cuando estás molesta?
Se cruzó de brazos, con ese aire de chico que sabe que es guapo y le da igual.
.
Porque si es así, deberías enojarte más seguido.
Ava
¿Quién te crees que eres?
Sonrió, encantado consigo mismo.
Ethan
Capitán del primer equipo de rugby.
Ethan
Enemigo natural de los chicos como ese.
Señaló con un leve gesto hacia mi ex, que ahora nos miraba con una mezcla de furia e incredulidad.
Ava
Desde hace media hora.
Ethan
Bien. Felicitaciones.
Ethan
Estás oficialmente libre... y aparentemente, muy apasionada.
Ava
No me interesas, Ethan.
Ethan
Porque si eso fue sólo una jugada...
Se inclinó un poco hacia mí, bajando la voz.
Ethan
Me muero por ver qué haces cuando vas en serio.
Me giré, lista para alejarme, pero él dio un paso a mi lado.
Ethan
Espera. No huyas tan rápido.
Ethan
Al menos dime tu nombre, pelirroja.
Repitió como saboreándolo.
Ethan
Suena bien con mi apellido.
Ethan
Demasiado tarde. Nací así.
Tuve que reprimir una sonrisa.
No. No, Ava. No te rías. Esto era una locura. Él no era mi tipo.
Ridículamente. Pero emocionalmente, era todo lo contrario a lo que yo buscaba. Sarcástico, relajado, provocador. Y sin embargo... ahí estaba yo.
Con sus ojos fijos en los míos. Con el corazón aún acelerado. Y con mi exnovio, al otro lado de la sala, hecho una furia.
Dijo Ethan, inclinándose ligeramente hacia mí.
Ethan
Si necesitas seguir fingiendo...
Ava
¿Me estás ofreciendo ser mi... qué? ¿Novio falso?
Ethan
Pensemos en algo más moderno.
Ethan
Un "crush con beneficios estratégicos".
Solté una risa. Corta. Seca. Antes de marcharme.
Por primera vez en esa noche de pesadilla, no sentí que estaba perdiendo.
Y tal vez, solo tal vez... besar a Ethan Blake no había sido un error.
Capítulo 1 part 2
Hay momentos que se te graban en la piel. En los huesos. Momentos que no pediste, que no buscaste, pero que lo cambian todo.
La chica pelirroja con la mirada que podía congelarte o incendiarte, dependiendo del día. La que caminaba por los pasillos del instituto como si fuera dueña del suelo que pisaba. La que hablaba poco, reía fuerte, y tenía esa aura de "no me jodas" que a mí, sinceramente, me volvía loco.
Desde que la vi por primera vez -con ese moño despeinado, riéndose con su mejor amiga en la fila de la cafetería- supe que iba a ser mi perdición.
Y sí, puede sonar exagerado, pero es la jodida verdad.
Nos veíamos todos los días. Cruzándonos entre clases, en el patio, en la biblioteca. Pero ella nunca me miraba. No de verdad. Para ella, yo era solo ese tipo popular, el que jugaba en el primer equipo de rugby, el que salía en las fotos del equipo colgadas en el gimnasio, el que estaba demasiado metido en su propio mundo.
Y yo... bueno. Yo la conocía más de lo que estaba dispuesto a admitir.
Sabía que se sentaba al fondo en Literatura. Que tomaba café helado incluso en invierno. Que llevaba colgado del bolso un llavero con una letra "A" plateada, y que su perro -Rolo- había salido en tres stories seguidas cuando se rompió una pata saltando del sofá. Lo sé, suena enfermo. Pero nunca fue de forma rara. Solo... me fijaba.
Y esa noche, en esa fiesta, la vi más que nunca.
Entró como una tormenta. Vestida para matar, con los ojos encendidos y los labios apretados como si contuviera un grito. Su ex, Justin -sí, el idiota que juega en el segundo equipo- estaba ahí. Riendo con sus amigos como si no acabara de destrozar algo valioso.
Ava me miró. Y yo supe. Supe que estaba a punto de pasar algo.
Ella caminó directo hacia mí. Sin pestañear. Sin dudar. Y antes de que pudiera reaccionar, me agarró de la camiseta... y me besó.
¿Sabes cuando imaginas tanto una cosa que crees que nunca va a pasar?
Y fue mil veces mejor de lo que jamás soñé.
Sus labios eran suaves, decididos, desesperados. Su aliento tenía sabor a rabia y dulzura, a algo que necesitaba escapar. Y yo, que me había prometido mantener la calma si alguna vez estaba tan cerca... fallé. Mis manos fueron a su cintura como si supieran el camino. Mi cuerpo se tensó, en alerta, como si ese beso fuese un campo de batalla.
Cuando se apartó, aún con los ojos entrecerrados y el pecho agitado, me costó fingir. Costó no sonreír como un idiota que acababa de ganar la lotería.
Ethan
Vaya... si me hubieras avisado, habría traído menta.
Dije, apoyándome contra la pared como si no tuviera el corazón en la garganta.
Ava
Fue un impulso. No te emociones.
Después de nuestra pequeña conversación se giró para irse. Y juro que el aire se fue con ella. Pero no podía dejarla escapar así. No después de ese beso. No después de eso.
Entonces le pregunté por su nombre.
Otra mentira. Ya sabía su nombre. Su apellido. El nombre de su perro, su libro favorito y hasta el segundo que usaba en las redes cuando no quería que la encontraran.
Pero necesitaba oírselo decir.
Ahí estaba. Mi nombre favorito. Escapando de su boca.
Al rato se alejó con la cabeza en alto, como si no le importara, pero lo noté. Noté el temblor en sus dedos, la confusión en su respiración. Y mientras se perdía entre la gente, yo supe que ese beso no era el final de nada.
Ella pensaba que me estaba usando para vengarse. Lo que no sabía era que yo ya estaba dispuesto a jugar ese juego desde antes.
Y esta vez, iba a hacer todo lo posible para que no fuera ella la que terminara ganando.
Porque desde esa noche... Ava ya no era solo la chica que me gustaba. Era la chica que iba a conquistar.
Y sí, sabía que me iba a doler.
Pero también sabía que valía cada segundo del fuego que venía.
Capítulo 2
Me abrí paso entre la multitud, sintiendo aún el cosquilleo de la adrenalina en los labios.
Necesitaba un trago. Algo frío. Algo que apagara el incendio que Ethan Blake había encendido en mícon ese beso maldito.
Me acerqué a la mesa de las bebidas, esquivando a un par de chicas que reían demasiado fuerte y a un grupo de chicos que apestaban a cerveza y testosterona. Estaba sirviéndome un vaso cuando lo sentí.
Esa sombra de furia contenida.
Me giré apenas, y ahí estaba.
Su mandíbula apretada, los ojos oscurecidos, la postura tensa como un resorte a punto de romperse.
Justin
¿Te estás divirtiendo?
Escupió, su voz baja, vibrante de rabia.
Respiré hondo, obligándome a no retroceder. No iba a darle ese poder.
Pregunté, tomando un sorbo de mi bebida con toda la calma que no sentía.
Se acercó un paso más, invadiendo mi espacio.
Justin
¿De todas las personas que podías usar para tu showcito barato, tenías que elegir a Ethan Blake?
Me encogí de hombros, como si su veneno no me afectara.
Ava
No sabía que tenía que pedirte permiso para besar a alguien.
Se burló, cruzándose de brazos.
Justin
Blake nunca pierde oportunidad de lucirse.
Justin
Siempre buscando robar lo que no le pertenece.
La tensión entre nosotros era densa, casi física. Pero no era solo por mí. Lo entendía ahora. Esto venía de antes. De mucho antes.
Desde el primer año, cuando ambos habían entrado al instituto y las pruebas de rugby los habían enfrentado. Únicamente había un equipo principal. Solamente un capitán. Exclusivamente un nombre que la escuela coreaba en los partidos importantes. Y ese nombre no era el de Justin.
El rubio arrogante. El chico de oro que parecía que no tenía que esforzarse para ganar.
La herida en Justin nunca había cerrado. Y ahora, viéndome besar a su enemigo público número uno... había sido el golpe final.
Pregunté, bajando el vaso y mirándolo de frente.
Ava
Te recuerdo que ya no estamos juntos.
Justin bufó, una risa amarga escapando de sus labios.
Justin
Haz lo que quieras, Ava.
Me escaneó con una mirada de desprecio.
Justin
Solo recuerda quién es él.
Me sostuvo la mirada un segundo más, luego se dio la vuelta y se perdió entre la gente, dejándome sola con el corazón golpeando en mi pecho.
No podía negar que Ethan tenía esa chispa peligrosa. Esa sonrisa fácil. Esa mirada que prometía problemas y algo más profundo... algo que no estaba segura de poder manejar.
Pero también recordaba cómo había sido su beso. Cómo me había mirado, no como a un trofeo, no como a un desafío.
Apenas Justin desapareció entre la gente, sentí otro tipo de energía acercándose.
Una más cálida. Más peligrosa
No tenía que verlo para saber que era él. Era como si el aire cambiara a su alrededor, como si la música bajara solo para dejarme escuchar sus pasos seguros acercándose a mí.
Ethan
¿Está todo bien, pelirroja?
Su voz sonó suave, pero con ese deje de burla que ya empezaba a reconocer.
Levanté la mirada y ahí estaba: apoyado casualmente contra la mesa, los brazos cruzados, la camiseta de rugby marcándole los hombros como una segunda piel. Su pelo rubio revuelto, su sonrisa torcida, y esos ojos de un azul oscuro que parecían leerme.
Ava
No necesito un salvador.
Dije, más cortante de lo que pretendía.
Él sonrió aún más, como si mis defensas fueran simplemente parte del juego.
Dijo encogiéndose de hombros.
Ethan
Vine a ofrecerte... compañía estratégica.
Su mirada chispeó de diversión.
Ethan
Ya sabes, para fastidiar aún más a ese imbécil.
Rodé los ojos, pero no pude evitar que una sonrisa pequeña amenazara en mis labios. Ethan la vio. Claro que la vio.
Continuó, inclinándose ligeramente hacia mí, bajando la voz.
Ethan
No soy tan malo como dicen.
Crucé los brazos, fingiendo indiferencia.
Ethan
Un experto en revanchas épicas.
Dijo, su tono juguetón, pero sus ojos serios.
Ethan
Y en rescatar chicas que están a punto de desperdiciar su noche pensando en idiotas.
Sus palabras me tocaron más de lo que deberían.
No sabía cómo, pero Ethan Blake veía más de lo que yo mostraba.
Ava
No necesito un rescate.
Insistí, pero mi voz sonó más débil de lo que quería.
Ethan sonrió, y esta vez, fue una sonrisa lenta, auténtica. Sin arrogancia. Solo... ternura
Ethan
Pero tal vez, solo tal vez...
Extendió una mano hacia mí, abierta, sincera.
Ethan
Necesitas un escape.
Y por un segundo, el mundo entero -la música, la gente, Justin, la rabia- se desdibujó.
Solamente esa oportunidad peligrosa brillando entre nosotros.
Provocó, levantando una ceja.
Mi corazón latía tan fuerte que apenas podía pensar.
Pero entonces me reí. Una risa corta, incrédula. Y, antes de poder arrepentirme, puse mi mano en la suya.
La cerró suavemente alrededor de mis dedos, como si fueran algo precioso. Y sin decir una palabra más, me guio hacia la salida, hacia la noche fresca, hacia algo que no entendía del todo, pero que ya sabía que iba a cambiarlo todo.
Porque, maldita sea, Ethan Blake era fuego.
Y yo ya estaba empezando a arder.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play