Juego De Máscaras
Las Invitaciones.
Fallon Dubois
¿Cuántos gramos de mantequilla me dijiste? -dije mientras apoyo el celular en la meseta, con la videollamada en curso.
Roseanne se estaba dando un retoque de raíz en el cabello. De no ser porque estuviera fuera del Penthouse no hubiera despertado a Kathleen de su plácido sueño para qué me ayudará con mi intento fallido de cocinar unas corchetas de cordero.
Roseanne Johnson
50 gramos -veo como rueda los ojos-. Joder Fallon es la decimocuarta vez que te lo repito.
Kathleen Anderson
Esa boquita -la regaña mientras toma la botella de aceite de oliva y esparce la cantidad necesaria en el sartén a fuego medio. Luego toma la tabla donde estaba la cebolla y la tira al sartén para sofreírla-. Ese tono de rosa en tu cabello te hará ver más angelical, pero lastimosamente no te sacará las palabrotas.
Roseanne Johnson
Saben que ese platillo, le encanta a mi hermano -comentó ignorando totalmente lo que dijo Kate.
Fallon Dubois
Uh, ¿ese hermano misterioso tuyo? -tomé la mantequilla antes en la pesa, para luego dársela a la Kate.
Roseanne Johnson
¿Cuál más?
Kathleen Anderson
No lo sé, es que nunca lo hemos visto. De malas maneras sabemos que se llama Roa.
Roseanne Johnson
Es que no se ha dado la oportunidad.
Justo en ese instante sonó el timbre.
Fallon Dubois
Yo abro - mencioné rápidamente. Me enjuague las manos mientras Kate le preguntaba algo sobre la receta a Ross, para luego quitarme el delantal. Me apresuré a alcanzar la puerta.
Al abrir la puerta me sorprendí al encontrar una caja blanca en el suelo. La recogí y la llevé para la mesa del comedor, que quedaba al frente de la cocina.
Kathleen Anderson
¿Esperabas algún paquete?
Fallon Dubois
¿No, y Ross?
Roseanne Johnson
Tampoco -se escuchó decir desde el otro lado de la línea.
Cuando le sacó la tapa me encuentro con tres cajas más, eran rectangulares, forradas de terciopelo negro y en la tapa decía: 𝘣𝘢𝘪𝘭𝘦 𝘥𝘦 𝘮𝘢́𝘴𝘤𝘢𝘳𝘢𝘴. Al destapar una de las cajas me encontré con un antifaz dorado y en la tapa decía a quien iba dirigida la invitación, casualmente era la mía.
Fallon Dubois
Son invitaciones a un baile de máscaras.
Kathleen Anderson
No jodas -dejó lo que estaba haciendo y tomó mi celular para luego dirigirse al comedor-. Son del Castillo de Sant' Angelo.
Fallon Dubois
¡Son para mañana en la noche!
Roseanne Johnson
¡Debemos ir de compras! -suena superemocionada.
Fallon Dubois
Oye, no tendrás nada en él salten es que siento olor a quemado -. Me giro a mirar a la peli verde a mi izquierda
Kathleen Anderson
No para nada -me dijo tranquila, pero luego sobresalta-. ¡La masa!
Veo como corre a apagar el fuego, resulta que no se había quemado del todo.
Una hora después ya estaban fritas las corchetas, había llegado Roseanne chillando de alegría por las invitaciones. Por lo visto mi empresa ha ganado respeto.
Roseanne Johnson
No estan mal, sólo les falta un poco de práctica -dijo después de tragar el primer mordisco.
Fallon Dubois
Ni creas, será mejor que te arregles el pelo en la tarde.
Kathleen Anderson
Opino igual.
Después del almuerzo planeamos el día de mañana, y así pasaron las horas hasta que se hizo de noche, todas estábamos en nuestras respectivas habitaciones, en mi caso estaba hablando con mi madre.
Fallon Dubois
📱: Me ha llegado la invitación a un baile de máscaras en el Castillo.
Elodie Dubois
📱: Muy bien, ahora no lo eches a perder -cortó la llamada con voz seca.
Despegué el móvil de la oreja y lo coloque en la mesita de noche, entonces escucho un grito agudo proveniente de la habitación de Ross.
De compras.
Salgo corriendo a su cuarto, detrás de mí llegó Kathleen, en sus ojos se reflejaba preocupación. Abrí la puerta de un tirón encontrándome a Ross saltando en la cama con el celular en la mano.
Kathleen Anderson
¡¿Pero qué cojones?! -logró decir, con tono de que no podía creer lo que veía. Mientras que yo solo miraba con la boca abierta.
Roseanne Johnson
¡El vocabulario! -contraatacó. Kathleen puso los ojos en blanco.
Fallon Dubois
¿Sabes que estuvimos a punto de que nos diera un infarto? Y deja de saltar en el colchón.
Roseanne Johnson
Lo siento. Es un mensaje de mi hermano -se sentó inmediatamente.
Kathleen Anderson
Vaya, para morir. Ya que has dado semejante chillido al menos dinos que te envió.
Roseanne Johnson
¡Va a venir a Roma! -volvió a chillar
Fallon Dubois
Pues que bueno, pero para que sepas que nos has dado un buen susto. Nos alegra muchos que vuelvas a verle. Pero sería maravilloso que no volvieras a hacer.
Kathleen Anderson
Si claro -río ella.
Roseanne Johnson
Ya me he disculpado, ¿vale?
Después de que Kathleen le soplará un salmón de regaños, Ross no quiso que nos fuéramos asique nos acurrucamos las tres y nos quedamos dormidas en cuestión de segundos.
Al otro día, cuando abrí los ojos me encontré con Kate de espaldas a mí, ni rastro de Ross. Decidí levantarme, me dirigí a la cocina y efectivamente, estaba allí, colocando unos vasos con café en la meseta.
Fallon Dubois
Buenos días, ¿necesitas ayuda? -la saludé sonriente.
Roseanne Johnson
Buenos días, bella. Te lo agradecería -dijo muy alegre. Al parecer sí que le emocionó la noticia de anoche.
Le sonreí y llevé los vasos a la mesa del comedor, luego hice lo mismo con los platos y demás.
Fallon Dubois
Ve a despertar a Kathleen, mientras yo me ducho -esta acepta y se dirige a su habitación. Mientras que yo voy al cuarto de baño.
Después de más de media hora ya estábamos listas para sentarnos a disfrutar del desayuno.
Fallon Dubois
Estáis preciosas -les sonrío.
Kathleen Anderson
Esto no es nada comparado a tu atuendo, cariño estas divina y Ross, tu igual.
Roseanne Johnson
Gracias, pero los vuestros están de puta madre. -Kate le dedica una mirada de advertencia.
Cuando bajamos del penthouse, nos esperaba un Ferrari blanco.
Kathleen Anderson
¡Me pido conducir!
Fallon Dubois
¡Me pido copiloto!
Roseanne Johnson
Jo! -entra de mala gana a los asientos de atrás.
Después de unos pocos minutos llegamos al centro comercial.
Salgo del Jet privado junto a mi asistente, Stephen. Allí me esperaba un Porsche tono rojo vino. Me monté en este y dejé que Stephen conducirá.
Me dirigía a un penthouse, había alquilado un piso. Al llegar dejé las maletas y le ordené a mi ama de llaves que las pusiera en su sitio. Me iba a retirar nuevamente, pero al abrir la puerta me encontré con una caja blanca que en su interior contenía otra caja, pero esta era de terciopelo negro. Era una invitación a un baile de máscaras. No sé si iré. Total vine a trabajar y a poder ver a mi hermana, no para esas tonterías de bailes. Dejé la caja de terciopelo encima de un sofá cerca de la salida. Me retiré del piso y volví al auto.
Stephen Carter
Señor, me han informado de una invitación...
Roa Johnson
No iré -respondí en tono recto.
Stephen Carter
Es en el Palacio de Sant' Angelo.
Roa Johnson
¿Cómo dijo? -eso ya cambiaba la cosa, el Palacio era el lugar más importante de Roma para los empresariales.
Stephen Carter
Como escucha señor. Opino que debería ir.
Stephen era estudiante de ciencia, un futuro científico, una mente maestra y tenía razón, tenía que ir a ese baile, así fuera para que sólo me vieran.
El baile.
Eran al rededor de las ocho de la noche, las maquillistas habían terminado y ya estábamos listas. Hice que mi diseñador nos eligiera los mejores vestidos.
Fallon Dubois
No te muevas, vas a quedar como toda una diosa griega -le dije a Kate mientras le hacían unas ondas con la plancha.
Kathleen Anderson
Con que diosa griega- río mientras se ponía un anillo.
Roseanne Johnson
Ey, yo también quiero ser una diosa griega -hace un puchero mientras usa la Dyson para secarse el cabello y hacerse algunos crespos.
Fallon Dubois
Lo eres cariño -le guiño un ojo y le terminó de hacer las ondas en el último mechón verde-. Ya está.
Kathleen Anderson
Dios mío, amo el resultado -se gira y me da un corto abrazo con entusiasmo.
Ross al terminar los crespos superrápidos, recoge el frente del pelo detrás de sus orejas y por último peina. Al estar todas lista nos dirigimos a la salida, tomamos nuestras máscaras y bajamos a donde estaba el chofer con la limusina. Íbamos justo a tiempo, algo que no era muy habitual por nuestra parte.
Al poco tiempo ya estábamos en la entrada al castillo. Esto era todo un sueño. Me bajé yo primero y ayudé a las otras dos. Al estar afuera del auto nos agarramos las manos después de ponernos los antifaces y entramos al palacio.
Roseanne Johnson
Jo... -dijo al pasar.
Kathleen Anderson
der -terminó Kathleen.
Fallon Dubois
Está hermoso -. Y era verdad, las pinturas de aquellos dioses que tanto amo, los pequeños detalles de los camareros, las copas tenían un terciopelo que hacía la forma de una máscara. Era simplemente hermoso.
Nos recibió un camarero donde nos llevó al buffet y nos entregó unas compas con lo que creo que es un espumoso.
Antes de salir del nuevo Maserati me arreglo el cuello de la camisa y luego salir.
Le dije a Stephen que entrase conmigo, será mi acompañante. Así no me aburriré mirando las pinturas de las paredes.
Al entrar nos recibió el camarero, nos ofreció unas copas, acepté, mientras buscaba donde nos situamos. Al final opté por una de las esquinas de las mesas del buffet, quedando al frente de una chica de vestido plateado que honestamente no le quedaba nada mal... sonreí de medio lado.
Roa Johnson
¿Quién es ella? -digo sin despegar la mirada de la chica.
Stephen Carter
Parece ser Fallon Dubois, la propietaria de la mayor empresa de marketing en Italia.
Roa Johnson
Así que Fallon - saboreé cada letra de su nombre. Bonito nombre.
La chica se gira disimuladamente hacia mí pillándome mirándola, no desvió mis ojos, tampoco ella. Al parecer ha empezado un duelo de miradas y por cierto baya pedazos de ojos de un tono azul cielo tiene. Podría quedarme así, mirándola toda la noche y juro no cansarme.
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