Mi nombre es Nohemí, vivo con mis abuelos, tres meses despues que nací.
Mi madre perdió la vida el mismo día que llegué a este mundo, a mi padre nunca lo conocí, sé que se llama Felipe Aspuray, que es un empresario de Nueva York que está casado y que se burló de mi madre, nunca le he importado.
El vivir con mis abuelos no ha sido fácil, mi abuelo, Leonel Moncada nunca le perdono a mi madre, que saliera embarazada, siempre me lo echa en cara, él es el Jefe civil del pueblo, en cambio, mi abuela es todo lo contrario, ella está muy pendiente de mí, es una mujer muy sufrida, a dejado a un lado sus sueños por no tener problemas con el abuelo, ella se a enfrentado al abuelo muchas veces por defenderme ante él.
El abuelo nunca quiso que yo estudiara, él dice que la mujer es para atender una casa y cuidar hijos, mi abuelita nunca estuvo de acuerdo con eso, ella en contra del abuelo me puso a estudiar.
Hoy recibí mi título de bachiller y mi abuela quiere que siga estudiando en la universidad, ella quiere que yo me supere y salga de este pueblo.
Mañana viajamos a Ciudad de México a la casa de su hermana la tía Consuelo, su hijo es el rector de una universidad y ella quiere que yo estudie ahí.
Los abuelos pelearon, el abuelo no quiere que la abuela visite a su hermana, pero la abuela le dijo que la tía estaba enferma y ella tenía que ir.
Pero eso es mentira la abuela viaja por mí, ella no quiere que yo siga en este pueblo y mucho menos que el abuelo me busque compromiso con nadie.
Desde hace mucho tiempo, ella está remodelando la casa que era de sus padres, que está cerca de la de su hermana, todos los meses le manda dinero a su hermana, para los cambios que se le están haciendo a la casa, según la tía ya está terminada y yo viviré allí a partir de ahora, para que pueda seguir estudiando.
El abuelo no vino a dormir, se quedó en la calle, seguro está en casa de su amante Brígida Camargo la mujer que desde hace años ha molestado a la abuela, ella tiene dos hijos que dice que son del abuelo, pero las malas lenguas del pueblo dicen lo contrario.
Mi abuela me pidió que empacara todo lo mío que no dejara nada, que yo no regresaba más al pueblo, no quiero dejarla sola, pero ella me prometió que pronto estaría conmigo en la nueva casa que esto lo estaba haciendo ella por mi bien y que más adelante se lo agradecería.
Después de cenar, nos acostamos temprano, ya que el viaje a la ciudad de México eran dos horas y media de distancia y teníamos que salir de madrugada.
A las cuatro de la mañana, la abuela me llamó, ya que el carro que contrato venía por nosotras a las cinco y no quería ver al abuelo si llegaba a venir temprano. Justo a las cinco llegó el carro, monte todas mis maletas y las de ella y salimos rumbo a la capital.
Despedirme del pueblo fue algo doloroso, aquí se quedan mis vivencias de juventud, mis amigos y a pesar de lo amargo de mi abuelo, me dolía no haberme despedido de él, fue el padre que nunca tuve y eso me partía el alma.
Pero como dijo mi abuela, ella lo hacía por mi futuro y para darme una mejor vida y yo no la podía defraudar.
Dejar a mi pueblito de Chignahuapan, fue doloroso a medida que el carro recorría sus calles, mi vista iba retratando cada lugar para llevarlo en mi memoria, no quería desprenderme de su paisaje su historia y sus costumbres.
Chignahuapan es un pueblo del estado de Puebla, en el sureste de México. Es conocida por la Basílica de la Inmaculada Concepción y su enorme figura de la Virgen María, tallada en cedro. Pasar por La Plaza de Armas central y ver el colorido quiosco de madera y la Parroquia de Santiago Apóstol, con su fachada de color brillante. La laguna Almoloya dónde muchas veces me bañé la cual se alimenta de manantiales y se ubica en el este del pueblo, Los Baños Termales de Chignahuapan no los pude apreciar, ya que están más al este, pero son recuerdos que me llevo muy grabados en mi mente.
Mi abuela me ve muy pensativa y me dice que me quedé tranquila que después que logré mis sueños regresaré, pero muy dentro de mí existe una sensación, que no regresaré, que este pueblo quedará en mi recuerdo. Ya llegando a la salida del pueblo vimos el carro del abuelo estacionado en la casa de su amante, él estaba parado en la puerta de la casa, abrazado con esa mujer, mi abuela se quedó mirándolo y se le aguaron los ojos, la pobre ha sufrido mucho con su traición, solo me dijo en voz baja esto era lo que necesitaba para no regresar más, saco de su bolso un sobre y le dijo al chófer que se llama Pedro, que de regreso se lo entregará, pero que nunca le dijera a donde nos había llevado, el hombre asintió con la cabeza y le dijo que se lo prometía. En el camino Pedro le pidió a la abuela que lo dejara como chófer, ya que el tenía a su mujer en la ciudad y por falta de un empleo fijó ellos estaban separados, la abuela aceptó, pero de una vez le dijo que si la traiciona una sola vez, perdía todo, el le respondió que contara con él, que nunca la traicionaria que el le agradecían mucho lo que la abuela había echo por su madre y que no había dinero en el mundo para pagar ese favor, que por eso el siempre estaría con ella.
Todos en el pueblo sabían de las aventuras de mi abuelo no con esa mujer, sino con dos más, la abuela sufrió muchas infidelidades y humillación del abuelo y no estaba dispuesta a aceptar una más.
El nunca fue haci, el cambio a partir de su puesto como Jefe civil del pueblo, dónde se volvió arrogante y déspota, ese fue el motivo por el cual mi madre, quiso hacer su vida con un hombre que pensó que la quería y resultó todo lo contrario, mi madrina me contó la historia de mi madre y lo que sufrió con la traición de mi padre, que vino a este pueblo huyendo de sus padres y se enamoro de mi madre y la hizo suya con falsas promesas y luego se fué y cuando ella lo fue a buscar para contarle que estaba embarazada, el se estaba casando con otra mujer de su mismo nivel social, viendo e ignorando a mi madre a las puertas de la iglesia. Esto destruyó a mi pobre madre, fue la tía abuela Verónica quien la apoyo en esos momentos, luego regreso al pueblo dónde él abuelo la encerró dentro de su cuarto hasta que me parió, ella murió por falta de cuidados previos y si la abuela trataba de ayudarla a escapar, el abuelo la golpeaba y la maltrataba, esa fue la triste historia de mi madre y la que mi abuela no quería que yo viviera.
Llegamos a eso de las 8 de la mañana, la ciudad comenzaba a despertar, la casa era hermosa, de dos plantas de corredores y un gran patio central, guardaba ese aire característico de las casas coloniales españolas, ya parte del mobiliario de nuestra casa de Pueblas se encontraba aquí, ahí fue que entendí que eso que decía la abuela que iba a renovar era para sacar las cosas sin que el abuelo supiera, ahora sí sabía que mi abuela se quedaba conmigo. Le pidió a Pedro que regresará y entregará la encomienda, luego ellos hablaron mientras que yo recorría el lugar, realmente está era una casa de ensueño, no era lujosa, era acogedora se respiraba una calidez gritando hogar, y eso era lo que nosotras estábamos buscando, había un aroma a flores frescas y a Jazmín que tendía un velo suave de paz, la abuela se paró detrás de mí y me dijo está es la casa de mis padres, a partir de hoy será nuestro refugio, ya acabaron los días de sufrimiento a partir de hoy somos libres de pensar y de sentir, sin el yugo y la opresión de nadie.
La abracé y le prometí que siempre estaríamos juntas, le pregunté que pasaría con el abuelo y me dijo con tristeza y soltando un suspiro,
-Eso ya se acabó, que el no marcaría más nuestras vidas, él se despidió de nosotras el mismo momento que lo vimos en brazos de su amante, espero que sea feliz, porque nosotras a partir de hoy, tendremos una nueva vida.
Con esas palabras, entendí lo fuerte y decidida que estaba mi abuela en diseñar nuestra nueva vida, el sonido del timbre de la puerta sonó era la tía abuela Verónica, quien estaba feliz por la llegada de nosotras, pero por sobre todas las cosas por la libertad de la abuela.
Me comentó que el tío Wladimir, me esperaba para que formalizará mi inscripción, para que pudiera arrancar las clases que ya habían comenzado hace dos días, ese mismo día salí con las abuelas a la universidad a registrarme, seleccione dos carreras, Administración de empresas y comercio internacional, una para la tarde y otra para la noche, el tío me dijo que una de las dos podría ser online, eso me gustó mucho ya que me daba tiempo de trabajar, esa misma semana comenzaría en la empresa de los bisabuelos que ahora dirigía la tía Verónica y que la abuela Lourdes tenía que retomar sus funciones, ya que esa empresa era de las dos hermanas por herencia al morir sus padres. El abuelo nunca supo eso, de haberlo sabido ya la abuela no tendría nada, de esa empresa era que la abuela recibía en una cuenta secreta una cantidad de dinero mensualmente ya que el abuelo lo que daba era lo estricto para comida, nada más según él no se podía derrochar dinero en vanidad, pero el si lo podía gastar en sus mujeres, siempre pensó que tenía dominada a la abuela, justo ahora veo que quien realmente tenía el poder era ella.
Después de hacer las diligencias de mis estudios almorzamos en un lujoso restaurante propiedad de un primo de las abuelas, cuando Orlando Belmonte supo quienes eran las comensales, salió como loco abrazar y besar a la abuela, ella rio emocionada, nunca la había visto tan feliz y segura, duraron horas hablando y fue tarde cuando nos despedimos del primo Orlando prometiendo de volver, Llegando a la casa nos encontramos dos camiones con lo último que quedaba de la mudanza de la casa de Pueblas, Matilde y Tomás, también se vinieron a vivir con nosotros, nos contaron lo vacia que había quedado y nos contaron que el abuelo solo llegó a cambiarse de ropa y a marcharse de nuevo, no se dió cuenta que faltaba más de la mitad de las cosas de la casa que todavía no sabía el golpe que se llevaría al encontrar la casa sola y vacía. Que sus objetos personales y su ropa la mandaron al registro civil antes de salir para acá, que se llevaría la gran sorpresa de su vida.
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