¿Crees en fantasmas? ¿Te refieres a esa casa enorme y antigua que está en las afueras del pueblo? ¿Está encantada o poseída?, preguntó Mateo con curiosidad.
Mateo era amigo de Shanan, al igual que Irina.
Siempre estaban juntos, ambos chicos eran enfermeros y trabajaban en el mismo hospital que Shanan.
No sé, dijo Irina, pero creo que ahí hay una mujer que está loca, al menos es lo que he escuchado de varias personas que han pasado por ahí.
También dicen que un niño merodea por esos lugares. Da miedo escuchar esas cosas.
No debes de creer todo lo que escuches. Hasta que tú veas las cosas debes de creer antes no.
Entonces, ¿tú no crees nada de lo que dicen los demás, Mateo?
Por supuesto que no, yo no creo en fantasmas ni en aparecidos, ni tampoco creo en fuerzas malignas, el mal lo llevamos nosotros cuando hacemos cosas que no agradan a Dios.
Uy, ¿ahora me saliste muy religioso?
Claro que no, pero mejor vamos a trabajar que hay muchos enfermos, Mateo se dirigió a sus labores.
En realidad ellos no sabían que tal vez esa casa cambiaría la vida de Shanan para siempre.
Toda esta historia tiene que ver con esa casa antigua.
En un mundo donde el 80% de la población tiene poderes, pero el otro 20% no, nadie hubiera imaginado que existían fuerzas malignas tan antiguas que habían extinguido civilizaciones. Un enigma se esconde en el corazón de esta historia.
En esta historia donde las sombras inquietan más que la oscuridad; y la niebla adquiere el valor de la duda.
El miedo llama a la puerta, pero no la derriba. Cada uno, en su mente, al serle sugerido el terror, lo engrandece al vivirlo según sus miedos...
A veces la misma mente te hace ver cosas que no son. Los abuelos contaban cosas que te hacían pensar. Se decían muchas cosas de esa casa, pero nadie había logrado ver nada y nadie quería entrar ahí por temor de encontrar algo o alguien que no quisieran ver.
La casa se erigía majestuosa en las afueras del pueblo. La espesa vegetación que se elevaba de lado a lado formaba una especie de arco en aquel callejón que descendía a la quebrada. Eso producía mucho miedo a toda la gente que pasaba por ahí.
*Autora*... Quiero decirles que esta historia es totalmente ficticia, sacada de la mente de una servidora. Cualquier circunstancia, lugar o parecido con la realidad es pura coincidencia.
Los personajes y los nombres fueron creados para dar vida a esta historia que espero que les guste. Y, si pueden dormir después de leer pues los felicito.
Shanan no se imaginaba ni por asomo lo que le depararía el futuro.
Por su mente no pasaba la idea de estar atrapada en una casa siniestra.
Ella era enfermera de pedagogía, siempre al cuidado de los niños.
Todos la querían porque siempre trataba bien a todos. Era una enfermera muy especial. Siempre dispuesta a dar hasta su vida por la de los niños que llegaban ahí con enfermedades.
La buena Shanan, así la llamaban todos.
Tal vez su destino ya estaba escrito y no se podría salvar de él.
Todo era un enigma.
Shanan siempre actuaba de acuerdo a sus propias convicciones. Por lo general siempre tenía la razón sus métodos para cuidar a los niños eran maravillosas y la mayoría de los niños se salvaban. Los doctores siempre la ponían a ella en primer lugar porque sabían que era muy eficiente. Por eso cuando la dueña de esa casa en las afueras del pueblo llamó al hospital pidiendo una enfermera calificada los doctores no dudaron en recomendarla.
Claro, ella tomaría la decisión de ir o no. Ellos solamente la estaban recomendando.
Shanan decidió contactar a la señora para ver de qué se trataba el trabajo. "Seguro tendrá a un niño enfermo", pensó. "Es obvio, ¿no?", se dijo.
Ya había sacado cita con la señora, al parecer a ella le urgía una enfermera.
Y Shanan, no es de que se estuviera muriendo de hambre, pero un dinerito extra a nadie le vendría mal.
Los hilos ya estaban amarrados ahora veamos qué pasa con esta historia.
Los personajes principales de esta historia son:
Shanan, la enfermera que contratarían, ella era muy eficiente con su trabajo. Tenía a su padre y a su madre y una hermana menor, pero ellos estaban en otra parte muy lejos de ella.
Y no porque ella los haya abandonado, simplemente tuvo que viajar a otro lugar para poder convertirse en la gran enfermera que es.
Sus estudios así se lo pidieron. Shanan pensaba visitarlos una vez que tuviera una chanza.
Irina, la mejor amiga de Shanan. Ellas siempre estaban juntas. Ambas vivían en un hostal de mediana clase. Trataban de ahorrar lo más posible para poder tener algo que heredar a sus familias. La familia de Irina también estaba en otro pueblo.
Y Mateo, el ferviente admirador de Shanan, esperaba una oportunidad para declarársele. Shanan, aunque eran muy amigos jamás lo vería como su enamorado para ella era simplemente, su mejor amigo.
Jamás pensaría que él estaría enamorado de ella.
Conforme vaya avanzando esta historia Irán saliendo los personajes, gracias por su atención.
El director del hospital mandó llamar a Shanan.
Ella estaba atendiendo a un niño que tenía mucha fiebre. El niño se estaba mojando con el agua de lluvia. Así que pescó un resfriado. Ella no era doctora, pero igual podía dar una receta, siempre bajo la supervisión del doctor Moro.
El mensajero tocó a la puerta del cuarto donde estaba Shanan.
Pasa, Kunan.
Shanan, el director quiere verte.
Ok, voy en este instante. Por favor cuida a Omarcito, no tardo.
Kunan estaba estudiando medicina, las enfermeras y los doctores le daban la oportunidad de aprender a través de la práctica. Era un muchacho muy disciplinado.
En la oficina del director.
¿Me mandó llamar, doctor?
Sí, una señora tiene a su hijo enfermo, y quiere contratar a una enfermera calificada. Yo le dije que tú eres la indicada, pero solo tú tomarás la decisión.
¿La tiene ahí en la línea?
Si, aquí está.
Entonces el doctor Moro le pasó la bocina del teléfono.
Buenas tardes...
Un rato estuvo hablando con esa señora misteriosa.
Shanan le hizo una seña al doctor de que le prestara una pluma y papel.
Está bien, señora, ya apunté la dirección esta misma tarde estaré por ahí.
Gracias, señorita, Shanan. Espero su visita.
Gracias, doctor iré a checar primero el terreno en el que me voy a mover y ver en qué condiciones se encuentra el niño. Depende de eso es la decisión que tomaré.
Está bien, lo que tú decidas yo te apoyo.
Ese día, en su hora de comida platicaba con su amiga Irina.
Y qué, ¿vas a ir a la cita?, preguntó Irina.
Yo creo que sí es un dinerito extra que deseo mandar a mi familia, mamá me dijo que Paty estaba en la prepa y necesita algunos libros.
Pues bien por ti. Espero que todo te salga bien.
Y, ¿a qué horas quedaron en reunirse?, Irina quería saber todo.
¿Acaso eres detective o policía?, ¿por qué tanta pregunta?
Perdón, es que me interesa todo lo que hagas. No quiero que vayas a sufrir.
Estaré bien, no te preocupes.
Bueno ya no quiero hablar más de esto, mejor háblame de Mateo, ¿acaso no te gusta?
Pero, ¿qué dices? Mateo es mi mejor amigo no hay nada romántico entre él y yo.
Pues yo creo que él está enamorado de ti.
Por favor, Irina no digas eso, Mateo sabe perfectamente bien que entre él y yo jamás habrá una relación romántica.
¿Por qué no?
Y, ¿por qué sí?
Ay, Shanan. Contigo no se puede.
¿Por qué no te lo ligas tú?, es atractivo igual y pueden ser felices.
Porque él te quiere a ti no a mí.
Pero a mí no me interesa. Solo somos amigos y así seguirá por siempre. Y ahora regresemos al trabajo porque tengo que ir a mi cita.
Poco después, Shanan estaba frente a la gran casona que más bien parecía un castillo antiguo sacado de una película de terror.
Shanan tocó la puerta con la pequeña manija que colgaba de la puerta.
El sirviente le abrió la puerta.
Pase, la señora la espera.
Shanan observó la casa detenidamente. Parecía que la decoración databa sel siglo XV.
Era una casa con muchos cuartos. La sala era amplia, pasillos largos, y unas ventanas muy grandes, pero tenían las cortinas corridas. En uno de los tantos pasillos, una puerta indicaba que ahí estaba el sótano. Shanan observaba todo con marcada paciencia.
El silencio sepulcral hacía que Shanan dudara en quedarse.
Las cortinas eran gruesas y solo la luz de los focos iluminaban la casa. De afuera no entraba luz por ninguna parte.
Varios minutos después, una mujer de unos 35 años, cabello negro, liso. Alta, delgada, ojos color negros, muy guapa, salió de Dios sabe dónde.
Buenas tardes, soy Gloria Chaín, habló conmigo por teléfono.
Buenas tardes, soy Shanan Flores.
Lo sé. Bueno, iré directo al grano.
Necesito una enfermera de tiempo completo, que se quede a vivir aquí. Tengo muy enfermo a mi hijo; y yo debo viajar constantemente.
¿Qué edad tiene su hijo?
7 años, él está postrado y no puede moverse, la otra enfermera se fue sin siquiera avisar. Por favor, la verdad me urge.
Luego, apuntó una cantidad en un papel, este será su sueldo.
Shanan disimuló su asombro. La cantidad era mucho más de lo que hubiera imaginado.
Y, ¿desde cuándo quiere que me venga a vivir?, preguntó Shanan un poco tímida.
No quisiera apresurarla, pero yo tengo que salir en dos días.
Está bien, en dos días vengo, necesito hacer mis maletas y avisar a mi amiga.
Bueno, la llevaré a conocer a mi hijo Paquito.
Conforme avanzaban, Shanan sentía muchos escalofríos.
Sentía como si alguien respirara atrás de ella.
Shanan volteó la cabeza intuitivamente, pero solo estaban Gloria y ella.
No se preocupe, la casa está tan grande que parece que vive más gente, pero solo estamos mi hijo y yo.
Está bien, pero para Shanan no estaba claro, ella escuchaba ruidos, solo que no sabía hacia dónde se escuchaban.
Pronto llegaron a la habitación de Paquito. El niño se veía muy débil postrado en esa cama. No estaba entubado, su respiracióm era profunda y tranquila. Shanan lo vio y al instante sintió mucha ternura por ese niño.
En dos días vengo.
Gloria la acompañó a la puerta, Shanan ya estaba convencida de lo que iba a hacer.
Al salir sintió una mirada a sus espaldas. Volteó, pero no vio nada anormal.
.
.
Entonces, ¿ya decidiste cambiarte de casa?
Solo será mientras el niño se recupera. De todos modos no dejes de llamarme para que me cuentes todo lo que pase alrededor. Me voy a sentir muy sola ahí, pero al pensar en mi familia sé que es por una buena causa.
Está bien, cualquier cosa que necesites no dudes en llamarme.
Tenlo por seguro que lo haré, dijo Shanan, dándole un abrazo a su amiga. Mateo llegó en ese momento.
¿Y ese abrazo?, ¿me puedo unir?
Claro que sí, ven aquí, y así, los tres se unieron en un gran abrazo.
Tal vez sería un despedida para siempre...
Al día siguiente, Shanan se presentó en la enorme mansión.
La señora Gloria, ya la estaba esperando.
Bienvenida, tengo que darle algunas indicaciones.
Jamás va a salir de esta casa mientras esté aquí, mi hijo necesita mucha atención.
Como él no puede hablar usted tendrá que adivinar lo que necesita, hay que bañarlo y pues todo lo que debe hacer una enfermera con su paciente.
Yo estaré fuera, no sé cuánto tiempo, pero en cuanto regrese usted podrá irse a su casa. Recibirá su sueldo que será muy jugoso, no hay nadie más en esta casa que usted, mi hijo y el mayordomo, pero yo me voy en este instante y el mayordomo también porque va a ir a visitar a su familia, así que solo se quedará usted y mi hijo espero que lo sepa cuidar bien. Si tiene alguna duda dígamela de una vez.
No, todo está perfectamente claro. Puede irse tranquila yo cuidaré de Paquito.
Muy bien, una última advertencia, por favor, no ande de curiosa husmeando en los demás cuartos, están vacíos y no quisiera que la pescara la noche, después no sabría cómo regresar al suyo propio. ¿Estamos? En la alacena hay suficiente comida no necesita salir a comprar absolutamente, nada. La alacena está muy bien surtida para varios meses. Ah, se me olvidaba, en esta casa no puede entrar nadie más, ¿entendido?
Sí, señora Gloria.
Bien, le mostraré su cuarto. Sígame, por favor.
Este será su cuarto aquí puede hacer lo que usted quiera. Simplemente, no haga ruido para que no perturbe la paz de mi hijo.
El cuarto estaba situado a dos cuartos del de Paquito.
Hay un interfono en el cuarto de mi hijo que está unido al suyo por si sale algún ruido de ahí usted pueda ir a checarlo.
Solo tiene permiso para estar en su cuarto y en el cuarto de mi hijo, y, por supuesto, el baño, nada más.
Shanan no dijo nada, veía todo muy extraño como si Gloria no fuera real.
Bueno, pues ahora sí me voy y espero que siga las instrucciones al pie de la letra.
¿Tiene alguna tarjeta para depositarle un adelanto de su sueldo?
Ella le proporcionó el número de la tarjeta, 2 minutos después ya estaba depositado una parte del sueldo.
Shanan vio la cantidad y casi se desmaya.
Gracias.
Gloria tomó las maletas y salió de ahí.
Una hora después, el mayordomo también se marchó.
Shanan suspiró, pensando que estaba completamente sola. Ya que Paquito estaba inmóvil en la cama.
Había llevado consigo La Santa Biblia, para leerle pasajes a Paquito.
El primer día, no pasó nada. Shanan se esmeraba en cuidar a Paquito, inconsciente en esa cama.
Después de algunas horas, Shanan se fue a su cuarto.
Voy a estar en mi cuarto, si algo necesitas, solamente grita fuerte, espero que puedas hacerlo y si no yo como quiera vendré más tarde a darte una vuelta.
Ella sabía que aunque el niño estuviera en coma podía escucharla, eso lo había aprendido de su doctor favorito, el doctor Moro.
Aunque no sé si me escuchas, pero aquí voy a estar, ¿ok?
Ella tomó la mano del niño, sintió un leve movimiento.
Bueno, eso es una buena señal. Ojalá y pronto puedas despertar y moverte.
Fue todo el movimiento por ese día, Shanan se fue directamente a su cuarto.
Aún era temprano, eran las 5 de la tarde, Shanan se puso a desempacar.
Afuera los truenos y relámpagos se sucedían uno tras otro. La lluvia caía a cántaros. Los árboles se movían como si tuvieran vida propia. Se erigían majestuosos por encima de la mansión.
La lluvia los hacía parecer escalofriantes, como sacados de una película de terror.
Afortunadamente, las ventanas tenían las cortinas gruesas y ella no podía ver para afuera.
"Es solo una tormenta", se decía Shanan para sus adentros.
Shanan no era de las personas que sentían miedo por nada. Ella siempre encontraba una respuesta lógica para todo.
"Mañana será otro día", se dijo.
Hacia las 9 de la noche, la lluvia había amainado. Shanan decidió ver si Paquito se encontraba bien.
Al entrar al cuarto notó un olor extraño, pero no supo de dónde provenía.
"¿A qué huele?", se dijo.
Observó a Paquito, él seguía dormido.
Se acercó a él, lo checó muy de cerca, en efecto, él respiraba tranquilamente.
Decidió regresar y dormir.
Se puso la pijama y se acostó, al poco rato ella dormía, plácidamente.
.
.
Qué raro que Shanan no me haya hablado. Irina platicaba con Mateo por teléfono.
No te preocupes, al rato te llamará.
Es que ella me dijo que me llamaría en cuanto estuviera instalada en esa casa.
Tal vez apenas está acomodando su ropa en el armario o la señora la está ocupando en algo, no sé. Espera hasta mañana, estoy seguro de que ella te llamará.
¿De verdad lo crees?
No tengo por qué pensar que Shanan no te llamará.
Bueno, Mateo, espero que descanses nos vemos mañana en el trabajo.
Claro que sí, tú también descansa, hasta mañana, bye.
Irina cortó la llamada, era hora de dormir.
"Espero que mañana me llame Shanan, si no lo hace, voy a tener que buscarla en esa casa macabra".
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