Podía sentir el frío que atravesaba mi ropa, ya se podía sentir en gran medida apesar de que apenas empezaba el otoño, pero aún así yo había elegido ponerme ropa ligera, tenia la idea de que talvez haría calor y ni siquiera había tomado una chamarra por si llegaba a hacer frío, nunca eh sido buena juzgando el clima así que la mayor parte del tiempo termino sufriendo por esto, aún así no podía regresar a cambiarme tenia que darme prisa y llegar a la entrevista de trabajo que tenía, así que caminé aún más rápido por la calle que afortunadamente no se encontraba tan llena como de costumbre y eso me permitía avanzar en menos tiempo, estaba a punto de llegar a la empresa a la que aplicaría cuando una corriente de aire se hizo presente senti como mi cabello que habia arreglado en un moño perfectamente se había soltado, pero esto me ocurría con frecuencia tenia el pelo tan lacio que cualquier cosa con que lo atara se terminaba deslizando, ahora que lo pienso talvez no debí haber perdido tiempo intentando sujetarlo sabia que terminaría así de igual modo, había llegado a la entrada de la empresa, me indicaron en donde tenía que esperar mi turno, el lugar era bastante agradable con grandes ventanas y una buena vista definitivamente me agradaba el lugar, además era una empresa que tenía muy buenas prestaciones así que pense daría lo mejor para conseguir el puesto de asistente ejecutivo, saque un pequeño espejo para verificar no verme desaliñada, por suerte solo se veía un peinado sencillo como si lo hubiera planchado menos mal en este punto me consideraba con algo de suerte, solté un suspiro de alivio y guardé el espejo, en ese momento me cruce con su mirada por primera vez, era un hombre alto y debo decir muy guapo tan solo de verlo podías sentirte nerviosa, iba vestido con un traje gris que lo hacía lucir aún más atractivo parecía llevar una marca que decía ¡cuidado!, el verlo ahí fue como la corriente de viento que había sentido esa mañana que te eriza la piel y tratas de protegerte pero esto es imposible ya que cuando te das cuenta ah llegado a ti, exactamente así; el me había cautivado desde el primer momento ¡Dios, debi haber sido ciega! bueno creo que el punto es que no debí haberme fijado en el.
Mi entrevista transcurrió sin ningún inconveniente así que me dirigí al ascensor y fue ahí donde lo vi por segunda vez, debo decir que en cuanto se paró a lado de mi el olor que provenía de el era increíble, en ese momento yo no hacía otra cosa más que pensar como podía ser tan perfecto, yo me encontraba sumida en mis pensamientos que no me di cuenta que lo había estado mirando y entonces el me habló.
—¿como estuvo la entrevista?— me dijo con una sonrisa —¿c..como supo?—le respondi como tonta aún aturdida por mis propios pensamientos, el no dijo nada pero con una sonrisa aún más brillante que la anterior señalo el gafete que traía
—¡oh!, supongo que fue bien—le dije con una sonrisa y aparte la mirada no quería que me pusiera más nerviosa.
—Espero que obtenga el puesto que solicitó— dijo y así salió de elevador.
Continúe con mi camino y olvide el asunto no era más que una persona que había sido amable no tenía porque buscarle otro significado así que con esa mentalidad continúe con mi día.
Llegue a mi departamento y para mi sorpresa mi mejor amiga se encontraba organizando mi sala—eres una persona caótica, acaso ¿no puedes ser más ordenada?—me dijo con reproche, si no fuera por ella no sobrevivirá y ella lo sabía
—lo iba a organizar pero tenía una entrevista y no pude hacerlo "mamá" por favor no te enojes sabes que eres la mejor solo tu haces estas cosas por mi—le dije lo más contenta posible ambas sabíamos que rol teníamos en esta amistad ella prácticamente se portaba como una madre me cuidaba siempre y regañaba con frecuencia de las dos era ella más responsable y yo era la encarnación del caos, pero de algún modo me las arreglaba para terminar haciendo bien las cosas —no deberías hacer las cosas por ella, nunca aprenderá ¿estás consciente de eso?— grito desde el balcón, Audrey se había invitado solo a entrar a mi casa y como solo el sabía hacerlo solo era para molestarme, era mi vecino y cada vez que sabia que estaba en casa saltaba de su balcón al mío, bueno admito que después de un tiempo me acostumbre a sus visitas inesperadas, además era bastante lindo y después de conocerlo era una buena persona así que por eso se ganaba mi perdón —hola extraño, ¿todavía no has aprendido a tocar? Y la ubicación de la puerta de entrada está por haya para tu información—le dije tratando de molestarlo—Claro que se tocar, pero esta es la entrada para los invitados VIP solo yo tengo acceso a ella, ¿ qué no te sientes afortunada de un hombre tan guapo entre por tu balcón—me dijo mientras intentaba desordenar mi cabello —tu no eres un hombre—le respondi mientras le golpeaba el hombro— Disculpa si no soy un hombre entonces ¿qué soy?—me dijo mientras hacía un puchero muy gracioso y típico de el —eres mi mejor amigo, casi un hermano mi querido extraño —le dije con una gran sonrisa —ustedes no van a cambiar son como un par de niños, dejen de pelear y vamos a comer — nos dijo mientras nos arrastraba fuera del departamento —Nina, dile que no sea así, siempre me molesta así, ella es tan cruel ¿sabes que tan atractivo soy? y ella siempre me desprecia ¿porque es así?—replicó Audrey, siempre le gusta molestar,pero a quien engaño mis días serian tan aburridos sin su presencia —talvez se debe a que tiene algún problema en la vista no te desanimes —dijo Nina y ambos rieron a carcajadas —¡oye! De quien eres amiga, ahora se juntan para conspirar en mi contra ¡traidores!—le dije mientras los empujaba —eres muy agresiva por eso somos los únicos amigos que tienes— dijo Nina.
Llegamos a nuestro restaurante favorito teníamos la costumbre de ir cada vez que estábamos los tres juntos —vamos no te enojes te comprare tu postre favorito —dijo Audrey, el sabia muy bien que no podía decir que no al delicioso pastel de chocolate y fresas que vendían ahí —pero no te saldrá barato tendrás que comprarme dos uno lo comeré aquí y el otro me lo llevaré a casa lo comeré después —le respondi felizmente mientras me sentaba —no entiendo a donde va a parar toda esa comida, ¿eres un pozo sin fondo o algo así?— dijo Audrey burlándose de mi— sigue riendo y tendrás que pagar mi comida también —le dije mientras le hacía un gesto divertido — no por favor comes demaciado esto me dejaría pobre, ¿no estás oyendo que eres un pozo sin fondo? tendría que usar todos mis ahorros para llenar ese estómago — dijo mientras se hacía la víctima — ¡eh! ¿acaso ya no quieres vivir?—le dije mientras lo señalaba con una cuchara— vale, vale baja la cuchara antes de que lastimes a alguien— seguía burlándose de mi, estaba apunto de lanzarle la cuchara, cuando Nina hablo—¿acaso son unos niños? deja de molestarla Audrey y Lea deja de intentar matarlo con una cuchara, mejor cuéntanos ¿como te fue en la entrevista Lea?—me pregunto Nina y Audrey hizo un puchero porque lo habían regañado—bien, creo que tengo una oportunidad, llamarán durante la semana para dar los resultados —le dije, hubiera mencionado al chico que vi ese día pero no quería iniciar una discusión con Audrey sobre quien era más guapo si el o ese chico, siempre hacía eso cada que mencionaba algún hombre y el siempre terminaba ganando pero esta vez estaba tentada ya que sabía que esta vez yo tendría razón pero tenía hambre y ya no quería pelear así que decidí no mencionar nada, pedimos la comida y charlamos mientras comíamos era muy divertido pasar el tiempo con ellos, jamás me aburria, era tan afortunada de tenerlos.
Habíamos terminado el postre y ya estábamos a punto de irnos cuando alguien llamó a Nina por teléfono —lo siento chicos no podre acompañarlos de regreso debo irme tengo que ir a revisar algo con el último proyecto parece que se equivocaron con el color de la pintura— nos dijo Nina con cara de cansancio, ella era una diseñadora de interiores era muy buena pero constantemente se encontraba presionada por fechas de entrega y cosas como un tono en la pintura la volvían loca, si es una persona demacido perfeccionista —esta bien, entonces supongo que nos vemos el fin de semana—le dije —relájate un poco Nina no te presiones —le dijo Audrey —esta bien los veo luego —se despidió.
Después de comer Audrey y yo decidimos dar una vuleta por un centro comercial ya que ambos teníamos la tarde libre y aún no queríamos regresar al departamento, nos divertimos mucho como siempre el me hacía reír hasta morir —¡basta! Me vas matar si sigues haciéndome reír —le dije mientras lo empujaba para que se alejara —¿que?... ¿acaso no me veo genial con este sombrero? —en realidad parecía un duende —pareces un duende, no crei que dejarías de ser atractivo pero ahora pareces un chiste —reí con más ganas después de ese comentario empezó a hacer todo tipo de cara graciosas —creo que te equivocas yo siempre me veo guapo no importa lo que use, Nina tiene razón estoy empezando a dudar, creo que necesitas visitar al oculista—me dijo mientras cambiaba su sombrero ahora por unos lentes de sol que eh de admitir le quedaban genial —ya quitate eso, las chicas de haya no an dejado de mirar en cualquier momento les va a dar un paro cardíaco— le dije mientras señalaba con mis ojos a su lado derecho —vaya ¿estás celosa? —dijo mientras acercaba su rostro más al mío —n..no que te pasa me preocupa que mates a alguien y vayas a prisión — le dije mientras empujaba su rostro con mi mano —me encanta que te preocupes por mi — giro y le sonrio a las chicas que lo habían estado observando desde que entramos; demaciado coqueto—nunca vas a cambiar verdad —sonreí y me diriji a la salida dejando que las chicas tomaran su oportunidad para acercarse a el, estaba distraída y algo se interpuso en mi camino, pero ese olor lo reconocí inmediatamente, el chico del elevador —hola de nuevo —me dijo sonriendo, no podia creer que tuviera tanta suerte de cruzarme con el tres veces en un solo día —lo siento —le dije por haber chocado con el —parece que tengo suerte, me eh encontrado contigo dos veces—lo que dijo me sorprendió ¿porque el creería que tiene suerte? Penso lo mismo que yo ¿el también me consideraba atractiva? No, definitivamente no, debo dejar de pensar cosas sin razón no sabia que contestar así que me presenté —me llamo Lea y ¿tu nombre es?
—le pregunte —Ian ¿quieres...— la voz de Audrey interrumpió su pregunta —¿que haces Lea? vamos tenemos que darnos prisa para ir al cine —dijo mientras me pasaba su brazo por los hombros, en ese momento la expresión de Ian cambió por una completamente diferente parecía ensombrecida —¿el es tu novio? —su pregunta me tomo por sorpresa ¿porque el preguntaría eso? Apenas nos conocemos —¡oh! El es mi amigo Audrey — le dije mientras me salía de su agarre, aunque no se porque lo hice nunca había hecho algo como eso me abrazaba tan seguido que para mi ya era algo normal —¿y este quien es? ¿Como porque tendrías que decirle cual es nuestra relación? —Audrey se puso a la defensiva de inmediato —el es Ian lo conocí hoy en la empresa donde tuve mi entrevista —le dije para que no se portara grosero —a que bueno... bien si no te importa Ian nosotros ya nos vamos, tenemos que ver una película —dijo mientras tomaba mi mano y empezaba a caminar en dirección al cine —adiós Ian, espero nos veamos después —le dije agitando mi mano en señal de despedida, talvez era mi imaginación pero parecía decepcionado pero aún así sonrio y me dijo adiós.
Al salir de la película sabia que Audrey tendría un interrogatorio preparado, durante toda la película había estado haciendo caras, era demacido gracioso, pero evite reírme de él —ahora te gustan los tipos pretenciosos, pensé que tenías buenos gustos— en mi interior reía con ganas era tan tierno cuando estaba celoso,
algo también natural en el era como el hermano mayor que no quiere que su hermana tenga citas —quien dijo que me gustaba, yo no eh dicho nada, además no esta mal quien en su sano juicio diría que ese hombre no es guapo, deja de fruncir el ceño te saldrán arrugas y ya no serás popular con las chicas
—le sonreí y le di una palmada en la espalda —pues no me agrada, tiene un aura rara, así que como tu amigo y tu extraño favorito te pediré que tengas cuidado con el ¿vale?— me dijo con un tono de derrota en su voz —esta bien pero si es buena persona también será mi amigo, pero no te preocupes tu eres mi amigo VIP —le dije con una sonrisa y al final terminamos sonriendo los dos —bien —respondió y así volvimos a casa.
Al día siguiente desperté por el sonido de mi celular —buenos días, con la señorita Lea Dunne—dijo un hombre al otro lado del telefono— si, ¿quién habla?— respondí —le llamamos debido a su entrevista, ya que fue seleccionada ¿podría venir a entregar los documentos faltantes y para decidir cuando podría empezar a trabajar?— me dijo, estaba tan emocionada lo había logrado— estaré ahí en una hora, muchas gracias— colgué el teléfono, me levanté rápidamente, me arreglé tan pronto como pude y salí corriendo directo a la empresa.
Me presenté con la encargada de RH y le entregué mi documentación —bien, todo esta en orden ¿puedes empezar hoy a trabajar? Si no puedes no te preocupes puedes iniciar mañana—me dijo, yo estaba emocionada así que no dude en aceptar —por mi no ahí ningún problema en iniciar hoy—le dije con una sonrisa —entonces te acompañaré para que conozcas a tu jefe— mientras nos dirigimos a la oficina de quien seria mi jefe la encargada de RH me indicó brevemente cada una de las áreas y aprovechandome de eso buscaba a Ian quería saber en qué área trabajaba, pero al parecer este día no tenía suerte, así llegamos a la oficina principal en donde se encontraba mi jefe, la chica llamó a la puerte, nos dieron permiso para pasar, al abrir la puerta había un hombre sentado en una silla hablando por teléfono, la silla estaba girada al lado opuesto así que no podía ver su cara, nos paramos frente al escritorio esperando a que terminara su llamada, no pude evitar recorrer la oficina con la mirada era un lugar bien iluminado y todo estaba perfectamente organizado me gustaba yo siempre había admirado a las personas que podían trabajar de esa forma, ya que yo era todo lo contrario si organizaba algo mi memoria fallaba de inmediato y las cosas terminaban extraviadas, se que se ve mal el desorden pero solo así mi cerebro trabaja de manera correcta mientras prestaba atención a los detalles puede captar un aroma que se había estado convirtiendo en algo familiar, era mi imaginación o este lugar olía mucho a Ian, no debo de estar imaginando cosas, entonces la voz de la chica captó mi atención de nuevo —señor Archer, su nueva asistente, iniciará a trabajar el día de hoy— dijo en cuanto el colgo el teléfono, entonces el giro su silla hacia nosotras —bien, mucho gusto señorita— era Ian el que se encontraba ahí, me quedé pasmada por un momento, ya se a quien no le gustaría trabajar así de cerca con un hombre tan guapo, pero en este momento empecé a tener un presentimiento pero no de esos que te dicen que todo va estar bien, era más como una alerta que gritaba sal de aquí, pero como podría salir si era mi trabajo soñado, así que reprimi mis instintos de supervivencia y le sonrei —mucho gusto señor mi nombre es Lea Dunne, pero puede llamarme solo Lea— le dije —entonces yo me retiro, señor— dijo la chica de RH, y salió de la oficina.
—¿como te fue en tu cita con ese chico, disfrutaron la película?— su pregunta me tomo por sorpresa —bien, aunque ya te había dicho que es mi amigo y eso no prodia considerarse una cita, pero tampoco se que interés tendría mi jefe en mi vida personal ¿no crees?—le respondi al parecer no le había gustado mi respuesta, ya que su rostro se miraba sombrío la verdad me dio un escalofrío —sabes, pensé que al encontrarnos me reconocerias de inmediato, pero que estuvieras con otro hombre eso realmente me molesta, tu lo llamas amigo, pero puedo ver que el quiere más que un amistad —me decía mientras se acercaba más a mi, había empezado a temblar y empecé a retroceder hasta que me encontré con la pared, sus ojos ya no eran de color café ahora habían cambiado eran de un azul profundo con destellos rojos —estaba seguro que el amor que sentías por mi, haría que pudieras reconocerme de inmediato, pero que es lo que paso tu ya tienes a alguien más, puedo sentir como ese hombre hace que tu corazón se acelere, aunque tu lo niegues —estaba congelada, como el podía saber como se agitaba mi corazón en ese momento, bueno y es que a quien no le pasaría eso Audrey aunque nunca se lo digo es muy atractivo y te pone muy nerviosa, diría que puede ser intimidante pero es solo eso lo considero muy guapo pero nada mas nosotros sentir amor o ser pareja jamás, además en realidad si mi corazón se aceleró no fue por Audrey fue por el pero no le iba a decir eso, quien era este hombre, podía decir que no era humano sus ojos me daban miedo y para ser sincera también tenía mucha curiosidad ¿porqué debía reconocerlo?, ahora estaba atrapada entre el y la pared no podía moverme su cuerpo estaba tan pegado al mio que podía sentir sus músculos tensos, con una de sus manos acarició mi mejilla —siempre as sido tan hermosa— sus dedos ahora acariciaban mis labios —no sabes cuanto te eh esperado— sus labios había tomado los míos, su beso era desesperado, me robaba el aliento con cada movimiento, su mano ahora tocaba mi cabello esto era tan familiar era como si lo hubiera hecho un millón de veces, de repente todo se volvió obscuro era como si hubiera perdido el conocimiento, pero no era así estaba siendo bombardeada por un montón de recuerdos.
Las imágenes eran tantas que sentía la necesidad de vomitar, vi el rostro de Ian varias veces, lo vi correr tras de mi, tomar mi mano, besarme una y otra vez, me vi ahogándome en un lago y a Ian salvandome lo vi rescatarme una y otra vez, podía sentir el gran amor que tenía por el, la velocidad de las imágenes empezó a disminuir y entonces pude ver el recuerdo claramente, Ian peleaba con varios hombres y bestias se lanzaban sobre el, blandia una espada con gran agilidad y los atravesaba uno tras otro, era obscuro y llovía no podía distinguir el rostro de las personas que lo atacaban, entonces me di cuenta que el estaba protegiendo un cuerpo que yacía entre el montón de cadáveres que estaban en el piso, esa persona era yo solo que en este lugar no tenía el cabello largo si no muy corto y mi cuerpo estaba lleno de sangre y también sin pulso, entonces lo entendí no eran mis recuerdos eran los de Ian, oí su voz gritar pero no entendía lo que decía, parecía hablar en otro idioma, mi pulso empezó acelerarse, las bestias y los hombres cada vez lo tenían más rodeado, el se veía cansado quería gritarle que escapara que no tenía que cuidar de un cuerpo sin vida, sentía como mi corazón dolía al verlo de esa manera y mis lágrimas empezaron a brotar quería ayudarlo, quería salvarlo, pero que podía hacer si no eran más que recuerdos.
Después de verlo luchar incansablemente, pude ver como fue capturado por esos hombres, y de entre ellos pude ver a un hombre alto y con un uniforme militar, no podía ver su cara pero sentía dolor al verlo, en sus manos apareció un resplandor y con ello se formó una espada muy brillante, y entonces esta se hundió en el pecho de Ian, mi corazón se rompió en mil pedazos sabia que esto no estaba ocurriendo, pero sentía como si me estuvieran arrancando el alma.
Desperté en un lugar desconocido, toqué mi rostro y puede ver que realmente había llorado, al ver los recuerdos de Ian supe cuanto lo quería, pero ¿porque yo había perdido mis recuerdos?, ¿quien o qué era Ian?, debía averiguarlo tendría que preguntarle, me levanté y puede ver la habitación era como sacada de un cuento, parecía el cuarto de un castillo, había un fuerte aroma a Ian como si el hubiera dormido a mi lado, camine a la puerta y la abrí con cuidado no sabia lo que hallaría del otro lado no quería hacer ruido, vi un pasillo que parecía infinito así que salí con cuidado, y a lo largo del pasillo pude ver muchas puertas como se supone que iba a encontrar a Ian en un lugar tan grande, que debía hacer y se me perdía —despertaste Lea— me sorprendió oír su voz de ¿donde había salido ?—¿te sientes bien?—me pregunto pude notar el tono de preocupación en su voz —estoy bien, pero tengo muchas preguntas que acerte, ¿podemos hablar?—le dije, me sentía nerviosa al verlo a los ojos así que aparte la mirada, tenia muchos sentimientos encontrados —esta bien, te diré lo que quieres saber, pero primero vamos a comer—el empezó a caminar y yo lo seguí el lugar era realmente grande y me alegre de que el hubiera aparecido ya que si lo hubiera buscado por mi cuenta, seguro me hubiera perdido llegamos a un gran salón que tenía una enorme mesa en el centro me sorprendió ver, varias personas trabajando, Ian me indicó que me sentara a su lado y así lo hice de inmediato nos sirvieron la comida, todo se veía delicioso la verdad me moría de hambre y empecé a comer me detuve al ver que el no había aún tocado su plato, el ambiente se sentía algo incómodo así que decidí preguntar— ¿dónde estamos?—le dije mientras dejaba el cubierto en un lado—estamos en mi mansión, que esta lejos de la ciudad —me observaba como estudiando cada detalle —es muy grande aquí, siento que me perderia— le dije y sonrei, su rostro mostró sorpresa y luego también sonrio— no sabes cuanto extrañe verte sonreír Lea— su voz mostraba su anhelo —¿porqué yo no puedo recordar nada? ¿ quién eres Ian o que eres? ¿porque me has traído aquí?—le hice una pregunta tras otra —soy un demonio Lea—su respuesta me dejó helada, como era posible se supone que no existen, pero como podía cruzar por mi mente negarlo si lo tenía frente a mi y eso explicaría todas las cosas extrañas que pasaron, también explicaría porque sentí miedo en la oficina, después de que vi sus recuerdos el miedo se fue, pero seguía teniendo la sensación de que algo no estaba bien —no puedes recordar nada por la reencarnación—al mencionar eso su voz tembló—te traje aquí porque aqui es seguro los demonios del clan deben saber que te encontré y querrán deshacerse de ti— acercó su mano a la mía, su toque era suave, podía sentir el calor de su mano en mi piel, me sentía también al sentir su calor, pero había algo que me seguía molestando talvez era el hecho de que era injusto para el tener todos los recuerdos y yo no tenía nada —¿quien soy?—la pregunta salió de mi boca antes de que mi cabeza pudiera analizarla— tu eres una descendiente de un Dios, tu espíritu es un alma divina y pura es por eso que pudiste reencarnar, se supone que esto no debió haber pasado— sus lágrimas caían sobre sus mejillas, sentí como mi corazón daba un vuelco, dolía verlo asi—¿que no debió haber pasado?—le pregunte— no debiste morir, tenía miedo de no poder encontrarte, si no podemos recuperar tus recuerdos tu morirás como cualquier humano y no volverás a reencarnar, porque tu alma perderá su poder divino— me quede en blanco, no sabia como reaccionar a eso para mi no era un problema morir como humano, pero sabia que era importante para el, tome su mano y la aprete —yo se que tu me salvaras— le dije sin pensarlo mucho quería consolarlo —me jalo hacia el y me abrazo—no quiero decepcionarte, si tengo que dar mi vida para salvarte lo haré — su abrazo era fuerte y me sentía segura en el —yo te amo —susurro en mi oído, sus palabras me hicieron temblar y solo pude responder —lo se—.
La noche había llegado, Ian me invitó a dar un paseo por el lugar aunque termine muy cansada y aún así dudó que haya conocido una gran parte de este lugar al final le dije que estaba muy cansada, así que me acompaño a la habitación en la que me estaba quedando, lo invité a pasar y le pidió a una de las sirvientas que trajera algunos bocadillos, la habitación era muy grande tanto que tenía una pequeña sala, su propio baño y un balcón con una mesa, le dije que si podíamos comer ahí y dijo que si, me parecía hermosa la vista y la luz de la luna llena que ilumina el lugar. Las cosas se habían relajado un poco después de la comida y ya no me sentía tan incómoda —Lea—me llamo y volte a verlo directamente a los ojos que en este momento ya no eran cafés ni tampoco tenían ese color azul y rojo, ahora simplemente eran de un azul grisáceo eran muy hermosos —el hombre con el que te vi ese día realmente ¿que relación tienes con el?— dijo con un tono serio, pero ya no se veía tan aterrador como el día anterior — te lo dije, el y yo solo somos amigos y también es mi vecino—el tenia razón, yo sabia que en esta vida, solo alguien había llegado a gustarme y ese era Audrey, pero eso solo fue cuando lo conocí realmente nunca sentí nada por el más haya de la atracción física que al final ya no sentía conforme nuestros lazos se hicieron más fuertes, eso era cosa del pasado ahora realmente lo quería como un hermano —no puedes negarme lo que yo puedo ver se que también tienes sentimientos por el, tu corazón cambia cada vez que piensas en el y eso me esta volviendo loco yo se que por mi culpa estamos así, pero no puedo evitar perder el control al ver que alguien más llego a tu corazón —se veía tan triste, debía explicarle la razón de mis sentimientos por Audrey parecía empeñado en creer que yo estaba enamorada de él, definitivamente el me estaba malinterpretado —¿como es que puedes ver lo que siento o lo que hace mi corazón?— tome una galleta y la metí en mi boca, antes de aclarar el asunto quería saber por qué el estaba tan seguro de que yo estaba enamorada —una parte de mi poder se alimenta de las emociones negativas de las personas como el odio, el rencor y puedo sentir lo que las personas guardan en su corazón es algo difícil de explicar, no sabría decirte como se siente — me dijo —entonces eso significa que ¿cualquier demonio puede ver mis sentimientos?—la idea de que un montón de desconocidos supiera como me sienta me aterraba— No, las habilidades de cada demonio son diferentes y yo— hizo una pausa mientras negaba con la cabeza —bueno no soy cualquier demonio— eso despertó más mi curiosidad —¿que tipo de demonio eres tu? —le sonreí, me gustaba con la luz de la luna se reflejaba en su cabello negro —soy uno capaz de amar a una alma sagrada —dijo con una sonrisa pero su voz sonaba triste, sus palabras me conmovieron pero sabia también que había evadido mi pregunta que era lo que el me ocultaba —bueno, es suficiente por hoy, debes descansar —se levanto de su silla y se acerco a mi y coloco un beso en mi frente sentí sus cálidos labios en mi piel, de repente desee que el tiempo se parara aquí pero no fue así, el salió tan rapido y yo no pude decir nada ya no le pude explicar mi relación con Audrey bueno ya habrá oportunidad de hablar de eso nuevamente.
A la mañana siguiente desperté con la necesidad de volver a mi departamento, necesitaba decirle a Nina y Audrey que estaba bien y que no se preocuparan, llevaba dos días desaparecida, les había enviado un mensaje pero ninguno había respondido y eso me tenía realmente preocupada, ellos siempre respondían, me dirigí al comedor para desayunar con Ian.
El ya estaba ahí se veía increíblemente bien llevaba una camisa blanca con los últimos botones sin abrochar, parecía que acababa de tomar un ducha, entonces me reprendi a mi misma "no puedes pensar en eso, debes pedir que te lleve a ver a Nina y Audrey " y otra voz en mi cabeza dijo "eres humana acéptalo, eres débil" rei para mis adentros —estas de buen humor —me dijo y sonrió —en realidad no, estoy preocupada por Nina y Andrey quiero ir a mi casa —el se quedó pensativo —no es seguro que vayas a tu casa ahora Lea —había pensado en la posibilidad de que se negara, pero de alguna manera esto me molesto demasiado por mucho que me ame no me puede encerrar
—no te estoy pidiendo permiso Ian, voy a irme a mi casa y voy a buscar a Nina y Audrey —estaba furiosa, el solo se limitó a verme pero de pronto hablo —tanto te importa ese hombre, que an pasado solo dos días y ya quieres ir a buscarlo —se notaba el coraje en su voz —de eso no se trata tengo un mal presentimiento y si tu no me llevas, iré por mi cuenta —dije determinada, seguia malinterpretado la situación pero yo estaba molesta y no me interesaba explicarle nada—bien, pero en cuanto los veas volveremos aqui —al parecer se había rendido —¿volver? Eso lo voy a pensar no haré todo lo que tu me digas —para mi sorpresa el solto una carcajada y río mucho acaso lo que le había dicho causaba risa —¿porque te ríes? —ahora estaba más molesta ¿yo era un chiste? —pensé que cambiarías con el tiempo que tu alma pasó perdida y al crecer de manera diferente, pero no es así sigues siendo la misma mujer terca —dijo mientras se acercaba a mi, tomo uno de mis cabellos y lo acerco a su nariz —también sigues teniendo ese aroma a frutos rojo —sentí, como el calor subía a mis mejillas se pusieron tan rojas, me sentía tan avergonzada "en fin la carne es débil" dijo mi voz interior, que diablos estaba pensando ahora, volví a mis sentidos y me apresure a salir antes de que las cosas se salieran de control —¿a donde vas? ¿Sabes siquiera dónde está la salida? —me sentí aún más avergonzada, el tenía razón terminaría extraviada en este lugar y jamás saldría de aquí —entonces, vamos llévame a mi casa —le ordené.
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