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Verdades Ocultas.

Capítulo 1.

Habíamos ganado la Liga, después de meses de sufrimiento por fin llegaba la recompensa.
Al terminar el partido no dude en salir del banquillo, ya que me sacaron y fui directamente a saltar sobre Lewandowski. En cuanto me subí encima, noté un brazo rodeando mi cadera para impedir que me cayera. Busque al dueño del brazo y encontré a Pedri celebrando con Ferrán.
Al bajar atrape el cuello del canario para abrazarlo y seguidamente le di un beso en el cuello, era una acción que se había vuelto costumbre entre nosotros.
Gavi.
Gavi.
Pedri hemos logrado, la Liga es nuestra.
Dije mientras saltaba de felicidad.
Pedri.
Pedri.
Te lo dije Pablo, que ya era nuestro. Lo mejor de ganar la Liga es que la he ganado contigo.
Me giré a ver a Pedri, no esperaba que me dijera eso. Mi corazón dio un vuelco, pero decidí dejarlo correr. Eso es algo que le dirías a tu mejor amigo, eso era segurísimo.
La tarde pasó y ya nos habían dicho que el próximo día, todos nos montaremos en un autobús y haremos la conocida ruta como campeones de España.
Al día siguiente estaba en mi habitación aburriéndome, quería que llegara la tarde para estar con mis amigos celebrando todo el esfuerzo que habíamos sacrificado durante la temporada. Estaba pensando en que comer ya que tenía hambre cuando me llegó una notificación en el móvil.
Abrí el móvil para ver de quién era, un mensaje de Ansu diciendo que había conseguido comenzar a un jefe de una discoteca para que fuéramos los jugadores del Barça. No entendía como Ansu lograba todo tipo de cosas sin esfuerzos. Luego me llegó un mensaje de Pedri, me pareció súper extraño lo que había escrito.
Pedri.
Pedri.
Oye bro, ¿podemos hablar un segundo?
Gavi.
Gavi.
Claro, ¿qué pasa?
Pedri.
Pedri.
Está noche me gustaría probar una cosa contigo, pero no sé si tú vas a querer.
Gavi.
Gavi.
Pedri, dime. Me puedes proponer cualquier cosa que me apunto al plan si es contigo.
Estaba viendo como Pedri escribió durante mucho rato, me estabas desesperando que no me contara lo que se le pasaba por esa cabecita suya pero espero paciente hasta que el mensaje por fin se envió.
Pedri.
Pedri.
Quiero hacer un trío, esta noche, si tú quieres obviamente, podemos hacer un trío con otra chica.
¿Que? Estaba soñando, ¿verdad? Mi mejor amigo me ha dicho que quiere tener sexo con otra tía, pero que yo también estuviera ahí. No pude contestar, estaba en shock.
Estuve un rato pensando la respuesta, pensando los pros y las contras, pero como dice mi madre, la vida hay que vivirla.
Gavi.
Gavi.
Me he impresionado con tu propuesta, pero ganas no me faltan pero tengo una pregunta, ¿porque quieres hacer un trío conmigo?
Pedri.
Pedri.
No sé, pero si quiero hacer un trío lo prefiero hacer con mi mejor amigo, en este caso eres tú. Sé que tal vez pienses que nuestra amistad va a cambiar, pero no será así.
Gavi.
Gavi.
Vale Pedri, me has convencido. Nos vemos luego.
Pedri.
Pedri.
Hasta luego, Pablo.
Estaba flipando por la situación en general, no sabía que Pedri quería hacer un trío, y yo pensaba que si él quería hacer un trío sería con dos chicas, no conmigo por el medio, pero no le di más vueltas al asunto.
Por fin llegaba la tarde, el entrenador nos había dicho que lleváramos chándal y en una mochila la ropa para salir después. Me puse el chándal y me dirigí al salón, donde estaba mi padre esperándome para ir al Camp Nou, ahí salía el autobús.
En el coche me detuve a pensar en lo que me había propuesto Pedri, por una parte estaba nervioso, ya que sería la primera vez que vería desnudo al canario, ya que en las duchas se ponía la toalla en la cadera y porque nunca he hecho un trío.
Cuando llegué al campo, dejé mis miedos de lado. No podía permitir que me comiera la cabeza por algo que va a pasar en la noche, ya se preocupará el Pablo del futuro.
Bajé del coche y pude ver a Pedri esperando en su coche, no se había dado cuenta de quién había llegado. Estaba distraído mirando algo en el móvil, aproveche para acercarme por detrás y asustarle.
Gavi.
Gavi.
Bu.
Pedri.
Pedri.
¡Joder Pablo!
El canario casi deja caer el móvil al suelo.
Pedri.
Pedri.
Me cagaré en tu puta madre.
Gavi.
Gavi.
Vaya perdoname, no sabía que tenías unos pulmones débiles.
Dije con ironía. Pedri me miró con una cara de querer matarme y rompí a reír a carcajadas.
Pedri.
Pedri.
Eres muy gracioso, venga vamos con los demás.
Me cogió de la muñeca y me guío hasta el autobús.
Habían pasado cinco horas desde mi charla con Pedri, me dolían los pies de tanto saltar y bailar. En toda la ruta no tuve tiempo de mirar y tampoco hablar con Pedri pero por fin habíamos llegado al Camp Nou, donde comeremos algo rápido e iremos a la fiesta.
Me había quitado la camisa para ponerme la camiseta cuando alguien me giró para mirarle.
Pedri.
Pedri.
Pue Pablo.
Era Pedri, parecía nervioso.
Pedri.
Pedri.
¿Todavía quieres hacer el trío?
Gavi.
Gavi.
Claro Pedri.
Tenía con ganas de tener sexo con alguien, me daba igual con quien.
Pedri.
Pedri.
Vale, menos mal.
Veo cómo se relaja y como su mirada baja a mi torso descubierto.
Mis mejillas se encienden en cuanto veo como Pedri me mira sin disimular, sus ojos van desde mi pecho hasta mis abdominales, el momento en que veo a Pedri lamer sus labios y morderlos tuve que intervenir.
Gavi.
Gavi.
¿Quieres pasar la lengua por mi cuerpo?
No pude evitar chinchar.
Gavi.
Gavi.
Que un poco más y se te cae la baba.
Pedri.
Pedri.
A ver, hay que admitir que tienes un cuerpazo. Eres la envidia de muchos tíos, yo me incluyo.
Me dijo mirando a todos lados menos a mí.
Pedri.
Pedri.
Bueno, me voy a cambiar.
Se fue y me dejó con mis pensamientos, ¿qué cojones acababa de pasar? Pedri parecía que quería comer todo mi cuerpo.
Cuando terminamos de cenar, subí al coche con Pedri y Ansu para dirigirnos hacia la discoteca. Yo me estaba comiendo la cabeza con lo que pasaría esta noche con Pedri y no me di cuenta de que ya habíamos llegado. Entramos por la puerta trasera y nos dirigimos a la sala VIP.
Eran las tres de la mañana y todos ya llevábamos un par de copas encima, veo como Pedri se levanta y me ofrece su mano.
Pedri.
Pedri.
Es el momento.
Cogí su mano para levantarme y bajamos a la pista de baile.
Pedri.
Pedri.
Llevo un rato mirando a esa chica que está ahí.
Dijo señalando con el dedo.
Mire a la chica le había que admitir que era muy guapa, iba con un vestido negro que le llegaba a la mitad de los muslos, con el pelo ondulado y rubia. Tenía un cuerpazo que flipas.
Gavi.
Gavi.
Tienes buen ojo Pedri, hablas tú que seguro que yo la cago.
Pedri.
Pedri.
Tranquilo, deja todo a mi control.
Me dice mirándome a los ojos.
Pedri.
Pedri.
Vamos.
Llegamos a donde la chica y queda flipada con nosotros.
X: Oh dios mío, Pedri y Gavi, ¿me puede tomar una foto con vosotros?
Tenía una voz angelical.
Pedri.
Pedri.
Claro que sí preciosa, ¿cómo te llamas?
X: Paola.
En cuanto termine de tomar una foto con los dos, Pedri le dijo algo a su oreja y vi como la chica abría mucho los ojos y me miraba. Después mira a Pedri asintiendo con la cabeza. Se despide de sus amigas para venir con nosotros.
Pedri.
Pedri.
He visto unas alas apartadas con llave antes, vamos ahí.
Comenta el canario, al principio de la noche estaba nervioso, pero ahora con el alcohol sentía excitación.

Capítulo 2.

Llegamos a las alas las cuales había comentado Pedri, tenía razón en la parte de que tenía llave por dentro. Tenía la sensación de ser el mal tercio, porque veía como una chica únicamente le prestaba atención a Pedri, la mayoría de las veces la he pillado mirando en su entrepierna.
Pedri.
Pedri.
Ve entrando, ahora entramos.
Le dice Pedri a la chica.
Pedri.
Pedri.
Oye Pablo, ¿estás bien?
Gavi.
Gavi.
Pedri yo aquí sobro, la tía solo quiere contigo. Será mejor que me vaya.
Le digo girando para irme por donde había venido.
Pedri.
Pedri.
No, hemos quedado en que lo haríamos juntos.
Me coge de la muñeca y me acerca a él.
Pedri.
Pedri.
Quédate conmigo por favor.
No podía negarme cuando Pedri utilizaba los ojitos de cachorro como lo estaba haciendo ahora, chantajista de mierda.
Gavi.
Gavi.
Vale.
Dejé que me metiera en esa sala y cerró con llave.
Pedri.
Pedri.
Joder.
Dice Pedri mirando a un punto fijo.
Gavi.
Gavi.
Qué, ¿qué pasa?
El canario no dijo nada, simplemente me señaló hacia una parte de la sala, entonces lo entendí todo, la chica estaba con una lencería estirada en la cama en una pose demasiado sensual. La poca iluminación que había en la sala hacía que su cuerpo se viera mil veces mejor.
Veo como Pedri va quitando botón por botón de su camisa, yo me había quedado plantado en el mismo sitio sin saber qué hacer. El mayor parece darse cuenta, así que si me acerca y pone su boca en mi oreja.
Pedri.
Pedri.
Déjate llevar Pablo.
Entonces sus manos están quitando uno por uno los botones de mi camisa.
Simplemente me dejé llevar como Pedri me había dicho, cuando me quitó todos los botones, deslizó la camisa por mis brazos hasta caer al suelo.
Pedri.
Pedri.
Jamás me cansaré de admirar tu cuerpo Pablo.
Me dejó un beso en el lóbulo de mi oreja y se dirigió hacia la chica.
Me acerqué a ellos y en ese momento Pedri la está besando, el recordé las palabras de dejarme llevar, así que me acerqué, y pasé mi lengua por el lateral de su cuello y succioné dejando chupetones por todo el cuello. El canario se cansa y baja a su intimidad mientras que yo empiezo a lamer sus t**** por encima de la lencería.
Paola: Joder, no me puedo creer que tengo al mismísimo Pedri haciendo magia en mi intimidad y a Pablo Gavi entre mis t****.
Escucho como Pedri ríe y seguro que le metió el dedo por el gemido fuerte que sacó la chica.
Pedri se entretuvo un buen rato ahí abajo, la chica me empuja y caigo de culo en la cama, le iba a preguntar por qué había hecho eso, pero no me dió tiempo. Tenía su mano apretando mi erección por encima del pantalón.y yo gemí.
Pedri levantó la mirada para verme, no sé por qué pero tener la mirada del canario encima de mi mientras le metía y sacaba los dedos me ponía más cachondo.
Paola metió la mano por debajo del boxer y me masturbo de arriba a abajo, tenía la mano muy pequeña.
Paola: Pedri estoy a punto.
Pedri.
Pedri.
Dime, ¿que quieres?
Pedri.
Pedri.
Paola: A ti dentro de mí.
Pedri se levantó para coger un condón de la caja y ponerlo sobre su erección, y oh santísima, la p**** de Pedri era enorme y la boca se me puso seca. No imaginaba a Pedri con tremendo pedazo de carne, cogió de la cintura a Paola y la giró para ponerla en cuatro.
Pedri.
Pedri.
Mientras yo te f****, mete la p**** de Pablo en tu boca.
No sé de dónde sacaba la sensualidad el canario, pero mi erección se puso más dura.
La chica obedeció, me bajo los pantalones junto a los boxers y tragó toda mi extensión, yo solo podía removerme en gemidos.
Pedri empezó con las estocadas, eran rápidas y duras, en ese momento supe que la chica iba a necesitar silla de ruedas, por la fuerza que está usando Pedri y por su tamaño.
La sacó su erección de mi boca para chillar, bajé mi mano a mi erección para bombear mientras miraba a Pedri concentrando en no correrse. El mayor debió notar mi mirada en él, porque su mirada conectó con la mía, jamás olvidaré el placer que sentí en ese momento. Pedri sonrío y bajo su mirada a mí mano, mis mejillas se calentaron al notar la mirada de Pedri, aumente mi ritmo porque estaba cerca.
Paola: Pedri estoy cerca.
Me había olvidado que la chica estaba con nosotros.
Pedri.
Pedri.
Correte nena.
Con su voz exploté, notaba mi semen manchar mi abdomen y seguí masturbándome mirando a Pedri.
Supe que la chica ha se había corrido porque estaba estirada en la cama permitiendo que Pedri llegará. Cuando llegó salió de ella, hizo un nudo al condón y lo tiró a la basura. Pensé que la noche terminaría ahí, que equivocado estaba.
Pedri cogió otro condón, se acercó y me lo puso por mi extensión, yo miraba incrédulo.
Pedri.
Pedri.
Te toca a ti Pablo.
Me guiño el ojo, cogió a Paola por la cintura y la sentí encima de mi.
Pedri.
Pedri.
Cuando termines sales de aquí.
Le dijo Pedri a Paola. La chica asintió.
Cuando Pedri salió por la puerta la chica tomó mi erección con su mano, aliño con su entrada y se sentó encima. Los dos gemimos en respuesta, el hecho de que me haya corrido una vez, no daba para aguantar mucho.
Cogí su cadera y guie sus movimientos, estaba prácticamente saltando encima de mí y no tardó en correrse. Al notar sus paredes apretando mi p**** me corrí por segunda vez en la noche.
La chica salió, cogió sus cosas y salió de la habitación tal le había dicho Pedri. Yo necesitaba unos minutos para bajar del éxtasis. Saqué el condón, le hice un nudo y lo tire por el suelo.
No sé cuánto tiempo pasó, pero la puerta se abrió dejando ver a Pedri con dos toallas.
Pedri.
Pedri.
¿Cómo estás?
Gavi.
Gavi.
Estoy muerto, me he corrido dos veces en una noche.
El mayor se ríe, deja las toallas al lado encima de la cama y pone un brazo debajo de mis piernas y el otro en mi espalda.
Gavi.
Gavi.
Pedri, ¿qué haces?
Pedri.
Pedri.
Vamos a la ducha, que estamos asquerosos.
Me llevo hasta un baño que había en la sala y me sentó en el retrete mientras abría el grifo.
Pedri.
Pedri.
¿Serás capaz de ducharte solo?
Gavi.
Gavi.
Si, no te preocupes. Oye, ¿y Paola?
Pedri.
Pedri.
Se ha ido, me ha dado su número.
Gavi.
Gavi.
Vale.
Pedri.
Pedri.
Te dejo solo, estaré afuera.
Pero antes de que se vaya le agarre de la muñeca.
Pedri.
Pedri.
¿Qué pasa Pablo?
Gavi.
Gavi.
Estamos bien, ¿no? Es decir, ¿nuestra amistad sigue igual?
Tenía miedo de que con el trío hubiese pasado algo.
Pedri.
Pedri.
Obviamente Pablo, no ha cambiado nada.
Pero no sé porque yo sabía que no, nos hemos corrido mirándonos el uno al otro. Normalmente se corre mirando a la chica, ¿verdad?
Gavi.
Gavi.
Claro.
Le solté y salió por la puerta dejándome solo con mil dudas.

Capítulo 3.

Salí de la ducha con una toalla en la cadera, me acerqué al espejo para peinar el pelo ya que apuntaba a todos lados.
Pedri.
Pedri.
Pablo, ¿puedo pasar?
Gavi.
Gavi.
Si, pasa.
Abre la puerta y se queda ahí parado mientras repasa mi cuerpo con la mirada, me recuerda a la otra vez en el Camp Nou. El cabrón ni siquiera intentaba disimular.
Gavi.
Gavi.
Ya sé que tengo un cuerpazo, pero deja de comerme con la mirada.
Pedri.
Pedri.
Perdón, no era mi intención ponerte incómodo.
Se disculpa mientras se desnuda para entrar a la ducha.
Pedri.
Pedri.
¿No importa que me duche? Es que ya me has visto todo esta noche.
Gavi.
Gavi.
No, tranquilo, ahora salgo.
Salí afuera y esperé que Pedri saliera de la ducha para que me lleve a casa. Para matar el tiempo cogí el móvil y me metí en Instagram, como siempre tengo luego seguidores y miles de mensajes, pero hay un mensaje que me llama la atención.
@paolajmnz29.
Me ha encantado la noche de hoy, espero volver a repetir. Te prometo que la próxima vez me harás correr tu primero.
Yo flipaba, en verdad no sabía si volvería a tener sexo con ella ya que no me había emocionado tanto. Había logrado correrme gracias a la imagen de Pedri todo sudado, su cara de placer... mierda me estaba poniendo cachondo pensando y mi mejor amigo, pero qué coño me pasaba.
Ni siquiera me molesté en contestar, le dejé en visto, salí de su chat y me puse a ver historias de Instagram.
Habían pasado diez minutos cuando el canario por fin salió del baño, con una toalla en la cintura y pues yo me quedé embobado mirándolo, no tenía nada de malo, él había hecho lo mismo.
Miré su cuello, luego bajé mi mirada hacia el techo del canario, pasé por sus pezones y bajé la mirada a sus abdominales y la perfecta V de su cadera.
Pedri.
Pedri.
Disfrutas mucho de la vista, ¿no?
Gavi.
Gavi.
Así sientes como me siento yo cuando me miras.
Rió y entró para cambiarse la ropa, cuando salió nos fuimos directamente a su coche. Subió y como era costumbre puse música a través de mi móvil. Pues un poco de todo, de Coldplay hasta Quevedo.
Gavi.
Gavi.
Paola me ha escrito, me ha dicho que quiere repetir y que esta vez seré yo el que la haga correr primero.
Pedri se quedó en silencio.
Pedri.
Pedri.
¿Quieres repetir?
Me preguntó en un semáforo en rojo, me miraba de una manera que parecía que quería ver lo que hay en mi mente.
Gavi.
Gavi.
No sé, si me apetece te digo.
Pedri.
Pedri.
Perfecto.
Todo lo que quedó de viaje y nos quedamos en silencio, pero ese silencio cómodo que compartes con personas especiales.
Pedri.
Pedri.
Hemos llegado, nos vemos el lunes.
Interrumpió el silencio el canario.
Gavi.
Gavi.
Gracias por llevarme y por querer compartir un momento como esta noche conmigo.
Pedri.
Pedri.
Haría mil planes contigo Pablo, descansa.
Me acerco y le doy un beso en la mejilla, como siempre nos lo hemos dado.
Gavi.
Gavi.
Buenas noches Pedri, me avisas cuando llegues a casa.
Pedri.
Pedri.
Claro.
Salí del coche y entré a casa, me giré y le saludé con la mano para despedirme, como respuesta Pedri me guiña. No sé porque cuando el canario guiña se le ve súper sexy.
Entré en casa intentando no hacer ruido para no despertar a nadie, me puse el pijama y una vez me inspiré en la cama caí dormido.
A la mañana siguiente me desperté con un dolor de cabeza, me dolía todo el cuerpo y estaba sudando, no recordaba que la resaca tuviera todos estos efectos.
Había pasado una hora y estaba peor, me había tomado una pastilla luego de desayunar, intenté pedir ayuda a mis padres pero habían salido y mi hermana vivía con su novio. Así que mi única salvación era mi mejor amigo, entre a su chat y vi que me había mandado un mensaje de que ya había llegado a casa la noche anterior. No dudé en llamar.
Pedri.
Pedri.
Pablo, ¿todo bien?
Tenía la voz ronca de acabar de despertar.
Gavi.
Gavi.
Pedri, te necesito, ¿puedes venir a mi casa?
Estaba temblando. Escuché cómo Pedri se movía y el ruido de las llaves.
Pedri.
Pedri.
Voy enseguida.
Al colgar, me tapé con la manta y esperé a Pedri. Pasaron más o menos diez minutos cuando sonó el timbre, me levanté para abrir.
Pedri.
Pedri.
Pablo, ¿qué pasa?
Me preguntó con preocupación.
Gavi.
Gavi.
No sé, no me encuentro bien.
Pedri se acerca y me besa la frente, presionó los labios durante cinco segundos, me tranquilicé un montón. Pedri pone un brazo detrás de mi rodilla y la otra en mi espalda mientras me levanta, automáticamente pongo mis brazos en su cuello.
Gavi.
Gavi.
Solo me encuentro mal, no soy una varicela en apuros.
Pedri.
Pedri.
Pablo, creo que tienes fiebre. Te dejo en la cama y voy a por el termómetro.
Me deja encima de la cama y veo como sale. Luego de un minuto vuelve con un termómetro.
Pedri.
Pedri.
Levanta el brazo Pablo.
Hago caso y levanto el brazo, hago una mueca por el dolor que me provocó.
Pedri.
Pedri.
Te duele todo el cuerpo, ¿no?
Asiento la cabeza y bajo el brazo.
Esperamos a que el termómetro pite y en ese tiempo levantó la mirada para ver al canario. Ahora que lo veía con determinación, vi sus largas y bonitas pestañas, su única y preciosa nariz, esos ojos con los que te podrías perder muy fácilmente, los labios gruesos y carnosos.
Pedri levantó la mirada y conectó con la mía, nos quedamos mirándonos durante varios segundos, ninguno de los dos quitaba la mirada. El termómetro pitó, pero ninguno de los dos tenía intención de quitar la mirada. Finalmente, Pedri desvío la mirada y cogió el termómetro.
Pedri.
Pedri.
Dios Pablo, vamos a la ducha para que baje la temperatura.
Pedri estaba muy preocupado.
Pedri.
Pedri.
Tienes un 42.
Me levantó otra vez como una princesa y me llevó a la ducha.
Pedri.
Pedri.
Pablo, te voy a desvestir, ¿vale?
Yo asiento con la cabeza. Noto sus manos frías por debajo de la camisa y tira para arriba.
Pedri.
Pedri.
Levanta los brazos.
Hago caso y levanto los brazos, cuando termina, me baja los pantalones y me pone dentro de la ducha, cuando veo que tiene intención de bañarme con el boxer puesto, me lo quito yo.
Pedri.
Pedri.
Pablo.
Dice el mayor con la mirada puesta en mi entrepierna.
Gavi.
Gavi.
Odio ducharme con ropa interior, pero si te incomoda me lo pongo.
Pedri.
Pedri.
No, déjalo que no me incomoda.
Abre el grifo para poner agua fría.
Pedri.
Pedri.
Te la pongo fría, para que baje la fiebre.
Cuando me pongo debajo del agua fría tiemblo por lo fría que sale, Pedri coge el champú y me masajea el cabello mientras me lo limpia, cierro los ojos. Me vuelve a pasar el agua para aclarar el pelo y coge el bote de gel. Me pasa las manos por la espalda, los hombros, los brazos, las piernas y el abdomen. Abro los ojos y me encuentro con la mirada de Pedri pegada a mi entrepierna, lo dejó pasar porque no tengo fuerzas para reírme de él. Pedri pasa el agua.
Al terminar me envuelve en una enorme toalla, tiene intención de salir para buscar la ropa, pero antes de que lo haga, cojo su muñeca y le giro para que me mire.
Gavi.
Gavi.
Gracias por cuidarme Pepi.
El canarios sonrió por el apodo y me dejó un beso en la mejilla.
Pedri.
Pedri.
Lo haría un millón de veces más, yo lo llámame y vendré lo más rápido posible.
Gavi.
Gavi.
Gracias.
Pedri.
Pedri.
Ya me lo has dicho, voy a por ropa, ahora vuelvo.
Volvió con un boxer nuevo y otro pijama, me lo puso con cuidado de no hacerme daño, al terminar me cogió otra vez en brazos y no pude evitar picar.
Gavi.
Gavi.
Te gusta mucho llevarme en brazos eh
Pedri río y me dio un beso en la frente.
Pedri.
Pedri.
Solo esta vez porque te encuentras mal, no te mal acostumbres.
Yo reí en respuesta.
me dejó encima de la cama y me tapó con la manta.
Pedri.
Pedri.
Descansa Pablo, estaré en el comedor.
Me dió otro beso en la frente, pero yo lo detuve.
Gavi.
Gavi.
Quédate aquí, porfa.
Estiro su brazo para que se metiera conmigo en la cama.
Veo como Pedri se lo piensas pero al final se mete en la cama al otro lado donde estoy yo, me pongo de espaldas y pongo su brazo en mi cintura para que haga la cuchara.
Pedri.
Pedri.
Pablo.
Gavi.
Gavi.
Shh.
El canario finalmente me abraza por detrás y sonrío porque me he salido con la mía, en los brazos de Pedri me sentía en calma y caí dormido al instante.

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