¡Los Reflejos También Son Una Habilidad!
Capitulo 1
Desde un inicio, yo soñé. No, anhele tener mi “Habilidad”.
Karen (Niña)
🎶Jeje, ¿cuál será, cuál será mi “habilidad”?🎶
Karen (Niña)
¿Seré tan inteligente como la hermana Elena? ¿O tendré una vista de águila compartida como Francisco y Franco?
Mientras dibujaba frente a mi nana, Yolanda, los deseos y la imaginación se desbordaban. Lo entendía, era una niña.
Una que, aunque notoriamente las habilidades de mis hermanos mayores eran “Insignificantes” en todo el sentido de la palabra, demostraban un estatus que también quería compartir con ellos.
Compartir a pesar de que era la menor e hija que, en realidad, no fue planeada completamente.
Yolanda Ortega
Oh, joven señorita, no debería estar jugando así en el piso. —Olivia me cargó, limpiando mis rodillas que estaban sucias.
Yolanda Ortega
¿Qué dirán los maestros cuando la vean toda sucia? Acaba de empezar el periodo de “Habilidades” y puede tener su “Habilidad” en estos días.
Mientras Olivia hablaba, me cargaba como sí una niña de 10 años no fuera capaz de pararse por si misma. Hablando a diestra y siniestra sobre lo importante que son las “Habilidades” y que soy suertuda de haber nacido en una familia que puede poseerlas.
Karen (Niña)
Pero, Nana... —Intentaba alegar que estaba bien y por ende, que podía pararme por mí misma, sin embargo, Olivia siguió insistiendo.
Yolanda Ortega
Joven señorita —comenzó a reprenderme y a repasar los libros de historia—, las “Habilidades” son muy importantes para nosotros los de clase alta, ¿sabe por qué?
Yolanda Ortega
Porque, a pesar de que pueden considerarse solo una habilidad superior a la humana, demuestra estatus y orgullo. Por eso con la edad que tengo puedo cargar a una niña tan energética como usted, porque mi fuerza es superior a la humana.
Karen (Niña)
Ujum, ujum. —Asentí vigorosamente, con brillo en los ojos antes de que alguien más llegara—. ¡Ohhh! ¡Hermana Elena!
Elena (Adolescente)
Oh... Karen. —Sorprendida por mi abrazo repentino luego de zafarme (de alguna manera) de Yolanda, Elena no se veía muy feliz de verme.
Yolanda Ortega
Discúlpela, Joven Maestra. —Siendo arrastrada por Yolanda, fui alejada de Elena. No es raro porque siempre pasa.
Y yo en ese momento no sabía el porqué, pero ahora es más que claro.
Yolanda Ortega
Ejem, ¿Sucedió algo malo, Joven Maestra? Es raro verla por aquí.
Elena (Adolescente)
Cierto, —Elena limpió su manga, la misma que abracé hace un momento —, Madre quiere que todos nos reunamos porque es la primera noche del periodo de “Habilidades”
Elena (Adolescente)
Será mejor que aproveches el momento, Karen, luego de que recibas tu habilidad podremos jugar bastante tiempo.
Karen (Niña)
💭¿Jugar bastante tiempo con mi hermana? ¡Eso es genial! Un momento... Ella nunca me ha pedido jugar, ¿tiene que ver con mi próxima habilidad?
Era notoria mi absoluta emoción, ya que no diana de moverme y mis mejillas se enrojecieron gracias a la felicidad de esas amables palabras por parte de Elena.
Elena (Adolescente)
Veo que lo estás pensando bien.
Por un momento la mano de Elena se quiso acercar a acariciar mi cabeza, no obstante, Yolanda la detuvo, teniendo un comportamiento anormal de Elena hacia mí. Como siempre.
Elena (Adolescente)
... —Los ojos calculadores de Elena brillaron en un rosa intenso, estaba usando su “Habilidad”, pero se detuvo con una sonrisa amable—. Muy bien, nos vemos en la cena, hermanita.
En ese momento Elena se fue. Cerrando estruendosamente la puerta de la habitación.
Yolanda Ortega
Uff... —Yolanda soltó un suspiro agotado, mirándome de reojo—. Joven señorita, no debería hacer eso con la Joven Maestra.
No la escuché, estaba en mi propio mundo jugando con Elena.
Yolanda Ortega
¡Joven señorita! —Yolanda me sacó de mi realidad—¿Acaso no entiende lo que sucede? Sé que todavía es muy joven, ¿pero sabe por qué es “Joven señorita” y no “Joven Maestra” como los demás?
Karen (Niña)
¿Porque tengo 10 años y aún no he manifestado mi habilidad?
Yolanda Ortega
Ha... Porque no ha manifestado su habilidad, Joven señorita.
Yolanda Ortega
Verá, mi nieto tiene su misma edad y al igual que sus hermanos, él manifestó su “Habilidad” antes que usted.
Yolanda intentó explicarme de la forma más paciente posible, pero era nada más una niña, una que, a pesar de querer una “Habilidad” como mis hermanos, no tenía un deseo o entendimiento igual que ellos.
Yolanda Ortega
Ha... —Suspiró agotada—, vamos a prepararla. Debe bajar a cenar con su familia.
Karen (Niña)
¡Vamos, vamos! —Emocionada, no pude caminar correctamente. Cayendo en un paso en falso cuando Yolanda seguía suspirando cansada—. Lo siento...
Karen (Niña)
💭Me duele... Si tan solo lo hubiera esquivado o hubiera tenido mejores reflejos... —pensé, limpiando las lágrimas por el golpe fuerte que tuve.
Yolanda Ortega
Le limpiaré la herida, Joven señorita. Vamos, se está haciendo tarde.
Yolanda me cargó al igual que antes, caminando hacia el baño mientras, aún con el dolor, yo sentía la emoción de ver a mi familia reunida por mí.
Yo llegué junto a Yolanda hasta la puerta del comedor, desde ahí ella me dejó con la excusa de que ya estoy grande. Qué debo dar una buena impresión al pasar.
Karen (Niña)
💭Muy bien, Karen, tú puedes. Sé que puedes, mi yo de ahora le desea la mejor de las suertes a mí yo futuro. —Limpiando el vestido morado y blanco que me puso Yolanda, tomé aire y crucé la puerta.
En medio del comedor, mi Madre y Elena se encontraban ahí.
Karen (Niña)
¿Mamá? —Miré a todos lados, notando que faltan algunas personas—¿Dónde están Francisco y Franco?
Mónica Lazlo
Oh, eso. Tus hermanos no podían asistir, pero te desean las mejores de las bendiciones para este período —dijo mirándome, para después ordenar que trajeran la cena—, ven y siéntate, cariño. No queremos que la comida se enfríe.
Karen (Niña)
Está bien... —Me senté con la cabeza gacha, recordando que esto parece más una...
Una cena normal y común... Solo que sin Elena y Mamá.
Karen (Niña)
💭Pero aunque estén presentes, puedo sentir su ausencia...
En toda la cena, Elena no habló. Mi Madre de vez en cuando sacada alguna conversación en torno al periodo de “Habilidades”, fantaseando con cuál será mi “Habilidad” y si será igual a la de ella o a la de mi fallecido Padre.
Karen (Niña)
💭No es diferente... ¿Cuándo tenga mi habilidad si lo será...? ¿Puedo imaginar que lo será...?
Capitulo 2
La cena terminó antes de que mi Madre siguiera hablando sobre qué hacer y qué no con mi “Habilidad” que todavía no se ha presentado.
Mónica Lazlo
—Su teléfono sonó, obligándola a terminar la cena—Cariño, recuerda decirnos a primera hora el día en que de presente.
Nada más miré como se iba mientras peleaba por teléfono. No pude entender nada, ya que al fin podía comer en paz.
O eso era lo que pensaba...
Elena (Adolescente)
Karen, —Elena dejó sus cubiertos en la mesa cuando yo alcé los míos para comer—, ¿qué “Habilidad” crees que tendrás?
Karen (Niña)
—Con la comida en la boca, tragué rápido antes de contestar—. No lo sé...
Elena (Adolescente)
Necesito una respuesta clara. —A pesar de su sonrisa, Elena no daba una verdadera sensación de amabilidad—. Aunque bueno, puedo hacer los cálculos por ti.
Karen (Niña)
N-no, no. ¡Hermana Elena, no deberías hacer eso!
Elena no se sorprendió, sus ojos rosas volvieron a brillar igual que antes dando a entender que no me estaba escuchando ni en lo más mínimo. Pero bueno, la escena de una niña con comida manchada en el vestido por haber tosido luego de comer rápido en contra de una adolescente 8 años mayor, no es la más creíble.
Elena (Adolescente)
Hummm, —Luego de un rato, Elena volvió a dirigirme la palabra—, tal vez si contamos las de Francisco y Franco junto con la mía... ¿Debería ser una ocular? No, no, la de Mónica es diferente, por lo que una ”Habilidad” sanguínea no está mal...
Karen (Niña)
Hermana Elena, no hagas eso... —Estuve a punto de pararme en la silla para que eso no pasará, sin embargo, Elena habló.
Elena (Adolescente)
No lo hagas, si calculo todo esto, terminara contigo estando sucia y ugh, eso daría un asco terrible. Tienes 10 años, eso es una mancha para muchos infantes que los denigres así.
Karen (Niña)
—Me volví a sentar, pero no para seguir comiendo, sino para salir de ahí—: Debo cambiarme, hoy quiero dormir temprano por si las cosas se vuelven duras...
Elena parece que lo entendió. Asintiendo mientras yo salía del comedor. El vestido estaba sucio y Yolanda me esperaba en mi habitación, una que queda casi al otro lado de la finca de la familia.
Yolanda Ortega
—Yolanda apenas me dirigió la mirada mientras alzaba los muebles para limpiar debajo de ellos—. El baño ya está listo, Joven señorita, cuando termine llámeme, así podré vestirla.
Karen (Niña)
Gracias... —Pasé de largo directo al baño, solo quería dormir esta noche y esperar lo que pasaría mañana si es que tengo mi habilidad...
Karen (Niña)
💭Como cualquier niño...
Yolanda ignoró mi estado de ánimo, no sé que hizo tras la puerta mientras estuve en la bañera, pero en ningún momento la abrió para exigir que saliera del baño. Incluso si tarde mucho tiempo... Bastante hasta marcar la hora y media metida en el agua.
Lo último que supe, es que alguien me había cargado mientras seguía somnolienta. Esa persona me secó y hasta me puso la ropa para dormir, cubriendo mi cuerpo con una manta cálida junto al peluche que siempre amé durante toda mi vida.
Yolanda Ortega
Buenas noches, Joven señorita... —Sentí la presión de unos labios arrugados en mi frente, y una caricia en el resto de mi cabello—. Sueñe con lo que más anhele.
Escuché débilmente como la puerta de mi habitación se cerraba. Causando una sonrisa en el rostro dormido que tenía...
Una que no duró mucho en romperse.
Karen (Niña)
Ugh... Que alguien... Ugh...
Durante la noche, las lágrimas y súplicas mientras dormía, llegaron.
El sudor recorrió mi cabeza como si yo sufriera de fiebre, y mis pequeñas manos sostenían con fuerza la manta y el peluche que abrazaba como si no quisiera que se alejaran.
A lo lejos se escuchaba algo, no sabía si era parte de mi pesadilla o alguna tormenta habría azotado la parte de mi habitación. Pero no podía despertar...
Karen (Niña)
P-por... Snif-... Por favor... —No dejaba de llorar, con el dolor de cabeza y la pesadilla, nada era igual.
Karen (Niña)
Hermana Elena... Hermano Franco...
Durante la pesadilla y el dolor comencé a llamar a mi familia, a los únicos dos con quién tenía contacto además de mi ausente Madre. Pero, al igual que siempre, se alejaban...
«¡No, por favor no!» Se escuchaba que una yo más grande gritaba, buscando a mí familia y siendo rechazada por ellos. Pero de la nada no pude escuchar más, ninguna de las palabras dichas por mi yo más grande eran legibles...
A excepción de una. Una que repitió intensamente y que, entre más se decía, más se alejaban mis hermanos y Madre.
Karen (Niña)
Refle-... Reflejos...
Al mencionar esa palabra, la pesadilla acabó. La yo más grande escuchó y dejó de suplicarle a mi familia, dejando que ellos se vayan mientras lloraba estando de rodillas... Repitiendo eso nuevamente, pero con palabras que al fin pude entender.
Las palabras decían: «Los...»
Karen (Niña)
«Los reflejos son mi habilidad...» —dije, abriendo los ojos y notando a varias personas en mi habitación.
Tenía la cara roja y aún caliente cuando pude ver a toda esta gente expectante. Mi madre, Elena y una tablet dónde se veían a mis dos hermanos, Francisco y Franco un tanto decepcionados.
Karen (Niña)
¿Hermana Elena? ¿Madre? —Tenía la garganta seca, por lo que Yolanda fue la única en pasar algo para beber.
Yolanda Ortega
Joven señorita, tome esto, así la fiebre va a bajar —dijo cuando varias pastillas fueron puestas en mi boca, luego de eso, Yolanda le habló a mi Madre—: Maestra, la joven señorita debe descansar. Ha estado así por varios días, luego pueden hablar de esto.
Mónica Lazlo
—Mi madre nada más la miro a ella y luego a mí, con un ceño fruncido y el teléfono sonando—. Tengo trabajo que hacer.
Karen (Niña)
💭¿Por qué está enojada? —Observé a mi Madre salir, casi rompiendo la puerta por la forma en la que se cerró. Por mi parte, sigo confundida y con el sudor cayendo, pero buscando una manera de preguntar.
Elena (Adolescente)
Vaya, es una lástima... Lamento que hayan tenido que ver esto, chicos. —Elena ni siquiera dejo a Franco hablar, ella solo apagó la tablet cuando Francisco dejó la videollamada—. Eso es todo por hoy, y yo que creí que al menos... No sé, alguien estaría a la... “Altura”.
Karen (Niña)
¿A-altura? —pregunté desorientada. No entendía lo que estaba sucediendo—, ¿de qué hablas, hermana Elena?
Elena (Adolescente)
—Elena suspiró. Se le notaba bastante enojada bajo ese semblante suave—¿No te escuchaste hace un momento? ¿O acaso crees que la familia está reunida por amor hacia ti?
Yolanda Ortega
Joven maestra, no debería de...
Elena (Adolescente)
Yolanda. Ella hizo una pregunta y yo, como su mayor, debo responderla, ¿no piensas?
Al momento de intentar levantarme, el vaso con la poca agua que me dio Yolanda cayó. Esperaba que se regara el agua, pero cuando volví a mirar, ni una sola gota ensució nada. Es más, el vaso estaba en una de mis manos con el contenido completo y un poco más encima que antes.
Karen (Niña)
¿Q-qué? —Atónita, miré el vaso—, ¿no sé estaba cayendo?
Elena (Adolescente)
—Elena fue quien me respondió—: ¿Reflejos, no? Fue como dijiste, ¿eso es tú habilidad? Tu habilidad la tiene todo el mundo, Karen.
La habitación quedó en silencio, teniendo a mi Madre, Mónica, volviendo a ella.
Capitulo 3
Mónica había llegado a la habitación, mirando a diestra y siniestra hasta soltar un «Tch» en frente mío.
Karen (Niña)
Madre... Qué es lo que...
Mónica Lazlo
Silencio —espetó colocando su palma para que me callara—, Karen, cariño. No sé que estuvo mal, pero lo vas a superar.
Karen (Niña)
💭¿Superar? ¿De qué habla? —En mi cara se puede notar todo lo que pensaba, resultando en Elena la que va a explicar.
Elena (Adolescente)
Claro, es una lástima que no tenga una “Habilidad”, ya que... bueno, los reflejos lo tienen cualquier ser existente.
Mónica Lazlo
Debiste haberlo confundido, hasta el doctor que estuvo antes de que despertarás confirmó que no tendrías una habilidad. Fue raro que tuvieras fiebre eso es todo.
Por alguna razón, el tono de voz que usaban mi Madre y Elena era distinto, no sonaba como si se preocuparan. Más bien parecía que...
Karen (Niña)
¡Pero yo soñé con eso! —El vaso de agua lo había recogido Yolanda cuando hablé—¡Madre, hermana Elena, tengo una “Habilidad” y son los reflejos!
«¡No nací sin una, en serio la tengo!». Exclamé varias veces a pesar de que aún tenía fiebre, mis palabras eran verdaderas, pero ellas solo lo tomaron como un sueño infantil.
Mónica Lazlo
Si, cariño, son reflejos. —Sus manos agarraron mis hombros, apretándolos como si me fuera a romper en cualquier momento—. Deberías de tomar algo para eso, sé que era tu anhelo tener una “Habilidad”, pero cuando no se puede, no se puede.
Karen (Niña)
Pero... Ugh, duele... —dije intentando hacer que dejara de agarrarme—. Madre, debes creerme. No, la hermana Elena y mi Nana pueden asegurarlo. ¡Nunca tuve buenos reflejos, sino hasta hoy que no dejé que el vaso y el agua cayeran!
Elena (Adolescente)
Hmmm, no lo sé. A decir verdad no estaba mirando cuando eso pasó.
Elena mentía, era claro que lo hacía. Pero Yolanda tampoco podía decir o reprocharle algo, es solo mi Nana, una muy diferente a la que tuvieron mis hermanos por la alta diferencia de edad entre todos.
Karen (Niña)
Madre... —La observé mostrando mi súplica. Provocando que las lágrimas comenzarán a caer—. Madre, snif-... Debes creerme.
Sin embargo, Mónica simplemente se alejó. Me miró con un claro disgusto antes de invitar a Elena a salir con ella, claro, con la mísera excusa de: «Tenemos que decirle esto a los mayores»
Karen (Niña)
¿Mayores...? ¿Qué es lo que van a decirle? —Al bajar de la extensa cama por lo general caía luego de enredarme con las sábanas; no obstante, aquello por primera vez no pasó—Nana... ¿Qué es lo que van a hacer?
Yolanda Ortega
Joven señorita... —Yolanda no pudo contra mis lágrimas, abrazándome mientras lloraba por la fría bienvenida que le dieron a mi “Habilidad”, intentando consolarme—. Los ancianos... Lo lamento mucho, Joven señorita. Lamento lo que le va a suceder ahora...
Karen (Niña)
Nana... Dímelo, ¿qué me va a pasar? —Gimoteaba ensuciando la ropa de Yolanda, pero ella no dijo nada, acarició mi cabeza mientras susurraba lo mal que me iba a ir a partir de ahora.
La mañana se sintió más fría de lo usual, aún con la fiebre no me sentía caliente en mi habitación. Me sentía con una familia más ausente que antes... Sin esperar que esto sea una simple broma.
Unas horas después, cuando ya estaba calmada, pero todavía con la pijama y en cama, alguien tocó la puerta, aquello sobresaltó a Yolanda lo suficiente como para hacerla dudar de si abrir o no.
Mónica Lazlo
Yolanda, abre la puerta. Esto es algo urgente.
Yolanda Ortega
Oh, Maestra... —Fue luz verde para que Yolanda le abriera la puerta no solo a mi Madre, sino también a dos personas que no conozco.
Dos adultos no tan mayores a mi Madre, entraron con ella. Ambos se veían imponentes, mirándome con algo de arrogancia antes de dirigirme la palabra.
Rodrigo Lazlo
¿Así que tú eres Karen? —El hombre a quien yo no conocía, se acercó y me pellizcó un cachete, sonando aterrador—Te pareces tanto a Helen.
Karen (Niña)
¿He-Hen? ¿Quinen es He-Hen? (¿Helen? ¿Quién es Helen?)
Rodrigo Lazlo
Hahahaha —El hombre soltó una carcajada antes de dejar mi cachete maltratado. Si eso interrumpido por la mujer.
Eliana Lazlo
Helen es su Madre —dijo en un suspiro—, somos tus tíos, querida. Solo que ahora se dirigen a nosotros como... ”Los mayores de la familia”.
Desde ese momento, Rodrigo y Eliana tomaron un semblante serio. Ya no estaban sus caras amables que me causaban terror, en cambio, las miradas discretas que se daban eran notadas únicamente por mí.
Eliana Lazlo
Vaya... Esto es malo, querida. —Eliana mantenía una mirada cada vez más oscura sobre mí—. Es una pena que, viniendo de una familia tan prestigiosa.
Rodrigo Lazlo
Y ser la viva imagen de Helen, que no se te olvide —complementó, interrumpiendo el discurso de Eliana.
Eliana Lazlo
Ejem. Y ser la viva imagen de la dulce y prometedora Helen Lazlo, hayas nacido con... Bueno, sin una “Habilidad”.
Karen (Niña)
¡Yo si nací con una “Habilidad”, la manifesté hoy mismo!
Yolanda Ortega
Joven señorita, estuvo en cama por lo menos una semana —corrigió mi Nana en un susurro. Cambiando mis palabras.
Karen (Niña)
¡De todas maneras, mi “Habilidad” es...!
Eliana Lazlo
Querida, no es por destruir tus sueños, pero los reflejos son algo tan común como que la gente use anteojos.
Rodrigo Lazlo
No tienes una “Habilidad”, pequeña Karen. Y eso lamentablemente nos pone en una situación un tanto... Engorrosa.
Karen (Niña)
¿Engorrosa? —No entendía esa palabra hasta que Yolanda movió sus labios para que los pudiera leer—¿Una situación difícil?
Mónica Lazlo
Niña, deja de interrumpir. Y Rodrigo, solo di las cosas de una buena vez, tenemos trabajo que hacer como para que te quedes admirando a esta inservible niña.
Me callé de repente con la exclamación de Ma-... No, de Mónica. Ella casi nunca me llamaba por mi nombre, mucho menos “hija” o sus derivados, pero nunca me había dicho “niña” tan a secas...
Rodrigo Lazlo
Mónica, asustas a la niña. No deberías hacerlo.
Eliana Lazlo
Rodrigo, no seas tan amable con ella —suspiró mirándome por última vez—. Karen, cariño. ¿Sabes que las “Habilidades” significa estatus y orgullo, no? —Asentí, viendo una sonrisa en su rostro, una que me dio miedo—. Pero sabes lo que le pasa a los miembros de una familia que no heredó alguna ”Habilidad” del apellido?
Karen (Niña)
¿Q-qué es lo que le sucede?
Rodrigo Lazlo
Haha. Bueno, antes los números de hijos no eran presentados a la sociedad sino hasta que tuvieran su “Habilidad”, eso ahorraba muchos problemas y vergüenzas para la familia. Pero, como vez, ahora es diferente...
Seguían usando palabras extrañas para describir mi situación, pero yo, como la niña pequeña de 10 años que fue criada como un “Aristócrata en la sociedad moderna”, sabía qué significan esas frases.
Karen (Niña)
¿Expulsión de la familia...?
Rodrigo Lazlo
Oh, no, no, no. No somos como aquellos que vivían en esos años... Lamentablemente estás en el registro y hacer eso ocasionaría que, bueno, nos vieran con malos ojos.
Mónica Lazlo
Deja ya los rodeos, Rodrigo. —Mónica se adelantó, diciendo rápidamente—: Levántate, Karen. vivirás en la villa a las afueras.
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