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Atrapando Un Alpha

CAPITULO 1

Jonathan un Alpha dominante de veinti cinco años, siente que está en una etapa de su vida en la que debería depender menos de sus padres y del negocio familiar, es por eso que decide comenzar su propio negocio, es por eso que decide fundar una pequeña fábrica de textiles luego de evaluar todas sus posibilidades y cuál sería la opción más viable. Como todos los días fue a la cafetería del centro, muy apartada de la textilera, pero el café de allí era su favorito, además el ambiente siempre tan acogedor y tranquilo.

Por otro lado, karina es una Omega mujer decidida y trabajadora, lucho toda su vida para tener las cosas, incluso creo su propia cafetería, pidió un gran préstamo en el banco y trabajo de forma incansablemente para pagarlo y luego hacer surgir su negocio, sin duda era una mujer exitosa, pero para su familia no era más que una mujer amargada, sola y sin una pareja estable que dure más de solo unos meses, ya que debido a su personalidad no hay uno solo que la tolere mucho más tiempo. Ahora estaba pasando por una situación un tanto complicada, sus padres al ver que no tenía oportunidad conociendo hombres, han decidido comenzar a hacer ese trabajo por ella.

- Madre, no necesito que me hagas mas citas a ciegas - le dice a su madre por teléfono- yo soy feliz de esta forma, no necesito que hagas esto por favor

- Ya tienes treinta años, no voy a esperar a estar vieja y arrugada para ver a mi hija casarse y darme nietos - le responde la mujer - además, quizás podrías enamorarte del hombre, solo dale una oportunidad hija.

- Madre yo - El hombre alto rubio y de ojos azules que siempre iba vestido de forma casual con pantalón y camisa y ella siempre veía desde la cocina, entró al lugar - yo te llamo luego - cuelga la llamada, sale de la cocina y se acerca a la mesa donde se sentó el hombre - Disculpe,¿podría hablarle un momento?

-Sí, dígame - le responde el hombre volteando hacia ella.

- Usted - lo mira fijamente y se pierde en su mirada- es más guapo de cerca- dice en voz baja.

- Perdone - la dice mostrando una mirada de confusión

- yo, pues - era más difícil decirlo en voz alta de lo que fue pensarlo - ¿Puedo sentarme un momento?, es que necesito preguntarle algo difícil - el hombre le hace una seña con la mano para que tome asiento - tal vez esto que le voy a decir le suene muy atrevido de mi parte, pero quiero que sepa que estoy desesperada - el hombre la miraba fijamente.

- continúe, yo la escucharé, no creo que pase nada malo con solo escucharla - sonríe.

- ¿Usted podría fingir por un tiempo ser mi pareja?, le pagaré si acepta - lo mira fijamente, mientras el hombre se sorprende.

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Jade ya tiene veintisiete años, Omega, su vida laboral es todo un éxito, siguiendo los pasos de sus padres se ha convertido en una gran administradora, sus cuentas de banco están bien, su casa y la mayoría de todas la cosas en su vida están en perfecto orden, pero aun así el dolor que siente por dentro es incalculable, cualquiera pensaría que es la mujer perfecta para cualquier hombre, pero en su caso el hombre al que ella ha amado por años en silencio, consiguió novia luego de que ella se fuera a estudiar al extranjero, al regresar supo que habían terminado, brindándole nuevas esperanzas, pero ahora le dice que están comprometidos y se casarán en otoño.

Charlie es un Alpha con metas y visiones, aunque nació en una familia con pocos recursos, el salir adelante siempre ha sido su mayor objetivo, poder darles una vida cómoda a sus hermanos y a su madre quien siempre dio todo para criarlos y mantenerlos a salvo. Ya había intentado pedir algún préstamo en el banco, pero con su poca solidez en sus cuentas, siempre ha sido negado, el único ingreso que podía ayudarlo era su trabajo en el bar, trabajando en la barra, viendo mil y un caras diferentes por noche, hombres y mujeres olvidándose del mundo quizás por solo esa noche o siempre son de esa forma, pero esas inhibiciones ni eran algo que Charlie pudiera permitirse.

- sirve otro servicio para mí - le dice una mujer hermosa con grandes ojos ámbar y una piel blanca y sedosa de labios carnosos y un cuerpo majestuoso, era la primera vez que se le veía por allí, y él no era el único en notarlo, los otros estaban mirándola como un cazador a su presa, la mujer estaba muy ebria y fuera de sí, hasta llegar al punto de dejar salir por instantes sus feromonas, haciendo claro el hecho de que es una Omega.

- Señorita, creo que ya ha tomado lo suficiente - le dice mirándola a los ojos - ¿quiere mejor que le pida un taxi?

- No, yo quiero seguir tomando - le dice - necesito olvidar y superar. - en ese momento un hombre alto y esbelto se acerca a la mujer y toma su mano.

- Hola - le sonríe- veo que eres muy alegre - se acerca al oído de la mujer quien parecía no tener reacción alguna con el hombre - ¿Quieres venir conmigo a divertirnos solo nosotros?

- No - responde la mujer apartando al hombre - Quiero mi servicio - mira a Charlie

- Oh, vamos nena - le dice el hombre agarrando su cintura y pegándose a ella - prometo que te gustará

- Señor, la señorita dijo que no - le dice Charlie, ya él conocía al sujeto, tenía fama de jugar con los Omegas.

- No te metas y sigue con tu trabajo - le dice el hombre de forma amenazante.

- Tranquilo, no te preocupes - le dice la mujer sonriendo - yo sé defenderme sola - quita la mano del hombre de su cintura y luego de un momento a otro en un movimiento el enorme hombre se encontraba en el suelo bajones pies de la mujer - ¿ves?, te dije - ríe mientras observa a hombre en el suelo.

- Creo que ha sido suficiente para usted - Charle sale de la barra rápidamente antes de que el hombre se levantara - vamos, le llamaré un taxi - toma a la mujer del brazo y jala hacia la salida.

-¡Oye!- le dice la mujer mientras es arrastrada -¡ aún no quiero irme!

- Lo siento, pero es peligroso para usted - le dice.

- ¡Tú, maldita perra! - grita el hombre levantándose del suelo con el cachete morado. Comienza a caminar rápidamente hacia el hombre y la mujer.

- Señor, tranquilícese - le dice Charlie al tener al hombre cerca de ellos.

- Tú quítate del medio - le dice el hombre violento - edad puta me golpeó y me las va a pagar - el hombre lanzó un golpe hacia la mujer detrás de Charlie, quien sin dudarlo paro el golpe del hombre y le dio un puñetazo con fuerza en el rostro provocando que el hombre cayera desmayado.

- Vamos - le dice a la mujer ebria mientras la termina de sacar del lugar, casi como si fuera la suerte consiguió un taxi y subió a la mujer - señorita, podría dar la dirección- le dice a la mujer, pero era inútil, se había quedado dormida apenas entró al auto- demonios ¿Por qué estas cosas me pasan siempre a mí? - se sube al auto con la mujer y le da la dirección de su departamento.

Al despertar Jade se consiguió desnudarte en ropa interior, sobre una cama desconocida un techo desconocido y una habitación que no era la suya, trato de recordar que había sucedido la noche anterior, pero solo podía enfocarse en el insoportable dolor de cabeza. Aparto las sabanas y se levantó de la cama, comenzó a buscar su ropa por toda la habitación, pero por más que busco no logro conseguirla, tomo las sabanas y se tapó con ellas envolviendo su cuerpo, salió de la habitación y camino por el pasillo hasta llegar al comedor.

- Al fin despierta, creí que dormiría todo el día- en el sillón cerca de la ventana había un hombre había un hombre alto de piel clara, cabello negro y cuerpo esbelto - ¿prefiere que le preste una camisa?

- ¿Usted quien es? - le pregunta al hombre, asustada - ¿ dónde estoy y que hizo conmigo?

- Soy Charlie, el de la barra que la atendió anoche - le responde - este es mi departamento.

- ¿Usted y yo acaso? - no sabía como hacer la pregunta.

- No- le responde entendiendo lo que la mujer quería preguntar - no la toque sino solo para traerla hasta aquí, la hubiera llevado a su casa, pero usted no sabía su dirección.

- Entonces, ¿qué paso con mi ropa? - le pregunta

- ah, eso- le dice en un tono molesto - llegando aquí tuvo ganas de vomitar, tuve que quitársela y meterla a lavar junto con mi ropa - el rostro de la mujer se volvió totalmente rojo de vergüenza.

- Lamento todos los problemas que le ocasione - le dice - si pudiera pasárselo de alguna manera.

- Tranquila, lo hice porque quise- le responde-- además, amenos que pueda conseguirme un nuevo empleo no veo como podría ayudarme - luego de darle el golpe al hombre, supo que sería despedido, algo que le notificaron esa misma noche. En ese momento comienza a sonar el teléfono de Jade.

- Mi teléfono - dice al escucharlo - ¿dónde está?

- Su bolso está allí sobre la silla - Jade corrió a tomar su bolso y buscar su teléfono, rápidamente contestó la llamada.

- Jade, ¿dónde has estado metida? - le dice la persona al otro lado de la línea

- Estuve un poco - voltea a ver al hombre sentado en el sofá- indispuesta.

- ¿Estás bien?

- Si, no es nada serio - le responde - pero dime ¿ qué sucede?

- Quería presentarte a mi prometida, recuerda que aún no se conocen - le dice.

- Arthur en este momento no creo que pueda ir - intentaba darle una excusa.

- Vas a tener que hacerlo - le dice el hombre - quiero que mi futura esposa y mi mejor amiga se lleven bien, así que más te vale venir a la cena de compromiso.

- Está bien - le dice y cuelga la llamada. Que patético, llegar a la cena de compromiso, saludar al hombre que ama y felicitarlo porque se casara con otra mujer. Ella sabía que su amor unilateral nunca sería correspondido, Arthur siempre la ha visto como una hermana pequeña, algo que no iba a cambiar.

- Iré a buscar su ropa, ya debería estar seca - le dice el hombre mientras se levanta del sofá y camina por el pasillo hasta llegar al cuarto de lavado - Está limpia y lista para que pueda usarla - le sonríe mientras se la entrega.

- Dijiste que necesitabas trabajo ¿no es así? - le dice al hombre mientras recibe la ropa.

- Si, lo necesito - le responde- mis cuentas no se pagan solas.

- En ese caso, quiero contratarte como mi novio - El hombre queda perplejo al escuchar la propuesta - No será real, solo quiero no parecer tan patética en la cena de compromiso de cierta persona - titubea- prometo pagarte el doble.- se detiene - no, el triple de tu sueldo en el bar - tal propuesta dejó a Charlie contra las cuerdas.

CAPITULO 2

¿Qué clase de vida tenia esta mujer?, debía estar muy loca o en una situación muy desesperada para proponerle tal cosa, Charlie no sabía que decir sin parecer irrespetuoso, desde que la conoció en el primer momento, ebria, desprotegida y además liberando sus feromonas en un lugar lleno de Alphas, supo que no saldría nada bueno en relacionarse con ella, y ahora solo reitera su criterio.

-          ¿Es en serio? – le pregunta a la mujer, esperando que esta diga “solo era una broma”, mostrando un poco de cordura, pero en cambio.

-          Nunca he hablado más en serio en toda mi vida – definitivamente estaba loca.

-          Señorita, yo creo que ya es hora de que se marche – la toma por el brazo y la guia por el pasillo – esa es mi habitación, puede cambiarse allí -  Jade mira adentro, esa habitación era donde había amanecido, además el aroma de Charlie impregnaba todo el lugar – yo estaré en el sillón.

-          ¡Espera! – hala de a camisa del hombre en el momento en que vio al hombre caminar por el pasillo dándole la espalda, lo que no calculo fue el equilibrio del hombre que sin querer cayó sobre la mujer empujándolos hacia el suelo.

-          ¡Está loca! – le grito a la mujer, su mano derecha se había lastimado en la caída, tuvo que ponerla para proteger la cabeza de la mujer, recibiendo todo el impacto del golpe.

-          Lo siento, no sabía que tenía tan poca estabilidad corporal – le dice con el hombre sobre su cuerpo aún.

-          Usted es un peligro para los demás y para sí misma – la mano le dolía, el tratar de moverla era doloroso.

-          Creo que ya puede quitarse de encima – le dice la mujer notando que el hombre no se movía.

-          Ya lo sé, pero mi mano duele demasiado – le dice Charlie quejándose del dolor – creo que me la fracturo.

-          ¡¿de verdad?! – dice asustada de que el daño fuera grave y más porque fue protegiéndola – déjeme ver – se mueve apresuradamente sin importarle la proximidad con el hombre, un movimiento imprudente que resulto en un rodillazo en la entrepierna de Charlie – lo siento, lo siento mucho – dice apenada mientras el hombre se queja del dolor causado.

-          Deje de moverse mujer- le dice molesto aguantando los espasmos de dolor – reitero lo peligrosa que es – en ese momento se abre la puerta de la habitación frente a la de Charlie, una mujer de unos veinte años sale de allí y mira la escena del hombre sobre la mujer.

-          ¿Quieren que los deje solos? – dice la mujer de forma burlona.

-          ¿Quieres dejar de decir tonterías? – le dice Charlie – ayudame a levantarme, creo que tengo una lesión en la mano – obviando el dolor de su entrepierna, aun sentía un dolor fuerte en el estómago por ese golpe.

-          Ja, ja, ¿Qué sucedió? – le pregunta la mujer mientras lo ayuda a levantarse.

-          Perdí el equilibrio y sin querer le caí sobre ella – le explica mientras ayuda a Jade con su mano izquierda.

-          Mmmm – dice la mujer observando a Jade - ¿y ella quién es?

-          Soy Jade – le dice sonriendo – tu novio me ayudo anoche, me atacaron unos hombres – le dice – no creas que sucedió algo – le dice nerviosa, dándose cuenta no había tomado en cuenta la posibilidad de que el hombre ya tuviera pareja, y aun así fue y le soltó tal proposición, se sentía como una idiota.

-          ¿novio? - le dice la mujer riendo a carcajadas.

-          Ella es mi hermana menor – dice Charlie – su nombre el Sara.

-          Es un gusto Jade, soy la hermana de este tipo- dice la mujer de forma entusiasta mientras señala al hombre.

-          ¡Oh!, lo siento – dice Jade con las mejillas rojas de la vergüenza – creo que mal interprete – odiaba cuando resultaban esos momentos incomodos

-          Tranquila, no le des más importancia – le dice Sara mientras sonríe – Ya me voy – le dice a Charlie cambiando su expresión – Michel y Miguel siguen dormidos, mamá llamo, dijo que se doblaría el turno de nuevo – le dice mientras se aleja hacia la salida, cada vez sonando más baja su voz hasta que se escucha la puerta de la entrada abrirse -  Jade fue un placer, ven cuando quieras –  sale de la casa y cierra la puerta.

-          Lamento los problemas que te he causado – le dice Jade luego de que Sara saliera.

-          Tranquila –  siente una corriente de dolor proveniente de su mano.

-          Tu mano te duele mucho, ¿verdad?  – le dice mirando la mano del hombre.

-          Quisiera decir que no duele, pero estaría mintiendo – mira hacia abajo y trata de flexionar sus dedos, pero el dolor no se lo permitía – no parece que la haya dislocado.

-          Si me lo permites, te llevare a una clínica – le dice mirándolo – es lo menos que puedo hacer por todas las molestias que te has tomado.

-          Lo siento, pero no puedo aceptar la ayuda que me ofreces – le dice serio

-          ¿Por qué? – le pregunta sorprendida sin entender – prometo que yo correré con todos los gastos.

-          No es eso, mis hermanos están durmiendo en esa habitación – señala la habitación a sus espaldas de donde había salido Sara – debo cuidar de ellos, no me puedo ir sin más.

-          oh, no sabía, lo siento - le dice

-          Tiendes a disculparte mucho – le dice Charlie, sonriendo por primera vez.

-          Al parecer contigo si – ríe – creo que ya sé cómo podemos hacer para que te vea un doctor – busca su bolso y saca su teléfono.

-          ¿Qué haces?

-          Llamo al doctor – le dice mientras comienza a sonar el tono de llamada – hola doctor, ¿podría venir lo más pronto posible a la dirección que le enviare?, yo lo estaré esperando -  se queda en silencio escuchando al doctor – sí, es para un amigo – silencio – muy bien, aquí lo esperare – le envía su ubicación al doctor apenas cuelga la llamada, a la media hora el hombre ya se encontraba en el departamento.

-          Tiene un musculo superpuesto, debió ser por el impacto del golpe – le dice el doctor luego de examinar a Charlie – con unos ejercicios volverá a la normalidad – comienza a enseñarle a Charlie como debe mover su mano – haciendo esto por lo menos veinte minutos, tres veces al día, en una semana estará bien.

-          Me duele moverla – le dice tratando de hacer los ejercicios.

-          Si, al principio será de esa forma – le comienza a explicar el doctor guiándolo en cómo debe hacerlo de forma correcta – pero en menos de lo que piense ya casi no le dolerá y al final de la semana estará como si nada.

-           Muchas gracias doctor – le dice Jade

-          Tranquila, puedes llamar cuando sea – le dice el doctor levantándose del asiento – ya me debo ir – Charlie se levanta para acompañarlo a la salida.

-          Ya le pasé el dinero de la consulta doctor y un poco más - le dice Jade

-          Gracias señorita – le dice el hombre sonriendo – bueno, ha sido un placer – le dice a Charlie, este le estrecha la mano al hombre - señorita, un placer siempre trabajar para usted – le dice a la mujer y sonríe.

-          Gracias doctor – sonríe, el hombre sale del lugar.

-          Dame tus datos y la factura del doctor – le dice Charlie a la mujer – necesito pagarte por esto.

-          No te preocupes – le sonríe – esto va por mi cuenta – camina hacia su bolso y lo agarra – ya debo irme, pero si necesitas alguna vez una ayuda – saca una tarjeta – llámame – le entrega la tarjeta y camina hacia la puerta – nuevamente, te agradezco todo lo que hiciste por mí – sonríe y sale del lugar.

El día había sido demasiado estresante para Charlie, primero se lesiono cuidando de una mujer que acababa de conocer, sus hermanos pequeños estuvieron muy activos durante todo el día y además también estaba el hecho de que tenía que conseguir un empleo pronto, antes de que las cuentas comiencen a crecer y la deuda, había olvidado ese detalle tan grande, ya eran las diez de la noche cuando sonó el timbre. Abrió la puerta y luego sintió una gran patada directo en su pecho lanzándolo al suelo.

-          Hola Charlie, ¿Cómo has estado? – dice un hombre grande y musculoso mientras entraba a la casa, Charlie todavía se encontraba en el suelo tosiendo, el hombre le había sacado el aire con la patada – oh, vamos no fue tan duro – se agacha – ahora, quiero que me digas algo – lo agarra por el cabello y lo hala – ¿quiero saber cómo me pagaras la deuda? – le pregunta molesto - ¿creíste que no sabríamos que te despidieron del bar?, aunque eso es tu problema, me preocupa que no puedas pagar la deuda que tienes con nosotros – le dice en forma burlona – no quisiera tener que matarte y sacarte los órganos – sonríe – aunque creo que también podríamos vender a tu preciosa hermana.

-          ¡No! - le grita – no piensen tocarla ni por un segundo – le dice forcejando con el hombre.

-          Cállate maldito perro – el hombre lo apunta con un arma, Charlie retrocede  recostando la cabeza en el suelo – Así me gusta desgraciado – se levanta y lo patea – no olvides tu lugar maldita rata – lo golpea dos veces más – Esto solo es una advertencia, quiero mi dinero sin falta este fin de semana- sale del lugar.

Las cosas no siempre fueron de esa forma, hubo un tiempo en el que Charlie podía estar sin preocupaciones, pero eso está muy en el pasado, a pesar de no tener padre en ese instante, hubo un momento en su vida en la que no fue así, pero el hombre no era un buen padre, vivía borracho y los golpeaba a él y a su madre cada vez que quería, lo último que ese hombre le hizo a su hijo fue pedir una gran suma de dinero a unos prestamistas a nombre de Charlie, luego de eso desapareció dejándolo solo con la deuda. Desde entonces ha sido de esa forma, cada semana los prestamistas van a su casa en busca de su pago, lo peor era que el trato fue tan injusto que Charlie solo ha logrado pagar una pequeña parte de la deuda por causa de la alta tasa de intereses. Maldecía a su padre cada semana y cada que lo recordaba.

-          Espero que conteste- dice realizando una llamada luego de reponerse de la golpiza – El empleo que me propuso, ¿aun esta en vacante? – le dice a la persona luego de atender la llamada, mientras le da vuelta a la tarjeta en su mano.

CAPITULO 3

La situación que ahora se le presentaba era un tanto cómica para él, la mirada de la mujer le decía que hablaba muy en serio. Dada la posición social de su familia, las mujeres buscaban llamar su atención muy a menudo, sin darle mucha importancia al hecho de que solo buscaban su estatus y posición social, nunca rechazo a alguna de ellas, solo se dedicó a disfrutar del momento que podían brindarle, luego al darse cuenta de que no las tomaría en serio, ellas solas decidían terminar el juego que comenzaban, ahora una nueva mujer se le presentaba haciéndole una propuesta o una excusa un tanto extraña.

-          ¿usted me pagara por fingir ser su novio? – quería indagar un poco más en las intenciones de la mujer, dadas las circunstancias de su apellido no podía verse envuelto en algún escándalo, sobre todo ahora que su negocio está creciendo.

-          Si, prometo pagarle de forma diligente – le responde la mujer mirándolo a los ojos.

-          No sé si usted sabrá, pero yo no necesito su dinero – sonríe – es un sinsentido lo que dice, usted me está proponiendo que finja ser su pareja y a cambio me dará dinero, ¿Qué le hace pensar que yo necesito de su dinero? – suspira – con solo mirarla diría que usted es la dueña de este lugar, y obviamente quiere hacerlo crecer, ¿Cómo saber si esto no es solo una treta para lograr ese objetivo? – la mira fijamente, sus ojos eran hermosos y sus labios muy provocativos, debía admitir que fácilmente cualquier hombre caería por esa mujer.

-          Le juro que no es lo que usted cree – le dice – no intento sacar provecho de usted – aunque a Karina no se le ocurría nada que pudiera quitarle a ese hombre, vestido con camisa holgada y short, estaba claro que solo era un chico de bajos recursos, ¿Qué podría sacer de allí?, tal vez el hombre fuera uno de esos locos que piensan que todas las mujeres quieren sacar un provecho monetario o material de ellos y no tienen ni donde caerse muertos los muy infelices – en todo caso sería usted quien tendría un beneficio monetario, yo solo quiero sacarme a mi familia de encima mío.

-          Mmmm, supongamos que estuviera diciendo la verdad - la mira de forma calculadora - ¿Por qué me escogió precisamente a mi pudiendo tener a cualquier otro?, usted no es una mujer nada fea, en cambio es muy agraciada ante los ojos de cualquier hombre, algo que a mi parecer le daría cierta ventaja al hacer esta propuesta.

-          Voy a ser sincera al cien por ciento con usted – le dice de forma seria – no pretendo mentirle, es verdad que podría tener a cualquier otro hombre, pero debo conseguir uno que sobre pase los estándares de mi madre, de ese modo podría dejarme en paz, es cierto que cualquiera serviría,  pero si hablamos de las apariencias usted seria el hombre ideal para ayudarme con esto, además de que es un cliente muy regular, no se le conocer como irrespetuoso y tampoco se ha escuchado algún rumor sobre usted, convirtiéndolo en un hombre socialmente apto.

-          Podría tratarse de un asesino serial – le dice sonriendo, decidiendo seguirle un poco el juego a la mujer – dicen que siempre suelen ser los que menos lo aparentan – la mira fijamente y sonríe.

-          Creo que puedo correr ese riesgo – su voz era seria y sin un solo rastro de vacilación – así que, ¿aceptara mi propuesta?

-          No estoy muy seguro de aceptar – suspira – hagamos algo, tengamos una cita, ¿quiere? – si la mujer iba a seguir manteniendo su fachada, al menos él podría divertirse un poco con ella – de ese modo podemos conocernos un poco y si decido aceptar la propuesta ya sabré algunas cosas de usted – sonríe.

-          Muy bien, ¿podría ser para mañana? – debía moverse rápido antes de que su madre comience a molestar nuevamente.

-          No puedo – le responde – tengo planes para mañana – su negocio aún estaba en expansión, por lo que buscar nuevos inversores era su trabajo en ese momento, aunque la junta seria llevada a cabo en horas de la mañana y podría ver a la mujer al medio día, pero prefería hacerla esperar un día más.

-          Bien, ¿entonces para cuándo podría? -  su expresión era un poco impaciente.

-          Hoy es lunes – dice fingiendo pensar que día sería conveniente – podría ser el miércoles, ¿Qué hora seria la adecuada?

-          Cuatro de la tarde – le dice al instante – yo escogeré el lugar y usaremos mi auto- aunque dudaba que el hombre tuviera coche.

-          Bien, entonces así quedamos – se levanta de asiento – nos vemos aquí el día miércoles a las cuatro pm – se marcha del lugar.

-          Es lindo ¿no es así? - le dice una de las empleadas a Karina luego de que el hombre se marchara.

-          Sí, no se puede negar que lo es – por tal motivo lo había escogido, solo necesitaba terminar de convencerlo de cooperar con ella, luego de eso se encargaría de hacerlo ver ante su madre como un exitoso empresario o por lo menos un hombre con un futuro prometedor.

Los días transcurrieron y finalmente llegó el momento de la cita, para no crear un revuelo entre sus empleados Karina decidió cerrar temprano la cafetería, justo a las cuatro en punto el hombre se encontraba frente al lugar, vestido como siempre de forma muy casual.

-          Mi coche esta por acá – lo guía hacia su auto, llegan al sitio y suben en él.

-          ¿Siempre acostumbras saludar de esa forma? - le pregunta el hombre mientras ella encendía el auto.

-          Lo siento, creo que estaba algo apresurada – era mentira, se sentía nerviosa, pero no se lo haría saber.

-          ¿Dónde iremos? – le pregunta sin tomarle mucha importancia a la actitud de la mujer

-          Iremos a mi lugar favorito cuando quiero desconectarme de todo – le responde sonriendo

-          Y ese lugar ¿Dónde se ubica exactamente? – miraba hacia el frente

-          En el mar – le responde.

-          Excelente – dice de forma sarcástica, Jonathan odiaba un poco el mar, la arena que se mete por todos lados y textura de la piel luego de meterse en el agua, eran algo desagradable para él.

-          Creo que no te gusta la idea – le dice mirando al hombre de reojo

-          No es de mis lugares favoritos en el mundo – volteo hacia la ventana mirando el camino.

-          ¿quieres ir a otro lugar mejor? – le pregunta, aunque la respuesta del hombre no le gustaba, tampoco quería presionarlo a ir si no quería.

-          Tranquila, no he dicho que no pueda tolerarlo – sonríe de forma forzada.

Al llegar al sitio, las personas que allí se encontraba recogían sus pertenencias para marcharse, broceados, mojados y en su mayoría llenos de arena pegajosa, Jonathan sintió escalofríos viéndolos, siguió a la mujer quien no bajaba hacia la playa, solo se mantenía caminando por un sendero de piedras.

-          ¿no te meterás al mar? – le pregunta viendo como la mujer se alejaba cada vez mas

-          No, ese no es el destino al que iremos – siguen caminando hasta llegar a un faro.

-          No creo que podamos entrar allí – le dice a la mujer mientras esta observaba un gran candado trancando la puerta de entrada.

-          Tranquilo, yo sé lo que hago – saca una pequeña llave y la introduce en el candado, le da vuelta y este se abre - ¿vez? – sonríe y luego entra al lugar- ten cuidado, esta algo oscuro aquí.

-          ¿Cómo tienes la llave de este lugar? – le pregunta mientras subían las escaleras hasta lo más alto.

-          Mi abuelo solía cuidar de este lugar, yo venía mucho de niña con él – su voz sonaba un poco melancólica – cuando el murió, me quede con la llave y sigo viniendo aquí cuando quiero estar a solas – terminaron de llegar al final.

-          Es un viaje muy largo solo para estar en un viejo faro – le dice terminando de subir.

-          Sí, es largo el viaje, pero la vista es hermosa – sonríe, a espaldas de la mujer Jonathan pudo observar el atardecer más hermoso que hubiera visto jamás, los colores se mezclaban para formar una preciosa vista que se reflejaba en el mar.

-          Es hermoso cierto – le dice la mujer observando el paisaje y sintiendo la brisa en su rostro.

-          Sí, es hermoso – dice observándola.

-          Me gusta este atardecer – le comienza a decir al hombre luego de un momento contemplando la vista –  de igual forma me gustan los días lluviosos, en especial el olor de la lluvia, me recuerda mucho mi niñez, le temo a las arañas, me gustan mucho las cosas dulces, en especial el helado, mi sabor favorito es el de vainilla.

-          ¿Por qué me cuentas todo eso? – le dice el hombre mientras la observa.

-          Dijiste que debíamos conocernos, ¿no es así? – lo mira y sonríe

-          Si, tienes razón – sonríe. Estuvieron allí viendo el atardecer y charlando hasta que el sol se ocultó por completo, dejando una total oscuridad y un cielo lleno de estrella – lo hare – dice Jonathan luego de que estuvieran de nuevo en el auto.

-          ¿Qué? – le pregunta

-          Seré tu novio falso – sonríe.

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