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Ecos Del Corazón (Chanmin)

Capitulo 1

La noche había caído con suavidad sobre la ciudad, y la luna proyectaba su pálida luz a través de la ventana de una habitación acogedora. El viento nocturno movía las cortinas con un leve susurro, mientras en la cama, bajo un grueso edredón, un pequeño niño de seis años se revolvía inquieto.
Jaekyung, con sus mejillas sonrosadas por el calor de la manta, miró a su padre con los ojos llenos de expectación. Bangchan, sentado en el borde de la cama, le sonrió con ternura, notando cómo sus deditos se aferraban con fuerza a la manta.
Jaekhyung bang
Jaekhyung bang
Papá, ¿me cuentas una historia antes de dormir?
Pidió con voz somnolienta, pero con esa chispa de curiosidad que siempre brillaba en sus ojos. Bangchan arqueó una ceja, fingiendo pensarlo por un momento.
Bangchan
Bangchan
Mmm… ¿Y qué historia quiere escuchar mi pequeño príncipe hoy?
Jaekhyung bang
Jaekhyung bang
Quiero una historia diferente
Jaekyung frunció el ceño, como si intentara encontrar las palabras exactas
Jaekhyung bang
Jaekhyung bang
Algo especial.
El hombre sonrió levemente, soltando un suspiro como si estuviera a punto de desenterrar algo muy profundo dentro de sí. Sus ojos oscuros se dirigieron hacia la ventana, como si estuviera recordando algo lejano, algo que no había contado en mucho tiempo.
Bangchan
Bangchan
Está bien
Dijo con voz baja, como si lo que iba a decir solo pudiera escucharse en la intimidad de aquella habitación
Bangchan
Bangchan
Te contaré la historia de un chico llamado Christopher.
Jaekyung se acomodó mejor en la cama, con los ojos fijos en su padre.
Jaekhyung bang
Jaekhyung bang
Christopher? ¿Y qué le pasó?
Bangchan se apoyó en los codos sobre sus rodillas, entrelazando los dedos mientras su voz se volvía más profunda, más pausada.
Bangchan
Bangchan
Christopher era un niño que siempre estuvo solo. Desde pequeño, aprendió que el silencio era su única compañía…
El cuento de Christopher Christopher siempre había estado solo. Desde que tenía memoria, el silencio había sido su única compañía, un susurro constante en su vida que, con el tiempo, se había convertido en un peso insoportable. No recordaba la última vez que alguien se había quedado el tiempo suficiente para notar su existencia, para preguntarle cómo se sentía o si acaso necesitaba algo.
Las mañanas eran todas iguales. Se despertaba en una habitación demasiado grande para alguien que no tenía a quién llamar. El eco de sus pasos sobre el suelo de madera era lo único que rompía la quietud del lugar. Se acostumbró a desayunar en silencio, a ver su reflejo en la ventana y preguntarse si alguien, en algún rincón del mundo, pensaba en él.
La gente pasaba a su lado sin verlo realmente. En la escuela, los compañeros hablaban entre ellos, reían, compartían secretos y promesas que nunca lo incluían. Los profesores lo llamaban por su nombre cuando era necesario, pero nunca con el tono cálido que indicaba preocupación genuina. A veces, Christopher se sentía como una sombra.
Observaba a los demás desde lejos, escuchaba conversaciones ajenas sin intención de interrumpir, memorizaba rostros de personas que nunca le devolverían la mirada. Se preguntaba si era culpa suya, si quizás había nacido defectuoso, incapaz de inspirar cariño o interés en los demás. Las noches eran lo peor.

Capitulo 2

El silencio, que durante el día se camuflaba entre el bullicio del mundo, se volvía asfixiante en la oscuridad. La soledad se transformaba en una presencia real, en un peso en el pecho que le impedía respirar con normalidad. Se abrazaba a sí mismo, cerraba los ojos con fuerza y se repetía que estaba bien, que estar solo significaba ser fuerte. Pero la verdad era que no lo estaba.
Porque Christopher no solo estaba solo. Se sentía invisible. Se sentía olvidado. Se sentía como si, incluso si desapareciera, el mundo seguiría girando sin notarlo.
Los días de Christopher eran siempre los mismos: despertar en una casa vacía, caminar por los pasillos de la escuela sin que nadie notara su presencia, sentarse en la última fila del aula y observar cómo la vida ocurría a su alrededor sin incluirlo. Excepto cuando lo veía a él. Seungmin.
Christopher no sabía exactamente cuándo había comenzado a fijarse en él, pero un día simplemente se dio cuenta de que sus ojos lo buscaban sin darse cuenta. Seungmin no era el chico más popular de la escuela, pero tenía algo en su forma de ser que atrapaba a cualquiera que se acercara lo suficiente. Era inteligente, tenía una risa discreta pero contagiosa, y cuando hablaba, siempre sonaba como si supiera exactamente lo que quería decir.
Christopher, en cambio, jamás encontraba las palabras correctas. Desde su lugar en la última fila, se permitía observarlo en silencio. Seungmin apoyaba la barbilla en su mano mientras tomaba apuntes, arrugaba ligeramente la nariz cuando algo no tenía sentido, y mordía el extremo de su bolígrafo cuando estaba concentrado. Christopher podía pasar horas viéndolo, memorizando cada pequeño detalle. Pero nunca se atrevía a acercarse.
Christopher bang
Christopher bang
Por qué haría algo así?
Murmuraba para sí mismo cada vez que su corazón latía más rápido al verlo. Seungmin era brillante, tenía amigos que lo rodeaban y una presencia que hacía que cualquier lugar se sintiera más cálido. Christopher, en cambio, era solo un chico que nadie recordaba, alguien que, incluso cuando hablaba, parecía no existir del todo.
Aun así, había días en los que su mente jugaba con la idea imposible de que tal vez, solo tal vez, Seungmin supiera quién era. Pero esos pensamientos se esfumaban rápido.
Christopher bang
Christopher bang
Es una tontería
Se decía, apretando los puños dentro de los bolsillos de su chaqueta. Sin embargo, el destino a veces era cruel. Una tarde, mientras salía de la biblioteca con un par de libros en brazos, Christopher sintió que alguien chocaba contra él. Los libros cayeron al suelo, desparramándose por el pasillo.
Kim Seungmin
Kim Seungmin
Ah, lo siento.
Christopher sintió su corazón detenerse. Esa voz… Se agachó de inmediato, sin atreverse a mirar. Sus manos temblaban cuando empezó a recoger los libros, pero entonces unos dedos largos tomaron uno de ellos antes que él.
Christopher bang
Christopher bang
Oh, este es un buen libro.
Seungmin sonrió levemente mientras hojeaba el título. Christopher apenas podía respirar.
Christopher bang
Christopher bang
T-Tienes buen gusto
Murmuró sin pensarlo. Seungmin levantó la mirada y por primera vez, sus ojos se encontraron. Fueron solo unos segundos, pero para Christopher, sintió como si el tiempo se hubiera detenido.

Capitulo 3

Kim Seungmin
Kim Seungmin
Gracias
El chico le devolvió el libro y luego inclinó un poco la cabeza
Kim Seungmin
Kim Seungmin
Eres de mi clase, verdad?
El corazón de Christopher se aceleró. Seungmin sabía quién era. No sabía qué responder. No quería arruinar el momento, no quería parecer desesperado, pero su voz no salía.
Christopher bang
Christopher bang
S-Sí…
Logró decir finalmente. Seungmin sonrió otra vez, como si no notara la batalla interna de Christopher.
Kim Seungmin
Kim Seungmin
Nos vemos en clase, entonces.
Y con eso, se alejó. Christopher lo vio desaparecer por el pasillo, con el libro aún apretado contra su pecho. Fue solo un momento. Solo unas pocas palabras. Pero esa noche, por primera vez en mucho tiempo, no se sintió completamente invisible.
Christopher no podía sacarse aquel momento de la cabeza. Por primera vez, Seungmin le había hablado. No solo eso… lo había reconocido.
Las palabras seguían repitiéndose en su mente como un eco infinito: "¿Eres de mi clase, verdad?" Era una pregunta simple, casi insignificante, pero para alguien como Christopher, significaba demasiado. Era la prueba de que, al menos por un instante, había existido en el mundo de Seungmin.
Esa noche, mientras miraba el techo de su habitación en completa oscuridad, se permitió soñar con lo imposible. ¿Y si algún día pudiera hablarle sin tartamudear? ¿Y si pudiera sentarse a su lado, compartir un libro, reírse con él sin miedo? Pero la realidad siempre lo golpeaba con dureza.
Al día siguiente, Christopher entró al aula con la esperanza de que Seungmin lo mirara otra vez, de que tal vez le dirigiera un saludo casual. Pero cuando sus ojos lo buscaron, vio que estaba rodeado de sus amigos, sonriendo como siempre, sin preocuparse por nada más. Christopher se sintió estúpido por haber pensado siquiera que algo había cambiado.
Suspiró y tomó asiento en su lugar de siempre, en la última fila, invisible otra vez.
Christopher bang
Christopher bang
Fue solo una casualidad
Christopher bang
Christopher bang
Nada más
Sin embargo, cuando menos lo esperaba, Seungmin giró levemente la cabeza en su dirección. No fue una mirada larga, apenas un segundo… pero Christopher la sintió. El problema era que no sabía si eso significaba algo.
Los días pasaron y Christopher siguió siendo el mismo chico silencioso que miraba a Seungmin desde lejos. No había vuelto a hablarle, y aunque quería hacerlo, algo dentro de él lo retenía cada vez que lo veía tan rodeado de gente. Pero entonces, ocurrió algo inesperado.
Era viernes por la tarde y la lluvia había comenzado a caer de repente. La mayoría de los estudiantes habían corrido a refugiarse en los pasillos, esperando que la tormenta amainara antes de irse a casa. Christopher, sin embargo, no tenía a dónde ir con prisa, así que se quedó sentado en una banca bajo el techo del patio, observando las gotas golpear el suelo. Fue entonces cuando escuchó pasos acercándose.
Kim Seungmin
Kim Seungmin
No tienes paraguas?
Christopher levantó la vista de golpe. Seungmin estaba ahí, de pie frente a él, sosteniendo un paraguas cerrado en su mano. Por un momento, Christopher pensó que le estaba hablando a otra persona, pero no había nadie más cerca.

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