Ya le costaba abrir los ojos y su visión se hacía borrosa, solo podía sentir aquel dolor punzante en el pecho, lo último que alcanzo ver claramente era un sonrisa maliciosa mientras palabras traicioneras era lo único que escucho antes de exhalar su último suspiro.
Estaba flotando en completa oscuridad, mientras a lo lejos escucha una voz; "princesa, princesa" se escuchaba con desesperación hasta abrió los ojos, observando un techo color blanco adornado con lámparas de araña, a sus lados, las cortinas rojas de la cama estaban recogidas en las esquinas, cuando se sentó aun sin entender del todo a su alrededor, hasta que nuevamente esa voz la hizo reaccionar, a su lado, una joven sirvienta lloraba de felicidad al verla despertar, no reconocía a chica y más aún, no reconoce esa habitación. Lleva su mano al pecho, pues lo último que recuerda es como una espada atravesaba su corazón-
-princesa ¿esta bien? ¿Quiere que le traiga al doctor?
No entendía eso de "princesa" pues solo es la hija de un ministro de poco poder.
-¿que paso? ¿Donde estamos?
-princesa, no se preocupe, esta en su palacio ¿no recuerda? Caminábamos por el estanque cuando colapsó. El doctor dijo que había sido envenenada y que se salvaría. No sabe cuanto me alegra que el doctor se equivocara.
La pequeña joven se limpia las lágrimas, mientras aun sigue sin entender, de pronto, un fuerte dolor de cabeza la invade, mientras los recuerdos de alguien más inundan su mente, recuerdos no muy buenos a decir verdad, ella, ahora era la esposa legal del segundo príncipe, pero en esos pensamientos, puede ver como aquel hombre la dejo después de concluir la ceremonia de bodas y como las otras concubinas hacían de ella una víctima perfecta para sus fechorías con el afán de quitarle su puesto de esposa legítima, incluso puede sentir como un ardor invade su espalda, de aquella vez que fue castigada con 100 latigazos por supuestamente, causar el aborto de la concubina favorita del príncipe.
Respira profundo y se va directo al espejo, efectivamente esa no era ella misma, estaba en otro cuerpo, una joven tan bella, de facciones delicadas y una cabellera larga y oscura, que hacían contraste con un par de ojos verdes esmeralda, el príncipe era bastante estúpido al ignorar tal belleza, no puede evitar sonreír por eso.
-pequeña, trae agua, quiero darme un baño, hay que salir a dar un paseo.
-princesa. ¿Esta segura? ¿No prefiere que llame primero al doctor?
-no, estoy bien, el veneno a sido eliminado por completo de mi cuerpo.
En lo que la joven sirvienta va a preparar el baño, comienza a recordar un poco mejor lo que sucedió con su cuerpo original, ella, hija de un general, una guerrera sin igual, entrenada por su padre, acabo siendo asesinada por su prima, todo por ambición, por querer tomar su lugar como la esposa legítima, pero parece que no contó, con que el emperador buscaría a otra, si, esa otra era el cuerpo que ahora ocupaba, pero al parecer, la dueña original, era demasiada ingenua, todo lo contrario a ella, aunque se maldijo por no haber contemplado lo que su prima haría, si no la hubiera tomado por sorpresa, ahora mismo estaría viva, aun lo esta, pero en un cuerpo que parece muy frágil, tendrá que entrenarlo, para evitar ser dañada y claro, le urge vengarse de todas esas mujerzuelas que le causaron daño.
Desde que despertó en se nuevo cuerpo, le pidió a su joven sirvienta, Lili, que no dijera que había despertado, anteriormente había planeado salir, pero a último momento, prefirió no hacerlo, primero quería adaptarse a esa nueva vida, aunque lo que realmente le sorprende, es que el príncipe, no haya ido a verlo ni una sola vez, eso demuestra lo poco que le importaba Saya, el nombre de su nueva vida, pero era lo de menos, así le sería más fácil conseguir librarse de ese molesto matrimonio, aunque tiene que encontrar una manera de lograrlo, duda mucho que el emperador le conceda el divorcio y más aun, duda que la familia se Saya este de acuerdo, al igual que príncipe, su familia no parece estar interesa en ella.
-Lili, dime, ¿su majestad el príncipe a preguntado sobre mi estado?
-no princesa, perdone mi atrevimiento, pero usted más que nadie sabe, que su alteza solo tiene ojos para la concubina Aya.
-lo se, ella fue la que causo que mi cuerpo ahora cargue con esa horribles cicatrices.
Se lleva una mano sobre su hombro, aun le causan molestias esa cicatrices de su espalda, no ve la hora en la que pueda causarle mayor dolor a esa mujer.
-es hora Lili, ve y cuéntale al príncipe que he despertado, pero que no quiero ver a nadie, que si alguien se atreve a entrar a mi residencia, lo castigare.
-p-pero princesa...eso es...
-ya se, es una advertencia, quiero ver que harán esas arpías que rondan a los pies de mi esposo.
Sonríe con algo de malicia, porque si una se atreve a ir, el príncipe ya estará advertido de lo que sucederá y no podrá culparlo si algo les pasa. Si ella se da a respetar, estás no podrán hacer mucho a menos que quieran que vaya con el emperador a pedir justicia, todo ese año de sufrimiento, esta dispuesta a cobrarselas a todos, incluyendo a su detestable esposo.
Tal como le dijo le su ama, ya fue a informarle a uno de los sirvientes del príncipe que la princesa había despertado, enseguida éste se lo hizo saber, lo que causa algo de molestia al escuchar que no recibirá a nadie y claro, como Aya estaba ahí, no dudo en hacerle ver que esa mujer esta siendo muy impertinente al negarle la entrada, siendo un hombre orgulloso, se alistó para visitar a su esposa y por supuesto, Aya, no dudo en ir con él, pues no se lo impidió.
Ha estado esperando en la puerta de su palacio, tal como suponía, el príncipe iría, era justo como en los recuerdos de su cuerpo actual, aquel era hombre de cabellera larga y negra, con ojos castaños, su vestimenta era elegante, digna de un príncipe, túnica negra de seda que ocultaban su demás ropa, pero supone era como la de cualquier otro hombre de la época, como era de esperarse, fue acompañado de su inseparable amante, Aya, un mujer de piel blanca, cabello castaño y ojos del mismo color, su vestimenta, era como la de una típica mujer fatal, vestido largo, pero con un pronunciado escote y no podía faltar la joyería en cuello y manos, todos seguramente dados por el príncipe. Dispuesta a enfrentarlos, bajo un escalón para evitar que siguieran un paso más.
-crei haber ordenado que nadie viniera a verme. ¿O en verdad habían venido a comprobar que sus planes se fueron a la basura y sigo viva?
El príncipe sin duda se sintió ofendido ante esa acusación, aunque también se llevo una gran sorpresa pues le sorprende escuchar a su esposa hablarle de ese modo, pero antes de poder decir algo, su amante hablo.
-te atreves a culparme por algo así. Su majestad, castiguela de nuevo, parece que aun no aprende.
-¿acaso mencione su nombre concubina Aya? Jamás dije a quien de los dos estoy acusando, pero se ha delatado el autor.
Sonrió con cierta burla y claro el príncipe no soportó más la ofensa hacía su amada amante.
-silencio! No conforme con hacerla abortar, ahora la acusas de envenenarte. Tal esto solo fue un intento de suicidio para llamar mi atención y tener mi compasión, pero eso nunca te va funcionar.
Saya no pudo evitar reír ante la tal calumnia del príncipe.
-alteza, se cree demasiado, yo porque querría su atención, el solo hecho de pensar en tenerla, me da náuseas, no necesito de un hombre que solo duerme con prostitutas, quien sabe que enfermedades tiene.
-majestad, escuchó lo que ha dicho? Acaba de ofenderlo a usted y al harem.
-Saya! Arrodillate y pide perdón si no quieres un castigo más severo.
-no me arrodillo ante ningún hombre, más que ante el emperador. Si solo vienen a molestar mi descanso, regresen por donde han venido y si esa mujer pisa de nuevo mi palacio, escuche bien alteza, yo misma le rompere esa linda cara que tiene.
-tú! Estás buscando que te arreste por faltarle el respeto a la realeza.
-majestad, no la perdone, ella lo ha ofendido.
Sin esperar a que puedan protestar más, ella misma subió de nuevo las escaleras de la entrada y cerro las puertas, colocando el seguro para que no entraran.
Claro que esto no hizo más que enfurecer al príncipe quien mando llamar a sus guardias para derribar esa puerta, estaba ya dispuesto a castigar a su irrespetuosa esposa.
Puede escuchar los golpes del otro lado de la puerta, ya sabia que ante su ofensa tanto el príncipe como su amante, no se quedarían de brazos cruzados, además de que ya vio la cara de miedo de sus únicos sirvientes, saben que si su ama es castigada, ellos también sufrirán.
-vayan todos a la cocina y no salgan, Lili, ve con ellos.
-pero princesa, no puedo dejarla así.
-no te preocupes, yo me haré cargo.
Los otros sirvientes fueron rápidamente a donde les dijo, pero Lili no dudo en quedarse cerca, aunque temerosa de que pueda pasar con su ama.
La puerta no tardo en ceder y los guardias del príncipe rodearon a la chica, aun cuando estaba un poco asustada, trato de no demostrar miedo alguno. El príncipe Yuu no tardo en entrar como siempre, aun acompañado de la amante, cuya sonrisa era evidente ya que esta segura que esta vez, la esposa será castigada y ella podrá ocupar ese lugar, sin embargo su gesto desaparece al ver a Saya mostrar una sonrisa de burla.
-alteza, que increíble, antes no ponía un pié en mi palacio y ahora, hasta usa a sus guardias para derribar mi puerta, tan desesperado esta de ver a esta joven esposa.
Los guardias se miran entre si, pues no saben ni porque se les ordeno derribar la puerta.
-silencio, te atreviste a faltarme al respeto, a mi y la concubina Aya.
-así que no querer ver a nadie es una falta de respeto? Pero si mi señor nunca viene a mi, porque de pronto insiste en molestarme cuando no estoy bien de salud.
Tose un poco y ya esta derramando lágrimas, cosa que confunde aun más a los guardias.
-ahora te haces la inocente? Le cerraste la puerta a su alteza y encima le hablaste como si tu fueses superior.
-concubina Aya, se que me odias, pero porque vienes a difamarme, acaso no fue suficiente con castigarme antes, las heridas aun duelen.
-t-Tú...alteza, la princesa ha entendido mal, yo solo quiero que muestre respeto hacía usted.
Y ahí va, la mujer de nuevo, mostrando sus ojos llenos de inocencia, para engañar al ingenuo príncipe.
-Saya, la concubina Aya no te ha hecho nada y el castigo del que hablas, bien merecido te lo tenías, por tú culpa ella tuvo un aborto.
-oh! Mi señor, como puede ser tan cruel, me castigó sin siquiera investigar la verdad, así como ella ha pedido justicia, entonces yo también pediré justicia para mi, mi cuerpo sera prueba del daño que me han hecho en esta casa. Le pediré a mi padre que me deje ver al emperador, no es justo que siendo yo, la esposa, las concubinas tengan más poder yo.
Solo al escuchar esas palabras, el príncipe frunció el ceño y apretó los puños, sabe lo bien que el emperador trata a su esposa, si pide tal investigación, podría haber grandes consecuencias, sobre todo para su amada Aya.
-alteza, no se deje engañar, esa mujer merece ser disciplinada.
-Lili, prepára un carruaje, ve a donde mi padre y pídele urgentemente que venga, dígale que su hija a sido acusada injustamente y su palacio esta siendo invadido por guardias.
-si señora.
Cuando la chica estaba por dirigirse a la puerta, el príncipe ordena a sus guardias que se retiren.
-no hace falta molestar al ministro y a mi padre por un berrinche tuyo, como quieras, no vendré nunca más.
-p-pero alteza...su castigo...
-si, cierren el palacio y que no salga, ni entre nadie por una semana, no dejen que tenga comida tampoco, así aprenderá a no cerrar sus puertas ante mi.
Los guardias obedecen y bloquean la puerta, aunque la concubina Aya, no esta muy feliz por ese castigo tan simple, por lo que ya esta planeando cual será su siguiente movimiento ya que el veneno falló.
Para su suerte, hay víveres suficientes para una semana, fue bueno que Lili, antes, haya ido a pedir una despensa.
Ordena que todos sigan con sus tareas acostumbradas, mientras que ella se va al patio trasero para practicar un poco de artes marciales, el cuerpo que ahora tiene es flaco y débil, si va a tomar venganza por la dueña original, tiene que fortalecerse.
-esta vez, cuando me acusen de dañar a alguien, será en serio.
pd: se que son capítulos muy cortos y mi narración no es buena. es mi primera vez escribiendo y espero mejorar.
si les esta pareciendo interesante, haganmelo saber y así poder avanzar un poco con la historia. si llegaron hasta aquí. gracias😘
Download MangaToon APP on App Store and Google Play