Tan amargo y dulce a la vez...
Era el sabor de mi café color marrón oscuro que puede variar en intensidad de acuerdo a como se prepara, quién impregna una y otra vez en mi paladar.
Mientras tanto veo mi reflejo en la puerta de la nevera, mis cabellos despeinados y unas ojeras terribles . No había dormido casi nada, lucía espantosa.
Eran las ocho con diez minutos cuando un ruido me hizo salir de mis pensamientos era el claxon del carro de Eider lo toco una y otra vez sin parar. Salí corriendo, abrí la puerta de mi residencia y le grité:
—¡Ya deja de tocar el maldito claxon ,en cinco salgo! Mientras tanto ve por Génesis.—Me miro, comenzó a reír y se fue a tocar a la casa de Gene.
Génesis es mi prima, quien vive a un lado mío, desde pequeñas fuimos muy unidas es decir jamás discutíamos, más bien somos como hermanas aunque físicamente no lo parecemos, ella es pelirroja tiene pecas, ojos miel y yo soy castaña, piel clara y ojos verdes como las hojas de los árboles tan profundos como un bosque o eso es lo que dicen.
Subí rápidamente a mi habitación para buscar que ponerme, abrí las puertas del gran clóset y ví el viejo pantalón que mamá me regaló en diciembre. consecutivamente encontré una sudadera roja un tanto moderna y me vestí lo más rápido posible, no tenía muchas ganas de arreglarme, tape mis ojeras con corrector y pinte mis ojos de negro para disimular un poco, hice un nudo en mi cabello enredado y por último rocíe perfume sobre mi cuello, mi favorito. Salí corriendo, tanto que casí resbalaba en las escaleras. Gruñí para mis adentros.
Escuché unas voces en el comedor y ahí estaba mi madre con Eider y Génesis. Tomaban una taza de café mientras la escuchaban atentos. Entré despacio pero mi mejor amigo notó mi presencia.
—¿Ya no está de mal humor la señorita?—dijo Eider al mismo tiempo que se reía.
— Yo jamás lo estoy Eider—respondí con sarcasmo.
Todos rieron.
— Luces espantosa hija —dijo mi madre con suspicacia.
No le respondí, estaba segura que tenía razón.
— Se nos hará tarde chicos—dijo Génesis.
—Tomen su café y se van— dijo mi madre.
Tenía la maldita costumbre de la impuntualidad.
—Agradezco sus atenciones, tenemos que irnos ya o llegaremos tarde de nuevo, por culpa de Myrna— Recalcó Eider.
—No te quejes— le respondí.
—Más tarde nos vemos mamá—coloqué un beso en su mejilla, ella lucía sensacional como siempre. No teníamos la mejor relación pero hacía todo lo posible por respetarla.
Subimos al lujoso auto de mi mejor amigo quién condujo a la universidad
—¿Y tu noviecito?—me pregunto mi prima en un tono casi inaudible.
—¿Acaso no te contacto durante el asueto?—dijo Eider.
—No, no lo hizo.
Ni siquiera yo entiendo porque no lo hizo, quise dejar el tema a un lado, sabía que hoy lo vería en la universidad.
Al llegar...
Génesis se fue a su salón, ella es estudiante de negocios Internacionales. Eider y yo al nuestro, Arquitectura.
Siempre quise estudiar pedagogía y ser maestra, pero mis padres no me lo permitieron dijeron que eso no iba de acuerdo a nuestra clase social, vaya que para mí es una buena carrera pero aquí estoy, sacando mi libro e iniciando el penúltimo semestre de la carrera, tenía muchos planes al concluir.
El profesor ya había llegado y la clase iba a comenzar cuando tocaron la puerta.
—¿Puedo pasar profesor?—era Jaziel mis ojos se iluminaron al mirarlo.
Su cabello rubio que resalta de su piel y esos labios que me encantan, ese era mi novio.
Detrás de él venían Lorena y Daniella, mis amigas.
—¿Otra vez tarde? pasé inmediatamente— dijo molesto el profesor— ustedes también chicas.
Llegó la hora del descanso en cuanto pude saludé a mis amigas, Jaziel me pide que salgamos del salón, me miraba con seriedad. Nuestro noviazgo era más rutinario y teníamos que mantenerlo por los negocios de nuestras familias, así es, conveniencia.
Sin embargo yo le tenía un cariño especial.
Algo estaba mal.
Salí detrás de él, todos se quedaron dentro sin entender que pasaba.
—¿Y bien, pasa algo?— le dije con preocupación.
—¿Porqué Eider pasó por ti?, aquí tu novio soy yo y sabes que no lo tolero, pudiste haberme dicho que fuera a tu casa— estaba enojado.
—¿Qué carajos?, él es mi mejor amigo, no tiene nada de malo. no se va a ir de mi vida así que mejor acostúmbrate y ya debiste haberlo hecho desde que empezó está relación si es que se puede llamar así.
—¿Si es que se puede llamar así?
—Por dios Jaziel ¿No pudiste llamarme durante las vacaciones?
—¿Por eso estás molesta?
—Ni siquiera lo estaba.
—No hay que pelear, no ahora.
Me toma por la cintura y me da un beso corto y cálido en los labios, de esos a los que ya estaba acostumbrada. Regresamos tomados de la mano.
Eider me mira con confusión. Sólo espero que no haya escuchado nuestra tonta pelea, después de todo Jaziel es un celoso.
Nos sentamos haciendo un círculo con las butacas minutos después apareció Génesis traía jugos de frutas para todos y unas botanas nos mirábamos unos con otros sonriendo, era un buen reencuentro, durante las vacaciones no pudimos vernos todos tomamos rumbos diferentes, fueron las vacaciones más largas.
Alguien hablo por fin.
—¿Vendrán el fin de semana a mi casa?— dice Daniella.
—¿Qué habrá?— preguntó Eider curioso.
—¡Eider!—le di un codazo leve—era el cumpleaños de mi amiga.
—¿Lo olvidaste de nuevo imbécil? Dijo Danie riendo.
—Claro que no, solo jugaba mi buena amiga.
—Ahí estaremos—dice Jaziel.
—Por supuesto que vamos—dicen Génesis y Lorena al unísono.
—Será algo sencillo solo nosotros—dice Danie.
—lo que sea será bueno—dije pegando su cuerpo al mío, dándole un tierno abrazo.
[...]
Era el cumpleaños de Daniella.
Las chicas y yo quedamos de ir por un presente para ella, nos veríamos en la plaza. Génesis llegó conmigo pero Lorena jamás lo hizo. Nos había dejado plantadas así que, le compramos un hermoso vestido amarillo que encajaba perfecto con Danie y su excéntrica personalidad.
De salida vimos a Eider estaba afuera de su restaurante favorito, sentado en una banca de madera barnizada y en compañía una chica, Génesis se puso más roja de lo normal, parecía un tomate, estaba muerta del coraje, ella tenía mucho tiempo enamorada de Eider. Claro que él no lo sabía. Yo no era capaz de decírselo.
—¿Ya viste con quién está?, es una rubia—dice Génesis exaltada.
—¿Cuando le dirás lo que sientes por él?— pregunté.
—Jamás— dice desanimada.
—¡Génesis! Debes hacerlo.
Mejor relájate es solo una amiga estoy segura.
—¡La está besando Myrna! Dijo entre sollozos.
—Seguramente no es nada serio— tape su vista con una mano—no me ha hablado de la rubia y soy su mejor amiga ¿Lo recuerdas?— traté de calmarla.
—Lo mejor es que nos vayamos argumenté.
—Esta bien— suspiro.
Mi camioneta jepp estaba aparcada cerca, así que subimos de inmediato.
Génesis dice:
—Prima, ¿Tú crees que deba teñirme de rubia?
—¡¿Qué?! Estás loca— reí a carcajadas.
—No es gracioso.
—Si que lo es— no podía parar de reír.
Mi prima estaba obsesionada con Eider, fue en el jardín de niños cuando lo conocimos , los tres íbamos juntos. Ella me confesó un día que le gustaba pero desde entonces no sé atreve a confesar, creí que solo era un amor de la infancia pero hasta la fecha no lo supera. Y debo admitir que mi mejor amigo es un chico bastante apuesto, como 1.80 de altura, cabello negro, bastante blanco en cuanto a su tez pero sobre todo simpático.
Decidí ponerme una blusa roja con un escote pronunciado, muy pronunciado. Llegué a pensar que era demasiado pero ya es tarde y si buscaba otro atuendo Génesis se enojaría por mí tardanza, una vez más. Así que me peine con una coleta alta y cuando empecé a pintar mis labios alguien tocó en mi habitación.
—Toc-toc— la puerta de caoba soltó un rechinido.
—Adelante— quité el seguro de la puerta.
Era Jaziel.
—Te vez muy linda hoy mi cielo— dice y a su vez mirá mi escote con lujuria—Sabes... ese tono rojo carmín te queda fabuloso.
Cerró la puerta detrás de él y volvió el seguro.
—Gracias cariño tú igual estás muy guapo hoy.
Se acerca, me besa muy rápido y conduce su dedo índice por la línea que se forma entre mis senos.
—¡Ugh! ¿Bebiste cerveza?— le pregunté
—Tu papá me dió una— sonríe travieso—¿Ya estás lista?
—Sí, solo retoco el labial, si no lo hubieras despintado...—solte una carcajada.
El también rió. Me abraza por la cintura y logra tírame en la cama, el cosquilleo comenzó, era magnífico.
Metió sus delicadas manos por debajo de mi blusa, pude sentir su frialdad, subió hasta llegar a mi busto que masajeó logrando estremecerme de inmediato.
—¡Para!— le ordené.
—¿No te esta gustando?— cuestionó seguido de apretar mis pezones.
Me levante de la cama inmediatamente, ya no era lo mismo, no podría explicarlo pero no me sentía bien. Era una relación muy monótona.
Dos años juntos. Nuestros padres pensaban en casarnos para mejorar los bienes de las empresas, sinceramente lo pongo en duda de vez en cuando.
[...]
Nos fuimos a la fiesta de Danie, Jaziel se quedo un poco molesto por lo sucedido en mi habitación.
Aquí ya estaba Lorena junto con Eider.
Cenamos en el jardín junto a la alberca, bailamos mucho, cantamos a más no poder.
—¡Miren lo que tengo aquí!— gritó Daniella entusiasta.
Traía algunas botellas de vodka.
Eider puso una sonrisa de oreja a oreja.
A mí me gustaba la idea, los padres de Daniella nos dijeron que podíamos quedarnos y nos asignaron habitaciones ya que ellos harán un viaje de negocios.
—Bueno chicos, nosotros nos retiramos o perderemos el vuelo—dice la madre de Danie.
—Claro vayanse sin preocupaciones—les dice ella.
—¿Todo estará bien muchachos?— dice su madre.
—Seguro que sí— le respondí.
—diviértanse— dice por último su papá y se marchan.
—¿Quieren un poco?— dice Jaziel sacando del bolso de su pantalón unas pequeñas bolsas con polvo blanco.
—¿Cocaína?— pregunta Eider sorprendido al igual que yo, no supe cuando empezó a consumir ¿que hacía mi novio con eso?
Jaziel asiente.
—¿Podemos hablar un segundo?— le susurro al oído, pero me ignora.
—¡Pues al carajo! entonces..., claro que quiero— Mis amigos se asombran, yo jamás consumí y no tenía deseos de hacerlo pero estaba muy molesta y quería joderlo de alguna forma.
Lorena me hizo una lineas y las inhale completamente, acabamos con las botellas después trajeron otras es lo último que recuerdo antes de quedarme dormida.
Desperté, estaba demasiado ebria todavía y talvez drogada, lo primero que hago es querer levantarme pero me mareo de inmediato, me sentía muy agotada, fatigada y con somnolencia. Toco mi pecho, la disminución cardíaca es evidente y apenas pasa el aire por mis pulmones.
¿Porqué no tuve el dichoso bajón al consumir ambas sustancias?, Quizás por ser mi primera vez.
Me levanté como pude, apenas podía sostenerme de pie pero lo logré y fue hay dónde me di cuenta qué el jardín estaba hecho un desastre, mis amigos habían desaparecido, veía un poco borroso. Al cabo de parpadear mi vista se aclaró...
En ese momento volteé por todas partes, ví a Daniella recostada a un costado de la piscina, súper borracha. En la mano tenía una botella de vodka vacía.
Busqué mi celular en las bolsas traseras de mis jeans y lo hallé, así que empece a grabar, la risa brotaba de mí sin saber porque, eran los efectos del alcohol y muy probablemente la droga.
Postré mi vista en el jardín nuevamente, del otro lado había un mueble de jardín y debajo reconocí los chinos de Génesis quién igual estaba dormida.
Pero aún no sabía dónde estaba Eider, Lorena y por supuesto Jaziel.
Una luz provenía de la entrada que daba a la cocina, caminé hasta allá, me tropecé algunas veces pero tenía la esperanza de que fuera Eider quería poder reír con él de todo esto.
Al fin llegué a la puerta.
La luz seguía encendida.
En la entrada tropecé con el marco de la puerta, caí al suelo, mi vista se nublo de nuevo, ahora veía borroso, muy borroso. Estaba mareada, el efecto del alcohol inunda mi ser, solamente podía reconocer las sombras de los muebles. Levanté la cara y pude captar una imagen, eran dos personas besándose, pero no podía distinguir sus rostros, de pronto una voz apareció y las dos personas que se besaban notaron mi presencia.
Las tres personas gritaban cosas pero yo no podía entender, ya no supe más.
Al día siguiente...
Abrí los ojos lentamente, me explotaba la cabeza.
Estaba acostada en el sofá de la sala de Danie, en el sofá de alado estaba Eider sentado ya despierto, lo examiné con la mirada.
Todo se veía muy limpio y bien acomodado.
Eider tenía una expresión de preocupación en el rostro.
—¿Qué fue exactamente lo que pasó ayer?— le pregunte al mismo tiempo que tallaba mis ojos.
—Lo mismo que en todas nuestras reuniones Myr, bebimos de más— respondió.
—No, es que yo recuerdo que estaba en el jardín entonces...—me interrumpió.
—Porque mejor no vamos a desayunar con las chicas ya tendremos tiempo para hablar de aquello— dijo un tanto nervioso.
—Está bien, muero de hambre y tengo resaca— le respondí—¿Jaziel dónde está?
—Ya debe estar con ellas, anda vamos— caminó en direción al comedor, yo lo seguí.
—Buenos días— gritó Génesis.
—Baja el tono, me revienta la cabeza— dice Lorena con fastidio.
—¿Cómo la pasaron ayer?—preguntó Daniella.
—Bastante bien ¿Cierto Jaziel?— dijo Eider.
—Así es— le responde un tanto disgustado.
Yo no entendía nada.
Desayunamos en silencio. Me despedí de los chicos, Génesis hizo lo mismo.
Eider nos llevaría a casa. Jaziel no dijo ni una palabra, así que nos marchamos.
—Hasta luego Eider, gracias por traernos—dijo Gene y bajo del auto.
— ¿Quieres pasar?,Tenemos una plática pendiente— le dije a Eider.
—No. Tendrá que ser otro día, ahora tengo que irme, mi madre debe estar furiosa, no le avisé que no llegaría a casa ayer— explicó.
— Es verdad, yo tampoco lo hice—lo abrace y correspondio, olía a vodka combinado con su típica loción.—Bajé del auto y entré a mi casa. Para mí buena fortuna mis padres no estaban, que digo, eran unos padres ausentes.
Me recosté pensando en lo ocurrido y fue cuando recordé.
No era un sueño, yo estaba ebria, entré a la cocina vi como dos personas que aún no identifico se besaban y luego la tercera persona. Pero ya no recuerdo más...
¿Quienes eran?
¿Porqué se besaban aparentemente a escondidas?
¿Quien era la tercera persona?
Todos se notaban raros en el desayuno ¿Me escondían algo?
¡El celular! había grabado todo de eso estaba segura.
Lo encontré pero solo había algunos vídeos de Daniella y Génesis dormidas en aquel jardín. Entonces solo podía haber sido...¡Exacto! Eider tenía una relación con Lorena a escondidas
Por eso actuó de esa forma. La tercera persona que aparecía en escena era Jaziel, quien los descubrió mientras las otras y yo estábamos más que ebrias, esto solo me había causado risa parecía detective investigando un caso criminal.
[...]
Era tarde noche
Ya habían pasado dos semanas desde la reunión en casa de Daniella, nadie tocaba el tema.Yo preferí no hacerlo.
Mi celular comenzó a vibrar era Jaziel.
—Estoy afuera de tu casa, ¿puedes salir?— dijo al otro lado de la línea.
No le respondí, baje corriendo.
Efectivamente estaba del otro lado de la acera recargado en su chevrolet. Camine hasta el, olía a chocolate, sus labios estaban tintados de rosa pálido. repentinamente me besó y volví a ese lugar cálido donde ya había estado pero no recordaba, era muy buen besador de los mejores diría yo.
— Súbete—me ordenó.
Subí a la camioneta. Condujo un buen rato y al fin llegamos, era la hacienda de sus padres ubicada a las afueras de la ciudad.
Estaba muy oscuro, me tomo de la mano. Mi chico me hacía sentir segura pero realmente era una escena escalofriante la puerta principal estaba cubierta de Polvo y tenía unas cuantas arañas
Entramos, prendió la luz y todo estaba perfecto, los muebles caros y las cortinas blancas.
—Te traje aquí porque quiero hablar contigo— soltó.
—¿Así?, ¿de qué?—le pregunté ansiosa.
—Bueno—suspira—yo sé que últimamente las cosas no han salido bien, nos hemos distanciado pero realmente quiero arreglarlo.
Yo te amo...—dijo pero yo lo interrumpí
—Ha sido la culpa de ambos, también te amo lo sabes.
— Sólo quiero que estés conmigo.
Si tuviera que elegir entre miles de chicas, mil veces serías tú.
Así es, me creí el cuento.
Mis brazos me pedían a gritos un abrazo suyo, así que se los concedí.
tomo con su pulgar izquierdo mi mejilla con tanta delicadeza que era demasiado, se acercó tanto hasta que pego sus labios contra los míos moviéndolos lentamente como la manecillas del reloj, era exquisito. Su lengua toco mi labio inferior lentamente y sus manos bajaron a mi cintura.
Subí mi mano izquierda a su cabello rubio y lo jale un poco, a él le encantaba que hiciese eso.
Hace tiempo que no lo disfrutaba así, lo necesitaba tanto, tanto.
Quería parar pero mi cuerpo me exigía más, supongo que no pasaba lo mismo con él porque se detuvo me molestó un poco pero no se lo dije.
La mañana siguiente despertamos allí.
Me gire hacia la derecha donde estaba él, durmiendo tiernamente entre las sábanas color marrón, sus pestañas largas caían sobre sus mejillas rosadas me levanté sin despertarlo.
La alcoba estaba impecable tenía pinta de un hotel cinco estrellas, las cortinas bien acomodadas y los muebles relucientes.
Me dí una ducha, cuando salí del baño estaba sentado en la esquina de la cama sin playera. Era casi excitante mirar su torso desnudo, le encantaba pasar horas en el gimnasio.
Salimos al jardín y nos sentamos en la mesita. Disfrutamos el bello paisaje acompañado de un cielo azul celeste, el sol radiante y unas flores amarillas que sobresalían de los demás arbustos. Desayunamos fruta de temporada picada en cubitos pequeños, yogurth y jugo.
—Te llevaré a ver las caballerizas—me dijo.
—Que maravillosa idea.
Decidimos montar a caballo. Escogí un alazán precioso y él una yegua pinta. Eran muy mansos ambos pues estaban bien adiestrados, fuimos a dar un paseo, hablamos de una y mil locuras.
El camino estaba lleno de piedras y árboles gigantes de muchísima antigüedad, casas grandes de gente adinerada y hacendados muy importantes.
Era una zona muy bonita, me encantaría vivir aquí.
Un estruendoso sonido desconcentro a Jaziel, era su teléfono.
Perdió la vista del camino y la yegua el control. Estaba en el piso, bajé de inmediato como pude y lo auxilie.
—¿Te encuentras bien?
— Sí tranquila, creo que tengo un raspón en el brazo.
—Vamos te curaré—llega con peón por el animal y yo recojo el teléfono.
Presiono el botón y la pantalla estrellada aún enciende. Dejándome ver...
Adam (10 mensajes)
—¿Qué mierda le hiciste a Dayana?
—¡Maldito hijo de puta!
Dejo de husmear porque no me gusta entrometerme pero sin duda me preocupa. «Adam...mi mente viaja a un lugar indescriptible»
—¿Quién era cielo?
—Adam—siento un vacío en el pecho al pronunciar su nombre—dice algo sobre Dayana.
—Ese imbécil no hace más que joder, desde que lo dejaste por mí...me odia.
—¿Desde que lo dejé?—lo miro enojada—nunca tuvimos algo en concreto y tú sabes las circunstancias.
Se queda callado... A veces me arrepiento.
Al llegar nuevamente a la hacienda observé la camioneta de sus padres al igual que el auto de una de sus hermanas.
—¿Porqué no me dijiste que vendrían tus padres?— cuestioné de inmediato.
—No lo sabía, estarán felices de verte mamá dice que ya no la visitas.
—Seguro que sí—digo con poco ánimo.
—¡Muchachos, qué bueno que están aquí!
¿Cómo estás querida?—me dice su madre.
—Bien señora, me alegra verla— en realidad no me agradaba.
—Cocinaré algo para ustedes— su rostro irradiaba felicidad. Amaba y consentía muchísimo a Jaziel por ser el único varón, futuro heredero de todos sus bienes y por consecuencia digamos que me aceptaba, suele decir "eres la mejor opción para mí hijo" como si yo fuera un objeto fácil de adquirir sin relevancia y en posición de que alguien me escoja sin oportunidad de elegir por mí misma, suelen ser imprudentes y hacer comentarios de muy mal gusto.
—¡Oh! no madre, pensábamos marcharnos dentro de poco.
—Pero cariño—dijo en tono meloso—deberían quedarse a comer, haré el estofado de res a la colombiana que tanto te gusta.
—Bien madre, tienes un poder de convencimiento increíble— le sonrió.
—La ayudaré a cocinar—me ofrecí.
Hice todo lo que su madre me pidió.
Nos sentamos en el comedor.
—¿Cuando piensan casarse?- preguntó abruptamente su padre.
Me atragante con la comida.
No quería tocar ese tema por ahora
Jaziel me miró con desaprobación, estaba muy apenada.
—Hablemos de eso después padre— respondió.
Terminamos de comer.
Más tarde regresamos, me dejó en el portón de acceso a mi casa y entré.
[...]
Desperté temprano como de costumbre, me puse la ropa que había elegido un día antes, era una falda de color blanco y un crop top de color verde, recogí mi cabello, me maquille un poco tratando de ser natural.
Bajé las escaleras y escuché un ruido en el comedor, era Eider. Siempre llegando en las mañanas a desayunar.
Me asomé, tenía un bote entre las manos.
Estaba comiendo las galletas de mantequilla qué hace mi madre.
—¡Te vez patético!— le digo.
—¡Wow! Myrna—dijo y quedo boquiabierto.
—¿Qué pasa me veo mal?—dije algo nerviosa.
—Te vez perfecta...— respondió.
—Gracias —suspiré con alivio—
Vámonos, ¡Ya deja de comer!
—Ve a buscar tus cosas.
—Está bien, tú sigue desayunando que no tienes control—expresé con burla.
Me arrojó una galleta y salí corriendo mientras me reía a carcajadas.
Íbamos camino a la universidad y recién recibí un mensaje de Daniella dónde decía:
—Estaremos en la biblioteca vengan en cuanto puedan
En la entrada de la facultad estaba ella, fui a saludarla.
—Danie, ¿Dónde están Lorena y Jaziel?—pregunté.
—En la biblioteca, tenemos que estudiar, andando— respondió.
Era una semana de evaluaciones llena de exámenes, exposiciones y proyectos. Imposible pasar las materias sin estudiar un poco.
Entramos a la biblioteca, sólo había estado aquí un par de veces jamás la había recorrido toda pues era muy grande.
Tenía un aspecto misterioso por la cantidad de pasillos conteniendo miles de libros de todo tipo, color, tamaño y de cualquier tema.
Lorena y Jaziel no estaban en la mesa que anteriormente indicó Daniella.
Ella dijo:
—Han desaparecido, quizás han ido por algún libro.
—Si eso creo— respondió Eider.
—Estoy sedienta— dijo Génesis.
—Te traeré algo de beber, ¿Qué quieres?— le preguntó Eider?
—Agua de Jamaica, por favor— dijo sonrojada por el ofrecimiento.
—¿Ustedes quieren algo?
—Una malteada de fresa no estaría nada mal— dijo Danie
—Yo quiero un jugo de Naranja, toma...quise darle dinero pero no lo acepto.
—Déjalo así, esta vez yo invito— sonrió abiertamente y se marchó.
—Bien chicas buscare la enciclopedia que necesitamos.
—¿Quieres que te acompañe?—pregunta mi prima.
—No te molestes, iré yo sola.
Me adentre en los pasillos repletos de libros, estaba buscando una sección pero parece que se escondía de mí.
No la hallaba por ninguna parte, quise regresar y solicitar la ayuda de Génesis que no debí haber rechazado.
pero no sabía cómo, al parecer estaba pérdida.
Ví a un chico y decidí preguntarle:
— Ehh hola...disculpa, ¿Sabes en dónde está la entrada?, creo que me perdí—Me ánimo a preguntar pero estaba súper apenada, jamás hablo con alguien que éste fuera de mi círculo social.
—Hola, no estás muy lejos te podría llevar pero en realidad estoy un poco ocupado,el asistente del bibliotecario te puede guiar tal vez esté en su oficina toca en esas puertas de madera—hablo muy rápido.
—Muchas gracias eso haré.
Toqué en una de las puertas pero nadie respondió, así que me dirigí a la de un costado he hice lo mismo. Pude escuchar que algo se caía allí dentro así que gire la perilla y la puerta se abrió.
¡Oh por dios! Habría preferido no hacerlo.
—¡Maldita sea, maldita sea!—Grité con una loca.
Estaban cogiendo en la puta biblioteca
Ella estaba sentada a horcajas en él, tenía la falda levantada, sus bragas tiradas en el piso e incluso pude ver cómo la penetraba.
Las lágrimas comenzaron a escurrir en cada una de mis mejillas
—¡Myrna espera, no es lo que estás pensando!— gritó Jaziel.
Salí corriendo, no podía detenerme, no ahora.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play