Después de aquella última batalla dónde el mundo se había restaurado por completo la gran familia de seres mágicos se había reunido para tocar un tema bastante importante, ya que se trataría el tema del futuro de la integrante más pequeña de la familia la pequeña Gabriela hija de Belfegor y Liz.
—¿Belfegor estás seguro de que alejarse de la familia es la mejor opción?
Pregunto Celín al esposo de su hija no lo veía como el temible demonio que era si no como el hombre responsable de la vida de su hija y de su pequeña nieta, ella pensaba que su decisión era bastante extrema y que tal vez no era lo mejor para Gabriela, ya que a pesar de que no había mostrado ningún indicio de poder mágico después de la última pelea creía que ella estaría más protegida por todos ellos si se mantenían unidos como la gran familia que eran, por otro lado el crecimiento de Gabriela se había detenido instantáneamente y ella parecía una niña normal de cinco o seis años con una belleza excepcional que atraía las mirada de cualquiera pues no era para nada normal ella diría que era una belleza única parecía un pequeño ángel caído del cielo. Pensaba Celín mientras esperaba la respuesta de Belfegor y sostenía a Gabriela entre sus brazos, la verdad era que no quería separarse de ella a pesar de que no tenían linea de sangre Celín amaba a Liz como si la hubiese parido y a la pequeña Gabriela aún más, pero sabía que esa decisión estaba fuera de sus manos.
—Celín sé que les duele tener que separarse de Liz y de su nieta, pero quiero que me entiendan creo que mi hija merece tener la oportunidad de crecer y vivir una vida que ninguno de nosotros ha tenido, ella merece tener una infancia tranquila después de todo lo que pasó en la última pelea.
¡Ella pudo perder a su madre para siempre y las pude perder a las dos!
Si nos quedamos aquí estoy seguro de que será un cuento de nunca acabar, por el simple hecho de ser quienes somos atraemos el mal y quiero darles la oportunidad a mi esposa y a mi hija de vivir aunque sea por un tiempo una vida tranquila para que se disfruten la una a la otra y aunque no puedan recuperar los años perdido si puedo hacer que el resto de su tiempo juntas valga mil veces más la pena.
Ya veremos con el tiempo que sucede tal vez con el pasar de los años los poderes de Gabriela despierten o tal vez no, pero si eso llegará a suceder no dudaré ni un segundo en regresar a casa.
Belfegor tiene razón madre después de todo ustedes pueden venir a visitarnos cuando quieran, dijo Liz apoyando la decisión de su amado esposo nadie más que ella quería que su hija tuviera una vida pacífica y lo más normal posible y al estar rodeada de todos ellos que eran vampiros y hombres lobo y brujas y sin mencionar a la reina demonio, sabía que Gabriela sé sentiría excluida y ella mejor que nadie sabía lo que se sentía el no encajar con todos ellos y no quería que su hija pasará por lo mismo y no poder explicarle el porque ella es tan diferente a los demás pues no sabían si en algún momento Gabriela tendría algún poder.
Liz era consciente de qué en cualquier momento los poderes de Gabriela podían despertar así como sucedió con ella, pero no veía la necesidad de presionarla, además no estarían solas, ya que su padre es el poderoso Belfegor y quién se atrevería a acercarse a ella sin pensarlo dos veces.
Pensaba Liz mientras observaba a sus padres y a todos los que estaban reunidos en aquella junta familiar dónde la gran mayoría apoyaba la decisión de Belfegor, ya que todos ellos en algún momento de su larga existencia habían deseado tener la vida de un simple mortal.
Después de esa tarde Belfegor y Liz se marcharon en compañía de Amoymon y Nibirus los fieles amigos de Belfegor y los protectores de Liz y ahora de la pequeña Gabriela.
Su viaje fue nocturno para evitar llamar la atención de cualquier extraño y también para que la pequeña Gabriela pudiera dormir durante el viaje pues este sería un viaje tradicional por avión para dar inicio a su nueva vida como simples humanos y para que Gabriela se fuera acostumbrando al ritmo de vida de una persona normal con el tráfico y los transeúntes de una vida cotidiana, ya que se olvidaría de los portales mágicos y viajes en el espacio tiempo al menos por el momento hasta que ella desarrollará sus poderes y si no fuese así entonces hablarían con ella de lo que son en verdad sus padres, pero por el momento sería su más grande secreto.
Nibirus se había encargado de la compra de la pequeña casona en la cual vivirían en las orillas de Washington era un lugar tranquilo con las comodidades cotidianas para los humanos, además Amoymon se había encargado de rastrear el lugar para verificar que no hubiera ningún ser sobrenatural de ninguna índole que pudiera perturbar la tranquilidad de la pequeña Gabriela.
Al llegar se instalaron en su nuevo hogar el cual ya estaba amueblado cortesía de Amoymon, él le había tomado un cariño muy grande a la pequeña Gabriela y le juró que no permitiría que nada malo le volvería a ocurrir, mientras él estuviera con vida.
Liz se encargó de adoptar su papel de madre en toda la extensión de la palabra así que apuntó a Gabriela al colegio para qué comenzará a socializar con niños de su edad, todas las tardes solían llevarla al parque para qué disfrutará de su niñez y de los atardeceres en familia y Belfegor le hacía ver los maravillosa que era la vida de todo ser vivo y de lo maravillosa que era la creación del todopoderoso.
Belfegor le inculcó a su hija el amor y el respeto a cualquier ser vivo y a disfrutar de los colores de las flores y sus aromas, del sonido de los árboles que se decían con el viento y que parecían susurrarle sus secretos al oído.
La pequeña Gabriela aprendió muchas cosas al lado de su padre incluso le enseño a hablar con él ser supremo todas las noches.
Liz amaba ese lado de Belfegor sabía que había escogido al mejor padre del mundo.
Los días pasaron con tranquilidad y armonía, la pequeña Gabriela fue creciendo a los ojos de sus padres el tiempo pasó volando Belfegor no podía quedarse en casa con las manos cruzadas así que abrió un pequeño negocio de vienes raíces un negocio nada ostentoso para no llamar la atención de nadie peligroso, pero también para poder justificar sus bienes económicos ya que su estatus económico era de un nivel intermedio.
Liz disfrutaba de su maternidad viendo crecer a su pequeña Gabriela la cual la sorprendía cada día con su inteligencia y belleza además de lo tierna y amable que era con todo el mundo y todo el tiempo le hacían saber lo mucho que la amaban, no perdían la oportunidad de llenarla de abrazos y besos como si fuera el último día de sus vidas. Al haberse saltado esos años desde que nació hasta ahora tenían la necesidad de disfrutar cada segundo a su lado.
Amoymon y Nibirus nunca se separaban de ella pues su encomienda era monitorear veinticuatro siete a todo el mundo que se acercaba a ella.
Los años pasaron y con tanta calma y Liz junto con Belfegor vieron crecer a su hermosa hija la cual había hecho una gran amistad con Amelia una niñita que conoció en el colegio y se volvieron inseparables, con el paso del tiempo Amelia adoptó una personalidad un poco oscura después de la muerte de su padre y se refugió en la amistad que tenía con Gabriela.
El tema de los seres mágicos y poderosos había quedado atrás pues estaba prohibido tocar ese tema en casa, ya que no querían que Gabriela se interesará en esos temas al menos no por ahora.
Ella estaba por cumplir quince años y su cuerpo se había desarrollado bastante para una chica de su edad dejando ver a una hermosa señorita con un cuerpo perfecto que no correspondía a su edad, esto llamó la atención de Liz y la llevo con su pediatra de cabecera Patricia era una mujer de mediana edad la cual se había encargado de Gabriela desde que llegaron a Washington.
No tienes nada de que preocuparte Liz los estudios que le hicimos a Gabriela salieron perfectamente así que digamos que fue bendecida con ese cuerpo perfecto que muchas mujeres envidiarán en su momento ja, ja, ja.
Sonrió Patricia, al pensar cuántas mujeres incluso ella se tenían que matar horas en el gimnasio y haciendo dietas de muerte para mantener un cuerpo tonificado y la pequeña Gabriela sin ningún esfuerzo tenía las medidas perfectas desde su adolescencia además de ser tan hermosa.
—¡Ella es perfecta!
Exclamó la pediatra, y bien ya le ha llegado su periodo?
Pregunto para anotarlo en el expediente de Gabriela.
No, aún no respondió Liz un poco preocupada por ese tema, ya que se le hacía que eso debió pasar unos años atrás.
—¡No te preocupes!
Eso es normal no todas las mujeres tienen su menstruación a la misma edad eso suele variar de acuerdo al organismo de cada una así que no te preocupes.
Liz salió del consultorio en compañía de Gabriela y no pudo evitar ver lo hermosa que era su hija para su edad además de ser muy bella era muy tierna y amable con todo el mundo pues no había maldad en ella, ya que en su entorno todo era amor y armonía.
Durante esos años de escuela Gabriela se había reforzado su amistad con Amelia una jovencita bastante introvertida después de la muerte de su padre Amelia había adoptado una apariencia dark, su aura era bastante oscura a diferencia de Gabriela que iluminaba cualquier lugar dónde hacía acto de presencia.
Eran como el Yin y el Yang decían sus compañeros de grupo, ambas chicas solían tener largas pláticas por celular de lo que querían ser cuando fueran adultas, Amelia quería adentrarse en el mundo del ocultismo y la brujería pues en los suburbios dónde había crecido se hablaba de leyendas de brujas poderosas era la primera vez que se atrevía a tocar el tema tan abiertamente con Gabi como todos la llamaban de cariño en el colegio.
—¡Estás loca Amelia eso no existe!
Exclamó Gabriela con un gesto de asombro por el comentario de Amelia.
—¡Nada pierdo con averiguar!
Respondió Amelia guiñando un ojo a Gabriela.
¿Acaso tus abuelos nunca te contaron historias de terror Gabriela?
Mi abuela lo hacía todo el tiempo antes de morir dijo Amelia por teléfono, de hecho hasta me regaló un tablero de ouija.
...—Mientes Amelia, no puedo creer que tu abuela haya sido de ese tipo de personas que creía en esas cosas, ella era muy tierna....
Te juro que es verdad Gabi es más cuando quieras puedes venir a mi casa para que veas que no es mentira, mi abuela decía que sus antepasados eran personas con dones especiales.
Gabriela escuchaba anonadada lo que Amelia le decía por teléfono pues nunca en su vida había escuchado hablar de algo similar, por supuesto que había visto muchas películas de terror, ya que le llamaba mucho la atención el tema de los vampiros y hombres lobo que veía en sus peliculas favoritas, pero como era de esperarse sus padres siempre le dijeron que eso no existía y así creció creyendo que solo eran cuentos para asustar a los niños pequeños, pero como toda adolescente se llenó de curiosidad por ver aquel artefacto del cual hablaba su mejor amiga.
Gabriela sabía que sus padres no le negarían el permiso si les pedía que la dejarán ir a casa de Amelia a pasar la noche.
Papá Amelia me ha invitado a pasar la noche en su casa me das permiso?
¡Di que si por favor!
Suplico Gabriela con los ojos entrecerrados para convencer a su padre, sabía que no le negarían el permiso, pero le gustaba que su padre la mimara.
—¿Ya le pediste permiso a tu mamá mi amor?
Respondió Belfegor al ver la tierna carita de su hermosa hija mira que no me quiero meter en problemas con ella.
No papá aún no, quería que tú me ayudarás con eso ya sabes que a mi mamá no le gusta que duerma fuera de casa, pero voy a estar en casa de Amelia todos en casa conocen a Amelia y su mamá.
Muy bien vamos, dijo Belfegor mientras salía de su despacho en compañía de Gabriela la cual se colgaba del brazo de su apuesto padre para ir en busca de Liz la cual estaba preparando las cosas para la cena.
Liz se había metido tanto en su papel de ama de casa que disfrutaba de hacer sus labores domésticas como una esposa normal y le gustaba consentir a su familia con deliciosas comidas y postres y los más felices por esos detalles eran Amoymon y Nibirus los cuales quedaban satisfechos con las delicias que Liz preparaba.
—Liz si sigues preparando esos postres tan deliciosos Nibirus va a perder su esbelta figura que se esmera en conservar haciendo ejercicio toda la noche después de cenar en casa.
Ja, ja, ja.
Amoymon sé carcajeo por lo bajo al exhibir el secreto de su mejor amigo.
¡Eso es verdad!
No sabía que mis postres te estaban afectando tanto Nibirus respondió Liz al ver que Nibirus se había sonrojado, pero no dejaba de comer del pay de limón que Liz había preparado ese día.
No le hagas caso Liz, Amoymon se muere de envidia porque él ha tenido que cambiar de talla de pantalón por negarse a hacer ejercicio conmigo y no creas que es por falta de ganas más bien le da pena reconocer que cuando va al gimnasio se paraliza cada vez que se topa de frente con la madre de Amelia.
—!¿Qué?!
Exclamó Gabriela en un pequeño grito al escuchar lo que Nibirus había dicho.
¡¿Eso es verdad tío Amoymon?!
¿En verdad te gusta la madre de Amelia?
Es muy guapa no lo voy a negar respondió Gabriela con una pícara sonrisa al ver que Amoymon asentía con la cabeza a sus preguntas.
! Señorita es de mala educación entrometerse en una plática de adultos!
Exclamó Liz para darle un respiro a Amoymon el cual no podía evitar ruborizarse delante de todos, pues sabía que a pesar de ser unos temibles demonios ellos en el fondo de su ser anhelaban encontrar el amor de una mujer.
¡Lo siento mami!
Belfegor sonreía al ver que su amigo por fin mostraba interés en una mujer, después de lo que había pasado con Liz, esos dos se negaban a separarse de Liz y de Gabriela por miedo a que les ocurriera algo si ellos no estaban cerca, pero se limitó a escuchar sin hacer ningún comentario, ya que esperaba que Amoymon le contará lo que estaba pasando cuando estuviera listo.
Él siempre había respetado la vida privada de sus amigos así que le daría su espacio hasta que se animará a hablar del tema.
Bueno, bueno vayamos al grano señorita dijo Belfegor.
Mi amor Gabriela me ha pedido permiso de ir a dormir está noche a casa de Amelia y le he dicho que sí, ¿tú qué opinas?
Liz aprovecha esa oportunidad para que Amoymon viera a la madre de Amelia aunque fuera por un momento solamente.
Me parece bien mi amor, Amoymon puede llevarla si no tienes ningún inconveniente en ello?
Pregunto Liz mirando a Amoymon fijamente, esperaba que él se animará a hablar con la madre de Amelia y no sé talvez puedan llegar algo más pensaba en sus adentros mientras esperaba la respuesta del nervioso Amoymon.
¿Por supuesto que no tiene inconveniente, él estará feliz de llevarla verdad, amigo?
Dijo Nibirus con una ligera sonrisa en su rostro, yo la llevaría, pero tengo un asunto pendiente que atender así que con su permiso familia, está noche no podré acompañarlos a cenar se despidió dándole un beso en la mejilla a Liz y a Gabriela.
Por supuesto que si princesa bien sabes que yo te acompañaría al fin del mundo si es necesario, respondió y le dio un beso en la frente a Gabriela, tú me dices cuando estés lista para irnos.
Claro que sí tío en unos minutos nos vamos iré a preparar mis cosas para irnos, gracias mamita te amo.
Dijo Gabriela y le dio un beso en la mejilla a Liz la cual sonreía al ver a su hija tan entusiasmada.
Yo iré a arreglar el auto, le dicen a Gabriela que la esperó afuera, dijo Amoymon y salió de la cocina.
Belfegor no le quitaba la mirada de encima a su hermosa esposa la cual vestía unos jeans que se adherían a su delgado cuerpo, creo que está noche seremos solo tú y yo mi amor.
Dijo mientras rodeaba la cintura de Liz y besaba su cuello era tan agradable perderse en su aroma y darse cuenta de que era como la primera vez que la vio su emparejamiento fue instantáneo y para toda la eternidad.
Te amo Liz hasta el fin del mundo, le susurró al oído mientras mordía el lóbulo de su oreja intentando despertar su sexualidad en ese instante.
¡Señor Belfegor aún está su hija en casa, podría esperar un momento por favor!
Exclamó Liz al ver el rumbo que tomaría esa noche y le dio un apasionado beso en los labios para después separarse de él al escuchar que Gabriela bajaba corriendo por las escaleras.
Estoy lista mamá y el tío Amoymon?
Te está esperando afuera mi amor respondió Belfegor mientras tomaba la mochila de su hija para acompañarla al auto de Amoymon sabía que él no podía estar cuidando de Gabriela para no hacerla sentir vigilada, pero sus tíos como ella los llamaba si podían y lo hacían todo el tiempo sin que ella se diera cuenta, pero ahora la madre de Amelia sería el pretexto perfecto para la cercanía de Amoymon al lugar.
No era que desconfiara de Amelia, pero prefería estar siempre seguro de que su hija no corría ningún peligro.
Antes de que Gabriela entrará al auto Liz le dio un abrazo y un beso dé las buenas noches te amo mi amor no vayan a hacer travesuras no quiero que la madre de Amelia me de quejas de ustedes dos señoritas.
No te preocupes mami, está noche veremos películas de terror.
Liz puso los ojos en blanco al ver que a su hija le encantaban las historias de terror y todo lo que tuviera que ver con apuestos vampiros y hombres lobo.
Cuántas veces tengo que decirte que eso no existe Gabriela.
Ja, ja, ja los sé mamá, pero me encantaría conocer un vampiro como Brad Pitt o Tom Cruz son tan guapos, verdad dijo Gabriela con una sonrisa en los labios y se subió al auto a toda prisa para evitar ver la mirada de su padre el cual se ponía celoso cuando hablaba de aquellos hombres los cuales decía eran muy viejos para niñas de su edad.
Con cuidado Amoymon cualquier cosa me avisas, estaré al pendiente.
No te preocupes la casa de Amelia no está tan lejos y yo estaré ahí en todo momento.
El auto se alejó dejando atrás a Liz y a Belfegor los cuales por alguna extraña razón estaban un poco inquietos y Belfegor se dio cuenta de que Liz se sentía de la misma forma que él y la abrazo para tratar de calmarla, solo va con Amelia no hay de que preocuparnos mi amor ella va a estar bien.
Lo sé mi amor es solo que me da miedo estar lejos de ella más en estos momentos en los que no sabemos si puede despertar algún poder en cualquier momento y ella no va a saber qué hacer.
Por el momento sabemos que está segura en la casa de Amelia, ya que Amoymon se va a asegurar de permanecer en el lugar todo el tiempo así que vayamos a adentro y tenemos cualquier cosa estaremos atentos.
Liz aceptó y al entrar en la casa un extrañó olor inundaba el lugar y ella podía percibirlo muy bien al tener el olfato muy sensible.
¡Hay alguien dentro de la casa!
Dijo en voz baja para poner al tanto a Belfegor el cual estaba atento a todo pues el aroma no era para nada conocido.
En cuanto cerraron la puerta su apariencia demoníaca salió a relucir a pesar de que hacía tantos años que no se había transformado no perdía el toque.
Al verlo reaccionar así Liz sabía que había problemas y daba gracias a Dios de que su hija estuviera lejos de casa en esos momentos de lo contrario como iban a explicarle tal situación si durante todos esos años le habían dicho que esas cosas no existían.
Belfegor en su forma demoníaca echo un vistazo en toda la casa y no encontró a nadie, ¿cómo era posible que hayan entrado en su hogar sin ser vistos?.
¿Quién demonios se había atrevido a invadir su hogar, el hogar de su hija?.
¡Maldita sea!
Recorrió una a una cada habitación para verificar que no faltará nada o de lo contrario que no hayan dejado ninguna sorpresa en el lugar, pero no encontró nada fuera de su lugar, pero al entrar a la habitación de Gabriela encontró toda su ropa fuera del closet y lo que lo puso furioso al punto de la rabia fue el ver que se trataba de pura ropa interior de su hija.
Liz sabía que Gabriela no había sido, ya que le había inculcado el tener mucho cuidado con la ropa íntima al estar rodeadas de hombres.
¡Gabriela no hizo esto Bel!
¿Quién fue el maldito enfermo que hizo esto?
No te preocupes mi amor voy a encontrar al causante de esta abominación.
Si perder tiempo Belfegor ya estaba llamando a Amoymon para ponerlo sobre aviso y que estuviera al pendiente del más mínimo detalle en la casa de Amalia.
A Liz se le vinieron mil cosas a la mente, que hubiera pasado si Gabriela hubiese estado en su habitación, quién sabe de ella.
Marco el número de Celín para contarle todo lo que acababa de ocurrir en su casa no quería que los tomarán por sorpresa nuevamente.
Nibirus apareció de la nada en medio de la habitación al sentir el llamado de Belfegor, solo en su forma demoníaca podía comunicarse de aquella forma con ellos.
¿Qué demonios está pasando Gabriela puede vernos?
Dijo Nibirus al ver que estaban en la habitación de Gabriela, el rostro de Belfegor lo dijo todo y al ver la ropa interior que estaba dispersa por toda la habitación pensó lo peor.
¿Dónde está?
Ella está bien respondió Belfegor, está con Amoymon gracias a Dios ella estaba fuera de casa cuando ocurrió esto.
¿Sabes quién pudo haber hecho esto?. No logro reconocer este hedor que dejo en mi hogar.
No, pero enseguida iré a buscar a quien le pertenece este aroma.
¿Nibirus, cuál era ese pendiente tan importante que tenías?.
Interrogó Liz después de colgar la llamada con Celín su madre.
Belfegor miró atento a Liz pues había pasado por alto aquel detalle.
Fuí a verificar un rumor que circula por todo el país, va a ver una fiesta por el cumpleaños de uno de los grandes y poderosos jeques de Dubai y adivina resulta que son de un linaje de vampiros muy poderosos además de ser los dueños de Dubai por mencionar algunos de los países de los cuales están bajo su dominio.
¿Y qué demonios tenemos nosotros que ver con esa fiesta?
No es la fiesta Liz si no los requisitos que piden para asistir a dicho evento, respondió Nibirus dejando intrigados a Belfegor y a Liz.
¿De qué estás hablando Nibirus?
Nosotros no tenemos nada que ver con esa dichosa fiesta en este lugar nadie nos conoce, hemos tratado de pasar desapercibidos ante todo el mundo, dijo Liz un poco exaltada al darse cuenta de que una vez más empezaban los problemas y no le preocupaba su seguridad personal era más bien por la de su hija la cual hasta el día de hoy no tenía trazas de tener algún poder y eso la ponía bastante tensa.
Era demasiado hermoso para ser verdad, al menos esos años que habían pasado en total calma la habían hecho disfrutar a su pequeña Gabriela al máximo y que decir de su pequeña familia conformada por Belfegor, Amoymon y Nibirus.
¿Por qué siempre tenían que ser ellos los que sacrificarán su tranquilidad?
Se preguntaba una y otra vez.
Tranquila mi amor deja que Nibirus nos expliqué, dijo Belfegor mientras tomaba a Liz del brazo.
Bueno pues la cosa está así, el requisito que están pidiendo para asistir a dicha fiesta es que los invitados tienen que llevar mínimo a dos jóvenes vírgenes para que les den acceso a dicha fiesta, ya que si alguna de estas jovencitas logra impresionar al festejado esté la tomará como esposa y la hará reina de su clan en Dubai.
Y si te pones a pensar en este lugar no es que no haya chicas hermosa, pero ninguna que iguale la bélleza de Gabriela y...
Liz abrió los ojos como platos al escuchar semejante aberración, pero Gabriela es solo una niña!
¿Quién pensaría en ella como una mujer?
Belfegor apretó los puños al darse cuenta de que tal vez tenían en la mira a su hija, era verdad que no tenía poder alguno, pero si tenía una belleza que llamaba la atención de propios y extraños en cualquier lugar que ella hiciera acto de presencia.
Tienes que hablar con Viper él es el Anazo de los vampiros, él tiene que saber quién es el maldito que está detrás de todo este Bel.
¡Por favor!
Suplico Liz, Belfegor hizo lo que ella le pidió enseguida llamó a Viper.
Liz comenzó a guardar la ropa de su hija y sin pensarlo le mando un mensaje a Amoymon para saber cómo estaban las cosas por allá.
Por otro lado, en la casa en la cual vivía Amelia y su madre se disponían a cenar cuando se escuchó el timbre de la puerta.
Es verdad mamá se me olvidó decirte que Gabi vendrá a casa a dormir está noche veremos películas de terror.
Rosalba su madre se había quedado sorprendida al escuchar a su hija pues no tenía nada preparado para ellas, cuántas veces tengo que decirte que me avises con anticipación Amelia no les he preparado ningún aperitivo.
No te preocupes mamá yo compré unas palomitas de microondas con eso será suficiente no creo que duremos mucho tiempo despiertas.
A Rosalba le caía muy bien Gabriela desde que la conoció y más aún le agradecía el que tuviera esa relación tan cercana con su hija la cual había cambiado demasiado desde la muerte de su padre y Gabriela la mantenía en el mundo real, ya que su madre la había metido todas esas ideas de la magia en la cabeza.
Se levantó para ir a ver quién tocaba y se encontró con el rostro de un apuesto hombre vestido de cuero negro que dejaba ver su cuerpo musculoso.
Amelia se dio cuenta de la forma en la que su madre veía al tío de Gabriela y puso los ojos en blanco.
Podrías disimular un poco mamá, a leguas se te nota que el tío de Gabi te súper encanta, dijo Amelia por lo bajo.
¡Pero que cosas dices Amelia!
Disculpala no sabe lo que dice, ya sabes cómo es la juventud de ahora, dijo Rosalba un poco avergonzada con Amoymon no era la primera vez que lo veía de hecho él solía acompañar a Gabriela todo el tiempo mientras sus padres se encargaban de sus negocios.
No te preocupes no pasa nada, he venido a dejar a Gabriela.
Si adelante Gabi pasa estás en tu casa, respondió Rosalba tartamudeando por lo nerviosa que estaba pues a pesar de conocer desde hacía mucho a Amoymon no habían tenido la oportunidad de conversar así de cerca.
Amelia tomó la mano de Gabriela y desaparecieron por las escaleras dejando a solas a los dos adultos.
A Amelia le causaba conflicto el ver que su madre había decidido quedarse sola por miedo a que al sostener una relación con un desconocido este se creyera con derecho de maltratar a su hija o de que le hiciera algo peor.
Entendía que para una mujer era muy difícil animarse a tener otra relación después de haber enviudado pues su madre amaba a su padre con todo su corazón y habían sido muy felices hasta el día de su muerte y ella quería que se diera la oportunidad de ser feliz con alguien más, ya que su madre era muy joven y hermosa además de ser muy buena persona y veía en Amoymon la pareja perfecta pues Gabi le hablaba todo el tiempo de sus tíos y de lo maravillosos que eran y se veía en la forma en la que cuidaban de ella todo el tiempo.
Así que decidieron dejarlos solos para ver si se animaban de una buena vez a salir juntos, ya que Rosalba le había hecho comentarios de lo apuesto que era el tío de Gabi y estos comentarios no pasaron desapercibidos para Amelia y le contó a Gabi las dos querían que se diera una relación entre ellos así estarían juntas todo el tiempo.
Amoymon sostenía una plática con Rosalba la madre de Amelia mientras veía a las chicas desaparecer en el interior del departamento.
Amoymon gustas pasar a tomar un café, estaba a punto de cenar cuando llegaron a esta señorita se le olvidó decirme que Gabi vendría, de lo contrario les hubiera preparado unos bocadillos para su pijamada.
Amoymon estaba tratando de controlar sus nervios y decidió aceptar la invitación de Rosalba era su oportunidad para romper el hielo y poder estar al lado de Gabriela durante toda la noche.
Amoymon paso y recorrió cada centímetro del lugar para ver qué no hubiese nada extraño alguna mala vibra o cualquier cosa que no fuera normal.
De los nervios no escucho el timbrar de su celular así que continúo con la plática ya un poco más relajados los dos, Rosalba le preparo una taza de café y le ofreció unos panqueques integrales sabía que a él también le gustaba cuidar su figura pues se le notaba a simple vista los músculos de su cuerpo además de haberlo visto varias veces en el gimnasio.
Rosalba no podía evitar mirarlo de vez en cuando Amoymon era muy guapo y no se explicaba el porqué de su soltería si se veía que era muy cariñoso con Gabi.
Mientras que ellos dos continuaban con su plática Amelia le mostraba a Gabriela la tabla ouija que le había regalado su abuela y también uno que otro libro de magia y hechicería que le había obsequiado en sus cumpleaños.
¡Entonces era verdad!
Tu abuelita si que le gustaba esto de la magia Amelia, dijo Gabriela mientras leía detenidamente aquellas hojas desgastadas de los libros eran tan diferentes a los libros que ella conocía sus pastas parecían estar forradas de gruesa piel y las hojas denotaban el pasar de los años aunque la tinta era distinta pues no parecía haber sido impreso en máquina si no más bien como si hubiera sido escrito a mano.
¡¿En verdad fue escrito a mano?!
Pregunto asombrada por lo que estaba viendo, nunca se imaginó que algo así llegase a existir en la vida real, ya que lo había visto un sin fin de veces en películas y series, pero no creía que existieran algo así de verdad.
Ya te dije que sí Gabi mi abuela decía todo el tiempo que sus antepasados tenían dones especiales y estos libros fueron pasando de madres a hijas y así sucesivamente desde hace siglos
¡Todas las mujeres eran brujas!
Huuuuu, dijo Amelia sonriendo al ver el rostro de Gabi su asombro era evidente y no dejaba de mirar cada uno de los viejos libros que tenía en sus manos.
¡En verdad es increíble Amelia!
¿y tú entiendes todo lo que está escrito en estas páginas?
Un poco he hecho algunos hechizos los más básicos, pero mi abuela decía que la magia viene del corazón y solo si crees en ella fervientemente los hechizos resultan si no, no.
¿Y te ha resultado algún hechizo de los que has hecho?
Pregunto Gabriela con mucha curiosidad mientras seguía viendo aquellos libros que en total eran siete. Al hojear aquellas viejas páginas se había dado cuenta de que había símbolos muy repetitivos además de la numerología que había en la gran mayoría de los escritos.
(Era como el poder de tres y el siete).
Ven Gabi vamos a jugar con la ouija, yo le he preguntado algunas cosas, pero la verdad es que no logró entender las respuestas.
¿A qué te refieres con eso Amelia?
¿Qué preguntas has hecho?
Algunas simples cómo quién fue el maldito que mató a mi papá?
Y me da un nombre muy raro es por eso que no logró entender si es que dice la verdad.
¿Y cuál es el nombre que te ha dado?
Pregunto Gabriela, no es que supiera del tema, pero se le hacía increíble el tema.
(Buer)
Ese fue el nombre que me dio, pero yo no conozco a nadie con ese nombre lo busque en los libros de mi abuela y en ninguno lo menciona así que ni siquiera sé si en verdad existe alguien llamado así.
Mira siéntate aquí conmigo vamos a ver qué te responde a ti.
Las dos jóvenes se sentaron en el piso de la habitación una en cada extremo de aquella tabla ouija, espera déjame cerrar la puerta para que mi mamá no nos interrumpa, dijo Amelia mientras sacaba una velas negras que tenía guardadas en una caja debajo de su cama.
Es para hacer el ambiente más emocionante le dijo a Gabriela y apagó la luz.
Gabriela no podía creer que su amiga en verdad creyera en todas esa cosas, ya que sus papás siempre le habían dicho que nada de eso era verdad, ella guardó silencio y dejo que Amelia continuará con lo suyo.
Cierra los ojos Gabi y concéntrate vamos a ver qué quién nos visita está noche.
Amelia asintió con la cabeza y cerró los ojos, no era que creyera que en verdad algo iba a ocurrir, pero se le hacía emocionante el tema.
Amelia la tomo de las manos para formar un círculo y recitó algunas palabras algo así cómo que le daba la bienvenida a los seres del mundo astral para que pudieran responder a sus preguntas.
Después le soltó las manos y le pidió que abriera los ojos y que pusiera dos dedos en el puntero.
Gabriela estaba entusiasmada por ver qué es lo que pasaría, eran dos adolescentes jugando con un artefacto del demonio.
Cuándo Belfegor tomo la decisión de separarse de la familia les pidió de favor que no tratarán de hacer contacto por medio de la magia o por algún otro medio para no llamar la atención ya que Gabriela estaba exenta de toda ese mundo mágico y de vampiros y hombres lobo lo había hecho por la seguridad de su hija hasta que llegará el momento.
Todos aceptaron su petición y sacaron de su radar a la pequeña Gabriela al ver que con el pasar de los años ella no mostró ningún rastro de poder mágico.
En esos momentos Belfegor se arrepentía de haber hecho esa petición pues ahora no sabía quién demonios estaba detrás de su hija.
Amelia jamás le contó a Gabriela que esa casa donde vivían había pertenecido a sus antepasados era obvio que con el paso de los años fueron haciendo muchos cambios para mantener la construcción en pie, pero los cimientos eran de antaño, por lo tanto, muchos de los hechizos y conjuros que se habían realizado en ese lugar aún están impresos en los pisos y paredes solo que necesitaban de la energía adecuada para poder activarlos.
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