HOPE.

Todavía no salió el sol y yo ya estoy levantada, mi padre detesta que sea holgazana y me pone a trabajar con el resto de los miembros de la manada.

No me quejo, es algo honorable trabajar por el pan que te dan, pero soy la hija de alfa, su futura heredera y me trata peor que a un sirviente.

Desde pequeña supe que mi vida no iba a ser fácil, pero lo confirme cuando cumplí 18 años y no salió mi loba. Si soy una loba sin loba, me discriminan y apartan del grupo en general, y saben que es lo peor mi padre avala eso y los fomenta.

Si no tuviera a Meg conmigo, mi mejor amiga creo que mi existencia sería un infierno, es ella la que me da fuerzas para resistir. Es quien me defiende de las burlas y los ataques. Si ataques porque las lobas se creen con derecho a rebajarme y agredirme físicamente y aunque intento defenderme al no haber despertado mi loba soy más débil que el resto. Es Meg la que aparece a defenderme como si fuera mi custodia personal y eso le trae muchos problemas con papa.

Pero mi calvario se ve atenuado en mis escapes a la noche, nadie lo sabe o no les importa, pero huyo todas las noches fueras de nuestro territorio al bosque de hechizos. Lo llamamos así debido a que está habitado por brujas que son neutrales y no entran en conflicto con la manada.

Creo que padre acepto su asentamiento, ya que es la barrera que separa nuestro territorio con el de Luna Roja, la manada de Donovan Sincler, el enemigo mortal de padre.

Muchas veces quise saber por qué tal odio, y sé que es recíproco, aunque nadie habla de ese tema ni de madre, son dos temas tabú que están totalmente prohibidos y cada vez que lo menciono recibo castigos físicos de padre.

Mi espalda es testigo de cada latigazo que he recibido por mi imprudencia, como él lo llama, yo lo llamaría derecho a la verdad. Aunque parece que perdí mis derechos el día que nací.

Pero en fin ese bosque es mi escape de la realidad, y de todos los meses que lo frecuento nunca me encontré con una bruja, no sé si es casualidad o se ocultan de mí.

Meg me regaña cada vez que me escapo e intenta acompañarme, cosa que le impido, debido a que es mi escape de la realidad, mi momento de paz y reflexión, mi momento de estar conmigo misma.

Ese bosque parece estar realmente encantado, de ahí quizás su nombre, es una belleza. Tiene flores de todos los colores y tamaños, árboles enormes que se entrelazan y hay insectos luminiscentes que dan un aspecto místico. La primera vez que entre me quede maravillada, era un placer visual, pero lo que me enamoro es el estanque. Es enorme, con agua color turquesa y de una temperatura templada, la primera vez que entre a esas aguas sentí pequeñas cosquillas y se debe a sus pequeños peces de inmensidad de colores que pasan a tu alrededor y son inofensivos.

Como todos los días salí de mi habitación por la ventana desescalando la enredadera que cubre la pared de la casa, mire para todos lados evitando a los centinelas que vigilan los límites de casa y de la manada. Soy paranoica, aunque sé que si me ven me ignorarían como lo hacen siempre debido a que su única responsabilidad es cuidar a padre.

Una vez que puse un pie en el bosque ya me siento como en mi hogar, me siento tranquila y relajada, me siento en un lugar seguro. Siempre me pasa lo mismo, me distraigo viendo la belleza del entorno y eso me hace olvidar lo que paso en el día, no me demoro a llegar a mi lugar en el mundo, el estaque.

A toda prisa me quito la ropa y me zambulló, cuando siento a los pequeños peses rondarme una sonrisa se apodera de mi rostro.

-¡Hola amigos! ¿Me extrañaron? -digo a la nada misma.

El aleteo de sus colas pareciera responderme o eso quiero creer, aunque es ilógico, pero la soledad te hace pensar esas tonterías.

Me pierdo un buen rato nadando de un lado a otro y disfrutando de la belleza del lugar, hasta que decido salir y sentarme en una roca para secarme antes de ponerme la ropa. No puedo llegar mojada a casa y delatarme si es que padre me descubre.

Cuando creo que ya es hora de marcharme me muevo para bajar de la roca, y me asusto al escuchar pasos. Cuando me giro un hombre enorme de cabello negro como la noche y ojos azules me observa. Tiene una risa socarrona.

Mi vista va a su cuerpo, lleva solo unos pantalones cortos, sin camisa ni zapatos y está sudado como si hubiera corrido hasta acá. Noto como me mira como si fuera su comida preferida y eso me asusta.

-¿Qué tenemos acá?- dice el extraño.

Quiero correr para ponerla la ropa que está alejada de mí, él es más rápido y me la arrebata y noto como la lleva a su rostro y la olfatea. Tapo mis partes íntimas como puedo con los brazos y me alejo de ese hombre, me siento vulnerable y expuesta, pero debo decir algo.

-Por favor, devuélveme mi ropa- digo en tono de súplica.

-Y ¿Por qué haría eso?

-Estoy desnuda- digo lo obvio.

-Soy consciente y me gusta lo que veo- dice riendo.

-Por favor- ruego de nuevo, sé que no tengo chances contra el sí se la quiero quitar.

-¿Qué gano yo?

-¿Qué querés?- pregunto con miedo.

-Un beso- dice serio.

-¿Qué? No- digo con duda.

-Supongo entonces que vas a caminar desnuda- se gira par irse y maldigo.

-Espera- grito y se gira riendo- está bien pero primero dame mi ropa.

-¿Cómo sé que no me vas a engañar?

-No lo haré, la palabra de un Sullivan tiene valor.

-¿Sullivan?

-Hope, Hope Sullivan- afirmo.

Me tira la ropa, pero su cara es de triunfo total. Me la pongo lo más rápido que puedo y una vez lista lo miro expectante.

-¿Y ahora?- cuestiono y él camina hacia mí como si acechara a una presa.

-Ahora mi beso- dice cerca de mis labios.

Donovan.

-Donovan escúchame no podés seguir con esa idea loca- dice Logan mi beta y mejor amigo.

-¿Quién me lo va a impedir? ¿Vos?

-Sabes que te apoyo en todo y más en esto, pero pasaron 19 años.

-Y me duele como si fuera hoy, Lincoln me la debe y se la voy a cobrar- afirmo.

-Star era mi hermana y me dolió perderla, pero no me parece lógico llevar a la manada a una guerra, no porque te rompieron elcorazónn.

-Sabes que no solo es por Star, es un malnacido que no tiene límites.

Veo como Logan sacude la cabeza resignado, sabe que cuando algo se me mete en la cabeza no hay forma de evitar que lo lleve a cabo.

-No voy a hacer nada todavía, pero cuando tenga un plan espero me apoyes- le digo a mi amigo.

-Sabes que lo voy a hacer, no por ser mi alfa, sino porque sos mi amigo casi un hermano.

Asiento y me levanto de la silla de mi escritorio y camino hacia la puerta.

-¿A dónde vas? Viene Ginger hoy.

-No tengo cabeza para verla, entretenla vos.

-Sabes que no me quiere a mí, viene para que la cojas hasta dejarla sin sentido.

Me río ante sus palabras, pero algo me llama a alejarme de este lugar, es como si algo me llamara a lo lejos.

Camino por la manada, mi manada Luna Roja y siento orgullo en lo que la convertí. Mi padre no fue un buen alfa y los miembros pasaban necesidades, cosa que a él no le importaba. Es por eso que cuando vi la oportunidad lo desafíe y obtuve su lugar de alfa.

Si soy el alfa de Luna Roja después de haber matado a mi progenitor, pero si el mundo supiera el monstruo que era nadie lo lloraría. Por suerte los miembros me aceptaron bien, y cuando vieron como fui reconstruyendo nuestro hogar me amaron.

Voy tan sumergido en mis pensamientos que no noto que llegue al límite entre mi manada y el bosque de hechizos. Quiero volver, pero hay algo que tira de mí para que avance.

Mi lobo ruega por ser liberado y me transformo para que corra libremente. Sentimos ese olor, un aroma sutil al principio, huele a rosas y mentas, es hermoso.

Cuando avanzamos el olor nos lleva a nuestro destino, ahí junto a un estanque está la joven más hermosa que pude ver. Cabello rojo como el fuego, piel blanca, tiene pecas, no puedo ver sus ojos debido a que los tiene cerrados. Y lo que más me impacta es que está desnuda, expuesta a mí y lo que veo me vuelve loco.

Le exijo a mi lobo transformarse, y recojo el pantalón que agarre después de la transformación, porque me cubro no sé, pero no la quiero asustar.

Se la ve disfrutando del lugar, en paz. La observo y huelo, no huele a bruja, pero tampoco a lobo, será tan menor que no despertó aún su lobo. Por su aspecto lo dudo, pero un humano acá sería más raro aun.

Me acerco con cautela y la veo saltar de la roca y mirar para todos lados hasta que me visualiza. Parece darse cuenta de lo expuesta que está debido a que se tapa con las manos y dirige su mirada hacia la ropa, por supuesto que soy más rápido y corro a recoger sus prendas. Por instinto las llevo a mi nariz e inspiro, efectivamente es la dueña del aroma que me guio hasta acá.

Ella duda, pero me pide su ropa. Me encanta la cara de súplica y terror que tiene. Sé que es consiente de la desventaja que corre, podría hacerle lo que quisiera y no podría resistirse, por suerte soy una persona que respeta y pide consentimiento para aparearse. Lo que no quita que no pueda divertirme.

Intercambiamos un par de palabras y le hago una broma de que para recuperar su ropa debía besarme, era solo una broma hasta que escuche su nombre "Hope Sullivan" la hija de mi enemigo y esa broma se convirtió en un plan macabro.

-¿Y ahora?- dijo ella.

-Ahora mi beso- afirme y camine hacia ella.

Note como su cuerpo tenía pequeños temblores, trataba de mostrarse fuerte y segura, pero ese pequeño temblor no era imperceptible para mí.

Cuando estuvimos frente a frente, tome su rostro y me acerque lo suficiente aunque no la besaba aún, ¿Dude? Claro que no, me encantaba ver su sufrimiento.

Pero ella me sorprendió, se abalanzó sobre mí y apoyo sus labios en los míos, duro segundos y se alejó.

-Cumplí, ahora me marcho- afirmo la pequeña descarada.

-¿A eso llamas beso?- inquiero.

-Nunca especificaste que tipo de beso y eso aplica para mí como un beso, por lo cual adiós desconocido- dice mientras se empieza a alejar, pero se gira hacia mí- que no se te haga costumbre venir acá, este es mi lugar y no lo comparto.

Me reí ante su atrevimiento y descaro, pero lo que más me causo gracia es que sin querer la mocosa- si mocosa porque lo era- me dio la información que necesitaba para empezar con mi plan de venganza.

El plan era volver, hacerme su amigo, enamorarla- difícil por la diferencia de edad no creo que supere los 20 años y yo tengo 40 años- hacerla mía y marcarla. Dejar mi marca en ella para que el maldito de Lincoln sepa que corrompí a su pequeña niña.

Él me quito a mi mujer yo le voy a enseñar lo que te duele que te quiten algo.

La falla en este plan es que Logan no lo puede saber, porque si mi sospecha es cierta es su pequeña sobrina, la hija de Star. Lo que me molesta es que le voy a faltar a la memoria de la mujer que ame usando a su hija, pero en la guerra todo se vale y ella es mi as para destruir el alma de Lincoln.

La dulce Hope es mi herramienta para mi venganza, espero que sea fuerte porque la voy a destruir en el camino.

¿Va a ser mi unico plan? Claro que no, ya tengo a alguien infiltrado que me pasa informacion importante sobre sus negocios y es donde tambien voy a atacar.

Hope.

Dios, ese hombre era hermoso y sentir el calor de sus labios sobre los mío fue chispeante, fue irreal. Mi primer beso fue con un hombre de verdad y no los niños de mi manada que amenazan con abusar de mí.

Si me amenazo con no darme la ropa para que lo bese, pero creo que fui más astuta que él. Note su malestar cuando solo obtuvo un piquito, pero nunca especifico el tipo de beso y me apoye en eso.

Voy perdida en mis pensamientos, pensando en la belleza de ese hombre, cuando choco con uno de los guardias de mi manada.

-¿Qué tenemos acá?- dice con tono seco.

-Por favor no le digas a mi padre- susurro.

-¿Qué obtengo yo?- maldigo porque todos hoy me piden algo, pero claramente no va a obtenerlo. Es un tipo desagradable.

-Nada- extiendo mis manos para que me espose- llévame con mi padre.

-¿Preferís eso?

-Si, mil veces sus azotes, que tus manos en mí- digo y empiezo a caminar delante de él hacia mi casa.

El camino se me hace sofocante porque sé lo que me espera. Cuando vamos llegando Meg se asoma por la ventana de su casa, está cerca de la nuestra, ya que su padre es el beta del mío.

Noto como amaga para salir, pero niego con la cabeza. Eso le traería innumerables problemas con su padre y el mío.

Los guardias que custodian mi casa me miran de mala gana, y si sé por qué es, van a ser castigados al igual que yo. Ellos por no haberme visto huir y a mí por ser descubierta y atrapada. Si es ilógica la causa de mi castigo, pero lo que a mi padre le molesta es que lo deje en ridículo, no que haya huido de casa.

Cuando las puertas de mi casa se abren, veo a mi padre bajar las escaleras con una fusta y maldigo para mis adentros.

-Nunca vas a aprender pequeña desgracia- me dice con enojo.

No respondo porque no va a evitar que sea azotada.

-Te estoy hablando, no te hagas la muda conmigo- dice mientras se acerca y me da un revés con la mano lo que hace que mi cara se gire y mi labio se parta.

-Lo siento- digo.

-¿Qué sientes?

-Que me hayan descubierto- afirmo.

-Maldita zorra, igual que tu madre. Huyendo para que te follen, ¿es eso lo que quieres? Porque puedo hacer que toda la manada te use para su placer.

Maldito bastardo como puede decirme eso, soy su hija.

-Padre no, por favor. Solo salí a buscar flores para la tumba de madre. No me castigues- Mentí, claro que mentí. Solo espero que se apiade, nunca amenazó con dejar que abusen de mí.

-Esta vez, solo esta vez lo dejo pasar, pero la próxima te ato en medio de la manada con las piernas abiertas para que te folle tanto hombre como quiera.

Asiento con la cabeza, pero no digo nada, no vaya a ser que se retracte.

-Al sótano, ahora- me grita.

Y sé lo que viene, pero prefiero eso a que me entregue a toda la manada.

Camino hacia mi destino, ser azotada hasta dejarme sin sentido.

Como cada vez que me castiga, me ata a un poste y se posiciona detrás de mí, siento el ruido de la fusta ondearse en el aire y siento el primer impacto, se me aflojan las piernas, pero no puedo permitir que me vea débil.

Al primer latigazo le sigue otro, y otro, y otro. Perdí la cuenta de cuantos van y de los insultos que me lanza ese hombre al que llamo padre. En algún momento debo haber perdido el conocimiento porque lo próximo que se es que estoy en mi cama acostada boca abajo y veo a Meg con lágrima en los ojos.

-No llores- digo con voz ronca y seca.

-Es tan cruel, es tu padre ¿Cómo te puede hacer esto?- dice llorando.

-Shhh te va a escuchar- afirmo.

-No está, se fue con mi papá. ¿Te duele?- pregunta.

-Como el infierno, pero he tenido castigos peores y prefiero esto a lo que sugirió- después de decir eso me arrepiento porque conozco a Meg.

-¿Qué sugirió?

-Nada, olvídalo Meg.

-Me lo decís o lo averiguo yo sola y no va a ser nada agradable, probablemente terminé muerta a manos de él, pero por vos doy la vida.

-Dijo que era una zorra y que debía dejar que toda la manada me folle.

-Maldito animal, te juro que lo mato- dice parándose.

-Meg no- grito y me levanto con un dolor terrible y la sujeto de la mano.

-Es un bastardo.

-Si me querés ayudar, no es enfrentándolo.

-¿Qué querés decir?

-Tengo que irme- afirmo.

-No Hope, no podés dejarme.

-Si no me voy, voy a terminar muerta o siendo la puta de toda la manada, pero nunca la líder a la que respeten, él se ocupó de eso.

-¿Te querés ir?

-Lo único que me retiene aca sos vos, pero ya no puedo más- afirmo.

-Hecho nos vamos- dice.

-No, no podés dejar a tu familia.

-Ellos van a estar bien, además si avalan lo que te hacen no son mejor que tu padre.

La abrazo y cuando ella hace lo mismo grito de dolor y ella se disculpa, toma mis manos y me jura que voy a estar bien.

-¿Ya pensaste en algo?- me pregunta

-No, era una posibilidad, pero después de hoy es un hecho.

-Tenemos que tener cuidado y ver a donde vamos, tiene que ser un terreno neutro en donde nadie conozca a Sullivan y pueda informar de nuestro paradero.

-¿De verdad vas a huir conmigo?

-Somos familia, claro que voy. Además¿Quién cuidara de vos para que no te metas en líos si no voy?

Me rio ante su afirmacion, ya que la que siempre se mete en líos es ella. Su carácter impulsivo y su deseo de justicia siempre la lleva a situaciones difíciles y nadie valora sus actos.