El aire fresco de Londres me recibe cuando bajo del auto junto con mi nana, he estado viviendo en el extranjero por seis años y por fin he vuelto a casa, mamá sale de casa y voy corriendo hacia ella, mi cuerpo choca con él de ella y nos sumergimos en un abrazo que ninguna quiere romper, la voz de mi padre es la que nos separa.
—Mi pequeña a vuelto — dice papá abrazándome.
—Los he extrañado mucho — digo.
En todos estos años siempre han ido a visitarme casa que pueden, pero duraron todo un año sin visitarme ya que no habían podido.
—Y nosotros a ti cariño, perdónanos por no haber ido a recogerte en el aeropuerto— dice mamá dándome un beso en la frente.
—No importa, ¿Y Erick? — preguntó al no ver a mi hermano.
—Está arreglando unos asuntos de la empresa, vendrá en un rato — dice papá.
—Ven cariño pasa, debes estar cansada — entro en la casa en compañía de mis padres.
Estando adentro papá se despide y se va al despacho, mamá sube conmigo a la habitación.
Esta casi igual a como la dejé, solo algunas cosas han cambiado, la cama fue remplazada por una más grande y las paredes ya no están pintadas de rosa sino de un color marfil.
Entro por completo en mi habitación paseándome por esta. Hace mucho tiempo que no entraba a esta habitación.
—Bueno cariño, te dejo para que descanses— dice mamá.
—Está bien mami — digo y ella se va después de dejar un beso en mi frente.
Entro en el cuarto de baño dispuesta a tomar una ducha, un rato más tarde salgo envuelta en una toalla y con otra seco mi cabello, camino al armario y saco una pijama de seda, ya cambiada me tiro a la cama y al poco tiempo me quedo dormida.
……..
Me levanto y veo que son las siete de la noche, entro al baño y cepillo mis dientes, salgo y pongo un vestido para bajar y ver si mi hermano ya llego.
Salgo de mi habitación y voy caminando hasta que llego al inicio de las escaleras y escucho la voz de mi hermano en la sala de estar, bajo las escaleras como si mi vida dependiera de ello, veo a mi hermano y no puedo evitar llamarlo.
—¡Erick! — exclamó y él voltea a verme con una sonrisa de oreja a oreja.
Corro hacia él y me lazo a sus brazos rodeando mis piernas alrededor de su cintura.
—La princesa de la casa a vuelto — exclama el.
Le lleno la cara de besos y el hace lo mismo, a él fue al que más extrañe.
—Mira como has crecido — dice cuando me separo de él.
—Tu también has crecido mucho — digo.
—La cena ya está servida — llama mamá.
Mi hermano y yo caminamos hacia en comedor mientras hablamos.
—Mi pequeña no me dará un beso— dice mi padre cuando ve que me siento a lado de mi hermano.
Sonrió y me levanto, me acerco a él y lo abrazo dejándole un beso en la mejilla.
—No te pongas celosa sabes que te amo mucho— le digo y vuelvo a mi puesto.
La cena transcurre en un ambiente bastante animado, donde contamos anécdotas y mi hermano me pone al tanto de las cosas que han pasado los últimos años.
Como la empresa a crecido y que ahora él se ha hecho cargo de los hoteles hasta que papá se retire de la empresa y así él tomar su puesto.
La cena culmina y yo me despido de mis padres y mi hermano y cada uno se va a sus respectivas habitaciones.
—Es para celebrar tu regreso cariño — dice mamá caminando a mi lado.
—Sabes que eso no es lo mío — le digo.
—Será divertido, vamos di que si.
Lo pienso por unos minutos, se que lo hará de cualquier forma.
—Está bien — digo finalmente.
—Que bien cariño, de igual manera la iba hacer así tú no quisieras.
Se que de cualquier forma lo hará, pero por lo menos tuvo la intención de decirme, la tarde llega y después de un gran paseo por el centro comercial y después de que mamá y yo vaciáramos todas las tiendas finalmente estamos en casa, los empleados nos ayudan con el montón de bolsas, nos adentramos a la casa encontrándonos a papá y a Erick.
—¿Como les fue chicas? — pregunta papá — Oh, parece que muy bien — dice cuando ve todas las bolsas.
Papá se acerca y le planta un beso a mamá y deja uno en mi frente.
—¿Han comprado ropa para toda una vida? — pregunta Erick en tono burlón.
—Puede ser — digo siguiendo su juego.
—Bien si van a seguir comprando así Entoces tendremos que trabajar más papá — dice dirigiendo su atención a papá.
—Así parece hijo — dice papá
Me río por las ocurrencias de mi hermano, nos sentamos en la sala hablando de cualquier cosa hasta que mamá saca el tema de la fiesta.
—¿Una fiesta de bienvenida? — pregunta mi hermano.
—Claro, sería fantástico celebrar el regreso de nuestra pequeña— dice mamá.
—Me parece bien — dice papá — así también Evelyn puede socializar con las hijas de algunos socios.
—Perfecto, entonces empezaré con los preparativos la haremos este fin de semana, empezaré por las invitaciones— dice mamá emocionada— ¡María!, necesito que me ayudes con la lista de invitados— le dice mamá a la ama de llave.
—Bien señora — responde Marie siguiendo a mi madre.
Miro a mi padre y este me dedica una sonrisa.
—Bueno cariño, lamentamos dejarte sola pero tenemos trabajo que hacer — dice levantándose
—Puedo ir — digo no queriendo quedarme aquí aburrida.
Veo como papá y Erick se tensa pero no les presto mucha atención.
—No se si te guste ir cariño, es muy aburrido es allá en la empresa — dice papá.
—No importa papá, de seguro es mejor que quedarse aquí, además no recuerdo haber ido nunca a la empresa— digo.
Papá y Erick se miran por un largo tiempo, cosa que me hace saber lo mucho que quieren evitar que yo vaya.
—Está bien vivi, puedes venir conmigo al Club deportivo mientras papá va a tratar unos asuntos — dice Erick.
—Está bien, ya vuelvo iré por mi bolsa — digo subiendo a mi habitación.
Después de tomar mi cartera bajo, salgo de casa y veo a mi hermano junto a su camioneta una Mercedes Benz negra.
—Vamos — dice abriendo la puerta del copiloto para mi.
Entro a la camioneta después de darles las gracias, mi hermano y mi padre siempre han hecho eso conmigo y con mi madre y esa costumbre nunca se me quitó, cuando estaba en Estados Unidos varias veces mis compañeros me miraron raro por esperar a que me abrieran la puerta, hasta que se acostumbraron y lo empezaron hacer sin necesidad de yo pedírselos.
Debo admitir que soy muy consentida pero fue así como me han criado, también me han acostumbrado a las muestras de afecto por eso siempre me gusta dar y recibir muestras de afecto ya que eso es lo que siempre he visto en mi familia.
—Quiero decirte algo Vivi — habla mi hermano con la vista fija a la carrera, varias camionetas nos siguen, no sé siempre tenemos que salir con guardaespaldas pero ajá. Y lo que más me sorprende es que lleva más guardaespaldas de lo que acostumbra.
—Si dime — digo.
—Si preguntan quién eres, tu solo responde que eres mi prima, sobrina de nuestro padre ¿ok? — me mira por unos segundos, mi cara de confusión es notable —Es para protegerte — dice rápidamente.
—No entiendo— digo.
—No muchos saben de ti viví, y no quiero que se aprovechen de ti— dice.
—¿Por qué aprovecharían de mi? — pregunto aún confundida.
—Al saber que eres mi hermana querrán aprovecharse de ti o querer sacarte información sobre nosotros, sabes que somos la familia más influyentes de la ciudad— explica con calma — por lo que muchas personas quieren acercarse a nosotros algunos tienen buenas intenciones, otros no.
—No te preocupes creo que puedo saber quienes tienen buenas intenciones y quienes no, pero si debo decir que soy tu prima para que estés tranquilo entonces lo haré — Aceptó para que no se preocupe.
—No es por ofenderte y no quiero que lo hagas, pero eres muy inocente e ingenua por lo que se que sería fácil que se aprovechen de ti, — dice serio — eres nuestra pequeña princesa y no queremos que ningún cabrón se aprovechen de tu inocencia solo para hacernos daños.
—Lo entiendo y no te preocupes— dice sonriéndole.
Y en verdad lo hago, siempre me han cuidado incluso estando lejos, siempre tenía guardaespaldas que me vigilaban las 24 horas, y lo aceptaba solo para que no se preocuparan por mi ya que sabía que solo querían cuidarme y la verdad nunca me incomodaba me gustaba sentirme importante y saber que era lo más valioso que ellos tienen me hace sentir bastante bien y me hace entenderlos mejor.
Mis padres nunca han sido de meterse en mi vida, lo único que les preocupaba era que estuviera en peligro pero nunca fue esa clase de chica rebelde que quiere estar en vida loca, siempre he sido una chica tranquila y creo que eso los hace sentirse muy orgullosos y los tiene más tranquilos.
Después de un rato, llegamos al club deportivo, y debo decir que es una maravilla se que la fortuna de mi familia es grande pero jamás supe que tan grande era y ahora viendo esto me doy cuenta de lo grande que es, este lugar es tan lujoso que puedo asegurar que solo personas importantes vienen a este lugar.
Los lujos no me sorprenden ya que mis padres y mi hermano saben como demostrar nuestra gran fortuna y bueno yo también, con mis atuendos de diseñador, mis bolsos de ediciones especiales y mis joyas.
—Bienvenida a uno de los Club deportivo de la familia Davis — dice mi hermano.
—De verdad que nuestra familia si sabe como demostrar nuestra gran fortuna— digo.
—Pues siempre esperan lo mejor de nosotros así que, no podemos darnos el lujo de dar menos — dice con una sonrisa orgullosa— ven tienes que familiarizarte ya que esto también será tuyo y tendrás que hacerte cargo junto conmigo — dice.
—Creo que te ves mejor administrándolo solo — digo y él sonríe.
—Igual debes aprender, estas muy consentida es hora de que veas de donde viene todo el dinero que llevas encima — dice mirando mi atuendo y mis joyas.
—Bien — digo.
Camino con Erick al interior del Club, me enseña los alrededores, como la cafetería, el restaurante que está al aire libre, la piscina para natación, la cancha de tenis, cancha de futbol y un montón de cosas más, después me enseña el área administrativa, donde todos empiezan a murmurar y a preguntarse quien soy, pero muy poco me importa, camino a lado de mi hermano y llegamos a una oficina en la que entramos y allí encontramos a dos hombres.
—Erick al fin llegas — dice unos de los hombres.
Erick se tensa al instante en que habren la boca ¿Que le pasa?.
—Pensé que llegaría más tarde— dice.
—Y así era, pero preferimos darte una sorpresa — dice el otro hombre.
—Y...¿Quien es ella? — pregunta el primero.
—Ella es.....
—Su prima, un placer conocerlos soy Evelyn Davis — digo.
—El placer es nuestro — dice el hombre — No sabía que tenías una prima— dice.
—Ahora lo sabes — dice Erick sentándose en su escritorio — Bueno a empezar a lo que hemos venido — dice.
—Yo iré a recorrer el club, Adiós.
—Mantente cerca de Taylor— me dice mi hermano y yo asiento antes de salir .
Camino por el club con Taylor detrás de mi, lo que mi hermano me dijo sobre presentarme como una prima me da vueltas en la cabeza, miro a Taylor sobre mi hombro y veo allí la oportunidad de saciar mi curiosidad.
—¡Taylor!— lo llamo.
—Dígame señorita — dice.
—¿Por qué mi hermano quiere que me presente como su prima? — preguntó.
—Ya se lo dijo señorita, no quiere que nadie se aproveche de usted — responde.
—¿No se aprovecharían igual al saber que soy pariente de él?— pregunto.
—No, bueno no se aprovecharían de la misma manera en la que lo harían si supieran que es su hermanita — esto último lo dice en un susurro.
—Entiendo — es lo último que digo
Camino viendo como entran y salen las personas, me detengo en la barra de la cafetería y le pido al personal un jugo de naranja, mientras espero miro a mi alrededor hasta que un hombre se posa a mi lado dejándome ver su perfil.
Me traen mi jugo el cual recibo después de dar las gracias, el hombre a mi lado no pide nada solo se limita a mirar a su alrededor sus ojos caen sobre mi y yo desvío la mirada hacia otro lado, siento el peso de su mirada unos minutos antes de que se dé la vuelta y se valla, y antes de pueda preguntarme al relacionado a él, se escuchan unos gritos acompañados con algo........¿Eso son disparos? Antes de que pueda procesar todo Taylor me toma de la mano y me cubre con su cuerpo, no se hacia donde se dirija pero lo cierto es que termina sacando un arma y le dispara a varios hombres que vienen vestidos igual que el, me tapo los oídos mientras las lágrimas salen de mis ojos.
—¿Que está pasando? — le pregunto a mi guardaespaldas mientras me indica que siga caminado por el pasillo.
—Nos están atacando — dice aún agarrando mi mano mientras corremos.
—¿Por qué? — preguntó en medio del llanto.
—Eso es algo que no puedo responder— dice.
Estoy a punto de hacer otra pregunta cuando nos acercamos a una salida pero un hombre se interpone pero Taylor no le da tiempo de hacer nada ya que lo derriba un disparo certero en la cabeza, grito al ver el cuerpo caer frente a mi, mi llanto se intensifica y estoy a punto de caer pero Taylor no lo permite tomándome en sus brazos como una bebé, me aferro a él hasta que me mete en un auto y emprende la huida, me hago un ovillo en el asiento mientras me pongo el cinturón de seguridad, nos alejamos del club y caigo en cuenta que no vi a mi hermano salir.
—¿Donde está mi hermano? — le pregunto.
—No lo sé, me ordeno que la sacara — responde.
—No podemos irnos sin Erick — digo en medio del llanto — hay que regresar.
—No podemos señorita, el señor debe estar bien recuerde que tiene hombres que lo respaldan— me dice.
Discuto un rato antes de darme por vencida, solo espero que esté en casa, un rato después llego a casa mamá y papá me esperan afuera y apenas el auto frena salgo de él y me voy directo a los brazos de papá.
—¡Oh! Cariño ¿estas bien, no te lastimaron? — pregunta mamá.
—Estoy bien ¿donde está Erick? — pregunto.
—Ya viene en camino — responde papá llevándome al interior de la casa.
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