NovelToon NovelToon

Espíritus Olvidados

Capítulo 1.

Aquella noche en mi casa todo parecía normal, mis padres discutían por tonterías como siempre, mis dos hermanos jugaban cada uno con sus propias ideas y en sus respectivas habitaciones. El ruido que hacía mi hermana era mucho más molesto que el de mi hermano menor. Su habitación estaba justo arriba de la mía y el ruido que hacía al golpear era insoportable. 

Generalmente yo no quería jugar, solo pasaba tiempo intentando ver en la tele los documentales que generalmente pasaban ahí, en lapsos intentaba leer un libro de historia, esos eran mis favoritos. 

Pero ese día no tenía ganas de nada, solo quería dormir aunque me era imposible hacerlo, nada me hacía quedarme dormido. 

Me sentía muy extraño; tal vez las peleas de mis padres me habían irritado demasiado o quizá el hecho que mi mejor amigo no había asistido a la escuela durante dos días. Él no me había avisado que se ausentaria, simplemente dejó de ir y no le pude ver. 

Era eso o quizá que mi espíritu se estaba preparando para las cosas que estaban por venir.

Ese día lo recuerdo muy bien porque fue el último al que podría llamar normal. El último en el que esos ruidos me parecían molestos pues lo que estaba por venir me haría extrañarlos mucho. La vida estaba por darme un cambio, el cual yo no había pedido.

A la mañana siguiente me levanté temprano para ir a la escuela como todos los días entre semana. Estaba cursando la escuela secundaria, una de tiempo completo en la que mis padres nos habían metido justificando que ese horario era mucho mejor para nuestro aprendizaje. Pero mi hermana y yo sabíamos que lo hacían para pasar el menor tiempo posible con nosotros, odiaban cuidarnos, complacernos y ver por nosotros. Solo teníamos lo básico y eso para ellos era suficiente. Nunca se preocuparon por el amor, el cariño, nuestro aprendizaje y todas esas cosas que hacen los padres para convivir con sus hijos. Nosotros tuvimos que acostumbrarnos a lo básico y crecer alejados de ellos aún viviendo en la misma casa.

Mi escuela era una de las salidas para olvidar todo eso, estaba agradecido de poder ir ahí pues me había regalado muchas experiencias gratas, amigos divertidos, momentos preciosos y sobre todo, mucho aprendizaje. No me refiero al aprendizaje académico únicamente sino al que la vida te regala con las experiencias. 

Ahí conocí a mis amigos, grandes compañeros que tuve la fortuna de encontrar. Con ellos me divertía mucho, principalmente con Edwin, un chico que conocí desde el año pasado y que se convirtió en mi mejor amigo. Pasábamos mucho tiempo juntos, nos apoyabamos en todo y siempre me convencía de sus ocurrencias locas.

Tanto él como yo compartimos algunas similitudes que nos hicieron llevarnos muy bien, pero había una en la que sin quererlo sentía envidia; Sus padres eran los más amorosos y atentos con él, siempre estaban al pendiente de su vida y los veía generalmente todos los días cuando lo llevaban o recogían.

Aquella mañana llegué a la escuela encontrándolos en la entrada, se me hizo muy raro verlos dentro de la escuela lo que hizo que mis temores tomarán más fuerza creyendo que a mi amigo le había ocurrido algo malo. Los pude ver de reojo y muy rápido, no me atreví a hablarles por simple timidez, pero sus rostros se veían muy tristes como que buscaban algún tipo de consuelo que la escuela les pudiera ofrecer. 

Sin detenerme más tiempo seguí caminando rumbo a mi salón. Al llegar, los rumores de los compañeros estaban mucho más activos que cualquier otro día lo que llamó mi atención. Yo no era muy social y rara vez me detenía para conversar con ellos pero había algo que me invitaba a poner atención a sus palabras.

—¿Viste que los padres de Edwin estaban aquí?—Estaba hablando de mi amigo y sus padres con mucho morbo.—¿Vendrán a reclamar a la directora?

—Aunque sea así, no hay nada que ellos puedan hacer.—Le respondió sin temor a ser escuchado.—Si bien nos va, la escuela cerrará y todos nos iremos a una cercana para continuar los estudios.

—Yo no quiero que cierren está escuela, me gusta mucho.

La plática se hacía mucho más interesante a cada momento, yo no lograba entender de que se trataba todo eso así que decidí seguir escuchando.

—Ninguno queremos que cierren la escuela pero esa decisión la tomarán seguramente.—Dijo mi compañero con un tono muy serio.—Tarde o temprano nuestros padres se enterarán y vendrán por nosotros.—César era un chico bastante pasado de peso y siempre presumía de su gran intelecto. 

Tenía cabello rizado corto que le hacía ver más sus abundantes cachetes. Le encantaba estar sentado y desde esa posición podría pasar horas y horas conversando.

—Pero ¿En verdad ustedes creen lo que está sucediendo? Es decir ¿Creen que sea verdad?—Erik era un niño muy delgado y de baja estatura, la personas más sociable que yo puedo recordar. 

Siempre llevaba el uniforme muy limpio pero se le veía grande sin importar que la talla fuera extra chica. Su cabello era anaranjado y sus mejillas chapeadas, un chico único.

—Yo lo dudo, no creo que la escuela se lo haya tragado.—Continuó César.—Eso lo hace más peligroso todo porque alguien se lo robó.

—¿Y si le preguntamos a su amigo si sabe algo?—Dijo Maria intentando hacer la voz baja pero no lo consiguió porque la escuché perfectamente. 

De pronto todos me voltearon a verme y sin saber el motivo intenté hacerme el disimulado.

Giré mi cabeza hacia el pizarrón como si estuviera buscando algo, después planeaba caminar a mi lugar como si nada pero Maria me interrumpió.

—Hola, ¿Cómo estás?—Estaba justo a mi espalda intentando ser amable conmigo.

—Estoy bien gracias.—No pude negarme a responder aunque lo hice igual de cortante que siempre.

—Oye, ¿Sabes algo de tu amigo?—Me dijo sin rodeos y abriendo los ojos como toda una chismosa que era. 

—No, él ha faltado a la escuela estos días.—Respondí lo que ellos ya sabían con la intención que notarán que yo también desconocía la situación y así me dejaran en paz. 

A ellos no les bastó y mi plan de irme a sentar tranquilo se vió interrumpido por sus nuevas preguntas.

—¿Sus papás no te dijeron nada?, ¿Sabes que está pérdido no?, ¿Sabes que ha dicho la directora? 

Me sentí abrumado por tantas preguntas sin sentido para mí, asi que no respondí ninguna. 

—Yo tampoco se nada, déjenme en paz.—Lo hice con un tono de voz ya muy molesto y agarré uno de mis libros para desviar mi atención.

—No te hagas, ¿Cómo no vas a saberlo? Él era tu amigo.

La palabra "Era" llamó mucho mi atención, no se referían a qué él ya no quería serlo ni que con el hecho de irse nuestra amistad iba terminar, me sonó más a que él ya no estaba aquí.

—¿Por qué tanto misterio?—Ahora yo había pasado a las preguntas.—¿Qué se supone que sucedió?

—¿Enserio no sabes nada?—Me preguntó dudando en que yo me estaba haciendo tonto.—Tu amigo está muerto, lo mataron aquí en la escuela.

Capítulo 2

Sus palabras infundieron un enorme terror en mí. Mi mentalidad de ese entonces no estaba tan madura y escuchar ese tipo de cosas erizaban la piel y paralizaban las palabras.

—Han pasado tres días y ¿Tú no sabías nada?—Me continuaba reclamando.

—No digas esas cosas y menos así a la ligera.—Interrumpió el compañero intelectual que por primera vez se levantaba de la silla.—Te pueden escuchar y te castigarán por eso. Además no sabemos que le pasó realmente.

—¿Pues qué va ser?—Dijo ella muy segura de si misma.—El demonio que habita en los baños se lo llevó y lo mató.

—Te dije que dejes de inventar esas cosas absurdas.—Seguían discutiendo entre ellos. —Esas tonterías te dejarán sola.

—Entonces ¿Qué sugieres tu?—Dijo haciendo una mueca de berrinche y disgusto porque su idea no era aprobada.—¿Desapareció así de la nada un día?, ¿Se lo tragó la tierra?, ¿Huyo del mundo porque se cansó de todo?

—No, sé que es sospechoso que haya desaparecido de la nada pero pienso en algo más lógico.—Sus manos prevalecieron juntas, como si fuera una pose para pensar.—Quizá que alguien se lo robó, lo secuestró o simplemente cobró una deuda con él o su familia.

Yo los escuchaba a lo lejos, seguía impactado por sus palabras pero aún seguía escuchándolos pues al inicio no me creí nada, sabía que eran capaces de jugar con bromas así de fuertes.

Pero mientras seguía escuchando todo comenzaba a coincidir, mi amigo tenía días sin estar en la escuela, además que no se había comunicado conmigo y sin olvidar que había visto a sus padres con un rostro muy triste esperando hablar con la directora. En todo eso pensaba en ese instante.

—Esperen por favor.—Supliqué con mi voz a punto de quebrarse en llanto.—¿Cómo saben que él está muerto?, ¿De qué me perdí?

—Vaya parece que esto es lo inverso a lo que habíamos pensado.—Dijo María muy atenta llevándose la palma de su mano a la cabeza.—Nosotros queríamos más información de ti pero parece que sabemos más que tú. ¡Que decepción!

—Dime por favor ¿De dónde sacaron eso?—Le grité levantándome de mi silla y jaloneandola de los hombros.—¿Qué está pasando?, ¿De dónde sacaron eso?

—Calma chico, te contaré todo lo que sabemos, quizá después podrás preguntar tú a sus padres.—Me respondió poniendo sus manos en las mías haciendo que dejara de moverla. —Todo empezó hace cuatro días, era lunes. Después de las clases lo vieron en la biblioteca buscando información como a las 5 de la tarde. Desde ahí nadie más lo vió y al otro día no se presentó en la escuela.—Su tono era bastante fluido, hablaba con mucho interés.—Hasta ahí todo iba normal pero sus padres vinieron desde temprano para pedir informes sobre él. La directora organizó una junta de urgencia con todo el personal de la escuela solicitando información. Ella se puso muy nerviosa porque según se rumora hace tres años ocurrió lo mismo y le perdonaron el no cerrar la escuela argumentando un mal entendido. Debido a ese caso anterior la directora puso cámaras por todos lados y recurrió a ellas para ver por dónde estuvo tu amigo y a qué hora.

—Y ¿Qué sucedió?, ¿Qué vieron en ellas?—Pregunté muy consternado.

—Calma, déjame seguir. Si no me interrumpes podré hablar más rápido.—Su forma de hablar me desesperaba, contaba una gran historia como si de una novelista se tratara, yo deseaba conocer el punto importante lo antes posible. Pero no me quedó más remedio que dejarla contar a su manera y no interrumpir más.

—Vieron en las cámaras el último lugar donde estuvo tu amigo y después en otra sección de la escuela. Dos horas después apareció su cuerpo ya sin vida. Dicen que apreció cerca del cuarto de los conserjes y otros dicen que lo encontraron en el estacionamiento tirado.—Pausó para tomar aire.—Después de eso corrieron al lugar y encontraron el cuerpo ahí. Iban la directora, el subdirector, un maestro y por supuesto los padres. Llamaron a la policía y a todo los que pudieron pero ya era demasiado tarde. No sé bien cómo estuvo pero seguramente llevaba desde el día pasado sin vida.

Yo estaba en verdad sorprendido y enojado, recuerdo que es día al que hacía referencia estuvo conmigo y me pidió que lo acompañará a la biblioteca pero me negué, le dije que ya era tarde para estar buscando información pero él y su obsesión por sacar buenas notas lo llevaron allá incluso sin mí.

Al siguiente día llegué como si nada buscándolo y no lo ví pero creí que era un día que faltó por alguna razón lo cual se me hizo muy raro porque me hubiera avisado.

Desde ahí no lo volví a ver y me sentía muy enojado con él por eso. Por mi cabeza pasaron tantas posibles opciones para justificar y entender su ausencia que jamás pensé en la realidad. Mi amigo es el que debería estar furioso conmigo porque yo lo abandoné, no fuí a la biblioteca con él y por eso… estaba muerto.

—Toda esa información nadie la ha hecho oficial, nosotros nos enteramos por un alumno que lo vió todo.—Continúo su narración.—Esteban de 3C, ese chico estuvo presente cuando observaron todo en las cámaras e incluso se coló para ver su cuerpo. De él salió el rumor aunque la directora le prohibió que dijera algo y es de entenderse, si los padres se enteran de esto sacarán a sus hijos de la escuela y adiós negocio.—Mi compañero analítico continuó diciéndome eso.

—¿Cómo puedes creer que la directora solo piensa en su negocio cuándo un niño murió?—Preguntó Maria muy molesta.

—Porque es la verdad, ¿No sabías que hay tres casos de años anteriores donde murieron también otros niños?—Seguía usando ese tono de sabelotodo que comenzaba a ser muy molesto.—Desde ese entonces tendrían que haber cerrado la escuela pero ella hizo todo lo posible por mantener la situación en secreto ¿Por qué crees? Para que no le cerrarán la escuela, claro está.

—Seguramente lo hizo por respeto a la familia ¿No has pensado en esa posibilidad?—Sin duda en ese momento ella me caía un poco mejor.

—¿Y tú no has pensado en la posibilidad que también estés equivocada?—Le gritó muy fuerte queriendo imponer su idea no solo con ideas y argumentos si no también imponiendo su autoridad con su voz.

—Sea lo que sea ¡Están hablando de la muerte de alguien con una naturalidad abrumadora!—Interrumpí su absurda conversación gritando como loco ocasionado que todos me miraran.—¿No se dan cuenta de la gravedad del asunto? Un niño puede estar muerto, ocurrió dentro de la escuela y ustedes hablan de eso solo con morbo, ¡Son nefastos!

En ese momento no quise saber más del tema y salí corriendo del salón de clases.

En la entrada choqué con el maestro que ya venía a dar el tema pero no me importó, después de reponerme del impacto seguí corriendo.

El profesor con el que había chocado era el de matemáticas, una persona joven con estilo al vestirse, era de las pocas personas que se le veían bien incluso un par de lentes tan grandes como el los usaba. Quizá su fleco o el rostro tan delgado le hacía lucir bien. 

Ese profesor era de los más estrictos y no toleraba desorden o faltas en su clase pero debió notar algo muy raro en mi que me dejó salir sin decir una sola palabra.

Corrí a la dirección donde estaba seguro que sus padres aún estaban ahí, necesitaba tener respuestas claras a lo que me habían contado y solo ellos podrían hacerlo.

Capítulo 3

Al llegar encontré la puerta de la dirección cerrada, era obvio que si se trataba de un tema así de importante lo manejarían con esa discreción, pero yo estaba desesperado así que me acerqué a la puerta y antes de tocar coloqué mi odio para escuchar. Al hacerlo escuchaba la voz de su mamá pero no entendía lo que decía porque estaba llorando, la directora también platicaba pero no podía saber de qué ni tampoco amarraba el hilo de la conversación. Intenté concentrarme más pero solo pude escuchar palabras sin sentido para mí, así no iba a conseguir nada.

Toqué la puerta muy decidido a llegar al fondo del asunto, las voces se detuvieron un poco pero el llanto no.

—¿Quién es?—Preguntó la directora refiriéndose a mí para obtener una respuesta.

Consideré que sería absurdo responder que era yo porque no estaba seguro de ser tan conocido y mucho menos de responder el resto de preguntas que seguían, así que abrí la puerta para poder entrar.

—Buenos días, ¿Puedo pasar?—Asomé solo la mitad de mi cuerpo abriendo un poco la puerta.

—Jovencito, estamos en una reunión muy importante, vaya a su clase por favor. —La directora me trató de hechar fuera lo más sutil que pudo pero yo no había llegado tan lejos para irme.

—Por favor permítame hacer una pregunta.—Di un paso adentro intentando improvisar mis siguientes movimientos.—Ustedes son los papás de mi amigo ¿Me recuerdan? Soy Efraín y su hijo es mi mejor amigo. 

Sus padres me miraron enternecidos por la forma que estaba hablándoles, no estoy seguro si me conocían o no porque solo me habían visto un par de veces y no conversamos mucho. 

—Solo quería preguntar ¿Por qué no ha venido a la escuela? En el salón escuché muchos rumores y quiero saber qué sucedió.

Sus padres no me respondieron nada, al menos no de una manera verbal, lo hicieron con sus rostros tristes y con una expresión que casi los llevaba al llanto. Pude entender que los rumores tenían algo de verdad al mirarlos por unos segundos, si bien eso no me corroboraba que estaba muerto si lo hacía el hecho que algo estaba mal.

—Entiendo tu preocupación Efraín pero ahora no es un buen momento, tu amigo no regresará a esta escuela.—La directora, una mujer bastante joven para desempeñar el cargo me respondió calmadamente. Ella había ejercido su cargo durante seis años cuando su padre le dejó el puesto, era una mujer elegante, su cabello tenía un tinte color plateado, lacio y muy largo. Tenía algunos broches de color anaranjado cada uno en un costado. Su tés era blanca, sus ojos pequeños y negros cubiertos por unos lentes delgados que mejoraban su vista. Estaba vestida muy informal como siempre, llevaba una playera color rosa que se cubría por una chamarra de pana color café, a mi gusto era la prenda más elegante que llevaba puesta en ese momento. Estaba sentada recargando sus codos en la mesa.

Su actitud no era más que la de una persona negociando algún asunto, más que la de una representante desesperada o preocupada como debería ser el caso. Al mirarla así me relajé un poco y pude hacer noción que nunca había entrado en esa oficina, se veía algo escalofriante. Había varias estatuas raras en las esquina y unos cuadros estilo gótico que decoraban las paredes. El que más miedo me dió fue el que estaba justo arriba de ella. Era el rostro de un niño colocado de perfil y sonriendo un poco pero en esa sonrisa se le veían unos dientes muy largos y descuidados. La oreja que se veía era muy puntiaguda y algo larga, su cabello tenía un corte que no había visto algo menos no en esta época, era más como de una de esas películas antiguas que había visto en la tele. Se veía bastante demacrado como si con el tiempo se hubiera afectado su rostro estando en ese retrato.

—¿Desde cuándo era tu amigo?—Me interrumpió la inspección su padre al hablarme, se dió la media vuelta para quedar de frente a mi.—¿Lo conocías bien?

—Desde que entré en esta escuela señor, hace dos años atrás.—Yo también lo miré a los ojos para responder.—Es mi mejor amigo, hacíamos todo juntos pero solo dejó de venir y no supe el por qué.

Él se me quedó viendo fijamente a los ojos como tratando de analizarme y poder conseguir más información de mi de este modo.

Pero el silencio me ayudó a analizar también a mí en mi mente. Él había dicho "Conocías" Otra vez esa expresión en pasado como si ya no estuviera.

—¿Por qué dijo lo conocías?, ¿Por qué ya no vendrá?—Me apresuré a preguntar pues mi angustia había aumentado.—Aunque vaya a otra escuela él puede ser mi amigo ¿No?

—Efrain no molestes más a sus padres, ve a clase por favor.—La directora estaba muy insistente y está vez se levantó de su cómoda silla para ir conmigo.—Ven, sal de aquí y ocúpate de tus cosas.

Ella me agarró de la mano y me jaló muy sutilmente a la puerta para sacarme pero la madre de mi amigo le interrumpió diciendo.

—Espere por favor, si él es su amigo quizá sepa algo que nos pueda ayudar.

Tanto el señor como la directora la miraron sorprendidos, no se les había hecho buena idea involucrar a un menor en ese tema pero ambos accedieron pues pocas cosas se le pueden negar a una madre desesperada por un hijo.

—Bien Efraín, vamos a conversar contigo un momento pero te voy a pedir que lo que escuches aquí no lo digas a nadie por favor.—Me dijo la directora con un tono muy serio.—Es por el bien de tu amigo.

—Si, claro. Cualquier cosa por él.—Respondí motivado soltando su mano para caminar más cerca de sus padres.

—¿Qué le sucedió a mi amigo? 

—Él está... desaparecido.—Respondió la directora mientras se iba a sentar nuevamente.

Me impresionó el grado de cinismo que tenía al seleccionar las palabras y el tono para hablar de una situación tan grave. 

—¿Desaparecido? ¿Pero cómo, cuándo?—Creo que no estaba haciendo las preguntas correctas ni a la persona correcta, pero mi desesperación se estaba haciendo grande.

—Permíteme, yo te voy a explicar un poco.—Su papá se hincó justo frente a mí para decirme lo que estaba pasando.—Hace cuatro días él no llegó a la casa, se nos hizo muy extraño y lo estuvimos buscando por todos lados. Pensamos que se había entretenido en la casa de su primo donde algunas veces pasaba. Tratamos de comunicarnos pero nadie respondió así que fuimos directamente sólo para saber que no había estado ahí. Buscamos en las calles toda la noche, tratando de seguir el camino que usaba para llegar a casa. No sabíamos de ningún otro amigo, venimos a la escuela pero nadie nos atendió.—En sus ojos se notaba la tristeza con cada palabra.—Dada la situación tuvimos que ir a la policía pero ellos nos dijeron que tenían que pasar 24 horas para iniciar una búsqueda dándolo por desaparecido.

Al día siguiente venimos a la escuela a primera hora para ver si alguien sabía algo pero no fue así. La directora nos atendió y mostró videos de las distintas cámaras de seguridad que hay y en una pudimos ver cómo el salía de la biblioteca a las 6 y de ahí no apareció en ninguna otra cámara hasta que repentinamente aparece su cuerpo en el estacionamiento.

Su padre usaba un tono que comenzaba a darme escalofríos, era como si estuviera relatando una película de esas que no se encuentra explicación alguna en los misterios que generalmente terminan empeorando.

—Al ver la cámara fuimos directamente a ese lugar pero comprobamos que su cuerpo ya no estaba. Buscamos en los alrededores pero tampoco pudimos ver nada.—Seguía platicando sin detenerse y con un aspecto sumido en la desesperación total.—Volvimos a la dirección para examinar el vídeo y poder ver quién lo había movido o si él mismo se había levantado pero nada apareció, al correr el vídeo solo se ve como el cuerpo desaparece y sigue todo normal hasta que nosotros llegamos a ese lugar. Lo hemos revisado muchas veces ya en las cuales resulta cada vez más raro y confuso.

—Pensabamos que se trataba de una broma que tu amigo quiso hacer con ayuda de alguien.—Interrumpió la directora al señor para comunicar su opinión.—Pero sus padres me juran que él no tendría mentalidad para hacer algo así, además no creo que ningún alumno se preste o tenga el talento para manipular así las cámaras sin que nos diéramos cuenta.

Download MangaToon APP on App Store and Google Play

novel PDF download
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play