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Oscuro Amor

Prologo

¿Por qué Eros siendo inmortal se enamoraría de una humana y pasaría cualquier prueba solo para poder casarse con ella y hacerla su mujer eternamente?

¿Acaso el espíritu Náyade Salmacis se había enamorado a primera vista de Hermafrodito, cayendo en un abismo en que ella haría cualquier cosa para estar con él. Hasta el punto de fusionarse en un solo ser para siempre...aunque él no la amara?

¿Por qué Apolo seguiría cegado por el amor y perseguiría a Dafne, quien lo aborrecía con odio extremo llegando al punto de terminar su vida para no poder estar con él. Porque Apolo seguiría amándola eternamente cuando se dio cuenta que ella lo odiaba?

¿Por qué Orfeo no se resistió y miro hacia atrás, a su mujer muerta, Eurídice, quien había muerto y había ido al inframundo. Porque la tentación lo gano, sabiendo que si miraba hacia atrás y rompía la regla que Hades y Perséfone le habían exigido ella volvería al inframundo para siempre y él moriría de agonía y dolor?

¿Por qué Hades se había robado a Perséfone de una vida pacífica y la había llevado al inframundo. Acaso él se había enamorado o solo lo había hecho para hacer enojar a Zeus. Porque Perséfone no se quejó de su secuestro al inframundo. Acaso ella se había llegado a enamorar del frio y oscuro corazón de Hades?

¿Por qué yo me enamoraría de una persona que no me aprecia, que solo cree que soy un maldito estorbo, que cada vez que hablo es como si fuera que para él todo eran mentiras y tonterías. Porque lloraría cada noche por su alma oscura y cada día verlo a los ojos para perder mi inocencia?

¿Por qué él me odia?

¿Por qué yo no puedo alejarme?

¿Acaso Él y yo fuimos maldecidos por Eros, yo recibiendo el castigo con la flecha Dorada incitada por el amor y él siendo flechado por la flecha de Hierro incitada por el Odio?

¿Por qué el amor te hace enamorar de una persona que solo te destruiría?

Capitulo 1

— ...haz todo lo que te dice, serán cuatro meses de completa responsabilidad por tu parte. Él es el vicepresidente de esta compañía, tiene un estricto orden de ser puntual y tener las cosas en su lugar. Y por favor, solo por favor... habla solo cuando él termina de hacerlo. — la exuberante pelirroja se detiene de golpe haciendo que me detenga antes de que mi cuerpo golpeara con el de ella.

— Sí. — musito con una sonrisa. Ella se baja un poco los lentes para hacerme entender que esto era importante. — Sí, lo entiendo.

— ¿Sita. Johnson. usted sabe que esto es importante? — ella vuelve a resaltarme la misma pregunta. La misma

pregunta que me ha hecho desde que le dije mi nombre.

— Lo entiendo, de verdad. — le digo con rostro serio, pero no lo resisto y rompo con una sonrisa. — Esto es grandioso, me da mucho placer saber que él va a escucharme.

— Escucharla profesionalmente.— ella me aclara, sus brillantes zafiros azules brillan.

— Por supuesto.

— Bueno, aquí es. — me apunta con formalidad hacia una puerta de doble hoja color madera oscura. Las paredes a sus costados son de vidrio, la cual no contrasta nada del otro lado, dando ninguna señal de algún movimiento o lo que puede haber dentro. — Golpee dos veces y espere a que le den permiso para entrar.

— Una pregunta. — luego de que asiento y ella está a punto de ir a sentarse a un escritorio que esta fuera de la sala. — Si usted es la secretaria, ¿Porque usted no se encargó de hacer lo que tengo que hacer yo?, no me estoy quejando es solo una duda.

— Acabo de hacerlo. El Sr. Ferragni es muy meticuloso con sus proyectos prefiere trabajar desde la raíz del problema.

Asiento pensativa.

Cuando ella se está alejando y toma asiento en su cubículo, me acerco a la puerta, suspiro dos veces. Los nerviosos me carcomen por dentro, pero el entusiasmo me llena las venas. Golpeo la puerta dos veces, un terrible silencio del otro lado, siento un apenas 'Adelante', me acomodo el vestido color frambuesa que es suelto y me llega hasta las rodillas, muy veraniego. Nueva York está en su estación, la estación en la cual todo florece y central park se vuelve algo hermoso. Tomo la manija con la mano, la bajo y abro antes de escuchar como la  pelirroja grita mi nombre. Miro hacia adentro, a un hombre de espalda mirando hacia los grandes ventanales que decoran su oficina. Al escuchar que alguien ha invadido su lugar se gira.

Sus grandes ojos azules oscurecidos debajo de unas gruesas pestañas largas las cuales les acompañan un fino entrecejo que indica que algo le molesta, las casi visibles líneas de su frente indican que vive frunciendo el  entrecejo. Una nariz puntiaguda en su punto, pómulos finos, piel bronceada y.…mierda, sus labios, en forma de

diamantes, rosados y en una fría línea fina y recta. Lleva un traje, un jodido traje con chaleco, color azul marino, haciendo resaltar su piel, pequeños gemelos dorados brillan al chocar con la luz del sol.

—¿Y usted quién es?

Capitulo 2

— ¿Y usted quién es? — su pregunta es escupida por esa fina línea de labios comestibles, hacen que mis piernas flameen. — Le he hecho una pregunta, ¿Acaso es sorda?

Cuando estoy a punto de hablar, la pelirroja se posa a mi lado y cuando sus ojos se posan en su jefe sus pálidas mejillas se tiñen de rojo.

— Lo siento, Sr. Ferragni. Ella es la persona que han mandado como representante del proyecto. La Sita. Eider Johnson. — dice con suave voz, un tono que no sabía que sus cuerdas vocales podrían emitir.

— Sita, Lennox, ¿No le ha dicho sobre tocar y esperar a ser atendida?

— Sí, sí lo hice, señor.

Cuando él está por hablar, me abro paso hacia su oficina, su ceño fruncido se hace más profundo.

— Sí, ella lo hizo. He tocado la puerta, dos veces...— levanto mi mano y muestro dos dedos junto a una sonrisa nerviosa. —, yo he escuchado que usted me decía que podía pasar.

Sus fosas nasales se vuelven grandes, como si estuviera respirando con dificultad.

— No debes interrumpirlo. — me dice la ojialegres de la pelirroja, en un susurro casi inaudible a mis espaldas.

— No me has dicho ese punto. — murmuro girando un poco mi cabeza.

— Sita. Johnson puede dejar de cotillear. — no es una pregunta, es una simple y fría orden. Me pongo rígida. — Sita. Lennox, cierre la puerta y no me moleste por dos horas. Oh, y cambia mi horario de la reunión de esta tarde para las cinco.

— Pero, señor, a las cinco viene el director técnico que ordenó.

— Mierda. — Ferragni piensa en unos segundos y después hace un movimiento con su mano restándole importancia. — Haga lo que sea, pero cámbiame el maldito horario.

Para mi sorpresa, la pelirroja no objeta nada más, se disculpa y cierra la puerta. Me quedo parada mirando hacia  las ventanas menos a él. Su profunda mirada hace que mis piernas flameen y de repente tengo un incontrolable calor.

— ¿No va a tomar asiento? — me pregunta haciendo un gesto hacia una de las sillas de cuero negro que están frente a su grande escritorio color caoba, dudo un segundo y veo su impaciencia. Camino con cortos pasos y llego a la silla, me siento, aliso mi vestido y dejo mi carpeta sobre mis piernas. — Oh, tu cállate, ¿No tienes  algo que satisfacer? No te metas en como dirijo.

— ¿Disculpe? — digo con la garganta seca, mi voz sale ronca.

— A usted no se lo digo. —Él ni se molesta en mirarme. — Luego te llamo, tengo que cosas que hacer.

Levanta una de sus grandes manos y va hacia su oído, se saca un pequeño aparato con el cual estaba hablando con otra persona. Lo deja sobre su escritorio con sumo cuidado, se acerca a su inmensa silla color bordo oscuro, contrastando con su traje. Una increíble combinación de azul, sus ojos, azul, su traje, rojo, su silla. Jodidos dioses. Cuando se sienta y se inclina un poco hacia adelante, su cabellera rizada y larga se viene hacia adelante, mis dedos hormiguean por tocar. Levanta de nuevo una mano y la pasa por su cabellera, llevándola hacia atrás. Cuando despego la mirada de él, presto atención a su escritorio, las cosas están perfectamente ordenadas...todas en su lugar.

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