NARRA HECTOR
La noche estaba poblada de estrellas en el firmamento, la luna en forma de medialuna con una estrella más brillante que el resto en la punta.
La brisa fresca acoplaba el calor de esa localidad del Bañado.
Estaba en la inauguración de uno de los cuantos hoteles que diseñe para el turismo, me sentía orgulloso ante la deslumbrante obra arquitectónica, que inicio en un papel y ahora era una realidad.
Con amplio campos de recreación, tanto de tenis, como de voley y fútbol. La enorme piscina que no puede faltar para que los huéspedes se refresquen.
Fue construido cerca de la naturaleza, esa frondosa vegetación que permitía a los turistas apreciar la fauna y flora de este lugar tan al norte, de este hermoso país, que ofrece todas las variables de climas.
Me aprovecho de los diferentes climas, para construir en puntos estratégicos los hoteles.
Soy un empresario muy exitoso en hotelería, sin dejar de lado mis titulos en diseños arquitectónicos, por lo que lo que me imagino, lo hago realidad.
Cómo ese hotel que es el que más me gusta y está suspendido en el aire cerca de una montaña, cuyas paredes y pisos de vidrio dan la sensación de flotar en el aire. Una verdadera belleza arquitectónica.
Ahora estoy en este lugar que el calor es muy abrazador, por lo que se diseño de una manera que la frescura en el interior sea la que reine, en la temporada de verano y en la de invierno te abrigue.
Me encanta el aroma a las flores del jacaranda y azares que adornan el jardín del hotel.
Se armó una gran fiesta, hay un grupo de malabaristas, magos, trapecistas y las singulares gitanas que adivinan tu suerte.
No creo en nada de eso, pero todo sea para entretenimiento de los invitados.
Camino acompañado por mis amigos Sergio y Enzo, los considero mis manos derechas, uno es ingeniero en construcción y otro es organizador de eventos, son mis socios.
-Vamos a ver a las bailarinas. Me incentivan.
-Vamos... Podemos relajarnos un momento. Insiste Sergio.
Nos sentamos en una de las mesas acomodadas en el patio con una sombrilla que nos cubre del rocío de la noche, ante nosotros danzan las gitanas con sus movimientos sensuales y sus parejas de baile.
Nos sirven unos tragos y aperitivos. Suspiro mirando sin mirar, al recordar a mi novia que siempre se queja porque no estoy con ella como quisiera. Siempre me corta y luego vuelve. Y está vez me lanzo el anillo de compromiso porque debía volver a viajar.
Al levantar la mirada veo una joven con un tipo pañuelo que adornaba su cabeza, tenía su larga cabellera suelta al viento, sus manos llenas de anillos y sus muñecas con varias pulseras, lucía un vestido de una tela fina casi transparente llena de flores en tonos rojos y azules.
Miraba directo hacia mi, nuestros ojos se encontraron, veo que se incorpora de su asiento revelando su abdomen descubierto adornado con una cadena fina llena de diges e inicio su baile, era como si bailará para mí, sus movimientos eran muy ardientes, enérgicos.
Con su baile todos se levantaron al sentirse atraídos para unirse a ella, por más que la rodeaban sentía que seguía su mirada posada en mi.
Terminó la música y se retiró, la seguí con la mirada para saber adónde iba.
Ella ingreso en una carpa que había en un sector. Aprecie el enorme cartel que decía se "Lee la mano".
Me ví caminando hacia ese sector sin decir una palabra a mis amigos que estaban entretenidos con el espectáculo de las demás gitanas.
Ingresé inhalando profundo un aroma a incienso que me relajaba y hacía sentir cómodo.
La ví sentada observando unas cartas que posaba en la mesa que tenía ante ella, al verla más de cerca su belleza era indescriptible, sus ojos color canela, su piel tostada, sus labios rosados, su nariz fina y delgada.
Me senté ante ella sin esperar invitación, nuevamente nos miramos a los ojos, ella me pidio mi mano y le enseñe las dos, tomo mi derecha, deslizo su dedo índice por mis líneas provocando un cosquilleo en todo mi cuerpo, como si me acariciara completo.
Apreté los labios evitando exhalar algún sonido, temia que suene un gemido del placer que me provoca su toque.
-Cariño. Me dijo mirándome directo. - No crees en nada de esto... Eres muy seguro de ti mismo... De los que consiguen lo que quieren... De lo que no esperan a que le caiga nada del cielo... Sino van por ellos... Así que dime a qué viniste en realidad. Me dice.
-Eres la que adivina... Deberías saberlo. Le respondí.
Ella curvo sus labios en una leve sonrisa.
-Te espera tu prometida en casa... Deberías regresar con ella... Hay uno que la ronda... No descansará hasta tenerla. Me dijo.
-Me podrías decir algo para que crea. Le digo.
Ella me sostiene entre sus dos manos mi derecha, las siento caliente, veo que estira su cuello inflando su pech@ de aire y expulsa de manera pausada.
-Dime qué quieres saber. Me dice.
-Si logras decirme algo que solo se yo y nadie más... Te creeré. Le dije.
Ella se inclino hacia mi mirándome a los ojos, no pude evitar curiosear sus lomas que sobresaltan a mi vista por su pose. Me tocó el rostro de una manera tan suave, no suelo dejar que lo hagan pero con ella no es el caso.
-Es muy lindo el anillo de compromiso... Aunque a ella no le gusta la piedra muy grande. Me dice enseñándome el anillo de diamantes que celosamente guardaba en mi bolsillo del lado de adentro de mi saco.
-Pero ¿cómo? Le digo al querer sacarle, ella me hizo el amague, me guíño un ojo y me lo regreso, retirándose a su lugar.
Revise si no me robó el anillo, estaba ahí, no lo había tomado.
-Asi como la fortuna te sonríe... Es alto el precio que vas a tener que pagar... Deberás elegir entre el amor o la fortuna. Concluyó.
-¿Qué quieres decir?. Le pregunto.
-La riqueza te volvió arrogante, engreído, prepotente, orgulloso... Olvidaste las sabías palabras de tu anciano abuelo... Pero llegará el día en que lo recordarás y ahi recién serás el hombre más millonario sin un peso en el bolsillo. Me dijo.
-No tiene sentido lo que dices... Millonario sin un peso... No tiene lógica... Pero comprobé que haces un buen trabajo... Sirve para entretener a las masas. Le digo incorporándome para salir de ahí, sentía que me asfixiaba.
" No acertó en la predicción, mi novia me había cortado"
Llegué hasta la mesa donde estaban mis amigos y me puse a beber con ellos, lo que me dijo esa gitana me dejó inquieto por alguna razón, "que tontería", pensé al final, todo lo hacía por los huéspedes, siempre enseñando las culturas que conviven de cada lugar que hago un hotel.
Al terminar de beber decidí retirarme a descansar, había estado sin dormir desde muy temprano.
Mis amigos siguieron no querían perderse nada.
Camine dirigiéndome a la habitación donde tenía asignado para descansar y por el pasillo me choque con la joven gitana.
-Lo siento. Le dije con la lengua trabada.
-No se lo ve bien... Deje que lo ayude. Me dice.
-No hace falta. Le digo y casi me caigo, si ella no me atajaba estaría en el piso.
-Apóyese en mi. Me dijo y me sostuve por ella.
-Solo esta vez... No suelo tomar... No se que me llevo a hacerlo. Le digo.
-Ella miro el número de la llave dirigiéndose a la puerta, la intrudujo, abrió ayudándome a pasar, me hizo sentar en la cama, me quito los zapatos y el saco, me acomodo la almohada en la espalda.
-Descanse. Me dijo antes de irse y la ataje.
-Quedate... Cuentame como lees la mano... Siéntate aquí. Le indique a mi lado.
Ella suspiro asintiendo y se sentó a mi lado, le sostuve la mano.
-Eres muy bonita. Le dije.
Ella sonrió mirándome a los ojos.
-Debe dormir... Mañana le espera un gran día. Me dijo.
-Contesta a mi pregunta. Le pido.
-Mi abuela me enseñó... Pasa de generación en generación. Me cuenta.
-Es un truco... O hay algo de cierto. Le digo.
-Ya que mañana no recordaras esto... Te dire...En mi caso no es un truco... Pero me pasa algo malo... Nunca logro ver algo alegre o feliz... Y ahí disfrazó las frases para que no caiga mal. Me dice.
-Eres una embustera... Por decirlo de algún modo. Le digo.
-Hieres mi corazón... Y es muy sensible. Me dice con una cara en un gesto muy tierna.
No puedo evitar sentir atracción por besar sus labios, me aproximó saboreando de una manera delicada, ella me toma el rostro profundizando el beso, nuestras lenguas se estrellan entre ellas, su labio inferior es tan apetecible, mi mano poso en su cintura que es fina y suave al tacto.
En unos segundos el calor invade nuestros cuerpos, la siento sobre mi sin dejar de besarla, la estrujó entre mis manos su espalda, sus glúteos, me despoja de mi camisa en un jalón, es enérgica en su proceder, giro sobre ella dejándola bajo de mi figura que la cubre completa, es pequeña, pero se amolda muy bien a mí, extraigo una protección de mi billetera, ¿hace cuánto lo tenía? que no se si aún funciona, relojeo de paso la fecha, ella me sonríe al verme leer, me lo quita de la mano y extrae del paquete envolviendo con el látex mi hombría de una manera tan suave que me eriza la piel, le extraigo su diminuta ropa interior sumergiéndome en ella sin dejar de besarla con deseo, la siento tan ajustada, tan apretada que me hace crecer mas.
No me explicaba como era posible que ella me provoque esto, a la primera, a pesar del cansancio estoy altivo, firme, disfrutandola completa, su sabor es tan exquisito, su aroma a flores en su piel me envuelven en una lujuria incontrolable. Sus firmes y redondos glúteos, me encantan estrujar en mis manos, mientras estoy en un ida y vuelta sintiéndola completa. Ella gira sobre mi, quedando sentada, se despoja de sus prendas revelando su hermoso cuerpo, sus lomas tienen un tono claro al estar ocultas del sol, sus puntos rosados están firmes y los saboreo uno a uno. Sus gemidos me elevan más. Se mueve enérgica, no se detiene, en mi cabeza explotan juegos artificiales de placer. Giro sobre ella, no quiero que esto termine, le mido el ritmo, porque su manera de hacerlo me enloquece peligrando a que termine antes.
Siento que me arde todo el cuerpo, y sin poder detenerlo el volcán entra en erupción.
Me desplome sobre su fisonomía sin dejar de saborear sus labios, fuimos muy enérgicos, eso era raro en mi que siempre era de ir despacio, pero con ella algo despertó, como un león enjaulado que se libera para devorar a su presa.
Sus manos en mi cabello que sostiene, por más que estire me enloquece.
-Tienes otro. Me pregunta por la protección y niego era el único que tenía.
-Que lástima. Me dice dándome otro beso y retirándose de mí.
-Ya te vas. Le digo tratando de recuperar el aire al ver que se cambia de nuevo.
-Como alma que lleva el diablo. Me responde posando un beso en mis labios.
-Te molestaste. Le pregunto.
-No cariño... Me encantó... Pero no debo estar aquí... Se supone debía estar en mi cuarto durmiendo. Me dijo.
-No soy de hacer esto... No acostumbro a estar con mujeres. Le aclaró.
Ella sonrió aproximándose a mi.
Me beso de manera intensa posando mi mano en su loma.
-Lo se... Yo tampoco acostumbro a estar con hombres ... No debería sin la aprobación de mi padre. Me dice.
-¿Cómo quedamos?. Le consulto.
-Un cierre de esta noche muy especial... Cada vez que la luna cuarto creciente este en el firmamento, me recordarás. Me dijo entregándome un dije en forma de medialuna.
Me dió un último beso antes de salir. Sus labios saben tan bien y su tono es tan provocativo.
Quedé sonriendo como un tonto olvidando todas mis responsabilidades.
Me dirigí a darme una ducha y me deshice de la protección lanzándolo por el inodoro.
Me acosté a dormir abrazado a la almohada donde ella se recostó y aún estaba su aroma.
(* HECTOR LOZANO: 38 años, cabellos negros, ojos color miel, bronceado, 1.75 metros de estatura, trabaja en el rubro de construcción de hoteles )
NARRA ISA
Ser la menor de mis hermanas no es nada fácil, mi padre siempre me está comparando, sacando a la luz sus virtudes, lo capaces que son.
Yo siempre me salí del libreto, queriendo saber algo más, no me quedaba quieta curioseando.
Mientras mis hermanas estaban en sus clases de canto, por mi parte recorría el nuevo hotel que mi padre mandaba hacer, me escabullia a mirar esos dibujos en esos papeles que me resultaban gigantes.
Me gustaba dibujar, por lo que le aportaba mis ideas al plasmar mi arte en ellos.
El Arquitecto tenía un hijo que seguía sus pasos y lo tenía como su aprendis, al pescar lo que yo hacía me alzaba en su regazo y me susurraba, será nuestro secreto, no le diremos que fuiste tu o estarás en problemas. Me daba un caramelo y me despedía, después él se ponía a seguir mis trazos y se hacía responsable de que le surgió una idea.
Pasaron los años, me enviaron a un internado para que sea más centrada y no tan avispada, pero no podía evitarlo, tenía la sangre gitana de mi madre, a quien extrañaba a mares porque falleció tan joven por lo que siempre investigue sobre sus costumbres, era mi modo de tenerla cerca.
Conocí a Daniel en uno de mis cuantos viajes para las reuniones de familia, era un socio de mi padre, me lleva muchos años, pero eso nunca es un impedimento cuando hay amor.
Él siempre fue el más centrado calmando mis impulsos por estar entre sus brazos, me pedía paciencia que llegaría el momento en que podíamos estar juntos como anhelábamos.
Me enviaba fotos de su miembr@ mostrando cuánto me deseaba al estar lejos de él.
"Si quisieras estaría contigo", le respondía.
"Cuando nos casemos", me afirmaba.
Pensar en ello me llena de ilusión por lo que me empeño en estudiar para terminar mi carrera y recibirme cuánto antes.
Cuando recibí el correo de mi padre y leí que había hecho construir otro hotel, donde me pedía que fuera porque se celebraría la boda de mi hermana la mayor. Estaba por inventar una escusa para no ir, pero cuando ví la foto de él junto a sus socios que estarían presente, me decidí en venir.
-Me alegro tenerlas a todas aquí reunidas. Inicio mi padre en la cena en que presentaría al prometido de María Antonieta.
Yo también estaba ansiosa para presentar formalmente a Daniel como mi pareja, lo miraba de reojo sentado en la mesa próximo a mi padre, se veía muy guapo de camisa blanca y bermuda.
-Como saben inauguramos este hotel para los turistas que siempre vienen y no consiguen un lugar donde parar... Y no solo eso... También se celebrará la boda de mi hija mayor... Y les presento a Daniel Garrido que desde el sábado será parte de nuestra familia. Dijo mi padre.
Lo quedé mirando, a caso él ya pidió mi mano y es una sorpresa para mí.
-Por favor hija. Dijo mi padre, estaba por pararme y veo que es Anto la que lo hace.
No podía creer, mi hermana, mi propia hermana me clavaba ese puñal por la espalda.
Ella tenía su novio un tal Ramiro, este fue un revés que no lo ví venir.
Todos aplaudieron felicitándolos. Por mi parte me pare retirándome de la mesa, no soportaba tanta hipocresía.
Claro que Anto seria la elegida, era la mayor, la próxima en la linea de la herencia, la que recibiría este hotel, yo solo era vista como la pequeña, la pispireta, la niñita de papá.
Me dirigí a mi cuarto me cambié la ropa, me vesti con las prendas de gitana que le gustaba a mi madre usar y era un modo de consuelo, un modo de sentir su abrazo, o solo me quería consolar de ese modo al necesitar un abrazo ahora.
Al salir me encuentro con Anto en la puerta mirandome con pena.
-Saca esa cara... Te vas a casar. Le dije como restándole importancia, pronto me iría a terminar mi estudio y jamás volvería aqui.
-Isa lo lamento... Sabes que nuestro padre es lo que organiza todo. Me dijo y sonreí sarcástica.
-Si querías podías negarte... Pero no lo hiciste... Se te veía muy conforme... Seré la más joven... Pero no me tomes por estúpida. Le dije.
Ella se puso seria, mirándome fijo.
-Sabes que los hombres piden la mano de la futura esposa... Es lo que se acostumbra en nuestra familia... Daniel pidió la mía. Me dice.
-Me sacas un peso de encima. Le digo irónica, dejándola parada y me dirijo a la fiesta que se organizo para la inauguración del hotel.
-Isa. Me freno mi padre. - Para vos tengo uno acordé a tu edad. Me dice, mi padre sabía de mi interés por Daniel, no hice mucho para ocultar la emoción que sentía al verlo.
-No te molestes, puedo elegir por mi misma. Le dije.
-Ya te elegí uno, solo debes conocerlo. Me dice.
-No lo anuncies... Puede María Cristina interesarse y la cases con él. Le dije, dejandolo con la palabra en la boca.
Me dirigí a la fiesta y me senté a ver el show, al menos así distraerme, pero como iba a hacerlo, adelante mío estaba Daniel sentado junto a Anto.
"Son unos hipócritas, me vieron la cara, como no lo ví venir, solo fui una diversión, una distracción". Pienso molesta.
"Le demostraré que no me derroto su engaño", dije decidida y me levanté a bailar, para que vea Daniel de lo que se pierde por elegir a Anto.
Aprendí muy bien en mis clases de baile, le saco chispa a la pista, veo que él mira fijo, se afloja la corbata, conseguí incomodarlo. Pero Anto le toma del rostro posando un beso en él.
Suspiro frustrada, y me alejo para no cometer delito, ingreso en una carpa de gitana divisando sus cartas que me pongo a leer para saber que me depara el futuro, al menos ahí hallar una luz en tanta oscuridad.
La indignación, recorre mi sangre, tengo ganas de arrancar los cabellos de María Antonieta.
Renegando contra mi misma por ser tan ingenua siento que se sientan ante mi.
Levanto la mirada encontrándome con un huésped.
Mi padre siempre nos dice que gracias a ellos tenemos todo, por lo que hay que ser amables y complacientes.
Al ver a sus ojos supe que me creía una gitana, por lo que me comportó como una y aplicó lo que había estudiado.
Por su expresión me di cuenta que no acertaba nada, pero debía seguir actuando enérgica y alegre para que parezca creíble.
Se levantó conforme y suspiré hondo. En lo que me vengo a meter. Pensé.
Atrás de él ingreso Daniel.
-YA HE CERRADO. Le dije sería.
-ISA... ESCUCHAME... TE ELIGIRIA UNA Y MIL VECES... PERO TU PADRE ME CONSIDERA MUY MAYOR PARA VOS... Y ME PUSO ANTE MI A MARIA ANTONIETA QUE JURA ADMIRARME DE SIEMPRE. Me dice.
-LES DESEO TODA LA FELICIDAD. Le dije saliendo de ahí.
No soportaba que tenga la caradures de mentirme, si realmente me elegía a mi, no aceptaría de buenas a primera a Anto.
Me dirigí para descansar a mi alcoba y me cruzo con él huésped a quien leí la fortuna, no se veía nada bien. Lo ayude a llegar a su habitación, para asegurarme que este bien.
No podemos tener ningún accidente en plena inauguración.
Me pidió que me quedé. Suspiré hondo, debía dejar de lado mis emociones y ser amable. Era lo que nos enseña siempre mi padre.
Algunos ahorran toda su vida para darse un gustito como estár en un hotel de lujo y ser atendidos por lo que han pagado.
Me quedé a acompañarlo, a responder sus preguntas de la mejor manera.
Cuando sin esperarlo me besa, no se porque al sentir su beso en vez de retirarme no lo hago.
Fue cálido, como si encendiera una mecha y esa pequeña llama nos envolviera.
Me uni a ese beso, le seguí el ritmo, fue el consuelo que necesitaba, él no se lo merecía, pero de manera inconsciente, estaba curando mi dolor de la traición de Daniel con Anto, al aceptar los besos de este desconocido.
Me había reservado tanto para el dueño de mi corazón y me pago con traición.
Sus besos queman mi piel, me provoca sensaciones únicas, cosquilleos que me recorren toda la columna centrándose en el medio de mi vientre, es un fuego tan intenso, fluyendo por todo mi cuerpo. De mi boca surgen gemidos involuntarios. Sus inmensas manos me estrujan cada parte y me gusta su manera arrolladora.
Lo desprendo de sus ropas sin medir mi ímpetu, los botones vuelan repiqueteando en el piso, solo quiero sentir el calor de su piel, quiero refugiarme en el placer que me hace sentir para borrar el amargo recuerdo de Daniel.
Total es un huésped y mañana seguirá su camino. Le habré sacado la tensión de encima y él me alivia el dolor de mi corazón. Ambos nos beneficiamos.
Fue glorioso, había oído, leio, tanto sobre este momento, pero no es como vivirlo.
Los dos estallamos exhalando pesadamente al liberarnos.
Le pregunté si tenía más protección, me había quedado con ganas de mas y negó.
"Tal vez sea mejor así"
"No sea cosa que me encariñé con alguien que ni pregunte su nombre".
*Regrese a mi cuarto, me duche sonriendo de recordar el momento vivido. Me puse mi pijama y salí a acostarme.
En eso me sorprende que ingreso Daniel.
-¿Qué haces aquí?. Le pregunté
-¿Dónde estabas?. Me consulto serio.
-Eso no te incumbe... Pero te diré que mi padre me presento a un chico muy agradable ( le dije a propósito solo para que le pique)... Y estábamos conociéndonos. Concluí.
-MIENTES. Me dice con los puños cerrados.
-No te debe de quitar el sueño... Pronto cumplirás tú deseo de casarte con la heredera de los Flores. Le dije mirándolo sería.
Me miro directo.
-NO PUEDO CREERLO... ESTUVISTE CON ÉL, DE BUENAS A PRIMERAS. Expresa.
-Ya me había hecho el tratamiento completo en el spa... De la depilación definitiva... Y según sus palabras la piel me a quedado como seda. Le digo acariciando mi brazo.
-SOLO QUIERES PROVOCARME... LO VOY A MATAR... NADIE MAS QUE YO PODIA POSEERTE. Grita.
En eso ingresa Anto.
-Menos mal llegas... Llévalo contigo... Por los tragos se equivocó de cuarto. Le digo sería.
-Vamos Dani. Le dijo ella tomándole el brazo y él se le soltó molesto.
-Deja... Puedo ir solo. Expreso serio.
Me senté suspirando, no sabía cuánto aguantaría, pero no podía irme así como así. Debía demostrar que soy tan capaz como cualquier otro integrante de la familia.
Mis hermanas tenían las habilidades, pero no la sensibilidad para saber que necesita cada huésped. Ellas siempre han estado en las nubes y creen que todos quieren lo que a ellas le gusta, pero no es tan así.
Al día siguiente mi padre me envió a llamar para que salga a la pileta.
De seguro quería que hable con él candidato que eligió para mí.
Al ir a saludarlo me sorprendió ver al huésped con el que tuve un momento candente, y más enterarme que era el arquitecto responsable del diseño del hotel.
Saludé cortés disimulando el ataque que me estaba dando.
Me dirigí a la pileta y ví como Daniel me miraba desde donde estaba sentado junto a Anto que se daba cuenta de como su prometido no me quitaba los ojos de encima.
Se aproximó un joven a hablar conmigo llamado Jhon. No tenía ánimos de atenderlo, pero lo hice para solo demostrar a Daniel que lo que haga no me afecta y sigo con mi vida, no le daré el gusto de que sepa que me rompió el corazón en mil pedazos.
Al rato se unio mi padre, por su manera de querer arrimarme a Jhon podía darme cuenta que era el candidato que eligió para mí, muchas veces presencié esa actitud con mis hermanas.
Al pedirle que me unte el protector se lo paso a Jhon para que me lo ponga, invente una escusa para irme, no quería que me toque.
No veía la hora de que todo terminé.
En eso veo que el arquitecto se colo en el ascensor, por una extraña razón mi corazón galopaba frenético con su presencia.
(* MARIA ISABELLA FLORES: 25 años de edad, 1.60 metros de estatura, cabellos cafe oscuros, ojos color canela, piel tostada, nariz fina delgada, especialista en Finanzas )
NARRA HECTOR
Me desperté con un zumbido en la cabeza, me dirigí a bañarme para sacarme este mal estar, hace mucho no tomaba de este modo, pero anoche me deje llevar.
Me vesti de bermuda y chomba en azul oscuro, tenía la reunión con él dueño del hotel, es mi contratista hace años, me consideran parte de su familia, antes mi padre era el que dirigía la empresa hasta que tome su lugar.
-BUENOS DIAS HECTOR. Me saludan cuando me aproximó al salón donde sirven el desayuno.
-BUENOS DIAS SEÑOR FLORES. Le respondo.
-QUEDAMOS ENCANTADOS CON LA FIESTA DE INAUGURACION... COMO SIEMPRE NOS SORPRENDE. Dijo indicándome que me siente.
-BUENOS DIAS. Apareció Enzo.
-ÉL ES EL RESPONSABLE. Le dije al señor Flores.
-DEBO RECONOCER QUE FORMAN UN GRAN EQUIPO. Nos dice.
-BUENOS DIAS. Apareció Sergio.
-DEBO FELICITARLO... FUE EL RESPONSABLE DE QUE EL COSTO DE LA CONSTRUCCION NO SOBRE PASE EL PRESUPUESTO Y LOS MATERIALES SEAN DE BUENA CALIDAD. Le dijo a Sergio.
-No hay de que. Le respondió.
Los dos llevaban lentes oscuros señal que estuvieron hasta muy tarde pero eran puntuales para reunirnos con el señor Flores.
-BUENOS DIAS PADRE. Aparecieron dos chicas saludando a la par.
Aparentaban de treinta años, se las veía muy serias ante su padre.
-Hijas que suerte ya están aquí. Espero hallan dormido bien. Les dijo Flores.
-Si padre... Iremos a la piscina. Anunciaron en coro.
-¿Dónde esta Isa?. Les pregunto.
-Aun duerme. Le dijeron alejándose.
-Ellas siguen mi camino, estarán ocupándose de este nuevo hotel... Tal vez no las recuerdes, porque estudiaban en el extranjero. Nos dice el señor Flores.
-Es bueno que sigan el legado de la familia. Le respondo.
-Asi es, son mi orgullo... Siempre siguieron lo que les impulse hacer... Lastima que mi tercer hija salió como su madre... Un espíritu libre... Curioso... La envié en un internado para que no se me descarrile... Su belleza es un elixir para los hombres... Antes era una niña que siempre dibujaba en los planos que me traías... Cuando tú estudiabas y tu padre era el que trabajaba para mí... Desde joven tenías una visión unica (Recordó)... Ahora solo la traje para que sea parte de esto... Está estudiando Finanzas. Nos comentó y en eso eleva la mirada.
-Ahi viene. Dijo, nos giramos a ver.
Se aproximaba una joven con un vestido tejido en color negro cubriendo su exquisita figura que lucía una bikini, por la luz tenue no se le veía el rostro, hasta que estuvo muy próxima y quise esconderme en el sector más remoto de la tierra.
-Isa al fin te levantas, se que prefieres estar leyendo pero debes salir a tomar sol. Le dijo su padre.
-Te presento ellos son los responsables de que esto sea realidad. Le dijo señalando hacia nosotros.
-Es un placer. Saludo muy cortés y su voz calo mi interior.
No podía creer, la que creí una gitana es la hija del dueño del hotel, y no solo eso, es la más joven, pero cuántos años, eso me estaba dando una ansiedad inmensa, y si fui el primero, ahora que lo pensaba las sábanas tenían una mancha particular, fui un intrépido salvaje.
-Voy a la piscina. Le anuncio a su padre.
-¿Cuantos años tienen sus hijas?... Se ven muy jóvenes. Le pregunto Enzo que le había hechado el ojo a una.
-Si estás interesado en alguna, debes olvidarlo, ya están apartadas... La mayor de las tres, María Antonieta celebra su boda el fin de semana... Si no te molesta armar todo para ese día... Te pagaré aparte. Le dijo el señor Flores.
-Y las demás. Le pregunto Sergio.
-Maria Cristina tiene su novio con el que piensan casarse el año entrante... A María Isabella le tengo preparado un candidato... Siempre armó fiestas para que interactúen con sus posibles candidatos y les hago creer que ellas los eligieron... Le presentaré uno que le dará ganas de regresar. Dijo con una sonrisa al estar complacido con su plan.
-¿Por qué hace eso?. Le pregunto
-Me aseguro de ese modo, que no se metan con hombres, que solo se les arrimen por su posición social y quieran sacar provecho... Por lo que me encargue de que Isa se mantenga intacta... Al estar en ese internado no conoce ningún hombre... Y solo estará con su pareja que yo elija. Dijo complacido.
Sentí recorrer el sudor frío por mi espalda, me metí con la hija del señor Flores, y definitivamente era el primero.
-Acompañenme a la piscina... Hagamos uso de las sillas y disfrutemos del paisaje. Nos indico el señor Flores.
Al llegar por más loco que parezca busco con la mirada a Isa, hasta que la diviso recostada en una posadera tomando sol, es muy hermosa.
Llegan a mi memoria recuerdos de como la sentí, su mano entrelazada con la mía, sus gemidos tan cálidos en mi oido.
"No, no puedo pensar en ella", me reprochó.
Veo que se le aproximó a hablar un joven alto musculoso, rubio, que salía de la piscina.
Eso de algún modo me molestó, ¿Por qué me molesta?.
Siempre soy serio, ajeno a los placeres, enfocado en mi trabajo, pero ahora me molesta que ese tipo le platique siendo que no somos nada, nuestro encuentro de anoche fue algo que no planeamos, solo se dió, entre dos desconocidos, impulsado por el alcohol.
La química entre ambos era palpable, parecía raro, con solo mirarnos sabíamos lo que queríamos.
-Vamos halla... Demos un empujón al candidato de Isa. Nos indico el señor Flores, próximo donde su hija estaba recostada.
-Es ese el que eligió. Le consulto, sintiendo que la saliva me pesa para tragarla.
-Asi es. Me respondió.
-¿Qué tal está el sol? Le pregunta su padre, ni bien llegamos.
Ella suspira abre sus ojos apenas y le responde en un suspiro.
-Esta fuerte... Me pones protector. Le pide a su padre.
-Me va a llenar de crema la mano... Mejor hazlo tu. Le dice al joven que estaba hablando con ella.
Se incorporo es muy alto musculoso, rubio, de ojos claros.
-Señor Flores. Lo saludo.
-Jhon ten ponle a mi hija Isa. Le indico.
-Sera un gusto. Le dijo tomando en su mano el pote de crema.
Isa lo miro con desdén, era obvio su incomodidad ante ese joven.
Solo le brindo una sonrisa cortés.
-No (Lo detuvo impidiendo que la toque)... Disculpen ... Tengo que hacer una llamada. Dijo incorporándose y tomando sus cosas.
-Es muy bella su hija. Le escuché murmurar a Jhon cuando se sentó próximo al señor Flores.
-Es tímida... Debes ser paciente. Le dijo el señor Flores.
"Si supiera, pensé"
Pero me sentía de algún modo relajado al ver que ella rechazó el toque de otro, sería capaz de arrancarle de las manos la crema para ser yo quien se la ponga.
-Señor Flores... Debo atender un asunto. Le anuncie, quería ir atrás de ella.
-Adelante. Me dijo quedando a hablar con el candidato que eligió para su hija.
La divise próxima al ascensor, suspiraba mirando hacia arriba, su postura era tan provocativa.
Ingreso al ascensor y atrás de ella ingresé.
Nos quedamos mirando sin decir nada. Me quedé parado firme.
"¿Qué hago?", me cacheteaba como un idiota.
"La persigo como esperando algo"
No me aguante y apreté el botón que detiene el ascensor.
-No sabía que eras la hija de Flores. Le dije.
-Es un problema. Me consulta sin quitarme la mirada.
-Por lo que pasó...
-¿Qué paso?... Estuve toda la noche en mi cuarto. Me dijo sin desviar la mirada.
-Asi que... Es lo que afirmas. Le digo.
-Pense que eras un huésped. Me dijo.
-Solo me usaste... Al creer que me iría al otro dia. Le digo y veo que hace una mueca.
-No... Si no mal recuerdas... Regresaba a mi cuarto y te ayude. Me dijo tranquila.
-Quieres decir... Que lo demás paso, sin planearlo. Le digo.
-No debe preocuparte... Solo paso. Me dijo volviendo a apretar el botón.
-Con cuántos solo paso. Le pregunto y ella se giro a mirarme.
-Toda mi vida estuve en un convento... Así que opciones no tenía. Me dice sería.
-Tu padre dijo que era en un internado. Le digo.
-Manejado por monjas. Me aclaró.
- Te ves muy tranquila... Después de lo de anoche. Le digo siguiéndola hasta la puerta de su cuarto.
Ella abrió la puerta y suspiro, se giro a mirarme, sin predecirlo me estiró al interior.
-Quieres más. Me dijo muy próxima a mi uniendo su figura a la mía.
-No... No busco eso... Solo quería dejar en claro...
Le decía pero sus manos las siento bajo mi chomba y sus labios unidos a los míos.
No podía negar la atracción que sentía, la bese con deseo apretándola contra mi.
¿Qué tenía?, que me sacaba la razón, solo quería volver a sentirla.
Ella se desliza hacia abajo, suspiré mordiéndome el labio al sentir la tibieza de sus labios recorrerme, con que firmeza sus manos me estrujan y su lengua la desliza, enviándome señales a mi cerebro de chispas que estallan en miles de estrellas. La sujeto de su cabello y en vez de retirarla la incentivo en el ritmo. Es la mejor experiencia que jamás tuve, no recuerdo que me lo comieran de ese modo. Su manera de succionar y deslizar sus manos, lograron que estalle de placer haciendo que de mi boca salgan expulsadas palabras de aprobación.
Logro sacarme completamente de este planeta, me reventó el cerebro, las ideas claras de lo que sucede se borraron y solo se planto el anhelo de volver a hacerla mía.
"Qué me importa si me usa, que me use todo lo que quiera", pensé.
La elevo apoderandome de sus labios y arranco su bikini de un jalón dejándome la cancha libre para meter un gol directo al ángulo.
Está empapada, me recibió completo. La lujuria se desató de nuevo, incontrolables, enérgicos, los chasquidos de nuestros besos retumban en la habitación.
La sostengo entre mis brazos, subiendo y bajando a un ritmo acelerado, como si estuviera en el gimnasio con las pesas en mis manos. Tengo un poco más de cincuenta kilos y lo manejo bien sin cansarme.
Al sentir que el momento se aproxima me retiro y baño su vientre de la tibieza de mi esencia. Eso no la inhibe de seguir besándome.
Nos miramos intensos, volvió a pasar, siendo que no hace mucho me decía que no debía suceder.
Ese momento mágico fue interrumpido cuando mi celular suena.
Ella se soltó de mi dirigiéndose al baño.
Acomode mis prendas, recupere el aliento antes de responder.
📱Diga. Contesto serio.
📱Héctor llamaron los del sur. Escucho la voz de mi padre.
📱Sabes que estoy en el norte con el señor Flores. Le recordé.
📱Les avisé... Pero quieren la refacción de su hotel antes de las vacaciones de invierno... Su fuerte es cuando van las personas a esquiar. Me recuerda.
Veo que sale recién bañada Isa, me mira y le hago señas que me voy, ella asintió dirigiéndose a ver en la puerta, cuando no divisa a nadie me señala que podía salir.
📱Los llamaré... Así acuerdo cuando reunirnos. Le digo a mi padre concluyendo la llamada.
Salí del cuarto de Isa, ella me despidió con un beso tierno, mientras sostengo el celular contra mi oreja.
📱Haslo ni bien cortes... Sabes cómo son. Me dice mi padre y cortó la llamada.
Isa cerro la puerta y suspiré mordiéndome el labio, es una locura, volvió a pasar y no me pude detener. Me dirigí a mi habitación, cerré la puerta cargandome en ella. Lance mi celular a la cama, esto no era digno de mi.
Me quite las prendas dirigiéndome a la ducha. Me recargaba pegando la pared, reprochandome lo que hice, y no podía negar que me gustaba, y era obvio que quería más.
Salí a cambiarme para realizar la llamada, concentrándome en mi trabajo, de ese modo alejaría las sombras del deseo que sentía por Isa.
Cuando termine de vestirme golpean mi puerta.
-Hector. Me dice Enzo junto a Sergio ingresando los dos como si corrieran de algo.
-¿Qué les pasa?. Les pregunto.
-Se armó la candombe ahí abajo. Me dice Sergio.
-El futuro esposo de la hija mayor de Flores se agarro a golpes con el joven rubio... Comenta Enzo.
- Él que quería poner la crema en la hija menor... Jhon creo que se llamaba. Me cuenta Sergio.
-Al parecer... En realidad quiere a la menor... Pero se va a casar con la mayor... Y no le gustó saber que otro se fijará en ella. Me comenta Enzo.
-Es un problema. Exhaló pensativo.
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