El Video Juego
Recientemente se había lanzado un videojuego llamado Los Colores de la Magia. Aunque el título era peculiar, lo que realmente atrapaba a los jugadores era su trama: un mundo moderno donde la magia no solo existía, sino que se manifestaba a través de colores.
Blanco: Magia pura, considerada la más poderosa y benigna. Simbolizaba la luz, la bondad y la justicia. Sus usuarios eran admirados y respetados.
Gris: Magia neutral, sin connotaciones negativas ni positivas. Representaba el equilibrio y la moderación. Los magos grises eran vistos como personas comunes.
Negro: Magia oscura, considerada maligna y peligrosa. Simbolizaba la oscuridad, el misterio y el poder incontrolable. Los usuarios de magia negra eran temidos y rechazados, condenados a muerte en la mayoría de los casos.
Rojo: Magia de fuego, representando pasión, fuerza y destrucción. Su percepción variaba entre respeto y miedo, dependiendo de su uso.
Azul: Magia de agua, vinculada a la calma, la curación y el misterio. Podía ser vista como benigna o impredecible.
Verde: Magia de la naturaleza, que simbolizaba crecimiento, armonía y vida. Era considerada en su mayoría positiva.
Amarillo: Magia de luz solar, asociada con la alegría, el conocimiento y la inteligencia. Se la percibía como sabia y benefactora.
Cada persona nacía con una afinidad mágica, determinada al cumplir los diez años. Sin embargo, en el juego, la llamada "villana" tenía la magia negra como base, lo que la condenaba al rechazo.
A los diez años, la villana y su mejor amiga fueron a la academia de magia para someterse a la prueba obligatoria. Desde ese día, su destino cambió para siempre. Cuando la chica mostró su magia negra, la multitud se alejó de ella como si fuera una plaga. Las miradas de desprecio y miedo fueron inmediatas. Solo una familia permaneció a su lado: la de su mejor amiga.
Desde los cinco años, la villana había estado comprometida con un niño Beta de una de las familias más influyentes del país. A sus padres no les importaba su afinidad mágica, pues la veían como un poder formidable. Sin embargo, el niño, influenciado por los rumores y prejuicios, comenzó a alejarse de ella. Con el tiempo, se enamoró de otra niña con una magia más "aceptable". Como sus padres no le permitirían romper el compromiso, buscó una manera de deshacerse de su prometida. Finalmente, durante una misión de la academia, orquestó su asesinato.
La villana, culpada injustamente por todos los males del país, se alejó de su familia y de su mejor amiga para evitar arrastrarlas en su desgracia. Aun así, su familia nunca la abandonó. Pero nada de eso importó cuando, a los quince años, fue traicionada y asesinada en un bosque por hombres enviados por su propio prometido.
Mientras el Beta y su enamorada disfrutaban de una vida feliz, dos familias lloraban la pérdida de la Delta.
El juego ofrecía misiones fascinantes: purificar cristales contaminados, demostrar el equilibrio de la magia combinada, triunfar en un festival de magia, derrotar criaturas, romper maldiciones, recuperar artefactos robados y liberar a un maestro injustamente encarcelado. Pero la tragedia de la Delta dejó una marca imborrable en los jugadores.
Las críticas no tardaron en llegar.
Opiniones
—¡Estoy FURIOSA! —escribió una jugadora en los foros—. Acabo de terminar el juego y ¡NO LO PUEDO CREER! Mataron a la Delta, ¡la DELTA! La chica con la magia negra más increíble, la que tenía un potencial descomunal, la que era GENIAL. ¿Y para qué? Para darle protagonismo a ese tonto Beta y su novia insípida. ¡Su romance es aburridísimo! Pasé todo el juego esperando ver el desarrollo de la Delta, su poder, su evolución... ¡y ZAS! La matan de la forma más cruel y estúpida. ¡Es una falta de respeto a los fans!
El mensaje fue seguido por cientos de respuestas:
Comentario 1: ¡Totalmente de acuerdo! La muerte de la Delta fue un insulto. ¡Era el mejor personaje! #JusticiaParaDelta
Comentario 2: ¿Mataron al personaje más interesante por un romance cliché? ¡Bravo, desarrolladores, han arruinado su propia historia!
Comentario 3: ¡Yo también estoy devastada! La Delta y la Alfa eran la mejor pareja del juego. ¡Su química era innegable! #DeltaYAlfaParaSiempre
Comentario 4: La historia tenía tanto potencial… pero el final fue una basura. #DeltaMereciaMejor
Esa noche, la jugadora que inició la queja se fue a dormir con un único deseo: cambiar ese estúpido juego.
Estoy En El Juego
Al abrir los ojos, algo se sintió extraño.
El techo no era el de su habitación. Su cama tampoco. La sensación era demasiado real.
Se incorporó de golpe y miró a su alrededor. Estaba en una habitación infantil decorada con tonos cálidos y juguetes. Frente a ella, en otra cama, una niña de cabello oscuro reía a carcajadas.
—¡Jajaja, este ha sido un día muy divertido! —dijo la niña.
Era Adelin Schneider, la Delta.
Su corazón latió con fuerza. Miró sus propias manos, pequeñas e infantiles. Se dirigió al espejo.
No era ella.
Era Jelina Schubert.
Estaba en el juego.
—¿Jelina? —preguntó Adelin, ladeando la cabeza.
Jelina, o más bien, la jugadora en su cuerpo tardó un momento en reaccionar. Estaba en el pasado, antes de que todo comenzara.
—Ah… sí. Sí, ha sido un día divertido.
—¡Pero nos regañaron por mojar al gato! —protestó Adelin, inflando las mejillas.
Jelina soltó una risa.
—Sí, pero valió la pena. El gato necesitaba un baño.
—¡No necesitaba un baño! ¡Le gusta estar sucio!
Las dos niñas rieron juntas, con una inocencia que contrastaba con el oscuro destino que le esperaba a una de ellas. Pero Jelina apretó los labios.
No esta vez.
No dejaría que Adelin muriera.
Se giró hacia ella y, sin pensarlo demasiado, la abrazó con fuerza.
—¿Eh? —Adelin se quedó en silencio, sorprendida por el gesto.
Jelina sonrió, sintiendo el calor de su amiga.
—Adelin, te prometo algo. Siempre estaré contigo. Siempre.
La Delta parpadeó y, tras un momento, correspondió al abrazo.
—Eso suena como un juramento sagrado.
—Lo es.
Esa noche, mientras Adelin dormía ajena a todo, Jelina se quedó despierta, mirando el techo con una sonrisa.
Si el destino no iba a darle justicia a la Delta, ella lo haría.
**
Una villa entre dos familias
El amanecer cubría la vasta villa con un resplandor dorado. Dos mansiones de arquitectura moderna se alzaban en el centro de una exclusiva zona residencial, rodeadas de jardines con sistemas automatizados de riego y seguridad avanzada. Altos edificios y autopistas elevadas se veían a la distancia, mientras drones de mensajería zumbaban por el cielo, entregando paquetes a los hogares cercanos.
La primera mansión, con un diseño minimalista de cristal y acero, pertenecía a la familia Schneider. Natasha Schneider, una delta de imponente presencia y habilidades mágicas formidables, la dirigía junto a su esposo Konstantin, un omega de carácter apacible y gentil. Aunque Natasha emanaba autoridad, su amor por su familia era innegable, y su unión con Konstantin era un ejemplo de equilibrio perfecto entre fuerza y ternura. En el interior, sistemas de inteligencia artificial manejaban la iluminación, la temperatura y la seguridad de la casa.
La segunda mansión, de tonos oscuros con detalles en neón, era el hogar de la familia Schubert. Samara y Jana Schubert, dos alfas reconocidas tanto por su talento en combate como por su pasión en la investigación mágica, tenían su hogar equipado con la última tecnología. Hologramas de noticias flotaban en las paredes, proyectando las actualizaciones del mundo mágico y tecnológico. Juntas formaban un hogar lleno de risas, entrenamientos virtuales en simuladores de combate y noches de maratones de series interactivas.
Las familias no eran simplemente vecinas; eran amigos de toda la vida. Se conocieron en la universidad, donde forjaron un lazo tan inquebrantable que decidieron construir sus vidas lado a lado. Lo que nunca imaginaron fue que sus hijas nacerían el mismo día, sellando un destino aún más profundo entre ellas.
Adelin y Jelina crecieron juntas en este entorno de magia y tecnología. Sus días transcurrían entre videojuegos de realidad aumentada, carreras en hoverboards y exploraciones en los jardines flotantes de la ciudad. No había un solo momento en que estuvieran separadas; eran inseparables como la luz y la sombra.
El compromiso interrumpido
La mañana siguiente al incidente del gato llegó con el aroma del café sintético y el sonido de la radio digital transmitiendo las noticias más recientes. En la mansión Schneider, Adelin se encontraba sentada en la gran mesa del comedor, deslizando su tablet mientras tomaba su desayuno.
—Cariño —comenzó Natasha, su voz suave pero firme—, hoy queríamos hablarte de algo importante.
—¿Hm? —Adelin levantó la mirada de la pantalla, su boca todavía llena de pastel de manzana.
—Dentro de poco, conocerás a un niño llamado George Mulle —continuó Konstantin—. Es un Beta de una familia muy respetada, y… hemos considerado que podría ser un buen prometido para ti en el futuro.
Adelin parpadeó, confundida. Antes de que pudiera decir algo, un fuerte golpe en la mesa hizo que todos se sobresaltaran.
—¡Nooo! —exclamó Jelina, que había entrado justo a tiempo para escuchar la conversación—. ¡No pueden comprometer a Adelin!
Los adultos la miraron sorprendidos.
—Jelina… —Natasha intentó razonar con ella, pero la niña cruzó los brazos y frunció el ceño, inflando las mejillas con enojo.
—¡No quiero que la comprometan! —protestó—. ¡No quiero quedarme sola!
Adelin la miró con una sonrisa divertida.
—Jelina…
—¡No me importa! —insistió Jelina, con lágrimas en los ojos—. ¡No quiero que nadie decida por Adelin! ¡Es mi mejor amiga y quiero que siempre esté conmigo!
Natasha y Konstantin intercambiaron miradas. Finalmente, la delta suspiró y sonrió con ternura.
—Si es tan importante para ti, entonces no comprometeremos a nuestra hija.
Jelina parpadeó, sorprendida de que su berrinche hubiera funcionado tan fácilmente.
—¿De verdad?
—De verdad —afirmó Konstantin, con una sonrisa tranquila—. Es su vida, y ella decidirá con quién quiere estar en el futuro.
Jelina corrió hacia Adelin y la abrazó con fuerza.
—¡Nunca te dejaré! —declaró con determinación.
Adelin rió y le revolvió el cabello.
—Entonces, tendrás que aguantarme para siempre.
Jelina asintió con firmeza.
—Para siempre.
El día de la revelación
El tiempo pasó como un susurro en el viento, y la inocencia de la niñez fue dando paso a la expectativa de la adultez. A los diez años, las niñas estaban listas para dar el primer paso en su futuro: el examen de afinidad mágica en la Academia de Magia Farger.
Ubicada en el corazón de la ciudad, la academia era un imponente rascacielos con estructuras flotantes conectadas por puentes de energía. Los estudiantes llegaban en aerotransportes, mientras drones de seguridad patrullaban el campus. La ceremonia se llevó a cabo en un gran auditorio con pantallas holográficas proyectando los nombres de los examinados.
Uno a uno, los niños subían al pedestal central y manifestaban su color mágico. Algunos brillaban en tonos amarillos, otros en azul o verde. Cada color arrancaba reacciones distintas de la multitud.
Cuando llegó el turno de Adelin, el murmullo entre los asistentes creció. La joven subió con seguridad al pedestal, cerró los ojos y dejó que su magia fluyera. Un resplandor oscuro envolvió el lugar. Un negro profundo, como la noche más cerrada.
El silencio fue inmediato. Luego, los murmullos se convirtieron en cuchicheos.
—Magia negra…
—Una delta con magia negra…
—Qué desperdicio…
—Eso solo trae desgracias…
Adelin sintió que el suelo se volvía inestable bajo sus pies. Bajó la mirada, intentando contener las lágrimas.
Pero antes de que la tristeza la consumiera, sintió unos brazos rodearla.
Jelina la abrazó con fuerza y, sin importarle las miradas, depositó un beso en su mejilla.
—No los escuches —susurró—. Yo siempre estaré contigo, Adelin. Siempre.
Entonces, Jelina subió al pedestal con decisión. La magia brotó de su ser en una luz brillante y cálida. Blanco puro.
—¡Es magia blanca!
—Una alfa con magia blanca… qué extraño…
Adelin, aún con los ojos húmedos, miró la luz de Jelina. Eran opuestas, completamente diferentes, pero… no se soltaron.
Jelina entrelazó su mano con la de Adelin y sonrió.
—No me importa lo que digan. Yo siempre estaré contigo.
La Delta tragó saliva y asintió. Por primera vez desde que subió a ese pedestal, sintió que no estaba sola.
Aquella fue la primera escena del videojuego, el punto en el que todo cambiaría. Pero esta vez, Jelina no permitiría que la historia siguiera su curso original.
Porque ella estaba aquí para cambiar el destino de la Delta.
El Viaje a la Academia
El aerotransporte flotaba suavemente sobre la carretera elevada, deslizándose entre los rascacielos con luces de neón y los anuncios holográficos que proyectaban noticias del mundo mágico y tecnológico. Adelin permanecía en silencio, con la mirada perdida en la ventana polarizada, observando el movimiento acelerado de la ciudad.
Jelina, sentada a su lado, tomó su mano con firmeza. Sabía que su amiga estaba devastada por la reacción de la gente al ver su magia negra.
—No les hagas caso, Adelin —susurró Jelina—. No importa qué color tengas, sigues siendo la misma persona que ha estado conmigo desde siempre.
Adelin apretó los labios, pero el cálido contacto de Jelina le devolvió algo de consuelo.
Desde los asientos delanteros, Natasha Schneider y Konstantin intercambiaron miradas con Samara y Jana Schubert. Sus rostros reflejaban preocupación, pero también orgullo por sus hijas.
—Jelina tiene razón —intervino Natasha—. La magia no define quién eres, sino lo que haces con ella.
—Nosotros te amamos tal como eres —añadió Konstantin con una sonrisa serena—. Y sabemos que Jelina nunca dejará que estés sola.
—¡Por supuesto que no! —afirmó Jelina con una sonrisa radiante—. Nos prometimos estar juntas para siempre, ¿recuerdas?
Adelin finalmente sonrió un poco y asintió. Tal vez el mundo la veía como una villana, pero en ese momento, dentro del aerotransporte con su familia y su mejor amiga, se sentía querida.
La Bienvenida y el Primer Conflicto
La Academia de Magia Farger era un edificio imponente con una estructura futurista de metal y cristal. Sus pasillos estaban llenos de pantallas holográficas que mostraban horarios de clases, misiones de entrenamiento y rankings de estudiantes. Aeronaves de transporte aterrizaban en plataformas flotantes, dejando salir a jóvenes de todas las regiones.
Adelin y Jelina avanzaban por el pasillo principal, siguiendo las indicaciones digitales para dirigirse a la oficina de administración y recibir sus habitaciones. Sin embargo, no tardaron en notar las miradas de los demás estudiantes. Algunos murmuraban en voz baja, otros simplemente se apartaban de su camino.
Un grupo de niños betas se detuvo en su camino. Uno de ellos, con el uniforme impecable y una sonrisa burlona, cruzó los brazos.
—Vaya, si es la chica de la magia negra —dijo en tono burlón—. Pensé que se quedaría escondida en su casa en lugar de venir aquí a maldecirnos a todos.
Adelin bajó la mirada, pero Jelina dio un paso adelante con los ojos encendidos de furia.
—¡Cállate, imbécil! —espetó Jelina, fulminándolo con la mirada—. Si dices una palabra más sobre Adelin, juro que te haré tragar tus palabras.
Los niños se quedaron sorprendidos por su reacción, y el líder del grupo forzó una risa nerviosa.
—Tranquila, solo era una broma… —dijo, retrocediendo un paso.
—Pues no me pareció graciosa —replicó Jelina con voz firme.
Los niños optaron por alejarse, murmurando entre ellos. Adelin miró a Jelina con asombro y gratitud.
—No tenías que hacer eso —susurró Adelin.
Jelina tomó su mano con una sonrisa confiada.
—Claro que sí. Porque nadie tiene derecho a hacerte sentir menos.
Adelin sintió que su corazón se llenaba de calidez. Tal vez el mundo no la aceptaba, pero Jelina siempre estaría ahí para protegerla.
La Primera Noche en la Academia
Cuando las niñas llegaron a la habitación asignada, se dieron cuenta de que era una habitación doble… pero con un solo ocupante.
—Parece que nadie quiere compartir cuarto con la "villana" —murmuró Adelin, con una mezcla de resignación y tristeza.
Jelina bufó, cruzándose de brazos.
—¡Mejor para nosotras! Así no tendremos que soportar a nadie más.
Antes de que Adelin pudiera responder, Jelina comenzó a empujar las camas juntas hasta formar una sola. Luego, tomó las almohadas y las acomodó con entusiasmo.
—Ahí está —dijo con satisfacción—. Así dormiremos juntas, como siempre.
Adelin sintió un nudo en la garganta. A pesar de todo lo que había pasado, Jelina no cambiaba. No la miraba con miedo, ni la trataba diferente. Seguía siendo su Jelina.
Jelina la tomó de las manos y la miró con seriedad.
—Escúchame bien, Adelin. No quiero que te rindas. Si necesitas a alguien que te levante, yo lo haré. Si quieres llorar, yo seré tu pañuelo y tu hombro. Si quieres reír, reiremos juntas. Y si el mundo entero te da la espalda, yo estaré aquí, a tu lado. Nunca estarás sola. Lo prometo.
Adelin sintió lágrimas acumulándose en sus ojos. Luego, sin pensarlo, abrazó a Jelina con todas sus fuerzas.
—Gracias —susurró con la voz temblorosa—. Gracias por estar conmigo.
Jelina sonrió y correspondió el abrazo.
—Siempre, Adelin. Siempre.
Mientras las luces de la habitación se atenuaban automáticamente para la hora de dormir, las dos niñas se quedaron juntas, abrazadas, con una certeza inquebrantable: el destino podía haber escrito una tragedia para Adelin, pero Jelina estaba dispuesta a reescribirla con sus propias manos.
Una Mañana Diferente
El sol matutino iluminaba la ciudad con su resplandor dorado, reflejándose en los imponentes rascacielos de cristal y acero. La tecnología mágica y la moderna se entrelazaban en cada rincón de la academia, donde drones flotantes transmitían información y las pantallas holográficas mostraban los horarios de clases.
Adelin y Jelina decidieron saltarse el desayuno en el comedor y quedarse en su habitación.
—Nuestros padres nos compraron los mismos útiles, así que no hay problema con eso —comentó Jelina mientras revisaba su mochila.
—Sí —respondió Adelin con una leve sonrisa—. Me gusta que todo sea igual.
Salieron juntas de la habitación y caminaron por los pasillos hasta su primera clase del día. Algunas miradas curiosas y murmullos las acompañaban, pero ambas las ignoraban.
El Enfrentamiento con George
Mientras la clase transcurría, Jelina se percató de una mirada hostil dirigida hacia Adelin. George Mulle, el beta que alguna vez iba a ser su prometido, susurraba con malicia a otros compañeros.
—¿Por qué la dejan estar aquí? La magia negra es peligrosa —dijo en voz alta.
Adelin se encogió levemente, pero Jelina no pensaba dejarlo pasar. Se levantó de su asiento y caminó hacia él con paso decidido.
—Tú no decides quién está aquí y quién no —su voz era firme, pero con un tono amenazante—. Y si vuelves a molestar a Adelin, te haré arrepentirte.
Para reforzar su punto, Jelina liberó un leve destello de feromonas alfa. George, sintiendo el peso de su presencia, palideció y apartó la vista.
—No era para tanto... —murmuró antes de guardar silencio.
Adelin sintió una oleada de gratitud. Jelina no solo la defendía con palabras, sino con su propia esencia.
Visita de los Padres
Por la tarde, un mensaje llegó a sus dispositivos holográficos. Era una carta de sus padres anunciando su visita.
—¡Vendrán! —exclamó Jelina con alegría—. Tenemos que ordenar un poco.
Cuando sus padres entraron a la habitación, lo primero que notaron fue la modificación del espacio: las camas estaban unidas, sus ropas estaban en el mismo armario y había un ambiente cálido y acogedor en el cuarto.
Natasha levantó una ceja con una sonrisa divertida.
—Veo que han personalizado su espacio.
—Nos gusta así —dijo Jelina con naturalidad.
Los padres compartieron miradas cómplices. Samara cruzó los brazos y sonrió.
—Nos alegra verlas tan unidas.
Pasaron la tarde juntos, compartiendo un picnic en los jardines de la academia, riendo y disfrutando la compañía. La energía entre ellos era tan natural como siempre.
Reflexiones en el Camino a Casa
De regreso en su aerotransporte, los adultos charlaban relajados.
—¿Notaste que Jelina impregnó a Adelin con sus feromonas? —preguntó Jana con una sonrisa divertida.
—Por supuesto —respondió Konstantin—. Es su manera de protegerla.
Natasha suspiró con ternura.
—Espero que sigan así por muchos años.
—Tal vez, incluso, se conviertan en algo más... —dijo Samara con un brillo travieso en los ojos.
Todos rieron, dejando que el aerotransporte los llevara de vuelta a casa con el corazón tranquilo, sabiendo que sus hijas tenían un lazo inquebrantable.
La gran prueba mensual
La Academia de Magia Farger brillaba con la luz de las pantallas holográficas que decoraban sus pasillos. Era fin de mes, lo que significaba que todos los estudiantes debían presentar la Gran Prueba de Conocimientos, un examen diseñado para medir tanto su intelecto como su control mágico.
La presión era enorme, no solo por la dificultad del examen, sino porque los resultados se transmitían en tiempo real en todas las pantallas de la ciudad. Aquellos que obtenían calificaciones bajas solían ser el blanco de burlas, mientras que los de mejores puntajes eran admirados y celebrados.
En una de las aulas más grandes de la academia, Adelin y Jelina se preparaban para comenzar. Ambas habían estudiado juntas, repasando cada fórmula, cada hechizo, cada estrategia. Sabían que debían dar lo mejor de sí.
—¿Lista? —preguntó Jelina, ajustando su tableta mágica.
—Lista —respondió Adelin con una sonrisa, aunque en su interior sentía una punzada de nervios.
El examen comenzó. Los hologramas flotaban frente a cada estudiante, mostrando preguntas complejas de magia teórica, cálculo de energía y tácticas de combate. Los alumnos trabajaban a toda velocidad, conscientes de que cada segundo contaba.
Mientras tanto, en una de las filas traseras, George Mulle y su novia, una chica omega llamada Lissette, susurraban entre ellos. Un leve resplandor rodeaba su tableta. Estaban haciendo trampa.
La trampa y la traición
Cuando los exámenes terminaron, los estudiantes salieron del aula para ver los resultados en la gigantesca pantalla central de la academia. Los nombres comenzaban a aparecer:
Jelina Schubert - 100%
Adelin Schneider - 99.8%
…
El nombre de George Mulle apareció en la posición 10, pero lo más impactante fue cuando la voz automatizada de la academia anunció:
—Se ha detectado trampa en los exámenes.
Un murmullo recorrió la multitud. Los estudiantes se miraban entre sí, intentando adivinar quiénes eran los culpables.
Fue entonces cuando George y Lissette dieron un paso al frente y señalaron a Adelin.
—¡Fue ella! —gritó George, con una falsa indignación—. Usó su magia negra para manipular los resultados.
Los cuchicheos se intensificaron.
—Tiene sentido…
—Su magia es oscura…
—Seguro manipuló el sistema…
Los ojos de Adelin se abrieron con horror.
—¡Eso no es cierto! ¡Yo jamás haría trampa! —protestó.
—¡No le crean! —intervino Lissette, con una actuación perfecta—. ¡Desde que entró a la academia han sucedido cosas raras!
Adelin sintió el pánico apoderarse de su pecho. ¿Cómo podía defenderse si todos ya la estaban señalando?
Pero antes de que pudiera reaccionar, una fuerza arrolladora explotó en el aire.
Jelina había soltado sus feromonas Alfa.
La presión en el ambiente hizo que todos los estudiantes temblaran. Algunos retrocedieron, otros sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos. Jelina se adelantó, con los ojos brillando de furia, y se interpuso entre Adelin y la multitud.
—No se atrevan a culparla sin pruebas. —Su voz de alfa resonó con un poder absoluto—. Si alguien la toca, me las verá conmigo.
Un silencio sepulcral cayó sobre el lugar. Nadie se atrevió a responder.
Los profesores llegaron de inmediato y los sacaron del salón. Adelin sintió un gran alivio, pero cuando miró a Jelina, vio en su rostro la determinación de alguien que estaba dispuesta a desafiar al mundo entero por ella.
Jelina sabía que no podía quedarse de brazos cruzados. Apenas terminó la jornada, contactó a sus madres, Samara y Jana, quienes eran expertas en investigaciones mágicas y manipulaciones de datos mágicos. Juntas accedieron a los registros digitales de la academia y descubrieron lo que sospechaban: George y Lissette habían usado un hechizo ilusorio para alterar los resultados y hacer que la culpa recayera en Adelin.
Al día siguiente, en la gran sala de la academia, donde todos los estudiantes y profesores estaban reunidos para el anuncio oficial de los resultados, Jelina se adelantó con paso firme y desafiante. En sus manos sostenía un dispositivo holográfico con la prueba definitiva.
—Antes de que se emita cualquier castigo —dijo en voz alta, atrayendo todas las miradas—, quiero presentar evidencia que demuestra quiénes son los verdaderos tramposos.
Un gesto de su mano y en el aire apareció la grabación de los exámenes. Todos pudieron ver a George y Lissette intercambiando información a través de un hechizo de comunicación clandestino. Un silencio tenso cayó sobre la multitud.
—¡Eso es mentira! —gritó George, poniéndose de pie de golpe.
—¿De verdad? —Jelina arqueó una ceja y movió la mano otra vez, mostrando la firma mágica del hechizo en la pantalla—. Este patrón de energía coincide perfectamente con el tuyo, George. La academia puede comprobarlo en cualquier momento.
El director de la academia, con el ceño fruncido, asintió a los profesores encargados de la disciplina. En segundos, George y Lissette quedaron sin argumentos cuando los magos supervisores confirmaron la autenticidad de la grabación.
—Dado que la verdad ha sido revelada, revocamos la acusación contra Adelin Schneider y, en su lugar, sancionamos a George Mulle y Lissette Harper por fraude académico.
Los aplausos estallaron en la sala. En la pantalla principal, los nombres de Jelina y Adelin brillaron en lo más alto del ranking estudiantil.
Adelin miró la pantalla con incredulidad.
—Somos las mejores de la academia… —susurró, aun procesando la noticia.
Jelina le tomó la mano con una sonrisa.
—Siempre lo hemos sido. Solo necesitábamos que el mundo lo viera
La visita de los padres
Esa noche, Adelin y Jelina recibieron una carta de sus familias.
—¡Nuestros padres vendrán a visitarnos! —exclamó Jelina emocionada.
Al llegar Samara, la madre de Jelina, alzó una ceja con diversión.
—Vaya, parece que no hay mucha diferencia entre este cuarto y nuestra casa.
Jana, su esposa, cruzó los brazos y sonrió.
—Al menos ya no tenemos que preocuparnos por que se cuidan una a la otra.
Mientras tanto, Natasha y Konstantin miraban a su hija con ternura.
—Nos alegra que tengas a alguien que te cuide tanto, Adelin —dijo Natasha, acariciándole el cabello.
Jelina se cruzó de brazos, con una gran sonrisa.
—Yo siempre estaré con ella, pase lo que pase.
Había comida casera, risas y muchas fotos holográficas para recordar el momento.
Adelin, mientras comía un pastel, miró a Jelina y sintió algo extraño en su pecho. Una calidez indescriptible.
Jelina siempre estaba ahí para ella.
**
Un regalo especial
Esa noche, después de que sus padres se fueran, Adelin no podía dejar de pensar en todo lo que Jelina había hecho por ella. Desde defenderla de las mentiras de George hasta asegurarse de que nunca estuviera sola.
Decidió que era hora de agradecerle de alguna manera.
Con la ayuda de sus padres, pidió un encargo especial: un colgante con dos mitades entrelazadas, una de color blanco y otra de color negro, representando la magia de ambas.
Cuando el regalo llegó, se lo entregó a Jelina en la habitación.
—Quiero que lo tengas. Así siempre me recordarás —dijo Adelin, con una tímida sonrisa.
Jelina tomó el colgante y su expresión se suavizó.
—¿Siempre recordarte? —se rió, con una dulzura inusual—. Tonta, como si pudiera olvidarte.
Se inclinó hacia ella y le dio un beso en la frente.
—Gracias, Adelin. Te prometo que siempre llevaré esto conmigo.
La Delta sintió que su corazón latía más rápido, pero no entendía por qué. Solo sabía que, por primera vez en mucho tiempo, se sentía segura.
Y con ese pensamiento, ambas se quedaron dormidas, sabiendo que juntas, podían enfrentarlo todo.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play