Allí estaba ella, una mujer de 31 años que aparentaba una edad mucho mayor, con la mirada perdida hacia el campo que se vei a través de su ventana. Recientemente su vida había tomado un cambio brusco tan repentino, ella se preguntaba cómo había llegado hasta este punto.
Años atrás, en Julio de 1993, había nacido en el seno de una familia de clase media, pero a consecuencia de los vicios del padre y el manejo irresponsable de su economía, poco a poco pasaron de tener comodidades a estar en extrema pobreza. Ella era la quinta hija del matrimonio. Su nombre... Jazmín.
Su infancia había sido marcada por la desaprobación de su papá, e incluso de los hermanos mayores, porque según ellos, ella era la niña consentida de sus progenitores por ser la más pequeña, a comparación de los demás que habían sufrido maltratos a manos llenas por el padre. Sin embargo, el rencor de los hermanos no les hacía darse cuenta de que la realidad era distinta, pues ella tambien fué criada con regaños y castigos severos.
La violencia física y verbal en su casa era el pan de cada día. Macario, como se llamaba el padre, era un alcohólico y machista, esto era claramente un problema, pero su esposa Marcela, no podía separarse de él, pues su familia le dio la espalda cuando se junto con aquel hombre, y siempre le dejaron en claro que todo lo que le pasaba era porque ella se lo merecía.
Jazmín pasó de ser una niña alegre y curiosa a solo ser una chiquilla de ojos tristes, callada y obediente. Cuando tenia 5 años nació el último de sus hermanos. Gracias a que se le había roto el saco amniótico antes de tiempo, la madre tuvo que ir al hospital, ya que la vida del bebé y la de ella corrían peligro; explicó la partera que siempre la había atendido.
El padre al ver que sus hijos se quedarían solos en casa, se los llevó a su hermana Martha. Jazmín se limito a sentarse en la sala, cuando sus primos le propusieron jugar en el patio. Fernando, el primo mayor, con 12 años la llevo a su cuarto obscuro con el pretexto de ayudarla a esconderse.
Este, aprovechándose de la situación, la acostó en la cama, para después acariciarle la pierna descaradamente, mientras su mano iba subiendo cada vez más también le decía cosas obscenas que hicieron helar a la niña de miedo e incomodidad. Para su suerte, antes de que pudiera hacerle algo más, uno de sus hermanos entró corriendo a la habitación, anunciando que sus padres ya habían llegado con el niño recién nacido.
Jazmín fue rápidamente a abrazar a su mamá, pero antes de que pudiera decir algo, su papá la interrumpió quitandola del camino, como si su sola presencia lo molestara. Los días pasaron, a la señora Marcela le tocó quedarse en casa de su cuñada para cuidarse de la cesárea, mientras tanto para Jazmín fue una pesadilla estar en ese lugar junto a su primo, los adultos no entendían del porque su actitud "rebelde", así que la mandaban a jugar o a dormir con él a fuerzas.
Cuando finalmente salieron de ahí, Jazmín en su mente pequeña, se dio cuenta de que sus problemas debían ser callados para no incomodar a los demás, e incluso pensó que había sido su culpa. A partir de este momento, comenzó a preguntarse porqué a ella le pasaban esas cosas, qué hacia mal, y qué se sentiría ser querida y protegida por los demás.
En la escuela sus compañeras la molestaban por ser tan callada y tímida, pero ella no decía nada, pensaba que a nadie le importaría. Sus calificaciones no eran para nada buenas, sus maestros siempre la tiraban de tonta, pasaba de grado solo por que los maestros se apiadaban de ella.
A veces veía a otras niñas sonriendo y jugando con sus padres, lo que la llevaba a anhelar ser ellas o por lo menos tener amigas. Aunque si tenia momentos felices a lado de su mamá, estos momentos eran cortos porque la señora, siempre andaba ocupada con el trabajo, limpiando y cocinando.
Debido a la ansiedad y la depresión que la tenía a sus 10 años, comenzó a refugiarse en la comida, pero también usaba la imaginación de vidas falsas para no sentirse tan triste. Podia perderse en sus pensamientos durante varios minutos, incluso horas imaginando que era una niña feliz con su mamá y hermanos, que los demás la respetaban y la querían.
Cuando lograba alejar esos pensamientos de su mente, se daba cuenta de que eran tan absurdos y ridículos, que nunca le tomo importancia contárselo a alguien más. Sin embargo ya había agarrado la manía de ponerse a imaginar otras formas de vida bien elaboradas para sentirse bien por un rato.
En contraste a la vida que tenía hace unos cuantos meses con su esposo, había tenido una vida feliz; desde que se conocieron en el trabajo, se hicieron buenos amigos. Rápidamente esa amistad abrió paso a una relación sentimental. Aquel hombre llamado Alejandro, la trataba como a una reyna, dándole detalles, cuidándola y respetandola.
Con el pasar de los meses, Alejandro le propuso matrimonio a Jazmín, y aunque ella no estaba segura de comenzar una vida con nuevas responsabilidades acepto después de que su novio le rogara durante mucho tiempo. A pesar de no ser un hombre rico, le prometió una vida feliz y estable económicamente, trabajarían juntos para comenzar su propia familia.
Sin embargo, Alejandro llevó a Jazmín, a la casa de sus papás, con el pretexto de que sería temporal. Pero las cosas no empezaban a marchar bien, la mamá de Alejandro; July, era una señora muy exigente, trataba a su nuera como su empleada domestica, y además siempre ponía a su hijo en contra de su esposa. Jazmín tuvo que soportar todo eso pensando que pronto tendría una vida mejor, sin embargo no se esperaba una infidelidad de su esposo.
Había pasado casi un año desde que Jazmín estaba casada, cuando se dió cuenta de que estaba embarazada. Su marido al recibir la noticia no le tomo tanta importancia, él ya tenía meses de que estaba distante con el pretexto de que ella no hacía las cosas bien en la casa y no le daba gusto a su mamá, por eso July se la pasaba criticando a su nuera.
Jazmín por su parte amo a su hijo desde que supo que estaba en su vientre, estaba contenta aunque su situación en casa fuera difícil. Poco a poco ella comenzó a notar comportamientos extraños de su esposo y eso la hizo sospechar sobre una infidelidad. Para colmo Alejandro ya había agarrado la costumbre de salir a beber y llegar borracho a amedrentar a su esposa.
Fue en una de esas borracheras cuando Jazmín aprovecho que se quedó dormido para revisar el celular de Alejandro, cuidadosamente días antes observó como su esposo escribía la contraseña, así que puso manos a la obra; sólo para descubrir que el infiel ese ya tenía varios meses de estar en una relación con una mujer llamada Beatriz.
A ella se le rompió el corazón al leer tantos mensajes cargados de dulzura hacia otra mujer. Pero lo que más la lleno de rabia fue descubrir las fotos en donde se veía a su cuñado acompañando a la pareja de amantes en varios lugares. Fue como un balde de agua fría para la pobre de Jazmín.
Ella no sabía que hacer, porque sus padres nunca estuvieron de acuerdo con su relación con Alejandro. Al tener un padre tan enérgico le dio miedo de que no la recibiera de nuevo en casa. Así que se quedó despierta toda la noche pensando en que haría, porque a pesar de todo, tenía en claro de que no debía pasar esta humillación por alto.
Así que al día siguiente en cuanto su esposo se alistó para ir a "trabajar", ella le dijo inmediatamente que su relación terminaría, que descubrió su infidelidad y que de ninguna manera se lo pasaría por alto.
- Acaso te volviste loca, esos mensajes no son míos, son de Pedro mi hermano, yo le presto el celular para que hable con su novia, además con que derecho revisas mi celular. - alegó Alejandro con rabia.
Jazmín no escucho más que una sarta de 3stupid3c3s, así que tomo las cosas que había preparado la noche anterior dispuesta a marcharse. Sin embargo, la suegra quien había escuchado todo desde la puerta entró rápidamente a la habitación para convencer a su nuera de que escuchara a su hijo. Inmediatamente le hizo un gesto a Alejandro, para que éste le pidiera perdón a su esposa.
- Por favor piénsalo bien, si te vas que futuro le darás a mi nieto, no tienes un trabajo estable. No te dejes llevar por lo que viste, tal vez fue solo un malentendido.- agregó July.
Obviamente Jazmín, sabía lo que estaba sucediendo, su querida suegra no quería perder a la sirvienta gratis que tenía, además de que July, a toda costa prefería evitar que su familia anduviera en boca de todo el pueblo.
- Perdóname si te he fallado en algún momento amor, he estado muy estresado últimamente.- dijo Alejandro con total hipocresía.
- Tengó que pensarlo, porfavor déjenme sola.- respondió Jazmín.
Al salir de la habitación, July, le dió una bofetada a su hijo.
- Acaso no piensas, ¿cómo se te ocurre dejar que te descubra?, que van a decir la gente si tu mujer divulga tu infidelidad. Es que no piensas en tu pobre madre, ya estoy vieja y cansada para encargarme yo sola del aseo de la casa, además esta esperando a mi nieto, de ninguna manera quiero que sea criado por otro hombre.- le reprochó July a su hijo.
- No te preocupes mamá, Jazmín no se ira de acá, sus padres quedaron muy indignados cuando ella se casó conmigo, no tiene a donde ir, y mucho menos tiene dinero, todo lo que gana lo usa para comprar las cosas de la casa.- respondió Alejandro.
- Esta bien hijo, eso espero, pero sabes que, me gustaría conocer a Beatriz, traela a casa, buscaremos la manera de esconderla de tu esposa. - dijo con malicia la anciana.
Por supuesto que Alejandro ni si quiera pensó dos veces en hacer lo que le dijo su madre, corrió rápidamente a la casa de su amante.
Mientras tanto Jazmín, dentro de su habitación lloraba amargamente, pensando en tantas cosas. Si se fuera en ese momento ¿a donde iría?, no tenia ni para el pasaje de regreso, y su papá fue muy claro al decirle que no la quería de vuelta, y ella apostó todo por Alejandro, creyendo que por fin tendría felicidad a lado de él. Y si se quedaba, Alejandro se acostumbraría a hacer lo que él quisiera.
Con tantas cosas en la mente, se recostó en la cama. Comenzó a imaginar en qué tal vez más tarde su esposo regresaría arrepentido por lo sucedido, y tal vez comenzarían una vida nueva. Se puso a pensar en tantos escenarios posibles que la hizo alejarse un poco de su pena.
Más tarde llegó Alejandro, entró a la habitación en donde estaba Jazmín, pero contrario a lo que ella imaginó que le diría, Alejandro fríamente le dijo que esa tarde viajaría por trabajo.
- ¿y qué pensaste, siempre si te quieres ir?, mira que siempre te he tratado bien, además yo no andaría con nadie más, contigo me basta.- mintió Alejandro.
Jazmín, por dentro trago su orgullo, comprendiendo que por ahora quedarse era lo mejor para ella y su hijo.
- Esta bien, me quedó. Pero las cosas deben cambiar en nuestro matrimonio, comenzando por mudarnos a un lugar para los dos, tal y como lo prometiste al principio.- reclamó Jazmín.
- Mira, hablaremos con más calma de ese tema en cuanto regrese.- contestó Alejandro apurado.
Pero esa noche Alejandro, para nada tenía trabajo, sino que se dirigía a casa de su amante.
- Amor, llegaste. - Dijo con dulzura Beatriz.
Alejandro saludo con un beso en los labios a Beatriz, y tomados de la mano entraron a la casa. Ahí estaba sentado el papá de Beatriz.
- Buenas noches, Don Armando.- saludó Alejandro.
- Buenas noches muchacho, contestó Armando. Por favor, toma asiento, hay algo muy importante de lo que quiero hablar contigo.- prosiguió el papá.
- Claro, dígame con confianza suegro.- contestó Alejandro mientras se acomodaba en el sillón de la sala.
- Hasta donde tengo entendido, tu y mi hija llevan saliendo un par de meses, ella me ha comentado que piensas pedirla en matrimonio. Te pregunto, si de verdad piensas casarte con ella, ¿cuándo vendrás con tus padres a pedir la mano de mi hija?-
Soltó Armando directamente.
Beatriz y Alejandro, se quedaron mirando con complicidad. Resulta que años atrás, antes de que apareciera Jazmín, Beatriz conoció a Alejandro, en la feria de San José, pueblo natal de ellos dos. Él era cantante, con su gran voz le habían dado la oportunidad de formar parte de la banda más grande del pueblo. Esa noche la banda Galope, de la que formaba parte, ofreció un show para hacer la apertura de la feria más grande, que se celebraba todos los inicios de agosto.
Beatriz, estaba cumplíendo 16 años ese día, así que decidió ir a festejar con sus amigas, en la apertura de la feria. En cuanto vió a Alejandro cantar, quedó maravillada con él, así que ella y sus amigas esperaron hasta que dieran una pausa y los integrantes bajaran del escenario para poder hablar con ellos. Ella se acercó a Alejandro para conversar con él y pedirle su número de teléfono. Sin embargo, Alejandro no estaba para nada interesado en ella. Aún así empezaron a mensajearse todos los días durante mucho tiempo.
Dos años después, Alejandro comenzó a trabajar en la oficina de asuntos legales de su papá, para entonces entró como aprendiz de asistente, tenía 23 y estaba en el segundo año de la carrera en Derecho, porque había perdido tres años de estudio gracias a la banda musical; aunque aún le faltaban tres años más para graduarse, su padre Carlos le insistió en que comenzara a involucrarse más en su pequeña empresa.
Al mismo tiempo, Jazmín llegó como secretaría al despacho, ella en comparación con Alejandro, estaba en el último año de la carrera de Derecho, aunque tenia la misma edad que Alejandro, ella se dedico a sus estudios como arma para un futuro, porque no quería volver a vivir la situación económica en la que su padre los había metido hace años.
Por su parte Beatriz hacia hasta lo imposible por agradarle a Alejandro, y éste la iba aceptando poco a poco, sin embargo todo cambió cuando conoció a Jazmín.
Jazmín siempre tenía una actitud seria, era muy responsable. Por eso en cuanto vió que Alejandro se le acercaba mucho, trato de alejarlo, él en cambio al sentirse rechazado por primera vez, le tomó más interés acercarse a ella.
Así pasaron varios meses dejándolo diferentes detalles en su escritorio muy seguido. Hasta que Jazmín lo aceptó; así lo que comenzó como una relación de trabajo terminó en una bonita relación sentimental.
Por su parte, Beatriz al ya no recibir noticias de Alejandro, decidió ir a buscarlo al despacho, cuando alcanzó a ver que éste salía de la mano con Jazmín. Se regreso furiosa a su casa. Más tarde intentó llamar a Alejandro, pero él ya le rechazaba las llamadas, e incluso dejo de contestarle los mensajes.
Jazmín a comparación de Beatriz, era más seria, más refinada y estaba centrada en su trabajo y estudios, en cambio Beatriz era una alma fiestera, no pensaba en el futuro, incluso la expulsaron del bachillerato por mala conducta; sólo tenía la secundaria terminada y no le interesaba seguir estudiando. Se dejó influenciar por su tía Petra, que decía que era mejor conseguir un hombre rico para mantenerla.
En cuanto Don Carlos vió que su hijo tenía una relación con su secretaria, no dudo mucho en apoyarlos. Sin embargo, pensó erróneamente, que decirle a su hijo que se casara pronto, haría que éste se volviera más responsable con la empresa y sus estudios. Así que comenzó a meterle esas ideas a su hijo; incluso le dijo que en cuanto formara a su familia se haría cargo del despacho, para que él ya pudiera descansar.
A Alejandro le pareció tan buena idea, que comenzó a pedir en matrimonio a Jazmín, pero esta se negaba, pues apenas estaba terminando su último año universitario, sentía que aún le faltaba mucho para alcanzar sus sueños. Durante mucho tiempo estuvo insistiendo, le prometió que el hablaría con su papá para que no perdiera su trabajo como secretaría, y que podía seguir escalando dentro de la empresa.
Jazmín lo pensó mucho, ella quería buscar oportunidades por otro lado y conocer más, pero, el amor que sentía por Alejandro hizo que se convenciera de formar un futuro a lado de él.
Una vez que Jazmín se decidió, organizaron una boda sencilla por el civil; Alejandro por primera vez fue a la casa de ella para presentarse con sus suegros e informarles sobre la boda.
Los nervios de Jazmín estaban a tope, pues su padre siempre había sido muy estricto con ella, dejándole en claro que primero debía arreglar su futuro para poder hacerse cargo de sus padres en la vejez. Los novios que ella había tenido había sido a escondidas de su padre.
En cuanto llegaron, tocaron a la puerta, la señora Marcela salió a recibirlos y los pasó a la sala. En cuanto tuvieron de frente a Don Macario Saludaron cordialmente.
- Papá, te presentó a Alejandro. - dijo Jazmín.
- Mucho gusto. - contestó Macario - a que han venido. - prosiguió el señor
- Bueno, Don Macario, en realidad hemos venido a notificarle que su hija y yo nos vamos a casar. -
Macario, con la mirada fría dijo:
- Están seguros, aún son jóvenes e inexpertos, les falta mucho por conocer. -
- Si papá, pero estamos seguros de que podremos formar un buen futuro juntos.
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