Capítulo 1
En una ciudad casi destruida por los conflictos, Saalim un comerciante emergente, tenía temor de que sus hijos crecieran en ese mundo hostil y sin oportunidades. Afganistán iba en retroceso cultural, su esposa Maryam siempre lo apoyaba y comprendía, así que decidieron migrar a Medina en Arabia Saudí. Era para lo único que les alcanzaba en el momento de su decisión, aunque él quería llegar hasta Turquía o Marruecos países más civilizados, su hijo Zahan tenía solo cuatro años cuando atravesaron el desierto para un destino mejor, mientras que su hija Lina era una recién nacida.
Al llegar encontraron una casa cómoda, ideal para ellos además contaba con un mercado cerca donde consiguieron un local para así poder vender sus especias, mismas que eran elaboradas por su esposa y él. Poco a poco tenían estabilidad económica, pero al igual que en su país de origen, también Arabia Saudita tenía un régimen inflexible hacia las mujeres, pero por lo menos sus hijos podrían estudiar. Un día sin esperarlo llegó un hombre hasta su local.
—Salam aleykum.—
—Aleykum Salam—respondió Saalim
—Me enteré que tu negocio es muy redituable, además de que eres productor de todo lo que vendes aquí. Me interesaría ayudarte a exportar a otras ciudades árabes.—
—Lo siento, ¿quién es usted?—pregunto Saalim
—Soy Ibrahim Rashid.—respondió aquel hombre extraño de mirada fuerte
—Es un placer soy Saalim Fayed, ¿tendría que invertir algún capital?. Pero lo siento que descortés soy, adelante ¿le ofrezco un poco de té?—
—Si por favor, shukran.—
Ibrahim era de los hombres más ricos de toda la península arábiga, también influyente. Asociarse con él sería un impulso para Saalim o el quiebre de sus sueños. Pero al final de cuentas lo convenció, con el pasar de los días poco a poco crecía la demanda de sus productos, así que pronto necesitarían más ayudantes para poder cubrir los pedidos.
Pasaron los años y el negocio de Saalim crecía cada vez más, Lina aunque era aún una niña también le gustaba ayudar a sus padres, Ibrahim visitaba a su socio llevando con él a su hijo mayor Amir, mientras él hablaba de negocios, su pequeño hijo iba a jugar con Zahan. Pero lo que más anhelaba Amir era estar cerca de Lina.
—Salam Lina—
—Salam Amir.—
—Que bonita te ves hoy, mira te traje higos.—
—Shukran, son mis favoritos.— le dijo con una sonrisa
—Basta Amir vamos a jugar.—insistía Zahan
—Lina vamos, juega con nosotros.—
—No puedo Amir, estoy ayudando a mamá. Ustedes jueguen.—
Ibrahim observaba a la pequeña Lina, aunque era una niña, era muy hermosa. Sabía que algún día se convertiría en una mujer y sin duda alguna se vería aún más bella. Lina se sentía incómoda cada vez que él la observaba, hasta cierto punto le tenía temor.
—Es muy linda tu hija Saalim, y trabajadora.—
—También estudiosa, sueña con ser médico. Y si está dentro de mis posibilidades así será, inshallah.—
—Estudiar, pero si las mujeres son para cuidar del esposo, de los hijos, de la casa. Además estudiar una mujer es una pérdida de dinero y de tiempo, no creo que su futuro esposo le permita ejercer.—
—Mientras sus sueños se hagan realidad y ella sea feliz, no importa si se casa o no. Por eso nos fuimos de Afganistán para que mis hijos fueran felices.—
Ibrahim miraba con desaprobación los ideales de Saalim, pero también sabia que lo escrito por Allah se cumpliría, esperaría pacientemente por Lina. Lamentablemente detrás de los sueños de Saalim, había una tragedia que había sido el impulso para cambiar sus creencias, su única hermana había sido ejecutada por ir a la escuela, aún en contra del régimen que gobernaba el país, ella decidió estudiar y aferrarse a sus ideales. Esa tragedia lo alentó a que sus hijos tuvieran una vida diferente, que dejaran ese estilo de vida más primitivo del islam que se vivía en Afganistán, a diferencia de cualquier otro país árabe.
Eran frecuentes las visitas de su socio, así que Ibrahim se dio cuenta del afecto que sentía su hijo Amir por Lina, de pronto decidió acabar con lo que estaba naciendo entre ellos, arrancarlo de raíz era la mejor opción. Envió a su hijo lejos a estudiar, no le permitiría volver a Medina, ellos como sus padres lo visitarían en vacaciones. Lo que no anticipó es que antes de marcharse Amir le hizo una promesa a Lina, algún día volvería con ella para poder estar juntos.
Pasaron los años, Saalim se volvió un hombre reconocido en Medina había generado mucho dinero, aunque su estilo de vida seguía siendo modesta. Eso permitió que su hijo Zahan estudiara en España, mientras Lina se preparaba para ir a estudiar la universidad, ella acababa de cumplir la mayoría de edad. Y su padre había negado su mano a cada uno de los hombres que la habían pretendido.
Aunque estaba emocionada por realizar su sueño, Lina solo pensaba en el regreso de Amir, ya que era el amor de su infancia. Ella sabía que volvería tarde o temprano a cumplir su promesa, por eso buscaba estudiar la universidad en el país, para esperar su regreso. Un día mientras volvía a casa con su compañera de clase Aisha y Nadia que ayudaba en el servicio de su casa, se encontraron a Ibrahim. El solo observaba a Lina con una mirada llena de deseo y lujuria, ella le aterraba cruzarse con él. Las tres se echaron a correr sin decir una palabra, Ibrahim pensaba que se acercaba la hora de hacer la propuesta a su socio, sobre la mano de Lina. Estaba más que decidido a convertirla en su segunda esposa, así que nada lo detendría. Lina y Nadia entraron corriendo a casa, no podían detener su respiración.
—Debería decirle al señor Saalim lo que hace ese señor de estarla rondando, tengo miedo de que se atreva a hacerle algo malo.—decía Nadia
—Es socio y amigo de mi padre, no quiero provocar un problema entre ellos. Además papá no está muy bien de salud.—sin esperarlo Maryam las asustó
—Pero que les sucede, por Allah.—dijo su madre
—No te esperábamos madre.—
—Nadia ve a la cocina, necesito hablar con mi hija.—de inmediato acató las órdenes de la señora.—Ahora sí dime que te tiene tan nerviosa.—
—Nos encontramos al señor Rashid, algo hay en el que me da miedo. Su mirada hacia a mí es, no sé cómo explicarlo pero me hace sentir nerviosa e incómoda.—
—Tranquila hija, él es un hombre muy respetado además muy religioso y amigo de tu padre, sería incapaz de pretender dañarte. Vaya te ha visto crecer, además tú padre y yo estamos aquí para defenderte. Mucha plática y tu padre te espera para comer.—
—Si, voy a buscarlo. Te quiero mamá.—
—También yo mi amada Lina.—
De todas formas Maryam estaría al pendiente de su hija, ya que ellos tenían otros planes para ella. Pronto viajarían a España para reunirse con su hijo Zahan, y no volver a Medina nunca.
Capítulo 2
Era un día normal en Medina, Lina regresaba de la escuela de señoritas a la que asistía, por protección de ella misma su madre le sugirió usar el burka negro, que era casi obligatorio en la ciudad para todas ellas en la calle y espacios públicos. Así evitarían que los hombres las observaran sin ser su novio, prometido, esposo o tutor.
—Mamá regresamos.—decía Lina mientras entraba junto con Nadia.
—Alhamdulillah, mi pequeña princesa me alegra tanto que ya hayas regresado.—
—Señora, ¿dónde pongo su pedido?—preguntó Nadia
—Por favor llévalo a mi esposo, están preparando la cúrcuma que se va a enviar a Egipto.—
—Si señora Maryam.—respondió y se retiró
Lina se quitaba el burka, dejando su cabello expuesto. Ignoraban que su padre tendría visita en casa.
—Salam Aleykum.—saludó Ibrahim
—Aleykum Salam.—respondió Maryam mientras Lina colocaba su Hiyab
—Disculpen mi intromisión, estoy aquí para ver a Saalim.—
—No tienes de qué disculparte, llamaré ahora mismo a mi esposo.—respondió Maryam mientras agachaba la cabeza para no hacer contacto visual con el, fue a llamar a su esposo sin darse cuenta que su hija no la siguió.
—Veo que comenzaste a usar el burka.—dijo Ibrahim a Lina mientras la observaba con esa mirada que casi la desnudaba.
—Si, aunque pienso que con el hiyab es suficiente.—respondió olvidando que no estaba permitido ese comportamiento
—Al contrario el burka es tan sagrado en una mujer, que habla mucho de su personalidad religiosa. Eso quiere decir que serás una buena esposa.—
—Pienso que el burka es una forma de segregarnos, porque nuestra belleza despierta los bajos instintos del hombre. Es una prenda que refleja la represión que existe, una cárcel de tela.—Lina tenía pensamientos liberales que había inculcado su padre en ella, pero estaba prohibido que se expresara con sus ideas frente a hombres extraños que pudieran meterla en un conflicto mayor
—Tienes mucha valentía, tu padre no te ha enseñado que ese pensamiento puede traerte muchos problemas, incluso acabar con tu vida. Para nosotros el burka representa toda la identidad islámica y es símbolo de nuestra religión. Se entiende como un mandato divino que protege a las mujeres y define su lugar en la sociedad. Deberías aprender a tener más respeto por lo dictado en el coran, y sobre todo por Allah.—
—El mundo ha cambiado señor Ibrahim.—
—Lina por favor ya guarda silencio, discúlpela señor mi esposo la reprenderá como lo dicta el coran.—intercedía Maryam
—Tranquilas, ella es joven. Más bien debemos de cuestionar que les enseñan en la escuela de señoritas a la que asiste para que haga esos comentarios. Hablaré con el consejo sobre su programa educativo, con el rector sobre la educación a nuestras hijas de familia.—respondió Ibrahim mientras aprovechaba para sonreírle a Lina, ella agachó su cabeza y se retiró.
Ibrahim no tenía dudas Lina era capaz de despertar sus deseos más profundos, sus perversiones y su hambre carnal. Sobre todo anhelaba convertirla en su segunda esposa para corregirla, convertirla en una fiel musulmana. Sobre todo que le diera los hijos que aún le faltaban, su primera esposa solo pudo darle a su hijo Amir y a su hija Dalila. Pero él aún se sentía un hombre joven, sin temor a equivocarse sería el esposo adecuado para Lina
—Trajiste luz a mi casa Ibrahim.—saludaba Saalim
—Necesitaba verte porque vas a necesitar una bodega más grande y más personal para que te ayude con la producción. Cada vez piden más de todos tus productos, también quería proponerte un negocio como curtidor de pieles. Créeme quedarás cubierto de oro amigo.—
—Inshallah, vamos come hoy conmigo. Estoy tan agradecido contigo.—
Nadia les sirvió la comida, los hombres suelen comer con sus invitados e hijos varones, y las mujeres de su familia comen aparte.
—Saalim necesito disculparme contigo, cuando llegue cometí una falta. Tu hija Lina acababa de llegar de la escuela y se estaba quitando el burka. Se que no debo hablar con las mujeres de tu casa, se me hizo fácil por todos los años que tengo conociéndolos. Como sabes Dalila mi hija debe comenzar sus estudios del coran, pensaba inscribirla en la misma escuela de tu hija. Pero cuando le dije que era un orgullo usar burka, ella me respondió algo que realmente me preocupo. Como sea yo soy de confianza, pienso que debes hablar con ella y corregirla. Me entristecería si da su opinión tan deliberadamente frente a hombres más religiosos, tú sabes.—
—Todo es mi culpa, debí obligarla a usar el burka desde un inicio. Permití que solo usara hiyab, decidí obligarla hasta ahora porque entre más crece, más bella se pone. No me dejan de llover las propuestas de matrimonio. Pero la corregiré, eso tenlo por seguro.—
—Supongo que no has aceptado ningún compromiso para ella por qué no has encontrado un pretendiente digno.—Saalim tenía que ser inteligente en su respuesta
—Así es, además quiero que termine la escuela y educarla correctamente para que sea una esposa digna y no avergüence mi casa. Pronto terminará la escuela, así su madre podrá prepararla para un matrimonio.—respondió Saalim
Ibrahim sentía una esperanza de que al hacer la propuesta a Saalim, su socio y amigo aceptaría el matrimonio con Lina. Ibrahim era un hombre de 45 años, millonario y de una reputación intachable. Podía casarse con cualquier mujer en Medina, pero él siempre había querido a Lina.
Más tarde Lina estaba ayudando ha empaquetar especias y conservas. Su padre se acercó a ella, Lina sospechaba que es lo que iba a decirle.
—El señor Ibrahim te dijo lo que hable sobre el burka.—
—Si, me haces sentir orgulloso. Solo hazme un favor mi dulce niña, las mujeres no hablan con hombres y mucho menos si esos hombres son muy religiosos, sabes que ese tipo de ideologías atenta en contra de sus creencias primitivas. Ten paciencia, y escucha más de lo que desees hablar. Se inteligente.—
—Si papá, lo siento. Pero es que hay algo en el que me molesta, que me pone en alerta.—
—El te ha visto crecer, ha sido un gran amigo, aliado y socio. Todo lo que tenemos se lo debo a él, sin su ayuda no sé qué hubiera sido de nosotros. Dudo que tenga otras intenciones contigo mi vida, además él es muy mayor para que aspire a estar con una joven bella e inteligente como tú. Hay muchas mujeres con las que puede casarse, pero no creo que busque una segunda esposa. Tiene toda su vida con su esposa, ya se hubiera casado de nuevo.—
—Es lógico, en fin deja terminar porque aún tengo cosas que hacer.—
—Por cierto tu hermano te envió una carta, así que le hago entrega a mi princesa antes de que se me olvide. Creo que debería comprarles objetos modernos para que se comuniquen.—
Lina esperaba con muchas ansias las cartas que llegaban de Zahan, más que nada porque no era una simple carta. Dentro tenía un maravilloso secreto, su corazón latía muy rápido sabía que dentro de la carta había noticias de su amado Amir.
Capítulo 3
Terminando el trabajo Lina subió a su habitación para lavarse antes de la última oración del día, aprovechó para abrir la carta de su hermano. Que realmente era una carta de Amir, durante todos esos años lejos de ella, él buscaba la manera de estar presente le contaba cada una de sus anécdotas en la universidad y en su vida diaria. Lina y él se sentían cerca a través de las palabras, Amir nunca dejó de reafirmar su promesa de estar juntos, sobre todo lo mucho que la quería.
—Te sigo queriendo igual o más, que la última vez que te vi. Mi querido Amir.—decía Lina en voz alta mientras besaba dulcemente la carta
Los primeros dos años de que Amir se lo llevaran al extranjero, habían perdido contacto. Pero se reanudó cuando el hermano de Lina Zahan fue el enviado a estudiar al mismo instituto que él.
Lina se preparó para hacer la oración, mientras la llevaba acabo pensaba en Amir y suplicaba su regreso, solo se casaría con él con nadie más. Al día siguiente se preparaba para bajar a ayudar a su madre en casa, Maryam cocinaba los alimentos para la comida. En eso entró Lina danzando, se veía tan feliz y radiante. Que incluso Nadia la seguía con la danza, las demás mujeres que ayudaban en casa de Saalim también aplaudían mientras ellas danzaban.
—Pero cuanta felicidad, ¿qué ha pasado hija?—
—Mamá, recibí carta de Amir. Está a punto de regresar, muero por verlo. Dijo que lo primero que hará es pedirle mi mano a mi padre.—
—Ya debe ser todo un hombre, pero mi querida Lina ¿y tus sueños?—
—En la penúltima carta que recibí, se comprometió conmigo a que estudiaría. Que se sentiría orgulloso si me convierto en una gran médico.—
—Las ilusiones son peligrosas, y si en todo este tiempo Amir cambió no quiero después que te vayas a arrepentir. Perdona mi angustia hija, no quisiera que tu vida fuera un infierno por haberte dejado guiar por una ilusión.—
—¿Tu amabas a papá cuando te casaste con él?—
—Me emocionaba casarme, sobre todo no quedarme sola. Pero tenía miedo a que me tocara un hombre mucho mayor que yo. Que me golpeara o cosas peores, fui realmente bendecida con tu padre, ya que es un buen hombre. De la convivencia nació nuestro amor, además le tienes mala voluntad a quien sería tu suegro. Así que si quieres que te acepte en su familia, procura comportarte frente a él.—le respondía Maryam mientras acariciaba el largo cabello de su hija.
—El me da miedo, su mirada no es amable. No quisiera casarme con alguien como él, no me da confianza. Su esencia me atemoriza.—
—Tu padre nunca aceptaría un matrimonio entre tú y el, tiene otros planes para ti. Siempre y cuando no te decidas por estar con Amir, no te preocupes tanto llegado el momento se tomarán las decisiones correctas.—
Lina estaba preocupada por lo dicho por su madre, pero todo eso lo descubriría cuando Amir y ella volvieran a encontrarse. Imaginaba ese momento a cada segundo, fantaseaba con la reacción de Amir al verla, eso hacía que su corazón se sintiera cálido.
Al mismo tiempo Saalim estaba en una reunión con Ibrahim y el hombre que quería formar una sociedad con ellos en el negocio de pieles, Hakim Asad. Mientras se ponían de acuerdo bebían té y hablaban de un futuro prometedor. Hakim no solo quería una sociedad con Ibrahim y su socio, también buscaba un esposo para su hija Iris.
—Estoy muy emocionado de poder trabajar con ustedes, en estos días no es fácil confiar en alguien. Saalim me han contado que vienes de Afganistán, ¿por qué saliste de ahí con tu familia?—
—Porque quería una mejor vida para mi familia, y aquí en Medina la he encontrado. Allah envió a Ibrahim a mi casa para que me ayudara, siempre voy estar agradecido con el.—
—¿Cuántos hijos tienes?—
—Allah solo me concedió dos, Zahan que estudia para abogado en Salamanca, España. Y mi hija Lina que si todo sale de acuerdo a lo planeado estudiará medicina.—Hakim se rio burlándose de él, obviamente por la decisión de alentar a que su hija estudiara una carrera.
—Discúlpame Saalim es que eres un hombre con ideas occidentales. No creo que el esposo de tu hija permita que ejerza, pero cada quien. Yo al contrario estoy buscando un esposo para mi hija Iris, ella está preparada para ser una buena esposa y complaciente. Solo que también quiero lo mejor para ella, no cualquier hombre. Quiero alguien que la trate como la reina que es.—mientras decía sus incoherencias observaba a Ibrahim, era obvio que estaba tratando de venderle a su hija.
—La hija de mi socio es una excelente estudiante, trabajadora y que sigue las reglas del coran. Si llega a estudiar medicina puede atender niños y mujeres, siempre y cuando no descuide sus obligaciones en su hogar.—
—Me sorprendes, la admiras demasiado Ibrahim. No será que quieres convertir en tu suegro a Saalim, hasta yo me sentí enamorado de ella. Discúlpenme suelo ser demasiado imprudente.—decía Hakim mientras se seguía burlando
—Si me disculpan debo retirarme, los dejo.—se disculpó Saalim y se marchó furioso por todo lo dicho por Hakim
—Tu socio y amigo no aguanta una pequeña broma.—decía Hakim mientras trataba de contener la risa, Ibrahim se puso de pie, pateo la mesa sin importarle que estaba en casa de Hakim, todo sobre ella voló por los aires, lo sujetó de la túnica para darle una advertencia.
—No soy muy tolerante con las personas como tú, vas a tratarnos con respeto si es que quieres hacer negocios con nosotros. En cuanto a mi socio y su hija vas a mantenerte al margen, me imagino que no quieres problemas conmigo.—le advertía Ibrahim mientras lo soltaba y desarrugaba la túnica de Hakim.
—Discúlpame, no pensé que te afectara tanto mi comentario.—
—Todo lo que tenga que ver con Saalim y su hija me afecta, tú no vas a ser una impedimento para los planes que tengo. ¿Entendiste?, bien ahora me marcho arak lahqan(hasta luego)—le hizo una mueca que daba miedo
Pero Saalim no podía creer lo que su nuevo socio había dicho, regresó a casa con la cabeza revuelta. Y si era verdad todo lo que había dicho Hakim, le afectaría demasiado enterarse que Ibrahim nunca haya sido honesto y que estuviera interesado en su hija, jamás aceptaría un matrimonio entre su Lina y el, simplemente no quería a alguien así para su pequeña princesa.
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