Nunca supe cómo comenzar a contar esto, cómo explicar lo que ocurrió. Si soy honesto, ni yo mismo entiendo cómo terminé en las garras de una vampira."
¿? (voz de chica): (sonríe con una mirada hambrienta) Eres una dulce golosina... y muy pronto, serás mi cena.
¿? (voz de chico): (tragando con dificultad, su voz temblorosa) No... no creo que mi carne sea... de tu agrado... (tartamudea, forzando una risa nerviosa) Soy... soy bastante... insípido,
"Lo que estoy a punto de contarles... empieza mucho antes de este encuentro. Mi nombre es Losert, tengo 15 años y siempre viví en lo que creí era la ciudad más tranquila del mundo. Hasta hoy.
La chica que está por matarme... ni siquiera sé su nombre. Solo sé que va al mismo colegio que yo, y que jamás imaginé que algo como esto pudiera existir. Nunca creí en las criaturas de la noche. Pero ahora, mientras estoy a su merced, no puedo evitar pensar en la charla que tuve con Max, el lunes pasado..."
08/01/2019
(Reseso)
Losert: ¿Hm? ¿Qué pasa, Max?
Max: Oye, ¿tú crees que los vampiros existen?
Losert: ¿Vampiros? (sorprendido) ¿De dónde sacas esa idea?
Max: Ayer vi una película sobre vampiros... y me quedé pensando.
Losert: Vamos, Max... no seas tan crédulo. Eso son solo mitos, nada más.
Max: (algo incómodo) No me estoy burlando, solo quería saber qué opinas. Siempre te veo tan... racional.
Losert: (riéndose) Pues ya lo sabes, no creo en vampiros, ni en hombres lobo, ni en fantasmas... eso es solo ciencia ficción, amigo.
Max: Ya, ya... tienes razón... (sonríe) Vamos al salón, que el receso ya casi acaba.
Losert: ¿Qué? ¿Tan rápido? (se queja, mirando su reloj) ¡Ah, esto es un caos!
Max: (riendo) No te quejes, y camina, ya basta de tanto drama.
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
12/01/2019
"Estoy a un paso de ser devorado por una de ellas, pero antes de que la oscuridad me consuma, déjenme contarles cómo llegué aquí. Regresemos al jueves por la mañana, cuando aún creía que nada podría salir mal en un simple día de clases."
11/02/2019
(Salón de clases)
Losert: (Pienso) Odio esta clase... (Dejo caer mi cabeza sobre el pupitre, sintiendo que cada segundo aquí es una eternidad).
Max: ¿Qué te pasa, Losert? Apenas estamos en la primera clase y ya estás como muerto.
Losert: (Murmuro) Nah, cierra el pico.
Max: (Sonríe, pero lo dice en tono de advertencia) Vaya, qué actitud la tuya. Mejor compórtate.
Losert: (Respondo sin ganas) Sí, mamá.
Maestro: (Levanta la voz, interrumpiendo) Bien, chicos. Antes de empezar la clase, quiero presentarles a su nueva compañera.
El murmullo se apodera de la clase.
Compañero 1: ¿Una alumna nueva? ¿Qué?
Compañero 2: ¿En este momento?
Max: (Con algo de sorpresa) Vaya, ¿en serio? Sabía que el ciclo escolar estaba empezando, pero esto... esto no lo esperaba.
Losert: (Indiferente, mirando por la ventana) Es nuestro primer año, no es para tanto.
Maestro: (Con tono autoritario) ¡Silencio! (Se gira hacia la puerta) Vamos, entra y preséntate."
Ahí estaba, parada frente al salón, como si hubiera salido de una pesadilla. No recuerdo su nombre, pero su presencia... esa la tengo clavada en la memoria. Una chica pálida, tan blanca que casi parecía que no pertenecía a este lugar. Sus ojos, de un castaño claro, brillaban con algo indescriptible, como si pudieran ver a través de mí. Su cabello, de un rojizo intenso, caía en ondas suaves, pero lo que más me chocó fue su postura: delgada, casi etérea, como si flotara más que caminar. Mediría unos 1.65, pero en ese instante, me pareció mucho más alta."
Max: (Con los ojos abiertos de sorpresa) ¡Wow! Es preciosa.
Losert: (Con desdén, sin mirarlo) ¿De verdad?
Max: (Confundido y molesto) ¿En serio? ¿No la ves? ¡Es imposible no verla!
Losert: (Mira distraídamente por la ventana, su voz fría) Me da igual, y lo sabes.
Max: (Sonríe, pero con una pizca de burla) Por eso sigues sin novia, ¿no? (Ríe, esperando una reacción)
Maestro: (Interrumpiendo, autoritario) ¡Silencio! ¡Empecemos con la clase!"
Recuerdo que se sentó detrás de mí. En ese momento no le di mucha importancia, pero algo en su presencia me hizo sentir extraño. No podía evitar la sensación de que me estaba observando, como si estuviera estudiándome. Traté de ignorarlo, pensando que era solo una impresión, que a todos nos miran de vez en cuando. Pero había algo en su mirada que me helaba por dentro, algo más profundo que una simple curiosidad. Quizá no fuera normal, o tal vez sí, pero no me sentía cómodo."
Después de la última clase, me vi obligado a quedarme para escuchar los interminables regaños de la maestra de matemáticas. Cuando finalmente se fue, me levanté y me dirigí a mi pupitre para recoger mis cosas. Pero antes de irme, la noté. Estaba allí, sentada en su pupitre, mirándome fijamente. No me había dado cuenta de cuándo había dejado de ser invisible para ella, pero ahora, en silencio, sus ojos no se apartaban de mí."
"Me acerqué al pupitre, mi mente aún ocupada con las palabras de la maestra, pero sentía su presencia como un peso en el aire. Cuando tomé mis cosas, su voz me sorprendió."
¿?: (Con voz suave y casi susurrante) Eres diferente a ellos.
Losert: (Levantando una ceja, confundido) ¿Mm? ¿A qué te refieres? (Voltea para mirarla, sintiendo una extraña presión en el aire)
¿?: Fuiste el único en toda la clase que no mostró interés por mi "belleza".
Losert: (Desinteresado, intentando desviar la mirada) Mmm, perdón si no alimento tu vanidad, pero eso no me atrae.
¿?: (Se levanta lentamente, sus pasos suaves pero firmes) Eres… muy interesante. (Sonríe, y hay algo en su sonrisa que no se siente del todo natural)
Losert: (Con un tono sarcástico, intentando salir de la situación) Interesante, dices. Bueno, adiós.
¿?: (Se acerca aún más, su voz más baja y penetrante) ¿Crees en los vampiros?
Losert: (Se detiene en seco, su mirada se encuentra con la suya, y por un momento siente una extraña inquietud) No creo en esas cosas... (Intenta alejarse, pero la presión en el aire lo detiene). Bye.
Supongo que eso solo sirvió para alimentar su curiosidad, porque al día siguiente, algo inesperado ocurrió. Algo que jamás imaginé que sucedería."
12/01/2019
Max: (Con voz preocupada) Losert, si no te aplicas, reprobarás matemáticas y ciencias sociales.
Losert: (Con un suspiro, algo derrotado) Lo sé... (Deja caer su cabeza sobre el pupitre, golpeándolo con algo de fuerza, como si intentara sacudirse la frustración) Estoy perdido... (Una carta cae al piso y lo distrae momentáneamente.)
Max: (Recoge la carta, curioso) Mira, se te cayó algo… (La observa por un momento, notando que es una carta doblada) Es para ti.
Losert: (La toma sin mucho interés, mirando la carta como si fuera una molestia) ¿Una carta de amor? (Ríe de forma irónica) Mmm... mejor la tiro.
Max: (Mirándolo sorprendido) ¿Espera qué? No seas tonto, ¿y si no es de amor?
Losert: (Despectivo, sin muchas ganas de lidiar con ello) Ah, esto es típico… pero bueno, te daré el gusto. La abriré y la leeré… Si es de amor, la tiro.
Max: (Sonríe burlón) Bien, pero no lo dije por eso, ¿sabías que eres cero popular con las chicas? Es casi imposible que alguien se te declare. (Se ríe de forma burlona.)
Losert: (Atonito, con un toque de duda) Bueno… buen punto, Max.
Cuando finalmente la abrí, mis dedos temblaban un poco, como si algo en mi interior me advirtiera que lo que estaba a punto de leer no era algo común. Dentro, solo había unas pocas palabras, escritas con una caligrafía que no me era familiar. 'Te veo a las 10:55 p.m. en la estación Estrella'.
Max: (Mirando la carta, sonríe burlón) A las 10:55 de la noche, ¿eh? Buena suerte, amigo. Me cuentas qué pasó.
Losert: (Frunciendo el ceño, claramente incómodo) Esto es muy sospechoso... Ni creas que voy a ir.
Max: (Con un tono relajado pero burlón) Haz lo que quieras, pero si realmente es una chica, al menos recházala en persona.
Losert: (Con una mezcla de duda y nerviosismo, como si estuviera convencido pero al mismo tiempo dudando de la decisión) Supongo que tienes razón… (Pero algo en su interior le dice que algo no está bien.)
(Estación estrella)
Losert: (Pensando, algo incrédulo) Cielos, terminé viniendo después de todo... (Siente una mezcla de confusión y desconfianza al pensar en lo que está a punto de hacer.)
¿?: (Desde las sombras, con una sonrisa enigmática) Hola… pensaba que me dejarías plantada.
Losert: (Intentando mantener la calma, aunque su voz refleja cierto nerviosismo) Solo vine a escuchar lo que tengas que decirme... y bien, ¿quién eres?
¿?: (Se acerca a la luz, sus ojos brillan de forma extraña mientras sonríe) Sígueme, Losert.
Losert: (Sorprendido, sus pensamientos se agolpan en su mente) ¿La chica nueva?
¿?: (Con una leve risa, como si estuviera disfrutando de la situación) ¿Chica nueva? Ni siquiera recordaste mi nombre.
Losert: (Titubea un poco, avergonzado pero a la vez intrigado) Ah, perdóname, pero no soy muy bueno recordando los nombres de los demás.
¿?: (Con un gesto seductor, sin perder la sonrisa) Está bien, sígueme.
Seguirla fue mi peor error. Me condujo a un callejón sombrío, donde la oscuridad parecía engullir todo a su paso. La única fuente de luz era la fría y distante luz de la luna, que se filtraba débilmente a través de los edificios altos, proyectando sombras inquietantes en el suelo. Sentí cómo el aire se volvía más denso, como si algo estuviera a punto de suceder."
¿?: (Con una mirada penetrante y una sonrisa sutil) Te lo preguntaré de nuevo... ¿crees en los vampiros?
Losert: (Frunciendo el ceño, sintiendo una incomodidad creciente) ¿Otra vez esa pregunta? ¿Qué tiene la gente con los vampiros?
¿?: (La voz de la chica se vuelve más firme, más intensa) Solo responde.
Losert: (Tensión palpable en su tono, como si quisiera escapar de esa conversación) ¡Está bien! Una vez más... No, no creo en los vampiros. (Su voz tiembla, aunque trata de mantener la calma.)
"Al terminar, ella se acercó lentamente, y en ese instante su presencia se volvió abrumadora. No pude retroceder ni escapar, como si una fuerza invisible me mantuviera en su lugar. Así, sin poder hacer nada, terminé atrapado en esta situación, con el peso de su mirada sobre mí, sabiendo que algo terrible estaba a punto de suceder."
¿?: (Sonríe lentamente, su mirada fija en Losert, casi con dulzura) En ese caso, serás mi dulce golosina... (Susurra, su aliento cálido y cercano) Serás mi cena.
Losert: (Atónito y con una risa nerviosa, intentando restarle importancia, pero el miedo comienza a apoderarse de él) N... no creo que mi carne sea buena... ¿Acaso eres una caníbal?
¿?: (Ríe, un sonido suave y macabro que hace que un escalofrío recorra la espalda de Losert) Jejeje, ¿quién dijo que me comería tu carne? (Se acerca más, su mirada fija y penetrante) Solo quiero tu sangre... (Termina lamiéndose los labios, como si saboreara la idea)
Losert: (Retrocede, pero no hay escape. La confusión y el miedo lo embargan) ¿Mi sangre? ¿Estás... estás loca?
¿?: (Sonríe de nuevo, esta vez más amplia, y saca su lengua lentamente, deslizándola por sus labios, mientras sus ojos brillan con una intensidad sobrenatural) No... (Su tono se vuelve más oscuro) No solo soy una vampiro.
Losert: (El miedo lo paraliza. Solo puede observar cómo los colmillos de ella, antes apenas visibles, empiezan a crecer, largos y afilados, mientras sus ojos se tornan completamente inhumanos. La sensación de peligro se vuelve casi palpable, como si la oscuridad misma los envolviera.)
CONTINUARA....
12/01/2019
Me quedé atónito, incapaz de procesar las palabras que acababan de salir de su boca. Todo en mi interior gritaba que era imposible, que ese tipo de cosas no existían, que solo eran historias para asustar a los niños. Pero ahí estaba ella, y todo en su mirada, en su sonrisa cargada de peligro, me decía que estaba equivocado.
Intenté moverme, hacer algo, cualquier cosa, pero mi cuerpo no respondía. El aire a mi alrededor parecía más denso, cargado de un frío extraño que calaba hasta los huesos. La habitación, antes tan mundana, se había transformado en algo completamente distinto; las sombras en las esquinas parecían moverse, como si estuvieran vivas, susurrando secretos que no podía entender.
Antes de que pudiera reaccionar, sentí sus manos en mis hombros, firmes, pero sorprendentemente frías. Mi corazón golpeaba con fuerza en mi pecho, un tamborileo frenético que no podía detener. Y entonces, inclinó su cabeza, sus labios acercándose a mi cuello, mientras mi mente se debatía entre el terror y una extraña fascinación que no lograba comprender.
Losert: Por favor, detente —dije, asustado y confundido, mi voz apenas un susurro.
¿?: ¿Mmm? Pero tengo tanta hambre... —su voz era suave, casi dulce, pero cargada de un peligro latente mientras se acercaba a mi cuello—. No sé si podré contenerme. Además... me intriga el sabor de tu sangre.
Losert: ¿Te intriga? ¿Por qué? —logré preguntar, aunque cada palabra me costaba más que la anterior.
¿?: Porque ningún ser humano puede resistirse a mi seducción —respondió con una sonrisa que parecía tallada en mármol, hermosa y aterradora a la vez—. Y tú... tú ni siquiera parpadeaste al verme.
Losert: Eso no es un motivo suficiente. No puedo... no puedo creer en esto. —Mi voz se quebró mientras me aferraba a mi incredulidad como si fuera un salvavidas en medio de un océano oscuro.
¿?: Pues créelo, Losert. —Su tono cambió, volviéndose grave, casi como una orden ineludible.
Solo pude sentir el leve roce de sus colmillos perforando mi piel. El dolor que esperaba nunca llegó; quizás fue el estado de shock, o tal vez algo más profundo, algo que no podía comprender. Mi mente estaba nublada, atrapada entre el terror y una inexplicable calma que no era mía.
Esperaba que todo terminara ahí, rápido, que el final fuera tan frío y definitivo como lo había imaginado. Pero lo que ocurrió después fue algo completamente distinto, algo que no habría podido prever ni en mis peores pesadillas.
Un calor extraño empezó a recorrer mi cuerpo, como un fuego líquido que me invadía desde el punto donde sus colmillos se hundían en mi cuello. No era desagradable, pero tampoco normal. Era... abrumador. Mi visión se nubló, y el mundo a mi alrededor pareció desvanecerse en un remolino de luces y sombras.
Algo más profundo que el miedo se agitó en mí: una sensación primitiva, casi familiar, que despertaba algo oculto en mi interior. No era muerte lo que me esperaba, sino algo más oscuro y aterrador.
Losert: Antes de que muera desangrado… —dije, luchando por mantener la voz firme a pesar de la debilidad que empezaba a invadirme—. Quisiera saber tu nombre.
¿?: —(Se detuvo de repente, sorprendida. Sus labios aún rozaban mi cuello mientras levantaba la cabeza lentamente). Mmmm... —hizo una pausa, como si estuviera considerando si responder o no, sus ojos ahora cargados de curiosidad—. Qué extraño eres, Losert. La mayoría ruega por su vida, pero tú… tú solo quieres saber mi nombre.
Después de eso, mis fuerzas me abandonaron por completo. Caí al suelo como un muñeco sin cuerdas, mi cuerpo incapaz de sostenerse un segundo más. Mi visión se volvió borrosa, las sombras de la habitación parecían alargarse, envolviéndome en un abrazo frío y oscuro.
Antes de que el silencio me reclamara por completo, escuché su voz. Su tono era suave, casi un susurro, pero cargado de un peso que no entendí en ese momento.
¿?: —Esta sangre... —susurró, lamiendo sus labios con deleite—. Es más que un simple manjar.
Su mirada se clavó en la mía, intensa y calculadora, como si estuviera decidiendo qué hacer conmigo. Entonces, sonrió.
¿?: —Aún es muy pronto para que mueras, Losert —dijo con una dulzura que solo hacía que sus palabras fueran más inquietantes.
Pasó una hora... tal vez más, antes de que despertara. Mi cuerpo estaba pesado, como si cada músculo se hubiera vuelto de piedra. Abrí los ojos lentamente, pero la oscuridad me envolvía por completo, tan densa que apenas podía distinguir mi propia mano frente a mi cara. El aire estaba viciado, denso, y la sensación de frío penetraba hasta los huesos.
Aún sentía el leve dolor en el cuello, una punzada sutil, como si la marca de su mordida permaneciera grabada en mi piel, recordándome que no había sido un sueño. El silencio era absoluto, no había ningún sonido, ni el crujir de madera, ni el susurro del viento. Solo el eco de mi respiración, que sonaba demasiado fuerte en esa quietud.
Intenté moverme, pero mi cuerpo seguía reacio, como si estuviera encadenado a algo invisible. El miedo volvió a invadirme, pero esta vez era diferente, más palpable, como si todo lo que conocía ya no tuviera sentido.
Losert: (confundido) ¿Dónde estoy? ¿Acaso... estoy muerto?
¿?: No, no estás muerto. Decidí que vivirías.
Losert: (la miré, desconcertado) ¿Cómo te llamas?
¿?: (sonríe, como si disfrutara de la confusión en mis ojos) Vaya... qué reacción tan curiosa, considerando todo lo que ha sucedido. (Se acercó lentamente a mí) Ya no te ves tan asustado.
Losert: He... asimilado la situación, pero aún no creo que seas una vampiro.
¿?: Lo sé... (su voz se hizo más grave) Sin embargo, lo soy. Y tú lo serás también, pero serás un vampiro a medias.
Losert: (negando con la cabeza) Me niego.
¿?: (sonríe, casi con diversión) Sí, lo sé... es grande... (Se detiene y frunce el ceño, como si no pudiera creer lo que acaba de escuchar) ¿Qué dijiste?
Losert: (con firmeza) Que me niego rotundamente. Así que mejor... mátame.
¿?: (su rostro se queda boquiabierto, sorprendida) Eres un chico muy extraño.
Losert: (con tono desafiante) Aquí la extraña eres tú. Crees que eres un vampiro, pero hay muchas cosas que pasas por alto. Por ejemplo, los vampiros no salen de día. Y tú... vas al colegio de día. Eres solo una loca que casi me mata.
¿?: (se ríe, un sonido que retumba en la habitación) Ahh... (su risa se hace más fuerte) Cariño, estás muy equivocado sobre lo que significa ser un vampiro. Tu especie ha torcido la realidad. (Ríe de nuevo) Qué ternurita. Una vez seas un híbrido, verás que los vampiros somos reales.
Losert: Ya te dije... no te creo nada.
¿?: (se acerca tan rápido que apenas pude reaccionar) No te estoy preguntando. Desde hoy serás mi fuente de alimento.
Losert: (quedo sorprendido, la sensación de impotencia me invadió) ¿No tengo de otra... o sí?
¿?: No.
Losert: (con un suspiro) Estaré totalmente convencido si logras lo que quieres.
¿?: (sonríe con satisfacción) Bien dicho. (Su sonrisa se agranda) Ya está todo listo. Mi veneno corre por tus venas. Solo necesitas saber mi nombre, y te convertirás en un híbrido.
Losert: (cínico) Sí, claro. Bien, comprobaré que solo eres una loca psicópata. ¿Cuál es tu nombre?
¿?: (sonríe con malicia) Me llamo Elisabeth.
Justo después de que mencionara su nombre, algo dentro de mí cambió. Mi corazón comenzó a latir desbocado, como si estuviera intentando escapar de mi pecho. El dolor que siguió fue indescriptible, como si todo mi cuerpo estuviera siendo desgarrado desde adentro. Mi visión se nubló, y la sensación de que algo terrible estaba sucediendo me paralizó por completo.
El dolor aumentó con cada latido, cada segundo se volvía más insoportable, y entonces... sentí cómo mi corazón, ese órgano que siempre había latido de manera tan constante, comenzó a detenerse poco a poco. El ritmo se fue apagando, como si alguien estuviera apagando una vela en una habitación oscura, lentamente, sin piedad.
Solo quedaba un latido. Uno. El último. Y en ese último latido, sentí cómo mi vida se desvanecía, cómo todo lo que había sido se desmoronaba en un abismo insondable.
Losert: (llorando, desesperado) ¿Qué carajos me está pasando? ¡Voy a morir esta vez!
Elisabeth: (su voz calmada, casi como una advertencia) No morirás, Losert. En este momento, tu corazón latirá más y más lento, como si estuviera en su último aliento.
Losert: (grita, incrédulo) ¡Esto es imposible! ¡No puede estar pasando!
CONTINUARA...
12/01/2019
Después de tanto dolor, finalmente logré sentarme en la cama, donde había estado tendido hasta hacía poco. Mi cuerpo aún protestaba, pero la necesidad de estar erguido pudo más. Ella me observaba en silencio desde su escritorio, su sonrisa era enigmática, como si supiera algo que yo no. No pude evitar la sensación de que algo se movía en el aire, pesado, como si cada segundo fuera más tenso que el anterior.
De repente, se levantó con gracia, sin prisa, y se acercó. El crujir de sus pasos sobre el suelo parecía más fuerte de lo que realmente era, como si quisiera que escuchara su presencia. Se sentó a mi lado, tan cerca que pude percibir su aliento cálido sobre mi piel. Mi respiración se detuvo cuando su rostro se acercó al mío, y su voz, suave y envolvente, rozó mi oído.
Elizabeth: —¿Ahora crees en los vampiros? —me dijo con un tono algo picaresco.
Losert: (Pensé por un momento) —Sigo creyendo que es imposible, pero no puedo negar lo que pasó.
Elizabeth: (Sonríe) —Ahora eres mi sirviente… —me empuja hacia la cama— …y mi fuente de comida.
Losert: (La miré, algo asustado) —¿Puedo hacerte una pregunta?
Elizabeth: (Se quita de encima y se sienta en la silla frente a su escritorio) —Amm, dejemos las preguntas para mañana, ¿vale? A diferencia de los vampiros de película, nosotros sí dormimos.
Losert: (Pensé por un momento) —Sobre eso iba precisamente… —dije mientras me sentaba.
Elizabeth: —Lo sé, y te responderé mañana —dijo, mientras escribía algo en un papel—. Toma, aquí. Nos vemos mañana.
Losert: (Tomé la hoja y la miré) —"Parque Primavera." (Pensé) Es cerca de mi casa.
Elizabeth: —Ahora puedes marcharte.
Losert: —¿No temes que revele tu secreto?
Elizabeth: (Me miró y sonrió) —Lo mejor de los pactos es que si dices algo, morirás al instante. Y no creo que nadie te crea. ¿Sabes cómo te llaman en la escuela?
Losert: (Bajé la mirada) —Sí, lo sé. En ese caso… ¿a qué hora te veo en el parque?
Elizabeth: (Se levantó y me acompañó hasta la puerta) —A las 7:00 p. m. Tengo cosas que hacer en la tarde y en la mañana. (Abrió la puerta) Nos vemos, Losert.
Losert: —Nos vemos.
Después de caminar hasta mi casa sin darme cuenta, me encontré acostado en mi cama. Mi mente estaba en un torbellino de pensamientos, pero recuerdo haber pensado, con cierta incredulidad:
Losert: (Pensé) —Es una locura… Nunca imaginé que los vampiros pudieran ser reales. Tengo tantas preguntas, pero al mismo tiempo, una parte de mí teme conocer las respuestas. ¿Qué significa todo esto para mí? ¿Cómo sigo adelante después de esto?—
Estaba sorprendido y, al mismo tiempo, frustrado. Me habían convertido en un híbrido sin mi consentimiento, y lo peor de todo era que ahora sería sirviente de esa chica. Todo esto era demasiado para procesar, pero no podía evitar que mi mente siguiera dando vueltas a esas ideas.
Pensé en todo hasta que, finalmente, el agotamiento me venció y caí en un sueño inquieto.
13/01/2019
A la mañana siguiente, me desperté con una sensación extraña. Cuando me levanté de la cama, algo no encajaba. ¿Era yo o mi cama estaba más pequeña de lo normal? Pensé eso, mientras me estiraba y trataba de comprender lo que pasaba.
Al entrar al baño, tomé el cepillo de dientes y comencé a lavarme los dientes. Pero cuando miré al espejo, me quedé paralizado. Mi piel estaba ligeramente más clara, y mis ojos tenían un leve tono rojizo. Eso fue suficiente para que mi sospecha se confirmara. No solo eso, también noté que había crecido un poco más, como si mi cuerpo estuviera... cambiando.
Con la mente aún en shock, bajé a la cocina y preparé mi desayuno. Cabe mencionar que vivía solo; mis padres trabajaban en otro país y me dejaban a cargo de la casa para terminar mis estudios.
Miré la hora, y fue entonces cuando me di cuenta de que solo podía pensar en ver a Elizabeth. Necesitaba respuestas. ¿Qué era lo que estaba pasando conmigo? Sin darme cuenta, me había interesado en el mundo de los vampiros.
Como era sábado, decidí no hacer nada más por el momento. Me senté en la sala y encendí la televisión, dejando que el tiempo pasara hasta que marcaron las 6:30 de la noche.
Losert: —Carajo, ¿cuándo se hizo tan tarde? —pensé, mirando rápidamente la hora. —No estoy ni siquiera bien vestido…
Me cambié rápidamente, sin perder tiempo, y salí de la casa con dirección al parque donde me encontraría con Elizabeth. El aire de la tarde parecía más fresco de lo habitual, pero no presté mucha atención; mi mente solo estaba ocupada con las preguntas que necesitaba hacerle.
Corrí rápidamente hacia el parque, mi mente aún llena de preguntas sin respuesta. Al llegar, la vi sentada en el quiosco que se encontraba en el centro del parque. Me acerqué corriendo, y cuando llegué junto a ella, la encontré absorta mirando su celular, como si no estuviera esperando a nadie.
Elizabeth: —Llegas 7 minutos tarde. —Me miró, claramente molesta.
Losert: (Bajé la mirada) —Lo siento.
Elizabeth: —Ya no importa. —Se levantó lentamente y se acercó a mí, su presencia más imponente a cada paso. —Es hora de cenar.
Losert: —¿Contestarás mis preguntas después?
Elizabeth: (Susurró en mi oído, con voz baja y seductora) —Lo prometo.
Después de eso, ella volvió a morderme. Esta vez no sentí el dolor agudo de antes, solo un leve pellizco, casi imperceptible. Era extraño, pero sabía que tendría que acostumbrarme a esto. Después de todo, ya no era más que su fuente de alimento, y esa era la única realidad con la que podía contar.
CONTINUARA....
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