Lazos Salvajes
Bajo la Luna Roja
El clan lobo ha sido derrotado, y Sion, herido y encadenado con magia demoníaca, se encuentra frente a Kael. La luna roja ilumina el campo de batalla, y el aire está cargado de tensión.
Kael
—Un Omega liderando a los lobos… [Sonríe con arrogancia.] ¿No es eso una contradicción?
Sion
[Con la mirada fija en Kael, jadeando por la batalla.]
—No me compares con los demás Omegas. Yo no me arrodillo ante nadie.
Kael
[Cruza los brazos, evaluándolo como si fuera un enigma.]
—Eso veo… Pero no puedes negar lo que eres. Tu aroma lo grita. Un Omega debería estar temblando de miedo ante mí, pero tú… [Se inclina hacia él.] Eres diferente.
Sion
[Frunce el ceño, tirando de las cadenas mágicas que lo mantienen atrapado.]
—Y tú eres igual que todos los Alfas. Arrogante. Dominante. Creyendo que puedes controlar todo lo que tocas.
Kael
[Ríe bajo, acercándose un poco más.]
—¿Controlarlo? No, cachorro. Quiero entenderlo. Tu poder no es normal. ¿Qué eres realmente?
Sion
[Gruñe, mostrando sus colmillos.]
—Alguien que no tiene tiempo para juegos. Si vas a matarme, hazlo ya.
Kael
[Se detiene, sus ojos brillando intensamente mientras lo observa.]
—Matarte sería una pérdida. Hay algo en ti que me llama… algo que no puedo ignorar.
Sion
Pues ignóralo. No soy un juguete para tus caprichos.
Kael
[Sonríe de lado, divertido por la actitud desafiante de Sion.]
—No, no lo eres. Pero pronto entenderás que tú y yo… compartimos algo más profundo de lo que crees.
Kael decide llevar a Sion como prisionero a su palacio. Durante el trayecto, Sion intenta resistirse, pero siente una extraña atracción hacia Kael, como si sus almas estuvieran conectadas de alguna forma.
Sion
(pensando)"¿Por qué no puedo dejar de mirarlo? ¿Qué es esta sensación? Es como si… mi cuerpo reaccionara por sí solo."
Kael
(mirándolo de reojo)¿Por qué estás tan callado ahora? Tu silencio es más intrigante que tus gruñidos.
Sion
No estoy callado por ti. Estoy pensando en cómo arrancarte esa sonrisa estúpida de la cara.
Kael
[Se detiene, enfrentándolo directamente.]¿Y cómo piensas hacerlo, cachorro? Estas cadenas te mantienen débil. Tu fuerza no es rival para mí.
Sion
[Gruñe, pero una sensación extraña lo invade cuando Kael coloca una mano sobre su mentón, obligándolo a mirarlo a los ojos.]
—Aléjate de mí…
Kael
[Con voz baja, casi susurrante.]
—No puedo. Algo en ti me lo impide.
Ambos permanecen en silencio, con la tensión creciendo entre ellos mientras sus miradas se conectan. Por un instante, el tiempo parece detenerse.
Kael llega a su castillo con Sion como prisionero. Antes de encerrarlo, le deja clara su posición.
Kael
[Cerrando la celda, sin apartar la mirada de Sion.]
—Quiero que recuerdes algo, cachorro: aquí no eres libre. Pero si demuestras ser digno, tal vez no tengas que ser mi prisionero por mucho tiempo.
Sion
[Desde la celda, con la mirada encendida de furia.]
—Si crees que voy a doblegarme ante ti, estás soñando.
Kael
[Se acerca a las rejas, con una sonrisa peligrosa.]
—Eso lo decidirá el tiempo. Pero, por ahora… disfruta de tus sueños, porque cuando despierte el lobo dentro de ti, las cosas serán diferentes.
Sion lo observa marcharse, con el corazón acelerado, incapaz de entender lo que está ocurriendo dentro de él. Algo en Kael lo atrae, pero su orgullo le impide aceptarlo.
Encuentro con el Destino
La fría y húmeda celda en la que Sion está encerrado parece más una prisión que un simple lugar de retención. Las paredes están cubiertas de musgo y la oscuridad lo rodea por completo. Después de la batalla, su cuerpo está lleno de moretones, pero su espíritu sigue intacto. Sin embargo, no puede evitar sentirse inquieto por la presencia que se acerca.
Sion
(pensando para sí mismo): “No importa lo que pase, no voy a ser su prisionero. Ni un demonio, ni un Alfa, nadie me dominará.”
La puerta de la celda se abre con un estruendo. Kael, de pie en el umbral, lo observa sin hablar. Su mirada es penetrante, como si estuviera analizando cada movimiento de Sion.
Kael
(con voz baja, pero firme): "¿Crees que puedes resistir todo esto por siempre? Eres un lobo... y yo soy un demonio. ¿Qué esperanza tienes?"
Sion lo mira con desdén, a pesar de las cicatrices y el agotamiento que pesan sobre él.
Sion
(desafiando): "¿Qué esperas de mí, Kael? ¿Que me arrodille ante ti? Soy un lobo, no un perro."
Kael se acerca lentamente, sus ojos rojos brillando con una intensidad peligrosa. Pero hay algo en su mirada que no es pura ira. Es curiosidad, es deseo. Algo que Sion no puede identificar. La tensión entre ellos crece, casi palpable, en el aire.
Kael
(sonriendo ligeramente): "Veremos qué tan fuerte eres cuando te ponga a prueba."
El día siguiente llega, y Sion es sacado de su celda. Kael lo lleva a un salón amplio, decorado con opulencia demoníaca. Las cortinas rojas caen pesadas, y la luz de las antorchas titila en la penumbra. Sion, a pesar de su cautiverio, no muestra signos de sumisión.
Kael
(mirándolo fijamente): "¿Qué quieres, Sion? ¿Seguir luchando hasta tu muerte o... ¿aceptar mi oferta?"
Sion se detiene, sus ojos brillando de incredulidad. No espera una oferta, mucho menos de un demonio que lo mantiene prisionero.
Sion
(desconfiado): "¿Qué tipo de oferta?"
Kael da un paso hacia él, con una mirada intensa, pero extrañamente suave.
Kael
(en voz baja): "Te ofrezco libertad... bajo mis condiciones. No eres un simple Omega, Sion. Eres más de lo que crees. Quiero saber por qué eres tan... diferente."
Sion siente una mezcla de desconfianza y algo más, algo que no puede identificar. La oferta parece demasiado tentadora para ser cierta, pero el deseo de escapar y ser libre es grande.
Sion
(frunciendo el ceño): "¿Y qué ganarías con esto? ¿Qué es lo que realmente quieres de mí?"
Kael sonríe, su mirada se vuelve aún más intensa.
Kael
"Lo que quiero... es descubrir cuán fuerte puedes llegar a ser. Y tal vez, si lo haces bien, algo más."
Sion se queda en silencio, mirando al demonio. Una parte de él quiere rechazar la oferta, pero otra parte siente una atracción irresistible por la figura dominante que tiene frente a él.
Esa noche, mientras está solo en su celda, Sion reflexiona sobre lo que Kael le ofreció. La libertad... ¿pero a qué costo? Sion sabe que no puede confiar plenamente en Kael, pero su instinto le dice que hay algo más en esa mirada, algo que va más allá de la simple dominancia.
Sion
(pensando): "No puedo ser débil. No puedo dejar que me controlen. Pero tal vez... tal vez esta es la oportunidad que he estado esperando."
Sion se levanta, decidido. La decisión está tomada. Mañana, enfrentará a Kael. Pero no será un juego de sumisión. Será una lucha por el control, por el poder... y por algo más que ni él mismo entiende.
Fuerza y Atracción
Encuentro en el Jardín de la Fortaleza
El día está soleado, y Sion ha sido llevado fuera de su celda para entrenar en los jardines de la fortaleza. Mientras camina, sus ojos recorren el entorno, buscando una salida, pero también sintiendo la mirada de Kael sobre él.
Kael se acerca, su figura alta y musculosa se destaca contra el cielo. Su mirada fija en Sion es penetrante, y hay algo en su postura que transmite poder y control. Sion, aunque intenta mantenerse indiferente, siente cómo su cuerpo responde involuntariamente al magnetismo de Kael.
Kael
(con voz grave): "¿Crees que puedes escapar de mí tan fácilmente, Sion? Estás aquí, atrapado, y aún así sigues tan... desafiante."
Sion se da vuelta, sintiendo el calor de Kael cerca de él. La distancia entre ellos es mínima, y el lobo puede oler el aroma intenso de Kael, algo que lo hace sentir incómodo pero a la vez cautivado.
Sion
(con el ceño fruncido): "No estoy atrapado. Solo... no he encontrado la forma de salir."
Kael da un paso más cerca, sus ojos rojos brillando con una intensidad que hace que Sion sienta una mezcla de incomodidad y atracción. La cercanía de Kael lo pone a prueba, y por un momento, Sion olvida por qué está luchando.
Kael
(en voz baja, sus labios cerca de la oreja de Sion): "Tienes una forma... interesante de desafiarme, lobo. Pero hay algo en ti que me llama la atención. Eres fuerte... más de lo que crees."
Sion siente el calor de su aliento sobre su piel, y un escalofrío recorre su espalda. No puede evitar sentirse cautivado por la proximidad, por la forma en que Kael lo observa con intensidad. El deseo de alejarse y, al mismo tiempo, la necesidad de estar cerca de él se vuelven conflictivos.
Sion
(con la respiración un poco agitada): "No me toques."
Kael sonríe con una sonrisa enigmática, claramente disfrutando de la reacción de Sion. Sin embargo, se aleja un paso, manteniendo una distancia que parece no calmar la creciente tensión. Ambos se quedan en silencio, pero la energía entre ellos es palpable. Sion no sabe si debería sentirse asustado, enojado o... algo más.
Más tarde, en el entrenamiento, Sion se esfuerza por mantener la concentración. Kael observa cada uno de sus movimientos, pero cada vez que sus ojos se cruzan, hay un destello de algo más en la mirada de Kael. Sion siente su cuerpo responder, a pesar de sus intentos por ignorarlo. Kael se acerca otra vez, esta vez más cerca de lo que Sion esperaría.
Kael
(sonriendo, con un tono burlón): "No eres tan débil como los demás Omega. Me pregunto, ¿cómo resistirás cuando te ponga a prueba de verdad?"
El desafío en sus palabras lo hace sentir como si un fuego se encendiera en su interior. Sion no quiere ceder, no quiere dar el gusto a Kael, pero no puede evitar sentirse atraído por la presencia dominante del demonio.
Sion
(con voz firme, pero su cuerpo traicionándolo al estar más cerca de Kael): "Lo sabrás cuando llegue el momento."
Cuando el entrenamiento termina, Sion se aleja rápidamente, pero Kael lo sigue con la mirada. Ambos son conscientes de la atracción que hay entre ellos, aunque ninguno de los dos está dispuesto a admitirlo abiertamente. La química es innegable, pero las circunstancias hacen que la situación sea aún más compleja.
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