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Y Si Fuera...¿Real?

El pasado

Mi vida fue sencilla, ¿a ver por donde empiezo?, bueno por el comienzo...

Nací en un hogar como muchos, papá y mamá, única hija de una pareja sin casarse como tantas hoy en día.

Crecí feliz, llena de amor y amigos, pero mientras más me apegaba a las personas, más descubría lo distinta que era... como si no encajara en el entorno.

Lo primero que recuerdo que yo podía hacer y los demás no, fue predecir el futuro instantáneo. ¿Se preguntarán qué es eso verdad? Bueno les cuento la experiencia.

Berennice: - ¿¡¿Mami?!? tenes que buscar a Blancanieves-(mi pequeña gata)- se murió y quiero enterrarla.

Mamá Ivvonn:- ¡¡Hay Berennice!! Claro que no se murió, solo esta jugando por ahí, ¿o tú la viste y le paso algo?.

Berennice:- No mamá, no la he visto pero siento que se murió.

Mama Ivvonn:- Jaja, mi niña con tanta imaginación, vuelve a jugar cuando venga a comer te llamo para que te quedes tranquila y veas que solo fue un sueño.

Abuela Grizelda:- Niña hermosa, ¿Cuéntame?¿Qué te ha echo dudar de la muerte de tu Blancanieves?

Berennice:- No lo sé abuela, simplemente en mi pecho siento la angustia de que le paso algo.

Abuela Grizelda:- Oh, ya veo mi pequeña, vuelve a jugar y no te preocupes, buscame las herramientas de jardinería necesito arreglar unas plantas ¿puedes por favor?.

Berennice:- Claro abuelita ya vengo.

Pensamiento de la abuela: "Ya comenzó".

En el transcurso del día, la verdad que me sentí bien, no recordé más el suceso de mi gata y todo siguió como si nada hubiera ocurrido más que la imagina con de una pequeña.

Al llegar la tarde, justo al alba, llegó papá del trabajo.

Papá Trevor:- Buenos días familia, las extrañé muchísimo.

Berennice:- Papi!!! Te extrañé muchisimo!!

Abrazo y besos para todos.

Papá, mamá y abuela se quedsron hablando luego de la cena y yo me retiré a dormir, tenía simplemente 6 años no era permitido a mi edad quedarse mucho despierto, asi qué abuela me arropó y leyó un cuento, Cenicienta, me gustaba tanto soñar con las historias, aunque abuela sabía que mi verdadero gusto eran las obras literarias de fantasía, acción, suspenso y terror. Asi que al terminar la historia de niños, ella me contaba una historia, de guerras y batallas entre poderes y estigmas, me fascinaban las recuerdo a la perfección después de 25 años como si me las estuviera contando ahora mismo.

Al día siguiente, me levanté como todas las mañanas a buscar el beso y abrazo de mi mamá y mi abuela, pero al llegar a la cocina estaba solo la abuela, con una mirada de tristeza y resignación me dijo:

Abuela Grizelda:- Mi niña, te has levantado, buenos días. Mamá está en el jardín trasero, ¿podrías ir a verla?

Después de darme un abrazo y un beso enorme, fui a ver a mamá.

Mamá Ivvonn:- Berni, amor te levantaste. ¿Cómo dormiste pequeña?

Berennice:- Bien mami, aunque noté triste a la abuela y me dijo que venga a verte, ¿sucede algo malo?.

Mamá Ivvonn:- Si mi niña, anoche cuando papá llegó encontró en el camino a Blancanieves sin vida y la estoy enterrando en el jardín, la abuela ya había removido la tierra junto al rosal amarillo, así que creí que sería buen lugar para despedir sus restos. ¿Tú qué crees, está bien?.

Un poco nerviosa, un poco sorprendida, pero no comprendía que lo que había sentido el día anterior pudiera ser real, fue un momento muy doloroso y triste.

Berennice:- Si mamá, en este lugar está bien.

Lloré como nunca en ese momento, mi mamá y mi abuela me confortaron todo el día.

Luego llegó papá y me abrazó fuerte y prometió que cuando el dolor pase y me sienta fuerte nuevamente traería otro animal para que cuidara de él.

Se hizo la hora de cenar, pero mi estómago esta cerrado totalmente, así que apenas probé bocado y me fui a dormir.

Abuela me arropó como siempre, pero esta vez toco mi frente con su dedo pulgar haciendo presión y dijo unas palabras que no comprendía.

Le pregunte por eso y ella me dijo lo siguiente:

Abuela Grizelda:- Cerré por el momento un pequeño ojito en tu frente, no se ve, es imaginario, pero he visto el dolor que ge ha causado y siento que todavía no es momento, cuando sea apropiado prometo decirtelo todo y enseñarte lo más que pueda hija mía, lo prometo, solo escucha mi historia y duerme por hoy, leeré Blancanieves y los siete enanos, en honor a tu gatita.

Luego de la historia, me sentí muy angustiada y sola, asi que apreté a mi osito de felpa y me dormí.

Esa es la primera vez que me pasó, de tener una premonición sin ningún motivo, por que nada decía que podría pasar ni cómo...

El Pasado (Parte2)

Dicen que la sangre contiene recuerdos, pasajes de vidas y sentimientos, que se mueve por nuestro cuerpo, pero sigue sus propias reglas, que cada individuo esta conectado con el pasado a través de la sangre y que cada personalidad se basa en la raíz del árbol genealógico.

¿Alguna vez te preguntaste de donde vienes?, ¿A donde vas? y ¿Por qué?. Bueno yo sí, muchas veces me pregunto de donde vengo, quién fue mi antepasado, cuantas vidas he vivido y qué fue lo que hice con ellas. ¿Quién fui?...

Después del suceso con mi gata estuve bien por un tiempo, aunque a decir verdad las palabras que dijo la abuela esa noche, no las entendí para nada, bueno en realidad la mayoría de las veces no entendía nada de lo que me decía y siempre lo tomé como bromas o tal vez alguna historia que luego me terminaría de contar, pero jamás me imaginé que siempre estuvo tratando de prepararme a su manera.

Al poco tiempo pasado mis 8 mis padres decidieron separarse, bueno dejar de vivir juntos ya que no estaban casados, pero mi madre y mi abuela eran de un lugar lejano al de mi hogar y sobre todo de donde era mi padre.

Ahí, en ese mismo instante supe que mi mundo estaba cambiando y que todo lo que había tenido se desvanecía como arena entre los dedos de un segundo a otro.

Mi madre, me trajo junto con la abuela a su pueblo natal, a casi 3 días de distancia de mi antiguo hogar.

Mi padre se quedó solo en mi hogar, una casa pequeña pero con mucho jardín, cerca del mar, en una ciudad turistica, alegre y llena de vida, en el barrio en el que tenía mis amogos, mi escuela y MI VIDA.

Durante el viaje en autobús pensaba que clase de lugar sería ahora mi hogar. La despedida con papá fue muy dura, muy triste, ambos sabíamos que no podríamos vernos seguido, ni hacer castillos de arena cuando tengamos ganas, mucho menos arroparme y leer cuentos o hacer pijamadas en el jardín en una carpa llena de estrellas lilas, junto a una fogata y asando carne en la parrilla. Mi vida estaba cambiando y mis sentimientos eran tan fuertes, tan tristes que casi no podía dormir, comer o sonreír.

Despues de dos días de viaje y con la cabeza llena de ideas, mi abuela tomó mi mado y divisaba por la ventana un paisaje, yo no tenía ganas de ver, así que con mucho amor sujetó mi cara, mis mejillas rosadas estaban agrietadas de tanto llorar en silencio, me sonrió y me dijo:

Abuela Grizelda:- Ahora mi niña estarás triste, tal vez no entiendas por que tuvimos que irnos y por qué papá no podía venir, pero te prometo que esto no durará por siempre, pronto volveremos a ver esa hermosa sonrisa tuya llena de amor y tus ojos brillosos llenos de vida. ¿Puedes ver el paisaje?, antes estabamos en el mar y fue todo lo que conociste, ahora vuelve a observar.

Y su mirada se centró por la venta del bus, la verdad quería sentirme mejor y aunque sus palabras siempre me reconfortaban, hoy sentía que no tendría consuelo, así que en vez de demostrar tanto dolor y desconsuelo decidí mirar y lo que ví me dejó perpleja.

Era la montaña, en dos días habia recorrido el país de un extremo al otro. Jamás había visto la montaña, eso era muy hermoso y sobre todo pacífico, me daba tanta paz, era como si una briza veraniega rozara mi cuerpo y mi alma calentando el hielo y el frío que me había dejado la ruptura familiar, y comencé a reír, mi madre me miraba y lloraba de alegría al verme de esa forma, mis ojos no paraban de contemplar todo lo hermoso del lugar, mi abuela me abrazó muy fuerte y sonrió conmigo, pero no dijo nada más, simplemente me contuvo en sus brazos y me acompañó, era como si supiera qué necesitaba exactamente en ese momento.

Al fin llegamos a mi nuevo hogar, un lugar entre la montaña, era un valle lleno de árboles, flores y mucho verde, estaba atónita, su majestuosidad mientras más adentrabamos el lugar era impresionante, tanta simpleza, tanta sencillez, hacían que todo el lugar irradie belleza.

Mis tíos, la hermana de mamá y su esposo fueron por nosotras a la estación de bus y nos llevaron a nuestra casa. Al llegar veo un gran portón metálico, ingrsamos por un camino de tierra y vegetación, al fondo veo luces y al aproximarnos se veía una casa pequeña pero muy hermosa, era de madera con gandes ventanas y puertas obscuras.

Era de noche así que casi no pude distinguir colores, pero sentía tantas cosas en ese lugar, no entendía bien que era, pero eso no me tenía tranquila, aunque no hice mucho caso ni le conté nada a la abuela por que lo relacioné con el cambio tan repentino que estaba sintiendo.

Entré a la casa corriendo desesperada y comencé a revisarlo todo, la sala era acogedora aunq llena de objetos viejos y polvorientos, la cocina era bellísima y pequeña, el baño de abajo era grande tenia una bañera preciosa con detalles que parecían oro, luego subí las escaleras y comencé a caminar por el corredor entré en la primer habitación y habia una cama pequeña con una manta azul y cortinas verde esmeralda que filtraban luz por entre sus detalles de diseño, el ropero era grande y se veía algo viejo, tenía un baño pequeño y estaba lleno de fotos antiguas por todos lados, el segundo cuarto era más grande con una cama matrimonial enorme y su colcha era de color rojo y dorado, la ventana tenia un pequeño balcón con varias macetas con plantas muy perfumadas. Seguí recorriendo y en la otra habitación no había nada que en verdad me gustara, solo libros, una cama pequeña con mesa de luz, un ropero pequeño y ventana con balcón pequeño, pequeño baño, pero no me sentía a gusto allí, como que algo faltaba o tal vez sobraba no se como explicarlo. Solo faltaba una habitación y mamá había elegido la de la cama matrimonial y la abuela quería la habitación de la biblioteca, menos mal en realidas por que al ser pequeña pensé que podrían habérmela dado a mí. Así que solo debía decidir por la primer habitación o la última a la que estaba por entrar. Ya disgustada y molesta por no haber encontrado antes una habitación de mi agrado abrí la puerta, al entrar me encontré con una belleza de mi gusto, la cama tenia una hermosa colcha en tonos rosa y lilas, las cortinas eran de arcoiris, tenia las lámparas más hermosas, el ropero más completo, el baño era muy lindo pero sobre todo tenía un balcón estilo terraza que mostraba una vista única del predio de la casa, el cielo estaba perfecto esa noche, asi que acomodé mis cosas y me decidí a arreglar mi cuarto, luego de dormir después del extenuante viaje.

Encontrarme

"DURANTE UNA TORMENTA LLENA DE TRUENOS, RELÁMPAGOS Y CENTELLAS, SE PUDO VER AL ARMA ENVIADA POR DIOS AL MUNDO MORTAL PARA DESTRUIR LA OSCURIDAD Y LA MALDAD QUE RODEA A LOS SERES HUMANOS, CUENTAN QUE EL ARMA NO ERA UN MATERIAL SINO UNA MUJER, CON EL SEÑO FRUNCIDO, LAS MANOS ENCALLADAS Y ROBUSTAS, SU PIEL ERA TRIGUEÑA, SUS OJOS PODÍAN REFLEJAR EL ALMA DE CUALQUIERA, PERO SOBRE TODO CON SU SIMPLE PRESENCIA LOS DEMONIOS HUÍAN DESPAVORIDOS CLAMANDO PIEDAD"...

¿A quién se le ocurrió que la mujer es el sexo débil? Siempre me hice la misma pregunta...

Ya un tiempo conviviendo en el nuevo hogar, estaba casi adaptada, tenía nueva escuela, nuevos amigos, nuevos vecinos. Papá llamaba mucho por teléfono y mandaba muchas cartas, eso ayudaba mucho con el dolor del despego. Mamá ahora trabajaba mucho para mantener la casa y la abuela se encargaba de todo en casa, pero sobre todo de mí.

Mi abuela era una mujer mayor, muy extrovertida y llena de vitalidad, siempre planeando travesuras conmigo, que siempre descubría mamá y eso nos ponía tan felices, pero como es el dicho nada es eterno.

Comencé a tener pesadillas cumplido los 10 años, soñaba con voces que me aturdían y atormentaban diciendo cosas espantosas sobre mí. Me presionaban, me querían hacer daño aunque siempre en el momento justo, mi abuela me despertaba y me preguntaba que pasaba por que yo hablaba mucho dormida. Y aunque hacía un esfuerzo interminable no podía recordar con detalles lo que me ocurría, solo sabía que no eran pesadillas comúnes.

A los pocos meses mamá enfermó en secreto y no quiso decir ni una palabra a nadie, aunque yo ya lo sabía, no se por qué, no se cómo, pero yo sabía que iba a morir.

Ese mes mamá y la abuela salían micho juntas y no me llevaban consigo creyendo que yo no sabía lo que hacían, pero yo sabía que se iban al Endocrinólogo para hacerse las quimioterapias, al volver mamá vomitaba mucho y se desmayaba seguido, a los pocos días ya no aguanté más el ardor en el pecho y entré al cuarto de mamá, la abuela la estaba alimentando y ambas voltearon a verme con asombro, aunque la abuela cuando miró mis ojos, solo pudo pararse, salir al balcón y llorar muchísimo. Me senté junto a mamá y le dije que sabía lo que pasaba, sabía también su dolor y su miedo, pero sobre todo sabía que esa iba a ser su última semana. Así que en ese tiempo estuve con ella, no fui al colegio, no hice actividades fuera de casa, solo acompañé a mi madre todo el tiempo, casi cumplida la semana y aunque los médicos dijeron que se habia recuperado y que posiblemente podría vivir 3 o 4 meses más yo sabía que eso no iba a pasar, me senté en el césped mientras ella tomaba sol en una silla de ruedas en el jardín, con el oxígeno a su lado y el suero en su brazo, solo la admiré, recorrí cada mechón de pelo, cada lunar en su piel muy maltratada por el tratamiento, su físico practicamente esquelético por la falta de alimentos, sus manos con manchas marrones de la misma enfemedad, su rostro pálido ojeroso, opaco lleno de dolor y cansancio y le dije:

Berennice:- Mami, mamita linda, no tengas miedo de nada de lo que pueda pasar, todo lo que podías hacer por mí ya lo hiciste, lo más hermoso de mis pensamientos son tuyos ya no quiero verte sufrir.

Mama Ivvonn:- Mi dilce niña traviesa ¿sabés una cosa?, tenía miedo de partir sin antes cumplir mi propósito y vos me lo has dado. Te voy a confesar cuál siempre fue mi mayor temor, más que la propia muerte, es que vos me olvídes, que no recuerdes cuánto te amo, que pienses qué te abandoné, que tengas depresión por mi culpa, ahora sé que eso no sucederá, por que tú sabes mejor que nadie cuanto te amo y sé que jamás me vas a olvidar y quiero decirte que aunque yo no esté aquí contigo físicamente, jamás dejaré de caminar a tu lado, quiero que siempre sientas el calor de mi amor en tu alma, SIEMPRE!!!

Abracé tanto a mi madre ese día, le dí tanto amor como fui capaz por que sabía que ese era su último día.

El día del funeral fue muy soleado, no estaba caluroso ni frío, la familia Mondragon y los Trezegget estaban allí. Mi abuela jamás se despegó de mi madre y mucho menos de mí. Yo con apenas 10 años no podía entender lo que me pasaba, no había sido igual que cuando descubrí que Blancanieves había muerto, sentí PAZ.

Todos me miraban con dolencia, pero yo estaba bien, sentía que mamá estaba conmigo y eso me reconfortaba.

Unos días después papá llegó a casa, me abrazó tan fuerte y se disculpó por no haber estado antes con nosotras para acompañarnos, pero yo sé que él no vino por que no soportaría ver a mamá de esa manera. La abuela arregló un cuarto para él y pasamos dos semanas juntos. Antes de partir papá le dijo a la abuela que debía vivir con él, que era su hija, pero la abuela le dijo en un tono agresivo que su propósito había sido cumplido y que yo no podía volver a perder mi hogar y que necesitaba aprender muchas cosas antes de poder realizar y resolver mi vida.

Papá se enojó muchísimo, se puso agresivo, en ese momento pude ver detrás de la abuela la silueta en lo oscuro de una mujer con la mirada más fuerte y poderosa que jamás conocí, comencé a temblar y a retroceder hasta la escalera y por la expresión de papá, se que también la pudo ver.

Papá volvió la mirada hacia mí y se acercó, con voz muy baja me dijo:

Papá Trevor:- "Me tengo que ir. No puedo quedarme más. Pero sé que la abuela te protegerá y te instruirá para que sepas manejar todo lo que existe dentro tuyo. Mamá se fue, pero sé que jamás te abandonará. Si quieres venir conmigo dilo y como sea te llevaré. Aún si tengo que pelear con la abuela".

Sus palabras me entumecieron la visión y los sentidos, pero algo dentro me dijo que debía quedarme.

Berennice:- Papá te amo, y sé que me amas, así que no te preocupes, yo voy a estar bien y voy a estar acá con la abuela que sé que también me ama profundamente hasta que crezca y pueda volver contigo.

Papá Trevor:- Sos fuerte mi niña, TÚ ERES MI HIJA y siempre estaré para tí. Cuidate Te amo pequeña.

Me dió un beso en la frente y revolvió mi cabello, se despidió de la abuela amablemente y disculpándose por su comportamiento y se fue de nuevo a mi otro hogar.

La abuela estaba triste, se le notaba en la cara, asi que esa noche dormimos juntas. Y esa noche comenzaron las pesadillas nuevamente, aunque más agresivas.

EN EL SUEÑO:

Todo está obscuro, es una noche sin luna ni estrellas, se escuchan gritos desesperados. Mi cuerpo está inmóvil, pues no se a donde ir, mis ojos están tapados y no logro ver nada, temo caminar y caer o lastimarme gravemente. A lo lejos una voz de hombre muy gruesa y malévola dice mi nombre, no alcanzo a relacionar que tan lejos está, pero no puedo mover mis labios para pedir ayuda, tengo frío, mi ropa es muy ligera. Necesito a la abuela, no se que pasa pero no puedo hacer nada necesito de ella. De repente una voz de mujer muy grave y dominante me susurra al oído :- "TIENES QUE ABRIR LOS OJOS". El temor se apodera de mí por completo, estoy a punto de desvanecerme y alcanzo a oír la voz de abuela que me dice :- Berennice despierta. ¡¡¡YAAAAA!!!!

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