Mi nombre es Dalia Contreras Andrades soy la menor de cinco hermanos. Mis padres Ernesto Contreras y Mary Carmen Andrades, se separaron cuando tenía 10 años, mi madre se dedicó a cuidarnos y protegernos hasta que la muerte la sorprendió a sus 54 años, de mi padre Ernesto Contreras nunca supimos de él .

Un cáncer de mama, acabo con la vida, de mi madre tenía muchos años más de vida, pero la muerte me la arrebato.

Mis hermanos se casaron hicieron su vida y de mi se olvidaron, gracias a mi tía Fanny, hermana de mamá pude salir adelante y hoy me estoy graduando de administrador de empresa, yo quedé viviendo en la casa de mi tía, donde vivimos desde hace mucho tiempo, ella se la dejó a mi madre, cuando mi padre nos abandono hace 20 años.

Mis hermanos al saber que esa casa no era nuestra, al casarse fueron buscando su casa propia y no les importo dejarme sola en esa casa, solo mi tía era la que siempre estuvo pendiente de mi.

Cuando cumplí 21 años me enamore de un joven que pensé era el gran amor de mi vida, su nombre Jesús Manuel Martinez, el hombre que marco mi vida con sus mentiras, engaños y traiciones.

Me mantuvo engañada con su promesa de matrimonio y por una casualidad del destino lo ví, con su futura esposa la hija de un empresario de la ciudad, ella se llamaba Guadalupe Quiñones,el no me vio pero yo lo ví y escuché cuando estaban hablando de su matrimonio, el cual se realizaría en dos semanas, ese mismo día me enteré que estaba embarazada, me lo guarde para mí y destruida regrese a la casa, hablé con mi tia le conté por lo que estaba pasando y le pedí ayuda para salir de la ciudad rumbo a otro lugar donde el nunca más supiera de mí.

Mi tia al principio no estuvo de acuerdo pero comprendió mi situación, no podía quedarme en la ciudad.

Ella prometió ayudarme a superar este gran dolor y viajar conmigo sin que nadie supiera nuestro paradero, pero ella se iría una semana después, mientras dejara todas sus cosas resueltas, me dolió mucho dejar a Madrid, la ciudad donde había nacido, donde había hecho mi vida hasta ahora, pero no podía seguir aquí.

En una semana arregle todos mis documentos y compré un pasaje para Nueva York, una amiga de mi tía me esperaba, para trabajar con ella, ya tenía donde vivir no era un gran departamento, pero si uno pequeño de dos habitaciones, mientras pudiéramos lograr algo mejor.

La amiga de mi tia se llamaba Carmen Estrada, era dueña de una cadena de hoteles y yo trabajaría como ayudante del departamento de administración, el sueldo era lo suficiente para sostenerme mientras logrará algo mejor. Fuera de mi tía la única persona que conocía mi situación era Pedro mi hermano mayor, el siempre estuvo pendiente de mi, se lo había prometido a mi madre en su lecho de muerte, su trabajo distante a Madrid era quien nos tenía separados el vivía en Andalucía donde atendía una taberna propiedad de los ancianos padres de su esposa Lola, ellos tenían tres hijos y un cuarto en camino.

Le dolió saber que yo abandonaba España, pero era muy necesario y el lo entendió, le prometí que siempre estaríamos en contacto, sobre todo cuando naciera mi hijo y me prometió que viajaría para estar conmigo en esos momentos.

A pesar de la distancia éramos los más Serca de los hermanos, los otros Paco, Dolores y Justino no les importaba lo que a mí me pasará.

De aquella que fuera mi familia ya no queda nada.

Me levanto temprano y comienzo a organizar la mudanza, solo me llevo mis efectos personales los muebles de la casa irán a la casa de la tía para que todo quede en una sola casa, está quedará completamente vacía mi tía quiere venderla, solo quedará su piso donde guardaremos todos los muebles, por si algún día regresamos.

Jesus Manuel, no ha vuelto por aquí, le doy gracias a Dios de no encontrarme con él, hoy salió en la prensa local la noticia de su matrimonio, yo está noche dormiré en el piso de la tía, es mi última noche en Madrid y mañana muy temprano, saldré rumbo a mi nuevo destino, durante toda la tarde he recibido llamadas de Jesús Manuel, no quiero contestar, ya no creo en sus mentiras y sus engaños, llamo a mi tía preguntando por mi, ella le dijo que no sabía nada de mi desde hace una semana, que ella pasaría por la casa y me avisaría, fue cuando el le dijo a mi tia que el había pasado y le dijeron que se había llevado todos los corotos, mi tía puso una cara de asombro como si no sabía nada y salió rumbo a la casa, dónde se encontraría con los nuevos propietarios.

La venta de la casa fue rápida, los nuevos propietarios, pidieron mudarse esa misma semana, no quise estar presente me daba mucho dolor salir de ella, pero no era de nosotros.

Por la mañana muy temprano, salí rumbo al aeropuerto, mi tía me acompaño mi vuelo salió a las siete en punto, le pedí a mi tía que le esperaba en Nueva York, que no demorará mucho, que no me dejara sola, ella antes de despedirnos solo me dijo el lunes estoy contigo. La amiga de mi tía, la señora Carmen ya me esperaba, cuando salí del avión a la parte del equipaje la Vi parada con un letrero con mi nombre.

Era una mujer muy amable, le pedí que me enseñará mi departamento, donde iba a vivir, gustosamente me llevo al lugar, era pequeño pero muy acogedor.

A la vista expectante de la amiga Carmen, recorrí el lugar le agradecí mucho por su ayuda, ella solo me dijo que era una gran deuda moral que tenía con mi tia, no me dijo cuál era, pero pude ver en su rostro un sentimiento de tristeza y mucho dolor, más adelante lo hablaré con la tía y le preguntaré, cuál fue ese motivo por el cual está señora me ve con tanta tristeza en su mirada. Duramos hablando por largo rato, me dijo que podía instalarme con tranquilidad y que tratar de descansar, que ella me esperaba el lunes a trabajar, ordenó comida rápida y se quedó conmigo toda la tarde luego se despidió no sin antes dejarme su número telefónico y es que recuerdo que necesito comprarme uno, ya que el mío se me quedó en casa y no me interesa que rastreen mi ubicación, quiero que el pasado se quede ahí en el pasado, esa es una puerta la cual no quiero destapar por el momento.

Después de instalarme en mi nuevo departamento, salí a recorrer la ciudad, tenía que comprar un nuevo teléfono y algunos comestibles, camine por las frías y bulliciosas avenidas, todo muy diferente a mi cálida Madrid, dónde su gente es amable y cordial aquí todo es frío y seco nadie se fija en nadie cada quien está en su propio mundo, si quieres una información no encuentras a quien preguntarle, está es una ciudad inhumana para mí criterio, pero es mi nueva realidad y tendré que acostumbrarme, gracias a dios que sabía inglés si no estaría mucho más perdida, a pesar que hay muchos Latinos.

Logré hacer mis compras y regresé a mi departamento, llamé a mi tía y a mi hermano Pedro para darles mi nuevo número y decirles que estaba bien.

Mi tia me comenta que Jesús Manuel me está buscando como loco, que necesita hablar conmigo, yo le pido a mi tía que por favor no le diga dónde estoy y ella me recuerda que ese hombre nunca le gustó para mí y que ella quiere lo mejor para mí y en esta nueva vida el no está presente.

Mi tia también me dice que Pedro viajará a Nueva York, que este pendiente que ella luego me cuenta y que vaya buscando un nuevo lugar para vivir que sea más grande y comodo que podamos comprar.

Pase la tarde acomodando todo y me puse a revisar mis redes sociales, encontré varios mensajes de Víctor un amigo en común de Jesús Manuel y mío, dónde me pedía que me comunicará urgentemente con él que tenía que contarme algo, con tanta insistencia le respondí por correo electrónico no quise utilizar mi móvil y es que me dice que necesita le firme el acta de divorcio a Jesús Manuel y me recuerda de un matrimonio que pensé era broma habíamos realizado en el juzgado donde trabaja el padre de Víctor.

Ese fue un día que habíamos discutido por qué le daba largas a nuestro compromiso y me llevo al juzgado y Victor y su padre me dijeron vengan firmen aquí ya están casados, pensé que eso no era válido, que era un juego y resulta que es verdad, le pido me mande los papeles por correo electrónico y acabar con esta falsa para siempre, es que me cuenta que Jesús Manuel va hacer padre con su nueva novia y su futuro suegro le exigen casarse con su hija, yo me río en pensar que yo también estoy embarazada y mi hijo aquí no importa, le comento a Víctor de mi embarazo y me dice en su forma muy peculiar ¡Mierda! Esto no lo esperábamos, yo solo le digo, tranquilo yo firmo ese divorcio y tú te callas lo de mi hijo, ya no quiero saber nada más de tu amigo, el me responde, no puedo callarlo, esto es más delicado de lo que te imaginas, yo le pido su silencio y es cuando me dice que cuente con su apoyo para lo que necesite y que el será el padre que mi niño o niña necesiten yo le digo que no se preocupe, que lo que quiero es su silencio y que mande los papeles que yo los firmaré ya su amigo de verdad no me interesa, no le dije dónde estaba no me interesaba saber nada más de esa gente, yo sola le daría a mi hijo o hija lo que necesitarán en su futuro. Con esa conversación, puse fin a mi pasado o al menos eso es lo que yo creó, no deseo tener más nada que ver con ellos.