Nataly
Al llegar a la entrada de mi feo fraccionamiento. Avanzo hasta llegar a mi edificio. Estoy nerviosa, no puedo evitar estarlo. Miro a los lados del destartalado edificio y lo veo, lo veo acechando entre las sombras, detras de las escaleras metálicas.
¡Ahí está! con su ropa oscura y su sudadera de capucha. observándome desde las sombras.
No puedo evitar que mi respiración se vuelva irregular, cierro los ojos con fuerzas mientras recuerdo cada paso que me indicó mi terapeuta. Respiro hondo, mientras comienzo a contar.
1, 2, 3, 4, 5. Abro los ojos y exhalo, aliviada de ver qué dio resultado. Por fin he hecho bien las indicaciones que me dio mi psiquiatra.
La figura oscura que siempre me acecha, por fin desapareció, como la alucinación que es.
Antes de salir del auto, me giro para alcanzar mi bolso y las carpetas de mi trabajo.
Al bajar de mi viejo coche la piel se me eriza. Es una fea sensación, como de estar siendo observada todo el tiempo. Miro a mi alrededor con ansiedad. Mis ojos, instintivamente se van al lugar donde la sombra siempre me acecha. Unos arbustos no muy lejos de mis escaleras.
Cierro el coche y me doy la vuelta, tratando de agarrar valor, como de costumbre.
respiro hondo mientras me reprendo por ser tan tonta.
_ es una creación de tu cabeza loca. Nadie me está acosando es producto de mi imaginación. _ me digo a mí misma.
La policía dice que no hay pruebas que respalden lo que digo, aunque ¿cómo se rompió mi ventana la semana pasada?
Según la respuesta que me dieron, es que había sido un pájaro, pero ¿cómo me explican la piedra sobre la alfombra? O también ¿cómo me explican los rasguños en la pintura lateral de mi viejo coche?
El mismo coche que se salió de la carretera y mató a mi hermana gemela.
Una parte de mí quiere creer que es mi cabeza la que me hace estas jugadas. Porque la sola posibilidad de creer que esto no está en mi cabeza es aún más aterradora
Me aferro a las carpetas que están sobre mi pecho y casi que corro hacia las escaleras.
Mis tacones resuenan contra el metal de las escaleras, agarrándome ligeramente del barandal. La escasa luz que rodea el complejo de departamentos hace que las sombras parezcan ocultar algo, que en cualquier momento va a salir y me va a devorar.
Mi corazón se acelera y salto con cada sonido mientras corro hacia la puerta de mi departamento. Introduzco la llave con rapidez pero mis manos tiemblan como gelatina. giro la llave y entro rápidamente. comenzando a cerrar con múltiples seguros que le puse. Una vez que todo está asegurado y checado, viene mi siguiente tarea.
El de comenzar a convencer a mi cerebro, que pienso demasiado, que todo esto, está en mi cabeza.
Una vez más tranquila, dejo salir un suspiro de alivio y comienzo a moverme en mi pequeño departamento.
Enciendo las luces y comienzo a revisar el teléfono de casa, para ver si tengo algún mensaje importante.
Como sospechaba, tenía unos cuantos mensajes.
La voz estridente de mi madre resuena por todo el pequeño lugar, exigiéndome pruebas de que sí ya me tomé mis medicamentos y reclamando el porque no fui a la cita con el psiquiatra.
Después de su reprimenda, no duda en recordarme la decepción que soy para ella, en comparación con mi difunta hermana. Luego supuestamente cuelga la llamada, aunque en realidad no es así. Claramente pude escuchar parte de su conversación.
- deberíamos internarla de nuevo ¿A cuántos más tiene que matar para que se den cuenta de que tienen que encerrarla para siempre? _ escupió mi madre a quien sea que estuviese con ella. No pasó mucho tiempo cuando me di cuenta de que se trataba de mi padre.
- Fernanda, cálmate. Sabes que está enferma y que hace mucho dejó de ser nuestro problema. _ le respondió mi padre
- no digas que me calme, Juan. fui yo quien tuvo que identificar a mi pequeña, tú no estuviste ahí para ver lo que yo vi _ gritó mi madre y rompió en llanto.
Era verdad, la fuerza del impacto, la recibió mi hermana, quedando yo, casi ilesa. A eso le agregamos que mis padres no voltearon, siquiera a mirarme. Bueno, si lo hicieron, pero para culparme.
Se me aprieta el corazón, pero no me atrevo a cortar la grabación ni siquiera cuando mi padre comienza a consolar a mi madre.
- debió ser ella, ella debió haber muerto. Alejandra no se merecía lo que ese monstruo le hizo. ella no me quiso escuchar, le dije que Nataly la metería en problemas y ves, terminó muerta. Si tan solo hubiese evitado que fuera, aún estaría aquí. _ sollozaba.
- no es tu culpa cariño, es la de Nataly. Fuimos buenos padres, ella siempre fue una niña problemática. _ consoló mi padre, apuñalando aún más el corazón.
Se dijeron muchas más cosas. Entre ellas, qué tal vez el accidente que terminó con la vida de mi hermana había sido premeditado. Que sentía celos de Alejandra y que tal vez, esa había sido la razón. También mi madre alegaba que debería terminar encerrada de por vida por el crimen que cometí.
Las lágrimas que brotaban de mis ojos me quemaban. Tape mi boca para evitar que mis sollozos salieran y molestaran a mis vecinos. Me sostengo de la barra para no caer, intento recomponerme.
Nunca seré lo bastante buena para ellos, nunca seré esa hija que quieren, nunca seré Alejandra. _ me recompongo
- algún día verán que no miento, que él existe y no solo está en mi cabeza.
Ya no puedo escuchar más. tomo las pastillas indicadas por mi psiquiatra, bajandolas con leche.
Suspiro dejando la caja en el refrigerador. Camino rumbo al clóset en busca de toallas limpias. las pastillas me adormecen así que tengo que apurarme para irme a la cama a dormir.
Al coger la toalla me gire para ir rumbo a mi cuarto, pero alcanzo a ver de reojo una figura junto a la pared en el fondo del pasillo. Cierro los ojos y comienzo a contar
1,2,3,4,5... Abro los ojos, pero sigo viendo la misma figura solo que esta vez tiene una sonrisa tétrica.
El corazón se me acelera y por primera vez rezo para que la medicación me haga efecto.
1, 2, 3, 4, 5 lo intento de nuevo, pero esta vez aquella figura se encuentra a mi lado.
es tan vívido, tan real que comienzo a dudar de que me lo esté imaginando. Alzo mi mano y extiendo mi pulgar, para tocarlo.
- ¿me extrañaste, cariño?
habla y mi corazón se acelera.
¿me extrañaste, cariño?
mi corazón se acelera, al igual que mi respiración. esto no es una alucinación, no se siente así.
Siento su calor filtrarse en mi piel, cuando se posa detrás de mí. siento él sube y baja de su pecho al respirar; y su cálido aliento en mi cuello.
- ¡no eres real, no eres real! _ exclamé, una y otra vez, como un mantrax
- ¿estás segura? _ pregunta y yo me atraganto con mi saliva. Siento como si el piso se abriera y me tragara.
se me hace un nudo en la garganta y el pánico comienza a apoderarse de mí. Mi cuerpo tiembla, no hay parte de mí, que no deje de moverse.
- ¿esto es real, cariño? _ ronronea jugueteando con mi cabello. mi labio inferior comienza a titiritera, bajo el contacto de su mano con mi piel.
- ¿te gusta? _ me pregunta arrastrando sus manos por mis costados, hasta llegar a mis caderas. su toque comienza a crear cosquillas así que me retuerzo.
- apuesto a que sí_ ronronea, rodeándome por la cintura con el brazo y atrayéndome hacía él
un grito escapa de mis labios y me cubre la boca al instante con su mano, silenciándome. intento respirar, ya que cubrió incluso mi nariz y a esto le aumento que estoy bajo un ataque de pánico.
mi pecho sube y baja como si pesara. sé que debería defenderme pero tengo mucho miedo. Mi cuerpo no me responde.
- cariño, portate bien _ me dice y yo asiento con la cabeza mientras lágrimas escapan de mis ojos.
lágrimas que dejo salir cuando me doy cuenta de la gravedad de la situación. mi acosador nunca había entrado en el departamento, siempre me miraba desde fuera.
sin embargo en cuanto mueve la mano, grito, grito tan fuerte como puedo y me remuevo, escapando de su agarre y corriendo hacia la puerta principal.
con fuerza muevo los cerrojos, tratando de abrirlos todos en el menor tiempo posible y es aquí que me maldigo por haber puesto tantos.
se supone que deberían servir para evitar que alguien no deseado entré, no para quedar atrapando dentro.
siento unos dedos alrededor de mi cabello y lo siguiente que veo es el techo. un dolor me atraviesa el cuero cabelludo y el cráneo, al caer.
parpadeo aturdida, su voz suena distante al mismo tiempo que mi cabeza pulsa a su propio ritmo.
sus ojos brillantes me miran, su rostro está retorcido por la rabia. no conozco a este hombre, no sé quién diablos es.
tengo la sensación de haberlo visto antes y si no me equivoco, la primera vez, fue cuando era una adolescente. recuerdo toparme con él, accidentalmente cuando salía de los baños en un centro comercial.
al principio no le di mucha importancia hasta que siguió apareciendo en lugares aleatorios, como, la salida de la escuela, en las calles que caminaba, en la biblioteca, el parque y así sucesivamente.
mis padres decían que estaba loca, porque nadie lo había visto. Nadie además de mí, había visto al hombre misterioso.
cuando decidí irme de casa, las cosas empeoraron.
ahora me acosaba más, aparecía a la salida de mi trabajo, siempre de pie frente a mi departamento, cada noche.
cada vez más atrevido. ya he perdido la cuenta de cuántas veces lo he visto últimamente. mi pregunta es ¿realmente es producto en mi imaginación?
No lo creo, porque justo ahora, lo estoy viendo. también estoy segura de que mi hermana lo vio, ese día que nos sacó de la carretera. Aunque eso ya es irrelevante, ya no está para confirmarlo.
finalmente escucho su voz. está furioso y me está gritando por desobedecerlo, los vecinos ya habían llamado a la policía.
lo siguiente que veo es su bota, que se dirige a mí cara y luego nada, solo veo oscuridad.
dos semanas después
fue el ruido de la ventana al abrirse, lo que me hizo instintivamente temblar de miedo. el corazón a este punto, me late a toda deprisa.
Puedo verlo, al menos su silueta, ya que mis ojos se acostumbraron a la oscuridad. sus ojos brillan ante lo oscuro de la habitación, son de un color ámbar brillantes, se ven irreales, como si fuesen de un animal salvaje, son inhumanos.
son los ojos de un monstruo, que me observa mientras se adentra a la habitación.
mi grito se aloja en mi garganta que se siente más estrecha al recordar lo que sucedió la última vez y al recordar las palabras de psicólogo.
cierro los ojos con más fuerza, tratando de borrarlo del iris de mi vista.
- él no es real, no es real _ susurro varias veces, como si eso me fuese a salvar.
llevo todo este tiempo tratando de huir de mi acosador, huyendo de un monstruo que al parecer ya me encontró, siempre me encuentra.
no importa cuántas veces me cambie de departamento o de ciudad, él siempre llega a mí. solo que esta vez he puesto a mi familia en peligro.
la mano del monstruo, se siente demasiado caliente cuando me tapa la boca. Lucho contra la fuerza imposible de su agarre y el pánico me invade por dentro.
quiero soltar un grito con la esperanza de que mis padres me oigan y huyan antes de que él llegue a ellos.
no me creyeron cuando volví a casa y les dije que alguien había entrado a mi departamento y que casi me mata. Lo ignoraron y dijeron una mujer de mi edad no debería vivir en casa de sus padres por miedo al coco.
no se dan cuenta que apenas tengo 22 años. sin embargo el día que cumplí 18, me echaron de casa porque para ellos siempre fui la hija problemática.
en cambio mi gemela siempre fue la hija dorada. no querían que mal influyera en ella de ninguna manera. cualquier cosa que yo hiciera no era suficiente para ellos y nunca lo sería.
siempre me culpan por la muerte de alejandra. me culparon del accidente y me dijeron que era mi culpa por no tomar mis medicinas. Que lo que yo declare, era imposible.
que todo estaba en mi cabeza.
sé que no me lo estoy imaginando, sé que no me lo imaginé entrando en mi departamento. solo deseaba que me escucharan.
Ahora todos vamos a sufrir porque después del último ataque ahora se ha vuelto violento.
- no es real_ susurro de nuevo, rezo por estar tan loca como todos afirman.
- sigue diciéndote eso, cariño _ se ríe de manera escalofriante en mi oído, mientras su lengua se desliza por mi oreja. su aliento se siente caliente contra mi piel. todo el cuerpo me tiembla, el estómago se me comprime por el miedo y mi corazón late con fuerza.
sí es producto de mi imaginación ¿por qué siento sus manos tan real? _ me pregunto a mí misma, pero no tengo respuesta.
_ tengo una arma y un cuchillo conmigo, no quiero hacerte daño pero, si me presionas, puede que tenga que hacerlo. voy a soltarte la boca, si gritas te mato. ¿me entendiste? _ me susurra al oído.
sin querer, se me escapa un chillido cuando me quita la mano de la boca.
- pórtate bien y puede que deje con vida a tus padres. no tienes idea del disgusto que me llevé al saber que mi compañera había escapado de la ciudad _ gruñe amenazador.
<< ¿compañera? ¿qué quiere decir con eso? >> pense
_ p...por favor _ ¿qué quieres de mí? _ pregunto con voz temblorosa.
- oh preciosa, está predestinado _ se ríe entre dientes.
_ ¿qué quieres decir? _ pregunto
_ el día que percibí tu olor, supe que eras tú. así que te he observado y esperado. eres mía, mi compañera. en cuanto a la otra pregunta, ¿qué quiero de ti? quiero... _ ronronea
me acaricia el cuello con sus dedos y siento que mi cuerpo responde. la sensación es extraña y me produce un escalofrío. este hombre está loco, puede que diga que no me matará pero lo hará, sé que lo hará.
- por favor deja... _ las palabras se me atascaron en la garganta. soy incapaz de expresarme correctamente. el miedo que siento es demasiado, en cualquier momento, puede salir.
- ¿qué quieres que haga? _ respondió con una risita, pasando su mano por el largo de mi brazo, mientras su boca se abre paso, lentamente hacia mi cuello, odiando la sensación de su lengua en mi piel.
- yo... tengo dinero, puedo dartelo. _ intento decirle.
- no quiero tu dinero. _ responde burlon
- entonces ¿qué quieres? _ alcanzo a preguntar
- a ti, te quiero a ti. _ su voz ronca, suena excitada y mi boca se va a mi estómago.
- por favor.... Yo... _ me remuevo
- mientras más pronto entiendas que eres mía, mejor será para ambos. suplicar no te ayudará en este caso, aunque debo decirte, que el hecho de que lo hagas, me excita, cariño.
me golpea ligeramente una pierna.
- ábrelas o iré a matar a tus padres _ me amenaza
todo mi cuerpo tiembla, antes de hacer lo que me pide. se me salen las lágrimas cuando me toca la vayina, introduce el dedo por debajo de mis bragas y las aparta, frotando su dedo en mi abertura.
instintivamente cierro las piernas, la vergüenza me invade.
- espera... _ alcanzo a decir pero sus ojos se dirigen a los míos y gruñe. el sonido me detiene y no digo nada más.
- joder, sabía que estarías apretada, pero no pensé que estarías tan mojada. dirás, que es sólo un mecanismo de defensa, pero a tu cuerpo le gusta. estás hecha para mí, por diosa, realmente eligió bien. de tu parte humana me encargaré después, no es difícil de arreglar.
me elogia antes de retirar su dedo y lamerlo. después, presiona con la otra mano un cuchillo, obligándome a permanecer inmóvil.
mis ojos se reflejan en el metal que brilla en la oscuridad, luego me tapa la boca con su mano. suelto un grito pero carece de fuerza, ganando, que el chasquee la lengua en señal de desaprobación.
- ah, ah, te advertí. alerta a tu familia y los mataré. _ promete.
sus ojos color ámbar me miran directamente, puedo ver a través de ellos y lo que ocurre dentro, es tan perverso como si se hubiera vuelto completamente loco en cuestión de segundos. juraría que los he visto centellar, extrañamente volviéndose negros. sin duda tiene que ser mi cerebro jugando, porque eso, no puede ser real.
- voy a destruirte, para armarte de nuevo hasta que me desees y las cosas que te haré _ me dice
<<¿me va a destruir?¿cómo?>>
- voy a hacerte enloquecer _ agrega.
estoy aterrorizada, supongo que ese es el objetivo de su juego enfermizo. me ha atormentado durante años, que incluso yo lo he llegado a creer. alimentando su fantasía, en la que puede hacer lo que quiera conmigo mientras me destruye.
en este momento estoy tan asustada que ni siquiera puedo concentrarme en el hecho de que me está desnudando con la misma mano que sostiene el cuchillo.
lo hace con suavidad y gentileza, con cuidado de no cortarme. aún así, tengo cosas más importantes en la cabeza como el hecho de que tiene un cuchillo y que mis padres están dormidos al otro lado de la habitación.
los mismos padres que me creyeron loca y no me creyeron cuando les dije que alguien me seguía. Que lo miraba observarme por las ventanas. El verdadero causante de la muerte de alejandra, mi gemela.
el hombre recorre mi cuerpo, ahora desnudo, con avidez. está ahorcajadas sobre mis caderas con un cuchillo a cada lado.
me mira un rato más, creando suspenso, hasta que de repente, el cuchillo que tiene en la mano lo mueve y me apunta directamente al abdomen. inhalo una profunda bocanada de aire tratando de alejarme aún más de él.
me retuerzo, sintiendo como el pánico crece en lo más profundo de mi estómago. no puedo soportarlo, el miedo y el dolor llegan y contengo la respiració.
la anticipación de la espera es tan intensa que se me revuelve el estómago y siento que voy a vomitar.
- me gusta verte asustada cariño. tu miedo es tan excitante, siente como me pones. _ sonríe
_ ya quiero llevarte a casa, no puedo esperar a escucharte gemir por mí._ vuelve a hablar
su voz suena más grave, casi un gruñido. es como si mi miedo le hubiera dado un tipo poder sobrehumano. lo veo en sus ojos, su deseo desesperado por destruirme.
- señor... _ le suplico sin saber cómo llamarlo.
- Seth _ responde con una sonrisa en los labios.
- por favor no me hagas esto. _ suplico
- ¿por qué no? _ pregunta con una sonrisa cada vez más amplia como si le pareciera divertido mis súplicas.
- no quiero esto_ susurro sin aliento mientras lucho contra las ganas de desmayarme.
siento la cabeza ligera mientras el miedo se apodera de mí con tanta fuerza que tengo la sensación de que me estoy quedando sin oxígeno
- yo creo que sí lo quieres_ afirma _ cuando termine de cogerte, estarás llena con nuestro hijo, tal y como debías estar desde un principio.
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- esta noche y para siempre tu cuerpo va a ser mío_ afirma, mientras se acomoda sobre mí, aprisionando mi pequeño cuerpo contra el suyo que es mucho más grande.
lágrimas calientes corren por mi cara, la humedad se extiende por mi cuello hasta llegar a mi cabello. no puede hablar en serio, no quiero ser suya y no quiero lo que está a punto de hacerme.
- Seth ... por favor. _ suplico
- cuando acabe contigo _ sacando una pistola del bolsillo, y su cuchillo lo recorre por mi cuello. se me corta la respiración cuando sonríe.
_ sabrás lo que se siente un hombre de verdad. _ termina de hablar.
primero se quita la camisa y mis ojos se abren de par en par al verlo. su cuerpo está lleno de músculos duros. el tipo de cuerpo por el que los hombres pasan horas en el gimnasio. el tipo de cuerpo que me habría gustado explorar si no estuviera en esta situación y no fuera él.
me clava la afilada punta del cuchillo en el estómago, me estremezco. el metal está frío y un escalofrío me recorre por la espalda. casi podría jurar que tengo fiebre, es como si estuviera alucinando como si esto no estuviera pasando de verdad.
baja su cuchillo y traza una línea por mi piel, tiemblo y me retuerzo. sollozo del terror, el miedo consume mi cuerpo. esto es real, el dolor agudo que me atraviesa es real, más real que cualquier otra cosa que antes me haya pasado.
la sangre hermana por las lineas trazadas y comienzan a escurrirse, se ve negra en la oscuridad. él cierra los ojos un segundo, respira hondo, antes de abrirlos de nuevo y mirarme.
una sonrisa malvada se dibuja en su rostro mientras me observa intrigado. se lleva los dedos a la herida y los cubre de rojo, dibujando un patrón en mi piel.
traza otra línea presiona demasiado el cuchillo. temo que ponga más fuerza de la necesaria y lo clave hasta encajarse. pero no lo hace se limita a trazar otra línea y luego lo repite jugando con mi sangre mientras yo contengo mis gritos.
solo quiero que me mate y acabe de una vez este suspenso es demasiado para mí y sé que si sigue así me desmayaré. me da mucho miedo lo que podría pasar entonces.
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