Mi nombre es Jazmín Leroy García, veinte años de edad, mis ojos verde oscuro y mi cabello era una melena rubia, hasta que un buen día decidí cambiarlo a cobrizo oscuro, sigue siendo una melena que casi siempre cargo, recogida.

Soy algo delgada, pero tengo buen cuerpo, mucho de arriba y abajo diría yo.

Mis padres, Ulises Leroy y Marie García, personas humildes del pueblo de Grasse, Francia, vivimos en una pequeña casa, en las afueras de la ciudad, ya que mis padres eran cultivadores de flores de Jazmín. Ellos, hace un tiempo dejaron de trabajar para los dueños de la finca dónde se cultiva la flor, por el hecho de que papá enfermó, es un hombre ya un poco mayor, así que su lugar lo tomé yo, mamá cuida de él, terminé mis estudios secundarios, más no pude seguir la universidad, porque en ese tiempo mi padre le detectaron cáncer de pulmón, trabajo mucho para poder cubrir un poco de los gastos médicos. Tengo una hermana de quince años llamada Azucena. Llevo el nombre de jazmín, porque es la flor favorita de mi mamá y también porque nací en el sitio justo donde las cultivan, mis padres nos cuentan que mi mamá fue ese día a llevar el almuerzo a papá, no pensó que ese día yo nacería, ya que faltaba aún para mi nacimiento, pero nací una semana antes de lo planeado.

Mis sueños siempre fueron ser una modelo reconocida, he deseado ser la modelo número uno para una de las marcas de perfumes más importantes de Francia, esa sería como la marca de la compañía de mis jefes, ellos son los dueños de todo el lugar donde yo trabajo, la familia Bernad Petit.

En lo personal no los conozco, ya que ellos viven en París, tienen la gran hacienda aquí en Grasse, pero muy pocos vienen acá, se les ve en revistas y esas cosas, pero en persona casi nadie los conoce, se sabe que su único heredero está en otro país, pero a él sí no se le ve en portadas de revistas.

Yo para ganar un poco más de dinero, trabajo en la casa grande como quien dice soy empleada de servicio de medio tiempo en la hacienda.

El señor Wilfred, él capataz, es muy amigo de papá, el tiene un hijo, Sebastián de veinticinco años, es un chico muy guapo alto, fornido, cabello castaño oscuro, ojos color avellana y labios carnosos, él gusta de mí, me lo ha dicho, también me gusta, pero no para decir que lo amo, en las mañanas estoy en la hacienda y en las tardes estoy en los sembradíos.

Justamente hoy es un día agotador, y es que hoy por la noche, llegarán los dueños de la hacienda.

_ Jazmin, necesito que te hagas cargo de las habitaciones, que todo quede impecable, primero limpias la recámara principal, después las demás, y una cosa la recámara del fondo déjala reluciente, hoy por fin vendrá el hijo del dueño y por lo que me dijo su madre es muy exigente en todo, así que esa habitación te la encargo mucho.

_ así será, señor Wilfred.

Y así está todo en la hacienda, todos de un lado para el otro, supe por una de las chicas que también trabaja aquí, que el tal René porque así se llama el hijo del dueño, viene con su esposa. No tenía idea de que está casado y es que como no se sabe nada de él por los medios de comunicación, ni enterada.

Yo hago todo lo que el señor Wilfred me dijo que hiciera, y me marcho del lugar, rumbo a los sembradíos, a lo lejos puedo ver que viene Sebastián, yo sigo en lo mío, hasta que él llega a mi lado

_ hola hermosa, qué tal tu día?

_ hola Sebastián, hoy ha sido muy agotador el día, pero no me puedo quejar, lo bueno que hay trabajo, ya sabes que necesito estos dos trabajos para poder ayudar con los gastos de los medicamentos de mi papá

_ si, te entiendo, y ¿que has pensado de lo que te propuse?

_ no he tenido cabeza para eso, además sabes que no te amo, y no quiero ser tu novia sin amarte

_ pero el amor viene después

_ las cosas no son así, pero déjame pensarlo un poco más, por favor.

_ está bien hermosa, te dejo porque voy a hacer unos mandados que mi padre me mandó hacer.

 Y así fue el día, por fin voy a casa, estoy realmente cansada, pero todo lo hago por papá, amo mucho a mis padres y a la loquita de mi hermana, aunque tiene apenas quince parece de más edad que yo, tiene una imaginación increíble.

_ buenas, noches, llegué. Dije al entrar a la casa, en el viejo sillón está papá, sentado.

_ hola mi princesa, cómo te fue?

_ bien papá, hoy llegan los señores Bernard y también dicen que llegará su hijo.

_ si, algo me comentó Wilfred, vino a verme un rato.

_ hija, te ves agotada.

_ estoy bien mamá, ¿dónde está Azucena?

_ está en la habitación, se alista para venir a cenar, te estábamos esperando.

Cuando escucho sus gritos, y solo niego con la cabeza y sonrío

_ hermana, es cierto que vienen los Bernard?

_ si, así es, quién te lo dijo?

_ lo sé todo ja, ja, ja. Yo sonrío por sus ocurrencias y la verdad es que ya sé quien se lo dijo, Agnes hija menor del señor Wilfred, ellas dos son muy amigas, aunque Agnes es un año mayor que Azucena, se cuentan cada chisme.

_ si como no, esa fue Agnes que te contó.

_ está bien, está bien, ella me contó, y también me dijo que el amargado de René Bernard llegará

_ y como saben que él es amargado si nadie lo conoce.

_ hermanita, se te olvida que Julieta trabaja en la mansión de los Bernard, allá en París.

_ cierto, se me había olvidado. Julieta es la segunda hija de Wilfred, es dos años mayor que yo.

_ bueno paren el chisme y vamos a cenar. Dice mi madre y papá solo sonríe, se le ve algo mal, pero sabe disimular delante de nosotras aunque ya yo lo conozco cuando está así.

Mi nombre es René Bernard Petit, tengo treinta años, soy el único hijo de Marcus Bernard e Yvonne Petit. Siempre he tenido todo lo que he querido, como quien dice nací en cuna de oro, y las cosas las tengo cuando quiero y como yo quiero, mis padres son los dueños de la Fábrica de perfumes más grande de Francia.

Todo estaba de maravilla en mi vida, como hijo único fui el consentido de mis padres, mi admiración siempre fue papá, hasta que cumplí los dieciocho, si ese día mi ídolo, se cayó del pedestal, papá que siempre lo vi amar a mi madre, de tener detalles con ella, eran la pareja más envidiada, como se dice, la pareja ideal, el uno para el otro, pero todo cambió. Un día fui a buscar a papá a la hacienda, allí donde cultivan las flores de jazmín, que luego son enviadas a la fábrica. Mamá se sentía muy mal, me decía que tenía fuertes dolores en su parte baja, yo como pude fui a la hacienda y al llegar, encuentro a papá con su secretaria, los dos estaban en la sala teniendo se@@, mi mundo se vino abajo, casi le entro a golpes, pero recordé dos cosas, una que es mi papá y otra que mamá estaba mal en casa. Así que tomé el vuelo en el jet privado de regreso a casa, por más que papá quiso hablarme, yo me negué, no le dije nada a mi madre.

Y así fue, llegué y mamá ya estaba en el hospital, había perdido al bebé, sí, estaba embarazada. Todos los días culpé a papá, no sé cómo mamá se enteró de su infidelidad y en casa todo cambió, yo también cambié. Me fui a estudiar a Alemania, lo poco que había de mí en redes sociales lo quité, casi siempre papá me mantuvo distante de todo eso y cuando él le falló a mamá, más me alejé del ojo público.

Hace cinco años me casé con Margot Boyer, nuestro matrimonio fue, porque en una noche de tragos dormimos juntos y quedó embarazada, pero después tuvo un accidente y perdió al bebé, no la amo, pero siempre he tratado de complacerla en todo, he tenido aventuras, y ella lo ha sospechado, jamás me ha visto con otra mujer.

Después de tantos años volví a mi tierra natal, Francia, las cosas entre papá y mamá cambiaron mucho, ella lo perdonó, después de tanto pedirle a mi madre una oportunidad. A mi padre hace un año le dio un ataque cardíaco, a tiempo se pudo atender, y desde que casi lo pierdo, lo perdoné, ahora él quiere que tome el control de la empresa, tengo una agencia de modelaje en Alemania, pero quiero complacer a papá y tomaré el mando de todo.

Nos reuniremos en la hacienda, solo unos días, le hace bien a papá y cuando volvamos me haré cargo, seré el nuevo CEO de la empresa.

_ no me gusta estar en este tipo de lugares. Me dice Margot

_ no vas a empezar con tus cosas, venimos aquí por mis padres, te hubieras quedado en París.

_ para qué? ¿Para que tus padres después me echen en cara que no vine?

_ entonces no te quiero escuchar decir nada, por Dios tienes todo, te complazco en todo, puedes cooperar.

Veo que pone mala cara, y la ignoro, a veces Margot se pone muy pesada.

  Hoy muy temprano iré a la hacienda, ayudaré lo más que pueda, ya que en la tarde iré al campo a cosechar.

_ me cuentas como es?

_ como es que? Le pregunto a mi hermana

_ él, tu jefe.

_ el señor Bernard?

_ no, el hijo

_ por Dios, que son esos comentarios, eres muy chica para estar pensando en hombres.

_ hermanita, chica quizás, más no ciega, además algún día me casaré, tendré hijos, deja de ser celosa.

_ si lo sé, pero mientras esa edad llega, te voy a cuidar y celar. Me da una sonrisa, yo la abrazo y salgo de casa.

Papá tuvo una mala noche, lo escuché quejarse mucho, me preocupa, me gustaría llevarlo a un hospital, allí lo atenderían bien, pero no tenemos el dinero suficiente, con lo que vamos solo cubrimos algunos medicamentos.

Voy llegando a la hacienda, entro por la puerta de la cocina y comienzo a ayudar a las chicas, están preparando un desayuno como para un batallón.

_Por qué tanto?

_ porque la señora quiere que su hijo pruebe de todo, si lo alimenta así estos días, lo llevará rodando a París. Dice una de las chicas.

Todas reímos y de pronto sentimos que el ambiente se pone tenso, al escuchar un carraspeo, y allí vemos a un imponente hombre, uno que con mirarnos sentimientos que nos quiere matar, yo ignoro su cara de guardia mal pagado y sigo en lo mío.

_ quien es la encargada de la limpieza de mi habitación. Me huele que este ya va a fastidiar.

_ soy yo. Le digo tajante mirándolo fijamente sin agachar mi cabeza, este que no se crea que por ser el dueño de todo va a venir a creerse más.

_ te comento, muchachita, que lo haces muy mal. Y ya siento mi sangre hervir.

_ tengo nombre, don mandón, mi nombre es Jazmín, y si no le gusta como quedó su habitación pues lo siento, por usted. El señor Wilfred me dijo que todo estaba en orden así que puede ir a hablar con él.

Veo que el hombre pone mala cara y se va hecho una fiera.

_ te vas a meter en problemas, puede despedirte. Me dice la cocinera y yo solo niego con la cabeza, creo que si me pase un poco, recuerdo a papá y que necesito este trabajo y si me votan de este trabajo, también del otro. Fue un error, pero es que no me dejo de nadie y me fastidia la gente así.

Esa mocosa que se cree, verá de lo que soy capaz.

Aunque viéndola bien no se ve nada mal, pero lo que me acaba de hacer me las va a pagar, de René Bernard no se burla nadie y menos una niñita como esa.

Esos ojos, y esa manera de ser, provocan darle unas cuantas nalgadas, me gustaría tenerla debajo de mí, sin nada de ropa, y veremos si es tan brava como dice. Ya vera con quién se ha metido.

Me gusta, sí, vamos a ver si así como hablas, puedes negarte hacer lo que yo quiero, ya lo dije, lo que quiero lo obtengo, como sea.

_ buenos días, hijo.

_ buen día, papá, ¿cómo te sientes?

_ estar aquí me hace bien.

_ pues deben quedarse más tiempo, yo me haré cargo de todo.

_ te tomo la palabra hijo. Dice mamá llegando al comedor.

_ necesito hablar con Wilfred.

_ pasa algo hijo?

_ no papá, solo quiero salir al campo, quiero ver cómo está todo por allá.

_ vas a andar entre peones, ?

_ ya hablamos Margot, estoy a dos pasos de mandarte a París.

_ mejor vamos a desayunar. Dice mi madre. Ella a la verdad se alegró cuando supo que me iba a casar, pero cuando viajó a Alemania a conocer a Margot no le agradó, no se opuso, ella siempre se mantiene al margen de mis decisiones, y aunque no me dice nada, la conozco y sé que no le agrada nada mi esposa.

Veo que entra la chica Jazmín, linda, claro que sí, pero con genio de demonio, sonrío por mis adentro.

_ buenos días. Dice de una manera tan dulce que no puedo creer que sea la misma contestona de hace rato.

_ buenos días, niña. Dice mi madre quién la ve de una manera que pareciera que vio a un ángel, a la chica ideal.

_ eres nueva aquí?. Pregunta mi papá.

_ y que importa si es nueva, es solo una empleada. La chica se tensa, se le nota que está con ganas de disparar sus cuatro palabras hacia mi esposa.

_ trabaja en mi hacienda, para mí, y debo saber quienes son las personas que están contratadas. Dice mi papá en tono muy molesto.

_ señor, trabajo aquí hace tres años. Dice y me mira con cara de pocos amigos y yo me mantengo serio, pero me gusta esa actitud, está niña me encanta.

_Tienes familia aquí?

_ Buenos días, disculpen que interrumpa. Dice Wilfred, quien entra al comedor con otro chico.

_ Wilfred, buen día. Dice mamá._ le preguntaba a la chica si tiene familia aquí.

_ si señora, ella es hija de Ulises Leroy. Ella se mantiene en silencio y veo que intercambia miradas con el chico.

_ se nota que hace mucho no venimos aquí. Dice papá

_ y tu papá? Sigue trabajando para nosotros?

_ no señora, papá está muy enfermo. Y noto nostalgia en sus palabras.

_ oh! Lo siento. Dice mamá, ella sigue sirviendo el desayuno, pero veo que el chico no deja de verla.

_ y él es? Pregunto, me molesta como mira a Jazmín, y no entiendo por qué.

_ señor René, el es mi hijo Sebastián. Yo asiento y veo que Jazmín camina a la cocina y el chico antes que ella se marche le dice algo en tono muy bajo, ella asienta y se va.

Me parece que están enamorados o quizás son novios, pero vamos a ver qué tanto se aman

_ Wilfred, puedes esperar que yo desayune para que me lleves al campo. Wilfred asiente, él lleva años trabajando para mi familia, pero yo tenía mucho de no verle casi desde aquella noche que encontré a papá en este lugar con su amante.

Un rato después me encuentro en el campo junto a Wilfred y Sebastián.

_ hijo, ve hacer lo que te pedí, hoy deben hacer ese envío. Sebastián asiente y se va.

_ necesito saber algo.

_ si señor, dígame.

_ deja de tratarme así, antes me llamabas por mi nombre.

_esta bien, dime que deseas saber?

_ Que tiene Ulises?

_ está enfermo, tiene cáncer de pulmón. Me da un poco de pesar, pero creo que tengo el sartén por el mango, sé que a veces soy un maldito, pero quiero probar a esa niña. Cuando actuó así, sé que tengo el infierno ganado, pero estoy acostumbrado a salirme con las mías.

Aunque no creo que esa niña sea tan inocente, como se ve, hasta puedo apostar que ya se acostó con el tal Sebastián.

_ y la hija, trabajo por él, me imagino.

_ ella es el soporte de su casa, solo ella trabaja para mantener a su familia, tiene dos trabajos y aun así, no han podido hacer nada por salvar a Ulises.

_ entonces no está estudiando?

_ no, ella terminó sus estudios secundarios y no pudo seguir.

Wilfred me soltó todo lo que quería saber de la malgeniosa de Jazmín, el nombre no le hace juego, creo que debió llamarse Amargura o algo así, pero no importa, ya verá como la doblego, va a pedir más de lo que le daré, Voy a dejarla correr y provocarla, le haré creer que está ganando y cuando menos lo piense la tendré de rodillas antes mi y no es especialmente pidiendo perdón.

 Casi toda la mañana pasé en el campo, a la hora del almuerzo, voy a la hacienda.

_ hijo, todo bien,?

_ si, me gusta como trabajan, está todo bien por allá, revisaré algunos libros de contabilidad de los envíos, sé que Wilfred lleva todo en orden, pero no está de más revisar.

_ no hijo, eso no lo lleva Wilfred, eso lo está haciendo Sebastián, su hijo.

Me quedo callado, asiento y con más razón los revisaré.

_ entiendo, igual los revisaré.

_ me parece bien. En eso veo que Jazmín o bautizada por mí como amarguras, entra y comienza a servir.

_ tu esposa, ha pasado encerrada. Dice mamá

_ lo mejor es que la mandes a París. Me dice mi papá.

_ me quedaré unos días más, y si, lo mejor es que se marche, no soporto sus berrinches. En eso la niñita, me deja caer una copa de agua encima, tonto no soy, sé que lo hizo a propósito, así que con esas tenemos, le haré creer que creo en su inocencia.