Reynaldo Marrugo, un hombre de 28 años con una dura infancia por parte de su padre; estaba en su oficina recordando todo por lo que ha pasado.
Se acordó que a sus 14 años su padre lo puso a ver películas para adultos, la razón fue porque pasaba con un amigo todo el tiempo, su amigo se quedaba a dormir en su casa, en su cuarto y en la misma cama, la madre no le veia problema a eso, pero su padre si, el era Emiro Marrugo.
Un día su padre le llevó la hija de una amiga para que intentara ser novia de el, pero cuando la niña lo tocó Reynaldo salió corriendo a vomitar, le dio asco que lo tocara, su piel empezó a entojecer y entendio que era alergia, su padre lo escucho vomitar y se llenó de ira, cuando salió del baño su padre lo llevó nuevamente con la niña y puso que la niña le diera un beso en la boca, el hombre lo sujetó mientras la niña con sonrisa burlona lo besó, Reynaldo no aguantó el asco y vomitó encima de la niña; en ese momento el padre lo mando para su habitación mientras se encargaba de mandar a una empleada a limpiar y otra se encargaba de la niña.
La madre de la niña sabía a lo que su hija iba, pero a ella le convenia mezclarse con la familia Marrugo, eran los mejores en negocios y numero uno a nivel de empresa, la niña sabía lo que iba hacer, su madre le dijo que fuera dispuesta a conquistar a Reynaldo, si era posible se acostara con él, las dos estaban dispuestas a todo, eran mujeres interesadas.
Después de que la perversa niña se fuera, el hombre fue a a habitación de su hijo, allí lo encontró bañado y viendo television; el hombre con rabia de que su hijo fuera gay le busco una película para adultos y se sentó con el para que viera, a Reynaldo tan solo ver la escena e imaginarse la niña que lo habia besado le dio asco y corrio a vomitar, el padre sentía decepcion de su hijo, su único hijo.
El hombre salió de la habitación y bajó a la cocina, unos minutos después llegó su mujer, El le contó lo sucedido y ella se enfado, le dijo que lo dejara tomar su decisión, que si no le gustaba las mujeres no lo obligara, el hombre se enfado y le dijo que todo era culpa de ella porque le permitia hacer todo lo que queria, el se fue de la casa dejándola con la palabra en la boca.
La mujer sabía que nada era su culpa, ella lo iba apoyar en la decisión que tomara, era su hijo y como madre tenia que brindarle apoyo, porque si no lo hacia ella ¿Quien más? ella era Minerva de Marrugo.
El padre de Reynaldo volvió en la madrugada a su casa con una jovencita de 18 años, la llevó al cuarto de su hijo y le dijo que hiciera con el todo lo que sabia, la esposa lo sentío llegar y fue a ver lo que sucedía porque sabia que estaba en el cuarto de Reynaldo; cuando llegó vio a la joven desduna y su hijo en shok, la joven se desnudo delante del padre de Reynaldo sin ninguna pena, Minerva inmediatamente sacó a la joven de la habitación, Emiro también salió dejando a Minerva con su hijo, ella le habló con su hijo durante cinco minutos y le dijo que estaba para apoyarlo.
El le dijo a su madre que iba a tomar agua, los dos salieron de la habitación para la cocina, pero al bajar el primer Escalon de la escalera escucharon unos ruidos extraños, ellos a medida que bajaban escuchaban más; Minerva sabía que era, al igual que Reynaldo.
Los dos bajaron y llegaron a la sala donde encontraron a Emiro teniendo sex* con la joven que le había llevado a Reynaldo, Minerva sonó las Palmas felicitando a su marido, él inmediatamente apartó a la joven y le dijo a su mujer que no era lo que parecía; Minerva lo miró decepcionada y le dijo que daba igual lo que dijera, quería el divorcio y se iba de casa con su hijo, no quería estar más junto a él, Minerva fue con su hijo a la cocina en completo silencio, le dolia todo lo que estaba pasando, pero por su hijo tenia que ser fuerte, los dos tomaron agua y se fueron para la habitación.
Ellos al pasar escucharon salir un carro, ellos se imaginaron que Emiro llevando a la joven, pero al subir lo vieron al final de la escalera, Minerva lo ignoró y entró a la habitación con su hijo para dormir dos horas más, ella se acostó pensando en lo sucedido, allí entendió que su marido estaba acostumbrado a frecuentar lugares de mujeres de vida fácil, pero ella no se lo iba a perdonar; más porque se atrevió a faltarle el respeto en su propia casa. Emiro en ese entonces tenia 37 años y Minerva 36
Por la mañana Minerva y su hijo empacaron lo necesario y se fueron de casa, a minerva no le importó la súplica de su marido para que no lo abandonara, Reynaldo creció junto a su madre, con 28 años todavía vivía con ella, su madre lo apoyaba en sus decisiones, pero no hablaban del tema de su orientación sexual porque el no le gustaba hablar del tema.
Emiro por su parte demostró lo que era, le gustaba estar con mujeres una diferente cada dia, Minerva al principio le dolio todo, pero con el tiempo e tendio que fue mejor que las cosas sucedieran de esa manera, ella se dio cuenta del hombre que tenía como marido, y finalmente entendió que fue lo mejor.
Reynaldo se reclino en la silla, se paso los dedos por el cabello para dejar de pensar el drama que vivió; habrío su computador que tenía delante, se puso a ver las redes y sintió que navegar por las redes sociales era una mala idea, lo sentío en su interior, pero ignoró esa sensación y entró de todos modos, por entrar a tenía que pagar las consecuencias; aunque suponía que sería malo, nunca habría podido predecir que tan malo era.
Él no podía creer lo que estaba leyendo, para el era una pesadilla lo que tenía que vivir por culpa de la prensa, lo juzgaban sin conocerlo, vio la foto donde estaba con su mejor amigo cenando en un restaurante y charlaban animadamente, Reynaldo leyó donde decía que su pareja de juventud había regresado al país y por eso la felicidad que nunca le habían visto en público.
Él suspiró y apago la computadora, después sonrió al recordar todo lo que su amigo le contó, en ese momento entró la recepcionista muy coqueta con unos documentos, ella estaba dispuesta a comprobar si era verdad lo que la prensa decía de él, se acercó y le tocó la mano a propósito; en ese momento Reynaldo se sintió mal, se agarro el estómago y se fue corriendo al baño a vomitar, se llenó de ronchas y se tomó una pastilla que mantenía para la alergia, cuando salió la mujer aún estaba en la oficina, el la miró y dijo.
REYNALDO: ¡Que sea la primera y última vez que me tocas! sal de mi oficina.
La mujer salió nerviosa y se dio cuenta que era verdad todo lo que decían de él, Reynaldo se sentó en su silla, se sentía demasiado herido, enfadado y adolorido; esa situación lo estaba destruyendo y tenía que guardárse todo esos sentimiento, no entendía ¿porqué le daba asco las mujeres? eran mujeres bonitas las que se acercaban a él. Reynaldo estaba completamente seguro que no le gustaban los hombres, pero ellos lo tocaban y era normal, pero si lo hacía una mujer le revolvía el estómago y vomitaba porque le daba asco, el no entendía lo que le pasaba.
Su secretario era un hombre de 60 años, era de su confianza, le quedaba un año de trabajo junto a Reynaldo porque ya quería descansar, pero antes tenía que conseguir su remplazo, no podía irse sin dejar a alguien capacitado para el puesto.
La madre llegó a la oficina y lo encontró preocupado, ella inmediatamente se acerco a el, Reynaldo no espero que su madre preguntara y le contó lo sucedido; ella era su mejor amiga, Minerva lo miró sonriente y le dijo.
MINERVA: Eres un hijo estupendo, un hombre de buen corazón, estoy segura que puedes solucionar tus problemas.
REYNALDO: ¿Cuando mamá?
MINERVA: cuando llegue la persona indicada, de cualquier género y sabes que no me importa, de pronto tu cuerpo está esperando ser complacido por una mujer especial, quien sabe. Recuerda que cada persona tiene su propio ritmo y proceso de autodescubrimiento, mi amor y mi apoyo incondicional hace una gran diferencia en tu vida hijo mío, la orientación sexual no define a una persona, su amor y respeto sí.
Reynaldo no dijo nada, se sintió más tranquilo porque las palabras de ánimo de su madre siempre eran alentadoras; el salió con su madre y le dijo a su secretario que no regresaría a la oficina, ya eran las tres de la tarde.
Reynaldo se fue a casa con su madre, quería que pasará rápido lo que tenía que pasar con su vida, si su destino era un hombre que llegara rápido, pero el estaba seguro que no le gustaban los hombres, y si era una mujer que llegara a revolucionar su vida lo más rápido posible.
A las cinco de la tarde salió el hombre de 60 años de la empresa, llegó a su barrio y se encontró con un vecino amigo, le preguntó que si estaban necesitando personal, le dijo que era para la hija de una amiga que estaba necesitanto urgente; el vecino amigo le dijo que estaba seguro que podía ayudar a solucionar algo para ella.
Él hombre lo pensó y le preguntó ¿que tan sería era la chica? El amigo dijo que era muy seria, una chica descente y muy respetuosa; el secretario le dijo que iba a ver que podía hacer, el vecino le dijo wue estaba seguro que podía ayudarla a conseguir algo.
Muy cerca de los hombres vivía Kenia, una joven de 24 años, estaba con su madre Alicia, estaba muy estresada porque no conseguia trabajo y habia hecho planes para ella y su madre, pero nada salía como quería, su madre era el motor de ella, ella para animarla le dijo.
ALICIA: Hija, todos hacemos planes y sufrimos contratiempos, ¿verdad? Todos tenemos nuestros altibajos en la vida. Pero siempre conseguimos volver a levantarnos, el vecino dijo que te iba ayudar con un amigo.
Kenia miró a su madre, después miró en dirección donde vivia el vecino y le dijo a su madre.
KENIA: El vecino me cae demasiado bien, se ve que le gustas, si tu quieres puedes darle la oportunidad.
ALICIA: La oportunidad te la voy a dar a ti para que te calles, también me caen demasiado bien y no quiero perder su amistad por malos entendidos, no estoy interesada en buscar pareja.
KENIA: Ok, como tú digas.
Alicia le daba ánimo a su hija y le mostraba tranquilidad, pero por dentro no podía con la preocupación porque no sabía como ayudar a su hija, ella planchaba dos veces a la semana en casa de familia pero no alcanzaba lo que ganaba porque había otros gastos, ella habló con su jefa pero le dijo que si sabía algo de trabajo le avisaba.
A ella le preocupaba su hija, era una joven trabajadora que no sabía estar en casa sin hacer nada, se le media a cualquier trabajo honrada por muy duro que fuera, pero el lugar donde trabajaba lo cerraron y quedó desempleada, ella habia estudiado secretariado, pero no habia podido ejercer, Alicia y Kenia sabían que los trabajos estaban difíciles, más si no contaba con una buena influencia, aunque Kenia salía todos los días a restaurantes, supermercados y almacenes para ver si conseguía algo, pero no contaba con suerte.
Madre e hija a las nueve de la noche decidieron acostarse y esperar la voluntad de Dios, Kenia hizo una oracion por su trabajo, se durmió con la fe de conseguir algo al siguiente día.
A las siete de la mañana él hombre llega a la empresa y va a la oficina de su jefe a recibir instrucciones, Reynaldo lo notó incómodo mientras le hablaba y preguntó.
REYNALDO: ¿Qué le pasa? Digame que si esta en mis manos lo ayudo.
Reynaldo lo miraba con curiosidad, el estimable mucho al hombre y esperaba su respuesta, el hombre lo miró apenado y dijo.
— Necesito un favor de usted, Por favor, siéntete libre de negarte si no le parece apropiado, pero... ¿P..Puede? ¿contratar a la hija de la amiga de un amigo?
REYNALDO: ¿Cómo así? ¿en tu remplazo?
— Si, ella es muy respetuosa y le aseguro que no se va a arrepentir, yo me encargaría de explicarle todo y que trabajé como a usted le gusta, ella está dispuesta a trabajar mucho, a hacer lo que haga falta. Solo necesita el trabajo y experiencia laboral, eso es todo. Pero si eso es un problema para usted no pasa nada si niega.
REYNALDO: ja ja ja Dios mío, eres un hombre tan amable, de buen corazón y tan estupendo que no puedo evitar aceptar ayudarte en eso, confío plenamente en ti.
Él hombre se asustó por las cualidades que su jefe le dijo, pero se regañó por pensar mal de él, él le agradeció y le dijo que la llevaría al día siguiente para que le hiciera la entrevista y se convenciera si contratarla o no.
Mientras tanto Kenia salió a buscar trabajo sin ningún éxito, llegó a su casa cansada, pero estaba dispuesta a no rendirse y salir nuevamente al día siguiente.
A las cinco de la tarde salió él hombre de la empresa, cuando llegó al barrio lo primero que hizo fue buscar a su amigo, cuando lo vio lo primero que le dijo fue que consiguió la entrevista con su jefe, que confiada en el por la recomendación de la joven, pero necesitaba que le dijera que fuera muy respetuosa con su jefe para que consiguiera trabajar en la empresa siendo la secretaria de Reynaldo.
Él hombre fue emocionado a casa de Alicia, allí habló con Kenia y su madre y le dio por consejo todo lo que su amigo le había dicho, Kenia y su madre estaban felices por la noticia, lo demás ya dependía de ella; Kenia era divertida, pero también era una mujer que se daba a respetar.
Las dos mujeres agradecieron al hombre por su ayuda, por su solidaridad con ellas; el hombre aprovechó para decirle a su amiga que se iba a vivir con su hija a otra ciudad porque quería compartir con su nietos y estar cerca de su hija, Alicia le deseo todo lo bueno por ser un hombre de buen corazón y un excelente amigo, el le dijo que iba a estar llamado para saber como les iba, Kenia le dio un gran abrazo y le dijo que disfrutara de los momentos en familia y más de sus nietos.
A la mañana siguiente Kenia llegó a casa del amigo de su madre, el la llevó con su amigo y los presentó, desde allí se fueron juntos a la empresa.
Cuando llegaron el hombre llegó a la oficina de Reynaldo, el siempre llegaba primero que su secretario, a las seis y quince ya estaba en su oficina; allí le habló de Kenia, le preguntó si la atendieron enseguida o esperaba un poco más, pero el le dijo que la hiciera pasar para no dejarla esperando tanto tiempo.
Él hombre salió y le dijo a Kenia que podía pasar, se dio cuenta que podía confiar en ella; Kenia ingresó a la oficina y se presentó ante Reynaldo, el la miró y se puso nervioso pero guardo la compostura, no entendió porque ese cambio pero se dedicó a la entrevista, mientras ella hablaba el no dejaba de mirarla, Kenia era una mujer muy hermosa físicamente, ella también sentía nervio de la mirada de el, pero se mostró segura.
Reynaldo le dijo que fuera con recursos humanos para que se encargaron de todo, el le dio una orden escrita y ella salió; Reynaldo pensó en lo extraño que se sintió con Kenia y pensó en las palabras de su madre y sonrió pensando en cómo sería verla entrar cada día a su oficina con su físico despampanante.
Kenia llegó hasta donde estaba el señor de 60 años y le mostró la orden, el le dijo a donde ir, cuando Kenia se fue a otra oficina el entró a la de Reynaldo, el al ver a su secretario le dijo.
REYNALDO: Ya le di la orden para que se encarguen de su contratacion.
— Ella trabajará duro, se lo aseguro, y usted se puede quedar con ella solo si cumple con su deber y no se entrometa en su camino. La experiencia laboral la ayudará a avanzar, eso es todo lo que necesita. Es una gran chica y está muy decidida a triunfar en la vida.
REYNALDO: Si tu lo crees no tienes por qué preocuparte.
— Gracias por la confianza, le voy a enseñar todo perfectamente.
Reynaldo sonrió en señal de respuesta afirmativa, en ese momento él se da cuenta de que puede que se haya metido en un lío, Kenia era preciosa y habia despertado algo en el, algo que nunca había sentido con ninguna mujer, pero estaba absolutamente fuera de sus límites, no podía creer que había empezado su día con un sube y baja de emociones.
Después de unos minutos Kenia salió feliz porque llevaba la orden de los exámenes para hacerlo enseguida, iba a aprovechar que estaba sin desayunar para agilizar el proceso. Llegó hasta donde estaba el señor secretario y le agradeció por su amabilidad con ella y por ayudarla, el hombre sonrió y le dijo que le daba gusto ayudar a una joven linda, educada y bien portada, Kenia salió emocionada de la empresa a realizarse los exámenes; el hombre la vio feliz y supo que era la indicada en forma de ser para ser la secretaria de Reynaldo, solo faltaba ver si también era buena en el trabajo.
Kenia llegó a su casa y le contó a su madre que ya se había hecho los exámenes, estaba emocionada porque por fin iba a ejercer como secretaria.
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