Aitana, es una joven que acaba de cumplir su mayoría de edad, vive al norte del reino Greyson, en la manda de luna azul, su padre es el Beta de la manada, muy querido por todos al igual que su Alfa y mejor amigo de su padre, durante su niñez Aitana fue comprometida con el futuro Alfa de la manada Damián, con quien forjo un lazo muy tierno durante su infancia, Damián siempre cuidaba de ella, por ser tres años mayor que ella, el lazo entre ambos era tan fuerte que sus madres estaban seguras que ellos serían parejas predestinadas.
Cuando Damián cumplió los 13 años, tenía que ir a la academia Warren, donde los futuros Alfas y Betas son entrenados, fue cuando Aitana se tuvo que despedir de Damián y también de su hermano mayor Alain, quien se convertiría en el futuro Beta de la manada una vez que Damián fuera nombrado Alfa y cuando eso fuera Aitana se convertiría oficialmente en su prometida y la futura luna de la manada luna azul, por supuesto también anhelaba ser la pareja predestinada de Damián.
Así pasaron ocho años en los que Aitana creció y se convirtió en una bella mujer, todos en la manada admiraban su belleza y muchos hombres lobos deseaban que fuera su pareja predestinada, aunque para Aitana solo existía un hombre y ese era Damián quien pronto volvería de su arduo entrenamiento junto a su hermano mayor Alain.
- ¡Aitana! - Grito Sam, la mejor amiga de Aitana, ella era rubia de ojos verdes- ¿A dónde vas? - Dijo llegando a ella, las clases habían terminado y Aitana salió apresurada.
-Voy a casa de Alfa, ayudare a Luna Dafne con los preparativos para la fiesta de bienvenida de Damián y Alain- Dijo emocionada, caminaba hacía la salida del colegio, vestía unos jeans que acentuaban su cuerpo y una blusa holgada blanca, su cabello castaño estaba recogido en una coleta de caballo.
-Oh vaya, será también la fiesta de tu compromiso ¿No? – Dijo emocionada, Aitana sonrió ante aquellas palabras, estaba muy emocionada de que pronto se convertiría en la prometida de Damián. – También puede ser que sea tu pareja predestinada, es decir el mes pasado cumpliste la mayoría de edad y hasta ahora ninguno de los miembros de la manada resultó serlo – Terminó, Aitana continuo su camino sin decir nada, Sam la acompaño hasta que tomaron caminos diferentes.
La manada no era demasiado grande, pero era una de las más poderosas gracias al buen liderazgo del Alfa Elías, quien no solo se había dedicado a que la manada se mantuviera unida, sino que había creado alianzas con diferentes manadas para protegerse de los desertores, aquellos hombres lobos que habían abandonado su manada por haber cometido crímenes que no eran perdonados, uno de ellos el más imperdonable era asesinar a su pareja predestinada. Gracias a las alianzas que formo Alfa Elías la manada era una de las más famosas, tanto por las grandes habilidades de sus hombres lobos como por en los negocios, Alfa Elías y su padre estaban en negocios con los humanos, aunque ellos desconocían sus orígenes, la manada luna azul era abundante incluso en dinero.
-Hola Luna Dafne- Dijo Aitana al llegar a la sala de la mansión del alfa, Luna Dafne era una hermosa mujer a pesar de su edad, de cabello cobrizo y ojos marrones, poseía una gran figura y era muy amable con todos, aunque también poseía un carácter que hacía que todos la respetaran por lo que era, la Luna de la manada.
-Oh, mi querida Aitana, que bueno que llegas, he estado viendo algunos diseños de tu vestido para la fiesta de bienvenida- Dijo luna Dafne, mostrando su Tablet, diferentes modelos de vestidos de ensueños.
-Luna, es demasiado, puedo usar uno de los que ya tengo- Dijo Aitana maravillada de aquellos vestidos, pero no le gustaba abusar de la bondad de su luna.
-Nada de eso, debes verte mucho más hermosa que nunca ese día, mi hijo llegará y sé que serás su pareja predestinada…oh, ustedes serán la pareja perfecta- Dijo Dafne emocionada, desde niña Aitana había crecido con aquella mentalidad de ser la futura luna y pareja predestinada de Damián, aunque ser luna no le importaba mucho, pues ella realmente había crecido enamorada de Damián y deseaba con todo su corazón poder ser su pareja y vivir su vida junto a él.
-Luna por favor, no consienta mucho a Aitana- Llegó Andrea la madre de Aitana, la mujer de cabellos negros y ojos claros, colocó en la mesa de centro una charola con tres tazas de té, le dio una a Luna Dafne y luego a su adorada hija.
-Para nada Andrea, sabes que adoro mucho a Aitana, es la mujer perfecta para mi hijo, el futuro Alfa- Dijo acariciando el rostro de Aitana con tanta ternura.
-Pero no podemos confiarnos, es probable que Damián haya encontrado a su pareja en la academia…- Dijo Andrea, miro como la mirada de su hija se entristeció, había pensado en esa posibilidad y eso sería algo que le dolería demasiado.
-Claro que no, sabemos que la academia es muy estricta y no permite la comunicación o visitas frecuentes con los estudiantes, pero las pocas veces que Elías fue a visitarlo, Damián no dijo nada sobre una pareja y en las cartas que envió tampoco me comentó nada y siempre menciono a Aitana en ellas, así que no debes preocuparte querida- Dijo Dafne segura de sus palabras, Aitana asintió ante aquellas palabras, pero Andrea seguía preocupada por su hija, incluso sentía que fue un error comprometerla con Damián desde niños y dejarla que creciera con la idea de que ella sería la pareja predestinada del futuro Alfa.
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Aitana despertó muy temprano aquella mañana, estaba tan feliz porque finalmente había llegado el día en que Damián regresaba, se puso un vestido azul celeste era el color favorito de Damián, su cabello castaño lo dejo suelto y definió bien sus ondas, su maquillaje no fue muy cargado, sus labios tenía un tono nude, sus mejillas estaban rojas pero era más natural que por el maquillaje, bajo las escaleras y se dirigió a la cocina, su madre ahí estaba preparando el desayuno, pero para su sorpresa estaba un joven de cabellos castaños, corto y alborotado, sus ojos color miel, alto y con un cuerpo muy bien definido por el ejercicio.
- ¿Aitana? - Dijo el joven con su masculina voz al verla, ella asintió y miro a su madre quien no dejaba de sonreír.
- ¿Alain? – Dijo Nerviosa, el chico asintió se puso de pie y se acercó a ella, la abrazo con fuerza y Aitana respondió.
- ¡Por la luna! ¿Cuándo llegaste? – Pregunto emocionada mientras terminaba el abrazo con su hermano.
- Hace unos minutos, mírate estás hermosa, hermana. – Dijo emocionado mirándola de pies a cabeza- Ya no eres una niña llorona- Río divertido
-Calla tonto- Dijo Aitana dándole un leve golpe- Y… ¿Damián también llegó? - Pregunto emocionada, Alain asintió ante sus palabras, aunque parecía un poco nervioso.
-Él se fue directo a la mansión del alfa- Dijo con una sonrisa, notó como los ojos de su hermana brillaban y sabía por qué, su madre le había explicado brevemente lo que sucedía.
-Bien, entonces, debería ir a saludar…- Dijo emocionada.
-No creo que se oportuno ahora, es decir, fue un largo viaje y Damián está cansado…deberías esperar hasta la tarde ¿Qué dices? – Sugirió su hermano.
-Cierto, hija, además el desayuno está listo y tu papá llegará pronto, hace mucho que no desayunamos en familia- Dijo Andrea apoyando a su hijo, Aitana asintió y antes de decir algo más llegó aquel hombre apuesto, su padre el beta de la mana luna azul.
-Alain, tan pronto recibí el mensaje de tu madre, deje lo que estaba haciendo, bienvenido a casa hijo- Dijo emocionado aquel apuesto hombre de cabellos claros y ojos miel.
-Gracias padre- Dijo Alain dándole un gran abrazo a su padre, a pesar de su puesto y su apariencia ruda, Marcus era un hombre que amaba y protegía a su familia.
La familia se sentó a desayunar, Alain habló sobre su vida en la academia y lo difícil que fueron los entrenamientos, pero aun así estaba feliz de haber asistido ya que se había vuelto muy fuerte y digno de ser el próximo Beta, Aitana escuchaba atenta a su hermano, pero se moría por ir a la mansión del alfa y reencontrarse con Damián, quería ver que tan guapo se había puesto, quería abrazarlo y decirle cuanto lo extraño y sobre todo quería descubrir si eran pareja predestinada.
-Por cierto, llegó una invitación del rey alfa- Dijo Marcus, haciendo que todos centraran su mirada en él- Nos invitan a un baile en honor a su cumpleaños- Dijo Marcus.
-He escuchado cosas desagradables de él- Hablo Aitana. - ¿Irán? – Pregunto, Marcus asintió.
- Iremos, las familias de los Alfas y Betas, estamos invitados, así que preparen todo, nos iremos este fin de semana- Hablo Marcus, dejando a todos sorprendidos.
- ¿Tendrá algo en mente? El rey es muy poco de dejarse ver ante los demás, es algo misterioso- Hablo Alain como todo un adulto.
- Se dice que está buscando pareja, ha pasado muchos años desde que tomo el trono y está llegando a la edad en la que debe encontrar una pareja o su lobo se apoderara de él, además sabemos sus orígenes, proviene de los licántropos, su especie es diferente a la de nosotros y también escasa- Hablo Marcus, Alain asintió y miro a su hermana.
- Podrías ser la pareja predestinada del rey, hermanita- Dijo en tono de burla. Aitana lo miro molesta, pues ella no quería a otro más que a Damián.
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Después del desayuno, Aitana espero a su hermano para que juntos fueran a la mansión del alfa, se moría por ver a Damián después de ocho años, aunque Luna Dafne le había mostrado fotografías de él, quería verlo en persona, ver cómo había cambiado en estos años y quería que él la viera, había soñado con ese momento durante ocho años, reencontrarse y que sus lobos sintieran aquella sensación de parejas destinadas.
-Aitana, debes saber algo- La detuvo Alain frente a las puertas de la mansión, Aitana lo miro y espero que hablara- Mi madre me dijo lo que sientes por Damián, pero debes entender que la diosa luna, es quien elige a las parejas destinadas- Comenzó a hablar no sabía cómo decirle aquello a su hermana, sabía que dañaría su corazón.
- ¿Qué quieres decir con eso? ¿Encontraste a tu pareja? – Le pregunto emocionada, Alain negó.
-No yo no- Dijo con nostalgia, notó como la gran sonrisa de su hermana se desvanecía en su rostro- Lo siento, hermanita- Susurro, aquella conversación es interrumpida, la puerta es abierta desde adentro por una de las empleadas.
-Sean bienvenidos- Dijo la mujer mayor, Aitana bajo su mirada tratando de entender las palabras de su hermano.
- ¿Damián? – susurro, antes de que Alain respondiera escucharon que alguien le hablaba.
- ¡Alain! Me alegro que hayas llegado- Dijo un joven de la edad de Alain, cabello rubio y corto peinado hacia atrás, tenía un cuerpo tan bien definido como él de Alain y sus ojos verdes mostraban un gran brillo – Oh, tú debes ser Aitana ¿Cierto? - Pregunto el joven llegando a ellos, Aitana lo miró a los ojos, lo había visto por fotografías, pero en persona era incluso mucho más guapo.
-Hola, futuro alfa Damián- Susurro Aitana nerviosa, trato de sonreír, pero le fue imposible, su corazón comenzaba a doler y sentía que la tristeza la invadía.
- ¿Cómo? No digas eso pequeña, sigo siendo el mismo Damián de siempre- Dijo emocionado mirando de pies a cabeza a la joven- Te has vuelto muy hermosa, dame un abrazo- Dijo sin saber lo que estaba pasando en esos momentos con Aitana, él la abrazo con emoción, Aitana miro de reojo a su hermano quien la miraba preocupado. – Te extrañe mucho pequeña- Termino el abrazo y acarició su cabeza como lo hacía cuando eran niños.
-Si yo igual- Susurro Aitana, acomodo su cabello y suspiro su loba no había reaccionado al verlo, eso era obvio, Damián no era su pareja predestinada.
- Pero pasen, Aitana quiero que conozcas a alguien, la verdad estoy muy ansioso por que sean muy buenas amigas, le he hablado mucho de ti- Dijo mientras llevaba de la mano a la chica, Alain los seguía de cerca, preocupado por su hermana.
Damián los llevó hasta la sala donde estaba Luna Dafne en compañía de una bella pelirroja de ojos verde jade.
-Oh, mi querida Aitana- Dijo Luna Dafne poniéndose de pie, miro preocupada a Aitana pues sabia más que nadie lo que le dolería a la joven aquella noticia.
-Luna- Dijo con una leve sonrisa, aunque era forzosa.
-Ven, cariño- Dijo Damián acercándose a la pelirroja, tomo su mano y la acerco a Aitana, aquella mujer era un poco más alta que Aitana, incluso su cuerpo estaba mucho más desarrollado que el de ella. – Quiero presentarte a mi pareja destinada y la futura Luna de la manada luna azul, Melissa hija del alfa de la manda luna negra- la presento con orgullo- Melissa, ella es Aitana Hunter hija de beta Marcus y hermana menor de Alain- Dijo con una gran sonrisa.
-Mucho gusto Aitana, Damián y Alain me han hablado mucho de ti, esperaba mucho este día, realmente quería conocerte y espero podamos ser muy buenas amigas- Dijo emocionada, dándole un abrazo a Aitana quien no sabía que hacer o cómo reaccionar, sus emociones estaban revueltas en esos momentos.
-Es un placer, futura luna- susurro Aitana tratando de controlar todo lo que sentía.
-Por favor dime Melissa, me han hablado tanto de ti, que siento que ya somos como hermanas- Dijo con ternura Melissa, ella era amable y tierna, desconocía los sentimientos de Aitana hacia Damián, eso lo entendía incluso Aitana.
-Sería tu cuñada, Aitana es la hermana menor que nunca tuve- Dijo Damián, eso dolió en Aitana, mientras ella veía a Damián con amor de mujer a hombre, él la veía como una hermana menor.
-Bueno, creo que deberías ir a descansar Melissa, debes estar cansada por el viaje- Dijo Luna Dafne con amabilidad.
- Cierto, nuestra recamará esta lista- Hablo Damián, Aitana lo miro con tristeza incluso ya compartían habitación, Alain puso su mano sobre el hombro de su hermana, notaba aquella tristeza en el rostro de su hermana.
-Bien, Aitana, espero verte durante la fiesta de esta noche…- Dijo Melissa, Aitana solo asintió no podía decir ni una sola palabra.
-Regreso en un momento- Dijo Damián, acompaño a Melissa a la recamará, Aitana observo como aquella pareja se marchaba muy cariñosa, Damián abrazo por la cintura a Melissa y ella acarició su mejilla con tanto cariño.
-Oh, lo siento mucho mi querida Aitana- Dijo Dafne una vez que su hijo y Melissa se marcharon.
-No se preocupe Luna, es así como la diosa luna quiso, no podemos negarnos a sus decisiones- sonrió, sus ojos estaban llenos de lágrimas y trataba de que ni una sola escapara.
-Quería decírtelo enserio, pero Damián quiso guardarlo como una sorpresa, estuve de acuerdo hasta que mamá me dijo lo que sentías por él- Hablo Alain, Aitana lo miro y trato de sonreír.
-No es tu culpa- Dijo- Saben, necesito despejarme un poco, Luna si me disculpa debo irme- Dijo tratando de actuar normal, Alain la miro preocupado- Estaré bien, no te preocupes. - Se acercó y le dio un beso en la mejilla y después se marchó.
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Nota Autor: Espero disfruten este primer capitulo, es la primera vez que escribo algo sobre lobos, así que espero sea del total agrado de ustedes, espero sus comentarios y sus me gustas, estoy muy ansiosa por compartir con todos ustedes esta nueva novela.
Aitana se adentró al bosque comenzó a quitarse la ropa y dejo liberar a su loba, muy pocas veces dejaba que ella saliera a la luz del día, ya que su loba era blanca y de ojos purpura, muy pocos comunes por lo que no quería ser la burla de la manada o la trataran de rara, pero en esos momentos nada le importo, quería correr y ser libre, olvidarse de todo lo que estaba pasando, de aquel dolor que la envolvía en todo su ser, durante casi toda su vida estuvo enamorada de Damián y esperaba que fuera su pareja, pero no fue así y él ya tenía una pareja destinada y era muy hermosa, también era amable, no culpaba a nadie de lo que sucedía, ella se había creado un cuento de hadas en su cabeza, que solo fue eso un tonto cuento.
Llegó hasta la laguna donde decidió descansar y tomar un poco de agua, miro su reflejo en la cristalina agua, el pelaje de su loba era poco común solo sus padres la habían visto en aquel estado, incluso ellos estuvieron de acuerdo con que no se transformara enfrente de los demás y siendo su padre él Beta no se opusieron a su decisión, en los entrenamientos cuando se necesitaba de la transformación, ella no participaba aunque eso no significaba que no entrenara, pues lo hacía especialmente con su padre o su madre quien antes de convertirse en una ama de casa, en su juventud fue una poderosa guerrera de la manada.
Se recostó junto al lago sintiendo la fresca brisa, se quedó dormida sin saber cuánto tiempo, cuando despertó notó que ya estaba oscureciendo, miro a los lados, estar en el bosque a esa hora era peligroso, incluso el Alfa lo había prohibido, pues los desertores podrían atacar, apresurada salió corriendo rumbo a casa sin percatarse que había sido observada en aquella oscuridad.
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-Aitana, estaba preocupada ya es muy tarde – Cuestiono Andrea al verla entrar por la puerta de atrás, Aitana no dijo nada tomo un bata que había colgada detrás de la puerta y se la puso.
-Lo siento, fui a despejarme un rato al bosque y me quedé dormida- Dijo con la mirada baja.
- ¿En el bosque hasta estas horas? ¿Estabas transformada? ¿Te vio alguien? - Pregunto asustada Andrea\, su hija había llegado desnuda y ahora solo la cubría aquella bata.
-Tranquila, mamá, nadie me vio- Sonrió y miro de pies a cabeza a su madre quien vestía un elegante vestido verde.
-Sube y arréglate, debemos ir a la fiesta- Dijo acariciando el rostro de su hija.
-No quiero ir- Susurro- Por favor…- Dijo en súplica, pero Andrea negó.
-Tienes que ir, lo siento cariño, se cómo te sientes, pero está fiesta es importante, presentaran a los futuros Alfa y Luna de la manada- Dijo para sorpresa de Aitana, aunque sabía que eso pasaría no pensaba que lo hicieran esa misma noche.
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En la fiesta todos ya estaban presentes, la manada conocía a su futura Luna quien además de hermosa, era muy amable con todos, no tardo en recibir elogios por todos, Melissa estaba feliz de ser aceptada por aquella manada, la cual era muy diferente a la manada donde pertenecía.
-Mira es Alain y Aitana- Dijo Melissa emocionada al ver llegar a la familia del Beta, Damián miro hacia a ellos y sonrió, Aitana se veía muy hermosa con aquel vestido azul celeste, de escote corazón y mangas caídas, la falda era suelta de la cintura hacia abajo y tenía un corte sobre la pierna izquierda que llegaba hasta el inicio de su muslo, su cabello ondulado estaba sujetado a una media coleta, dejando dos largo mechones al frente, su maquillaje era de lo más natural, sus labios de un rosa que los definían perfectamente, llevaba dos pendientes pequeños y un collar apenas visible con el dije de una piedra ovalada pequeña. – Se ve hermosa y tierna- Dijo Melissa, ella vestía un vestido dorado corte sirena que definían muy bien sus curvas, su maquillaje no era muy cargado y sus labios resaltaban con un labial rojo, su cabello rojizo estaba suelto y muy lacio que llegaba debajo de su cintura, adornado con una diadema delgada que combinaba con su vestido.
-Sí, mucho- Dijo Damián, sin poder dejar de ver a aquella chica quien realmente se veía tan hermosa.
La fiesta siguió su ritmo normal, Damián caminaba con Melissa por todo el salón presentándola como la futura Luna y ella era bien recibida por todos los de la manada.
-Amiga, lo siento- Se acercó Sam a Aitana- Debes estar muy triste por esto- Susurro.
-No pasa nada…- Dijo Aitana tratando de no darle importancia a los hechos, pero era difícil no sentirse triste e incluso sentir envidia de Melissa en esos momentos. - ¿Qué tienes? – Pregunto al ver a su amiga aspirar fuertemente.
-Quema…- Susurro con pesadez, se abanicó con sus brazos y miro a los lados
- ¿Sam? - Dijo nerviosa tratando de entender que sucedía con su amiga.
-Pareja- Dijo Sam fijando su mirada al frente, Aitana la miro asombrada de aquellas palabras, se guio con la mirada de su amiga para ver quién era su pareja, su sorpresa fue más grande, su hermano se acercaba a ellas con pasos firmes, sus ojos cambiaban de color de un momento a otro.
-Pareja- Dijo su hermano al estar frente a Sam, Aitana los miro sin creer, su hermano y su mejor amiga eran pareja predestinada, notó que Sam sonreía y sus mejillas se ponían rojas, su hermano no dejaba de mirarla con un brillo inexplicable en sus ojos los cuales seguían cambiando de color miel a negros, sabía que incluso su lobo estaba emocionado en esos momentos.
Aitana no quiso interrumpir aquel momento, comenzó a alejarse para dejarlos solos y que se conocieran, se sentía feliz al saber que su hermano había encontrado su pareja y quien mejor que su mejor amiga.
- ¿Aitana? - Escuchó que la hablaron su sonrisa comenzó a desaparecer al ver de quien se trataba.
-Damián- Dijo tratando de mantener su sonrisa, pero estar cerca de él le dolía.
-Te ver muy hermosa, el azul luce maravilloso en ti, es mi color favorito- Dijo Damián y claro Aitana lo sabía, por eso había escogido aquel color.
-Gracias, tú también te ves fenomenal- Dijo lo más normal posible. - Tu y Melissa hacen una gran pareja- Continuo, aunque eso fue doloroso para ella.
-Lo sé, es algo que no se puede explicar, pero cuando encuentras a tu pareja, todo gira alrededor de ella, es inexplicable, pero lo sabrás cuando encuentres a tu pareja- Dijo con una gran sonrisa, Aitana solo asintió, ella pensó que Damián sería su pareja durante mucho tiempo que ahora no pensaba en encontrar una.
-Aquí estás- Dijo Melissa llegando- Hola, Aitana- Dijo amable Melissa- Te ves hermosa- Continuo y le dio un fuerte abrazo.
-Tú te ves mucho más hermosa- Respondió Aitana a aquel abrazo.
-Cierto, acabo de ver a Alain con una chica, no dejaba de sonreír, en serio parecía muy feliz estando con ella- Dijo mirando a Damián.
-Sí, bueno, mi hermano encontró a su pareja, es Sam mi mejor amiga- Dijo Aitana, Damián se alegró de aquellas palabras.
-Solo faltas tu pequeña- Dijo acariciando su cabeza- Espero que tu pareja sea digna de ti- Continuo.
-Claro que lo será, se merece un amor como el de nosotros- Dijo Melissa acariciando el rostro de Damián, él la miro con mucho amor y sin pensarlo beso sus labios enfrente de Aitana, eso le dolió demasiado, desvió su mirada a cualquier otro lado y forzó a que sus lágrimas no se escaparan.
El Alfa Elías y su Luna Dafne dieron unas palabras para darle la bienvenida su hijo Damián y su pareja, estaban muy felices de que su hijo haya encontrado a su pareja predestinada y confiaban en ellos el futuro de la manda luna azul, Damián y Melissa pasaron al frente, Damián saco una cajita negra de terciopelo y se arrodillo frente a Melissa todos miraron con sorpresa aquella declaración de su futuro Alfa.
Aitana observo entre el público no pudo evitarlo más y sus lágrimas comenzaron a salir, Alain a pesar de su felicidad, no pudo evitar sentir tristeza por su hermana se acercó a ella y la abrazo, junto a ella estaba también Sam consolando a su gran amiga.
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El fin de semana llegó, a pesar del dolor de Aitana, no pudo evadir la invitación a la fiesta del rey, bajo con una pequeña maleta, pues solo estarían el fin de semana en el palacio al cual solo estaban a unas horas en coche.
- ¿Puedo quedarme? - Pregunto Aitana mirando a su padre quien tomaba la decisión final sobre la familia.
-Lo siento cariño, pero no es prudente, últimamente ha habido ataques a las manadas y normalmente se van contra la familia del Alfa o Beta, no estaría tranquilo dejarte aquí sola- Dijo Marcus, también sabía lo que su hija pasaba por esos momentos, incluso él estuvo en contra de aquel supuesto matrimonio arreglado entre Damián y ella, temía que esto sucediera y su hija estuviera así.
-Vamos, hermanita, Sam también irá- Dijo Alain tratando de animarla.
-Sí, pero no se despegan desde que se convirtieron en parejas, me quitas a mi mejor amiga- Soltó Aitana molesta, Alain rio y le dio un beso en la frente.
El viaje al palacio fue muy tranquilo, Aitana se puso sus auriculares y escucho música durante todo el camino, Sam y Alain trataban de animarla y que observara el paisaje, pero aquella chica no tenía ánimos para eso.
Al llegar al palacio fueron recibidos por los empleados de ahí, todos miraron asombrados aquel enorme palacio, era la primera vez que ellos lo visitaban, bueno a excepción del Alfa Elías y Beta Marcus, quienes acudían ahí cuando el rey reunía a los Alfas y Betas a su servicio.
- ¿Crees que veamos al rey? - Pregunto Sam en susurro.
-En la fiesta- Dijo Aitana sin mucha importancia, mirando de reojo a Damián y Melissa quienes caminaban de la mano muy felices.
- Sabes\, a lo mejor encuentres a tu pareja durante la fiesta- Dijo Sam tratando de que Aitana se entretuviera. –Imagina si es un alfa de otra manada\, oh rayos\, tendrías que irte con él…- Dijo emocionada\, Aitana la miro de manera negativa\, no quería eso\, no quería separarse de su familia. – Por favor amiga\, tienes que olvidarte de él\, tienes una vida por delante- Susurro.
-Lo sé, pero en estos momentos no quiero encontrar a mi pareja- Susurro con pesadez, no se sentía lista para encontrar a su pareja, no sabía que sucedería pues sus sentimientos hacia Damián seguían intactos, eran sentimientos que había alimentado durante muchos años que sentía que encontrar una pareja sería complicado pues estaría unida a él por un lazo del destino.
Durante el resto del día se hizo una breve reunión con los alfas y betas del reino y por supuesto sus familias, la belleza de Aitana resaltaba entre los hijos de alfas y betas, deseaban tenerla como pareja, pero el famoso vinculo no se hacía presente.
-Podríamos divertirnos con ella- Dijo uno de los jóvenes embelesados de la belleza de Aitana.
-No sabes lo que dices, es la hija del Beta Marcus, de la manada Luna, sabes que esa manada es de temer por su Alfa e incluso su Beta, además de que es hermana de Alain, recuerda que en la academia siempre fue de los más destacados en los combates- Dijo otro de ellos un poco asustado mientras miraba hacia donde estaba Alain en compañía de su pareja.
-Vamos, él está entretenido con su hembra, ni siquiera se dará cuenta de que su hermana desapareció un rato- Dijo el otro chico de cabellos rojizos.
-No lo hagas Morgan, te meterás en problemas- Dijo su amigo.
-Y así será- Dijo Melissa acercándose- Ni se te ocurra hacer algo en contra de ella ¿Quedo claro? - Dijo amenazante Melissa, una Melissa diferente a lo que había sido antes.
- ¿Qué\, ahora eres buena\, hermana? - Dijo Morgan\, Melissa suspiro y miro a aquel pelirrojo.
-Escucha, Morgan, ahora pertenezco a la manada Luna azul y seré la futura Luna, Damián quiere mucho a esa niña, por lo que no permitiré que le hagas daño- Hablo Melissa con firmeza.
-Idiota, te uniste a una manada muy blanda, debiste rechazar a ese tarado de Damián- Soltó molesto Morgan.
- ¿Pasa algo? - Damián llegó y miro a Morgan\, sabía que Melissa no tenía buena amistad con su hermano y él tampoco la tenía\, pues habían tenido algunos conflictos en la academia.
- Ninguno\, solo le decía a mi hermana que aún puede rechazarte\, ella merece algo mejor que tu- Dijo Morgan con molestia\, Damián apretó sus puños quería golpear en esos momentos a Morgan.
-Damián, no lo hagas, no vale la pena- Dijo Melissa tomando la mano de Damián- Y ya quedaste advertido, cuidado con lo que haces, recuerda que no estás en tu manada- Miro amenazante a su hermano, después de alejo con Damián.
-Ella tiene razón, si haces algo mal, el rey te castigara, dicen que, a pesar de su ferocidad y rudeza, es muy justo con las leyes…mejor no ocasiones problemas aquí- Dijo el chico, Morgan lo miro molesto y se alejó sin dejar de observar a Aitana.
Aitana subió a su recamará, se sentía algo incomoda, su cuerpo estaba teniendo extrañas reacciones, pensó que tal vez se estaba enfermando por todo lo que había pasado, sentía su cuerpo pesado y caliente, se recostó en la cama, comenzó a dar vueltas por toda la cama, el calor era insoportable e incluso sentía que la ropa era incomoda, se la quitó quedando solo en ropa interior, bajo la temperatura del aire acondicionado al máximo, siguió sintiéndose así hasta que se quedó totalmente dormida.
-Aitana, despierta- Escuchó que la llamaban, abrió sus ojos y se encontró con su amiga- Carajo, hace demasiado frío- Dijo Sam, apagando el aire acondicionado- ¿Te sientes bien? - Pregunto, Aitana asintió mientras se sentaba en la cama, el calor en su cuerpo había disminuido hasta ser tolerable.
- ¿Qué hora es? - Pregunto mirando hacia la ventana\, ya había oscurecido.
-Es hora de arreglarnos, la fiesta comenzará pronto…Por cierto me entere que está fiesta no es solo para celebrar el cumpleaños de rey, sino también para que él elija una pareja, ya se predestinada o por elección, ha pasado muchos años desde que ocupo el trono y desde entonces no hay reina luna, eso ya está preocupando pues dicen que el rey está perdiendo el control de su lobo y se está volviendo salvaje. - Dijo Sam mientras sacaba los vestidos que usarían esa noche.
- ¿Salvaje? - Susurro Aitana\, había escuchado de ello\, aquellos que no encontraban a sus parejas en cierto tiempo se convertirían en salvajes o incluso podían morir – Pero según se él no tiene más de treinta años\, es decir aún tiene tiempo para encontrar a su pareja- Dijo la chica mientras se levantaba y tomaba su vestido.
- Recuerda que el rey es de ascendencia licántropo\, es diferente a nosotros los lobos\, que tenemos una vida normal\, a diferencia de ellos que pueden vivir cientos de años sin siquiera envejecer\, por lo que encontrar a su pareja predestinada es esencial para ellos una vez que cumplen la mayoría de edad\, si eso no sucede\, ellos deben elegir una y hacer un pacto de sangre para que su lado salvaje sea controlado- Explico Sam\, mientras comenzaba a quitarse la ropa.
-Oh es así…pobre del rey entonces- Dijo Aitana mientras tomaba una toalla- Me daré un baño, aún tengo mucho calor- Se metió al baño dejando a Sam algo sorprendida pues ella incluso sentía frio y no solo por el hecho de que hace unos minutos el aire acondicionado estaba con la temperatura muy baja, sino que también la noche era muy fría.
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- ¿Te sientes bien? - Pregunto un hombre de cabellos castaños y ojos avellana\, vestía un traje negro elegante.
-No sé, mi lobo ha estado muy molesto todo el día, más de lo normal- Dijo un hombre alto y cuerpo muy bien definido, sus ojos eran azules y su cabello desordenado era negro, estaba poniéndose una camisa blanca que quedaba ajustada marcando sus brazos bien definidos.
- Debes mantener la calma\, habrá muchos invitados y esperemos que encuentres a tu pareja predestinada o elijas a una\, todo está listo incluso para el pacto de sangre- Explico el castaño.
-Bien, espero que no tengamos que llegar eso- Susurro mientras terminaba de abotonarse la camisa, se acercó al espejo y se miró, hacía muchos años que buscaba a su pareja predestinada, aún tenía la esperanza de encontrarla y no recurrir al pacto de sangre con una pareja de elección, aunque tampoco quería que su lobo se apoderara de él y destruyera todo lo que sus antecedentes habían creado, un reino poderoso con grandes manadas que lo respaldaban. – Por favor, diosa luna…- Susurro, su fiel amigo y beta suspiro al escuchar aquella suplica de su rey.
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La fiesta dio inicio, las familias de diferentes manadas disfrutaban aquel gran banquete que ofrecía el rey, todos bailaban y platicaban, incluso algunos habían encontrado a sus parejas predestinadas en aquel lugar, Aitana observaba todo, aquel vestido rosa oro en corte sirena acentuaba muy bien sus curvas, de escote recto y sin mangas su cabello suelto y bien definidos sus ondulados, las miradas estaban en ellas no solo por su belleza, pues aquellos que no tenían pareja sentían un olor que ella desprendía y que podía convertirse en una droga adictiva para ellos.
-Mierda- Dijo Damián cubriendo su nariz, miro a los lados en búsqueda de la persona que desprendía aquel aroma, él estaba siendo afectado pues no había marcado a su pareja y ella tampoco a él.
- ¿Qué sucede? - Pregunto Melissa preocupada\, miro a los lados y notó que incluso su hermano estaba en el mismo estado que Damián\, aunque el parecía disfrutarlo.
La música se detuvo, todo quedo en silencio, aquellos que eran afectados por aquel aroma trataban de mantenerse controlados, el rey hizo presencia acompañado de su fiel Beta, todos le hicieron una reverencia, estaba en presencia del rey licántropo más poderoso que habían conocido.
Aitana observo a aquel hombre de ojos azules, su respiración comenzó a acelerarse, el calor en su cuerpo se hizo más intenso, sentía que se quemaba, incluso su lengua estaba demasiado caliente, comenzó abanicarse con sus manos, pero fue inútil, su mirada comenzó a nublarse, coloco ambas manos en su cuello sentía que la respiración le faltaba, su garganta quemaba, no entendía que es lo que sucedía con ella, todo su cuerpo hervía, sobretodo su zona íntima.
- ¿Qué es ese olor? - Susurro Alfa Elías\, incluso él teniendo pareja\, comenzaba a sentirse atraído por aquel aroma.
- ¿Aitana? – Hablo Marcus mirando a su hija\, de ella provenía aquel dulce aroma- Alfa – Dijo mirando a Elías quien cubría su nariz.
- Tenemos que sacarla de aquí\, está entrando en celo – Dijo el Alfa miro a los lados todos estaban siendo afectados por el aroma que soltaba Aitana\, incluso él estaba siendo afectado\, pero el apreció que tenía a Aitana no le permitiría dañarla y tampoco dejaría que nadie la dañara- Dafne\, aleja a Damián – Dijo el Alfa al ver a su hijo quien parecía que estaba perdiendo el control y su lobo lo tomaba.
Aitana comenzó alejarse, aunque se tambaleaba de un lado a otro, sentía que sus piernas dejaban de responder, pidió ayuda a su loba, pero al parecer estaba igual que ella o incluso peor, miro a los lados su vista apenas lograba ver como todos comenzaban a acercarse a ella de manera lujuriosa, tuvo miedo, cayó al suelo sentada y comenzó a arrastrarse hacia atrás, hasta topar contra uno de los pilares del gran salón, se abrazó a sí misma y miro asustada, busco con la mirada a su padre, quien trataba de pasar sobre aquellos hombres para llegar a ella, incluso pudo ver a Alfa Elías golpear unos hombres, y a su hermano alejando a otros, busco a Damián el parecía estar afectado de la misma manera que aquellos hombres, luna Dafne y Melissa trataban de mantenerlo bajo control.
-Qué carajo…-Susurro Aitana, aquel calor era insoportable, los deseos de ser tocada por un hombre comenzaban a invadir su mente, el calor en su intimidad era tan intenso que no podía evitar rosar sus piernas para tratar de calmarse, miro que un pelirrojo ya estaba a escasos centímetros de ella, el miedo la invadió a pesar de sus deseos sexuales, aquel hombre le causo asco, no quería que él la tocara.
-Que delicia eres…- Escuchó decir a aquel hombre quien se relamió los labios.
Aitana cerró sus ojos con fuerza y se aferró a ella misma, escucho a su padre, a su hermano, a Alfa Elías e incluso a Damián gritar su nombre, pero sus voces se escuchaban tan lejanas de ella.
-No quiero…-Susurro ella, sus lágrimas comenzaron a mojar sus mejillas, de pronto todo se quedó en silencio.
Todos los presentes sintieron una fuerte presión sobre ellos, sus cuerpos se debilitaron, miraron hacia la persona que ejercía esa presión en ellos, comenzaron a abrir camino por donde el pasaba y bajaban sus miradas atemorizados, el hombre de cabellos negros y ojos azules llegó hasta donde estaba aquella mujer que no dejaba de soltar aquel dulce aroma, miro al pelirrojo que estaba a punto de tocarla, quería castigarlo, acabar con su vida, pero no valía la pena en esos momentos gastar su tiempo en él, ejerció más su poder de autoridad en él, el pelirrojo no pudo hacer más que apartarse y liberar el camino hacia aquella castaña, se arrodillo frente a ella y acaricio su rostro, limpio aquellas lágrimas que habían mojado sus mejillas, sintió como ella temblaba, abrió sus ojos lentamente y esos grises oscuros ojos se cruzaron con aquellos azules profundos como el mar.
-Pareja- Escuchó decir a su loba.
-Te encontré- Dijo el rey con una sonrisa, admirando la belleza de su pareja.
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