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Me Recordarás

Capitulo 1

Ana Galvis (PROTAGONISTA)

Felipe Bohórquez <> (PROTAGONISTA)

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- Salomón, hijo, vamos, se nos hace tarde, tu papá nos está esperando en el auto -- dije.

  - ya voy mamá -- dijo mi hijo mientras corría escaleras abajo-- estaba buscando mi iron Man, casi no lo encuentro-- dijo guardando su juguete en la mochila, recién había cumplido sus nueve años y ese fué el regalo que le dió su hermana y a él le encantó.

  - Está bien, ya que lo encontraste vamos-- dije.

  - ¿Y mi hermana no irá con nosotros?-- preguntó.

  - no mi niño, tu hermana tiene planes con su novio, asi que para otra ocasión nos acompañará -- dije y mi niño sonrió.

Salimos de la casa y subimos al auto.

  - se estaban tardando, ya saben que no me gusta viajar de noche y ya casi oscurece-- dijo Felipe, mi esposo.

  - perdón papá, fue mi culpa, estaba buscando mi juguete-- se excusó Salomón.

  - está bien campeón, ahora ponte el cinturón-- nuestro hijo asintió y se acomodo en su asiento ajustando su cinturón.

Mi esposo puso en marcha el auto y cogimos la carretera, habíamos decidido a último momento hacer un viaje familiar, mi esposo es un hombre muy trabajador y llevábamos años sin salir de paseo, ayer llegó con la noticia y solo tuvimos un día para preparar todo, nosotros vivimos en Bogotá - Colombia, una ciudad muy caótica en el tema de movilidad, así que queríamos algo de tranquilidad, finalmente decidimos hacer un viaje a San Andrés, que está ubicado al oeste del mar caribe en el océano Atlántico, después haríamos una ruta por el eje cafetero, planeamos visitar varios lugares de nuestro maravilloso país.

Llevábamos 6 horas en carretera y próximamente serían las 11 de la noche, mi esposo siempre ha sido muy estricto con sus horas de sueño, así que nos hospedamos en un hotel de carretera, al siguiente día después de un buen desayuno continuamos el recorrido, con un par de paradas en el camino para ir al baño, estirar las piernas y comer algo, llegamos a Cartagena al rededor de las 8 de la noche, el vuelo saldría a la mañana siguiente para llevarnos a la isla de San Andrés.

Salimos a dar un paseo por la ciudad amurallada, su hermosa vista y su viento fuerte, llenó de frescura nuestros pulmones, mi cabello estaba flotando en el aire, mientras Felipe corría detrás de Salomón jugando con su Iron Man, Samara me llamó a avisarme que habían llegado bien a la finca de la familia de su novio que estaba ubicada en Villavicencio, después fuimos a buscar algo de comer y finalmente regresamos al hotel a descansar.

En un abrir y cerrar de ojos ya era de día, nos levantamos y organizamos todo, nos percatamos de no dejar nada, luego fuimos a buscar un parqueadero donde dejar el auto estos 4 días que estaríamos en la isla, finalmente fuimos al aeropuerto a esperar la hora del vuelo.

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Por fin llegamos a San Andrés, salimos y tomamos un taxi que nos llevó al hotel donde habíamos hecho la reservación, el lugar era hermoso y el clima estaba perfecto.

 Cómo llegamos antes de medio día pudimos salir a caminar y conocer algunas playas cercanas.

  - Ana, mi amor, ven, mira esto-- me gritó Felipe muy emocionado.

Yo fui a su llamado, observé hacia donde me señalaba.

  - Salomón quiere que nos subamos en una de esas y hay una isla cerca que podemos visitar-- me dijo señalando la lancha.

  - amor, tu sabes que a mí no me gustan esos aparatos -- dije.

  - lo sé, pero vinimos a pasear, hagamos el intento de dejar nuestros miedos a un lado y vamos a disfrutar -- me pidió Felipe.

Accedí, luego bajamos tomados de la mano, nos acercamos al lugareño que era el encargado de ofrecer el servicio, pagamos y nos subimos, en pocos minutos más personas llegaron y se puso en marcha.

La lancha se movia de lado a lado y mis nervios incrementaron, realmente no se que detonó este miedo a subirme en estos aparatos, sentía que mi respiración fallaba.

Ya llevábamos un buen tramo recorrido, yo iba inmersa en mis pensamientos que no me percate la velocidad que había tomado el aparato, cuando reaccione noté que mi esposo estaba abrazando a Salomón y mi niño agarraba con fuerza mi mano, lo que sucedió a continuación aún lo recuerdo vagamente, todo sucedió muy rápido, se escuchó un fuerte estruendo y todos salimos disparados por los aires, sentí un fuerte golpe con una de las varillas de la lancha, mi mente fue consumida por la oscuridad.

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Hoy me encuentro aquí en el hospital, con mi pierna y mi brazo enyesado, mi cuello inmovilizado por un collarín cervical y mi cuerpo lleno de moretones, un fuerte dolor y confundida, en ese momento la puerta de la habitación se abrió y entro mi hija llorando.

  - mamá, mamá, que bueno que despertaste-- me dijo.

  - perdón por preocuparlos, no se que pasó -- le dije.

  - mamá, estaba muy asustada, pensé que me quedaría sola-- Samara comenzó a llorar.

  - ¿Sola? ¿Y tú papá?... ¿Dónde está tu hermano?-- pregunté asustada por la respuesta.

  - mamá ¿Aún no lo sabes?-- me miró esperando respuesta, pero como pude negué con la cabeza -- mamá, lo siento, Salomón...mi papá -- dijo entre sollozos, se calmó y volvió a hablar-- según me contó la policía, la lancha colisionó con una ola, y por la velocidad en la que iban, muchas personas terminaron lastimadas, en cuanto a Salmón, el cayó al agua y papá se lanzó a sacarlo, papá no apareció pero Salomón salió a flote y lo pudieron sacar, pero ya era demasiado tarde estaba sin vida, había tomado demasiada agua-- finalizó, unos pitidos se hicieron presentes en mis oídos, veía el movimiento de los labios de mi hija, como si me estuviera hablando pero yo no lograba escucharla.

En ese momento ví que entraron unas enfermeras, traían una bandeja, una de ellas me tomó del brazo y me inyectó un medicamento, mi hija lloraba y se tapaba la boca, yo no entendía nada, estaba demasiado consternada, poco a poco fui cerrando los ojos y finalmente me quedé dormida, entendí que me habían sedado.

Capitulo 2

Cuando reaccione al medicamento, me di cuenta que ya eran las 8 de la noche, me intenté levantar de la cama, pero en ese momento percibí una silueta en una esquina de la habitación, era mi hija, se estaba levantando en cuanto sintió mis movimientos.

  - mamá ¿Necesitas algo?-- me preguntó.

  - llévame con tu hermano y tu papá, quiero verlos-- dije ignorando lo que había escuchado unas horas atrás.

Mi hija tomó mi mano y la apretó suavemente -- te necesito aquí conmigo, por favor, yo estoy muerta por dentro y no me quedan fuerzas, te pido que tú tampoco me dejes, eres lo único que me queda mamá, por favor, te pido y te suplico quédate conmigo, vamos a superar esto juntas-- finalizó y ambas nos abrazamos y comenzamos a llorar.

Logré calmar mi sufrido corazón, le pedí a mi hija que me llevara al baño, pero ella me recordó que tenia una sonda puesta, entonces me ayudó a acostarme nuevamente, engancho mi pie enyesado en el arnés que flotaba sobre la camilla, me dió de beber un poco de agua.

Media hora después entró una enfermera a suministrar los medicamentos para el dolor, cuando se fue de nuevo solo éramos mi hija y yo, ahora un poco más consciente de la situación, hablé.

  - ¿cuántos días han pasado?-- indague.

  - tres-- respondió brevemente.

  - y dónde tienen a tu hermano -- pregunté con un nudo en mi garganta.

  - aún está en medicina legal, necesitamos tu firma para ser trasladado a la funeraria-- respondió.

  - y si yo no hubiese despertado, ¿Lo habrían dejado allá?-- me enojé un poco.

  - no mamá, yo podría hacerlo, pero quería que tú estuvieras a mi lado despierta, no soy capaz de afrontarlo sola -- respondió mi niña y escuché mi corazón quebrarse aun más.

  - ven acá-- le dije, ella se acercó suavemente y se sentó a mi lado-- vamos a estar bien, te lo prometo-- dije sin estar segura de lo que estaba diciendo, la mirada de mi hija me confirmó que ella no creía en mis palabras, era consciente que no será fácil seguir adelante.

  - a mi papá lo han buscado estos tres días, pero no hemos obtenido buenas noticias, no se si lo vayan a encontrar -- dijo mientras limpiaba sus lágrimas.

  - tengamos fé, pero si no nos dan buenas noticias, nos quedaremos con el recuerdo de el tratando de proteger a tu hermano-- le recalque.

  - lo sé mamá, pero todo esto me tiene muy mal, dentro de poco me iba a casar, pero.... pero ahora no lo se--

  - nada de eso hija, si de verdad amas a Cristian, sigue con los planes, tu padre habría estado muy feliz de verte caminando hacia el altar, aunque estamos sufriendo, debemos buscar un motivo que nos haga querer seguir viviendo, tu me estás dando esa fortaleza en estos momentos, así que vamos a salir adelante, mientras tanto sigue con tus planes, igual la boda será en seis meses-- le dije y ella asintió.

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A la mañana siguiente vinieron de la funeraria para firmar el documento y poder retirar el cuerpo de Salomón y llevarlo a la funeraria para preparar su velorio y posterior entierro.

  - señora Ana Galvis de Bohórquez, soy María, de la funeraria luz de esperanza, lamentamos mucho su perdida, reciba nuestras condolencias -- finalizó.

  - gracias -- fue lo único que dije para no ser descortés.

  - no se si su hija ya le comentó, necesitamos que nos firme unos documentos para poder efectuar el traslado de su niño y tenerlo en nuestras instalaciones para iniciar con el proceso fúnebre -- dijo y yo solo asentí -- ok, entonces tomé -- me pasó una carpeta, yo la abrí y leí brevemente -- si está de acuerdo con todo lo que se consigna en el documento puede firmar -- finalizó pasándome un lapicero, yo lo recibí y luego firmé al percatarme que todo estaba en orden.

  - ¿Algo más señorita?-- pregunté.

Ella recibió la carpeta -- no, eso es todo, entonces me retiro para comenzar el proceso, con permiso -- dijo antes de salir de la habitación.

Yo exhale con fuerza hasta sacar todo el oxígeno que había en mis pulmones, mi corazón se aceleró por esta acción así que tuve que inhalar para recuperarme.

Hoy estuve sola la mayor parte de la mañana, después de medio día llegó mi hija, trajo algunas prendas, productos de aseo y maquillaje.

  - ¿Para que trajiste eso?-- le pregunté mientras señalaba la bolsa con cosméticos.

  - tienes que verte bien, mis suegros vendran a visitarte y ya sabes cómo son ellos-- dijo.

  - hija, tuve un accidente, no estoy en un paseo y mucho menos esto es una fiesta, mejor busca la manera de que ellos no vengan -- le dejé en claro, ella dejó lo que estaba haciendo y se acercó a mi lado tomando mi mano.

  - tu sabes que ellos no van a desistir, Cristian es el hijo del ministro de defensa, esa familia tiene muchos ojos encima, y por ser la prometida de su hijo, ya todos conocen nuestra situación, si no te visitan serán vistos de mala manera --

  - solo viven de apariencias, lo único bueno que tiene esa gente es su hijo, Cristian es muy diferente a ellos -- dije con resignación-- está bien, los recibiré, pero no me voy a maquillar, y tampoco quiero periodistas, mucho menos fotografos en esta habitación y que sea breve su estadía--

  - está bien mamá, será como tú digas, llamaré a Cristian y le diré tus condiciones, yo sé que el va a interceder y respetará tu decisión-- me aseguró.

Capitulo 3

Con ayuda de una enfermera mi hija limpio mi cuerpo y me puso algunas prendas, por lo yesos era muy limitado lo que podía usar por ahora, como pudo me puso una pijama de seda, peino mi cabello y tal como se lo pedí, no me maquillo pero si aplico algunas cremas.

  - estás hermosa mamá -- me halagó.

  - gracias mi niña, tu papá y yo siempre pensamos en el día que uno de ustedes dos tuvieran que bañarnos por qué ya no íbamos a poder por la edad, pero quien iba a pensar que ese momento llegó antes de lo esperado y en las peores circunstancias -- le dije.

  - mamá, no pienses en eso en estos momentos, solo piensa que tú hija te ama sobre todas las cosas y siempre vas a ser mi prioridad, siempre -- me afirmó, ví la seguridad en sus palabras.

  - gracias, tu también eres mi prioridad -- en ese instante tocaron la puerta.

Por ahí ingresó el gran ministro de defensa el señor Francisco Dávila y su flamante esposa Beatriz de Dávila, ambos me miraron y luego detallaron la habitación en la que estaba.

  - ¿por qué no la han ubicado en una de las habitaciones VIP?--pregunto el viejo mañoso dirigiéndose a una de las enfermeras.

  - Lo siento señor Ministro, no nos habían dado indicaciones -- le respondió la pobre chica agachando la cabeza.

  - pues acaba de recibir una, así que comuníquese con Suárez (el director del hospital) bastantes aportes he realizado como para que tengan a la mamá de mi Nuera aquí metida en este cuartucho de quinta -- dijo y la enfermera salio disparada a gestionar los requerimientos del ser poderoso.

  - aquí me siento bien, he recibido buena atención -- dije y el me fulminó con la mirada.

  - es que no lo hacemos por usted, nuestra reputación se puede ver perjudicada, si por mi fuera no me importaría si respira o no-- finalizó y mi hija se puso de pie empuñando sus manos por las horribles palabras que me había dedicado.

Mi hija iba a hablar y yo la tomé de la mano, ella me miró y yo negué con la cabeza, ella entendió y guardo silencio, yo no quería que se metiera en problemas por mi, primero necesito recuperarme para poderme defender, el se está aprovechando de mi estado, por qué es muy consiente de que yo no me le quedaría callada y mucho menos que le tengo miedo a enfrentarlo, a el y al maniquí que tiene como esposa.

Cristian entró y corrió a abrazarme, traía en sus manos un ramo con tulipanes, mis favoritos.

  - Me alegro mucho que ya esté despierta señora, estaba muy preocupado por usted....-- hizo una breve pausa -- lamento mucho lo que sucedió con Salomón y el señor Felipe-- dijo, la sinceridad se reflejaba en sus ojos.

  - Gracias por tus palabras -- le enfatice.

  - está mañana llamé a un equipo de rescate de altamar, ellos se van a encargar de la búsqueda de mi suegro -- agregó.

  - hijo, los recursos del estado no pueden ser despilfarrados de esta manera -- dijo la odiosa de su mamá.

 El se puso de pie y la miro-- no te preocupes, son recursos propios, míos, de mi trabajo, y si fueran recursos del estado ¿Que pasa? Diariamente ustedes se roban esos dineros y no hay castigo para eso, la impunidad hace parte del día a día, y además se trata de mi suegro, del papá de Samara, ella está sufriendo y yo quiero ayudar -- nos defendió de su mamá, ella solo guardo silencio mientras su papá frunció el seño.

  - Esa no es manera de dirigirte a tu madre-- le dijo el señor Francisco a Cristian.

  - pues entonces que mi mamá no haga esos comentarios tan fuera de lugar-- no se dejó amedrentar y mi corazón se llenó de orgullo y así me reafirmó que el merece el amor de mi hija.

  - No te preocupes, entiendo a tus padres, ellos son personas importantes y es lógico que quieran proteger los recursos que nos pertenecen a todos -- dije con sarcasmo.

  - eres tan comprensiva, pero aún así te deben respeto -- recalcó.

Después de ese momento incómodo, el director del hospital se hizo presente, se disculpo unas quinientas veces con Francisco, el solo lo miraba por encima del hombro y dejó que siguiera parloteando un buen rato, después dio indicaciones para que me trasladaran a una de las habitaciones de la planta alta, lo ví innecesario porque mañana seré dada de alta, pero aún así decidí guardar silencio.

Me subieron y efectivamente era más amplia y con mayor tecnología, definitivamente tener poder trae sus privilegios, pero no me siento cómoda estando acá.

Mi hija se quedó esa noche conmigo, está vez ella también salió beneficiada ya que a parte de mi cama había otra al lado para el acompañante, incluso nos traían comida a la carta y mi hija también estaba incluida, aunque esa noche no dormí pensando en Felipe, si estará vivo o si habrá sufrido una muerte dolorosa, el no merecía este final, siempre fue un buen esposo y un excelente padre, y se que Samara está igual que yo porque la escuché sollozar en la madrugada, su padre era su súper héroe, siempre nos decía que si conseguía un esposo quería que fuera como su padre y aún así con todas las falencias que tienen los padres de Cristian el es un gran chico y se que será un gran esposo para ella y eso me deja tranquila y feliz.

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Al día siguiente firme la salida y me dieron el alta con algunas indicaciones, mi hija consiguió una silla de ruedas para movilizarme y de ahí Cristian nos recogió en su auto, luego salimos para la funeraria, hoy nos harán entrega de Salomón, yo quería despedirme de el antes de que se llegara el momento de su sepulcro y quería que fuera íntimo, solo su hermana y yo, no estaba dispuesta a dejar que las miradas morbosas se posaran en el interior del féretro de mi hijo, decidí que lo sellarían antes de que lo pusieran en sala de velación, Samara también estuvo de acuerdo con esta decisión.

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