La tierra nunca ha estado en paz. Los seres humanos vivían en guerra y nunca se detenían. Una de las principales causas de conflicto era el oro y el territorio. Así, en el siglo XX, en el año mil novecientos catorce, se desató una batalla devastadora. Esta guerra cobró la vida de mujeres y niños. El caos y la destrucción estaban a punto de desatarse, pero, de repente, una luz brillante cayó del cielo e impactó en medio del campo de batalla. Todos pensaron que era un ataque del enemigo, pero nadie resultó herido, así que continuaron peleando.
Sin embargo, algo extraordinario ocurrió: un hombre demostró tener una habilidad muy extraña. Y para sorpresa de todos, no era el único; otros también revelaron poderes similares. En cuestión de dos días, lograron detener la pelea. Cuando la guerra finalmente concluyó, aquellos que habían puesto fin al conflicto comenzaron a ser tratados como fenómenos, sin que la mayoría de las personas supiera que ellos habían salvado al mundo del caos. Pero en varios países, muchos individuos también desarrollaron habilidades inusuales, lo que generó un gran espanto. La gente creía que era una especie de virus, aunque nadie estaba enfermo ni moría. Incluso niños manifestaron estos poderes. Con el tiempo, más personas comenzaron a despertar sus habilidades, y la sociedad tomó esto como algo normal; algunos creyeron que era un milagro de Dios. Sin embargo, personas crueles y frías también comenzaron a manifestar estas habilidades, provocando caos en las ciudades. Así se desató la primera guerra heroica, que dejó un saldo de ocho millones de muertos. Este conflicto despertó la locura de un individuo: Adolf Hitler, quien reclutó a más psicópatas y engañó a su país, haciéndoles creer que tres naciones eran responsables de la locura que asolaba al mundo. Esto condujo a otra guerra: la segunda guerra heroica, una de las más devastadoras, que dejó más de quince millones de muertos tras cinco años de combates y ciudades en ruinas. Con el tiempo, Hitler murió y los países se comprometieron a buscar la paz. Sin embargo, aunque no había guerras, todavía existían individuos perversos. Así que se pusieron manos a la obra para detenerlos. Las personas con habilidades continuaban apareciendo, y se les entrenaba para que se volvieran fuertes. Ya no se les llamaba simplemente "habilidades", sino "poderes". Aquellos que poseían poderes no eran considerados raros, sino héroes, mientras que los que usaban sus habilidades para el mal eran etiquetados como supervillanos. Los jóvenes también comenzaban a despertar sus poderes, así que los estados crearon escuelas de aprendizaje, conocidas como academias; estas eran academias heroicas.
Años Después
En este mundo, puedes elegir entre dos caminos: ser un héroe o ser una persona normal que trabaja para ganarse la vida. La vida actual se vive para trabajar, o se nace para ser luchador y ayudar a los necesitados. Esto no significa que quienes se dedican a auxiliar a otros no enfrenten sus propias necesidades. Desde los primeros años de la adolescencia, se avisa a los jóvenes sobre la manifestación de sus poderes y se forjan sus fortalezas. Se acerca agosto y Junior, un joven alto, con cabello crespo de color castaño, ojos y piel trigueña, está inquieto por descubrir cuál será su poder. Aún no sabe qué habilidades le han sido otorgadas, pero la emoción lo consume. Ha pasado la edad necesaria para despertar su poder, y siente que se está tardando demasiado.
Al día siguiente, Junior despertó con mucha energía, algo inusual en él. Mientras se preparaba, esperaba la llegada de su prima Nicole, quien venía de visita. Ella era una joven baja, con cabello ondulado, una nariz recta y ojos pequeños, de un color café que brillaban con vitalidad. Era espontánea y siempre traía alegría consigo. Los dos habían planeado ir a acampar, y Junior estaba emocionado por la aventura, aunque en el fondo se sentía triste porque su poder aún no había llegado, mientras que su prima ya había manifestado el suyo.
Al caminar hacia el campamento, Junior notó que iba más rápido que Nicole, algo extraño, ya que normalmente caminaban al mismo ritmo. Nicole intentaba animarlo, pero no había manera de que Junior sonriera. Temía ser el único humano sin poderes.
-Piensa. Los poderes aparecen a partir de los catorce años. Tengo dieciséis y nada de mi poder. ¿Por qué será? -le dijo, con lágrimas en los ojos.
-Relájate. Ya va a aparecer -respondió Nicole, tratando de reconfortarlo.
Lo abrazó con cariño y continuaron caminando.
Mientras tanto, un supervillano llamado Henry escapaba de un héroe. Henry estaba gravemente herido tras una pelea con Maxi, un héroe que poseía el poder de aumentar cualquier parte de su cuerpo. De repente, una piedra apareció de la nada y casi impactó a Henry, quien cayó al agua. Maxi se quedó esperando a que Henry emergiera, pero al ver que no salía, pensó que había muerto. Sin embargo, Henry permanecía bajo el agua, esperando el momento propicio para escapar. Maxi, tras un rato de espera, decidió irse y reportar la situación. Finalmente, Henry salió a la superficie y se dirigió hacia un bosque cercano.
Ya había pasado la tarde, y Junior regresó con algunas maderas. Nicole, utilizando su poder, encendió una fogata con sus manos. Junior se sintió feliz al ver que su prima había despertado su habilidad, aunque él seguía de mal humor. Decidieron pescar, y mientras Nicole sacaba varios peces del agua, Junior aún se sentía agobiado. Nicole extrajo una burbuja de agua que contenía varios pescados y los dejó caer sobre la orilla. Se sentaron a comer el pescado, y Nicole decidió abordar el tema.
-¿Vas a seguir con ese humor? -preguntó, con un tono de frustración.
-No, tranquila -respondió Junior, intentando calmarla.
-Mira, no sé nada de este mundo, como todos. Pero todo puede pasar. Mira lo que le pasó a...
-No digas ese nombre -interrumpió Junior, su rostro oscureciéndose.
-Perdón -dijo Nicole, bajando la mirada.
Iban a seguir platicando cuando, de repente, algo emergió del agua: era Henry. Los chicos se asustaron, y Junior se puso en frente de Nicole para protegerla.
-¡NO TE ACERQUES! -gritó Junior con todas sus fuerzas.
-Jajá, ¿qué vas a hacer, chico sin poder? -respondió Henry con una sonrisa maquiavélica.
Henry se acercó lentamente y le tocó el hombro a Junior. Nicole, asustada, abrió la mano en un gesto de advertencia.
-No te hagas el valiente, chico -le susurró Henry al oído.
Junior sintió que una lágrima se deslizaba por su mejilla. Henry sonrió y le dio un puñetazo en el pecho. Junior salió volando y escupió sangre, mientras provocaba tres explosiones de tierra al impactar.
-¡JUNIOR! -gritó Nicole, llena de pánico.
-Pobrecito. Todavía no había despertado su poder. Era un humano débil. Qué muerte tan triste -dijo Henry con una sonrisa perversa.
En el bosque, Junior yacía en el suelo, y después de unos momentos, logró ponerse de pie, tosiendo y escupiendo sangre.
-Eso dolió. ¿Acaso resisto el golpe? Pero si todavía soy un humano normal y débil -se decía Junior, incrédulo.
Se enderezó, apoyándose en un árbol grande, pero este cedió y cayó. Al caer, Junior sintió una oleada de felicidad: ¡había despertado su poder! Pero entonces recordó que Nicole estaba sola con Henry.
Mientras tanto, Nicole esquivaba los golpes de Henry, empujándolo con ráfagas de viento que lo estrellaron contra una roca. Henry sonrió, sorprendido.
-¿El poder del viento? -preguntó, admirado.
Se volvió a lanzar hacia Nicole, quien continuaba esquivando sus ataques. Aunque Henry poseía una fuerza sobrehumana, si no la tocaba, todo estaría bien. Sin embargo, Nicole se tropezó con una pequeña piedra, y Henry se preparó para asestarle un golpe en el estómago. Junior, al ver esto, corrió y salió del bosque justo a tiempo.
Henry se preparaba para golpear a Nicole, pero ella se defendió con otra ráfaga de viento que lo mandó volando. Él cayó al suelo y se lanzó nuevamente al ataque, pero Junior estaba cada vez más cerca. Con un rápido movimiento, Junior le dio un puñetazo en la cara que lo hizo caer de espaldas hacia el lago.
-¡Junior! ¡Te dije que ya iba a llegar! -exclamó Nicole, llena de alegría.
-Sí. Pero esto no acaba aquí.
-Vaya. Ya despertaste tu poder. Es el mío -dijo Henry, emocionado.
Junior se lanzó al ataque, esquivando con agilidad los movimientos de Henry. Ambos, sorprendidos por la rapidez de Junior, se quedaron boquiabiertos. Sin entender cómo estaba esquivando sus golpes, Junior le lanzó un puñetazo a Henry, lo tomó del cuello y lo estrelló contra el suelo. Pero Henry respondió con una poderosa patada.
Mientras tanto, Nicole lanzó piedras y bolas de fuego, pero Henry logró esquivar la mayoría, aunque una de ellas le dio de lleno y gritó:
-¿CÓMO ES POSIBLE? ¡TU PODER NO ES LA SUPER FUERZA! ¿CÓMO ME ESQUIVAS CON ESA RAPIDEZ? -gritó, furioso.
-No lo sé -respondió Junior, sintiéndose confuso.
-¿Y tú? ¿CÓMO LANZAS TANTAS COSAS CON LOS ELEMENTOS? ¿ACASO CUÁL ES TU PODER O TIENES VARIOS? -preguntó Henry, con evidente frustración.
-Te contestaré: controlo los cuatro elementos -respondió Nicole, segura de sí misma.
-Ah, ya entiendo. Pero, ¿y tú? ¿Tienes dos poderes o qué? -insistió Henry, cada vez más desconcertado.
-Yo... no sé -dijo Junior, aún sin entender del todo lo que le estaba ocurriendo.
Junior se lanzó al ataque nuevamente, dando varios golpes, pero Henry se defendía sin éxito, ya que Junior estaba esquivando cada uno de sus movimientos. Sin embargo, Henry le dio un derechazo que lo mandó hacia el lago. Junior iba a caer, pero en el último momento se detuvo y se mantuvo flotando en el aire. Henry y Nicole lo miraron, sorprendidos.
-¿Qué? ¿¡Vuelas!? -preguntó Henry, atónito.
-¡Junior! -gritó Nicole, llena de felicidad.
Sin entender lo que sucedía, Junior continuó con la pelea, lanzando una serie de golpes a Henry. Este escupía sangre y comenzó a perder fuerza ante Junior.
-¿TRES? ¡ESO ES IMPOSIBLE! ¡ESTOY SOÑANDO! -gritó Henry, horrorizado.
-Yo también pienso lo mismo. Pero sueño o no, te atreviste a intentar golpear a mi prima. Eso no lo voy a perdonar -respondió Junior, decidido.
Junior gritó y su cuerpo comenzó a emitir rayos. Henry, asustado, intentó librarse de su agarre, pero Junior no lo soltó. Entonces, una gran descarga eléctrica golpeó a Henry, quien cayó al suelo, derrotado. Junior, exhausto, se desplomó también, y Nicole corrió hacia él y lo abrazó.
Ya entrada la noche, Junior se sentía feliz. No solo había despertado un poder, ¡tenía cuatro! Era el primero en lograrlo. Mientras hablaban, Nicole le dijo:
-Te dije que iba a llegar, pero mira son cuatro poderes.
-Sí, pero es mejor que se lo contemos a mis padres. Así podremos entrar a la academia técnica juntos -respondió Junior.
-Sí, será mejor que lo hagamos ya -asintió Nicole, emocionada.
Al amanecer, Junior y Nicole se prepararon para regresar. Tenían que contarles a todos lo que había sucedido. Junior, quien había creído que no tendría poderes, ahora se encontraba ante un nuevo camino lleno de posibilidades. ¿Qué sucederá a partir de aquí? Pronto comenzará el curso en la academia, y en este punto, tendrá que enfrentar tanto lo bueno como lo malo de ser un héroe.
Nota: Inicia la aventura para unos héroes.
Habían pasado dos semanas desde que Junior despertó sus cuatro poderes. Sus padres estaban muy felices y lo inscribieron en la Academia Técnica, conocida por sus rigurosas pruebas y clases. En la academia, todo puede suceder. Para poder ingresar, es necesario haber despertado tu poder. En cada academia de héroes, los estudiantes son preparados para aprender a utilizar sus habilidades y a pelear. Existe la posibilidad de perder el año y tener que repetirlo.
Finalmente, llegó el día de ingresar a la academia. Junior llegó con diez minutos de antelación a las seis. El lugar estaba lleno de jóvenes y chicas, cada uno con diferentes poderes y personalidades. Junior sacó su teléfono y notó que había recibido un mensaje de su madre:
Llegaste bien a la academia.
Junior respondió:
Sí, señora.
Miró a su alrededor y reconoció a tres personas. Se acercó a saludarlas.
—¡Oigan, amigos! —les gritó Junior.
Era el novio de Nicole y sus mejores amigas. El novio de Nicole, Juan Esteban Ome, tenía el pelo oscuro y rizado, al igual que su chica. Era considerablemente alto, con ojos grandes y un tono claro en la piel. Tenía catorce años, la misma edad que Nicole. Una de las amigas de Nicole era Karoth Natalia Rodríguez, de estatura promedio, con un hermoso cabello oscuro y liso, además de pequeños ojos. La otra amiga, Daniela Rodríguez Ospina, era prima de Karoth. Ella había despertado sus poderes el día de su cumpleaños, justo a tiempo para inscribirse; también tenía catorce años, era un poco baja y su pelo liso, un poco largo y negro, al igual que el de su prima.
Finalmente, abrieron el portón y todos comenzaron a entrar. Entonces, escucharon una voz grave a través de un megáfono:
—Los de noveno, esperen parados. Los de décimo y once, en las gradas.
Los de noveno eran todos los nuevos. Junior se quedó esperando y notó que Nicole logró entrar justo antes de que cerraran el portón. Todos los estudiantes de décimo y once miraban con curiosidad a los recién llegados. Algunos estaban nerviosos, mientras que otros parecían felices. Junior observó el aula, que era grande y espaciosa. En el centro, había una tarima y una cabina muy tecnológica. Contaba con cinco profesores, que observaban a los nuevos con miradas críticas.
Mientras tanto, un chico presumido, gordo y algo bajo, comenzaba a molestar a Daniela. Ella parecía ignorarlo, pero tanto Ome como Junior sí prestaban atención. Ambos se preparaban para intervenir, cuando un chico bajo se acercó a enfrentar al matón:
—Oye, respeta a la chica —le dijo el chico.
—No te metas —respondió el gordo, dándole un golpe en la cara al chico bajo.
El chico bajó sufrió una hemorragia por la boca, mientras el gordo lo insultaba. Pero pronto, este último se retorció de dolor y escupió sangre. Junior, que había intervenido por la espalda, lo había golpeado con un puñetazo. Lo miró con seriedad y le dijo:
—Perdona. No te vi —respondió Junior, con un tono provocador.
—Maldito —le contestó el gordo, enfurecido.
—¡QUIETOS! —gritó un profesor, haciendo que los chicos se apartaran.
Poco después, una chica se quedó mirando a Junior con curiosidad. Un hombre de complexión robusta, canoso y de estatura baja comenzó a hablar:
—Buenos días, estudiantes —anunció el hombre.
—¡BUENOS DÍAS! —respondieron todos al unísono.
—Soy el rector de la academia y les doy la bienvenida a todos los nuevos. Ustedes han llegado para convertirse en héroes. Quizás algunos piensen que esto es fácil, pero no lo es, y menos aquí. Cada grado, noveno, décimo y once, tiene sus propias pruebas y son bastante desafiantes. Presten atención: el más mínimo error puede ocasionar la pérdida de un año. No bajen la guardia; todo puede suceder.
De repente, los ojos del rector se volvieron negros, y todos cayeron de rodillas al suelo, incapaces de ponerse de pie. Aquellos que poseían el poder de súper fuerza estaban bien, pero los demás comenzaron a escupir sangre. Nicole, Daniela, Ome y Karoth estaban sufriendo; los cuatro vomitaron sangre, pero, afortunadamente, el dolor se detuvo. Los que habían escupido sangre se limpiaron, asustados por lo que había sucedido. Junior, aunque estaba bien, se percató de la sangre esparcida en el aula. El rector había sido un poco cruel con los nuevos, y Nicole se preguntaba qué había pasado.
—¿Qué fue eso? —preguntó Nicole, limpiándose la sangre de la boca.
—Este señor tiene el poder de aumentar la gravedad con la mirada. Cuando esta observándonos lo activo y por eso nos afectó —le explicó Ome.
—Eso no puede ser. ¿No es ilegal? —interrogó Karoth.
—No. Eso cuenta como entrenamiento —respondió Daniela.
Todos miraron asombrados y, al mismo tiempo, felices. El rector continuó hablando:
—Para mostrarles un ejemplo, no se distraigan. Bienvenidos —les dijo a todos.
El rector se marchó, y poco después llegó un maestro con tres listas. Muchos pensaron que era la presentación de poderes, pero en realidad era la elección del salón. Comenzó a hacer el llamado, y por cuestión de suerte, los que deseaban ir con sus amigos o conocidos fueron separados. Empezaron con el grupo de noveno uno: se fueron Nicole, Ome, Karoth y Daniela. Junior se sintió triste al quedarse atrás. Luego llegó el turno de noveno dos, y ahí se marchó la otra prima de Junior, Sharon Nicole. Por último, llegó el llamado de noveno tres, y Junior fue asignado a ese salón.
Subieron por unas escaleras hasta el segundo piso, donde estaban las aulas de noveno. Al llegar, un profesor musculoso, de cabello largo y de la misma estatura que Junior, se sentó en el escritorio y se presentó:
—Bueno, jóvenes. Soy su asesor de grado. Me llamo Rubén Darío —les dijo mientras comenzaba a revisar su celular.
Una Hora Después
El profesor se levantó y señaló hacia la puerta. Todos se dirigieron allí, y el profesor les dijo:
—Vamos al aula —anunció Rubén.
Todos se fueron y se dieron cuenta de que era hora de la presentación de poderes.
Todos estaban reunidos en el aula múltiple. Cada uno mostraría su poder en el orden de la lista. Junior era el número veintiocho. Comenzaron con los estudiantes de noveno uno de inmediato. Primero sería Ome, quien se pasó al frente y empezó:
—Rápido, no tenemos todo el día —dijo el profesor Rubén, impaciente.
Ome demostró su poder alzando un brazo, que se estiró hasta tocar el techo. Todos quedaron sorprendidos; era una habilidad muy interesante y poco común.
A continuación, le tocó el turno a Daniela.
—¿Necesito un voluntario? —preguntó a los chicos, con una sonrisa traviesa.
—Duvan se ofrece —murmuró maliciosamente Nicole, divertida por la situación.
—¿Eh? Yo no he dicho nada —respondió Duvan, sin saber lo que le esperaba.
—¡SAL Y YA! —gritó Rubén, interrumpiendo la conversación.
Daniela miró a Duvan, un poco desconcertada, pero rápidamente se concentró en el hecho de que iba a controlar la mente del chico que le gustaba. Lo observó a los ojos, y en un instante, los ojos de Daniela se volvieron blancos, igual que los de Duvan.
—Ve, sube a las gradas y quítate la camisa —ordenó Daniela, con una voz que no admitía réplica.
Sin vacilar, Duvan obedeció y realizó lo que se le había pedido, ante las miradas atónitas de sus compañeros.
—Ya —dijo Daniela, satisfecha.
—¿Ya? Espero que no uses eso en mí, por favor —pidió Rubén, con un tono nervioso.
—No —respondió Daniela, esbozando una sonrisa que dejaba entrever que, de ser necesario, podría hacerlo.
Daniela rompió el contacto mental con Duvan y regresó a su lugar. El pobre chico miró a su alrededor, totalmente perdido y avergonzado por lo que había sucedido. La razón por la que Duvan se encontraba allí era que los de décimo estarían cuidando posibles accidentes.
—¡RAMÍREZ! —gritó el profesor, buscando al siguiente en la lista.
Le tocaba a Nicole, quien subió de inmediato. Se acercó al profesor y comenzó a explicar:
—Levanto la mano y al momento una fuerte brisa dejó a todos quietos.
—¿Y eso qué fue? —preguntó el profesor, sorprendido.
—Es que mi poder es controlar los elementos —le respondió Nicole, con confianza.
—¿Así? Demuéstralo —instruyó Rubén, intrigado.
Nicole levantó nuevamente su mano y lanzó un chorro de agua. Sin querer, alcanzó a mojar a los décimos.
—Perdón —se disculpó Nicole, un poco sonrojada.
Luego, levantó una piedra sin tocarla y la lanzó. La piedra se dirigió hacia Junior, pero él la atrapó con su velocidad.
—Perdón —volvió a decir Nicole, sintiéndose aún más nerviosa.
Otra vez, levantó la mano y lanzó una bola de fuego que impactó contra el portón, pero no pasó nada grave.
—Ya fue suficiente —le ordenó el profesor, intentando contener una sonrisa.
El problema con Nicole era que no tenía buena puntería. Ahora le tocaba a Karoth. Ella se levantó de inmediato, tomó su bolso y lo llevó consigo. En un instante, sus piernas comenzaron a desaparecer, luego su torso, y, por último, sus brazos y cabeza. El bolso, sin embargo, no cayó; estaba flotando. Los demás se dieron cuenta de que su poder era la invisibilidad. Karoth tocó al profesor y volvió a aparecer. Necesitaba estar en contacto con alguien para hacerse visible nuevamente y también podía hacer desaparecer cualquier objeto que tocara o decidiera ocultar. Regresó a su sitio, dejando a todos en un profundo silencio.
Ya habían pasado los estudiantes de noveno uno y comenzaron con noveno dos. Ahora era el turno de la otra prima de Junior, Sharon. Ella se levantó y miró hacia el campo que quedaba al lado del aula. "Pun", un rayo salió de sus ojos y se desvaneció en el aire. Después de que terminaron con los de noveno dos, llegó el momento de noveno tres. Pasaron veintisiete estudiantes y al fin llegó el turno de Junior.
—¡SAAVEDRA! —gritó el profesor.
—¡Sí, ya voy! —respondió Junior, un poco ansioso.
Levantó su mano y lanzó un rayo. El profesor intentó devolverlo a su lugar, pero Junior saltó y quedó en el aire.
—Profesor —dijo Junior, con una sonrisa desafiante.
—¿Qué cosa? —preguntó Rubén, frunciendo el ceño.
Todo el mundo se sorprendió, menos Nicole, quien ya sabía lo que Junior era capaz de hacer. Nadie podía creer lo que estaban viendo, pero Junior continuó. Agarró un carro que estaba destinado para los que presentaban su poder de súper fuerza y lo levantó con facilidad.
—¿Cómo es posible? —dijo el profesor, boquiabierto.
El chico gordo al que Junior había golpeado previamente comprendió por qué había sufrido tanto con el impacto. Junior mostró su otro poder y le pidió al profesor que lo golpeara. Rubén lo hizo, pero Junior esquivó el golpe con una rapidez asombrosa. Todos estaban maravillados. Junior, volviendo a girarse hacia el profesor Rubén, dijo:
—Tengo cuatro poderes: súper fuerza, volar, ataques eléctricos e híper movilidad.
—¿Eso es imposible? —bramó el profesor, incapaz de asimilar lo que estaba presenciando.
Junior volvió a su puesto y todos lo miraron como si fuera una estrella de reguetón. Poco después, comenzaron a murmurar entre ellos, y Junior escuchó comentarios como:
—Es increíble —dijo uno.
—Será interesante verlo progresar —comentó un profesor, admirado.
—Oye, ¿será que el chico la conoce? —preguntó una niña de décimo.
—¿A quién? —inquirió un compañero.
—A ella. La chica que despertó su poder a los trece años —respondió otro.
Junior agachó la cabeza y reflexionó, repitiéndose en voz baja:
—Vaya, aún me siguen admirando. ¿Me pregunto cómo estará? —murmuró Junior, intrigado.
Al parecer, Junior conocía a la joven que despertó su poder a tan temprana edad. ¿Quién sería esa chica?
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