Una Esposa Para Sam
La boda del siglo
Sam está impecable en su traje de bodas, pero ya comenzó a desesperarse, su prometida no aparece por ningún lado, ya no sabe que excusa darle a sus invitados.
Diego
¡Señor tenemos un problema!
Le dijo Diego, su hombre de confianza.
Sam
Entonces que esperas, sal y busca una novia, yo solo saldré de aquí cuando me halla casado.
Diego que conoce perfectamente a Sam, no le quedó más remedio que salir a cumplir lo que le había pedido, sabe perfectamente que está hablando muy en serio, y si no trae una esposa para Sam, el acabará con el lugar.
Diego sale e inmediatamente se cruza con un joven, lleva un vestido lila y tacones del mismo color, parece la reencarnación de Afrodita, su belleza angelical y su cuerpo perfectamente moldeado la hacen ser una bomba sexy.
Diego
Creo que ya tengo a su futura esposa, señor.
Diego siguió a la joven por unos minutos y se percató de que estaba sola, la escucho discutir con alguien al celular, al parecer sus amigas le jugaron una broma dándole la dirección equivocada donde sería el evento al que debía asistir.
Diego
¡Hola, señorita¡, me puede decir en dónde queda...
Dila
Qué estás haciendo bruto, suelta mi brazo.
Diego
Lo siento mucho, pero debes venir conmigo y al parecer será del modo difícil.
Dicho esto Diego hizo un movimiento y desmayo a la joven aplicando un tranquilizante en una parte específica de cuello donde no dejaría una marca visible.
Entró al salón directamente a una habitación que había sido preparada para los novios.
Diego
Señor será mejor que venga aquí.
Sam distrajo a los invitados hasta conseguir escaparse a hurtadillas.
Sam
¿Cuál es la situación, mi caballero de armadura?
Sam
Sam entro en la habitación y cerró la puerta luego de estar seguro de que nadie los observaba.
Diego
Ella estaba sola en el pasillo y discutía con alguien al celular, así que aproveche su distracción para traerla aquí. No tuve tiempo de explicarle la situación, seguro se alarmaría y no quería que nadie nos viese o escuché algo.
Sam
Está bien lo hiciste bien.
¡Que vivan los novios!
Dila
¿Que está sucediendo? ¿Quienes son ustedes?
Sam
Cálmate no te haremos nada
Dila
Y si no me harán nada, por qué me trajeron en contra de mi voluntad, yo no los conozco de nada.
Ambos hombres salieron y dejaron a Dila sola en la habitación.
Diego
Señor, Dila Franco, es una camarera de un restaurante en el centro de la ciudad. Desde que su madre falleció de una enfermedad letal su padre desapareció, dejándola al cuidado de pequeño hermano de ocho años y su abuela.
Diego
No señor, ella es una joven dedicado a su familia, hace poco se graduó de la unidad de arquitectura, su sueño es conseguir dedicarse a su carrera.
Diego
Ella estaba de camino a la boda de su mejor amiga, sería su dama de honor, mientras la traía aquí recibió un mensaje de la chica, se llama Julia.
Sam
¿Será un problema esa amiga?
Diego
Su amiga se está casando con Emmanuel un importante CEO de la familia Strange, los dueños de grupo Strange y Asociados S.A
Diego
Hace poco usted se negó a firmar un relevante acuerdo con el Grupo Strange.
Sam
¿Por cuál motivo, no sé concretó el acuerdo?
Diego
No lo sé señor, esa fue la única vez que le escuché cancelar un acuerdo millonario, sin un motivo aparentemente, luego de que se hicieron las invitaciones correspondientes.
Sam
Humm ya recuerdo de quién se trata.
Diego
La señorita Dila, no solo sería la dama de honor de su mejor amiga. Él le presentaría a algunos socios que quedaron impresionados con el trabajo de la señorita Dila, fue ella el arquitecto en diseñar la casa de donde vivirá su amiga con su esposo luego de la luna de miel.
Dila está tranquila por el efecto del tranquilizante, estaba dopada, aunque se moría de miedo por la extraña situación en la que se encontraba. Pudo percatarse de que está drogado pues en una situación normal estaría gritando por ayuda, o habría plateado a esos dos patanes en dónde no le da el sol.
Espero que entienda
La mujer que acaba de llegar le coloca un velo a juego con su vestido, y marcha sin decir más.
Dila observa la puerta y afuera puede ver a varios hombres armados. Se asusta, pero su cuerpo está tan débil que no le permite realizar ningún movimiento. De repente Diego entra para escoltarla hasta el altar. Ella no dice nada la droga que le suministraron la hace ser demasiado obediente.
Diego
Ah llegado el momento. Si hace todo lo que le diré, usted se ganará el derecho de vivir. Del mismo modo que le estará salvando la vida a su pequeño hermano. Espero que entienda lo que le digo señorita Dila.
Diego aparta su saco para dejar a la vista de Dila el arma que carga en su cintura.
Cuando salen todos los invitados toman sus lugares y dejan el camino libre para la novia que viene del brazo de Diego.
Diego
Ya sabe señorita todo lo que sucederá de aquí en adelante depende solo de usted. Si se mueve aunque sea un milímetro del altar o no responde lo que debe haré de su vida un infierno, luego de cargarme a su familia en su presencia.
En tan solo media hora esos hombres habían investigado su vida y saben de lo que están hablando.
Diego
Su identificación ya fue registrada para la boda y todos los permisos necesarios fueron concedidos. Usted solo tiene que aceptar y poner su firma así de simple. Quiero que vea algo antes de que comencemos a caminar hacia el altar. Miré
Le enseño un vídeo en el celular que hizo que todo su cuerpo se congelará, su abuela estaba en el parque con el pequeño Sebastián, los acompañaban dos hombres de traje que se veían exactamente igual a los que había visto por todo el salón posicionados estratégicamente. Todo su cuerpo comenzó a temblar y hasta ahora entendió que estos hombres son peligrosos y que no están jugando.
Diego
Vamos caminé. Y no haga ninguna tontería
Juntos caminaron hasta el altar, Diego la entrego en las manos de Sam, que le dedico una mirada de orgullo y aprobación, sabe que Dila es exactamente lo que su jefe necesita, una mujer hermosa y digna de su apéllido.
Sam la toma de la mano y la atrae hacia el, siente cada fibra de su piel delicada temblando en respuesta de su toque y sus lágrimas brotan como una súplica a su cordura, ella no puede sostener su mirada, Sam le levanta el velo y todos los presentes comienzan a murmurar sobre la belleza de la joven mujer, Sam jamás se había mostrado en público con ninguna mujer lo que hizo que se esparcieran muchos rumores sobre su persona que cuestionaban su sexualidad
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