Isabella...
Desde que tengo uso de razón, me enseñaron que para recibir amor, debo ganármelo. Mi madre me abandono y no le importó ni un poco que iba a ser de mi vida. Mi abuela materna me tuvo con ella aunque después de que el tiempo fue pasando, me enteré de que había sido meramente para recibir dinero de mi papi. Me daba palizas por el simple hecho de decir que tenía hambre, si le respondía a Regina era seguro y sin lugar a dudas, una bofetada. En ese tiempo yo le tenía tanto miedo, que muchas veces hasta sentía que me iba a hacer pipí del terror de equivocarme. Por lo que para poder recibir una palabra "dulce" debía sacar las puntuaciones más altas de la clase, debía hacerle las tareas a Regina, (porque yo no podía ser mejor que ella en nada. Siempre debía ser la segunda aunque en realidad la inteligencia siempre fue mía) y hacer lo que fuese que ellas (mi abuela, la tía Cresida y Regina) me pidiesen, y aún así, de un ¡hasta que por fin niña! no pasaba, pero para mí era más que delicioso escucharlo, recibir esas palabras de afirmación que hoy estoy plenamente convencida que son mi lenguaje del amor principal.
El abuelo cuando estaba sano, me libraba de eso y me internaba con él en su habitación. Él era un hombre de un carácter MUY duro con las demás, pero conmigo, era el ser más dulce del planeta. Me enseñó a jugar ajedrez, damas chinas, me enseñó a jugar billar, en fin... Fui su compañía en los momentos más duros de su enfermedad degenerativa. Poco a poco, todo en su cuerpo se fue volviendo de hueso y sufrió muchísimo al final, pero siempre que me veía, una sonrisa se asomaba en su rostro.
Mi papá... Que decir de ese hombre que no hay otra palabra más que EXTRAORDINARIO para describirlo. Aun cuando se enteró que él no era mi papá biológico, no le importó. Me amó y me demostró que los métodos de las mujeres de la familia Di'Giacomo eran perversos y malintencionados. Pero tristemente como la mayoría de cosas buenas en mi vida, lo perdí cuando apenas tenía 12.
Mi vida no ha sido fácil. Nunca lo ha sido y ahora tengo miedo. Un miedo paralizador de que Paul Alexander Volkov también me condicione su amor. Aunque me lo ha demostrado desde prácticamente el primer día en el que me conoció. Y digo que me lo ha demostrado porque más que palabras, han sido acciones. Unas que gritan muy fuerte en mi cabeza, pero aún siento que las garras y las cadenas de las Di'Giacomo, son bastante fuertes. Paul es hermoso y no solo lo digo por su aspecto, que por cierto es un mango asesino de lo súper bueno que está, no... Por dentro lo es aún más.
Me ha tenido una paciencia admirable. Y en esta historia, les voy a ir contando como él fue conquistando poco a poco, ladrillo a ladrillo, escalón a escalón las murallas que se habían construido a punta de mentiras en mi corazón. Palabras como ¿Y quién puede querer a una gorda asquerosa como tú?... ¿Quién en su sano juicio se acostaría contigo? No eres más que una inútil y egoísta que cree que todo lo que está heredando, se lo puede gozar a sus anchas sin compartir nada con las personas que se apiadaron de ella. ¡Eres una maldita egoísta! Deberías firmar un documento donde yo sea tu albacea y administre todo tu dinero. Es lo menos que deberías hacer por haberte criado.
Eso último me lo dijo mi abuela en un arranque de rabia porque se enteró de mi tío estaba pensando en dejarme como su heredera. El simple hecho de ver en mí a una persona poderosa les da urticaria. Yo no sé cuál fue mi pecado... No sé que fue lo que hice para merecer este trato tan inhumano. Yo pretendo que lo he superado, pero cada vez que me encuentro a Regina en algún evento o en algún lugar público, y me dice todas esas cosas hirientes y feas, cuando llego a mi casa, lloro, lloro amargamente por no poder ser el prototipo de mujer que ellas querían que yo fuese.
Lloro porque aun cuando hice todas las dietas habidas y por haber, hasta el punto de caer desmayada por solamente comer lechuga y tomar agua todo el día, nada de eso dio resultado y lo peor es que al despertar de esos desmayos, Regina estaba al pie de mi cama burlándose de mí por ser una vaca gorda que no aguanta ni una simple dieta. No era mi culpa, mi cuerpo era macizo, fuerte, fibroso y mi pancita siempre era un poquito flácida y en mis piernas y trasero tenía celulitis, pero había sido así desde que tengo uso de razón. Siempre en las pocas fotos que tengo de bebé, era gordita y blanca, muy blanca y con cabellos como color chocolate.
Durante mi adolescencia luché muchísimo con el peso, compré fajas moldeadoras, hice tratamientos tras tratamientos pero nada funcionaba. Cuando cumplí 17, definitivamente dejé de intentar satisfacer a todos y comencé a comer saludablemente, pero sin preocuparme por contar nada. 1 o 2 veces por semana me daba gustos culposos y salía con mi mejor amigo, mi Gio a comer lo que se nos antojara.
¿Gio? Preguntarán sí, es mi mejor amigo. Él es gay, pero es el hombre más detallista del universo. Cuando nos conocimos la secundaria, era mi amor platónico. Ese que te hace soñar despierta, por el que escribes tu inicial y la de él en la última hoja de tu cuaderno. Eso era Gio para mí, hasta que mi corazón se destrozó cuando lo encontré besándose con otro chico. Pero aún con todo eso que pasó, no dejé de admirarlo. Se convirtió en mi defensor. Gracias a él terminé con vida mi etapa escolar. La terminé temprano porque sin vida social e intentando hacer algo para no escuchar a mi mente que continuamente me recordaba las palabras que se sentían como latigazos de las mujeres Di'Giacomo.
Alguien quien también fue vital en mi vida, fue la tía Marcela. Ella fue la madre que nunca tuve, la única persona que me brindó amor cálido de madre. La única que me decía palabras bonitas, que me amaba a pesar de ser gorda, a pesar de usar brackets, a pesar de ser la rechazada de todos. Ella fue mi Oasis en medio del desierto. Fue ella quien me enseñó a cuidar mi cuerpo, me llevó a la óptica a utilizar lentes de contacto. Me llevaba al salón de belleza y de compras a tiendas en las que me ayudaban a realzar mi belleza.
Cuando le preguntaban si yo era su hija, decía que si y por esos segundos, disfrutaba tener una madre amorosa, tierna y dulce. Disfrutaba tener su calor y su abrigo. Los días con ella se me hacían tan cortos, que sentía que pasaba en 5 minutos. Una cosa que recuerdo siempre es que me decía... Quien te ame, debe amar TODO de ti. No debes cambiar para agradarle a nadie y ¿sabes por qué? -Yo miraba a esos hermosos ojos color chocolate y negaba- PORQUE ERES HERMOSA TAL CUAL ERES. La "hermosura" que la mayoría ve, envejece, se marchita con el tiempo mi niña, pero la hermosura interna... Esa se mantiene intacta sin importar los años ni el peso de un ser humano.
Recuerdo esa conversación como si hubiese sido ayer... Pero tristemente fue 2 meses antes de que le detectaran el cáncer tan agresivo que tenía. Eso fue devastador para mí. Otra persona más que me amaba y yo amaba profundamente se me iría. Era como si me hubiesen destinado a ser infeliz. Como si tuviese una pesada condena encima que diga que debo perder a quienes me amen. La visitaba todos los días que hacía todo a la perfección para qué las Di'Giacomo me dejarán ir. Ella también me visitaba los días que se sentía bien, pero cada vez eran menos.
Finalmente, cuando ya cumplí los 18 fui libre del yugo de los Di'Giacomo y nunca más regresé a ese lugar. Mi tío quién había quedado como mi albacea, me compro un departamento, pero no lo podía usar hasta que fuese mayor de edad. A las 12 de la noche del día en que cumplí mi mayoría de edad, Gio quien ya tenía 21 años pasó por mí y me llevo a mi departamento. Mi tío Marcos y mi tía Marcela le habían dado la dirección para que me llevase en la mañana de mi cumpleaños, pero yo no quería permanecer en esa casa ni un segundo más.
Por eso, mi Gio precioso me recogió a esa hora. Total, ya ellas no podrían decir nada. Ya era mayor de edad y me sentía valiente en ese momento. Al llegar al lugar, sonreí y sentí que estaba llegando a la gloria. Mis tíos lo habían decorado hermosamente para mí. Fotos de mi adorado abuelo y yo, fotos mías con André, mía con ellos, y en el centro de la sala de estar, tamaño casi de la pared, la última foto que me había tomado con papá. Sonreí con tristeza. Fue el día que me habían puesto los brackets.
Habíamos quedado en que yo me tomaría la foto solo si él también enseñaba los dientes llenos de chocolate en la foto y así fue. En mis ojos se ve la felicidad que sentía con él y en los suyos el derroche de amor que me daba. Me quedé parada allí, mirando la enorme foto hasta que Gio llegó a mi lado. Hermosa, ¿todo bien? Pregunto mientras me apretaba de lado y yo recostaba mi cabeza en su hombro. Lo sigo extrañando como si no hubiesen pasado 6 años ya Gio. Dije suspirando y dejando correr las lágrimas. Él siempre va a estar en tu corazón mi princesa. De allí ninguna de las arpías que tienes por familia lo puede sacar. Me respondió acariciando mi cabeza.
Paul Alexander Volkov...
Flashback...
Cierro la puerta antes de que mi mamá siga dándome besos. Y créanme, amo a mi mamá, esa mujer daría todo por mí y yo lo daría todo por ella, pero ya a estas alturas en las que tengo 16 años, a punto de graduarme del colegio y con una próspera carrera como gamer y de hacker siguiendo los pasos de mi papá, ya tanto beso y tanto apapacho me hace sentir como si fuese un niño chiquito.
Aunque al cerrar la puerta sonrío. Mi mamá es única y ser latina la hace aún más candela. Es una mujer excesivamente apasionada. Con papá, con nosotros sus hijos, cuando mi abuela Hannah y ella se unen, ¡Prepárense! Porque lo que viene es nuclear. Ellas se aman y se apoyan en todo. Mis abuelos maternos murieron hace 4 años. Tenía 12 años cuando el primero en partir fue el abuelo y ya luego la abuela cayó en una tristeza y depresión que en 6 meses terminó llevándola a estar con el abuelo.
Precisamente a través de eso, mi mamá y mi abuela Hannah quienes ya eran unidas antes de eso, se unieron mucho más. Papá y el abuelo les tienen miedo cuando se reúnen y comienzan a hacer nuevos planes para cosas que quieren. El abuelo Bastian una vez me dijo... ¿Ves a la abuela? La amo con todo mi ser, pero ¿sabes que? Le tengo miedo. -Dijo susurrando- Lo miré y sin entender le pregunté ¿Por qué abuelo? La miró, sonrió y me dijo Ella sabe todo de TODOS y cuando está con tu mamá, es como si tuviésemos a la CIA y al FBI juntos con ellas 2. Por eso es que debemos ser muy cuidadosos tu papá y yo. Ya verás cuando tengas una esposa y si es una con curvas que te hagan chocar... Más todavía.
Eso fue el año pasado. Me reí porque el abuelo definitivamente ama a la abuela. La mira como papá mira a mamá, como el tío Andrew mira a la tía Alisson, como mis amigos miran a sus novias. No tengo dudas de que mi abuelo fue y aún es fuego puro con ella. En mi familia si hay algo que nos caracteriza es EL AMOR. En nuestra familia NO hay medias tintas. O es o no es, pero la inseguridad o el dudar no está en nuestras venas.
Por eso yo no tengo chica. No ha llegado aún quien me mueva el piso. Obvio no soy virgen porque ser rubio, alto y ojo azul llama mucho la atención y aunque jamás busqué nada con nadie, ellas solas me buscaban para hacerlo solo por 1 vez. 0 compromisos, 0 demandas de pasar tiempo juntos. Aunque tampoco puedo decir que jamás llegó quien me moviera el piso. Comenzando este año escolar, hubo una estudiante de intercambio. Ella era de España. Tenía un cuerpo muy parecido al de mamá. Generosa de cuerpo y sin preocupaciones por comida o por el que dirán.
Su nombre era Manuela, apenas la vi, me fleché. Su sonrisa, su acento, su despreocupación... Era 2 años mayor que yo y tenía una vida sexual bastante activa y es que tenía pareja. Pensé que podría destronar a quien fuese, pero con ella me equivoqué. Manuela era lesbiana. Pero eso no impidió que pasará tiempo con ella y al irse, decidí comenzar a buscar mujeres que fuesen de cuerpo GENEROSO. Tuve varias citas, algunas de ellas querían solo 1 noche y ya, otras querían matrimonio y así fui descartando.
Fin del Flashback...
Ya ahora tengo 25 años y ninguna de las chicas con las que he tenido mis encuentros ha logrado robarme el corazón. Encontré también algunas que solo querían dinero, otras que solo querían estatus y peor aún, encontré algunas que ni tan siquiera tenían la decencia de hablar. Iban a esos lugares era únicamente a buscar un desfogue y ya.
Me cansé de eso, ninguna mujer después de Manuela había logrado un impacto así de fuerte. Era como si la magia se hubiese ido con el tiempo. Me quedé inactivo una temporada y al parecer el tiempo que dure de esa forma dio sus frutos. El idiota de mi mejor amigo quien para completar es mi primo, metió las 4 patas que no tiene, con el amor de su vida quien también es mi prima y aunque le dije un millón de veces lo que tenía que hacer, NO lo hizo.
Pero debo agradecerle al idiota que haya mandado a Paola lejos, para ser precisos a Italia. Gracias a eso, hace unos días conocí al amor de mi vida. Casi sufrí un paro cardíaco cuando la vi por primera vez. Fue incluso más fuerte que la primera vez que vi a Manuela. Ella tiene algo tiene un ángel que la acompaña. Su carita tan dulce me produce ternura y unas ganas infinitas de protegerla. Es como si algo en ella me pidiese auxilio, la veo y sé que necesita de mí.
¿Que cómo lo sé? No me lo pregunten porque de verdad NO LO SÉ. Apenas la vi todo en mi pecho vibró, todo en mí estaba alterado. Y lo más hermoso es que cuando me presenté, me miró a los ojos con sus preciosos ojitos y es como si hubiese visto a los ojos a Medusa. La diferencia es que no me mató, pero si volvió mi corazón de piedra para las demás... Ahora mi corazón le pertenece. Me hechizó con solamente mirarme. Y puedo jurar que así se sintió papá. Él siempre nos contó como se sintió desde que vio a Mamá. Y ahora entiendo a la perfección esa necesidad tan ridículamente imperiosa por saber todo de ella. Ahora yo también estoy vuelto loco por hackearle la vida.
La dejé en casa de Pao y de inmediato me fui a mi departamento. Al llegar estuve por horas sentado frente a mi computador con mi programa de hackeo a tan solo un click de conocer TODO de ella. Espero que NO haya hombre o mujer que interfiera en mi plan de conquista. Finalmente tomé la decisión y al hacerlo, me doy cuanta de que su vida está tan limpia que mi super organizado departamento queda hecho un chiquero en comparación a sus registros.
Puedo ver una vida bastante plana. Ni una multa de tránsito, su acción como presidenta de una compañía es algo que me tiene bastante extrañado. Porque sale la cara de un hombre en muchísimas de las fotos de la empresa y no la de ella. Perdió a sus padres siendo muy niña. Ooooo ya veo de dónde viene esa necesidad tan obvia de protegerla. En fin la conclusión es esta... No tengo dudas que llegué a su vida para ayudarla y protegerla, para amarla a pesar de todas las cosas que tenga mal.
La vida es así. Y por ser así, es que quiero armarla cuidarla y ayudarle en todo lo que necesite... Aquí estaré para amarla a pesar de sus miedos, a pesar de mis particularidades... Voy a estar aquí para amarla a pesar de... A pesar de TODO.
Isabella...
Para mí conocer a Paola fue la bendición más grande del mundo. Esa pequeña llegó a transformar el mundo para mi hermanito André y para mí. Creo que su amistad es lo más bonito que mi hermano me ha dado. André nunca fue de tener mujeres en su vida. Sé que tenía sus aventuras y sus revolcones, pero jamás las traía a casa o las presentaba tan formalmente como lo hizo con ella y para que lo hiciese es porque estaba absolutamente seguro de que ella es una buena mujer.
Desde el primer momento hicimos click. Esos ojitos amarillos que tiene son demasiado expresivos y jamás me llegaron a mirar de manera prejuiciosa o de forma despectiva. Por el contrario, sus miradas siempre irradió ternura, dulzura y compasión. Junto a ella sentía que tenía a la hermanita que jamás he tenido. Hubiese deseado que mi relación con Regina fuese así, pero jamás hubo ni habrá una posibilidad de tenerla. Ella me ha ayudado tanto, que creo firmemente que no tiene ni idea de todo lo que ha hecho por mí en estos 4 meses que llevo conociéndola.
Pensé para ir a New York. Yo viajé a América con mi maravilloso Tío Marcos y André. Después que murió la tía Marcela, la forma que encontraron para sacar su dolor fue viajando. Mi tío portaba un relicario con parte de las cenizas de mi tía y de ese modo él decía que sentía su compañía. Decidieron llevarme y eso lo agradecí ya yo no tenía por qué pedirle permiso a nadie para hacerlo.
Pero ahora voy sola. André ahora es un recuerdo que duele, pero ya he perdido a tanta gente en mi vida que es como si tuviese el corazón lleno de cuartitos especiales para todos ellos. Mi papá, mi abuelito, mi tía Marcela, y ahora André. Muchas han sido las noches en las que me he quedado despierta preguntándome... ¿Será que todos a los que yo amo están destinados a morir? ¿Y si la del problema soy yo? ¿Y si no puedo ser feliz nunca? Y aunque Gio siempre me dice que deje de pensar de esa manera, a mi cabeza eso viene con mucha frecuencia.
En mi vuelo decido ir con un propósito muy claro. DISFRUTAR. Pienso gozarme la experiencia de tener aunque sea por unos días una familia amorosa y llena de unión. Conocí a los señores Chad y Natalia Johnson por videollamada cuando Pao estaba en Italia. La ternura con la que le hablaban a Pao me hacía tanta ilusión... ¿Qué hubiese sido de mí si mamá me hubiese amado como la señora Natalia ama a Pao? Sentí eso de papá y no hay un día en el que no extrañe a mi adorado papito. Sonreía con añoranza al recordarlo hasta que la señora Natalia un día me dijo... Princesa, serás bienvenida a mi casa y te trataremos como a una hija más, TODAS las veces que así lo desees. Sus palabras me arrugan el corazón. ¿Cómo es que una mujer que apenas he visto puede tratarme con tanta dulzura y la mujer que genéticamente está predispuesta a hacerlo me abandonó?
Y precisamente desde el momento en el que puse un pie en la ciudad de New York, todo ha sido demasiado bueno. Tanto que hasta tengo miedo. ¿Dónde está el truco en tanta felicidad para mí? La vida jamás ha sido tan buena conmigo. Pero inmediatamente, viene a mi mente lo que Gio siempre me dice Deja de pensar de esa manera principessa. Sacudo la cabeza mientras el mangazo de Paul me lleva hasta la casa de Pao. Él va conduciendo el auto y sin tan siquiera notarlo se ve jodidamente sexy. Las gafas oscuras, el mentón cuadrado, su perfecta nariz y los brazos tienen venas marcadas por donde lo miré. Sus brazos son tan gruesos por lo musculoso que es, que parece que tiene 2 muslos allí.
Siento que es como la fantasía de cualquier mujer. Fácilmente, él podría ser un modelo y cualquier mujer sería afortunada de tener a semejante bombón para ella, y aquí estoy yo sintiendo el peso y la intensidad de la mirada de ese hombre sobre mí. Apenas llegamos a la mansión Johnson, me bajé del auto casi corriendo. Sentía que si seguía dentro de ese lugar, me le iba a tirar en los brazos a semejante hombre. ¿Y quién podría juzgarme? O que me echara de su auto porque le genero asco, pero NO. Soy demasiado cobarde para decirle a ese hombre que me parece que es demasiado hermoso. Y por supuesto que la mujer que cuente con el amor y la atención de ese hombre, debe ser una diosa.
Al entrar a la casa, pues me recibe Natalia con un abrazo que me hace sentirme como una chiquita de 5 años. Mis ojos sin querer se llenan de agua, pero trato de controlarlo. Pao me llenó de besos y me presentó a Chad, a sus hermanitos y la preciosísima hermanita. Esa noche estuvimos hasta tarde, Bastian llamó diciendo que iría con pizza y cerveza para todos. Llegó con el pedido y todos tomamos la cerveza menos Pao, Natalia y Nathalie. Las 2 mujeres se volvieron solidarias con la novia quien por obvias razones NO podía tomar.
En tan solo unas horas que llevo en este lugar, he sentido una nostalgia porque me hace recordar a mi papá, veo en esta familia el amor que él, el tío Marcos, la tía Marcela y mi hermanito André me mostraron siempre a mí y entre ellos también.
La siguiente noche quedé aún más de piedra cuando Paul llegó al lugar donde Pao y Bastian muy amablemente me habían invitado, comencé a sudar y a temblar. Desde los 14 años cuando Gio se convirtió en mi amor platónico, no había sentido nada igual. Él me defendió de esa arpía que estaba solo insultaba mi peso sin parar. Me parecía estar escuchando a Regina. Sus insultos me hacían sentir que estaba en compañía de ella. Pero Paul se encargó de darle su merecido. Verlo como me defendió, me hizo dar demasiada ternura.
Cuando dijo que yo era su novia, casi me ahogo con saliva. En mi mente pensaba ojalá y así fuese. Sería hermoso tener un hombre que te defienda así de apasionado sin importar que dirán, sin importar las opiniones de los demás. Y aunque en mi mente opiné eso, en mi exterior, permanecí callada. Los recuerdos de mi adolescencia, los insultos y humillaciones que recibí y sigo recibiendo por parte de tanta gente, me hace derramar algunas lágrimas de tristeza, de dolor y sobre todo de rabia contra mi mismo.
Ya yo debería estar curada en salud de tanto de lo que yo he pasado, pero la verdad es que NO. Me sigue afectando igual que hace tanto tiempo ya. Pero esa noche fue la primera de uno de los mejores viajes de mi vida. Desde ese día para acá, han sido solamente días de gloria.
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Mujerones preciosas... Gracias por todos esos mensajes tan hermosos que me han estado dejando con los apenas 2 capítulos que se han publicado de la novela Te Amo a Pesar de...
Les cuento que estaré publicando al menos 3 veces a la semana. Si me da la oportunidad de hacer más, pues créanme que lo haré, pero seguro, seguro 3 veces a la semana.
Nuevamente, gracias por el apoyo y la compañía en esta nueva historia y ajusten sus cinturones porque está novela tendrá cosas tristes y fuertes que nos tocará enfrentar juntas.
Las quiero mucho... Un beso... Juli 😘💕💜😘💕💜
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