La joya de Chanlier
Érase una vez,un hombre que era tan misterioso como su rostro, casi nunca se dejaba ver por el hecho de que su trabajo le impedía. Conocido como el gran joyero Chanlier, sus joyas era de los más finos y refinado de lo que se podía encontrar en todo el imperio. Pero no era por obra de magia que él hacía las joyas, sino por su arduo trabajo en encontrarla y modificarlas. Como todo hombre independiente, no le interesaba ningún compromiso con alguna mujer, a excepción de Paola Dubrov, encantadora mujer y sonrisa preciosa, o eso era lo que el joyero pensaba de ella, sus cabellos platas y su ojos azules cielo la comparaba con una joya precisa. Tan interesado en esa mujer que le enviaba detalle, cartas, flores y sus joyas más hermosas, aquella doncella con gracia lo tomaba, en varías ocasiones salían y compartían palabras, pensamiento y sentimientos, pero Paola repentinamente fue comprometida con el príncipe. El joyero al enterarse sintió la necesidad de enfrentarse de manera decisiva, y le preguntó a Paola con quién decidía estar ya que ella podía rechazar o no el matrimonio. En aquel momento tan crucial, había llegado el príncipe con el gran motivo de visitar a su prometida. Fue entonces que los hombres se conocieron de una manera poco agradable, y más para el joyero, que vio como Paola se dirigió rápidamente al lado del príncipe, entre un abrazo de medio lado, el joyero veía apretando las manos.
La elección era más que obvia, y no hubo palabras, solo dolor, molestia y decepción por parte del joyero, el príncipe no acusó de nada a aquel hombre ya que Paola le comentó que solo era un vendedor que le ofrecía accesorios.
Con eso, el joyero no le quedó más de otra que convertir sus sentimientos en amarguras, Paola le daba esperanza de tener una relación juntos, no le rechazaba nada de lo que él le ofrecía, siempre le decía que a su lado quería estar, cuando resultó que no era cierto.
El punto es que él realmente se había enamorado de ella, el tiempo que pasaron juntos él sí lo valoró y apreció en cada parte de su ser. Y si todo lo que Paola le decía o hacia era mentira, pues que bien lo hizo, ya que aquel hombre le creyó hasta su sonrisa.
Aún en su dolor, el joyero siguió su vida de manera muy amarga. Tiempo después en su trabajo, un día internado en aquella minas que era de su propiedad encontró un hallazgo, un piedra poco común pero hermosa, le pareció interesante dado que era de un color amatista intenso, era un buen material para las joyas. No obstante, esa piedra de alguna forma estaba maldita, ¿La razón?, luego de que el joyero se llevará aquella piedra que en su interior era hermosa, cosas sombrías pasaron, su actitud cambió y empeoró a como estaba, se volvió más hostil, sus ojos se mostraban oscuro y lo único que quería hacer era tomar venganza de algo que pretendía olvidar. Algo que en él no quería, pero fue por culpa de lo que halló.
Al terminar de crear un collar con esa piedra, decidió quedarsela y usarla como su accesorio. Finalmente, el joyero fue a buscar de vengarse de la mujer que jugó con sus sentimientos yendo tras el príncipe. No se explicaba como él entró al palacio sin ser detectado, pero con una gran agilidad asesinó delante de Paola al príncipe. Y luego de verla suplicar, llorar finalmente, el joyero de un solo golpe le quitó la vida a la doncella.
No era lo que esperaba, era mucho mejor. Pero esos no era sus sentimientos, sino lo de la joya que parecía estar maldita y que lo controlaba a su gusto. Una gran sed se propagaba en su interior y con ello nació el temido Vincent Chanlier, aquel hombre que era un simple joyero se había convertido en un villano que logró asesinar a dos personas y que nadie supiera quién lo hizo y todo por el poder de la joya.
La historia no terminaba ahí, pero el libro sí.
Este era el inicio de una historia, pero el final del libro que Aris leía. Viendo que ya no le quedaba para leer, cerró el libro y siguió en su camino a casa. Era el primer libro de la trilogía corazón sagrado que ella ya había leído una vez pero hace años atrás.
Aris es una joven adulta de 32 años, según ella era su etapa adolescente que seguía vigente y que quería aprovechar al máximo. No tenía responsabilidades más que trabajar y leer a gusto sus libros aunque aveces no le daba el tiempo por las horas extra del trabajo.
Caminando por la acera ella no se fijaba en el camino cuando estaba ansiosa a leer el segundo tomó de la historia. Emocionada se sentía ya que a pesar de haberlo leído le gustaba releerlo una vez más. En ese momento había muchos ciudadanos en pasando, tanto, que alguien la tropezó causando que cayera en un carril de la avenida, desafortunadamente había un vehículo en dirección a ella que no daba chance de sacarla de ahí.
Colisión, estruendo y muchos gritos al ver el trágico y horrible accidente. Solo hubo una muerte y fue la de Aris Londoir.
En un repentino despertar, Aris se levantada de donde sea que este.
— ¿Éstoy viva?... No, imposible... Debo estar en el infierno por tantas historias +21.
Aún seguía todo oscuro, apenas se podía ver las sombras de sus dedos. Siente que esta sentada en una nube muy suave. Aris toca nuevamente y se hace énfasis.
— parece un colchón... Y hay sábanas también... ¡Oh! Una almohada...
Con incertidumbre, saca sus pies y toca el suelo. Caminaba hasta que tocó con sus manos la tela de lo que parecía una cortina. Al sentir que su intuición le guiaba abrir las cortinas, no titubeó y en un solo movimiento mostró una luz intensa.
— ¡¿Pero que?!
Tanto fue la intensidad de la luz que retrocedió y cayó al suelo. Poco a poco se adaptaba al entonó y se asombró de ver lo siguiente.
— un cielo azul... No...— se levanta y mira a su alrededor— un balcón... Una recamara antigua... No entiendo... Nada...
Estaba tan confundida de que no se detalló que al lado había un reflejo muy singular. Asustandose, preguntó repentinamente.
— ¡¿Quién eres?!— y como vio que cada gesto que hacía ella se imitaba genuinamente, llegó a la conclusión de que era ella.— ¡Santa cachucha!... ¡Soy yo!
Impactada de lo que veía, ella toca el espejo y con asombro confirma que si era ella. Lo más asombroso era que su apariencia es totalmente distinta.
— cabellos rosados, ojos violeta y una belleza única... ¿Por qué estoy en éste cuerpo?
Una buena pregunta amerita una buena respuesta y que más con unos recuerdos que le abruman la mente a no más poder, causando una sensación de jaqueca insoportable.
— ¡Argh!...
Tomándose de la cabeza gime de dolor y mira pasar tras esos recuerdos una vida que no le pertenece. Luego de un minuto intenso, para ella pasó el tiempo de una vida completa. Ella no lo podía creer, no lo podía asimilar asi de fácil de que ahora estaba en el último libro que leyó: “La joya de Chanlier"
¿Pero como lo sabía exactamente?
Bueno, gracias a las memorias adquirida de este cuerpo, pudo saber con exactitud eso, las fechas, el lugar, las personas más destacadas del imperio incluyendo a Paola, que ya se ha comprometido con el príncipe porque eso salió en los periódicos haces días.
Y dentro de esas personas que era importante en el medio del imperio estaba Pandora Rousell, hija del gran y poderoso duque de Rousell. Única hija y muy amada por su padre, que por azares del destino el duque posee una mala salud desde hace un par de años. Pandora a pesar de tener un amoroso padre, la muerte de su madre provocó que se volviera desde niña egoísta, mimada y egocéntrica, así fue creciendo hasta la adultez. La belleza de Pandora eclipsaba a las demás, volviéndose en el centro de atención de los hombres.
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Con ello traí pretendientes de gran renombre y que cada uno rechazor por no ser digno de ella. Su padre le pedía que formará un matrimonio para que estuviera segura ya que muy pronto partiría de este mundo. Sin embargo ella no quería y hasta el día de hoy ha rechazado los pocos pretendientes que le quedan.
Ahora Aris estaba en el cuerpo de Pandora. Ella no sabía cómo asimilar esto, estar en la vida de otra persona, simplemente, no lo podía creer. No sabe cómo o porque llegó y más aquí; en una historia de fantasía y de una trilogía.
— ¿Como llegué aquí?... Morí pero desperté en este cuerpo y dentro de una historia.
Ahora estaba en el tiempo del primer libro, de la historia del joyero, del hombre que le rompieron el corazón volviéndose el primer villano de la trilogía. Sin poderlo asimilar aún, llega la notificación de una sirvienta tocando la puerta pidiendo permiso para entrar.
— señorita Rousell. Ya está su desayuno listo, ¿Quiere que la ayude a arreglarse?
— n-no...
— ¿No?... Pero si usted me pidió ayer que viniera a esta hora.
— yo... Decidí arreglarme sola. Puedes retirarte...
— bueno... Si la señorita lo ordena, me retiro.
Y con ellos, los pasos se alejaron. Aris no se sentía lista para salir de esa habitación, aún no era el momento indicado para enfrentar su nueva realidad. Lo más curioso es la razón del porque está en ese tiempo y en el cuerpo de Pandora.
“ estos recuerdos solo me muestran una Pandora muy malvada. Hacia y deshacía todo a su voluntad, no apreciaba nada de su padre y derrochaba su fortuna en gasto innecesario."
El dolor de cabeza incrementaba, solo un vaso con agua que estaba en su mesita de noche bebió. Sentándose en la orilla de su cama se toma la cabeza y analiza su situación.
— ¿Que hago? ¿Que hago? ¿Que hago?... ¿Como me enfrentó esto?... ¿Tengo que actuar como Pandora o no serlo?... Pero y si se dan cuenta que soy una impostora y me ejecutan... Debo inventar una excusa.
Una buena excusa para poder andar algo libre en esta casa. Aún necesitaba adaptarse a este lugar y siendo otra persona, por eso debe actuar con cautela hasta que se pueda acostumbrar a este sitio y encontrar una solución de como vivir.
— ya no me llamó Aris, morí y de eso estoy segura... Ahora soy Pandora Rousell. Y encontraré la razón del porque estoy aquí.
Media hora después, la nueva Pandora ya estaba arreglada, usando los vestidos fino que la anterior persona usaba, solo para que no sospechen de inmediato. Aunque le resultaba incómodo lo tenía que usar, se doblaba un poco los tobillos pero aún así andaba con ellos.
Miró por los pasillos y no había ni un alma. Salió con un poco de confianza y camino hasta el comienzo de las escaleras para bajar a la sala principal. Con un suspiro al tomarse del barandal, siente como se dobló el talón con el escalón y fuertemente cayó cuesta abajo hasta el último escalón.
El estruendo fue tanto que varios sirvientes salieron a ver. Se asustaron al mirar a la señorita en el suelo, llamaron al mayordomo de la casa y el rápidamente fue auxiliarla.
— ¡Señorita Pandora!... ¡Llamen al médico, puede ser que se haya golpeado la cabeza!
Pandora se encontraba inconsciente, o eso era lo que ellos creían. En realidad, ella estaba fingiendo, en su mente estaba quejándose.
“ ¡No es mi día, ni mi vida ni nada!... No me dejan respirar y ya estoy en otro accidente. Pero... La caída es una excusa que podría usar..."
Y con ella, la excusa de que Pandora Rousell cayó, se golpeó fuerte la cabeza y que cambió de manera de pensar podría ser un éxito.
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Más tarde, al rededor de una hora, Pandora yacía nuevamente en su cama. El doctor la observo y aclaró que no tenía ninguna lesión, a excepción de la cabeza. Ella ya sentia el momento de abrir los ojos y mirar al doctor con el mayordomo a su lado.
— oh, señorita Rousell... ¿Como se encuentra?
— ¿Donde éstoy?... ¿Por qué me duele mucho la cabeza?
— recibió un golpe fuerte al caerse de la escaleras, por suerte, ha despertado, me gustaría hacerle algunas preguntas. ¿Puedo?
— adelante, por favor. Aunque no deja de dolerme la cabeza, si es necesario, hágalo.
El mayordomo miró con asombro, ella jamás daría permiso a que le preguntara, no le gustan ni mucho menos viniendo de médicos.
Las preguntas fueron sencillas, algo para evaluar su estado neurológico. No más de 10 minutos le basto al médico para dejarla tranquila.
— gracias por su colaboración, le dejaré unos analgésicos para el dolor de su cabeza.
Al salir de la habitación, el médico le susurró al mayordomo lo siguiente.
— es extraño que la señorita no me haya tratado con inmadurez. Respondió a todo y eso me indica a qué no presenta secuelas de manera preocupante, solo un cambio inesperado de actitud.
— ¿Será por el golpe?... ¿Afectaría algo en ella?
— quizás... Por ahora se tomará en observación. Si le sigue doliendo la cabeza pero se ha tomado los analgésicos, eso quiere decir que puede presentar secuelas de la caída... Realmente no sabría decirle si afectará su actitud en ahora en adelante o solo un cambio temporal.
— entiendo. Le informaré esto al señor, no le gustará nada saber que su hija tuvo un accidente.
“aunque eso sería bueno. Últimamente la señorita ha causado mucha molestias a su padre que me preocupa la salud del maestro."
Pensó el mayordomo mirando en dirección a la habitación de la señorita. Mientras que Pandora se encontraba sentada en su cama. Luego de beber el analgésico, una sirvienta le pregunta.
— ¿Quiere algo más, señorita, un té?
— si, me gustaría.
La sirvienta miró disimuladamente a Pandora, jamás en su tiempo trabajo podría haber visto ese tipo de actitud en la señorita.
“el golpe debió ser muy fuerte que ya se le olvidó la maldad que tenía dentro de ella. Tal vez le dure hasta mañana, menos mal es mi día libre."
Al dejar sola a la señorita, Pandora por fin puede respirar y recostarse en la cama. Con gran dolor en su cabeza, siente que es mejor seguir planeando con detalle bien su vida aquí.
— no puedo usar los tacones de Pandora ni mucho menos los vestidos tan bonitos pero extravagante. No estoy acostumbrada a eso, y por eso tuve el accidente. Por lo menos creerán que si he cambiado es por obra de la caída. Ahora puedo actuar con más tranquilidad.
Ella suspira, y trata de buscar una hoja anotando todo sobre la Pandora original. Si poseía los recuerdos, pero le sería más útil tener una guía de las costumbres y habilidades de ella. Lo que estaba a punto de descubrir en esta Pandora era un secreto muy importante que cambiará mucho aspecto de sus pensamientos.
______________ Al día siguiente
En la habitación del señor de la casa, este se encontraba hablando con alguien muy cercano para él.
— lamento haberte llamado en una situación delicada para tí.— aclaró aquel hombre recostado en su cama. Que tosía con cada palabra que terminaba.
— sabes que te debo muchos favores. Pero no estoy aquí por el interés del negocio, sino por el buen trato que me diste cuando llegué aquí hace tiempo. Vine lo más rápido posible al recibir tu carta.
— verás... Se trata de mi hija, Pandora. Ella no es muy... Amable o gentil con las demás personas, es todo lo contrario. Y se le ha hecho difícil hasta para mí en conseguir un pretendiente.
— ¿Que necesitas exactamente?... Puedo buscarle un pretendiente adecuado a ella.
— no quiero a nadie más que a tí.
El hombre joven miró asombrado, sus ojos azules brillaban con curiosidad como de rechazo, pero dejó continuar.
— yo necesito que alguien confiable se quede con ella después de mi partida. Verás, este cáncer que está creciendo dentro de mí me está consumiendo a no más poder y el medicamento ya no funciona. Se que Pandora es una niña muy mimada, pero es lo único que me queda de su madre.
— duque Rousell. Lo que usted quiere es que cuide a su hija por medio de un contrato matrimonial, es lo que logro entender.
— si. Podrás quedarte con la mitad de los bienes del apellido, todos mis terrenos y mi titulo.— saca un suspiro frustrante— Sin embargo, no es obligatorio. Si decides no aceptarlo no me molestare ni te daré un trato indiferente. Se que nadie quiere estar con ella, pero hasta que ella no se sepa valerse por sí misma no quisiera dejarla sola.
El hombre joven miró por unos segundos la ventana, él pasaba por una situación tan dolorosa que le dificultaba seguir adelante con alguna mujer. Pero pensó; que nunca tendría sentimientos hacia ella ya que sabe cómo es su actitud de mimada, además que todo iba a ser por medio de un contrato, aún así, él le sugiere algo al duque.
— puedo cumplir su voluntad. Atenuando una condición; que si la señorita Pandora Rousell rechaza el matrimonio por contrato, no le insistiré, no me gusta obligar a nadie que quiera estar a mi lado así sea por contrato.
— realmente no sé cómo agradecerte. Joven Vincent.
— lo hago por usted, no puedo despreciar ni mucho menos olvidar como me ayudó.— aclaró Vincent, seriamente.
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— Trataré de que mi hija recapacité sobre sus actitudes, aunque me llevo toda la culpa por darle todo, no la eduque como era, pero solo quería darle lo mejor.
— está bien, aveces, no son los padres el problema, sino los hijos a pesar de darle lo mejor. Yo ideare todo para que la señorita y yo nos encontremos después. Me retiro.
— hasta luego, joven. Espero que tú y mi hija se lleven bien a pesar de como es ella.
Vincent solo asintió y se marchó. Mientras que el duque divagaba solo con sus palabras.
— me enteré que ayer Pandora sufrió un accidente en las escaleras y que cambió un poco su humor. Ahora, hoy es un nuevo día. Quizás haya vuelto a ser la misma... Necesito verla.
Minutos después, había mandado a llamar a su hija por medio del mayordomo.
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¡holaaa! Mi preciosos lectores. Cuanto tiempo a pasado desde la última vez que actualice¿No?... Sin embargo hoy le traigo una nueva novela y realmente me haría muy feliz que me diera su gran apoyo como lo ha hecho desde siempre. Lamento las ausencia que he tenido pero siempre tengo un deber primordial que atender y esos son mis estudios, pero ahora estoy aquí y con una nueva historia.
Muchas gracias por su paciencia y esperó que le haya gustado estos tres capítulos, dependiendo de la audiencia subiré más seguido.
Gracias por leer. 💖
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