Amistad O Matrimonio
desconocidos
Camila
¡Oye, Diego!, no me dijiste que iba a haber un nuevo vecino.
Diego
"Yo que sabía que estaba alguien mudándose al frente", dijo Diego, quitándose los audífonos. "Ni siquiera en el chat de vecinos nos dijeron nada. ¿Será un mafioso o un asesino? ¿Tú qué crees, Cami?", preguntó mientras se dejaba caer en el sofá.
Camila
"Ajá, como si fuera así. Aunque esa casa vale millones", dijo Camila mientras seguía limpiando alrededor de Diego. "Mañana, si tengo tiempo, voy a ir a conocerlos, pero tú también puedes ir. No estoy sola, ¿o sí?", preguntó con picardía.
Diego estaba tan absorto en su celular, con los audífonos puestos, que no prestó atención a las palabras de Camila.
Camila
"¡DIEGO, TE ESTOY HABLANDO!", gritó Camila, golpeándolo con la escoba. Diego, asustado por el enojo de Camila, corrió para evitar ser alcanzado por el golpe.
Diego
Diego, corriendo hacia su habitación, le gritó a Camila con picardía: "¡Mañana tengo una cita, así que anda tú!".
Camila
¡"¡Eres tan amable que me gustaría aplastarte o pegarte en la parte de abajo!", gritó Camila a Diego desde el primer piso, con una mezcla de enojo y sarcasmo.
Camila
"¿Qué rayos está pasando?", se escuchaba desde la casa de al frente, se pregunta Camila con una mezcla de curiosidad y preocupación.
Diego
"Ese es el bebé del mafioso. Parece que está de mal humor", le grita Diego a Camila desde la otra pared, con un tono de voz que mezcla curiosidad e intriga.
Camila
"Mejor duerme y no te andes preocupando de los demás", le dice Camila con seguridad, como si supiera que todo va a estar bien.
El llanto del bebé se había apoderado de la mente de Camila, y ya no podía soportarlo. Sin pensarlo dos veces, decidió ir personalmente a la casa de su nuevo vecino para ver qué estaba pasando.
Unos minutos después, Camila estaba tocando la puerta de la casa de al frente, con un nudo en el estómago y un corazón lleno de incertidumbre.
Esteban
"Ummm, ¿qué está pasando?", preguntó el vecino nuevo, observando a Camila de pie junto a la puerta, con una expresión que mezclaba confusión y, quizás, un poco de enojo.
Camila
"¿Cómo se llama?", preguntó Camila, con un tono de voz que dejaba entrever su enojo.
Esteban
"Me llamo Esteban", le respondió el vecino a Camila con un tono cortés, aunque un poco desconcertado por la actitud de su nueva vecina.
Camila
"No, usted, el bebé", respondió Camila con rabia, como si no hubiera escuchado la respuesta de Esteban.
Esteban
"A, se llama Daniel", le dijo Esteban, tratando de mantener la calma ante la insistencia de Camila.
Sin esperar respuesta, Camila tomó al bebé Daniel en sus brazos y se lo llevó a la pieza. Estaban parecía estar muy cansado y afligido por los llantos del pequeño Daniel, sintiendo alivio al ver que Camila se hacía cargo de la situación.
Después de unos minutos de suaves arrullos y caricias, el bebé Daniel se quedó dormido plácidamente en los brazos de Camila.
Esteban
"Perdón por las molestias", le dijo Esteban a Camila, tapándose la cara con las manos. "No podía dejar de llorar, estaba desesperado".
Camila
"No te preocupes, tengo dos sobrinos, así que tengo experiencia en cuidar niños. ¿Y su mamá, dónde está?", le dijo Camila a Esteban, con un tono tranquilo y maternal.
Esteban
"Me abandonó con Daniel porque está enfermo. No supo superarlo y se fue con otro hombre", respondió Esteban, con la voz baja y llena de tristeza.
Camila
"Ah, entiendo. Lo siento mucho por eso", le dijo Camila, mientras le daba una palmada consoladora en la espalda a Esteban.
Camila
"Ya me tengo que ir a dormir. Chao", le dijo Camila a Esteban, con un gesto de despedida.
Esteban
"No te vayas. ¿Qué pasa si se despierta y no se calla más?", le dijo Esteban a Camila, con un dejo de preocupación en su voz.
Camila
"Entonces dame tu número de teléfono y nos comunicamos. ¿Te parece bien?", le propuso Camila a Esteban, con una sonrisa amable.
Camila y Esteban intercambiaron sus números de teléfono, con la esperanza de poder aliviar, al menos un poco, la carga de Esteban con el bebé Daniel. Ambos estaban decididos a ayudarse mutuamente en esta situación inesperada.
Diferente tiempo
A la mañana siguiente, Camila estaba en su casa, envuelta en las sábanas, luchando contra el sueño. Mientras tanto, Diego estaba en su trabajo, ocupado con sus responsabilidades diarias.
Camila
Mmmm, quiero quedarme un poco más en la cama... Camila se acurrucó bajo la sábana, disfrutando de la calidez y la comodidad.
Después de unas horas, Camila, con su espíritu de ayuda, ya estaba preparando su bolso para salir y buscar a alguien que necesitara ayuda, esperando que su generosidad le permitiera conseguir algo de dinero.
Camila
"Ah, me falta la llave", dijo Camila, buscando en su bolso. Abrió la puerta y cerró el portón con cuidado, justo cuando se encontró con Esteban, quien la esperaba afuera con una sonrisa.
Esteban
"Hola Camila, gracias por ayudarme anoche. ¿Te vas al trabajo? ¿Te acompaño o...?" le preguntó Esteban, con un gesto de agradecimiento y preocupación.
Camila
"No, gracias, iré en bus. ¿Necesitas algo con Daniel o...? ", preguntó Camila, un poco apurada, mirando al bebé con una sonrisa.
Esteban
"Ah, no, solo quería saber si necesitabas algo", respondió Esteban, sonriendo con un poco de vergüenza.
Camila
"Entonces chao, me tengo que ir. Ahí está mi bus", dijo Camila, señalando con la cabeza hacia la calle.
Esteban
"Voy contigo, voy a comprar leche en polvo, porque ya no me queda", dijo Esteban, sonriendo con alivio.
Camila
"Ok", dijo Camila, un poco incómoda, pero con una sonrisa cortés.
Subieron al bus y se sentaron juntos. Camila le sonreía a Esteban, un poco incómoda por la situación, pero sin que él lo notara.
Esteban
"Y vas al trabajo, ¿no? ¿No es un poco tarde para trabajar, o vas a comer con tu novio?" preguntó Esteban, un poco curioso.
Camila
"Yo... no tengo trabajo, pero ayudo a las personas que lo necesitan. Y si quieren me pagan, si no, no. Así es todo mi día", respondió Camila, con una sonrisa un poco triste.
Esteban
"Entonces, te tengo que pagar por ayudarme con Daniel esa noche", dijo Esteban, con una sonrisa cálida y genuina.
Camila
"No es necesario que me pagues, realmente fue lindo verte ayudando con Dani y Diego. No es mi novio, es mi compañero de casa, nos ayudamos mutuamente con el dinero para pagar la luz y el agua y cosas para la casa", respondió Camila, con una sonrisa sincera.
Esteban
"Ah, entiendo. Entonces, te tengo una propuesta. ¿Qué tal si me cuidas a Daniel y yo trabajo? Así no te estaré dando dinero que no te guste y además me estarías haciendo un pequeño favor", dijo Esteban, con una sonrisa esperanzada.
El conductor del bus, con voz fuerte, anunció: "¡Al centro, Miss Teodoro!".
Camila
"Amm, mira, es mi paradero. Lo siento, me tengo que ir. Hasta luego, Esteban", dijo Camila, con una sonrisa un poco apenada.
Esteban
"Ah, pero y lo que te dije... no me has dado una respuesta", dijo Esteban, un poco decepcionado.
Camila
"Amm... chao", dijo Camila, sonriendo un poco nerviosa y bajando del autobús.
...
Espero que te estés divirtiendo con esta historia tanto como yo la estoy creando poco a poco. nos vemos
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