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El Sabor Amargo De Tu Miel

... Un baño de agua fría...

Camila Salva tierra Echeverría, 26 años.

Me acuerdo que hace unos meses me comprometí ilusionada, pensé que mi matrimonio después sería especial, bueno al menos yo me sentía así.

Los días eran especiales, aveces me quedaba en su departamento, yo misma le preparaba su desayuno era algo que para él estaba muy bien y le agradaba mucho, mientras él trabajaba yo me dedicaba a dar clases particulares de piano.

Pero poco a poco las cosas se han ido cambiando y no para bien, sino todo lo contrario, no sé si sea por el trabajo, quizá y su cargo de CEO lo tiene estresado, aproximadamente son dos meses que su padre le dejó el cargo por su avanzada edad.

Aquí viviendo y no queriendo darme por vencida, aun no...

......................

Son casi las diez de la mañana y yo tengo que conducir como media hora hasta la casa de una nueva cliente. Me coloco mi vestido formal y alistó mis notas junto a mi bolso. Abajo está la señora Clarita, quien se encarga del mantenimiento de la casa y la cocina.

(Clara) Señorita le preparé su jugo para llevar.

(Camila) Tan preocupada por mi salud, muchas gracias, Clarita, luego pasaré al súper por las compras, me envías la lista. Bueno cuídate mucho.

(Clara) Que tenga buen día, señorita Camila.

Tomo mis llaves del auto y me voy, ubico la dirección en mi GPS, me doy cuenta de que meses atrás también fui por las mismas calles, bueno quizá y alguno de mis clientes le pasaron el dato.

Coloco las notas magníficas de Fryderyk Franciszek Chopin.

Mi mayor ídolo, su perfecta técnica, su refinamiento estilístico y su elaboración armónica han sido comparadas históricamente.

Así voy pensando en la noche de ayer...

¤ Recuerdo...

Fui a su departamento y abri con las llaves que él me dio, lo veo sentado sobre el filo de la cama, revisando unos papeles y ya eran como las diez, me acerco coquetamente con mi pijama sexy y le doy un beso en su cuello y luego acaricio su pecho, pero lo que me dijo me deja perpleja y avergonzada.

(Paúl) Camila deja de hacer eso, estoy revisando estos documentos, ahora no, vete y date un baño de agua fría.

(Camila) Pensé que hoy si podíamos hacer el amor.

(Paúl) Tuve un día fatal y tengo cuentas que no están claras. Iré a la cocina por agua.

(Camila) Y así como todas las noches... Y te digo que me di una ducha antes de venir aquí a verte, no sé si te fijaste que aún traigo el cabello húmedo y que mi piel desprende el olor a vainilla.

(Paúl) Ya basta, esto es importante para mí.

... Sale de la habitación y veo que se encierra en el estudio.

Me siento sobre el mueble mirando hacia el ventanal, el frío de la noche me hace sentir que el amor que antes teníamos se está enfriando, desde hace un mes ya no me toca, ya no me besa como antes y yo necesito de él, quiero que me haga suya como esos días en la playa, cómo aquella vez en la habitación de aquel hotel donde nos encontramos después de un matrimonio civil de unos amigos. Fueron días en donde me sentí amada.

El sonido del GPS me alerta de que llegue a mi destino.

Miro por el espejo retrovisor para poder estacionar mi auto, veo que no hay espacio, así que me estacionó al frente unas casas más abajo, miro hacia a ambos lados para poder cruzar, luego toco el timbre de aquella casa, una mujer de edad avanzada me recibe.

Entro y espero en la sala, veo que una mujer alta muy guapa se acerca y me extiende su mano.

(Mina) Hola, soy Mina George, gracias por llegar a tiempo, las clases son para mi sobrina de siete años, ella está esperando en el segundo piso de la casa, acompáñame por favor. Mi hermana vendrá por la noche y me encargo su llegada.

Sigo a la guapa mujer y cuando llego veo a la niña que me sonríe tímidamente, me presento y empiezo diciéndoles las notas musicales y la posición de sus dedos sobre el teclado, su tía nos deja.

La niña se llama Laura y es muy inteligente, aprende rápido, y así paso unas horas para ocupar mi cabeza en otras cosas.

Le dejo una partitura para que practique para la próxima clase, me despido y bajo con cuidado, me informa la empleada que me dirija hacia el despacho de la señora Mina.

Cuando estoy por llegar oigo una voz que ya conozco, pongo en duda y quizá sean ideas mías como me dice él... Pero no, aquí no hay un error y me voy acercando más la puerta está entreabierta y veo al que es mi prometido pues esta con la mujer que es tía de mi clienta de hace unas horas, élla está sentada sobre sus piernas, él tiene sus manos entre su blusa la cual le acaricia sus senos, mientras ella susurra palabras que no logro poder escuchar. Me quedo helada ante la imagen que estoy presenciando, siento la presión en mi pecho y el aire me falta, las lágrimas amenazan con salir en cualquier momento

Retrocedo y tropiezo con la señora que me recibió al entrar.

(Camila) Yo ... Yo voy de salida, lo siento.

Salgo de aquella casa, poco a poco mi respiración se va normalizando, las lágrimas van cayendo una a una por mi rostro, la imagen se repite en mi cabeza como una película y no la puedo pausar.

Subo a mi auto y me siento a esperar, quiero saber a qué hora sale de aquella casa, soy un mar de lágrimas, todos los recuerdo que forme con él se van diluyendo. Me doy cuenta de que si el me rechazaba pues la razón era la mujer con la que estaba sentado bien a gusto.

Mina George...

(Mina) Pero yo quiero que solo esta noche te quedes conmigo. Vamos amor siempre me dices que te vas a casar conmigo que ya vas a romper ese compromiso porque ya no la nesecitas. Por Dios Paúl cuando será el día en que enfrentes a tu padre y le digas que soy tu novia y mujer desde hace tres años, desde que hiciste tu pasantia, cuando será el día en que me des mi lugar, no voy a seguir siendo tu amante, también quiero ser tu mujer a tiempo completo.

No debiste comprometerte jamás. Llevo una semana aquí en esta casa y ya quiero que mis noches sean contigo y sola, además ya quiero irme a vivir en tu departamento o una casa para los dos, mi hermana me trata bien, pero yo quiero verte a ti a solas y no me refiero a un hotel de paso.

(Paúl) Solo deja que mi padre firme los documentos en que me deja todo para mí, para su único hijo, luego rompo el compromiso con ella, aunque no lo quiera es mi prometida por ahora, esa fue decisión de mi padre luego yo viviré contigo. Solo contigo mi amor Mina.

Mario Petrel Carpíos.

Camila Salva tierra Echeverría, me miro en el espejo de mi auto y la apariencia que traigo pues no es la adecuada, mis ojos están hinchados, veo que ya está anocheciendo y su auto aún permanece en esa casa, Llmao a Clarita Mientoy le digo que se me hizo tarde para hacer las compras, pero no puedo olvidar ni mucho menos verlo después de esto.

Conduzco por el centro de la ciudad y en el camino voy pensando en que le diré a mi padre, es un viejo amigo del padre de Paúl, el señor Pedro Paúl Hitler.

Recuerdo que se emocionaron cuando les dijimos que Paúl y yo pensábamos casarnos y el señor Pedro fue el más feliz con la noticia, ya que por fin su único hijo se casaría, le habló de que su herencia y manejo de la empresa sería para él.

... Y ahora... Ahora tendré que romper ese compromiso y que se quede con la mujer que él escogió y la cual veo que lo hace feliz.

Llego a casa y el portón se abre automáticamente, saludo a Wilson que está en la puerta, le doy las llaves del auto y yo camino por el jardín hasta llegar a casa.

La puerta está abierta y antes de entrar me doy cuenta de que mi padre está con algunos amigos, creo que debí maquillar antes de venir. Estoy en mal estado, debo tener el maquillaje corrido, doy vuelta para ingresar por la cocina y luego subir a la que meses atrás fue mi habitación, no pasó desapercibida por Lidia, mi nana, se alegra de verme y me da ese abrazo que me hace sentir querida.

(Clarita) Mi niña bella, pero porque entrar por la cocina... Y esos ojitos ¿Te sucede algo malo?

(Camila) Nana no me siento bien por ahora, vi que mi padre está con visita y por eso entré por aquí.

(Clarita) Sí, los señores que están con tu papá, son viejos conocidos, vienen de Italia y están ampliando sus empresas, y quien mejor que tu papá para guiarlos por los mejores lugares para que consoliden sus nuevos proyectos en esta ciudad.

(Camila) Entiendo, nana iré a darme una ducha y después bajaré a saludar a mi padre.

(Nana) Sí mi niña, tengo entendido que los señores se van a quedar por petición de tu padre, no los quiso dejar ir a un hotel, ya sabes como es tu papá.

(Camila) Sí, lo sé, siempre tan bondadoso el viejo.

Nana voy a ducharme.

... Voy subiendo las escaleras y abro mi habitación, la paz que me da es todo lo que necesito para estar tranquila.

Voy a la ducha y me siento, mientras él agua limpia mi dolor, ese dolor que me presiona el pecho, la imagen no se va de mí. Muevo la cabeza y salgo, seco mi cabello y me coloco unos Jeans y una blusa, trato de ocultar mis ojeras con maquillaje, me pinto los labios color nube y mi cabello suelto, me miró al espejo y bueno aquí voy.

Bajo las escaleras y la risa de mi padre me alegra el corazón, me ve y se queda mirándome con extrañeza.

(Luis Salva tierra) Pero mi niña que sorpresa verte, ven te presento a unos buenos amigos.

(Camila) Solo fue ayer que no me viste, eres un exagerado.

(Luis) Mi preciosa. Mira aquí el señor Morís Petrel y su hijo

Mario Petrel, señores ella es mi hija, Camila.

(Morís) ¡Pero que bella es tu hija! Un gusto señorita Camila.

(Camila) Gracias un gusto saludar a los amigos de mi padre.

(Mario) Señorita Camila un placer conocerla.

(Luis) Hija ¿viniste sola?

(Camila) Té extrañé mucho y vine a verte, me quedaré a dormir hoy aquí --

Me acerco a mi padre y le digo en voz baja... Luego te explicó.

Me guiña un ojo y me da otro abrazo, me siento a un lado y escucho sus anécdotas de jóvenes que tuvieron, mi padre y el señor Morís.

Bueno veo que tienen para rato, así que me despido y me voy, salgo por la cocina y voy a caminar al patio, quiero aire fresco...

Me siento al lado de la piscina, abrazo mis piernas, (suspiro)

Basta Camila, tienes que pensar bien las cosas que vas a hacer y con mucha calma... Yo quiero dejar de reflexionar en lo que vi, quiero aclarar mis sentimientos, tengo que dejar que ese hombre me haga sentir mal, no puedo permitir que me vea la cara, no voy a ser la mujer que se haga la ciega ante un engaño, tampoco voy a casarme para tener un matrimonio con base en mentiras. Tengo que aceptar que me ha humillado en varias ocasiones y yo no lo merezco.

No soy así... No dejaré que me siga despreciando. No más ya no.

.

.

.

Mario Petrel Carpíos. 30 años de edad.

Soltero y un millonario codiciado, hijo mayor del gran empresario Morís Petrel.

Me despido del señor Luis y mi padre, cuando ya estoy en mi habitación, me doy cuenta de que la señorita Camila está sentada en el jardín, algo me impulsa a ir con ella.

Camino despacio para no asustarla, no creo que esté mal hacer esto de querer hablar con ella. Bueno aquí estoy y para atrás ya no.

Señorita Camila, puedo sentarme con usted.

(Camila) He yo, yo ya me iba a mi habitación.

(Mario) Bueno perdón por mi intromisión, pensé o yo... Yo no quería interrumpir.

(Camila) Bueno no, no interrumpe.

(Mario) Me alegro. Note que estaba incómoda adentro.

(Camila) Sí y casi no.

(Mario) Discúlpame, pero no logro entender o quizá el vino me está haciendo que comprenda las cosas mal.

(Camila) Dime una cosa, tú has tenido alguna relación, o eres casado o viudo...

(Mario) Ninguna de esas opciones. Soy soltero y novias pues he tenido una que otra, pero al matrimonio no.

(Camila) Sí, eso debí pensar antes, pero bueno yo me comprometí ilusionada y todo se fue a la borda.

(Mario) ¿Cuanto tiempo llevas con él?

(Camila) Lo.cobozco desde hace años, nuestros padres son amigos.

(Mario) OK, ya voy entendiendo.

(Camila) Sabes no sé cómo te hablo de esas cosas, apenas te conozco y puedes pensar que quizá yo...

(Mario) No y no. Yo no pienso nada malo de ti, solo sé que eres la hija de un buen amigo de mi padre y eso es suficiente.

Todos tenemos problemas en la vida, los solteros, los casados, a veces la convivencia de los recién casados suele pasar por altos y bajos, pero si hay amor depende de ese amor que esa pareja pueda salir adelante.

(Camila) Y si hay un engaño, que es que harías tú.

(Mario) Osea que tu novio te mintió, fue una mentira que desequilibra tu relación o fue un engaño de faldas.

(Camila) Lo segundo. Pero no voy a permitir que me engañe, me voy a alejar de ese hombre.

(Mario) Señorita es una buena decisión.

... La veo afligida, pero a la vez decidida, no conozco muy bien el caso de lo que ha pasado, pero si hay un engaño ella debe buscar una salida, no puede seguir con un compromiso donde se la engaño.

... No me llames señorita.

Mario Petrel Carpíos...

Nuestra conversación se amplía hasta casi la una de la madrugada, voy conociendo más de ella, se ve que se comprometió muy ilusionada, a veces suele pasar eso, al menos tiene algo conciso para dejarlo, lo va a dejar, no sin antes darle un poco de su propia medicina.

(Mario) Dígame una cosa más señorita.

(Camila) Ya no me llames señorita, dime solo Camila, además no te ves tan viejo como para llamarme así, (risas) tutéame, te he contado mi vida entera, en solo unas horas, me has hecho comprender que no se puede depender de un hombre ni mendigar amor, pero quiero que me ayudes en algo que estoy pensando aunque no sé si lo tomes muy mal o despecho, pero no merezco lo que me está haciendo.

(Mario) No le veo el problema a lo que piensas hacer, creo o no, me parece muy bueno que el tipo, pronto tu ex sepa que no vas a sufrir por él, no sé lo merece.

(Camila) ¿Tienes algo en mente?

(Mario) Bueno sí, dime que harás mañana o mejor dicho más tarde.

(Camila) No tengo clases que dar, así que cómo te vas a quedar aquí, tengo libre el día.

(Mario) Tengo que ir a la empresa de tu padre para una presentación con unos socios, puedes ir conmigo y después vamos por un café, quiero que me cuentes lo que tú tienes en mente y en lo que yo te puedo ayudar, tienes que pensar en lo que vas hacer y con cuidado.

(Camila) Sabes que ... Por ahora nos vamos a dormir, porque fue un día malo para mí, aunque no termino del todo mal.

(Mario) Vamos a tener que hacer un seguimiento antes, me refiero a que algunas fotos o videos, así puedes demostrar que él te mintió y no va a tomar represalias en contra la empresa de tu padre.

(Camila)No puede hacerlo. Gracias, apenas y te conozco unas horas y ya te he dicho todo, gracias sinceramente Mario.

(Mario) Bueno así se queda entonces, ya es hora de irnos, fue un día bastante pesado para ti, así que te acompaño, dame tu mano, te ayudo a pararte.

(Camila) Muchas gracias.

Camila Salva tierra Echeverría...

Me da la mano para ayudarme a levantarme y se tropieza, yo río por su caída, él me mira serio y yo río y él hace lo mismo. Dos locos en el jardín riendo y olvidando por un momento aquel engaño que pase.

Entramos y vemos que la sala está vacía, mi padre y él señor Morís ya se fueron a descansar y claro si ya es tarde.

(Mario) Se nos pasó la hora un poco creo ¿no?

(Camila) Al parecer sí. Bueno nos vemos más tarde y gracias por su compañía.

(Mario) Señorita Camila un placer pasar unas horas con usted.

Mario Petrel Carpíos...

Me sonríe y se va a su habitación y yo, yo sorprendido por lo encantadora que es, como puede un miserable engañar.

Las horas pasan y yo no solo he dormido unas cuantas horas, veo ni teléfono y ya son las siete de la mañana, me voy a darme una ducha y me coloco mi traje, peino mi cabello y ya estoy listo.

Paso por su habitación y la puerta sigue cerrada, algo me impulsa a tocar, pero no, no lo hago, no quiero ser ni parecer un entrometido, sigo mi paso y cuando estoy a punto de pisar el primer escalón oigo su voz.

(Camila) Buen día, espero y que hayas dormido casi bien, aunque fueron pocas horas.

(Mario) Sí, bueno estoy acostumbrado a mi horario de trabajo, pero aquí el cambio de horas me intento pasar una mala jugada, Camila bajamos.

(Camila) Sí. Muero de hambre, no comí desde ayer en la tarde.

(Mario) No puedes dejar pasar tus comidas, tu salud es lo primero.

(Clarita) Buenos dias,Señorita Camila, joven Petrel, los señores acaban de salir y me dijeron que le avisara que lo esperan a las nueve en la empresa.

(Camila) Hola Clarita, lamento no poder cumplir con las compras, pero hoy después de pasar por la empresa voy al súper y traigo las cosas.

(Clarita) No es molestia para mí ir señorita.

(Camila) Que no, yo voy como siempre lo he hecho, bueno pasemos a desayunar entonces.

(Mario) Huy sí, muero de hambre. Y tú debería de comer el triple por lo de ayer.

(Camila) Gracias por preocuparte por mí, bueno pasemos por favor, para luego irnos a la empresa.

Camila Salva tierra Echeverría...

Reviso mi teléfono y un mensaje de mi padre me avisa que también requiere que esté en la empresa y si iba a ir, pero no sabía que yo también tenía que estar presente. También me doy cuenta de que no tengo ni una sola llamada ni mensaje de Paúl, vaya que fácil es para él seguir sus días y sin importar qué lleve un engaño a cuestas.

Salimos de la casa y la que conduce soy yo, quería tomar un taxi, pero porque hacerlo si yo puedo llevarlo.

Reímos y me cuenta sobre su trabajo y que se viene a quedar por un buen tiempo aquí, vamos llegando y veo el auto de Paúl en el estacionamiento, me sorprende un poco porque no sé que hace aquí, en fin no puedo huir de él.

(Mario) ¿Camila te sientes bien?

(Camila) Sí y no, bueno es que el auto de Paúl está estacionado y eso quiere decir que él está en la empresa y la verdad que no sé que hace en este lugar.

(Mario) Té parece si entramos juntos y me presentas como un amigo un viejo amigo. Y luego vamos viendo que podemos hacer en tu inicio de un nuevo día en el cual serás soltera y dejarás a ese mal hombre.

(Camila) Muchas gracias por todo lo que me dijiste anoche, gracias.

Bueno ahora subamos para ver que quiere mi padre con mi presencia.

Subimos y la secretaria nos saluda muy amable, nos dirige a la sala de juntas, yo pensé que mi papá estaba en su oficina, pero no, el viejo trabaja como un loco, ese es mi padre, mi viejo loco.

Como un caballero, Mario abre la puerta que está entreabierta y pasó primero, para luego entre él.

Mi padre nos saluda e invita a sentarnos, no veo por ninguna parte a Paúl y la verdad que eso me agrada. Sería incómodo verlo aquí y actuar como si nada pasara.

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