Sertãozinho São Paulo
Eloísa-- ¡estaba delirando en los brazos de Ariel! ¡Qué bueno estar contigo, vida mía...!
Ariel-- puedo imaginar tu co*o...
Después de horas de sexo-- Eloísa se arregló y salió del hotel... Con prisa-- ¡chocó con alguien!
Eloísa-- ¡Mira por dónde andas, idiota!
Octavio-- disculpe, señorita....
Eloísa-- lo ignoró y se fue....
Octavio-- fue al banco a intentar negociar su deuda....
Alberto-- mire, tiene quince días para saldar su deuda- ¡o tomaré su propiedad! Con una buena inversión vale oro- ¡siempre quise esas tierras!
Octavio-- en todo caso, gracias- señor Vargas... Salió muy triste- desolado ¿cómo iba a conseguir pagar esa cantidad al banco del señor Vargas?
Tiempo después-- Eloísa estaba leyendo la portada de un periódico donde hablaba de la boda del ganadero Ariel Donato... Eloísa- no pudo soportarlo y se desmayó....
Alberto-- ayudó a Eloísa a volver en sí y la llevó al hospital. ¡El médico siguió los procedimientos y dijo que el examen estaría listo pronto!
Eloísa-- estaba desesperada... Ariel se casó con otra, no podía ser... Llevaban un año juntos, nunca mencionó que tuviera novia....
Médico-- los llamó al consultorio y les dio la noticia del embarazo...
Alberto-- miró a Eloísa con una mirada mortal....
Eloísa-- se quedó en shock...
Alberto-- ¡gracias, doctor! Vamos, hija...
Eloísa-- lo acompañó... En silencio, ya sabía que lo peor estaba por venir...
Al entrar en casa-- Alberto, dime ahora mismo, ¿quién te embarazó?
Eloísa-- papá, yo.... es
Alberto-- ¡habla de una vez, sinvergüenza!
Eloísa-- ¡de Ariel!
Alberto-- le dio una bofetada en la cara... ¿Cómo puedes involucrarte con un hombre que estaba comprometido y ahora está casado? ¿De verdad crees que iba a dejar a su novia para casarse con una bastarda y pu*a como tú?
Eloísa-- ¡no sabía que estaba comprometido! ¡Lo amo, papá!
Alberto-- le dio otra bofetada en la cara. ¡Escúchame bien-- Ramírez es uno de mis mejores clientes- ni se te ocurra ir tras Ariel...! ¡Sabes muy bien que sólo te utilizó!
Cecilia-- ¿qué está pasando aquí?
Alberto-- ¡esta sinvergüenza está embarazada!
Cecilia-- ¡es igual que su madre, no vale nada! Espero que esto no manche nuestra reputación....
Alberto-- ve a tu habitación y no salgas... Él fue a su despacho y se quedó pensando- ¿y ahora qué voy a hacer para resolver esto? Se arrepintió de haber tenido una aventura con esa desgraciada y que naciera Eloísa... Su heredero legítimo está en la capital- ¡prefiere la gran ciudad!
Al día siguiente-- la secretaria trajo unos documentos y contratos- entre ellos el de la finca.... A Alberto- se le ocurrió una idea. Le ordenó a la secretaria que llamara a Octavio lo antes posible....
Eloísa-- se arregló y salió en su coche, fue a la empresa de Ariel y dijo que quería hablar con él...
Ariel-- aceptó recibirla...
Eloísa-- entró, ¿por qué me hiciste esto? ¡Te amo y estoy embarazada de ti!
Ariel-- por favor, Eloísa- ¡seguro que este hijo es de cualquiera menos mío! ¿De verdad crees que me iba a casar con una bastarda como tú? ¡Hija de la limpiadora que quería dar el golpe con el embarazo- como estás haciendo tú ahora! Si se lo cuentas a mi esposa-- ¡acabaré contigo! ¡Piérdete- y no vuelvas a buscarme, gentuza!
Ariel... ¡la echó de la oficina!
Eloise... salió destrozada después de tantos insultos...
Otávio... ¡buenos días señor Vargas! ¿Quería hablar conmigo?
Alberto... ¡sí! Siéntese... ¡hoy vence el plazo!
Otávio muy... triste dijo ¡sí! ¡Desafortunadamente no tengo el dinero!
Alberto... ¡tengo una propuesta!
Otávio... ¿cuál señor?
Alberto... ¡le doy más plazos para pagar lo que me debe si acepta casarse con mi hija!
Otávio... ¡se sorprendió con esa propuesta! ¿Casarse?
Alberto... ¡exactamente! ¡Pero no piense que tendrá algún beneficio con esto! Mi hija es una bastarda, hija de una señora de la limpieza de mi empresa, ¡un caso de poco tiempo con un problema gigantesco! ¡Hace diez años ella falleció y yo me hice responsable de mi hija! La ayudé, ella estudió administración ¡siempre tuvo lo mejor! ¡Pero es igual a la madre, se quedó embarazada de un hombre comprometido y él se casó hace pocos días! ¡El padre de él es uno de mis mayores clientes y no quiero problemas! ¡Por eso, le propongo este matrimonio!
Otávio... si usted dice que ella tiene lo mejor, ¿cómo va a querer casarse conmigo?
Alberto... ¡ella no tiene opción! ¡Es eso o la echo a la calle! ¡Tengo un hijo y una hija herederos legítimos! ¡Mi testamento ya está listo, el único bien que ella tendrá es una casa sencilla aquí en la ciudad y eso cuando yo muera! ¡Por lo tanto, no crea que saldrá ganando! ¡Y después del matrimonio, no quiero saber nada de ella ni vengan a pedirme nada! ¡Usted es sólo un peón dueño de una pequeña finca endeudado, será un buen negocio para usted que tendrá tiempo para pagar su finca y no morirse de hambre! ¿Cuál es su respuesta?
Otávio... pensando; qué situación tan embarazosa casarse con una mujer embarazada de otro para no perder la granja...
Alberto... ¡no tengo todo el día muchacho!
Otávio... acepto...
Alberto... ¡buena decisión! ¡El matrimonio será dentro de una semana! Traiga hoy sus documentos, ¡le pediré al abogado que se encargue de todo! Puede retirarse...
Otávio... triste y humillado por estar vendiéndose como un hombre sin valor...
Por la noche en la mansión, Alberto llamó a Eloise;
Eloise... ¿me llamó padre?
Alberto... ¡siéntate! Cecilia junto a su marido... Alberto... ¡el sábado será tu boda!
Eloise... ¡se quedó sin palabras ante esa noticia! ¿Cómo que boda?
Alberto... te conseguí un matrimonio para que no den malas lenguas de ti y para no causarle problemas a la familia Donato y también ya es hora de que te ocupes de tu propia vida.
Eloise... ¡no me voy a casar con quién sabe quién! ¡Yo amo a Ariel y estoy embarazada de él!
Alberto... ¿deberías estar agradecida de que haya conseguido a un idiota para que te acepte y aún así quieres enfrentarme? Cásate o puedes largarte de esta ciudad porque no voy a perjudicar mis negocios por una cualquiera como tú! ¿Cómo vas a sobrevivir? ¡Embarazada, sin experiencia en tu campo! ¡Y aún hay más, ya le advertí al infeliz que eres una hija bastarda y que sólo heredarás una casa sencilla y nada más!
Cecilia... ¡esto es demasiado para ella!
Eloise... la verdad padre, no esperaba menos que eso, ¡siempre me has despreciado por algo de lo que no tengo la culpa!
Alberto... ¡qué bueno que lo entiendes! ¡Jamás se te ocurra ir a los tribunales queriendo más que eso! ¡Sabes que puedo eliminarte de mi camino fácilmente!
Eloise... sí, padre...
Alberto... ¡estupendo! ¡El sábado será tu boda!
Cecilia... se rió....
Eloise
Otávio-- limpió la habitación de invitados, dejó todo ordenado y le dio una buena limpieza a la casa. Compró más alimentos... Sin duda, no iba a ser fácil...
Cecilia-- le ordenó a Eloise que recogiera sus cosas, fue hasta la habitación y tomó las pocas joyas que tenía. Agarró los bolsos de marca, ¡perfumes!
Eloise-- ¿por qué estás agarrando mis cosas, que ya son pocas?
Cecilia-- ¡Cállate, ordinaria! ¡Agradece que te lleven tu ropa! Además, donde tú vas a vivir no necesitas nada. Lleva solo tu ropa y artículos personales, deja todo listo, que el sábado ya te llevan para que ni se te ocurra venir aquí.
Sábado por la mañana-- Eloise-- ¡ya estaba lista! Los empleados colocaron las maletas en el coche y se dirigieron al cartorio....
Otávio-- estaba con unos jeans sencillos y una camiseta blanca de manga larga. ¡Estaba frente al registro civil! Cuando el señor Vargas llegó y le dio la mano a la novia, se quedó paralizado. ¡Era la joven que él había visto saliendo de aquel hotel y que lo había insultado! Algunas otras veces ya la había visto... Estaba hermosa; el vestido blanco ajustado moldeaba su hermoso cuerpo, hombros descubiertos, tacones altos blancos y el cabello largo y castaño....
Eloise-- pensando; ¡No puedo creer que sea este idiota ridículo! Nadie puede sustituir a Ariel...
Alberto-- Otávio, ella es Eloise, ¡tu esposa!
Otávio-- la saludó...
Eloise-- ¡ni siquiera respondió!
Alberto-- ¡Vamos a entrar y terminar con esto de una vez!
El juez-- hizo lo que tenía que hacer y los declaró marido y mujer; firmaron los papeles y salieron del registro civil.
Alberto-- ¡le ordenó al conductor que llevara las cosas de Eloise al coche de Otávio! Y dijo-- ¡ahora es cosa de ustedes y no se olviden de lo que hablamos! Otávio, cada mes me pagarás, y en caso de que quieran progresar en la vida, no cuenten conmigo. Y se marchó.
Cecilia-- solo esbozó una sonrisa burlona y entraron en el coche para marcharse.
Otávio-- se acercó a ella y le dijo: ¿vamos?
Eloise-- se giró para acompañarlo-- ¡y vio a quien menos quería ver!
Ariel-- ¿encontraste al padre de tu hijo? ¿Te casaste a escondidas, avergonzada de tu maridito?
La esposa-- de Ariel- ¡lo llamó!
Ariel-- ya voy, princesa....
Otávio-- abrió la puerta de la vieja camioneta y la ayudó a subir. Otávio-- vio a aquel joven subirse en una camioneta Toyota nueva, muy bonita.... Suspiró, entró en el coche y lo puso en marcha.
Eloise-- se le hizo un nudo en la garganta, no pudo contener las lágrimas y se dijo a sí misma: ¡¿Por qué me dejaste, mi vida?! ¡Cómo voy a vivir sin ti!
Otávio-- se sintió incómodo ante la embarazosa situación. Su esposa llorando por otro hombre... No estés así, ¡para mí tampoco está siendo fácil!
Eloise-- ¿tú qué estás sufriendo? Te casaste con una mujer hermosa, fina, educada, que fue a la universidad y que siempre tuvo lo mejor. ¡Yo soy un premio valioso para ti! Entonces, ¿por qué estarías sufriendo? Yo soy la que está sufriendo, lejos del hombre que amo y que siempre amaré, ¡casada con un hombre pobre y sin futuro! Hazme un favor, no me hables, solo si es algo muy importante. De lo contrario, ¡guarde silencio!
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