Nunca he querido ser lo que muchos llaman una "chica normal" porque, desde mi nacimiento, sé que no lo soy. Llevo el peso de la sangre, del legado de mi familia sobre los hombros, y no me quejo... pero a veces siento un poquito de envidia por esas chicas que solo se preocupan por sacar buenas notas, ir a la universidad y despreocuparse por lo que vendrá después. Yo tengo que ser la mejor en todo: idiomas, entrenamiento físico, tácticas militares, disciplina callejera... ya eso sumale aprender todos los idiomas habidos y por haber.
Presión. Ser la hija de la reina de la mafia y la próxima heredera al trono es mucho más de lo que cualquier chica con casi dieciocho años puede soportar. A veces me pregunto cómo sería mi vida si solo tuviera que preocuparme por qué ropa ponerme para una fiesta o quién será mi cita para el baile de graduación, que claramente no tendre, ya que por seguridad, estudio en casa como mis hermanos.. Pero mi realidad es muy distinta. No soy una chica común, y aunque no cambiaría mi vida, hay momentos en los que desearía que todo fuera más sencillo.
Mis padres son el pilar que sostiene todo mi mundo. Mi madre, Sam, la Reina de la mafia, es una mujer imponente. Fuerte, inteligente, y siempre un paso adelante de todos. Desde pequeña supe que algún día debía ser como ella. Mi padre, aunque no sea mi padre biológico, ha sido mi protector desde que tengo memoria. Juntos son una pareja perfecta, y sé que esperan que yo continúe con su legado. Pero esa expectativa, ese peso invisible, a veces me aplasta.
No estoy sola. Mis hermanos están a mi lado, siempre apoyándome, protegiéndome. Y luego está mi familia extensa: tíos, abuelos, padrinos y una legión de... primos. Cada uno de ellos tiene su rol en este complejo sistema que es nuestra vida, pero no todo es fácil. Ser la futura Reina no solo significa lidiar con los enemigos de la familia, sino también con los desafíos dentro de ella y aprender a mantener el orden y la paz entre clanes. Dos de mis primos, en particular, complican mi vida más de lo necesario. Y la verdad, desearía que los otros dos, no estuvieran tan lejos.
Pero, en este mundo, hasta los lazos familiares son armas peligrosas, herramientas o tu futura pareja.
Me preparo para lo que viene, porque no hay otra opción. Desde pequeña, he sido entrenada para ser la mejor en todo. Me despierto al amanecer, entreno hasta que mis músculos arden, y luego paso horas aprendiendo tácticas, estrategias y todo lo necesario para liderar. No hay tiempo para debilidades. No hay espacio para dudas. Seré la próxima en el trono, y aunque me asusta lo que eso significa, no puedo fallar.
Esta es mi vida: una chica cargada de responsabilidades, aprendiendo del negocio familiar y con las hormonas de la adolescencia totalmente alborotadas. Mi nombre es Desiree, y esta es mi historia.
¡Hola mis chicas! Ya estamos aca... Para las que no leyeron Las otras dos novelas, esta y las anteriores son historias distintas pero que se conectan entre si. Espero les guste y les den mucho amor a los proximos capitulos.
Cap 1
Desiree.
Dos semanas, dos semanas mas y cumpliré dieciocho. desde que tengo uso de razon me han educado y formado para ser la siguiente Moore en el trono de los mafiosos mas peligrosos del mundo. Me siento ahogada por tanta presión, aunque para eso falte muchísimo tiempo.
ingreso a mi habitacion y busco que ponerme, no me gusta nada, pero debo verme presentable debido a las visitas que han llegado hoy a la mañana y que seguirán llegando el resto del día. Encuentro un vestido bastante mono que no he usado, es ajustado Hasta la cintura y suelto hasta medio muslo en color negro, sencillo, pero muy bonito. Terminé de maquillarme hace un momento y es hora de terminar de arreglarme. ¿Me veo bonita? bueno, no estoy muy segura, pero no voy a preocuparme mucho por eso. Mi cabello rubio perfectamente alisado llega hasta mi cintura, mis ojos verdes (Eso lo heredé de mi padre biológico) delineados y sombreado en tonos oscuros suavemente me dan toda la seguridad que necesito.
Me siento en la cama para ponerme los botines cortos y me muerdo los labios.
Mis padres y mis tíos tuvieron la maravillosa idea de celebrar mi cumpleaños número dieciocho en Las Vegas. Pero no es solo por el cumpleaños—es porque, por fin, tendré mi primera "cacería". He estado preparándome física y mentalmente para este momento durante años, y ahora estoy más que lista. Siento la adrenalina fluyendo por mis venas cada vez que lo pienso. Mis abuelos, Robert y Declan, están emocionados, casi como si este fuera su propio gran evento. Ellos siempre han estado a mi lado, enseñándome cómo moverme en este mundo oscuro y peligroso, y ahora, puedo ver el orgullo en sus miradas. Mis padres y padrinos igual, aunque últimamente siento que todos están actuando... raro. Hay un murmullo constante a mi alrededor, como si supieran algo que yo no, algo que esperan que descubra sola.
Mi madre es Samantha Moore. Bueno, para el mundo en el que vivo, es la Reina de la Mafia. Y mi padre... En realidad, es mi padrastro, Peter Roerig, lider de la mafia de todo el norte de estados unidos, pero eso no hace que lo ame menos. Su sola presencia impone respeto, incluso cuando me sonríe con ternura y me recuerda que siempre estará ahí para protegerme, aunque, irónicamente, es él quien me ha enseñado a no depender de nadie más que de mí misma. Mi padre biológico, Dereck, en cambio... es complicado, no nos vemos mucho desde que mi abuela Margaret, (una loca de remate) intentó secuestrarme a los cuatro años y es gracias a esa estupidez que está ahora bajo tierra, a dos metros de profundidad y por eso mi madre no lo perdona y redujo las visitas. ¡Así de fácil! Gente loca que no duró mucho en nuestro mundo. Un mundo en el que la supervivencia no depende solo de la fuerza, sino también de la astucia y la lealtad.
Solo faltan dos semanas. La fortaleza de mi familia aquí en Iowa tiene varias viviendas donde mi familia y los amigos de mis padres pueden quedarse todo el tiempo que quieran. Los jardines alrededor están decorados con luces colgantes que parpadean suavemente al caer la noche, creando un ambiente que es engañosamente pacífico. Mis padrinos fueron los primeros en llegar de Texas.
Mi tío Eliot es todo lo que una chica de mi edad no quiere tener cerca. Es terriblemente celoso, y en eso es lo único en lo que parece estar de acuerdo con mi papá. También tengo tres primos por parte de ellos: los gemelos Kilian y Zack (18 años) y el molesto de Adrik (17). En cambio, mi tía Emilie es todo lo opuesto; ella es más de las que cuchichea conmigo cada vez que los hombres de la casa están lo suficientemente distanciados para preguntarme si ya hay un chico en mi corazón.
A lo que respondo con un rotundo ¡NO! Pero es imposible que haya uno con tantos primos postizos y hermanos vigilándome y la cantidad de chicos guapos que llegan a estas reuniones... Aunque jamás lo admitiría en voz alta. Dos de ellos, mucho mas grandes que yo, me gustan y para mi desgracia, ellos son hermanos. (Estan muy fuera de mi liga)
Después están el otro par de padrinos: mi tía Barbara e Iván Volkov. Mi tío Iván es callado, pero su sola presencia impone tanto respeto como el hielo en sus ojos. Parece que siempre está analizándome y siempre está al tanto de mi vida, mi educación y formación académica. Tengo cuatro primos de su lado: Aiden, el mayor, y... Dios, es precioso. Él lleva las empresas de mis tíos Iván y Alexander desde hace unos años, pero desde que tengo memoria, siempre ha sido parte de mi vida; hablamos a diario por horas. Su voz profunda y suave es casi reconfortante, incluso cuando discutimos sobre cualquier cosa.
Después están los gemelos Vladimir y Anastasia de 28 años, quienes lamentablemente no pueden asistir, y por último, pero no menos importante, Ares. Es... intenso pero divertido, y al igual que con mi primo Aiden, hablamos a diario y texteamos a cada rato para actualizarnos. Tener tantos primos varones es una verdadera pesadilla, y eso que todavía no menciono a Mateo (18), Doménico (17) y Philippe (16), los hijos de mis tíos Theo y Barbara. Lo único malo de todo esto es que tengo que aprovechar mucho este tiempo juntos, porque todos están muy lejos. Texas no es tan lejano, pero Rusia, Italia e Irlanda sí.
El tío Connor y el tío Nikolai, bueno, ellos siguen solteros. Solo el tío Nik tiene un hijo de la edad de Aiden, pero no lo vemos mucho. Es un verdadero milagro si logran sacarlo de Rusia, pero también lo extraño mucho. Dimitri es el Vor de la mafia rusa, y no tiene mucho tiempo para su propia familia.
Y si de pesadillas hablamos, León, Christopher y Patrick completan la legión infernal: mis hermanos. Entre los cuatro, solo nos llevamos un año. Compartimos todo y no compartimos nada. Se burlan de mí cada vez que pueden, pero también son los primeros en aparecer si alguien osa cruzar la línea conmigo.
—¿Emocionada, mi vida? —mi padre se asoma por la puerta abierta de mi habitación. Su figura alta y atlética llena el espacio con su sola presencia, y sus ojos verdes brillan con una chispa divertida. —Los gemelos te están buscando —añade con un tono cómplice.
—Y yo estoy huyendo de ellos —respondo con una sonrisa ladeada—. ¡No hacen más que jugarme bromas pesadas! La última vez ellos y mis hermanos escondieron todos mis sujetadores. ¡Fue un desastre!
Mi padre se ríe, y su risa grave resuena en el aire, envolviéndome como un cálido abrazo. Me levanto y me acerco para tomarlo del brazo, tirando de él suavemente hacia dentro.
—Recuerdo que los dejaste sin ropa interior por días —me recuerda con una sonrisa traviesa—. Te vengaste justamente. Quería avisarte que tus tíos de Rusia están a punto de aterrizar y quería preguntarte si querías acompañarnos para recibirlos.
Los nombres resuenan en mi mente, Aiden, Ares... Mi corazón da un pequeño vuelco.
—¡Sí quiero, papi! ¿Y los tíos Theo y Barbara?— pregunto para ocultar la emocion que me surge de la nada al saber que ya casi están aqui.
—Ellos llegarán esta noche.— Otra vez esa mirada ansiosa. ¿Qué pasa y que no me estan diciendo?
La emoción se arremolina en mi pecho. Tenerlos a todos aquí es algo maravilloso, y tengo que disfrutarlos. Siento la anticipación creciendo con cada minuto que pasa. Estas dos semanas serán interesantes, pero también tendré que tomar decisiones importantes: la universidad, la cacería, las responsabilidades. De pronto, la emoción y el peso del futuro se mezclan en mi interior.
Mis ojos recorren la habitación una última vez antes de salir, sabiendo que, cuando esto termine, ya no seré la misma chica de hoy. La "cacería" cambiará todo, Eso creo.
Dejenle todo su amor a este capitulo. Nos leemos pronto!
Capítulo 2
Mi madre nos espera en la sala. Lleva un hermoso vestido azul de mangas cortas que se ajusta perfectamente a su figura, y su cabello castaño está recogido en una cola de caballo alta. A sus 43 años, parece más joven que cualquiera de veinte, y ni un solo embarazo dejó rastro en su cuerpo. Se ve radiante y joven, y todo esa belleza natural que emana también la heredé de ella, excepto el color de cabello y, por supuesto, mi rechazo a los zapatos altos e incómodos.
—No sé cómo haces para no partirte el tobillo con esos tacones tan altos, mamá —la molesto, ya anticipando lo que viene después.
—Para usarlos se necesita...
—Buen gusto, clase y equilibrio —la corto, rodando los ojos—. No los odio, y tengo todo eso, madre, pero no vas a negar que con esos tacones puedes pisar cómodamente a cualquiera. ¿Nos vamos?
Me froto las manos con impaciencia mientras mi padre besa los labios de mi madre y la toma de la mano con una sonrisa.
—Sí, vámonos, aunque me preocupa que te dé algo con toda esa ansiedad que te cargas, hija... pero...
Ese "pero" no me gusta nada.
—¿Pero qué, papi? —pregunto, subiéndose a la camioneta con ellos. Nos dirigimos a nuestra pista privada, y puedo sentir la tensión en el aire—. Hace días que ustedes dos están actuando raro. Cada vez que les pregunto algo, me evaden o me mienten en la cara. ¿Qué demonios está pasando?
—Lo hablaremos cuando toda la familia esté reunida. La verdad es que no sé cómo abordar esto, prefiero que tus tías nos ayuden a tratar el tema —mi padre suspira, mirando por la ventanilla.
Cierro los ojos con frustración. Todo esto me huele a problemas, pero ¿por qué no pueden ser claros de una vez?
—Dímelo ahora, porque ya abriste la boca y quiero saber qué diablos pasa —me enojo en una fracción de segundo, y mi padre me toma la mano, intentando calmarme.
—Cumples dieciocho, y hay... algunos interesados en ti. Vendrán a hacerte una propuesta de matrimonio.
¿Propuesta? ¿Con anillo y toda esa mierda? ¿Mis primos?
—¿Qué soy, Mérida DunBroch?—Digo con sarcasmo— ¿No es algo anticuado y machista? No puedo creer que ustedes estén de acuerdo con esto, la verdad me decepcionan.
Los minutos pasan, y finalmente llegamos a la pista de aterrizaje privada. Mi papá se acerca más a mí, con su mirada serena, y con suavidad lleva un mechón de mi cabello detrás de mí oreja.
—No te vamos a obligar a nada —dice con una calma que debería tranquilizarme, pero solo me pone más nerviosa—. Solo ten en cuenta que tu madre y yo nos comprometimos el día que nos conocimos por cuestiones estratégicas. Tus tíos Connor, Nik y Theo también estaban interesados en tu madre, pero ella me eligió a mí. Y hasta el día de hoy, somos una pareja fiel, que se ama a pesar de los años. Tú los conoces a ellos, así que tienes esa ventaja.
Me detengo a procesar sus palabras mientras respiro hondo, intentando hacerme a la idea. Sabía que tarde o temprano esto pasaría, una obligación que, aunque evitada hasta ahora, siempre estuvo presente.
—¿Quiénes son los que quieren casarse conmigo? —pregunto, con la voz más calmada de lo que me siento por dentro.
Papá me mira, su expresión un poco más seria.
—Las familias Volkov, De Luca y Thompson —responde—. Todos están interesados en ti. Y quiero que sepas que tienes nuestro apoyo, pase lo que pase, si decides no aceptar a ninguno. Pero debes saber que la organización es grande, y tarde o temprano tendrás que aceptar la propuesta de una familia que beneficie a todos. Los lazos son importantes, no solo por el poder, sino también por la protección. Es por eso que tu madre me eligió a mí entre todos ellos, para ser su esposo.
Cierro los ojos por un momento, sintiendo el peso de sus palabras. No es solo una elección personal, es el futuro de la organización, mi familia y todo lo que siempre he conocido. La libertad de elegir, aunque limitada, sigue siendo algo que aprecio, pero sé que en este mundo, todo tiene un precio.
...
—Entiendo —murmuro, sabiendo que la decisión que tome no solo afectará mi vida, sino la de todos los que me rodean—. Pero ahora mismo, se me hace difícil digerir esto.
Vemos cómo el jet privado de los Volkov se acerca cada vez más hasta que finalmente aterriza. Mi madre se acerca a nosotros luego de colgar una llamada, su rostro iluminado con una sonrisa que no puedo evitar reflejar.
—Mira, parece que tu tío Theo también se adelantó un par de horas de vuelo —dice mi padre, con esa sonrisa amplia que siempre lleva cuando se trata de sus amigos. El italiano es uno de sus mejores amigos y, a mi parecer, el más divertido de todos. Lo adoro, al igual que a mi tía y mis primos.
La puerta del jet se abre y la escalerilla desciende lentamente. Mis tíos, los rusos, siempre con esa aura imponente y agradable, aparecen sonriendo. Respiro profundamente, nerviosa porque amo a mis tíos, pero al mismo tiempo me siento ansiosa por ver a Aiden y a Ares. Sin embargo, me desinflo como un globo cuando mi mirada busca a Aiden entre ellos y no lo encuentro.
—¿Por qué diablos no está aquí si prometió venir? —mi mente se llena de preguntas mientras trato de no dejar que la decepción me inunde.
En su lugar, sí está Vladimir. Es una copia exacta de mi tío Iván, con esa mirada profunda que, cuando posa sus ojos en ti, parece que está urgando en tu alma. Su presencia es intensa, pero no es lo que esperaba.
—¡Hola, princesa! —dice Vladimir con un tono alegre, rompiendo mis pensamientos. Me abraza y deja un beso en mi coronilla como de costumbre, pero me suelta cuando su hermano menor se acerca, como si le molestara su presencia y le pone mala cara
—Hola, Vlad —respondo con una sonrisa forzada, intentando no dejar que mi decepción se note.
Ares desciende despreocupadamente como siempre, se acerca con una sonrisa que ilumina su rostro, como un rayo de sol entre las nubes, con su cabello rojo como el fuego, es la representación del dios Ares.
—¡Hey, prima! —Exclama, abrazándome con fuerza—. ¡Cuánto te he extrañado!
La calidez de su abrazo es reconfortante, aunque no puedo evitar que mi mente divague un poco. Mis tíos me rodean con abrazos y palabras cálidas, llenando el espacio con su amor. La mezcla de nostalgia y emoción inunda el aire, pero el vacío que deja la ausencia de Aiden no se puede ignorar.
—Vamos, te tengo una sorpresa —dice Ares, intentando animarme, pero no puedo evitar sentir que algo falta en este momento. La expectativa de su alegría contrasta con el vacío que siento en mi pecho.
—Espera, que allá viene otro —le digo a Ares, quien rueda los ojos con impaciencia. Si fuera por él, acapararía todo mi tiempo solo para que los dos estemos juntos, sin pensar en nada más.
El avión que los trajo da la vuelta, saliéndose de la pista para darle paso al jet negro que se acerca lentamente. La curiosidad me pica.
—Ese no es el jet del tío Theo —murmuro, expresando en voz alta lo que fue un pensamiento fugaz. —¿Quién será?
Aterrizan y, pocos minutos después, la puerta se abre. Mi mandíbula se quiere caer como en los dibujos animados que veía de pequeña. Ahí está, la larga melena del ruso asomándose. No es de trajes costosos; más bien, le gusta vestirse casual, lo que le da un aire juvenil y despreocupado. No puedo creerlo. Me disculpo de mil maneras por no poder venir, y aquí está. Dimitri Volkov y su padre, Nik. Los dos parecen hermanos; la juventud en ambos es admirable. Mi tío, no sé por qué diablos sigue soltero si es todo un bombón.
—¡A que no me esperabas! —grita Dimitri con un tono de alegría desbordante. Ares se aparta para dejarme correr a los brazos de mi primo, uno de los que más quiero, aunque lamentablemente es al que menos veo. —¡Hola, mi futura reina!
Me estrecho contra su cuerpo, abrazándolo con fuerza mientras él me llena las mejillas de besos, como siempre.
—Me hace muy feliz tenerte aquí —le digo, sintiendo la calidez de su abrazo. Nos separamos un momento, pero lo vuelvo a abrazar, siento algo muy especial por él. —Te extrañé muchísimo, Dima.
—¿Y a mí, también me extrañaste, pequeña flor? —me aparto de inmediato al escuchar la voz de Aiden.
Mi corazón late fuerte, la misma sensación que tengo con todos mis primos y tíos, pero él es… él. Es... no puedo explicarlo.
—No, la verdad no. Eres un pesado —sonrío de lado y corro, subiendo la escalerilla para rodear su cuello con mis brazos.
Me abraza con la misma intensidad que yo, y no es de besos; es de caricias suaves en mis brazos y espalda, un abrazo sincero que me reconforta.
—Por poco y pensé que no venías —confieso, sintiendo la emoción aflorar. —Casi lloro.
Deja un beso en mi frente y descendemos juntos. No puedo evitar mirar a todos; algunos se ven divertidos, otros, no tanto.
—Tuve que ir a Rusia a buscar a Dima, ¿Por qué crees que esta aquí? no iba a perderme tu fiesta y mucho menos tu primer cacería
Mis padres saludan a todo el mundo mientras las camionetas que nos llevarán a la fortaleza comienzan a llegar. El bullicio y la emoción llenan el aire.
—Gracias, eso me hizo muy feliz —le digo, sintiendo que la alegría se instala en mi pecho.
—Yo haría lo que sea para que seas feliz, pequeña —me responde Aiden, su mirada llena de sinceridad.
Mmmmmmmmm...
Capitulo Dominguero.
Dejenme su amor.
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