El viento silba fuera de la ventana, creando una atmósfera relajante dentro del tren. En las manos de la joven Diana, un libro de gran tamaño yacía en silencio.
Recién había sido cerrado, talvez apenas lo había terminado de leer.
-La trama es muy buena, pero es una lástima que la villana termine así... tan lamentable.- Una voz ligeramente entristecida sonó con algo de suavidad en el vagón privado del tren.
-Pero esta bien, no es como si esas cosas pasarán en la vida real.- Se rió la joven con cierta diversión.
De repente, el tren se sacudió con fuerza, provocando que la chica se golpeará la cabeza contra la pared de la cabina.
-¿Qué pasa?- Preguntó en un susurro sorprendido la chica por el brusco movimiento mientras acariciaba el lugar golpeado. Ella se acercó a la ventana.
Al momento siguiente, sus ojos se abrieron como platos cuando vio el tren que viajaba en el mismo carril de éste ¡Se dirigía directamente hacia el tren en el que ella estaba sentada!
Su rostro se puso pálido.
-Un choque directo a esta velocidad ¡Jamás sobrevivire! ¡Ni siquiera he hecho nada malo! Ayudo a las ancianas a cruzar la calle, cuidó gatos y alimento a los perros callejeros...- Los ojos de la chica se llenaron de tristeza.
Hacía todas esas cosas, pero ¿Y qué? No es como si alguien la esperará en casa o la extrañará. No había nadie que deseara verla regresar y le dijese "Bienvenida a nuestro hogar", no, nada por el estilo.
Solo bastaron unos segundos para que una fuerte explosión se llevara a cabo, el sonido viajó por varios kilómetros de distancia del ferrocarril, las llamas se elevaron en el aire de una forma sorprendente.
Dos trenes colisionaron de frente con una velocidad de 200 kilómetros por hora. Los vagones volaron por los aires, en llamas, completamente destrozados.
Entre uno de los vagones incendiados, un libro yacía encendido entre llamas azules que poco a poco lo convirtieron en cenizas... cenizas que el viento se llevó.
............ 🥀🌿.................🥀🌿
..................... 🥀 🌿...............🥀🌿
-Hayyy... me duele la cabeza...- Una voz ronca sonó con suavidad en la espaciosa habitación VIP, en la camilla del hospital, una figura esbelta y curvilínea se sentó al borde de la cama, mirando con enojo la pared de la habitación.
-¿Dónde estoy?- Se preguntó la joven en voz baja, sus ojos turbios parpadearon unas cuantas veces, tratando de comprender dónde y cuándo llegó allí.
Lo único que recordaba era que recién había terminado de leer su libro favorito en el tren que se dirigía hacia su ciudad natal, luego, otro tren apareció de la nada en el mismo carril, chocando de frente en el acto.
-No pude haber sobrevivido a un choque de tal magnitud ¿O sí?- Murmuró, bajando sus ojos hacia su propio cuerpo, al momento siguiente, dio un respingo y un grito escapó de su boca.
No era su cuerpo ¡No lo era en lo más mínimo! ¡Estas curvas pronunciadas no eran suyas.
Sus ojos miraron con gran detalle esas pequeñas y lindas manos, demasiado bonitas para ser suyas. En estas palmas no habían callos por tanto papeleo y sus uñas no estaban dañadas. La piel es suave y tersa, como la de una joven de 19 o 20 años, nada acorde a su edad.
¡Ella ya tenía 28 años!
Esas manos nuevas y delicadas cayeron sobre su cabeza, la cual, estaba cubierta de mechones de cabello marrón oscuro y lisos que llegaban hasta el borde de su cintura.
No eran para nada sus cabellos negros y rizados que caían sobre sus hombros.
Diana se puso de pie, caminando lentamente hasta el espejo que había en la sala, sus ojos se abrieron como platos cuando se vio por completo ¡Definitivamente no era ella!
-Mi cuerpo... es el cuerpo de la villana de la novela que yo leía ¡¿Qué demonios?!- Un grito histérico salió de su boca y las lágrimas inundaron su hermoso rostro -¡Realmente me morí y volveré a morir!
Logró reconocerse gracias a la fotografía de ilustración que estaba al final de la historia, donde yacían los 'retratos' de los protagonistas principales y secundarios de la novela.
-¿Porqué? ¿Porqué la villana?- Se cuestiono mientras regresaba a la cama, dejándose caer boca abajo en esta con gran lamento.
De hecho, lo había asimilado todo demasiado rápido, aún así, la duda de como había ingresado al libro y de cómo se convirtió en la villana principal de la novela giraban en su cabeza ¡Era tan ridículo!
Pero de todo aquello, lo que más le molestaba era el hecho de haber entrado en el cuerpo de la villana ¡Ella tenía un final tan trágico y triste! ¿Porqué ella? ¿No era suficientemente triste y solitaria su vida en su vida pasada?
¿Porqué no le tocó la protagonista que se queda con el hombre guapo?
-Señora Shang ¿Ya está despierta?- Una voz respetuosa vino desde la puerta, llamando la atención de Diana, la dueña de su cuerpo tenía el mismo nombre, pero no el mismo apellido.
La mujer se sentó de golpe, mirando con ojos muy abiertos la puerta de la sala, su ceño se frunció. Conocía la personalidad de la villana, pero actuar como ella...mmm, demasiado complicado.
Diana se acostó apresuradamente en la cama y se cobijó, quedando tal y como había despertado antes de responder -Estoy despierta.- Su voz fue baja y ronca mientras mantenía cerrados los ojos.
La puerta fue abierta y una figura alta entró por ésta, era al mayordomo de la familia Shang, un señor de unos 40 o 50 años de edad.
-Señora, el patriarca Shang espera que usted regrese a casa pronto, también le pide amablemente que deje de lado sus diferencias con el Joven Maestro y que conversen un poco para arreglar sus problemas.- habló con respeto el hombre de mediana edad, usando un tono serio.
¿La estaban esperando? Oh, cierto, ella olvidaba algunas cosas.
El Joven Maestro al que se refería... es el esposo con el que se casó la villana al cumplir los 18 años.
Ahora es su marido.
La villana de la novela se casó luego de cumplir los 18 años de edad, su esposo era el hijo único de la familia Shang, una familia que gobierna en el mundo de los negocios.
Sí mal Diana no recordaba, la pareja de esposos vivía separada, pues no se soportaban, o mejor dicho, la villana no soportaba al protagonista principal, Diego Shang.
Ante esto, Diana no sabía que hacer, por lo que optó por un plan -¡Hayyyy, mi cabeza me duele tanto! No soportó el dolor.- Exclamó entre lágrimas, rompiendo a llorar.
Al verla así, el Mayordomo Qiao se asustó, rápidamente tocó la campanilla de emergencia, haciendo que en menos de 5 minutos un doctor llegara a la sala junto con dos enfermeras.
Al ver a Diana retorcerse de dolor, el doctor se apresuró a revisarla, primero vio sus ojos y luego tocó su cabeza, no había nada anormal.
-¿Recuerdas con quién te casaste, si tienes amigos o parientes, algo sobre tu carrera o tus pasatiempos? ¿Hay cosas que no recuerdes?- Pregunto el doctor con gran preocupación, mirando con seriedad los ojos ligeramente confundidos de Diana.
La chica asintió y luego negó con la cabeza, asustando al Mayordomo Qiao aún más ¿Qué es eso de asentir y luego negar? ¡Confunde a la gente!
-Recuerdo que estoy casada, también recuerdo a mi esposo, pero no recuerdo como es nuestra relación. Tampoco sé si tengo amigos o no, creo que he olvidado... algo muy importante.- Diana dijo con algo de desconcierto mientras permitía a las lágrimas salir a su antojo.
Era una imagen tan lamentable.
-El Señor Qiao me pide que me lleve bien con él ¿Tenemos una muy mala relación?- Habló como si lo hiciese consigo misma.
Claro, solo le estaba sacando provecho al golpe en la cabeza, si ella hubiese perdido algunos recuerdos, no sería tan extraño su cambio.
De cualquier modo, al principio, el protagonista principal trató de llevarse bien con la villana a pesar de su fría y silenciosa personalidad, aún así, esa tipa nunca quiso tener nada que ver con él, pues ella ya tenía a quién amar.
-Normalmente discute mucho con el Joven Maestro, el Patriarca solo quiere que su relación mejore.- Explicó rápidamente el mayordomo Qiao, aligerando un poco la relación entre la pareja, tenía que sacar provecho de esa pérdida de memoria.
Al escuchar esas palabras, Diana pareció aliviada -Esta bien ¿Puedes ayudarme con los trámites del hospital, por favor? Quiero ir a descansar a casa.- Acepto y pidió amablemente la joven.
El doctor y las enfermeras dieron un suspiro de alivio al saber que todo estaba bien, posiblemente sólo una pérdida de memoria temporal.
El mayordomo Qiao se sorprendió al escuchar la forma tan suave de hablar de la chica, pero recordando lo que dijo el doctor, no sería extraño. Tal vez no recuerda su actitud ante los sirvientes.
-Pero su enfermedad...- El ceño del hombre de mediana edad se frunció con cierta inquietud, sabía perfectamente cuánto quieren sus Maestros a esta niña, si algo malo le pasaba por su descuido, él sería castigado o peor, despedido.
Diana soltó un pequeño suspiro, no había sonreído desde que despertó, cosa que asustó un poco al mayordomo ¿También se le olvidó que le encantaba sonreír o simplemente no tenía ganas de hacerlo?
-No hace falta, solo me siento un poco cansada, puedo regresar a descansar a la Finca Shang.- Dijo la joven con voz baja y tranquila.
El hombre asintió -Cómo usted quiera, Joven Señora.- Respondió para luego salir de la habitación, cerrando la puerta detrás de él.
Diana finalmente soltó un suspiro de alivio, no sabía como actuar delante de estos personajes, la villana de la novela siempre actuaba con arrogancia y frialdad, no era gentil en lo absoluto.
Ahora, si decía o hacía algo mal, podría atribuirlo a la amnesia temporal.
-Optaré por hablar lo menos posible.- Susurró la joven -Y necesito... cambiar mi futuro, llevarme bien con el protagonista es la mejor opción.- Ella cerró los ojos, planeando para el futuro.
De cualquier modo, no creía que pudiese salir de aquí, su cuerpo debería estar carbonizado en el choque, esa fue su vida pasada.
Sus ojos se pusieron llorosos al pensar en eso, sin embargo, sabía perfectamente que nadie la extrañaría, nadie la esperaría.
No era más que una huérfana que había sido abandonada por sus padres en un orfanato. Tuvo que trabajar desde muy joven para estudiar y sobrevivir en ese mundo tan cruel, solo de esa forma logró llegar hasta los 28 años de edad, luchando por sí misma.
De hecho, ella y la Diana de la novela eran todo lo contrario. La villana siempre tuvo todo lo que quería, nunca se esforzó por conseguir algo y solo trabajaba como cantante de vez en cuando, pues tenía buena voz.
Aún así, era muy famosa y popular en el país por sus bailes y canciones. Además, tenía una tía amorosa que siempre la cuidó luego de la muerte de sus padres.
-¿Sabes? Eres estúpida, tienes un esposo que te cuidó, dos ancianos que te quieren y una tía que te trata como un tesoro. No valoraste ninguno de ellos, talvez por eso tuviste ese final.- Murmuró con arrepentimiento la chica.
Pero se dio cuenta de algo, era una novela, algo escrito por un actor, no era como si los personajes pudiesen decidir qué hacer.
Diana no sabía cuánto tiempo pasó antes de que el Mayordomo Qiao regresara, él le entregó unos cuantos paquetes apenas llegó -El Joven Maestro los ha enviado para usted.
Luego salió de la sala.
Diana levanto la cabeza de repente, su expresión se volvió pensativa, pensando detenidamente en que parte de la historia estaba.
"Creo que es donde ella se cayó del escenario..." Pensó muy segura la joven, sus ojos se iluminaron, el protagonista aún trataba de llevarse bien con ella, por lo tanto, quedó en una muy buena parte de la novela.
Si pudiese llevarse bien con él sería lo máximo, aunque fuese como amigos. Sí, ya era algo bueno.
Diana se alegró en su interior y fue al baño a cambiarse con la ropa que venía en las cajas enviadas por su esposo. Para su sorpresa, todo era de su talla.
-Parece que conoce muy bien las tallas de su esposa. Incluso la talla de la copa del brasier.- Los labios de Diana se crisparon, se miró detenidamente en el espejo.
Diego había enviado un vestido púrpura de gasa con mangas cortas que cubrían los hombros y gran parte de la clavícula, dejando solo visibilidad del cuello.
Este caía hasta sus rodillas y no se ajustaba a su cuerpo en lo más mínimo, pero sí moldeaba parte de sus pechos y trasero, los cuales, eran los más pronunciados de su cuerpo.
Diana se sintió satisfecha con el vestido, pues no era vulgar.
Se colocó un par de zapatillas de plataforma de color lila que combinaban perfectamente con el vestido. Luego peinó su cabello, dejándolo caer suelo con simpleza detrás de su espalda, ya que la cabeza aún le dolía.
Atarlo solo haría que le doliera más.
Cuando estuvo completamente lista, salió del baño, encontrándose con el mayordomo Qiao de pie al lado de la puerta.
Ella tomó sus pocas pertenencias en la sala y salió del hospital mientras seguía al hombre de mediana edad en silencio, con la cabeza baja. No estaba familiarizada con su entorno en lo más mínimo.
Aunque la novela tenía excelentes descripciones de los entornos, no era lo mismo verlo en persona, por lo tanto, se confundía un poco. Al leerlo, solo podía imaginarlo, pero al verlo, todo cambiaba.
El mayordomo la llevo hasta el coche y como todo un caballero abrió la puerta para ella, cuando subió, la cerró y luego fue al asiento del conductor.
En lo que el coche avanzaba, Diana comenzó a recolectar información de su ahora esposo, según la descripción de su personaje, es un hombre indiferente con una personalidad fría.
Según el retrato creado por el autor sobre él, es extremadamente atractivo, su figura es alta y algo corpulenta, tan solo que con un detalle, no podía caminar.
"En este curso de la historia, él debería estar recibiendo rehabilitación en sus piernas..." Los pensamientos de Diana giraron en entorno a esto, de hecho, no le importaba que su esposo no pudiese caminar, no veía ningún problema en ello.
Es solo que la protagonista secundaria despreciaba a su esposo por ese mismo detalle, porque según ella, él no podría complacerla ni física ni emocionalmente, como todo hombre normal podría hacer.
Por ejemplo, tomarla de la mano y llevarla de compras sin ser muy notables o ir a pasear en bote sin tener que llevar una silla de ruedas todo el tiempo. Para ella todo eso resultaba molesto y problemático.
Diana cerró los ojos, pensando detenidamente en ello, en la novela, él logró caminar luego de varios años, pero la protagonista principal tenía mucho que ver en ello.
-¿Tengo que dejar que todo siga su curso o cambiarlo?- Las dudas se hicieron presentes en los ojos de la joven, no sabía que hacer, solo tenía que llevarse bien con el protagonista pues su final tenía mucho que ver con él.
La Finca Shang estaba ubicada en los suburbios más caros de la ciudad Y, y de hecho, era la única finca disponible, ya que la Familia Shang había comprado todas las tierras.
Extrañamente, tenían grandes establos, incontable ganado y varias granjas con plantaciones ¿Porqué? Quién sabe, talvez porque no tenían como gastar su dinero.
-Joven Señora, hemos llegado.- La voz del mayordomo sacó a Diana de sus pensamientos, ella volvió su cabeza hacia la ventana, viendo una gigantesca Mansión delante de ella.
Esta aún tenía un diseño occidental bastante antiguo y todo era de un solo piso, pero... la anchura de la Mansión era inmensa.
Cuando abrió las puertas, se encontró con la gran sala para invitados, la cuál, era el triple del tamaño de su casa en el mundo real.
Diana estaba por gritar cuando vio a una figura en silla de ruedas aparecer en la puerta lateral de la sala, detrás de él, un hombre de mediana edad caminaba a paso lento con las manos en la espalda.
Este era el doctor privado de la familia, Marcio Su.
Los ojos de Diana cayeron directamente sobre el hombre en silla de ruedas, comprobando finalmente que la descripción no estaba equivocada, su esposo es súper guapo, de hecho, el hombre más guapo que alguna vez haya visto.
Incluso por encima de esos actores A-Lister en su vida pasada.
Con ojos fríos y ligeramente elevados, como los ojos de un zorro astuto, sus cejas gruesas tienen forma de espada y sus pestañas son tan largas como alas de mariposa.
Sus labios delgados y de un color rosado natural son atractivos y antojables a la vista, con barbilla puntiaguda y rasgos bien definidos, un rostro creado por los dioses.
Cómo si sintiese la mirada de la joven, el hombre volvió sus ojos fríos hacia ella, encontrándose con los ojos marrones de su esposa.
Diana frunció un poco el ceño al sentir un feo escalofrío recorrer todo su cuerpo a causa de la mirada del hombre, aún así, lado la cabeza y continuó mirándolo con descaro.
Al final, fue Diego el que apartó la mirada de ella, pues se sentía algo incómodo bajo la mirada de la chica por alguna razón.
-Esposo...- La voz tranquila de la chica sonó, haciendo que el joven volviese su mirada hacia ella una vez más, mirándola con ojos fríos y rostro inexpresivo.
-¿Podemos hablar?- Pregunto Diana con seriedad, mirándolo con gran calma.
El hombre simplemente asintió con la cabeza, rodando su silla de ruedas hacia una dirección en específico.
Ni siquiera me importó si Diana lo seguía o no.
Marcio hizo una reverencia hacia Diego, no fue hasta que este asintió que finalmente camino hacia la puerta. Al llegar delante de Diana, hizo una reverencia hacia ella y luego salió sin esperar a que ella dijese algo.
Era más bien como si le tuviese miedo.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play