En la sala fría de un hospital en una ciudad cualquiera de Macedonia, una joven con apenas 19 años daba su último aliento de vida.
La joven de nombre Isabella Valencia, quien antes de llegar a ese estado lamentable era una belleza, ahora estaba totalmente destruida.
Ella nunca en su vida se imaginó que el hombre con el que fue casada fuera un hombre despiadado y sin corazón, uno que no solo fue capaz de meterse con su hermanastra Nina, hija de Roxana su madrastra.
No entiende como aquellas tres personas se la arreglaron para hacerle semejante daño, cuando ella en realidad nunca se metió con ellas, o con otros.
¿Cómo llegó a ese estado aquella joven, si nunca en su vida ha sido nada malo?
Bueno resulta, que tras la muerte de su madre cuando ella tenía 12 años, su padre Fabio Valencia contrajo unos meses después un matrimonio con la madre de Nina, la mujer lleva por nombre Rosana Duarte, quien al momento de casarse tenía una hija con alguien desconocido aún.
Aquella señora llegó a la mansión Valencia para adueñarse de todo lo que le pertenece a Isabella
Primero comenzó por sus cosas personales, luego con el amor de su padre.
Nina cada día era amada por su padre, mientras que ella, su hija biológica fue echada a un lado.
Su padre, por manipulación de Roxana, cada día le exigía dar lo mejor en la escuela, y le exigía que como hermana mayor, ella es quien debe de hacer las tareas de Nina y también cuidar del hogar.
Ella se negó en un principio, pero su padre dejó en claro que si no es obediente, será echada de casa.
Por su bien, Isabella decide que lo mejor es hacerle caso a su padre, y así evitar problemas con él.
Pero eso fue imposible, ya que Nina y su odiosa madre la culpaban de todo lo que pasaba en la mansión, y eso hacía que la pobre fuera castigada por su padre.
Su padre era dueño de una empresa de plástico, esa empresa la logró obtener gracias a la madre de Isabella, quien al morir dejó su parte en manos de su esposo, hasta que su hija tenga la suficiente edad para tomar ese cargo.
Isabella era la mejor en la escuela, pero Roxana con ayuda de sobornos al director del lugar, le hacía creer a Fabio que la que sacaba buenas notas era su hija e Isabella lo contrario.
Esa niña y su madre fueron cada día más lejos, tanto que la joven no tuvo fiesta de 15 años, y cuando cumplió la mayoría de edad, la mujer en compañía de su hija, consiguió un marido para Isabella, ella era más bella que Nina, por lo que conseguir marido para ella no era un problema.
El hombre que consiguieron fue Jorge Scott, hijo menor de la familia Scott.
Jorge estaba enamorado de Nina desde hace años, y cuando fue obligado a casarse con Isabella, odió con todo su corazón a la pobre, y desde que se casó con ella, la sometió a un sin fin de maltratos.
No pasaron ni dos meses, cuando aquel hombre comenzó a traer a su casa a Nina, y ambos hacían la vida de aquella joven un infierno total.
En muchas ocasiones, la pobre desesperada intentó quitarse la vida, pero no lograba hacer nada porque era encontrada en el acto.
Como consecuencia, era brutalmente golpeada y también abusada, Nina también cooperaba con Jorge en los castigos, y entre los dos, se divertían a costa del sufrimiento de Isabella.
Los sirvientes del lugar querían hacer algo por ella, pero eran castigados cuando lo hacían, por lo que por miedo, mejor no se metían en la vida de sus amos.
La belleza de aquella joven poco a poco se debilitaba y ya no era aquella mujer de grande belleza, ahora solo quedaba la sombra de lo que era en un pasado.
Un día Nina anunció que estaba embarazada, cosa que llenó de alegría a Jorge, Pero no pasó una semana muy bien, cuando Nina en presencia de Isabella cayó por las escaleras, y ella fuera culpada por su hermanastra de dicho accidente.
Aquel hecho llenó de ira a Jorge, quien sin medir su fuerza le dio a Isabella una paliza que la llevó al hospital.
Debido a la paliza, la joven tuvo graves heridas internas, una de esas heridas fue en su útero, y por esa razón, no tendrá la posibilidad de ser madre nunca en su vida.
La noticia de aquello llenó de enojo al esposo de Isabella, quien la culpaba a ella por lo que pasó.
Si antes la vida de aquella joven era terrible, al salir del hospital lo era el doble, y al llegar a la mansión, sin aún estar recuperada, fue obligada a atender a Nina, quien aún estaba débil por la pérdida del embarazo, cuando en realidad ella no estaba embarazada y todo fue fingido.
Cuando Isabella cometía un error, era castigada y dejada sin comer durante días, eso hizo que la joven entrara en un cuadro anémico muy malo, en dónde se le tuvo que poner sangre más de una vez.
La última vez que ella sufrió daño, fue cuando Nina la arrojó por la escalera y como consecuencia, ella quedó paralítica, y también se le tuvo que retirar un pulmón, perdió los riñones, tenía costillas rotas, y también fracturas en su cráneo muy graves.
¿Cómo una simple caída logró hacer tanto daño?
Fácil, cuando Isabella estaba inconsciente, Nina le dio golpes hasta sentir que los latidos de su corazón estaban casi apagados, luego como si nada llamó a una ambulancia, en dónde la pobre fue llevada al hospital para salvar su vida.
Isabella duró medio año en coma, y cuando despertó, estaba muerta en vida, apenas estaba consciente.
Sus graves problemas de salud hacían que el día a día fuera difícil vivir, la pobre dependía de una máquina de diálisis, y de un tanque de oxígeno para respirar.
Los médicos no le daban esperanzas y como mucho le quedaba un mes de vida.
Lo triste para Isabella fue, enterarse de que su padre nunca la fue a ver mientras ella estaba en coma, y nadie de su familia tampoco lo hicieron, lo que significa que ella es más un perro que una persona.
Sin apego a la vida, ella retira el oxígeno que le da aire a su pulmón, y no pasó mucho tiempo, para que lo comience a necesitar.
Resignada, ella dejó que la vida se le vaya acabando, y poco a poco, empezó a dar su último aliento y murió sola, y llena de resentimientos, con apenas 19 años
En otro lugar, una mujer totalmente diferente a Isabella se encontraba también muriendo, Pero a diferencia de aquella chica que sufrió hasta su último aliento, la mujer estaba rodeada de sus seres queridos, quienes estaban llorando en silencio por su partida.
La mujer era Antonieta Roche, emperatriz del imperio Agalon.
La mujer que era por mucho la mejor usando la espada de su imperio, y la mejor usando magia de oscuridad, moría por la vejez.
Siempre defendió a su imperio de los invasores, y era la general de su propio ejército.
Aquella mujer guerrera nunca se dejó intimidar por sus enemigos, y desde que contrajo matrimonio con su esposo Santiago Roche, el amor de su vida y tomara el cargo de emperatriz, se mantuvo luchando por su gente.
Gracias a eso, ella logró conquistar otros territorios, y su imperio gracias a sus arduos esfuerzos, se convirtió en el más próspero.
Fue feliz con su esposo, pero nada dura para siempre, y su fiel y amoroso esposo tuvo que morir de una enfermedad pulmonar.
Eso la dejo muy triste y por esa razón nunca se casó, quedando así sola con sus tres hijos.
Cómo cada imperio tiene de costumbre, cuando muere el emperador, la emperatriz tiene que tomar un esposo, pues según dicen los nobles, una mujer por sí sola no puede gobernar un imperio tan grande como lo era Agalon.
Pero ella dejó en claro que no tomara un esposo y eso trajo muchas consecuencias, los nobles se rebelaron y quisieron darle un golpe de estado, y de paso matar a sus hijos, para que alguno de ellos sea quien gobierne.
Eso hizo que Antonieta se viera obligada a eliminar a los nobles culpables de esa rebelión.
Eso provocó el descontento de los ciudadanos, pero con hechos sinceros Antonieta logró que nuevamente el pueblo le vea con buenos ojos.
Durante los años siguientes, Antonieta preparó a sus hijos para que ellos sean iguales de fuertes que ella, y fue bueno, ya que antes de estar en su lecho de muerte, pudo dejar todo en orden, y eso incluye a sus hijos casados con buenas esposas.
Ella se sentía dichosa de haber vivido una buena vida, y tras bendecir a su familia, comenzó a cerrar sus ojos, con la esperanza de ver a su esposo en el más allá, pero lejos de reunirse con su esposo, Antonieta despierta en una cama en una habitación extraña para ella, cosa que es un poco preocupante.
Temerosa, ella se levanta de la cama y al hacerlo, se va de boca y cae al suelo.
Estando allí, un sin fin de recuerdos llegaron a ella, como si de una broma se tratara.
En cada uno de esos recuerdos, ve a una niña muy linda quien vivió hasta hacerse adulta bajo mucho sufrimiento.
Por eso recuerdo tan doloroso, Antonieta llora amargamente, y siente dolor en su corazón, pues era muy sensible con respecto al maltrato infantil.
Ella al finalizar los recuerdos, se sienta en el suelo, y al hacerlo ve que su estatura no es para nada como la recuerda.
Impactada, ella mira sus manos, y la ve pequeña.
“¿Caramba, qué está pasando aquí?
Se pregunta Antonieta con preocupación y un poco de temor.
En busca de respuestas, ella se levanta del piso, y se va hasta el baño, y allí en el espejo del lavado ve su reflejo, y al hacerlo quedó muda.
Resulta, que ella ya no es una mujer mayor, ahora es una niña pequeña como de 12 años, una que a pesar de su edad es muy hermosa.
“Esto debe de ser un sueño” asegura ella mientras pellizca su mano y al hacerlo, siente dolor, lo que significa que lo que ve es real.
Aun sin saber qué hacer, la mujer quien es ahora una niña se va hasta la habitación y allí comienza a dar vueltas de un lado a otro, como un ratón.
Con intención de investigar quién es, ella deja de caminar, y sale de la habitación en dónde está, y al hacerlo choca con alguien y ese alguien la hace caer para atrás.
—Isabella hija aquí estás, ya es hora de levantarse, tengo que presentarte a alguien— dice alguien, y ella mira a quien habla y ese hombre que habló, es por sus recuerdos su padre, quien también ayudó en su sufrimiento, bajo la manipulación de su nueva esposa.
Ella solo asiente y el hombre la ayuda a levantarse del piso y luego le ordena irse a lavar la cara y cambiarse de ropa, pues aún estaba en piyama.
Ella le hace caso y se regresa a su habitación, en dónde se da un baño rápido, y luego se pone un vestido cualquiera, por suerte cuando fue emperatriz, ella aprendió a valerse por sí misma, ya que cuando estaba en una guerra, no había allí comodidades de ningún tipo.
Cuando estuvo lista, salió de su habitación, y el hombre que es su padre, estaba aún ahí esperando por ella.
—¡Vamos!— dice el hombre y toma de manera delicada una de las pequeñas manos de su hija, quien aún no habla ni media palabra.
Ambos no mucho después, llegaron a la sala, en dónde estaba una mujer y una niña.
De manera inmediata, Antonieta sintió un escalofrío, ya que por los recuerdos de ese cuerpo, esas dos personas son quienes más daño le hacen.
“Si esta es una segunda vida, no voy a morir como Isabella, voy a luchar hasta el cansancio” piensa ella mientras terminan de llegar.
—Isabella hija, esta mujer que está aquí, será tu nueva madre, y está niña será tu hermana — dice el hombre con una sonrisa.
Isabella decide no quedarse cayada un minuto más, y dice.
—Si esa niña es tu hija, y esa es mi nueva mamá, ¿significa que tú tenías una amante al estar madre con vida?— preguntó ella de manera delicada y todos allí sienten vergüenza.
Fabio quiso decir algo, pero Rosana se le adelantó.
—Niña, veo que te faltan modales, yo prometo que te enseñaré a ser una niña con buenos valores— dice Rosana y ella solo se queda mirando.
—Hija, Nina no es mi hija de verdad, pero ahora será como una, sé buena niña— dice Fabio y la niña solo dice que sí con la cabeza, pues si dice todo lo que estaba pensando, se ganará un castigo.
Pasado ese momento, todos pasaron al comedor a desayunar, y allí todos charlaban mejor dicho, solo tres personas, ya que Antonieta, quien es ahora Isabella, estaba pensando que hacer para evitar todo lo que se avecina.
Ella llega a la conclusión, que lo mejor es hacer que la manden a un internado, lejos de esta mansión de víboras, cualquier lugar es mejor, que estar con ese par.
Al pensar en eso, una idea macabra se le ocurre, y la pondrá en plática cuánto antes, hará que aquella niña y su madre en su momento sean la burla de la sociedad.
Tal cosa hace que ella ríe con malicia, y Nina quien comía con torpeza a su lado, sintió un escalofrío al ver la sonrisa de aquella niña.
Cuando pasó el desayuno, cada quien se fue a sus funciones del día a día, y cómo era domingo, Isabella se dedicó solo a descansar y a conocer todo lo que le rodea.
Para el día siguiente, una empleada llegó a despertar a la niña, y le pidió cambiarse para ir a la escuela.
Ella al tener los recuerdos de aquella niña a la que le ocupa el cuerpo, supo enseguida qué hacer.
Media hora más tarde, ella estaba en la sala de estar esperando a su papá, quien luego de llevar a su hija a la escuela, irá al trabajo.
Pasó exactamente así, y durante todo el camino, el hombre platico con Isabella sobre su nueva esposa e hija, y le avisó que aquella niña iría a la escuela junto con ella y en el mismo salón de clase.
La pequeña solo guarda silencio, ya que tal parece que las cosas están marchando según sus recuerdos, pero con la diferencia de que ella no se quedará a sufrir, y va a buscar la manera de salir de esa escuela antes de que aquella niña del demonio haga su jugada maestra.
No planea ser la sufrida, y si alguien aquí sufrirá, serán aquellas dos víboras, y este hombre sí llega a mostrar que es malo.
Durante todo el camino, la pequeña se mantuvo callada, y así fue hasta llegar a la escuela, la cual es bonita y muy lujosa.
Su padre cuando detuvo el coche, se desmontó del vehículo y le abre la puerta para que salga, ella solo agradece y se va dónde tiene que ir.
El salón de clases era muy lujoso, y tenía cosas muy novedosas que la joven solo había visto en sus recuerdos.
Ella tímidamente se sienta al final, y no tardó mucho para que todos llegaran y las clases dieran inicio.
Los temas que se dieron allí, eran de conocimiento para la joven, quien al ya tener los recuerdos de la vida de esa niña, sabe todo y hasta más, ya que Isabella, era la más inteligente de su clase, eso se debe a su excelente memoria fotográfica.
Isabella por un momento medita en algo, y eso es, usar sus conocimientos para salir de esa escuela antes de que la obliguen a ayudar a aquella tonta que tiene por hermanastra, y así la muchacha esa, se avergüenza sola, y de paso a su madre, de ese modo, se ahorra molestias innecesarias.
Pensando en eso, ella cuando el receso llegó, se fue a la oficina del director, quien al verla en su oficina estaba curioso por saber que desea una mocosa como ella.
—Habla rápido que no tengo tiempo para perderlo contigo — dice el hombre de manera despectiva.
La niña dio un suspiro, y comenzó a hablar.
—Gracias por recibirme, me gustaría hablar con usted de un tema que le va a traer beneficio para toda su vida— dice la niña con una voz infantil y el hombre se ríe.
—¿Qué puede hacer una mocosa como tú para darme beneficios?— dice el hombre con arrogancia.
—No mucho, sino hacer que su escuela sea conocida por tener a una niña genio y la que entrará a la universidad más joven de la historia de esta escuela — dice ella mientras se cruza los brazos.
El hombre solo abre los ojos como platos, y se quedó sin habla.
—Señor director, puedo hacer que su escuela sea la más famosa en este país, pero a cambio deseo algo— dice ella tranquila y el hombre no sabe qué decir, nunca en su vida se imaginó un escenario así, por lo que incrédulo, dice.
—Déjate de juegos de niña, y vete a tu salón de clases— expresa el molesto, porque cree que la niña le está jugando una broma.
Pero lo que ella le dice después lo dejó totalmente asombrado.
— Ya que no me cree, hágame en secreto todas las pruebas que se hacen al final de cada curso, desde este grado en el que estoy, hasta el último de secundaria, y que sea secreto, ya luego que compruebe lo que le dije, nos ponemos de acuerdo en cómo darlo a conocer al público— dice la niña segura de sí misma.
El hombre se puso de pie, y solo dijo.
—Bien, para que no hagamos el ridículo, vamos a dejar está conversación en secreto, y en una semana, te estaré llamando para hacerte todas las pruebas, eso sí, que sí me estás engañando, te echaré de esta escuela, y en un futuro, ninguna otra te aceptará— dice el hombre y la pequeña solo asiente, para luego de agradecer, irse de esa oficina.
Cuando llegó a su salón de clases, entró en silencio y así se mantuvo durante todo lo que quedaba del día.
Cuándo fue la hora de salir, fuera de la escuela estaba el auto de su padre, quien estaba a la espera de ella.
Ella solo se limitó a subir al auto, y en poco tiempo, se fue de allí en compañía de su padre.
Cuando llegó a la mansión, allí la esperaba la hipócrita de su madrastra y su torpe hija.
Está con hipocresía fingida saluda a los recién llegados, y los invita a lavarse la mano para comer algo.
Ella solo se limita a hacer lo que se le dice, y también se quita el uniforme para así ponerse algo cómodo, pero al abrir el closet, no encontró gran cosa allí, cosa que es raro, ya que antes de irse de la mansión en la mañana, estaba repleto de ropa de buena calidad.
“Parece que está arpía y su hija ya comenzaron a adueñarse de la mansión, veamos cómo se defienden con lo que haré”— piensa ella para luego ponerse una bata de baño e irse corriendo en dirección en dónde dejó a su padre.
Ella llegó haciendo un gran drama.
—Papá, papá, parece que los ladrones entraron a esta casa y se llevaron todas mis cosas, ¿qué voy a hacer? No tengo ropa— dice la pequeña con lágrimas en los ojos y las dos arpías palidecen.
Fabio al escuchar lo dicho por su hija, salió corriendo a ver qué pasó en la habitación de ella, siendo seguido por los demás.
Al llegar a la habitación, buscó en el guardarropa de ella, solo para verlo con algunas prendas de vestir.
Desconcertado, él solo pregunta.
—¿Qué diantres está pasando aquí?— pregunta él un poco enojado y Roxana un poco avergonzada va a explicar la situación.
—Esposo, bueno... Yo fui quien tomó un poco de la ropa de Isabella, para dársela a la niña, Isabella tiene mucha y lo ideal es que comparta sus cosas con su hermana, así tienen una buena relación— dice la mujer y la niña en cuestión llora aún más y dice.
—Lo que usted hizo no fue tomarlo, lo ha robado, papá dice que las cosas no se toman sin permiso de los dueños, porque eso es robo— La mujer se sorprende por la palabra de Isabella, y quiso hablar algo, pero Fabio la detuvo.
—Roxana, apenas lleva un día aquí, y ya estás tomando las cosas de mi hija, si querías ropa para tu hija, solo tenías que decirlo, y no tomar las cosas de los demás, trae en este momento, las cosas de Isabella, y que sea la última vez que haces algo así, no tienes derecho de entrar a esta habitación a tomar las cosas de mi hija, te lo prohíbo— dice el hombre para luego abrazar a su hija quien lloraba desconsolada.
La mujer con mucho enojo se tragó su orgullo y fue a hacer lo que se le dijo, y mandó a los sirvientes a organizar todo, luego sale de allí enojada como una fiera.
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