Capítulo 1: El Sacrificio de un Tsundere
En una ciudad bulliciosa, vivía un joven llamado Alex. A primera vista, Alex parecía un chico rudo y distante, siempre con una actitud desafiante y una mirada fría. Sin embargo, aquellos que lo conocían bien sabían que, en el fondo, tenía un corazón amable, especialmente cuando se trataba de animales. A escondidas, Alex solía alimentar a los gatos callejeros y cuidar de los animales heridos que encontraba en su camino. Era un secreto que guardaba celosamente, pues temía que su reputación de chico duro se viera afectada.
Un día, después de clases, Alex decidió comprar un sándwich en el supermercado local. Mientras caminaba hacia su casa, disfrutando del bocadillo, notó una caja en la acera con varios gatitos abandonados dentro. Los pequeños maullaban desesperadamente, y Alex sintió una punzada en el corazón. Justo en ese momento, un camión se acercaba a gran velocidad, y los gatitos estaban en peligro de ser atropellados. Sin pensarlo dos veces, Alex corrió hacia la caja y, con un salto heroico, empujó a los gatitos fuera del camino. El camión lo golpeó de lleno, y Alex cayó al suelo, gravemente herido.
Con su último aliento, Alex sonrió al ver que los gatitos estaban a salvo. En ese momento, escuchó una voz suave y cálida que le decía: “Gracias por salvar a mis pequeños.” Era el espíritu de la madre de los gatitos, que había venido a agradecerle. “Te daré la oportunidad de reencarnar en otro mundo lleno de magia y bestias mágicas. Antes de que te vayas, te otorgaré un sistema llamado Gran Oyama que te ayudará a sobrevivir allí.”
Antes de que Alex pudiera responder, sintió cómo su conciencia se desvanecía. Todo a su alrededor se volvió oscuro y silencioso. Cuando finalmente abrió los ojos de nuevo, se encontró en un lugar completamente diferente. Estaba rodeado de árboles altos y frondosos, y el aire olía a tierra húmeda y flores silvestres. Intentó moverse, pero algo se sentía extraño. Miró hacia abajo y se dio cuenta de que ya no tenía manos ni pies humanos. En su lugar, tenía pequeñas patas peludas y un cuerpo cubierto de suave pelaje blanco.
“¿Qué… qué soy?” pensó Alex, o más bien, Nieve, como pronto descubriría que era su nuevo nombre. Se miró en un charco cercano y vio el reflejo de una ardilla hembra de color blanco. No era una ardilla común, sino una criatura especial con habilidades mágicas y una nueva misión en un mundo desconocido.
Nieve se tomó un momento para asimilar su nueva realidad. Recordó las palabras del espíritu de la madre de los gatitos y decidió que debía aprovechar esta segunda oportunidad. Aunque estaba asustada y desorientada, sabía que debía adaptarse rápidamente para sobrevivir en este nuevo mundo.
Explorando su entorno, Nieve descubrió que tenía habilidades especiales. Podía comunicarse con otros animales y tenía una conexión profunda con la naturaleza. Además, el sistema Gran Oyama le proporcionaba información y habilidades que le serían útiles para enfrentar los desafíos que se avecinaban.
Mientras se aventuraba más en el bosque, Nieve conoció a otros animales que se convertirían en sus aliados. Un sabio búho le enseñó sobre las plantas medicinales y los peligros del bosque. Una familia de conejos le ofreció refugio y compañía, y un zorro astuto le enseñó a ser sigilosa y a defenderse de los depredadores.
A medida que pasaban los días, Nieve se dio cuenta de que su nueva vida no sería fácil, pero estaba decidida a hacer lo mejor de ella. Con la ayuda del sistema Gran Oyama y sus nuevos amigos, estaba lista para enfrentar cualquier desafío que se presentara. Sabía que su misión era proteger el bosque y a sus habitantes, y estaba dispuesta a luchar con todas sus fuerzas para lograrlo.
Capítulo 2: Explorando Más Allá del Bosque
Después de haber hecho nuevos amigos y haberse acostumbrado a su vida como ardilla, Nieve se sentía más segura y curiosa sobre el mundo que la rodeaba. El bosque había sido su hogar y refugio, pero sabía que había mucho más por descubrir. Decidida a explorar, Nieve comenzó a saltar de árbol en árbol, disfrutando de la libertad y la agilidad que su nuevo cuerpo le proporcionaba.
Mientras avanzaba, Nieve se maravillaba con la diversidad de la flora y fauna del bosque. Cada rincón parecía esconder un nuevo secreto, y cada criatura tenía una historia que contar. Sin embargo, su curiosidad la llevó a seguir adelante, más allá de los límites conocidos del bosque.
Después de un largo recorrido, Nieve llegó a un claro desde donde podía ver una gran ciudad en la distancia. Sus ojos se abrieron con asombro al contemplar las altas torres y las murallas que rodeaban el lugar. Era un reino majestuoso, lleno de vida y actividad. Intrigada, Nieve decidió preguntar al sistema Gran Oyama sobre la ciudad que veía.
“Gran Oyama, ¿cómo se llama esa ciudad?” preguntó Nieve, con la esperanza de obtener alguna información.
El sistema respondió con su voz calmada y sabia: “Esa ciudad es conocida como el Reino Eterno de Ofdragon. Fue fundada hace siglos por un antiguo dragón negro, cuyo poder y sabiduría aún resuenan en sus tierras.”
Nieve se quedó maravillada por la historia del reino. Un dragón negro antiguo, pensó, debía ser una criatura de inmenso poder y misterio. La idea de explorar un lugar con una historia tan rica y mágica la emocionaba. Decidió que debía acercarse más y aprender todo lo que pudiera sobre el Reino Eterno de Ofdragon.
Con renovada determinación, Nieve continuó su viaje, acercándose cada vez más a la ciudad. Mientras avanzaba, se encontró con varios desafíos, desde depredadores naturales hasta terrenos difíciles. Sin embargo, con la ayuda del sistema Gran Oyama y sus habilidades recién descubiertas, logró superar cada obstáculo.
A medida que se acercaba a las murallas del reino, Nieve comenzó a notar la presencia de otros seres mágicos. Había hadas revoloteando entre las flores, duendes trabajando en pequeños talleres y criaturas que nunca había visto antes. El Reino Eterno de Ofdragon era un lugar donde la magia y la naturaleza coexistían en perfecta armonía.
Finalmente, Nieve llegó a las puertas del reino. Desde su posición, podía ver a los guardias vigilando la entrada y a los ciudadanos yendo y viniendo con sus quehaceres diarios. Sabía que debía ser cautelosa, pero también estaba decidida a descubrir más sobre este fascinante lugar.
“Gran Oyama, ¿qué debo hacer ahora?” preguntó Nieve, buscando orientación.
“Debes encontrar una manera de entrar al reino sin llamar la atención. Observa y aprende de los habitantes, y busca aliados que puedan ayudarte en tu misión,” respondió el sistema.
Nieve asintió, comprendiendo la importancia de la discreción. Con su pequeño tamaño y su pelaje blanco, sabía que podía moverse sin ser vista si era cuidadosa. Decidida a seguir adelante, Nieve comenzó a planear su entrada al Reino Eterno de Ofdragon, lista para enfrentar cualquier desafío que se presentara y descubrir los secretos que este antiguo reino guardaba.
Capítulo 3: Descubriendo Nuevas Habilidades
Nieve, llena de emoción y curiosidad, finalmente logró entrar al Reino Eterno de Ofdragon. Sin embargo, su entusiasmo pronto se convirtió en preocupación. Al ser una pequeña ardilla blanca, muchos de los habitantes del reino no la notaban y, sin querer, intentaban pisarla. Nieve se esforzaba por esquivar los pies de los transeúntes, pero la tarea se volvía cada vez más difícil y agotadora.
Después de varios intentos fallidos de moverse por la ciudad sin ser aplastada, Nieve decidió que era mejor regresar al bosque. Una vez de vuelta en su hogar, se sentó en una rama alta y suspiró, frustrada por su falta de éxito.
“Gran Oyama, esto es demasiado difícil,” dijo Nieve, sintiéndose derrotada. “¿Qué otras habilidades tengo además de poder hablar con otros animales? Necesito algo más para poder sobrevivir y explorar este mundo.”
El sistema Gran Oyama respondió con su voz calmada y sabia: "Tienes varias habilidades únicas y normales que pueden ayudarte en tu misión. Aquí están algunas de ellas:
Habilidades Únicas:
Evolución: Puedes evolucionar y mejorar tus habilidades con el tiempo.
Depredación: Puedes absorber habilidades de otros seres mágicos que derrotes.
Habilidades Normales:
Magia de Fuego: Puedes controlar y crear fuego.
Magia de Tierra: Puedes manipular la tierra y las plantas.
Magia Agrícola: Puedes hacer crecer plantas rápidamente y mejorar la fertilidad del suelo.
Magia de Agua: Puedes controlar y crear agua.
Magia de Hielo: Puedes manipular el hielo y las temperaturas frías.
Habilidades Pasivas:
Instinto de Supervivencia: Tienes un sentido innato para evitar peligros.
Detección de Olores: Puedes detectar olores a gran distancia.
Agilidad Activa: Eres extremadamente ágil y rápida.
Lanza Semillas: Puedes lanzar semillas con precisión y fuerza."
Nieve escuchó atentamente mientras el sistema enumeraba sus habilidades. Se sintió aliviada al saber que tenía más herramientas a su disposición de las que había imaginado. Decidida a mejorar y utilizar estas habilidades, Nieve comenzó a practicar en el bosque.
Primero, intentó usar la Magia de Fuego. Concentrándose, logró crear una pequeña llama en la punta de su cola. Aunque al principio fue difícil controlar el fuego, con práctica constante, Nieve aprendió a manejarlo con precisión. Luego, experimentó con la Magia de Tierra, haciendo crecer plantas y manipulando el suelo a su alrededor. La Magia Agrícola le permitió crear un pequeño jardín en el bosque, lleno de plantas útiles y hermosas flores.
La Magia de Agua y la Magia de Hielo también resultaron ser extremadamente útiles. Nieve aprendió a crear corrientes de agua y a congelar pequeñas áreas para protegerse de los depredadores. Sus habilidades pasivas, como el Instinto de Supervivencia y la Detección de Olores, le permitieron evitar peligros y encontrar comida con facilidad.
Finalmente, Nieve practicó su Agilidad Activa y la habilidad de Lanza Semillas. Se volvió aún más rápida y precisa, capaz de moverse por el bosque con una gracia y velocidad impresionantes. La habilidad de lanzar semillas le permitió defenderse de los depredadores y marcar su territorio.
Con sus nuevas habilidades, Nieve se sintió más preparada que nunca para enfrentar los desafíos del Reino Eterno de Ofdragon. Sabía que aún tenía mucho que aprender, pero estaba decidida a seguir adelante y descubrir todos los secretos que este mundo mágico tenía para ofrecer.
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