Diana, una linda morena, con cabellos tan largos, lisos y oscuros como la noche, de mediana estatura, nariz respingada y sonrisa radiante como el sol, la cuarta de siete hermanos; que eran en total 6 hembras y un varón, procedentes de una familia de escasos recursos, su papá el señor Juan, electricista. Su mamá la señora Margarita, ama de casa; moradores de un pueblito apartado de la ciudad vivían de manera muy humilde, apenas Diana y sus hermanos podían comer e ir a la escuela, pero con una infancia llena de hermosos recuerdos pese a que sus padres tenían frecuentemente problemas fuertes, hasta el punto de haber agresión física, los niños fueron creciendo con esas fuertes imágenes en su cabeza, cada uno lidiando con esos fantasmas de su infancia de manera diferente. Diana, por su parte, creció con problemas psicológicos, convirtiéndose en un problema más para sus padres, problema que se acrecentó al llegar a la adolescencia, cuándo esta cumplió 15 años en una fiesta de las tantas a las que solía escapar conoció a un hombre unos cuantos años mayor que ella, tal vez por unos 7 u 8 años. Éstos llevados por el licor esa noche terminaron teniendo s**o en el baño, y de allí pasó tiempo para que se volvieran a encontrar, sólo para Diana darle la noticia de que a raíz de ese episodio, en su vientre se gestaba el fruto de ese irresponsable suceso, ese hombre no tuvo más que confesarle que el estaba casado y que no dejaría a su esposa por una aventura de sólo una noche ofreciéndole así su ayuda de manera clandestina, Diana desesperada sin querer darle a sus padres la noticia porque estaba segura de que ellos no la apoyarían de ninguna manera tomó la decisión de terminar con ese embarazo, así subiendo a un bus que iba en dirección al centro de la ciudad iba decidida a ponerle fin a su desdicha, sin embargo, el destino tenía otros planes para ella, al estar sentada en el bus, escuchó aquella música que la hizo cambiar de opinión, música que la hizo recobrar sentido y la hizo cambiar su decisión:
❤️Inocente es, los gigantes del vallenato.❤️
🎵 Dios hace muy bien sus cosas, escúchame que la fe mueve montañas, lo sé muy bien.
No te avergüences del hijo que va a nacer
Porque es un fruto bendito que hay que querer🎶
🎶Tienes que ser fuerte, mujer hay que sufrir y hay que llorar pero estoy seguro, se que tú vida cambiará 🎵
Resignación, mucho valor hay que tener para entender que ahora te toca hacer de madre y de padre también 🎶.
Gracioso fué que luego de meditar en la letra bajó del bus y comprándose sólo una blusa volvió a casa. Pasados los meses estando sus padres al tanto de su embarazo y habiéndole permitido permanecer en casa ella aceptó la ayuda de el padre de su hija. El por su parte se responsabilizó y dió la noticia a su familia (incluyendo a su esposa) quién aceptó con dolor aquella horrible traición, pero poco a poco logró que éste sin notarlo se alejara de su hija.
Diana teniendo que luchar sola sin la ayuda de sus padres ya que éstos se fueron a vivir a la ciudad dejándola sola con su hija ya que sus hermanos mayores ya habían hecho sus vidas y los menores se fueron con sus padres. Ella tuvo que buscar trabajo, situación que le era muy complicada ya que seguía siendo menor de edad y su bebé aún estaba muy chiquita tuvo que optar por ese antiguo oficio al cuál muchas madres han tenido que llegar por amor a sus hijos, la prostitución. Pasado un año y con la ganas de poder darle un buen ejemplo a su hija, con la ilusión de verla crecer en un hogar digno aceptó la propuesta de aquel cliente que la visitaba con frecuencia solicitando de sus servicios, ella enfocada en lo que para ella era la salida no vió las señales de lo que más adelante descubriría era la entrada a un verdadero infierno.
Con sólo llegar a casa de su ex cliente, Jesús, notó que nada de lo que éste le habia dicho era cierto ya que él le había asegurado que vivía solo en su departamento, y estando ahí pudo notar que Jesús no sólo compartía departamento sino que además el inmueble era propiedad de sus padres con quienes aún vivía y junto a ellos sus hermanos, Lorena y Francisco. Por tanto Diana y su hija, Ana, tuvieron que adaptarse a ese nuevo hogar dónde su suegra recibió con amor a su pequeña hija, Diana no se sentía nada cómoda estando allí pero se consolaba al ver que su hija era tratada con amor por sus cuñados y suegros. Pero no contaba con que al pasar de los días iría descubriendo más y más...
Jesús, aquel jóven, dulce y comprensivo cliente dispuesto a rescatarla de esa indeseable vida se convirtió en su verdugo, golpeándola continuamente no sólo a ella sino que también a Anita, como todos le decían con cariño.
Los familiares de Jesús ya empezaban a preocuparse por la situación de Diana y su hija, ya que Jesús no razonaba en ningún momento, al pasar de los meses Diana notó cambios en su cuerpo, cambios por los cuales ya una vez había pasado. Sí, estaba nuevamente embarazada de la persona incorrecta pensando que ese sería su destino y que por haber desobedecido a sus padres ese sería su castigo, decidió tener su otro bebé no queriendo tener los mismos pensamientos que en su primer embarazo. Pero su cuñado Francisco cansado de ver el sufrimiento y la desdicha de la mujer que no sólo había llegado a su casa para ser su cuñada sino que también poco a poco y sin poderlo evitar se convirtió en esa mujer que se metía en sus pensamientos y robaba sus sueños, la amaba, claro que la amaba pero por respeto a su hermano decidió sólo confesarle a ella sus sentimientos dejándole claro que no esperaba nada a cambio porque sabía que era un amor que aunque el luchara jamás sería correspondido. Pasados los meses Diana ya estaba en sus últimos días de embarazo pero las agresiones no cesaban, cada vez más iban en aumento, Francisco ya cansado de verla sufrir por mano de su hermano habiendo interferido infinidad de veces a favor de su cuñada terminaba golpeándose salvajemente con su hermano pero todas en vano, decidió aliarse a su madre para ayudar a su cuñada a salir de ese infierno, una vez nacida su segunda hija ya pasados dos meses, Diana se encontraba descansando con su bebé en el cuarto y entraron su suegra y cuñado aprovechando que todos los demás estaban siempre trabajando y le ofrecieron ayuda para irse a su pueblo nuevamente, sin embargo, Diana se entristeció aún más porque pensaba que si antes le era difícil con una sola bebé ahora con dos le sería imposible, su suegra conmovida por su penosa situación se ofreció a quedarse con su nieta hasta que Diana estubiera financieramente estable para volver por su pequeña hija prometiendo que la cuidaría con su vida hasta de su mismo hijo. Así pues Diana aceptó, confiando plenamente en que su suegra cuidaría de su pequeña hija, entonces se despidió y ese mismo día partió rumbo a su pueblo con su hija mayor que apenas contaba con 2 años.
Una vez estando en su pueblo volvió a la antigua casa de sus padres que una vez que ella la dejó nadie más volvió a vivir allí, recién llegada al pueblo se encontró con su buen vecino Carlos un jóven que desde pequeños siempre estuvo enamorado de esa linda morena, el la recibió y la ayudo a instalarse nuevamente la acompañó unos días y la ayudo hasta que tuvo que irse del pueblo por supuestos problemas personales de los cuáles nadie pregunto pero que todos tenían en sus mentes la misma respuesta. El padre de Anita escuchó que Diana había regresado al pueblo junto con su hija y arrepentido fué a buscarla, y encontrándose con ellas y no dejándose manipular por su esposa se hizo responsable de los gastos de su hija beneficiando también a Diana ya que con su ayuda no tuvo que volver a la vida de la que tanto le costó salir viéndola ya como una buena amiga y creando así un buen vínculo con su pequeña hija. Así pues transcurridos los días Diana visitaba continuamente a su bebé Clara (así se llamaba la menor). El padre de su hija tuvo con su esposa un varón (su primer hijo del matrimonio), los padres de Diana seguian en la ciudad y en algunas ocasiones venian a pasar dias en su pueblo con su hija y su nieta y asi todo transcurrió relativamente normal. Hasta que cierto día teniendo Diana 19 años conoció a un jóven un par de años menor que ella con el que inició una relación que esta vez lejos de ser por desliz o por interés fué por amor, un amor de esos que te llevan al borde de la locura, de esos amores con los que te cuesta la razón, de esos amores que vives intensamente sin importarte aún por ti mismo...
Cuando Diana se juntó con ese joven llamado Andrés se enfocó exclusivamente en él, el por su parte decidió aceptarla con su hija mayor, Ana, con la única hija que ella había decidido quedarse ya que según ella clara estaría mejor con su abuela siempre. El en era un jóven de esos que tienen mala fama, muy bien ganada, de esos que son repudiados en cualquier pueblo. Diana sabiendo que no terminaría bien le pidió que se fueran a la ciudad donde vivían sus padres a comenzar una nueva vida ya que ella lo amaba y no lo quería perder ya el era mayor de edad, nada les impedía irse, el aceptó y así llegaron a casa de los padres de ella y como es de suponer sus padres no estaban contentos con su llegada y menos por la fama que el tenía en el pueblo así entonces ellos consiguieron un pequeño terreno dónde pudieron hacer un pequeño cuarto hecho de madera y ahí pasados 2 años estaban a la espera de la tercera hija de Diana y primera hija de Andrés, ya en ese entonces Andrés tenia un trabajo no tan remunerado pero honrado eso si, y ahí tuvieron a su pequeña liz, infelizmente durante su embarazo Diana recibió una desgarradora noticia, noticia que les cambiaría sus vidas y acabaria con sus sueños e ilusiones.
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