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Los Efectos Del Amor.

Las presentaciones.

GAVI:
Gavi.
Gavi.
No estoy preparado para todo esto, solo tengo 16 años.
Era lo que se me pasaba todo el maldito rato por la cabeza. Se me pasa siempre las cosas que había de hacer mal o mis inseguridades.
A ver, os voy a contar un poco sobre mí, soy Pablo Páez, o más conocido como Gavi. Me llevaron a la Masía días después de que mis padres fallecieran. Estuve muy mal por esa temporada, tenía solamente 11 años. Iba Air uno de los clubs más importantes de España, yo no estaba preparado. Solía y suelo ser una persona muy insegura de sí misma. Mis entrenadores no solían presionarme por mi situación. Pero si ellos no lo hacían, lo hacía yo. Me presionaba para entrar al primer equipo, y ahora que me dan la oportunidad, no estoy preparado. Solo tengo 16 años como hija anteriormente.
Xavi.
Xavi.
Gavi, escuchame, has trabajado muy duro para estar en el primer equipo. Se que has estado muy jodido desde que entraste a la Masía, pero aun así te has esforzado el triple que los demás. Yo veo que tú protejas al club como si te fuera la vida en ello.
Xavi, mi futuro entrenador, hizo una pequeña pausa para acariciarme la cabeza y darme un abrazo.
Xavi.
Xavi.
Te has esforzado muchísimo para estar aquí, confía en ti mismo que podrás conseguir todo lo que te propongas pequeño.
Gavi.
Gavi.
Gracias de verdad por apoyarme en todo lo posible, muchísimas gracias por confiar en mí en cualquier momento.
Xavi.
Xavi.
Vale, pues ahora llega hora de presentarte tus compañeros de equipo y enseñarte las instalaciones.
Espera,¿qué? Como que observe la gente nueva, COMO QUE PRESENTARME A UN EQUIPO. Estaba en shock. La presión que tenía en momentos muy malos, estaba apareciendo. Mi respiración se agitaba un poco en mis manos temblaban ligeramente. Pero estaba un poco alterado la verdad
Gavi.
Gavi.
Creo que mejor me voy a investigar por las instalaciones y después vendrá a presentarme y todo eso.
Xavi.
Xavi.
Claro Gavi, sin problema. Nos vemos luego.
Yo me alejé para buscar algún vestuario y ducha para intentar tranquilizarme. Estaba muy inquieto, me temblaba todo el cuerpo, me dolía bastante el pecho y por último mi respiración y la tiros eran más rápidos que de costumbre.
...
Al estar unos minutos en las instalaciones buscando algún cubículo o cuarto para poder ser más tranquilo, encontré lo que deseaba. Un letrero en el que ponía, vestuarios, he indicaba una flecha hacia la izquierda. Cuando vi es el letrero, fui corriendo hacia esa dirección y cerré de un puerto aquella puerta. Por suerte, no había nadie en aquella habitación, así que me dediqué a sentarme en el suelo lentamente, mientras mi espalda resbalaba por aquella puerta de color blanco, y empezó a asistir una y otra vez. Mis suspiros pensaban cada vez más, el nudo que tuve la garganta de pequeño, volvió a crecer sin ton ni son. Mis piernas empezaban a temblar, mis manos temblaban sin parar, la respiración se me complicaba. En esos momentos me permitir llorar, no estaba preparado para este tipo de eventos, siempre he sido muy tímido y ansioso. De pequeño tenía pánico a todo, pero cuando murieron mis padres en aquel accidente de coche, ese miedo se convirtió en ansiedad constante. Mis tutores de la masía me ayudaron en todo lo posible, además de los entrenadores y profesores. Algún amigo también tenía, uno de ellos era Ansu Fati. Me vio pasándolo muy jodido cuando llegué, y no diávanas de hacer nada. Había lograron mi sueño de entrar en La Masía pero,¿cómo lograría que ese nervioso de mí si ya no están conmigo? Me repetía esa pregunta día y noche. Y era esa típica pregunta que enseña respuestas en la vida. En estos momentos solo hiperventilaba, no sentía mi cuerpo, mis lágrimas recorrían una y otra vez por mi cara. Yo me las intentaba limpiar con mis manos temblorosas, en algunos momentos intentaba levantarme y me ponía con la esquina sujetas en el lavamanos y solo me podía mantener de pie con esa poca fuerza que tenía en esos momentos. Después de intentar animarme en frente de un espejo, golpeaba la mamá nos contaban mis fuerzas y grité todo lo que me permite llevar adelante en sus estados. Después me desestabilizaba y caía al suelo una y otra vez. Hasta que por mala suerte, en una de esas se golpeó el lavamanos, sentía que había roto los dedos de mi mano izquierda, estaban sangrando, sin parar. Tenía da miedo y mucho. Tenía miedo de que alguien le criticase por mi ansiedad.
PEDRI:
Estábamos esperando aunque entrase nuestro nuevo compañero de equipo, supuestamente estaba dentro de las instalaciones, pero no aparecía.
Xavi.
Xavi.
Pedri, intenta buscar tú a Gavi que se puede haber perdido.
Dispuse ahí hacia esas instalaciones y buscarlo. Estábamos mucha gente todos en el campo menos él, así sería más fácil encontrarlo.
Después de estar unos minutos, solo quedaban las duchas. Pero la puerta siempre estaba cerrada. Me pareció extraño que alguien estuviese allí dentro. Pero mi misterio acabó cuando oí un golpe muy fuerte en las duchas. En ese momento fui y toqué la puerta, la persona de adentro de aquel cuarto, estaba llorando. Se escuchaban unos movimientos constantes e hiperventilaciones muy fuertes. Lo más probable es que me arrepintiera en ese instante si adentro pero no podía dejar ahí a esa persona que esté detrás de la puerta. En cuando lo abri, vi al jugador, en el suelo temblando, su mano estaba sangrando, tenía otra mano en el pecho y solo estaba llorando sin parar.
Pedri.
Pedri.
Ey ey,¿qué pasa? ¿pasa algo? ¿estás bien?
Le decía yo mientras me ponía de cuclillas durante su día para intentar calmarlo.
Gavi.
Gavi.
¿Qui-quien e-eres? N- no me ha-hagas daño por fa-favor.
Su su voz le temblaba sin parar, titubeaba en cada una de sus palabras. Tenía miedo, se le notaba.
Pedri.
Pedri.
No te preocupes,¿vale? Xavi me ha mandado a buscarte porque no aparecías por el campo, solo te voy a ayudar a calmarte,¿de acuerdo?
Le dije con voz tranquila, su respuesta fue asintiendo con la cabeza.
Pedri.
Pedri.
Vale, entonces voy a coger unas vendas para ponértelas en esta mano,¿vale? Luego te voy a ayudar a tranquilizarte y si quieres luego me cuentas que pasa,¿de acuerdo?
Le dije mientras le acariciaba los brazos.
...
Parece que después de un rato intentado tranquilizar a este chico, aparentaba menos de 18 años, me contaron que tuvo muy mal pasado y lo trajeron aquí, lo intentaré ayudar todo lo posible, pero ahora me importaba tranquilizarlo y parecía haber cumplido mi función.
Pedri.
Pedri.
Vale, ahora que te has calmado ¿quieres contarme lo que ha pasado?
Le dije mientras me sentaba al lado suya.
Gavi.
Gavi.
Muchas gracias por ayudarme de verdad, soy Pablo, bueno más conocido como Gavi. Si no te importa ¿te puedo contar toda mi historia?
Me lo decía con los ojos llorosos todavía.
Gavi.
Gavi.
Sin problema Pablo.
Le dije mientras acariciaba la mano vendada.

¿Tengo apoyo?

GAVI:
Gavi.
Gavi.
A ver, es duro de explicar. Intentaré no ponerme triste.
Pedri.
Pedri.
Perdona si no me he presentado, soy Pedro, pero me conocen como Pedri.
Gavi.
Gavi.
Por donde empiezo. En primer lugar, estaba yo en Sevilla practicando fútbol para entrar a la Masía. Me dijeron que era muy bueno y demás, me consideraron un niño independiente. Por eso mis padres confiaron en el mí y decidieron dejarme ese fin de semana solo en casa, mientras mis padres estaban de vacaciones. Yo iba a entrenar y todo eso. Hasta que un número extraño llamó a mi casa por el fijo de la casa. Yo lo cogí, era un niño y mi madre me dijo que cualquier número lo cogiera por si acaso.
Hice una pausa al ver que mi voz empezaba a temblar.
Pedri.
Pedri.
Pablo, estoy aquí contigo. Me puedes contar lo que sea.
Gavi.
Gavi.
Pues yo al coger el teléfono les pregunté quién eran, obviamente. Me contestaron que si era familia de los Páez Gavira. Yo dije que sí. Me arrepiento mil y unas veces de coger aquella llamada.
Pedri.
Pedri.
¿Que pasó?
Gavi.
Gavi.
Me decían que edad tenía, qué relación tenía con ellos, etc. Yo estaba flipando, hasta que me dijeron: pequeño, tus padres han fallecido, lo siento muchísimo.
Paré de hablar porque empecé a llorar de nuevo. Aunque no recuerdo haber dejado de hacerlo.
Estaba pensando muchísimas cosas en este momento, ya casi no me entraban aire en mis pulmones. Era una situación agobiadora, estresante y asfixiante. Me sentía culpable por no pasar tiempo con mis padres. El nudo de mi garganta seguía creciendo. Solo quería que ellos estuvieran allí ahora mismo. He pasado por muchas cosas con tan solo 16 años.
Pedri.
Pedri.
Gavi, estoy aquí, estoy contigo. Respira hondo, así mira.
Pedri interpretó la acción que pretendía que hiciera. Yo la traté de imitar pero me ahogaba todavía más de lo que estaba.
Gavi.
Gavi.
No pu-puedo Pe-Pedri, no se q-que hacer.
Me pare para intentar coger aire.
Gavi.
Gavi.
No me lle-llega el a-aire, Pe-Pedri a-ayuda porfavor.
No podía ni hablar, escuchaba voces en mi cabeza de lo que me decían cuando llegué a La Masía. Porque si, me acosaron durante bastante tiempo por no tener a mis padres. Yo sinceramente, estaba a punto de colapsar. Estaba confiando en alguien que no sé ni quién era, le estaba contando mi vida literalmente. Me tenía que presentar todavía al equipo. Tenía que hacer muchas cosas pero en estos momentos sólo pensaba que me desplomaría aquí mismo y no sé qué pasará conmigo pero solo pensaba que podía pasar eso. No podía calmarme con nada.
Pedri.
Pedri.
A ver Gavi, estoy aquí.
Apoyo su mano en mi pecho, eso consiguió relajando un poco.
Pedri.
Pedri.
Estoy aquí para todo lo que necesites, siempre podrás contar conmigo para lo que sea.
Me dijo mientras me abrazaba, yo podía respirar con normalidad pero mis pensamientos seguían igual.
Gavi.
Gavi.
Después de eso, entre en La Masía porque no tenía tutores legales. No tenía abuelos, amistades no los conocí a mis padres ya no estaban. Mi entrenador de fútbol se comunicó a la Masía y me trajeron aquí.
Hice es la única almuerzo una pequeña pausa para asimilar todo. Mi cabeza empezaba a dar vueltas y empezaba a escuchar un pitido.
Pedri.
Pedri.
Lo siento mucho pequeño,¿te puedo llamar así?
Gavi.
Gavi.
Si claro. Pero después de eso, los niños de mi pueblo, se enteraron de lo de mis padres. Se rieron de mí hasta que me fui de Sevilla. Cuando vine, me presentaron y explicaron porque estaba allí. No quise que lo contasen porque tenía un trauma. No quería que se riesen de mí, pero lo hicieron. Me acosaron durante mucho tiempo. Me encerraban en los baños, en el cuarto de materiales. O también me pegaban, me insultaban, me obligaban a hacerles las tareas, etc. Nunca lo comuniqué porque sería peor para mí. Un día recuerdo que tuvieron narices de partirme un brazo de abrirme la casa en varias ocasiones. Solo tenía a Ansu Fati. Era el único que me ayudaba con todo. El único niño que no se rio de mí cuando llegué a La Masía. Pero aun así me esforcé para llegar hasta aquí, aunque también el pánico que tenía de pequeño, fue creciendo y se convirtió en ansiedad constante.
Me pare porque me estaba empezando a marear y a ver borroso.
Pedri.
Pedri.
Pablo, yo si tuviera conocido antes, hubiera estado contigo para todo. Se que por lo de tus padres estás mal. No mereces lo que te hicieron pequeño.
Hizo una pequeña pausa para abrazarme.
Pedri.
Pedri.
Normal que Ansu nos dijera que te cuidásemos bien. Siempre me habla de ti los entrenamientos nos dice que eres una persona de confianza y muy buena persona. Pablo, puedes decirme lo que sea cuando lo necesites, intentaré ayudarte en todo. Al igual que todo el equipo.
Pedri me estaba mirando con cara de circunstancia pero a la vez extrañado.
Pedri.
Pedri.
Pablo,¿te encuentras bien? Te veo muy pálido.
Después de que dijese eso, me tocó la frente.
Pedri.
Pedri.
Gavi, estas helado,¿seguro que te encuentras bien?
Yo estaba empezando a excusar todo con efecto eco a mi alrededor. Lo único que escuchaba era ese pitido repetitivo en mi oído.
Gavi.
Gavi.
Gavi,¿me escuchas?
Era lo que me decía Pedri mientras yo estaba hundido en mis pensamientos.
Pedri.
Pedri.
Pequeño,¿pasa algo más?
Me dijo mientras el pitido desaparecía al igual que mi vista borrosa, sólo tenía el mareo y el miedo encima de mí. Era lo que me apoderaba en esos momentos.
Gavi.
Gavi.
¿Eh? Nono pasa nada más, tranquilo, solo soy un poco mareado y no te escuchaba bien. Perdona.
Le dije mientras me levantaba.
Pedri.
Pedri.
Si se mareas o algo me avisas. Y levántate poco a poco.
Me dijo y procedí a hacerle caso. Y funcionó.
Gavi.
Gavi.
De verdad muchísimas gracias por ayudarme Pedrito.
Le dijo mientras le abrazaba.
Gavi.
Gavi.
Era todo lo que necesitaba. Un poco de apoyo y ayuda. Gracias de verdad.
Pedri.
Pedri.
No hay de qué pequeño. Solo quiero que estés bien. Y te voy a tratar como si fueras de la familia,¿te importa?
Me dijo mientras me tomaba del hombro. Sus palabras fueron inesperadas la verdad.
Creo que voy a tener un amigo más en el equipo.

Tengo a alguien.

GAVI:
Gavi.
Gavi.
Tengo que presentarme al equipo.
Pedri.
Pedri.
No te preocupes pequeño, yo te ayudo.
Cuando entramos al campo, era enorme, parecía que si me iba a echar encima el mundo. Estaba intentando pensar en que todo saldría bien, pero me era imposible.
Gavi.
Gavi.
Pedri, no sé si puedo.
Le dije antes de pisar el césped, mis manos volvieron a temblar ligeramente. Y la presión de mi pecho crecía.
Pedri.
Pedri.
Pequeño, escúchame, tú puedes con todo, y vas a poder con esto,¿vale?
Me decía mientras acariciaba mis manos.
Gavi.
Gavi.
No lo sé Pedri.
Mi respiración se apoderaba cada vez un poco más. Tenía mucha calor, muchísimo. No sé ahora por la ansiedad que me estaba comiendo vivo o por la calor que hace. Si, hace calor, pero no tanta para sudar lo que estaba ayudando yo.
Me sentía tan mal conmigo mismo, no sabía qué decir, ni qué hacer. Los nervios no estaban comiendo vivo.
Y es normal, porque al fin y al cabo, he sido siempre un niño muy nervioso e inquieto. Pero nunca me pensaría que pasaría esto. Mi pecho subía y bajaba cada vez más rápido, el aire de mis pulmones salía y entraba constantemente. No sabía si iba a hacer algo mal y me lo echarian en cara. Pero lo que tenía encima era otra vez el maldito pitido cada vez va aumentando más, el mareos y la ansiedad. No sabía si era de la ansiedad o el mareo, fuera la razón de que estuviera viendo muy borroso.
Pedri.
Pedri.
Gavi, todo saldrá bien,¿de acuerdo?
Me dijo con una voz tranquila mientras me agarraba los hombros. Pero yo estaba en mis pensamientos. Parecía que la lengua me la haya tragado un gato. No me salían palabras, no sabía que decir, hola ansiedad no me dejaba. Eso era otra opción.
PEDRI:
Pedri.
Pedri.
Pequeño,¿te estás mareando otra vez?
No contestaba, en cambio, solo intentaba respirar mientras su respiración era irregular.
Pedri.
Pedri.
¿Gavi?
Le seguía preguntando.
Pedri.
Pedri.
Gavi,¿puedes oírme?
Le dije, seguro que se estaba mareando otra vez. Pero no me esperaba que casi cuando se cayese el suelo, por poco se abre la cabeza con las escaleras.
Pedri.
Pedri.
Nononono joder.
Pensaba en voz alta. Se acababa de desmayar un amigo mío, no sabía qué hacer. Así que decidí llamar a Xavi. Salí al campo con miedo.
Xavi.
Xavi.
¿Y Gavi?
Pedri.
Pedri.
A eso venía, se acaba de desmayar subiendo las escaleras.
Xavi.
Xavi.
¿Y donde está ahora?
Lo guié hasta la zona donde estaba, seguía allí, desplomado hasta que decidimos sentarlo contra la pared. Abrió los ojos poco a poco.
Gavi.
Gavi.
¿Qué hago aquí?
Preguntó el pequeño con poco descolocado.
Xavi.
Xavi.
Gavi,¿me escuchas bien?
Le dijo Xavi con una cara que no la había visto en la vida.
Gavi.
Gavi.
Si te escucho.
Xavi.
Xavi.
¿Te encuentras mejor?
Gavi.
Gavi.
Si, o eso creo.
Xavi.
Xavi.
Mejor que los entrenamientos los dejamos para mañana y hoy te escribo el sistema que utilizamos mientras lo observas,¿te parece?
Dijo Xavi mientras lo levantaba.
Gavi.
Gavi.
De acuerdo.
GAVI:
Mierda, me tenía que presentar al equipo. Y ahora no tenía escapatoria ninguna. Estaba con Xavi y con Pedri. Mis nervios se apoderaban cada vez más y más de mi cuerpo. Las manos me volvían a temblar. No sabía como cojones relajarme, hasta que agarré la mano de Pedro. Eran suaves, muy suaves. No lo notaba casi con mi tacto tembloroso. Pedri pareció darse cuenta de mi nerviosismo.
Pedri.
Pedri.
¿Estás bien?
Gavi.
Gavi.
No lo sé, en el mareo sí. Pero estoy nervioso.
Pedri.
Pedri.
Tranquilo Gavi, son muy buenas personas, tenemos te ayudarán con todo al igual que yo. Porque si no Ansu les mete a cada uno una pedazo de ostia que lo flipa.
Xavi.
Xavi.
Bueno tíos, este es Gavi. Es un chico que estaba en La Masía durante 5 años. Y espero que muchos más. Tíos, contarle un poco por encima todo lo que hacemos y demás, y si queréis os podéis ir a los gimnasios que ni nadie. Y así tener más intimidad.
Estuve unos minutitos con Ansu, ya que es mi amigo desde que entré aquí.
Ferran.
Ferran.
Bueno Gavi, yo soy Ferrán o como dicen todos, el mister toad. Cuéntanos un poquillo de ti para conocerte mejor, que a nosotros un día nos conocieras por el señor fatiga.
Yo no podía evitar el temblor de mis manos, la ansiedad me estaba comiendo vivo. Por lo menos mi respiración era regular que solo tenía el temblor de mis manos, algo más ligero en mi pierna y me dolía solo un poco el pecho.
Bueno, yo soy Gavi. Aunque me podéis llamar Gavira o Pablo. Como querais. Como dijo Xavi, yo entré a la Masía con 11 años. He estado en el juvenil y en el alevín pero al final estoy aquí, con todos vosotros.
Eric García.
Eric García.
¿Cómo llegaste a la Masía? En plan, vieron que eras buenísimo y te cogieron, o por algo en concreto. Por cierto, soy Eric. Eric García. Me puedes llamar el catalán o cualquier cosa.
Gavi.
Gavi.
¿Podemos hablar de otra cosa?
Dije yo mientras mi mirada iban para Pedro y para Fati.
Eric García.
Eric García.
Alaaa tiooo, niños lo que estamos de confianza.
Yo en cambio, estaba aterrado. No quería contar nada, me dolía muchísimo contarlo. Solo lo sabe los chicos de La Masía que se rieron de mí, Ansu, Pedri y 3 entrenadores de la Masía. Contando a Xavi claramente. El temblor de mis manos estaba aumentando, no la sentía en esos espantos. Solo tenía mis manos entrelazadas, mi tierna con un temblor constante en mi cabeza estaba empezando a dar vueltas.
Gavi.
Gavi.
A ver, por dónde empiezo. Bueno, mis padres me dejaron entrenando en el club de mi pueblo. Se fueron de vacaciones, yo me quedaría solo en casa un problema alguno. Lo que pasó más adelante fue que llamaron al teléfono fijo, lo cogí y-y-y.
No me salían las palabras, estaba a punto del llanto, Fati me miraba mientras me señalaba con sus manos que estuviera tranquilo, yo tenía calentamiento con la cabeza, no podía con esa situación.
Eric García.
Eric García.
¿Y qué pasó?
Gavi.
Gavi.
Eran del hospital, diciéndome que mis padres habían tenido un accidente de tráfico, en el cual murieron, los dos.
Hice una pausa porque sentía que mi pecho dolía más y más. Iba a estallar, pero no podía, me dice a mí mismo que no iba a llorar. Cosa que pasó menos de 2 minutos después derrumbándome completamente, yéndome débil, totalmente débil. En el suelo, llorando de rodillas al igual que cuando pasó el accidente. Pedri y Ansu se acercaron corriendo a intentar tranquilizarme. Más tarde de que se acercaron ellos, se acercaron todos los demás. Me estaba agobiando con tanta gente encima mía. Intentaba pasarme uno y otra vez las manos por la cara para no perder por segunda vez en el día de hoy la consciencia. Mi pecho estaba subiendo y bajando muy seguido, cada vez me entraban menos aire y mis pulmones.
Xavi.
Xavi.
¡APARTAR UN MOMENTO JODER!
Yo suspiraba una y otra vez para intentar recuperar el aire, lo cual no suce. Tuve que apoyar la cabeza en el suelo para ver si lograba calmarme pero es que ni eso lo conseguía.
Pedri.
Pedri.
Ansu, he encontrado una manera para quitar la ansiedad. Pero no sé si será buena idea.
Ansu Fati.
Ansu Fati.
Hazlo tú que tú eres más de las cosas que yo. Solo quiero que esté bien.
Sentí unas manos cálidas y son especiales por mi cara.
Y de repente.
Pedri me besó, y se sintió jodidamente bien.

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