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Prometo Estar Contigo.

01.

Nos íbamos de viaje por un partido. Él no dejaba de quejarse, que no quería dormir con nadie, que quería dormir solo, pero el mister ya había dejado claro que era obligatorio dormir por parejas.
Llegamos al hotel bastante cansados, o al menos eso pensaba porque cinco minutos después estaban todos hablando y casi gritando tonterías, pero todos callaron cuando el míster empiezo a repartir llaves.
Me entrego la mía:216. Compañero... No podía estar pasando.
Gavi.
Gavi.
De verdad mister, que necesito dormir solo.
Rogaba mientras me miraba de reojo.
Mister:Ya hemos dicho que nada de habitaciones individuales. Eres importante en este equipo pero eso no te da derechos especiales.
Gavi.
Gavi.
Pero en el anterior equipo...
Pedri.
Pedri.
Mister: En el anterior equipo te tenían un poco mal acostumbrado.
Suspiro y me miró. Cuando llegamos al la habitación corrió a la cama más cercana al balcón y se tumbo. Suspiré, tanto quejarse para terminar en una habitación doble,¿que problema tenía?
Empecé a desempacar y ordenar mis cosas cuando escuché que se levantaba de la cama y salía al balcón. Lo miré con curiosidad y vi que estaba hablando por teléfono. Gesticulaba demasiado, parecía estar discutiendo. No debería escuchar, pero tenía curiosidad... No, no, no, había cerrado la puerta para tener mayor privacidad. Justo cuando me autoconvencí y me giré a colgar una última camiseta en el armario, escuché como la puerta corredera se abría y cerraba.
Pedri.
Pedri.
¿Todo bien?
Gavi.
Gavi.
Todo perfecto.
Contestó borde.
Pareció quedarse pensando un rato parado en medio de la habitación. Yo, en cambio, me tumbé y me puse a mirar el móvil.
Gavi.
Gavi.
Voy a recepción.
Susurró mientras miraba la pantalla.
Pedri.
Pedri.
En veinte minutos tenemos que estar en el comedor cenando.
No se si me escuchó siquiera, pero no podría decir que no le he avisado. El tiempo se me pasó volando y tuve que bajar corriendo. Gavi no había vuelto a la habitación, pero supuse que había ido directamente.
Mister:¿Y tu compañero?
Negué con la cabeza indicando que no sabía dónde estaba y su mirada cambió, parecía un poco preocupado.
Mister:¿Te dijo siquiera a donde iba?
Dijo tratando de no sonar nervioso, sin éxito.
Pedri.
Pedri.
Dijo que bajaba un momento a recepción.
Contesté, pero al ver que se dirigía al sitio mencionado no pude evitar preguntar.
Pedri.
Pedri.
¿Que ocurre, mister?
No me hizo mucho caso así que lo seguí. Tampoco pareció importarle. Llegamos a la recepción y preguntó por él. Dijeron se hacía ya un rato que había salido y que un hombre que ha trajeado lo había recogido. El entrenador agradeció y se giró, ya pero su sonrisa desapareció enseguida. Seguí su mirada en la puerta estaba él. Con una chaqueta gruesa que le iba realmente grande. Llevaba gorra y gafas, como para que no le reconocieran. Él no había salido de la habitación con esas pintas.
Mister: Mierda.
Oí que susurró el mister. Se acercó a él y yo lo seguí. No logré escuchar gran cosa.
Gavi.
Gavi.
Dijo que solo quería hablar... yo no, yo no quería, no sabía...
Empezó a llorar desconsolado.
No entendían nada, pero verle tan pronto me hacía sentir demasiado mal.
Mister: Chaval, ves a cenar, que se te pasa la hora. Dile a los demás que no se olviden de la reunión.
Asentí, no pude evitar echar una última mirada hacia el ascensor por donde aparecieron.
Me costó dejar de pensar en lo ocurrido, pero Ferrán logró distraerme un rato.
Ferran.
Ferran.
Vaya caras me llevas, a alguien le hace falta follar.
Me dijo dándome un codazo.
Me atragante con el agua.
Pedri.
Pedri.
Anda calla un poco.
Toda la mesa río. Continuamos hablando y le devolvió la broma a Ferran.
Pedri.
Pedri.
Bueno, es lo que tiene tener pareja, se folla menos, mejor ir por libre,¿sabes?
Le dije, en mi cabeza sonaba un poco mejor, pero igualmente todos se rieron.
Al cabo de un rato entró el míster. La imagen de antes volvió a mi cabeza. Él no había cenado.
Después de una reunión de cuarenta y cinco minutos nos fuimos a nuestras habitaciones.
Mister: Pedri. Quédate un momento.
Me temia lo peor.
Ferran.
Ferran.
Seguro que quiere que fo...
Le tape la boca con las manos interrumpiéndolo.
Ferran.
Ferran.
Un poco más.
Cuando toda la estancia se quedó vacía se me acercó.
Mister: Lo de antes...
Parecía buscar alguna manera de explicarse.
Mister: Sólo te pido que si tienes preguntas me las hagas a mí, no la presiones.
Asentí, eso solo le da más ganas de preguntar, pero supuso que no era el mejor momento.
Cuando llegué a la habitación y escuchó el señor del agua cayendo. Me cambié y me tumbé. Estaba mirando el móvil mirando cualquier cosa, cuando la puerta del baño se abrió. Inevitablemente lo miré. Ya iba con un pijama muy gracioso puesto.
Gavi.
Gavi.
¿De que te ríes?
Me preguntó curioso. Simplemente lo miré de arriba a abajo y su mejilla se volvieron rojas.
Gavi.
Gavi.
Es que me -me gusta mucho, pero en teoría mi madre no la había metido en la maleta.
Se cubrió aún más rojo.
Gavi.
Gavi.
¡No quiero decir que mi madre me haga la maleta!
En ese momento ya no puede más y me eché a reír como nunca.
Gavi.
Gavi.
¡No te rías, imbécil!
Eso sólo me hizo más gracia. Delante demir tenía a un chaval que, a ojos de todos, era un increíble jugador que se encaraba con cualquiera y, sin embargo, lo tenía insultándome con un viejo de dinosaurios. La imagen de él llorando entre los brazos de Xavi cruzó mi mente. Las ganas de preguntar crecían por segundos. Se formó un ambiente tenso que se rompió con el sonido de unos golpes en la puerta. Ambos miramos a la puerta. Me volví hacia Gavi.
Gavi.
Gavi.
Yo...
Susurró avergonzado.
No entendí nada hasta que abrió la puerta y apareció una mujer del staff del hotel.
Mujer: ¿Pedro González?
Me preguntó. Asentí con la cabeza.
Mujer: Recoja sus cosas, lo vamos a cambiar de habitación.
Me gire hacia Gavi. Lo miré a los ojos y vi como intentaba disculparse.
Pedri.
Pedri.
De acuerdo, enseguida voy.
Pedri.
Pedri.
Contesté sin mirar a la mujer.
Pedri.
Pedri.
Cerré la puerta y empecé a meter bruscamente todas mis cosas en mi maleta, bajo la atenta mirada de mi compañero de equipo.
Gavi.
Gavi.
Oye, lo siento, te juro que le había pedido que yo sería el que se cambiara de habitación.
Dejé de hacer lo que estaba haciendo y lo miré fijamente. Debía verme muy enfadado porque retrocedió un paso.
Pedri.
Pedri.
Mira, no quiero tus disculpas. No que entiendo, de verdad...
Parecía que iba a decir algo más pero no lo dijo. Eso me molestó aún más.
Pedri.
Pedri.
Mucho hablas cuando juegas pero fuera del campo ni una sola palabra,¿no?
A medida que iba hablando me iba acelerando.
Pedri.
Pedri.
¿Necesitas meter goles para que me hables?
El recuerde de las veces de las que marque un tanto y él venía corriendo mis brazos y me besaba el cuello, se me hizo raro pensar en eso. Vi como empezaba a cerrar los puños. Yo mismo no me reconocía, pero realmente no molestaba tener que cambiarme de habitación, aún más en alguna explicación.
Pedri.
Pedri.
No quiero tus disculpas, qué explicaciones. ¿Necesitas que te lo diga más despacio? Ex-pli-ca...
Gavi.
Gavi.
¡No hace falta! No soy un niño pequeño.
Grito cerrando los ojos.
Pedri.
Pedri.
¿Seguro? No sé tú, pero a dos grados en la terraza gritándole a un móvil y,
Empecé a enumerar con los dedos.
Pedri.
Pedri.
Por si no fuera poco, ah desaparecido durante toda la tarde, y cuando te has dignado aparecer te has puesto a llorar en recepción,¿sigo?
Volví a mirarlo y vi que tenía los ojos llorosos. Mierda. Tampoco quería hacerlo llorar. Suspiré, realmente era un niño pequeño. Hace nada estaba jugando con el Barça Atléti.
Pedri.
Pedri.
Perdona, no quería hacerte sentir mal. Entiende y le fastidia tener que irme a estas horas.
Gavi.
Gavi.
Tienes razón, soy un crío y entiendo que te molesto, por eso, dejando hablar con la chica.
No me dejó responder que ya estaba en la puerta. No sé que le debió decir, pero la mujer se marchó.
Gavi.
Gavi.
¿Te ayudó a reordenar las cosas?
Pedri.
Pedri.
No hace falta.
Gavi.
Gavi.
¿Seguro?
Pedri.
Pedri.
Seguro.
Gavi.
Gavi.
Necesito hacer algo por ti, no tenías por qué comerte este mal rato.
En es momento una idea sur conviviente. Podría pedirle que me diera respuestas... No, qué va.
Pedri.
Pedri.
¿Cualquier cosa?
No sé que debió entender porque pareció estremecerse. Aún así asintió.
Pedri.
Pedri.
¿Me puedes contar que te ha pasado esta tarde?
Si cara cambió completamente. Casi parecía aliviado. Supuse que había pensado en alguna broma pesada o algún reto tonto.
Gavi.
Gavi.
Te vas a reír, pero es que mi novia y yo lo hemos dejado.
No me convencía. No tenía ningún tipo de sentido, nadie se pone así de mal por una ruptura,¿no? Además, cuando llegó llegó a ropa distinta, también susurraba incoherencias.
Pedri.
Pedri.
No mientras.
De luego su mirada se oscureció. Me acerqué a él, muy muy lentamente.
Por cada paso que daba yo hacia adelante él lo daba hacia atrás, hasta que la rincón de contra la pared. En su mirada pude ver algo parecido al miedo.
Gavi.
Gavi.
No te estoy mintiendo.
Sólo pude reír de manera burlona. Él se percató y sus mejillas volvieron a enrojecerse. Sus ojos brillaban por la poca luz que atravesaba la cortina. En ese momento, me detuve a admirar su belleza. Sus ojos mostraban tanta pureza y delataban sus sentimientos. Sus labios, ligeramente húmedos, debía de haberlos lamido hace poco. Una herida en el labio inferior. Probablemente de morderse cuando se pone nerviosos. Volví a mirarlo a los ojos en cuando me di cuenta de que lleva algo más de un minuto examinando su rostro.
Pedri.
Pedri.
¿Me lo vas a contar?
Gavi.
Gavi.
He ido a una reunión,¿de acuerdo? Porque mi agente y yo teníamos que hablar.
Concluyó rápidamente apartándome con un leve empujón.
Pedri.
Pedri.
¿Por eso has llorado?
Sus ojos solo pudieron enviarme odio, un odio extremadamente intenso. Decidió apartarme aún más fuerte y tumbarse en la cama. Otra vez la había cagado,¿desde cuándo se me daban tan malas palabras?
Gavi.
Gavi.
¡He llorado porque...
Empezó pero se detuvo.
Gavi.
Gavi.
Vete a la mierda.
Me sentía culpable. Probablemente esa era la razón de mi insomnio. Por otro lado el parecía haberse dormido completamente, o al menos eso parecía.
En algún momento de la noche Pablo se fue de la habitación, porque volví despertarme en la madrugada y él no estaba, aunque sus cosas sí. Iba a levantarme, pero el cansancio no me dejó y terminé por dormirme de nuevo.

02

Al un día siguiente la cama de Pablo continuaba vacía, pero tenía el pijama tirado de cualquier manera por encima de las arrugadas sábanas. Cuando llegué al comedor Ferrando estaba esperando donde las bandejas. Me sonrío.
Ferran.
Ferran.
Has descansado,¿no?
Dijo mirándome de arriba a abajo, conteniendo una risa.
Pedri.
Pedri.
¿Tan mal me veo?
Pregunté, a saber cómo de notables eran mis ojeras. Ansu pasó por al lado y, a diferencia de Ferrán, solo pudo reirse.
Ansu Fati.
Ansu Fati.
¿Pero que te ha pasado, tío?
Saqué el móvil para verme y tenía dibujada una polla en la cara con rotulador.
Pedri.
Pedri.
¡Me cago en todo!
Maldito seas, Pablo Páez gaviran. Realmente era un niño pequeño. El comedor entero se llenó de risas, una en específico, me llamó la atención. Busqué esa mirada tan "gentil y sincera", que de gentil y sincera no tenía nada. Ahí estaba, riéndose al lado de Frenkie. Caminé hacia el hecho una furia, la risa solo aumentó. Al ver que iba directamente hacia él empezó a correr, huyendo de mí. Todos ya estamos sentados observando como Gavi era perseguido por un enfurecido Pedri.
Pedri.
Pedri.
Pues va a ser verdad que eres un niñato.
Se paró en seco y vi como sus mejillas se encendían de la rabia.
Gavi.
Gavi.
¡Ya te he dicho mil veces que no me llames niñato, idiota!
El cambio de humor fue tan repentino que ve como Ferran le tenía asomarse asustado, por el rabillo del ojo.
Ansu se le acercó por detrás, pero justo cuando iba a tocarlo Pablo le preguntotazo que resume por todas a la estancia.
Gavi.
Gavi.
¡No me toques!
Todo el equipo está sorprendido por la reacción tan exagerada.
Chica: Gavi. Tú entrenador me ha dicho que vuelves a terapia.
¿Vuelves? Creo que todos estábamos pensando en eso. Estaba más que claro que Pablo tiene problemas, pero,¿eran tan graves como para ir a terapia?
Gavi.
Gavi.
No quiero.
Dijo cruzándose de brazos como un niño pequeño, si es que lo dejo claro, con esa actitud tan infantil.
La chica resopló, justo cuando iba a decir algo le interrumpieron.
Xavi.
Xavi.
No es una pregunta.
Gavi lo miró a los ojos durante un buen rato. Los y que estábamos en la sala estábamos presenciando una verdadera historia de padre e hijo discutiendo. El contacto visual entre ellos parecía no acabar nunca hasta que Pablo se rindió y suspiró. Levantó el dedo índice.
Gavi.
Gavi.
Última vez.
Después de desayuno me dijeron de ir a la sala de juegos y accedi. Nada más entrar en la sala escuche su risa en particular.
Gavi.
Gavi.
¡Calla, anda!
Realmente era bipolar. Al cabo de un rato Ferrando tendió el mando de la play. Lo mira sonriendo y me giré al ver a mi oponente.
Pedri.
Pedri.
Me debes de estar jodiendo.
Al principio quise abandonar y no jugar, pero la idea de humillarlo delante de todo el equipo sonaba mucho mejor.
Así pues el partido comenzó, no llevábamos mucho, cuando me acerque peligrosamente a su portería y marqué un golazo. Pablo me miró fatal, pero no fue una reacción inesperada.
Todo iba bien, hasta que él se acercó mi portería. Manipuló los controles lo suficientemente bien como para pillar misprevenido y a punto estuvo de hacer el tanto, si no fuera por Ansu que decidió que era el mejor momento para susurrar dinero algo a Pablo a la oreja.
Gavi.
Gavi.
Cabrón.
Murmuró, desviendo la mirada de la pantalla lo que hizo que yo pudiera reaccionar y despejar el balón.
Realmente no quería ver su reacción por miedo a lo que me encontraría, pero un cojín impactando en mi cara, me obligó a hacerlo.
Gavi.
Gavi.
No vale, eso entraba seguro, si no fuera por el maldito de Ansu habría entrado, y lo sabes.
Pedri.
Pedri.
No escucho lloros.
Tuve que morderme la sonrisa al ver en sus ojos se miraba de odio.
Ansu Fati.
Ansu Fati.
Gavi, era una broma, no te lo tomes a malas. ¡Ostias! Tios, que en diez minutos nos vamos al estadio.
Tuvimos que dejar el partido de lado y subir corriendo las escaleras. Vi que Pablo me seguía.
Gavi.
Gavi.
Te recuerdo que tengo mis cosas aquí. Venga, que tenemos prisa.
Estábamos cambiándonos cuando me giré buscando mis calcetines y vi que Pablo estaba en los cuales quitándose la camiseta. Lo que vi, me asustó un poco, ya que tenía muchísimos moratones en la espalda. Demasiados, diría yo. No sé cuánto tiempo me quedé mirando, que Pablo se había girado con la camiseta entre las manos. El pechos no era más que una repetición de la espalda.
Su expresión era indiscafrable. Una mezcla de miedo y pena se filtraba en sus ojos.
Gavi.
Gavi.
¿Qué miras? Es lo que tiene dejarse la piel en el campo.
Otra mentira. Está vez aún más natural, como si estuviera acostumbrado a decirlo, pero su expresión gritaba ayuda.
Bajamos a recepción y vimos que todo el equipo ya estaba ahí. En cuando pusimos un pie ahí, Gavi se alejó de mí. Supe que la había acomodado la situación anterior, eso solo dejaba más claro que nadie mentido.
El partido no fue el mejor, ya que no parecíamos conectar bien los pases. Íbamos 1-9 ganando cuando Pablo recibió una tarjeta amarilla por una falta innecesaria dentro del área. Tan sólo quedaban unos minutos de partido. Cuando el jugador contrario chutó la falta me quedé sin aire, pero Mark despejó limpiamente el tiro, pude respirar tranquilo. El árbitro puso fin al partido y lo celebramos la amarga victoria.
Cuando tendré al vestuario Pablo estaba sentado en el banquillo, mirando hacia el suelo, escuchando a Xavi que parecía estar echándole la bronca por la última acción.
Gavi.
Gavi.
¡Pero al final Mark ha parado el tiro!
Xavi.
Xavi.
Llevas varias tarjetas acumuladas, como consigas dos más no podrás jugar y además, me tendrás que pagar una multa.
Salió del vestuario y dejó a un Gavi muy frustrado mordiéndose el labio inferior cerrando las manos en puños. Se notaba a kilómetros su enojo. Cogió el móvil, no parecía tener intención de ducharse inmediatamente. Me metí en la ducha.
Cuando Sally ya no quedaba a nadie, nadie salvó él. Se había quitado la ropa y se dirigía hacia las duchas. Al cabo de un rato, ambos nos estábamos secando y vistiendo.
Pedri.
Pedri.
¿No quieres que nadie olvida que te dejas la piel en el campo? ¿Por eso este ducha es el último?
Gavi.
Gavi.
No hace falta presumir de algo que ya está bastante claro.
Pedri.
Pedri.
Mientes mucho, nadie se hace semejantes marcas.
Gavi.
Gavi.
Eso díselo a mi novia, me lo hizo antes de que lo dejaramos.
Pedri.
Pedri.
¿No quieres presumirte que te follaste a tu novia y que le hiciste sentir tanto que dijo todo eso?
Empecé ha desesperadamente, así que decidí hacerles desembuchar las malas.
Parecía haberse cansado, o eso pensé, pero solo se había cabreado y había recorrido la estancia para empujando contra la pared, agarrándome por el cuello de la camisa.
Gavi.
Gavi.
Créeme, que a nadie le gusta presumir de que alguien te haga estas heridas.
Pedri.
Pedri.
¿Quién coño te ha hecho eso?
Le pregunté alterado,¿ en qué mierda estaba metido este crío?
Se dio cuenta de las palabras que habían salido de su boca y se separó. Le pego un puñetazo a la pared.
Gavi.
Gavi.
Esto me lo ha hecho una tía que genial mi nombre como una puta.
Mi mirada seguía fija en su puño, que sangraba bastante. Hice el además de acercarme entre el medio de todo.
Gavi.
Gavi.
El próximo va directo a tu cara
Dijo alzando su puño.
Entendí que no era el momento para ayudar, quería hacerlo, pero no debía. El ambiente se tornó extremadamente tenso, hasta que el móvil de Pablo sonó, indicando que le había llegado un mensaje.
Gavi.
Gavi.
Adiós.
Cogió sus cosas y se fue rápidamente. Terminé de cambiarle tranquilamente, evitando pensar en la conversación. Las últimas palabras que habían salido de la boca de pavo no estaban cargadas de odio, pero también de mentiras. Estaba a punto de salir al pasillo cuando vi una figura alta y trajeada al lado de una persona que reconoció al instante. Gavi iba caminando al lado de uno de sus hombres de negocios, esos que prometen muchas cosas y luego no las cumplen, esos que me caen mal. No sé de que debiera estar hablando, pero el hombre alargó su brazo y rodeó la cintura de Gavi. Este anotar el gesto se apartó un poco mientras miraba alrededor, avergonzado. No pareció verme así que no me permitió que la mami permaneciera ahi. Nunca había visto a Gavi tan sumiso con alguien. Iba a llamar a Gavi y decirle que el autobús estaba en la dirección opuesta, cuando apareció sabio.

03

Xavi.
Xavi.
Gavi, vámonos ya.
El empresarios se rió amargamente.
Chico: Tranquilo, solo hablaremos de la fiesta. Por cierto, era mi estoy contento, gracias por preguntar.
Xavi parecía estar contando las horas para calmarse,¿porque estaba tan disgustado?
Xavi.
Xavi.
Eres mi jugador y si tienes que irte, le dije.
Gavi.
Gavi.
Dani...
Empezó Gavi, pero el hombre le indicó que callase y es lo mismo.
¿Desde cuando Gavi tuvo un caso con alguien por primera vez? La sangre me drenaba, sí ese hombre no me caía bien.
Dani: Eres mi cliente, en cuanto te caigas, que llevaré de regreso.
Si notamos que ya vivimos parecía buena idea, pero Gavi... Su expresión paso de la inquietud al auténtico terror. Parecía la única idea de estar en el mismo coche al que este tipo Dani de aterrorizaba.
El también se volvió filosófico, pero ninguno de los alcaldes parecía que él querer querer ceder. Alguien del personal apareció de algún lado y le advirtió que ni sabíamos sido.
Dani:Después hablaremos, nos vemos.
Gavi, como un perro maestrado se fue caminando junto a Xavi.
Tuve que correr un poco para que no se fueran sin mí. Cuando subí al autobús Ferran se había puesto con Ansu, así que me tuve que sentar solo. Al cabo de un rato llegaron Xavi y Gavi. Ambos parecían muy enfadados. Xavi le ordenó que sentara a mi lado y ya esté, no sobre tu puñar, hizo caso. Quería hablar, pero sabía que él no, así que evité a toda costa mirarlo y me puse a mirar por la ventana.
Todo iba bien, hasta que noté unos toquecitos en mi hombro.
Ferran.
Ferran.
Ansu pregunta si quieres salir de fiesta con tranquilo y de confianza.
Asentí. Se lo giró hacia Ansu y respondió.
Pedri.
Pedri.
¿Tú irás?
Asintió.
Pedri.
Pedri.
Pero si eres menor, pues no puedes. Si que quise vender a Xavi te matará.
Gavi.
Gavi.
Da igual, mientras no se entere no pasa nada, además ya se le está bien por meterse donde no le llamo.
Respondió muy seguro de sí mismo.
Pedri.
Pedri.
Ya bueno, pero te has sacado de un aprieto.
Gavi.
Gavi.
¿Me has espiado?
Decidí no responder. Apoyé la cabeza en la ventana, una vez más, hasta que sentí el movimiento constante de la pierna de Pablo volviéndose nerviosamente.
Pedri.
Pedri.
Para.
Se acercó a mi oreja.
Gavi.
Gavi.
¿Qué has escuchado?
Al ver que cerraba los ojos fingiendo cansancio me sacudió.
Gavi.
Gavi.
Pedri.
La por primera vez que me llamaba por mi nombre. Una sensación de calidez me recorrió desde arriba a abajo.
Gavi.
Gavi.
Dímelo.
Negué con la cabeza.
Gavi.
Gavi.
Me pica el puño, así que más te vale contarmelo.
Lo miré con incredulidad,¿realmente se pensaba que me daba miedo? Abrió la boca para decir algo, pero Ansu se le adelantó desde atrás.
Ansu Fati.
Ansu Fati.
¡Demasiados secretitos! ¿Sois novios o qué?
Simplemente ignora el comentario sin sentido, pero Pablo le dedicó una mirada asesina.
Gavi.
Gavi.
Jamás estaría con un hombre.
Susurro para si, pero aún así lo escuche.
Pedri.
Pedri.
¿Tienes algo en contra?
No quería que saliera a la luz que era bisexual, pero el comentario me resultó ofensivo.
Me miró de arriba a abajo.
Gavi.
Gavi.
No tienes pinta de ser gay, pero bueno, las apariencias engañan.
Iba a responder, pero decidí dejar que se pensase lo que quisiera, no tenían gran interés en discutir con alguien tanto tozudo. Se quedó pensativo y yo solo pude reír.
Estábamos a punto de llegar al hotel cuando Gavi me estiró un poco la sudadera.
Gavi.
Gavi.
¿Te he atraído alguna vez?
Sólo pude reírme ante la pregunta. Él no parecía entender gran cosa, y eso solo hizo que su cara fuese aún más graciosa. Me acerqué a su oído y le respondí.
Pedri.
Pedri.
Un niñato como tú jamás me interesaría, en el hipotético caso de que yo fuese gay.
Susurré de manera provocadora en su oreja.
Lo único que hizo fue estremecerse y soldar un suspiro mientras cerraba los ojos.
Gavi.
Gavi.
No me llames niñato.
Dijo quitándose la sudadera y poniéndosela a modo de manta.
Pedri.
Pedri.
¿Cómo pretendes que no te llame así si te pone dura con unas palabras?
Sus mejillas se encendieron y me miró fatal. La carcajada que me salió solo por todo el bus y todos nos miraron. Pablo si me suplicó con la mirada que le dijera nada.
Pedri.
Pedri.
Gavi os quería decir algo a todos.
Ferran.
Ferran.
Uy, Gaviota,¿qué nos tienes que contar?
Gavi miró hacia delante, donde estaban los conductores y los entrenadores. No parecían habernos escuchado.
Gavi.
Gavi.
Yo... me he liado con la psicóloga.
Todo el bus se quedó en silencio. Realmente no me esperaba eso.¿Que había hecho que?
Ansu Fati.
Ansu Fati.
Sabía que lo harías, que pillin.
Gavi me miró de reojo y al ver mi cara de completo sombras sonrio. El bus frenó y bajamos poco a poco. Iba a decirle algo a Gavi, pero Ansu lo rodeó con el brazo para preguntarle cualquier cosa. Gavi solo tenía una risa tonta.
Al llegar a la habitación, nada más te haré la puerta y me giré hacia él.
Pedri.
Pedri.
¿Eso es verdad?
Asintió.
Gavi.
Gavi.
Está mañana he ido a terapia, no es muy profesional la verdad.
Respondió como si tal cosa.
Me molestaba que hablase tan a la ligera de eso.
Pedri.
Pedri.
Eres menor y ella no.
Gavi.
Gavi.
El amor no tiene edad.
Pedri.
Pedri.
¿Estás enamorado de ella o tan solo querías librarte de una sesión de terapia?
Gavi.
Gavi.
De acuerdo Pedri, solo me apetecía librarme y como la tía me tenía ganas pues me he aprovechado. ¿Me quieres hacer sentir mal o qué?
Pedri.
Pedri.
Sólo quiero que seas consciente de lo que haces, entonces,¿las heridas se las hizo ella?
No sé por qué razón necesitaba a saberlo, pero la sola idea de que alguien le hubiera hecho eso alguien me ponía mal. Gavi solo me miró.
Gavi.
Gavi.
Ella ni me vio el cuerpo. Fue algo improvisado así que no no os desnudamos.¿Por qué te interesa tanto?
Me quedé pensando, ya que ni yo mismo sabía el porqué
Gavi.
Gavi.
¿No será que te molesta que otra persona que no eres tú me toque el cuerpo? ¿Es eso, Pedri?
La última pregunta la hizo con un tono bastante provocativo. Me dio la sensación de que esta era la manera de ligar de Gavi y, como yo no soy de piedra, travesaliva intentando relajarme un poco.
Pedri.
Pedri.
No es eso, yo te lo he dicho antes. Alguien como tú...
Empecé pero me interrumpió.
Gavi.
Gavi.
Así que es eso, demasiado te lo has pensado,¿te gusta ver a la gente sufrir? ¿Te pone eso?
Empezó a preguntar insistentemente. Yo intentaba interrumpirle, pero no me dejaba hablar ya que cada vez subía más el tono de voz.
Gavi.
Gavi.
¿Te gusta hacerle algo tan horrible y repugnante a otro ser humano? Todos sois iguales, por sentir placer hacéis lo que sea.
Las palabras de Gavi iba encargadas de un odio profundo y lo decía con tanta convicción que me empezaba a preocupar y molestar por partes iguales. Una respiración demasiado acelerada me sacó en mis pensamientos. Frente que a mí tenía a un Gavi con una mano en el pecho tratando de respirar. Por un momento me vi a mí mismo en él, recordando mis ataques de pánico. Eso es lo que se dice sintiendo Gavi ahora mismo.
Pedri.
Pedri.
Gavi, Gavi, respira conmigo,¿de acuerdo?
Me miró aterrado.
Le cogí las manos. Empezamos a inhalar y el Salar aire a la vez. Cuando por fin su respiración se sincronizó con la mía Gavi me abrazo fuertemente. Le corresponde el abrazo sin entenderle. Empezó a llorar totalmente desconsolado.
Pedri.
Pedri.
Gavi. ¿Que ocurre?
No obtuvo respuesta, pero no me importó.
Gavi.
Gavi.
¿Quieres dormir un poco?
Asintió con la cabeza enterrada en mi cuello. Nos estiramos, en una posición un poco íntima. Al cabo de unos minutos de lloros, Gavi pareció recomponerse.
Gavi.
Gavi.
Me doy tanto asco, Pedri.
Soltó de repente. Me se paró un poco para verle la cara.
Gavi.
Gavi.
Me doy asco porque he hecho cosas que me dan asco. Miento más que hablo y lo odio, Pedri, de verdad, no puedo más. De verdad que intento dejarte de mí mierda, así que por favor, no hiciste más.
Ahora resulta que Gavi me estaba protegiendo a base de mentiras.
Pedri.
Pedri.
Me alejaré.
Un flechazo de dolor atravesó su cara.
Pedri.
Pedri.
Pero si necesitas ayuda, cualquier cosa, un abrazo simplemente gritarle a alguien... avísame,¿de acuerdo?
Su mirada me derritió,¿cómo podían emanar semejante cantidad de cariño entonces esferas? No lo sé, pero creo que Gavi es el único que podría enseñármelo.

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